Magdala de Nemure (NL)

Volumen 1

Capitulo 4: Soledad

Parte 1

“¿Así que inmediatamente viniste a verme?”

En la oficina, Post dejó los pergaminos sobre la mesa y le preguntó a Kusla.

Kusla y Wayland pasaron toda la noche anterior descifrando el contenido de los pergaminos, y Kusla había transferido los resultados al Cuartel General del Cuerpo de Equipaje.

Como esperaban, la línea descifrada trataba de suplicar el perdón de Dios.

En este punto, el grupo de Kusla todavía no podía descifrar el contenido de los dos últimos pergaminos, pero entre los que descifraron, había un párrafo sobre el refinado de pirita.

Normalmente, la pirita difícilmente se usaría, ya que contenía una cantidad excesiva de azufre y solo sería apropiada en ciertas situaciones únicas. Pero si los resultados registrados en los pergaminos fueran correctos, se podría usar pirita para hacer ese hierro extremadamente puro.

Pero hablando de eso, la investigación metalúrgica básicamente estaba explorando la oscuridad, una oscuridad en la que uno no se daba cuenta de en lo que se estaría metiendo.

Sería imposible saber cuándo se encontraría con un material tóxico que nadie conocía o con la explosión repentina de una droga experimental.

Tales incógnitas también se aplicarían a los experimentos que llevan a cabo los alquimistas.

Y siempre habían seguido las enseñanzas de Dios en sus experimentos, hasta el momento en que de repente se desviaron de ellas.

¿Qué me espera? ¿Cielo o infierno?

Cuando la gente se enfrenta a un problema de este tipo, la mayoría opta por un enfoque más conservador.

“¿Dónde está el otro?”

“Wayland está cansado y durmiendo.”

Post dejó escapar un profundo suspiro, liberando tanto aire como el de un bramido.

Parecía que era una costumbre, pero se frotó los ojos y los pequeños ojos de su rostro regordete miraban a Kusla. “¿Así que estos son los pergaminos restantes?”

“Sí. Pero como desconocemos el código utilizado para escribirlo, no podemos descifrar el contenido.”

“¿Puedes adivinar si es algo extremadamente anormal?”

“Al menos es algo que hará que alguien le pida perdón a Dios.” Después de la explicación reiterada de Kusla, el rostro de Post se arrugó.

Parecía que la razón por la que quería confirmar esto de nuevo era que era tal como había adivinado.

“… Es mejor para ti saber esto.” Él dijo. “¿Eh?”

“Estoy hablando de la causa detrás de la muerte de Thomas.” “Eso es…”

Preguntó Kusla, y en respuesta, Post mostró una mirada deprimida.

… Quiero creerle hasta el final, pero la conclusión es que es un traidor.

Cualquiera que hubiera trabajado en la línea de la alquimia definitivamente habría visto esa expresión varias veces.

“Antes de que Thomas muriera, la gente del Coro lo visitó una vez.” Kusla, sin embargo, no se sorprendió por esto.

“Descubrimos que el Coro realmente tuvo un encuentro con él, pero simplemente no pudimos entender por qué lo hicieron. En ese momento, pensamos que Thomas no era un hereje a sus ojos.”

Al escuchar esto, Kusla asintió afirmativamente por primera vez.

Los alquimistas no necesariamente buscaban ahondar en la locura de su ocupación, como se pensaba comúnmente; su locura, sin embargo, se trataba de su forma de vida.

“Pensamos que esas personas sospechaban que había algún secreto oculto detrás de las milagrosas habilidades metalúrgicas de Thomas, pero al final murió. Después de eso, investigamos al Coro, pero no hubo evidencia que pudiéramos reunir. Pensé… que era solo una mera coincidencia.” Post de nuevo se frotó los ojos mientras decía esto. “Parece que sus narices son bastante afiladas…”

“Entonces, ¿exactamente cuál es la razón?”

Kusla ciertamente no era un tonto con el cerebro vacío.

Sin embargo, permaneció en silencio, esperando que la otra parte dijera personalmente la verdad.

“Tienes algo de profundidad oculta dentro de ti, eso es seguro. Entonces diré esto. Ese método definitivamente no es algo que pueda ser revelado al público.”

Post miró los pergaminos sobre la mesa.

Su expresión era la de alguien que perdió la vida de un subordinado capaz debido a un pequeño fracaso.

“El asesino de Thomas es sin duda fue provocado por el Coro de los Caballeros.” “… ¿Y nos enviaron un vigilante por esa razón?”

“Supongo que sí. Este lugar todavía está dentro de mi jurisdicción, por lo que al menos las personas y propiedades afiliadas a los Caballeros están bajo mi control. Esas personas del Coro enviaron a alguien aquí incluso después de saber que esto crearía un conflicto en mi contra, y debió haber algo que estaban planeando. Y entonces, eso fue todo.”

Todavía había muchas técnicas que fueron selladas antes de ser reveladas al mundo, como una técnica que desafiaría directamente los principios de la Iglesia, o una técnica que beneficiaría al enemigo, por ejemplo. Kusla conocía personalmente a algunas de ellos.

El tema común acerca de estas técnicas fue que, para el escenario político, eran más peligrosas que cualquier calamidad natural. Para las personas que monitoreaban a los Alquimistas de los Caballeros, mantenerlas en secreto era un pecado capital, no se diga de investigarlas.

Ya sea que Thomas tuviera la intención de hacerlo o no, se había topado con una técnica prohibida, y el Coro fue el primero en darse cuenta. Uno podría imaginar que Thomas sintió que la otra parte no tomaría medidas directas y propuso algún tipo de trato, solo para enfrentar el destino de la muerte. El Coro era una organización filosóficamente radical y con frecuencia se involucraba en una batalla.

En otras palabras, todas las personas sospechosas debían morir.

Y todas las personas que no los siguieron también serían asesinadas.

Si hubiera habido un sabio consejo que Thomas podría haber usado, sería que no importa a quién se lo hubiera revelado, debería haber informado a Post de primera mano.

Los alquimistas no podrían sobrevivir solos en el mundo.

Una vez que un Alquimista confundiera su refugio, terminarían hundiéndose en el gran caldero llamado Alquimia.

“Pero mi opinión es que, aunque habían matado a Thomas, no saben qué tipo de pistas habría dejado atrás, y tuvieron que enviar a alguien al taller para investigar. Tenía que limpiar el taller antes de descubrir quién es el verdadero asesino y encontrar un sucesor para las habilidades que Thomas dejó atrás. Pensando en ello incluso como un enemigo, sin embargo, estoy bastante impresionado de que el Coro eligiera elaboradamente a esa niña para ser una supervisora.”

“¿Elaboradamente?”

“Correcto. Enviaron a una hermana joven y de bajo rango a un taller, con el prefacio de que acaba de adquirir experiencia para un trabajo de vigilancia realmente peligroso. Dado que no hay nada de lo que deba ser culpable de mi parte, tuve que aceptar su solicitud sin condiciones. Sin embargo, el problema es que una niña de esa edad es tan piadosa como fanática; mientras el monasterio dé la orden, probablemente empezará a buscar lo que quieran, como un perro bien entrenado.”

Kusla recordó su primer encuentro, y ella parecía dar el ambiente que Post había descrito. Además, recordó esa melancolía mostrada en su expresión de reojo.

“Como mi insuficiente protección de la posesión de los Caballeros, Thomas, condujo a su muerte, no siento miedo ni inquietud en ellos; incluso si el asesino viniera de dentro de los Caballeros, mis pensamientos nunca cambiarán, porque mi deber incluye garantizar la seguridad de Thomas frente a esa gente.” Dijo Post, y cerró los ojos. “Sin embargo, me siento molesto porque esas personas de mente estrecha, que no entendían la importancia de un Alquimista, siguieron resueltamente las enseñanzas de Dios y mataron un talento valioso, a Thomas, ya que su investigación era un tabú. Además, su verdadero objetivo era probablemente obtener la evidencia y aumentar su control sobre los Alquimistas.”

La razón por la que los Caballeros no tenían que preocuparse por el hambre, y por la que los peregrinos, que sólo sabían rezar, podían seguir viviendo sus pacíficas vidas de oración, se debía a que el Cuerpo de Equipaje de Post ganaba dinero en la ciudad. El deber de un Caballero era hacer la guerra, y los Alquimistas eran un grupo de personas valiosas en la Cruzada, ya que las técnicas que desarrollaran podrían permitir un gran ahorro de costes.

De hecho, no mucha gente entre los Caballeros entendió la importancia de un Alquimista.

Y la gente naturalmente despreciaría a los alquimistas, especialmente cuando las cosas iban bien.

Aquellos en autoridad también caerían en un pensamiento tan superficial, y sus pensamientos serían similares a los del Coro.

“Por lo tanto, tengo que tomar una decisión muy difícil.” Post abrió mucho los ojos y miró a Kusla.

Los alquimistas tuvieron que engañar, amenazar a otros y cubrirse de terror y velos secretos para asegurar su supervivencia. Sin embargo, el mundo de los comerciantes era diferente; y aquellos dentro de este mundo prosperaron explotando a sus pares.

Post, que logró amasar una gran fortuna en este mundo, estaba mirando a Kusla.

Y Kusla sabía que la otra parte no era alguien que pudiera manejarse fácilmente con solo unos pocos trucos, y estiró la espalda al azar.

“Creo que mejor me quedo con los dos últimos por si acaso.” “E-Eso, bueno…”

“Bien, es posible que nunca vuelvan a encontrar la luz del día.”

El rostro de Post se contrajo; era la expresión de alguien que pesaba algo que no se podía pesar.

“Pero si esto puede salvar a la mayoría de los Alquimistas, no me importará que me odien.” “…”

“Los Caballeros han crecido demasiado y se están fortaleciendo debido a la guerra. Ha pasado la era de los medios sin escrúpulos. Por supuesto, la guerra no es algo suave; sin embargo, el cuartel general de los Caballeros se está alejando gradualmente de esa Guerra, y desafortunadamente, no se escucha ningún rumor de Guerra allí.”

Creación, crecimiento, expansión, autoprotección.

Este era un proceso constante e inevitable para cualquier organización.

“Los sangrientos sucesos no son adecuados para ser revelados al mundo entero, y en este momento, debes haber sentido repulsión por los altos mandos. Sin embargo, ustedes tienen que sobrevivir, por el bien de los Caballeros y por ustedes mismos.”

Kusla no pudo discutir en absoluto y permaneció en silencio. Post personalmente sintió que el silencio era consentimiento.

“Tengo que respetarte por ser honesto sobre estos asuntos conmigo, y haré todo lo posible para darte privilegios. En cuanto a cómo eliminar la etiqueta asociada a tu persona, eso vendrá más tarde, así que espera. Te ayudaré por completo, porque es una recompensa que una persona leal como tú recibe.”

Fueron simplemente algunas palabras atractivas, pero en pocas palabras, eran solo para callarlo.

Pero Kusla no pudo rechazar a Post en ese momento.

La investigación de Thomas se colocó por completo en los pergaminos, y los pergaminos se colocaron en el escritorio de Post.

Kusla entrecerró los ojos y miró fijamente algo que estaba más distante que el horizonte. “Ha sido duro para ti.”

Esta línea significó el final de esta conversación.

Kusla hizo una reverencia a Thomas y salió de la oficina.

Una vez que salió de la habitación, inadvertidamente dejó escapar un suspiro. Ya hizo algunas conjeturas sobre los posibles sucesos antes de esto.

Y así, una vez que salió de la habitación de Post, dobló una esquina alrededor del largo pasillo y vio a Wayland mirándolo con una expresión sin emociones.

“Vienes con las manos vacías~.”

Wayland, que había tomado una ligera siesta, todavía parecía privado de sueño, y su atuendo desordenado lo hacía parecer un mendigo.

“Él también se los llevó.”

Al escuchar eso, Wayland resopló, inmediatamente dejó la pared en la que estaba apoyado y siguió a Kusla.

“¿Qué hacemos ahora~…?”

Incluso en medio de una habitación tranquila, los alquimistas hablaban en voz baja, ya fuera en el interior o en el exterior.

Porque nadie sabía quién estaría escuchando a escondidas. “Somos alquimistas. ¿Qué podemos hacer?”

Los Caballeros les dieron su taller, los Caballeros les dieron amplios fondos y los Caballeros fueron quienes les dieron protección y les permitieron escapar de la inquisición herética de la Iglesia. Los Artesanos de la ciudad tuvieron que pedir dinero prestado para mantener su trabajo y ceder los secretos de su taller, que había durado generaciones, a los Alquimistas.

Por lo tanto, en cuanto a los Alquimistas, ¿quién tenía mucho más que agradecer a los Caballeros en comparación con los Artesanos, quién sabía cuánto tenían que inclinarse?

“… ¿Kusla?”

“Ya hemos decidido lo que tenemos que hacer.”

Había árboles verdes, intrépidos ante este frío gélido, en medio del amplio patio. Kusla miró los árboles fuera de la ventana y luego volvió a mirar a Wayland. “Siempre estamos decididos a hacer lo que tenemos que hacer.”

“¡!”

“Has hecho una copia de todo de antemano, ¿verdad?”

La mano de Wayland estaba cubierta de tinta y tenía gruesos anillos negros alrededor de los ojos.

“Somos alquimistas. Nadie puede impedir que sigamos el camino hacia Magdala.”

“Así es como es~.”

Wayland sonrió mientras decía esto: “Sin embargo…” Continuó. “¿Nn?”

“Estoy un poco preocupado por algo~.” Wayland dijo mientras miraba el patio. “¿Preocupado?”

Preguntó Kusla, y siguió la mirada de Wayland.

“¿Qué hacemos con ella~?” Wayland se encogió de hombros ligeramente.

“Por lo que veo, es obvio que su objetivo como supervisora es el contenido de los pergaminos.” “Naturalmente, tenemos que engañarla.”

Kusla sintió que no había otra forma que hacer esto.

Miró a Wayland con una expresión práctica y vio que este último sonreía sarcásticamente mientras palmeaba a Kusla en la espalda y se marchaba.

“Voy a volver al taller primero~.”

Wayland agitó la mano mientras su espalda estaba vuelta hacia Kusla.

Y este último, que se quedó atrás, quiso regañar algunas palabras al perfil que se alejaba, pero se detuvo.

Porque se dio cuenta de que esta era la forma en que Wayland se concentraba en su trabajo.

Y así, la mirada de Kusla se volvió hacia el patio y encontró a Fenesis, sentada bajo un refugio en medio del frío gélido.

Sólo hasta que Kusla la alcanzó, Fenesis levantó la cabeza.

Ella entrecerró los ojos, probablemente debido al sol de la mañana entrante. “Ah…”

Y una vez que descubrió que era Kusla, rápidamente se frotó los ojos y resopló. “¿Qué estás haciendo aquí?”

“¡L-Lo que haga no tiene nada que ver contigo!”

Fenesis estaba sentada en el pabellón en medio del patio de la sede de los Caballeros, cerca de la habitación donde Kusla y Post tenían su conversación, y parecía una joven de pueblo trabajando, casi abrumada por el arduo trabajo.

Mientras intentaba ponerse de pie, se tambaleó debido a su aturdimiento.

Kusla la apoyó apresuradamente y se sorprendió al darse cuenta de lo frío que estaba su cuerpo. Parecía que había estado ahí fuera durante bastante tiempo.

“Pensé que ya habías ido al taller.” “… E-Entonces, ¿por qué estás aquí?”

“Para mí, es algo básico saludar a mi maestro cuando hay algo en marcha.” Una vez que Kusla dijo esto, Fenesis mostró una mirada amarga en su rostro. “Bueno, supongo que ese no es tu estilo.”

Y Fenesis bajó aún más la cabeza.

“Supongo que la charla de ayer sobre ser libre fue solo una broma.” “…”

“Te prohibieron acercarte a nosotros los Alquimistas y te hicieron recordar tu misión, ¿estoy en lo cierto?”

Teniendo en cuenta la personalidad de Fenesis, parecía que había informado de todo el día anterior, “Es bastante interesante trabajar junto con un Alquimista” y probablemente dijo algo como esto.

Naturalmente, Fenesis no completó la misión que se esperaba de ella.

Incluso participó en la recuperación de los registros metalúrgicos de Thomas, que el Coro había considerado un tabú. No era difícil imaginar lo furioso que estaba su superior al enterarse.

“Ya que lo sabes… por favor no preguntes.”

“¿Hm? No es bueno quedarse holgazaneando por estos lados, esperando que algo pase. Terminaras por resfriarte.”

“…”

Kusla le dio un codazo a Fenesis por detrás, y ella vaciló un poco antes de dar el primer paso. “Hablando de eso, los resultados son ciertamente así de alguna manera.”

“… ¿Qué quieres decir?”

Ambos atravesaron el patio y los pasillos, y dejaron el Cuartel General del Cuerpo de Equipaje, sin encontrarse con nadie en el camino.

Normalmente, esta residencia debería ser un lugar donde los miembros del personal pasaran a menudo, pero quizás era tan espacioso para que Kusla sintiera que este lugar estaba tranquilo cada vez que pasaba.

En medio de este silencio, trató apresuradamente de hacer que su mente encajara la información.

Quería encontrar una manera de engañar a Fenesis y desviarla.

No podía permitir que los resultados de la investigación de Thomas se mantuvieran en secreto debido a algunas razones políticas.

“Los altos mandos creen que cuanto más aplasten y destruyan, más recompensas obtendrán.” “…”

Fenesis levantó los ojos, miró a Kusla y frunció los labios con tristeza.

“Soy realmente tonta por bajar la guardia después de escuchar tus palabras.” “¿Crees que te estoy volviendo a engañar?”

“¿Me equivoco?”

Al ver que la chica lo miraba de forma desafiante, Kusla no pudo evitar reír.

A diferencia de su apariencia, la mirada de Fenesis no tenía ningún significado.

En este punto, se dio cuenta de que la distancia entre ellos se había reducido bastante.

“No te estoy engañando, pero nosotros los Alquimistas a menudo hacemos algunas cosas más allá de las expectativas de nuestros superiores y nos terminamos metiendo con ellos. Por eso me divierte ver a alguien soportar toda esta presión de un superior.”

“…”

“¿Tienes tanto miedo de fallar a las expectativas de tu superior?” Fenesis tenía muchas ganas de devolverle la mirada a Kusla, pero falló.

Salieron del recinto y llegaron a la bulliciosa ciudad, llena de vida.

Kusla a veces se preguntaba que, dado que había un mundo alejado de las conspiraciones y los maquiavélicos, ¿por qué eligió vivir de esa manera?

En este momento, hubo el aroma de un asador de cerdo a la vuelta de la esquina. Kusla se giró hacia el origen del olor y dijo: “Sólo tienes que trabajar adecuadamente y estará bien. Así es como funciona.”

Después de esta breve respuesta, se acercó al puesto porque no podía controlar sus impulsos y compró dos brochetas. La deliciosa carne de cerdo goteaba aceite, y era un manjar del más alto nivel cuando se comía en un clima tan frío. Fenesis permaneció donde estaba, vio a Kusla llenarse las mejillas de carne y le dio una mirada condescendiente, diciendo:

“Mi posición es completamente diferente a la tuya.” “¿Hm?”

Kusla sostuvo el pincho en su mano mientras le daba una mirada perpleja.

Fenesis no ocultó la furia dentro de ella ya que simplemente rechazó la invitación a comer carne.

“Soy diferente a ti.”

Se agarró el pecho, aparentemente soportando el dolor que venía de su corazón. Después de terminar un pincho de carne, Kusla arrojó el pincho desnudo a un perro callejero.

“Alguien dijo una vez que el estándar para decidir si alguien debe ser un esclavo, es si se ha considerado a sí mismo como un esclavo.”

“…”

“No tengo idea de por qué eres tan rígida en tu pensamiento.”

Al mismo tiempo, Kusla tenía que encontrar la manera de abrir los ojos de la chica que tenía delante, hacer que siguiera durmiendo en la silla y que no se interpusiera en su camino en el futuro.

Kusla terminó rápidamente el segundo pincho y sintió un poco de sed. Había una gran tina que espumaba con vapor blanco en medio de este día frío, proporcionando calor al vino de uva que se colocaba en su interior. Kusla se detuvo en seco, miró a Fenesis y señaló allí.

Fenesis inmediatamente frunció el ceño al ver esto, pero luego inmediatamente negó con la cabeza.

Y luego, ella todavía asintió levemente al final, aparentemente mostrando su propia debilidad. “Alabado sea Dios.”

Kusla golpeó ligeramente un recipiente de madera mientras decía esto. Fenesis tomó un pequeño sorbo y luego miró el vino de uva hirviendo con una expresión en blanco. Parecía que estaba furiosa y triste por su propia debilidad.

Post tenía razón en su descripción, que Fenesis era una chica que no era otra cosa que ser leal, hasta el punto en que obedecería ciegamente las órdenes que le dieran sin desviarse; podría decirse que es un caso clásico de creyente tonto, hasta cierto punto de lástima.

Honestamente, Kusla no podía entender qué estaba impulsando a Fenesis, pero a pesar de esto, sabía lo que tenía que hacer.

Eso sería para convencer a Fenesis, quien fue sermoneada por su superior, sintiéndose desanimada. Iba a convencerla de que ignorara las órdenes de su superior. Sintió que ella estaba siendo tan terca porque todavía tenía que ver cómo era el mundo exterior.

Luego Kusla tomó un trago de vino, miró a la multitud que procedía y esperó a que Fenesis se calmara.

Sin embargo, sintió algo inexplicable por alguna razón.

Porque la verdad era que, si decía una sola línea de los pergaminos a Fenesis, podría completar su misión. Volvió a reflexionar sobre esto y reconoció cuán peligrosamente frágiles eran los asuntos del mundo.

La posición de una persona cambiaría drásticamente cuando una persona supiera la verdad y la otra no. Fenesis por ejemplo no sabía nada, fue regañada por su superior, y estaba en un rincón del patio, sin saber qué hacer.

Sin embargo, lo inexplicable era que los que sabían la verdad estaban a un paso por delante de los que no, y podrían haber extendido la mano.

Quizás se debió a su naturaleza de alquimista, pero a Kusla le gustaba contarles a los demás sin cuidado lo que sabía. Pensó en una ensoñación que no tenía nada que ver con él mismo y sonrió con satisfacción en los labios. Justo cuando tenía la intención de borrar esa sonrisa con vino…

“Eres realmente libre.” Fenesis notó enérgicamente. “¿Hm?”

“Acabo de decir que eres realmente libre.” “…”

Kusla detuvo la mano que sostenía el vino y se preguntaba seriamente si debería abandonar a Fenesis y regresar al taller.

“Supongo que todo el mundo tiene límites.” El quid sería cómo trabajar dentro de ellos.

Ésta era la confianza en sí mismo que Kusla había logrado ganar después de haber labrado su propio destino hasta el día de hoy, o eso pensaba.

No quería hablar con nadie que solo supiera expresar su envidia por los demás.

Sin embargo, al escuchar la respuesta de Kusla, Fenesis mostró una sonrisa cansada en su rostro.

“Eso no es lo que quise decir.”

¿Qué quieres decir? Kusla dio una mirada inquisitiva mientras miraba a Fenesis, y este último tomó un sorbo de vino antes de continuar.

“Les pregunté a otros sobre Magdala.”

“… ¿Eh?”

“La tierra de Magdala buscada por los alquimistas.” Fenesis sonrió, aparentemente asombrada.

“Y la materia de los sueños.”

Su sonrisa era prácticamente una copia exacta de Friche.

Esta última se había reído una vez, diciendo que sentía que era lindo cómo los alquimistas tenían la costumbre de llamar a su sueño la Tierra de Magdala.

“Creo que todos ustedes son real y verdaderamente libres, persiguiendo la Tierra de Magdala.” “Todo lo que escucho son personas que nos llaman tontos.”

“Admito que no entiendo por qué estarías blasfemando contra Dios por el bien de tu sueño.” Fenesis dijo esto de una manera algo encantadora.

Se veía bastante inestable en este punto, con la cara enrojecida, probablemente debido al vino que bebía.

“Pero, después de todo, la libertad sigue siendo libertad.” “¿Por qué?”

“Por qué… eso es…”

Fenesis se llevó la mano derecha a la mejilla y cerró los ojos. Por su apariencia, parecía que estaba completamente borracha.

Sin embargo, las palabras que dijo sonaron inesperadamente sobrias. “Porque puedes decidir… cómo realizarás tus sueños.”

“… Esas son unas palabras profundas.”

“Por favor, no trivialices esto. Lo digo en serio.”

Fenesis miró a Kusla, pero no duró mucho. Su expresión seria se rompió en una sonrisa. Esto hizo que Kusla se sintiera un poco incómodo.

No le preocupaba que Fenesis estuviera borracha, sino que su proceso de pensamiento era mucho más complicado de lo que pensaba.

En este punto, su sonrisa era tan incómoda, y esta sonrisa antinatural era definitivamente la de alguien que había renunciado a todo.

“Si fallo en esta misión, me echarán del monasterio en el que solía quedarme.”

Fenesis dejó escapar un hipo mientras bebía, y la severa disonancia entre su expresión seria y su tono relajado dejó a Kusla sin habla.

“¿Te estás preguntando si vine al taller de un Alquimista por esta razón? ¿Es eso lo que piensas?”

Se sentía un poco desacostumbrado a que Fenesis estuviera en lo cierto, porque ella siempre había estado tan abierta a las burlas y sospechaba cosas por alguna razón.

“Yo también sentí que era extraño, pero incluso si hay otro monasterio que me acoja, pronto me echarán. Siempre ha sido así, y creo que ustedes tienen razón… que siempre será así.”

Kusla no pudo intervenir, y Fenesis no tenía la intención de detenerse.

“Vengo de un lugar cerca de ti, una tierra que la gente de aquí llama la ‘Tierra Prometida’.”

Kusla se sorprendió mucho al escuchar esto, y se volvió a un lado para mirar a Fenesis, quien sonrió mientras continuaba mirando a la multitud que pasaba.

“Eso es cierto… en esta zona nunca he escuchado el nombre Fenesis.” “Proviene de una tierra en el Lejano Oriente.”

Fenesis entrecerró los ojos y mostró una mirada rememorativa.

Al escuchar esto de ella, Kusla sintió que a la niña llamada Fenesis le habían quitado una capa de túnica.

“Así que eres un converso.”

Fenesis se estremeció levemente e inmediatamente levantó la cara para dar una sonrisa relajada.

“Soy una joven ex pagana en la que no se puede confiar. Así era como me veían sin importar a dónde fuera.”

Al escuchar esta respuesta esperada, Kusla miró hacia otro lado.

“Pero, de hecho, nunca fui pagana. Durante los muchos años en los que la guerra diezmó la tierra, mi tribu era un grupo de nómadas, con sangre maldita en nosotros. Se dijo que incluso en tiempos de paz, seríamos ejecutados por diversas razones dudosas. En la Cruzada, la caza se aceleró y nuestra tribu murió uno tras otro en nuestra fuga, hasta que yo era la única que quedaba con vida cuando llegué al último pueblo.”

No importa qué país, región o asentamiento fuera, definitivamente hubo quienes fueron condenados al ostracismo por todo tipo de diversas razones, probablemente debido a sus crímenes pasados, o porque alguna vez hicieron algo que fue despreciado por otros.