Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 6

Capitulo 7: Un Paso Adelante, Un Paso Atrás

Con Erin y Roslia pisándome los talones, me dirigí inmediatamente al hotel del centro de la ciudad. Subimos las escaleras hasta el quinto piso, donde pude sentir la presencia de Neme. Tres figuras nos recibieron en el pasillo: Leyfa, Sofie y el sacerdote Gilbert.

“Oh, Dios. Buenas tardes. ¿Qué te trae por aquí con tanta prisa?” Dijo Leyfa tímidamente.

Una mirada fue todo lo que necesité para saber que ella era la responsable de esto. No había duda de que ella estaba detrás de la desaparición de Neme.

“Sabes exactamente lo que…”

“Es casi como si hubieras perdido a un miembro de tu grupo o algo así.” “Tsk…”

Definitivamente lo estaba haciendo a propósito. No había un “algo así” aquí; ella había tomado a Neme.

“Basta de tonterías. Suelta a Neme ahora mismo, o ya verás.” Declaró Erin, apuntando a la princesa con su báculo repleto de energía mágica.

Fue una muestra de confianza. La naturaleza de Erin la inclinaba a mantenerse firme incluso contra otras grandes personalidades. Sinceramente, había veces que pensaba que se apresuraba demasiado a buscar pelea, pero lo cierto es que estaba contento de tenerla cerca ahora mismo. A Erin no le importaba si Leyfa era de la realeza o no. Sofie intentó interponerse entre ellas, pero Leyfa la rechazó con un gesto.

“Qué violenta eres, Phantom Seventh Sage. ¿Qué es lo que te tiene tan nerviosa?” Preguntó.

“¡Devuelve a Neme ahora mismo!” Erin ladró.

“¿Neme Pargin? Es uno de los miembros de tu grupo, si no recuerdo mal. ¿Qué pasa con ella?”

“¡Ya sabemos que la tienes! ¡Entrégala!”

“Qué desagradable. Primero vienes a irrumpir y luego me acusas de secuestro sin pruebas.”

“¡No intentes hacerte la tonta! Note puede ver todo con su Búsqueda de Enemigos.”

“Eso no es una prueba concreta. ¿Puedes realmente decir que es ella sólo con Búsqueda de Enemigos? ¿Y si todo es un malentendido por tu parte?” Preguntó Leyfa con una sonrisa desafiante.

Erin apretó los puños en torno a su bastón y continuó: “Te dije que ya estaba harta de tus tonterías. Si Neme no está aquí, demuéstralo. Muéstranos esa habitación.”

“Creo que no. No he limpiado ahí dentro. ¿Quién quiere mostrar a los invitados una habitación desordenada?”

“¡Qué táctica tan obvia!”

“¿Y si son ustedes los que intentan engañarme? Podrían estar usando a su miembro del grupo desaparecido como excusa para entrar en mi cámara y robarme a ciegas. Eso ciertamente suena como algo que harían los pobres aventureros.”

“¿Te atreves a añadir el insulto a la herida…? De acuerdo, ¡tú te lo has buscado! No me importa si eres una princesa, ¡te mostraré lo que puedo hacer! Tu estatus no puede detenerme.”

La energía mágica se acumuló en la punta del bastón de Erin. Se estaba preparando seriamente para lanzar un hechizo. Esto no era una broma; ¿acaso la princesa y sus lacayos no podían percibirlo? Miré a Leyfa y vi que la comisura de su boca se había vuelto una sonrisa.

“¡Espera un momento!” Gritó Roslia, poniéndose delante de Erin con los brazos abiertos.

Con su trayectoria bloqueada, Erin abortó su hechizo y gritó: “¡Muévete, Roslia! ¡Estás en el camino!”

“No. Tienes que calmarte, Erin. Esto es una trampa.” Respondió ella.

“¿Cómo es esto una trampa? ¡El problema se resuelve si la freímos aquí y ahora!”

“¡Y estoy tratando de decirte que eso es exactamente lo que no puedes hacer! ¡No te quedes ahí parado, Note! ¡Ayúdame a detener a Erin!”

“Tiene razón, Erin.” Intervine. “Mantengamos la calma.”

“¡No es momento de ‘mantener la calma’! ¡Neme fue secuestrada, y esta mujer está tratando de buscar pelea con nosotros! No me lo voy a tragar.”

“En eso estoy contigo, pero primero tenemos que escuchar lo que Roslia tiene que decir.” Dije, deteniendo a Erin al agarrar su hombro. Luego me volví hacia Roslia y le pregunté: “¿Qué decías de una trampa, Roslia?”

“Esa mujer Leyfa intenta provocarnos con esa ridícula actitud.” Explicó Roslia, levantando la vista. “Es una táctica astuta que a la realeza, la nobleza y otras personas con poder les gusta utilizar. Cuando quieren deshacerse de alguien de menor rango, tratan de incitarlo, y si la víctima muerde el anzuelo, entonces es toda la justificación que necesita un noble de mayor rango para aplastarlo por actuar. Arrestar a la gente por acusaciones inventadas puede ser complicado independientemente de su estatus, así que esta es una forma de sacar un problema legítimo de la nada.”

Allí, Roslia se apartó de Erin para mirar a la princesa.

“Quieres que Note se una a tu grupo, ¿verdad?” Continuó. “Secuestrar a Neme sólo lo enemistaría, y tampoco es una jugada de poder. Querías forzarnos a tomar el asunto en nuestras manos, con una acusación de intento de asesinato. Eso es un delito grave si la realeza está involucrada, lo que significa una sentencia de por vida. Así que su plan era intervenir y hacer un trato con Erin: ella podría unirse a su grupo en lugar de trabajos forzados. ¿Eso lo resume todo?”

“Huh… Así que después de todo en su grupo hay alguien con cerebro.” Se burló Leyfa.

“Yo también he dado un par de vueltas a la manzana.” Dijo Roslia con un brillo en los ojos.

No estaba seguro de lo que quería decir con esa última frase, pero no podía estar más agradecido por ella en ese momento. Si no hubiera intervenido, habríamos estado jodidos.

“Ya la has oído, Erin. Así que, por favor, cálmate.” Le rogué. “Tsk… Bien, pero…”

“Si te arrestan, Note aceptaría cualquier cosa a cambio.” Añadió Roslia. “¿Quieres ponerle en esa situación?”

“No… Bien, ¡lo entiendo! No voy a hacer nada.” Finalmente aceptó Erin, sacudiendo la cabeza y alborotándose el cabello mientras respiraba profundamente para recomponerse.

“Aww, y también parecía la más fácil de engañar…” Murmuró Leyfa. “¿A quién llamaste fácil de engañar, perra?”

“¿Qué acabo de decir, Erin? Cálmate.” Suplicó Roslia. “Ella cree que eres fácil porque te retractas de todo enseguida.”

“¡Ya lo sé! ¡Es sólo un reflejo!”

Quise cuestionar eso con exasperación, pero por suerte parecía que podía contar con Roslia para mantener a Erin a raya por ahora. Necesitaba averiguar si Neme estaba bien.

“Su Alteza, ¿está Neme a salvo?” Pregunté.

“¿Por qué no iba a estarlo? Mientras se comporte, estoy segura de que será devuelta sin un rasguño. Por supuesto, no es que la tenga confinada ni nada por el estilo, sólo estoy adivinando en voz alta.”

Parecía que Leyfa se empeñaba en fingir su ignorancia. Su fraseo pomposo era exasperante, pero perder la calma significaría la derrota. Eso era exactamente lo que ella quería que hiciera.

Me recompuse como pude y la presioné: “¿Qué hace falta para que devuelvas a Neme?” “¿Tengo que deletreártelo? Sólo tengo una petición: únete a mi grupo.”

“Ya te dije que eso es imposible.”

“Entonces puede que tu amiga nunca vuelva a casa.”

Maldita sea. La mano que jugó Leyfa fue astuta, pero extremadamente efectiva. No podíamos usar la fuerza bruta, ni podíamos ignorar el hecho de que esto era esencialmente una situación de rehenes. Estábamos arrinconados sin salida. ¿Podríamos llamar a la guardia del pueblo para que entrara por la fuerza en la habitación de Leyfa? No, eso no funcionaría. Leyfa seguramente ya había previsto esa posibilidad. Su confianza imperturbable probablemente significaba que tenía a la guardia del pueblo en el bolsillo. No importa cuánto alboroto armáramos, no harían nada por nosotros. En otras palabras, los plebeyos como nosotros estábamos en la cuerda floja. Sin poder confiar en nuestras habilidades, éramos bastante impotentes. No veía la manera de salir de este lío.

“¿Devolverá a Neme si acepto unirme a su grupo, Su Alteza?”

“Hmph. Así que finalmente has entrado en razón, ¿verdad? Me gusta la gente con una buena cabeza sobre los hombros.”

“¡Oye, Note!” Ladró Erin.

“Espera.” Dije, levantando una mano para calmarla. “Quiero saber si con eso la princesa devolverá a Neme.”

“Por supuesto. Completamente ilesa.” “No confío en ti.”

“No tienes más remedio que confiar en mí en ese sentido. Para que lo sepas, como candidato al trono, tengo piedad con los que se mueven a mi favor.”

“¿Y si acepto unirme a tu grupo y luego reniego en el momento en que regreses Neme?”

“Tampoco tengo piedad con los que se mueven contra mí. ¿Todavía piensas faltar a tu palabra después de oír eso?” Respondió, con una mirada casi diabólica.

Una mente despiadada, una personalidad fría y el poder de ponerlo todo en práctica: Leyfa Southerndall era una oponente muy peligrosa. Tendríamos que enfrentarnos a ella con extremo cuidado. A pesar de sus métodos de mano dura, una parte de mí quería creer que todavía tenía algo de bondad. Que había una línea que no cruzaría. Pero estaba equivocado. Esta era la Tyrant Princess que había planeado el asesinato de su propia hermana. Para ella, matarme sería un paseo en el parque. Erin, Roslia, Neme y Force se habían unido por mí, y ahora yo era la razón por la que todo estaba a punto de desmoronarse de nuevo. No podía soportar eso.

“Por favor, deme una semana, Su Alteza. Tendré una respuesta para usted para entonces.”

“¿Una semana? Qué despreocupación cuando un miembro de tu grupo ha sido capturado.” “Nuestro líder de grupo está actualmente fuera de la ciudad. No puedo renunciar sin

avisarle debidamente.”

“Hmm. Está bien, de acuerdo. Te daré una semana.” “Y Neme…”

“No regresará ni un momento antes.” “Tsk…”

“Por supuesto, será bien tratada. No sufrirá ningún daño, y me aseguraré de que su estancia sea cómoda. Siempre que no intente escapar, claro.”

“Lo entiendo. Por favor, mantén tu promesa.”

“Sólo ten en cuenta tu plazo.” Dijo Leyfa con una sonrisa de suficiencia.

Estaba preocupado por Neme, pero no podía ceder aquí, así que grité a la puerta: “¡Neme!

¡¿Puedes oírme?! ¡Por favor, aguanta una semana! Seguro que volveremos para salvarte, así que mantén la calma y espera ahí mismo.”

No hubo respuesta, pero tenía que creer que mi mensaje había llegado a ella. Lo peor sería que se resistiera y Leyfa decidiera deshacerse de ella antes de tiempo.

Sólo una semana, señorita Neme. Le prometo que podré salvarla entonces…

“¿Eso es todo? Si ya has tenido suficiente, deja de merodear por el pasillo y vete. Me gustaría volver a mi habitación.”

“Sí. Vamos, Erin, Roslia.”

El tono exigente de Leyfa era exasperante, pero quedarse aquí no iba a servir de nada. La princesa tenía toda la ventaja, y no había forma de que soltara su baza de rehén. Así que no tuvimos más remedio que volver a casa a regañadientes.

***

Tras nuestro viaje sin palabras de vuelta al cuartel general, Roslia fue la primera en romper el silencio.

“¿Qué vamos a hacer, Note?” Preguntó.

“¡Eso es!” Se hizo eco Erin, volviéndose hacia mí enfadada. “¡Incluso nos diste ese plazo de una semana! ¡Deberíamos haberla puesto en su sitio en ese mismo momento!”

“Erin, ¿has escuchado lo que he dicho?” Pregunté a su vez.

“¡Te he oído! ¡Sé que fue una trampa! ¡Pero aun así podríamos haberla aplastado para asegurarnos de que no volviera a desafiarnos!”

“¡¿Qué tan salvaje puedes ser?! ¿Crees que Leyfa se rendiría tranquilamente después de una paliza? En todo caso, eso sólo la haría más decidida a vengarse.”

“¡¿Entonces qué deberíamos haber hecho?! ¡¿Estás diciendo que hay otra forma de tratar con ella?!”

“Ese es el problema…” Dijo Roslia, lanzando una mirada hacia mí. Parecía preguntarse qué estaba pensando.

Dije despacio y con seguridad para no parecer asustado: “No te preocupes. Yo me encargo de esto.”

Roslia me miró sin comprender. “¿Pero cómo?”

Continué sin responderle: “Ustedes dos no necesitan hacer nada. Solo tienen que esperar una semana. Tengo una forma de recuperar a Neme, seguro.”

“Tú solo, ¿eh?” Preguntó con duda. “Sí, eso es lo que estoy diciendo.” Roslia se quedó sin palabras.

En su lugar, Erin murmuró en voz baja: “No vas a ceder ante esa mujer, ¿verdad?” “¿Qué quieres decir?”

“Te pregunto si piensas unirte a su grupo.” Aclaró con una mirada preocupada. “¿Y bien?

Contéstame. No quiero que renuncies a los Arrivers.”

“No tienes que preocuparte. Me aseguraré de que eso no ocurra.” Respondí, tratando de apaciguar sus temores.

Roslia se dirigió entonces a mí y me preguntó: “¿Por qué estás tan seguro? ¿Qué vas a hacer? Erin y yo estamos preocupados… ¿No nos vas a decir lo que estás planeando?”

Me di cuenta de que estaba realmente preocupada, pero…

“Lo siento, no puedo hacerlo.” Sólo pude rechazarla sin rodeos. “¿Qué? ¿Por qué?”

“Tengo mis razones.”

“¿Contarnos va a comprometer tu plan o algo así?”

“No es así, simplemente no puedo decírtelo.” No tenía elección en el asunto.

Frustrada por mis vagas respuestas, Erin me agarró del brazo. “Esto concierne a todo el grupo. No es algo con lo que tengas que cargar tú solo, ¿sabes? Podemos ayudarte.”

“Lo sé, y te escucho. No es que no confíe en ustedes. Sólo que hay circunstancias atenuantes.”

“¿Significa que hay una razón por la que no puedes decirnos?”

“Sí. Lo siento mucho.” Dije, mirando a Erin directamente a los ojos.

Les estaba dando largas a propósito, pero realmente tenía mis razones. Tenía que mantenerme firme en esto pase lo que pase.

“Podemos confiar en ti, ¿verdad?” Preguntó Erin, sus ojos vacilando mientras miraba los míos.

Sólo pude asentir vagamente como respuesta.