Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 6

Historias Cortas Adicionales 2: La Princesa y Su Nueva Empleada

“¡Vaya, nunca imaginé que conocieras a Note, Leyfa!” “Podría decir lo mismo de ti.” Suspiró la princesa.

Ahora que Note Athlon y Sofie se habían marchado, se quedó sola con Miya Line. La semi elfa había aparecido aparentemente de la nada, había exigido unirse al grupo y luego había demostrado una fuerza abrumadora en una victoria aplastante sobre Sofie. Leyfa había accedido a aceptar a Miya por sus increíbles habilidades, pero sus increíbles payasadas estaban molestando a la princesa.

“Pensar que ambos odiamos al mismo tipo… ¡¿Podríamos ser más perfectos la una para la otra?!”

“Escucha, tú.” La princesa había pasado por alto hasta ahora la actitud de Miya, pero ya no lo toleraría. Se llevó una mano a la frente mientras advertía a la semi elfa: “Tenemos que aclarar una cosa.”

“¿Qué?” Preguntó Miya.

“Estás siendo un poco… No, estás siendo atrozmente grosera.” “¿Tú crees?” Miya ladeó la cabeza. Parecía ajena al asunto.

“¡Eso es exactamente de lo que estoy hablando! Deberías haber dicho: ¡Le pido perdón, Su Alteza!”

“Hmm…”

“¿Por qué actúas como si eso fuera incomprensible para ti?” “Realmente no lo entiendo…”

“En primer lugar, ¡soy una princesa! ¡Un miembro de la familia real! ¡Se requiere que seas cortés conmigo!”

“¡Pero sí lo soy!”

“¡¿Ves?! ¡Más palabrería!”

Leyfa estaba tan frustrada que sintió que le venía un dolor de cabeza. No había sentido ningún remordimiento por haber dejado salir a Sofie, pero quizás dejar entrar a esa elfa tan cabezota había sido un error. Le asaltó una punzada de arrepentimiento.

“Es que se me da mal toda esa charla formal y estirada. Tal vez sea porque crecí en el campo. Tengo los pies en la tierra por naturaleza.”

“Solo para que lo sepas, Note Athlon viene del mismo pueblo y es perfectamente capaz de hablar con respeto.”

“¡Hey, buen punto!”

“Además, hace tiempo que saliste del campo.”

“No te preocupes. No tenemos que ser tan formales entre nosotras.” “¡Eso lo tiene que decidir la persona de mayor rango social!”

¿Podría ser esto parte del plan de Note Athlon? ¿Había enviado a esta infiltrada para molestar a la princesa hasta la muerte? Miya era tan incontrolablemente irritante que Leyfa tuvo que preguntárselo.

“Oye, tenemos más o menos la misma edad.” Dijo. “Así que seamos amigas, ¿de acuerdo?”

“Te lo recordaré de nuevo: soy una princesa.”

“Sí, pero llamarte ‘princesa’ es muy rígido. ¡Ya lo sé! A partir de ahora eres ‘Leyfie’.” “Haré que te decapiten si te diriges a mí con ese nombre.”

“¡Awww, pero si todavía no he podido usarlo ni una vez!” “Sería prudente no usarlo nunca.”

El dolor de cabeza de Leyfa se estaba convirtiendo en una auténtica migraña. En los cuentos era habitual que la princesa protegida y venerada por todos se encontrara con un personaje principal que rompiera su gélido corazón tratándola de la misma manera cálida y amistosa que los demás, pero en la vida real no funcionaba así. Estar en el extremo receptor de ese comportamiento impertinente era exasperante.

“¿Sabes siquiera cómo me llaman en la calle?” Preguntó Leyfa en tono sombrío.

“¿Leyfie?” Miya adivinó.

“¡Tyrant Princess! ¡Me llaman Tyrant Princess!”

Leyfa era muy consciente de que su apodo se decía con miedo, y lo prefería así. Tyrant Princess era un título maravilloso. ¿Qué había de malo en ser una tirana? Para alguien dispuesto a hacer lo que fuera necesario para reclamar el trono, le convenía perfectamente.

“Tienes el valor de intentar hacerte amiga de Tyrant Princess, chica.” Siseó Leyfa.

“¡Supongo que sí!” Miya respondió, impertérrita. “Esto puede sorprenderte, pero no fui ni de lejos tan amigable con mi último grupo.”

“Ciertamente es difícil de creer…”

“Es por todo lo que pasó con Note. Mentí sobre mis habilidades y mantuve las distancias con otras personas.”

“¿Cuál es tu punto?”

“Poner una barrera así perjudicó a mis compañeros de grupo. Ellos me veían como un compañero de equipo, pero yo no pensaba en ellos de la misma manera. Eso me afectó, ¿sabes? Me di cuenta de lo horrible que había sido con ellos.” La chica frente a Leyfa continuó con una sonrisa: “Por eso decidí que me haría amiga de mi próximo grupo, para ser un equipo de verdad. Así que tu apodo no me importa. Tengo toda la intención de ser tu amiga a pesar de todo.”

“Esa no es una buena razón para ser tan familiar con la realeza… Eres una persona muy extraña.”

“¡Sí, me lo dicen mucho!”

Parecía que Miya era dura, si no impenetrable. Leyfa no vio la necesidad de seguir discutiendo con ella. Por mucho que intentara advertirla, esta chica no cedería. Presionarla más sería inútil.

“Bien entonces. Llámame como quieras.” Suspiró.

“Bien, ¿qué tal ‘Leyfa the Tyrant’—o Leyfant para abreviar?” “Retiro lo dicho. Sólo puedes dirigirte a mí como Princesa Leyfa.” Dale a esta chica un centímetro y ella tomará un kilómetro.