Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 5

Capítulo 1: Establecimiento Del Equipo De Chicas Mágicas

Parte 3

✰  Funny Trick

Ella pensaba que todas estaban locas. Llevaba mucho tiempo con Umi Shibahara, así que no era tan mala. Sus locuras no eran nada nuevo.

Pero Mine Musubiya tenía una imagen intelectual, como corresponde a su título de “representante de clase”. Las dos chicas de primer año, que llevaban sus uniformes escolares siguiendo estrictamente la norma reglamentaria, le habían parecido estudiantes diligentes. La Sra. Himeno tenía cara de niña, pero había vivido el doble de tiempo que Kayo y el resto, así que debía poseer una experiencia vital acorde. Estas personas no parecían estar abiertas a un estilo de vida vanguardista como el de Umi. O eso había pensado Kayo.

Era como un mal sueño. Había sido arrastrada a este ejército de cosplay de chicas mágicas que atacaban a estos magos malvados, sin permiso para resistirse. Sin saber siquiera quién era su enemigo, todas convergían en la vaga idea del mal en esta camioneta. Esto no era diferente al robo o al terrorismo.

La mujer del abrigo gritó algo dentro del vehículo mientras se preparaba para recibir el ataque de Umi. A Kayo le sorprendió un poco la rapidez con la que reaccionó. No sólo tenía la velocidad de una chica mágica; parecía que había percibido su ataque. Umi, que se había adelantado más rápido que ninguna de las demás, blandió su espada en un arco lateral, y su oponente la esquivó con facilidad.

Aunque respiró aliviada, Kayo se sorprendió. El suspiro se debía a que estaba agradecida de que su enemigo hubiera evitado el golpe decisivo y potencialmente mortal de Umi, y el shock se debía a que el enemigo fue lo suficientemente rápido como para evitar el ataque de la chica mágica.

“¡¿Por qué?! ¡¿Por qué hay… tantas?!” Gritó la mujer. Al mismo tiempo, su abrigo se rasgó y sus zapatillas salieron volando.

Debajo de su abrigo había un kimono, pero el dobladillo terminaba diez centímetros por encima de la rodilla, dejando al descubierto sus muslos. No había duda de que estaba relacionada con todo esto: Su rostro era impecable y tenía orejas de conejo en la parte superior de la cabeza.

Entonces el conductor también asomó la cabeza desde el interior del vehículo. Éste iba vestido con un abrigo negro, gafas de sol y un fedora negro, como una especie de lacayo de la mafia. “¡No esperábamos tantas! ¡Retírense por ahora!”

El mafioso sacó una especie de palo negro, lo lanzó por la ventanilla y les apuntó con la punta. Unos proyectiles llameantes del tamaño de un pulgar salieron disparados con un bang, bang, bang. A pesar del motivo mafioso, la persona era en realidad un mago. Kayo —ahora la chica mágica Funny Trick— derribó los proyectiles con forma de piedra que volaban hacia ella con su varita, incluso cuando sintió que se echaba a llorar.

La ametralladora de piedras ardientes tenía el elemento sorpresa. De hecho, Kayo se asustó mucho. Pero la velocidad del arma no era rival para los reflejos de las chicas mágicas. Las espadas y las cintas rechazaron las balas de fuego, que se desvanecieron rápidamente. Mientras las chicas se defendían, el mago mafioso siguió disparando mientras conducían, girando para dar una vuelta en U. Mientras el vehículo se alejaba, una red de pesca salió disparada de él con un pop. Era grande pero más lenta que los proyectiles de fuego, y como no podía matarlas, las chicas se esforzaron menos en esquivarla. Pero la red atrapó a una chica: la que iba vestida como una cartera de estilo europeo. Estaba enredada en la red, luchando.

Decirlo en voz alta sería mezquino, pero aquella era un poco lenta.

Kayo recordó que esa chica era una de las dos de primer año.

Con el lanzamiento de la red como disparo de despedida, el vehículo intentó alejarse a toda velocidad. La chica del arcoíris lo persiguió, y la chica de las orejas de conejo se quedó atrás para luchar.

La bailarina árabe lanzaba golpes alternativos desde el cielo, pero Orejas de Conejo los evitaba mientras sujetaba a la chica del vestido de novia y esquivaba la espada del capitán pirata, Umi, aunque se movía tan rápido que Kayo apenas podía verla.

Kayo miró a sus pies. La cartera se debatía dentro de la red. No podía romperla, pero tampoco se desprendía, y cuanto más se agitaba, más parecía enredarla. Pobrecita, pensó Kayo. Estaba claro que no se le daba bien luchar, y sin embargo la habían traído aquí de todas formas. Al recordar el momento en que el hada se presentó, rememoró que una de las chicas no parecía muy entusiasmada con el asunto. Había sido arrastrada por su amiga, ¿no? Al igual que Kayo.

Kayo se dirigió a la chica que estaba a sus pies. “No te muevas. Acurrúcate lo más pequeño que puedas.” Sonrió tan amablemente como pudo mientras la chica la miraba aterrorizada. Kayo se sorprendió a sí misma por haber mantenido la compostura para mostrar compasión por otra persona y se burló de sí misma. Quizá sólo esté compadeciendo a un alma gemela. La cartera hizo lo que dijo Kayo. Dentro de la red, se sujetó las rodillas y se hizo un ovillo, y Kayo arrojó su capa sobre la chica, cubriendo completamente su cuerpo.

Kayo, la chica mágica Funny Trick, podía utilizar su magia para intercambiar las posiciones de dos cosas ocultas. Lo que hacía no era diferente de la prestidigitación, pero sin ella.

De camino, Kayo había comprobado el cubo de basura que había junto a la máquina expendedora. Lo único que había dentro era una lata vacía. Para que Funny Trick pudiera utilizar su magia, tenía que comprobar las posiciones de las cosas que iba a intercambiar y asegurarse de que ninguna de ellas fuera vista por nadie.

Kayo golpeó su capa con la punta de su varita, y el bulto de tela se desplomó como un globo desinflado. Cuando la retiró, lo que había era una lata vacía.

De momento había conseguido salvar a la chica. Esta magia puede ser útil, pensó, mirando hacia la máquina expendedora. Vio a la cartera asomando la cabeza por el cubo de la basura, con los ojos recorriendo su entorno.

El vehículo pasó a gran velocidad y la chica mágica del arcoíris que la perseguía se detuvo junto al cubo de la basura para arrastrar a la cartera fuera de él y gritar: “¡Nosotras dos podemos con el vehículo!”

Arrastró a la cartera, persiguiendo al vehículo que huía. Kayo dudaba de que la cartera entendiera lo que estaba pasando. Una vez más, a Kayo le vino a la mente la frase: se exactamente cómo te estas sintiendo.

***

✰  Captain Grace

La chica con el disfraz de colores del arcoíris y la cartera perseguían la camioneta. Con las fuertes piernas de una chica mágica, no iban a quedarse atrás. Captain Grace podía dejarlas tranquilas. Tenía que ocuparse de la otra.

Orejas de Conejo era ágil. Cuando la bailarina árabe le lanzó algo invisible, lo esquivó con un salto hacia atrás, y cuando la bailarina arremetió con sus cintas onduladas, Orejas de Conejo las agarró todas a la vez y tiró para desequilibrar a su oponente, y luego siguió con una patada. La bailarina trató de bloquearla con un muro de cintas, pero Orejas de Conejo la atravesó de una patada y la hizo derrapar por el camino.

El vehículo en retirada u Orejas de Conejo: Si Captain Grace tuviera que elegir un oponente, sería este último. Ese parecía más divertido. Al pensar en una pelea con otra chica mágica, Umi no pudo evitar que el espíritu aventurero bullera en su interior.

Orejas de Conejo era una oponente dura. Atacarla no le hizo perder la calma. Evitó los golpes aéreos de la bailarina árabe con facilidad, esquivando los ataques desde todas las direcciones en un alarde de técnica impresionante. A pesar de que algunos de los ataques vinieron de arriba y de atrás, los típicos puntos ciegos, ella permaneció ilesa.

Cuando Kayo la golpeó descuidadamente con su varita, Orejas de Conejo la agarró del brazo, a punto de hacer girar a Kayo cuando Umi la atrapó. Ni la chica del vestido de novia ni la de la danza árabe pudieron realmente hacer un movimiento. Y los indecisos ataques de las cintas de distintos tamaños no dieron en el blanco. Todas se mostraban asustadas. ¿Estaban asustadas por los proyectiles de llamas, o simplemente estaban aturdidas por la fuerza de sus enemigos?

Esto es patético. ¡Está desarmada! Umi se enfureció con todas ellas en su mente y reexaminó a su oponente.

¿También era Orejas de Conejo una especie de chica mágica?

Al igual que Captain Grace, ella era fuerte. ¿Qué pasaría si chicas mágicas tan poderosas lucharan entre sí? Se emocionó sólo de pensarlo.

La regla general de Umi Shibahara era luchar limpiamente, cara a cara. Así que dio la vuelta para ponerse delante de Orejas de Conejo, que estaba esquivando, bloqueando y parando los ataques de las otras chicas mágicas. Captain Grace giró su espada de un solo filo en su empuñadura para golpear con el extremo romo al enemigo, y Orejas de Conejo se agachó al instante para esquivar. Entonces, sin dar tiempo a Umi a pensar Oh, no está mal, Orejas de Conejo puso la mano en el suelo y dio una patada. Captain Grace no logró esquivar del todo, y la sangre brotó de su muslo.

Fue sólo un rasguño, pero esa herida cambió todo el ambiente. No dentro de la propia Umi, sino a su alrededor. Su grupo se había convertido en chicas mágicas de leyenda que luchaban para derrotar a los magos malvados como en un cuento de hadas, pero el uso real de las armas y ser testigo de un derramamiento de sangre real las había sacudido. Kayo, la representante de clase, y su profesora no estaban acostumbradas a la violencia, a diferencia de Umi.

Umi dejó escapar una risa intencionadamente fuerte. Si actuaba con cautela ahora, su enemigo se burlaría de ellas, y sus aliadas perderían la moral. Sus enemigos eran magos malvados. Si se echaban atrás, el mundo quedaría destruido. Levantando su espada por encima de su cabeza, esta vez la blandió hacia abajo. Parecía otro ataque, pero era una finta. Para el enemigo, debería parecer una gran apertura, y alguien tan buena como Orejas de Conejo estaba obligada a aprovecharla. Captain Grace haría precisamente eso.

Vamos, ¿cuál va a ser tu próximo ataque? Umi se preparó, pero Orejas de Conejo se dio la vuelta y salió corriendo. Pasó por delante del círculo de chicas mágicas que la rodeaban para escapar. Captain Grace se abalanzó sobre ella con su espada, pero Orejas de Conejo se agachó y se deslizó por debajo de la hoja.

“¡No te voy a dejar escapar, cerebro de peluche!” Quizás el insulto añadido era una expresión de irritación hacia ella misma. Se abalanzó sobre el enemigo que huía, pero Orejas de Conejo ya estaba fuera de su alcance. Desesperada, Umi le lanzó su espada, pero Orejas de Conejo se agachó al suelo para esquivar y siguió corriendo a cuatro patas como un animal, sin aminorar la marcha.

Era frustrante admitirlo, pero cuando se trataba de velocidad y agilidad en una distancia corta, Orejas de Conejo parecía ser superior.

Pero no sabrían si ella tenía la ventaja cuando se trataba de la resistencia a larga distancia hasta que lo probaran. Como Umi no lo sabía, valía la pena probarlo. En cualquier caso, le estaba pisando los talones a Orejas de Conejo, y mientras no la perdiera de vista, tenía una oportunidad de ganar. Su enemiga escapaba sobre sus cuatro extremidades, como un conejo de verdad, y Captain Grace la perseguía de cerca.

Corriendo en línea recta por la carretera, pasaron por delante de la escuela y luego subieron a toda velocidad por el muro de la cooperativa agrícola para saltar desde ese tejado y aterrizar en lo alto del almacén. Volvieron a bajar corriendo al suelo, donde Orejas de Conejo frenó un poco. La distancia entre ellas se redujo.

—¡La tengo!

Umi alargó la mano, pero justo antes de poder agarrar el cuello de su enemigo, sintió una intensa descarga en el muslo. Se levantó de un salto y se detuvo, poniéndose en posición de combate. No había venido de Orejas de Conejo. No había ninguna señal de que hubiera atacado a Umi, y estaba huyendo como una auténtica liebre, y no tardó en desaparecer. Los ojos de Captain Grace se movieron de un lado a otro.

¿Alguien la había atacado? No. Ahora nadie le prestaba atención. El camino estaba vacío. ¿Era alguien que se escondía? ¿Dónde? Sólo estaba la acera, la carretera y el campo detrás de ella.

El lugar en el que había sentido esa intensa descarga era el mismo en el que se había raspado tras no poder esquivar esa patada. No era una herida profunda en absoluto. Se pasó el dedo por el muslo y descubrió que, después de todo, el rasguño seguía siendo sólo un rasguño. Había sentido la conmoción y el dolor, pero no había recibido ningún daño. Sin embargo, era imposible que lo hubiera imaginado.

Sólo quedaba el hecho de que Umi había dejado escapar a Orejas de Conejo.

***

✰  Rain Pow

Como ocurre con todas las criaturas, incluidos los humanos, cada chica mágica es diferente. Y estas diferencias no se limitan a su magia. Sus habilidades físicas también varían significativamente.

También había muchas variantes entre las cuatro chicas que luchaban contra Orejas de Conejo: la bailarina árabe era rápida; la pirata también era bastante ágil y fuerte. En comparación con esas dos, la chica de las cintas estaba mucho menos dotada, pero aun así podía luchar. Lo máximo que podría hacer la chica del vestido de novia sería crear una distracción.

Corriendo detrás de Rain Pow estaba una Tatsuko Sakaki transformada. Se movía lentamente, incluso comparada con la chica del vestido de novia. Francamente hablando, era una babosa. Tampoco parecía muy fuerte.

Rain Pow la llamó con preocupación. “¿Estás bien, Tsuko?” “Sí… estoy bien.”

Aun así, parecía que podía seguir el ritmo del vehículo sin quedarse sin aliento, lo cual era un alivio.

Rain Pow continuó tras el vehículo, manteniendo una velocidad que no dejara atrás a Tatsuko pero que tampoco permitiera que el vehículo se alejara de ellas. Si seguía conduciendo en línea recta tendrían que girar en algún sitio, siempre y cuando no fueran a tomar la circunvalación hacia la autopista. Y una vez que giraran, no podrían mantener su velocidad de cien kilómetros por hora. Si las chicas se aventuraran a entrar en la autopista, también podrían acelerar sin reservas.

En otras palabras, no importaba de qué lado cayera la moneda, no era un problema para ellas.

Rain Pow comprobó que Tatsuko seguía el ritmo, lanzándole de vez en cuando miradas de preocupación mientras aceleraban poco a poco. El vehículo estuvo a punto de atropellar a unos peatones, y los vehículos del carril contrario tocaban el claxon, pero no redujo la velocidad mientras se desviaba hacia una carretera secundaria.

—¡Muy bien!

Kaori y Tatsuko estaban más familiarizadas con esta zona. Ese vehículo se dirigía a una estrecha carretera secundaria con muchas curvas. Incluso si la atravesaban y salían a la autopista, ésta estaba repleta de vehículos que volvían del trabajo a esa hora del día. Los atascos no eran inusuales.

Pero si tenían que elegir, una carretera secundaria con menos ojos era probablemente mejor que una carretera principal con muchos testigos. Rain Pow dio una patada a un muro de bloques de cemento, aprovechando el retroceso para lanzarse contra un pino, y desde allí se agarró a unos cables de teléfono y manifestó un puente arcoíris que iba en línea recta desde debajo de sus pies hasta su objetivo. Tardó menos de un segundo. Esta era la magia de Rain Pow.

Y este no era un arcoíris normal; era uno sólido. Rain Pow corrió por encima de él, haciendo una línea recta hacia el vehículo. A diferencia del vehículo, que estaba obligado a girar con la carretera, ella podía ignorar eso e ir en línea recta por su puente en el aire. Basándose en la velocidad del vehículo, juzgó dónde acabaría y se dirigió a ese punto.

Pero entonces ocurrió algo extraño. De repente, salió humo de la parte trasera del vehículo. Cuando Rain Pow bajó de un salto de su puente arcoíris, oyó que la camioneta se estrellaba contra algo y el suelo temblaba. El humo gris salía del vehículo en una nube cada vez más espesa.

Cubriéndose la boca, Rain Pow miró hacia arriba. A través del humo, pudo ver lo que parecían figuras corriendo por los tejados. Se estaban separando para correr en dos direcciones diferentes.

Así que pusieron una cortina de humo para separarse y escapar,

¿eh?

“¿Qué hacemos, Kaori?” Preguntó Tatsuko.

“Um… Nosotras dos también podríamos… ¿dividirnos? ¿O algo así?”

“¡¿Quééééé…?!”

“¡Está bien! ¡Hagamos eso! ¡Tú persigue a ese, Tsuko! ¡Yo iré por aquí!”

“E-Está bien…”

Los pies de Tatsuko subieron a toda velocidad por el muro de bloques de hormigón para correr por los tejados. Rain Pow también estaba a punto de avanzar, cuando sintió unos ojos sobre ella y se volvió para mirar hacia atrás. Una mujer de mediana edad llevaba en brazos a un niño de unos tres años y miraba a Rain Pow con una expresión de terror en el rostro.

Rain Pow extendió su brazo derecho en dirección a la mujer y cacareó: “¡Feliz Halloween!”

Una vez que la expresión de la mujer pareció decir: “Oh, ¿así que es esa temporada?”, subió corriendo a los tejados.

***

✰  Weddin (Tiempo restante: veintitrés horas, cincuenta minutos)

Cada una de las decisiones de Mine Musubiya se tomaba en función del riesgo. A veces, su madre le decía que pensara las cosas menos en términos de pérdidas y ganancias, pero Mine no sentía que se equivocara.

No es que rechazara las ideas de amistad y amor. Si elegirlos por encima del dinero, el estatus y otras cosas importantes seguía siendo la mejor opción, entonces esa era la elección que debía hacerse. Si las cosas que se ganaban con el estudio eran mayores que el placer que se obtenía con el juego, entonces era mejor estudiar. Si el estrés causado por el estudio era mayor que sus beneficios, entonces era mejor buscar alivio en los pasatiempos. En el caso de Mine, iba a alquilar DVD de anime para verlos.

Comparar y elegir. Esto era sencillo y fácil de entender. Incluso cuando algunos de sus compañeros hablaban a sus espaldas, llamándola ratón de biblioteca o mascota del profesor, si su estatus con ese profesor era más importante que ese estrés, ella elegiría esa opción. Dejaba de lado a ese tipo de personas y era más amable con el resto de sus compañeros. Hacer cosas como dejar que la gente copiase sus apuntes o escuchar los problemas de la gente le valdría una recompensa. Mine estaba dispuesta a vender su benevolencia por la ventaja de la popularidad.

Ahora que tenía la oportunidad de cumplir el sueño que tenía desde pequeña —ser una chica mágica— lo haría, por supuesto. Luchar contra unos magos malvados no era un gran precio a pagar, teniendo en cuenta lo que obtenía a cambio.

La pirata regresó, todavía con aspecto de estar alerta. Orejas de Conejo se había ido. Parecía que había dejado escapar a su presa.

“¡Hey, hey! ¡No puedes dejar que se escapen!” Toko estaba furiosa. Había alineado a las chicas en un semicírculo, y ahora la pirata estaba soportando la peor parte de su ira. Cuando la chica del arcoíris y la cartera también volvieron con las manos vacías, explotó. “¡¿Por qué les has dejado escapar?! Tenían la sartén por el mango. Debería haber sido fácil para ustedes. ¡Esto se fue al traste porque se dieron aires de grandeza! ¡Agh! ¡Tontas, tontas, tontas!”

“¿Cómo puedes hablar así cuando ni siquiera estabas peleando?” Escupió Mine sin pensarlo.

La reacción de Toko fue astuta. “¿Qué? Tú eres la que ni siquiera luchó. Yo soy quien las ha convertido en chicas mágicas, ¿no es así?

¡Sin mí, no tendrían poderes en absoluto! Si vas a lloriquearme después de dejarlos escapar, ¡entonces puedo hacer que otra persona sea una chica mágica!”

Mine se mordió el labio. No podía negar que desahogar su irritación de esa manera había sido irreflexivo, pero seguía enfadada. Ahora mismo, al menos, Toko no hablaba como alguien que necesitara ser rescatado.

Ignorando aparentemente a Toko, la pirata dio un paso adelante. “Así que esta herida de aquí.” La pirata señaló su muslo. Estaba sangrando. Mine también la miró. Sangraba porque la patada de Orejas de Conejo la había rozado, ¿no? “Sentí como si una cuchilla gigante me estuviera rebanando, y luego como si alguien le echara sal o como si me hubiesen restregando un rallador de queso particularmente afilado para luego untarme con wasabi. ¿Era esto, como, la magia de esa persona?”

“Bueno, es una maga malvada. Por supuesto que usa magia. Más importante, tienen que ir a perseguirlos ahora y vencerlos.”

Tímidamente, la chica del arcoíris levantó la mano. “Los que perseguíamos usaron humo para cegarnos. El vehículo se detuvo, pero los que estaban dentro huyeron. Nos dividimos y registramos la zona, pero no pudimos encontrarlos… Pero por si acaso, escondimos su vehículo.”

Así que Mine había acertado al juzgar que las fuertes piernas de una chica mágica podrían alcanzar al vehículo, y muy probablemente también había acertado al pensar que podrían manejar una pelea con sus pasajeros. Ni siquiera se le había ocurrido que sus objetivos utilizarían tácticas de confusión para escapar.

Mine soltó un suspiro. “Si no nos tomamos un momento para reflexionar, no podremos pasar al siguiente paso.”

“¡¿Cuánto tiempo vas a pasar reflexionando?! ¡Perseguirlos es lo primero! ¡Son magos malvados! ¡El mundo va a estar en problemas!

¡Todas sus familias están en peligro!”

“Sería mejor pensarlo todo en lugar de perseguirlos sin un plan.”

Habiendo adquirido los fantásticos poderes de chica mágica, se habían dirigido a enfrentar a los magos malvados, donde podían usar sus poderes a su antojo. ¿Había bajado Mine la guardia alguna vez?

No, no lo había hecho. Sus oponentes eran tan o más fuertes que ella. Es más, ella había creído que sus propios poderes eran fuertes, pero no eran nada del otro mundo en una batalla entre chicas mágicas. Había necesitado todo lo que tenía para seguir visualmente el vaivén entre la pirata y Orejas de Conejo.

Su propia magia, la de obligar a la gente a cumplir sus promesas, no era útil en la batalla, así que no había nada que hacer. Pero aun así, las otras chicas mágicas podrían haber tenido oportunidades de usar sus propias habilidades. Y si ella no sabía cuáles eran esas habilidades, entonces no podía dar órdenes para usarlas.

En realidad, tal vez debería considerar cómo podría utilizar su propia magia para el combate. En cualquier caso, lo mejor sería saber cuáles eran los poderes de las otras chicas.

“Estoy con la representante de clase.” La pirata indicó su acuerdo.

Pero había algo en su forma de dirigirse a ella que dejó a Mine insatisfecha. Sacudió la cabeza y se señaló a sí misma. “No soy la representante de clase. Soy Weddin. Mi nombre de chica mágica es Weddin.” Ya que este era el personaje en el que se había convertido ahora, debía dejarlo claro. Cuando un villano gritaba el nombre de la heroína, siempre era: “¡Maldita seas, Cutie Red!”, nunca: “¡Maldita seas, Yoshiko Takanashi!”

“Lo entiendo. Ni siquiera conocemos nuestros nombres, ¿eh? Así nunca podremos cooperar. Soy Captain Grace. Me alegro de trabajar juntas, Weddin.”

“Lo mismo digo, Captain Grace.” Se estrecharon la mano y se hicieron pequeños guiños. Probablemente pensaban de forma similar.

“Me apetecía mucho, así que me precipité. Primero, vamos a presentarnos. Y no sólo nuestros nombres, sino nuestros poderes, y si pueden, también lo fuerte que eres físicamente.”

Toko se quejó tan fuerte que Weddin quedó impresionada por el alboroto procedente de un hada tan pequeña. “¡Bu, bu! ¡Olvida eso y démonos prisa! ¡Se están escapando!”

“Por supuesto que vamos a atrapar a esos tipos. Es obvio. Pero aun así, tenemos que darlo todo, ¿no? ¿Conoces ese dicho de que hasta un león corre lo más rápido posible para atrapar un conejo?”

“Tal cual.” Dijo Weddin.

“Mei también hará eso de ‘reflexionar’.”

“¡Me están haciendo enloquecer! ¡Agh! Tienen que golpear a esa gente, o no podrán convertirse en chicas mágicas oficiales, ¿vale?”

“Aprender de nuestros errores está muy bien, pero… ¿Por qué no lo hacemos en otro sitio?” Sugirió la chica de las cintas, que debía ser la Sra. Himeno. Quizás le preocupaba que la gente pudiera verlas, ya que estaba inspeccionando la zona. El asfalto estaba tan erosionado y roto que habría que repararlo después de los golpes de sus piernas de chica mágica. Un cubo de basura estaba en medio de la carretera. Además, todas parecían cosplayers.

Antes no había gente, pero había casas cerca. Ahora algunas personas con aparente sospecha miraban hacia ellas, quizá asustadas por todo el alboroto. Una pareja de ancianos que realizaba labores agrícolas les señalaba y comentaba: “Deben estar filmando algún programa de televisión.” Una mujer de mediana edad que parecía un ama de casa las miraba como si cada una tuviera dos cabezas. Una niña de cinco años se quedó asombrada, con los ojos brillantes.

Esta multitud estaba destinada a crecer. La policía japonesa era un grupo formidable. Los vehículos de patrulla seguramente también aparecerían pronto.