Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 6

Capitulo 13: La Peor Combinación

Así que Leyfa y Miya están al otro lado de esta puerta, ¿eh?

Ya era poco antes del mediodía. Un rato después de desayunar, Sofie y yo habíamos partido hacia el hotel. Sin embargo, como íbamos al ritmo comprometido de Sofie, el viaje de veinte minutos duró una hora entera. Su frente estaba ahora empapada de sudor.

“¿Estás bien? ¿Descansamos un poco?” Llamé para ver cómo estaba. “No. Estoy bien.” Respondió ella, sacudiendo la cabeza.

No parecía estar especialmente bien, pero discutir con ella sólo le supondría más tensión. Pensé que lo mejor era acabar con nuestros asuntos lo antes posible para que ella pudiera volver a descansar.

“Muy bien. Aquí vamos…”

Llamé al timbre de la habitación del hotel. Tras un momento de espera, alguien se acercó a la puerta desde el otro lado.

“¿Sí? ¿Quién es?” Llamó una voz brillante. Oírla me trajo recuerdos, tanto del pasado lejano como de hace unos pocos meses. Cuando la puerta se abrió, vi a una semi elfa rubia que me resultaba familiar. “¡Ak! ¡¿Note?!”

Espera, ‘¿Ack?’ ¡¿Qué clase de reacción fue esa?! Así no es como se supone que debes saludar a un viejo amigo que no has visto en mucho tiempo. Tuve la mitad de la intención de replicarle de ese modo a Miya, pero me contuve. No era el momento de discutir. Quería evitar causar cualquier problema aquí.

“Cuánto tiempo sin verte, Miya.” Dije, saludándola con la mayor sonrisa que pude reunir.

“¿No habíamos acordado no volver a vernos hasta que uno de los dos hubiera conquistado la mazmorra? Oh, ¡ya sé! Me has echado mucho de menos, ¿verdad?”

Molesta. Absolutamente insufrible. ¿Por qué me sentía tan mareado? Miya sonreía estúpidamente de oreja a oreja, así que la ignoré y me volví hacia Sofie.

“Me estás sacando de quicio. ¿Puedo golpearte?”

“¡¿POR QUÉ?! ¡Eres tan malo, Note!” Protestó Miya con lágrimas en los ojos.

Ugh, tenía que controlarme. No estaba aquí para pelear con Miya. Necesitaba ir al grano. “Necesito preguntarte algo, Miya. ¿Es cierto que te vas a unir al grupo de Leyfa?”

Miya asintió, todavía sonriendo. “¡Sí!” “Espera, ¿en serio…?”

“¿Qué? ¿Hay algún problema con eso?”

Sinceramente, había múltiples problemas. Sin embargo, Miya ladeó inocentemente la cabeza. No podía percibir que tuviera ningún motivo oculto. Era felizmente ignorante.

“¡Oh, ya entiendo!” Gritó. “Estás celoso de que me una a la princesa, ¿no? ¡Así que has venido a quejarte de ello!”

Me quedé atónito en silencio. Estaba tan sorprendentemente equivocada que mi mandíbula cayó al suelo de incredulidad. Sofie también estaba harta.

“No lo entiendes en absoluto, Miya. La llaman Tyrant Princess por una razón. Deberías alejarte de ella.” Agarré a Miya por los hombros y traté de hacerla entrar en razón. Podía sentir la mirada de reproche de Sofie sobre mí, pero no le hice caso. “Te lo digo por tu propio bien,

¿me oyes?”

“¡Bueno, perdona! ¿No crees que estás siendo un poco grosero?” Dijo una voz desde más adentro de la habitación. Era orgullosa. Opresiva, incluso. Y pertenecía nada menos que a la mencionada Tyrant Princess, Leyfa Southerndall. “Acordamos no interferir en los asuntos de los demás, ¿no es así? Entonces, ¿qué estás haciendo aquí, diciéndole a uno de los miembros de mi grupo lo que tiene que hacer? ¿No va eso en contra de nuestro pequeño acuerdo?”

“Pero…”

“Sin peros. A menos que no estés de acuerdo, por supuesto.”

Por desgracia, no pude discutir. Leyfa tenía toda la razón. Había utilizado a Headhunter como palanca para forzarla a una tregua, un pacto de no interferencia. Puede que Miya fuera mi amiga de la infancia, pero eso no significaba que pudiera intentar impedir que se uniera al grupo de Leyfa. Iría en contra de nuestro acuerdo.

“¿Eh? Princesa Leyfa, ¿usted y Note se conocen?” Preguntó inocentemente Miya, ajena a nuestra historia.

“Debería ser yo quien te preguntara eso.” Respondió Leyfa. “¿De qué se conocen?” “¿Recuerda al amigo de la infancia que dije que quería golpear ayer? Este es él.”

¿Qué demonios estaba diciendo de mí a mis espaldas? Tenía curiosidad, pero tampoco quería saberlo.

“Vaya, qué coincidencia. Obsérvese que Athlon también es el hombre que dije que despreciaba a muerte.”

“¡¿En serio?! Eso nos convierte en las mejores amigas.” Chilló Miya, levantando la mano para chocar los cinco.

Leyfa vaciló y luego se aclaró la garganta. “Así que es así. Ahora Miya Line está conmigo.”

“¡Oye, vamos! ¡Choca esos cinco!” “Er, ¿debo hacerlo?”

“¡Sí!”

“Que así sea…” Arrollada por la energía de Miya, Leyfa dio un golpecito de mala gana a su mano levantada.

Entonces se dio la vuelta y me ladró: “¿Qué estás mirando?” “Oh, nada. Sólo estaba notando lo roja que está tu cara.” “¡Cállate! ¡Ni una palabra más!”

Tal vez la estaba presionando un poco demasiado… El plan no era molestarla. Tenía que cuidarme.

Aparte de eso, Miya era bastante intrépida frente a Tyrant Princess, ¿eh? No había sido capaz de imaginarlo antes, pero tal vez hacían una buena pareja después de todo. La fría y calculadora Leyfa y la despreocupada y animada Miya… Eran como polos opuestos que se equilibraban bastante bien.

Espera, ¡Miya no era realmente la razón por la que estaba aquí! Casi había olvidado a Sofie.

“Escuche, Su Alteza, en realidad estamos aquí por su caballero…”

Cuando me giré para mirar a Sofie, la cara de Leyfa se volvió aún más fría.

“¿Qué, tú también estás aquí? No me había fijado en ti.” Siseó. “Ahora que lo pienso, ¿no te dije que no volvieras a mostrar tu cara? ¿No fui clara?”

Todo el cuerpo de Sofie se estremeció. Oír palabras tan crueles de alguien a quien había jurado su vida… No es de extrañar que estuviera tan sorprendida.

“Oye, no tienes que ir tan lejos, ¿verdad? Sofie hizo lo que pudo…”

“¡Los forasteros deberían mantenerse al margen!” Leyfa soltó un chasquido de rabia. Cuando lo dijo así, no pude discutir. Miya también observaba con nerviosa incertidumbre.

“Sabes que desprecio a la gente que no puede conseguir resultados, ¿verdad?” Preguntó la princesa.

“Sí…” Sofie respondió dócilmente. “¿Y has conseguido algo?”

“No…”

“Así que entiendes lo que sigue, ¿no?”

“Así es…”

“Sabes que normalmente me deshago de la gente que descarto, ¿verdad? Eso es porque suponen un problema para mí si deciden volverse contra mí. Ya hice una excepción contigo en ese sentido. ¿Qué más quieres de mí?”

“Nada…” Sofie no consiguió que decir. “Lo siento, Su Alteza…”

Abrumada por la agresividad de Leyfa, se echó atrás en silencio. Si no intervenía, Sofie quedaría de nuevo a la deriva. Así que me armé de valor y hablé.

“¿Estás segura, Sofie? ¿Realmente quieres rendirte luego de venir?”

Sofie sacudió la cabeza y luego gritó: “¡Princesa Leyfa, te lo ruego! Por favor, dame otra oportunidad.”

“Ugh, eres tan ruidosa.” “¡Por favor, Su Alteza!” “¡No me toques!”

Leyfa apartó la mano de Sofie de un manotazo. Quedó un momento en el aire sin poder ir a ningún sitio.

“Su Alteza…”

“¡Cállate! He terminado contigo. Vete.” “¡Por favor! Haré todo lo que me pidas.”

“Te dije que desaparecieras. Si tanto quieres hacer algo por mí, desaparece ya de mi vista.” “Qué…”

La cara de Sofie ya estaba tan blanca como una sábana. No podía quedarme sin decir nada. “¿No es eso demasiado duro? Podrías escucharla un poco…”

“¡Dije que los forasteros deberían mantenerse al margen! ¿No me has oído?”

Nos miramos fijamente. Abrí la boca para decir algo, pero Sofie se me adelantó… “Está bien.” Murmuró en voz baja.

“¡¿Qué?!” Jadeé.

“Ya es suficiente…” Allí, se volvió hacia Leyfa e inclinó la cabeza. “Siento haber causado tanto alboroto.”

“Pero Sofie…”

“Me despido ahora, Su Alteza, pero ¿antes puedo recuperar mis cosas?”

“Haz lo que quieras.” Respondió Leyfa con desinterés, desapareciendo de nuevo en el interior de la habitación.

Pude ver cómo los puños de Sofie temblaban. Apretó la cara en un intento de contener las lágrimas… y yo me sentí impotente para ayudarla. La había traído aquí con la esperanza de mejorar las cosas, pero ahora estaba peor que antes. Si hubiera sabido que todo iba a acabar así, la habría obligado a quedarse a descansar en el cuartel general. Nunca debió venir a ver a Leyfa…

Eso fue todo lo que pude pensar cuando vi lo desconsolada que estaba Sofie.

***

Después de recoger las pertenencias de Sofie, dejamos atrás el hotel. Ella todavía estaba en bastante mal estado, así que yo llevaba sus cosas por ella.

“¿No es pesado? Yo puedo llevarlo.” Se ofreció.

“No puedo dejar que alguien convaleciente lleve esto.” Argumenté. “Está bien. Ya estoy mejor.”

O al menos eso decía, pero lo cierto es que no lo parecía. De hecho, parecía incluso peor que cuando dejamos el cuartel general. Tal vez la había forzado demasiado. Su flequillo estaba mojado por el sudor y podía ver que sus ojos se desenfocaban a veces.

“De verdad, estoy bien.” Insistió. “No tienes que molestarte más conmigo.” “Di lo que quieras, pero…”

“No hay necesidad de que te preocupes por mí, Note.”

Claro, no tenía la obligación de que me importara lo que le pasara. Pero no era despiadado. “No puedo dejarte andar por allí en tu estado. ¿Qué vas a hacer? Siento que si te dejo aquí,

caerás muerta en la calle.”

“¿Caer muerta, eh? Eso no suena tan mal…”

“¿Cómo puedes decir eso? Tienes que tener una razón para seguir adelante.”

“No, nada de eso.” Murmuró. “¡La Princesa Leyfa lo era todo para mí! Me levantó cuando no tenía a nadie. Mi único propósito en la vida era pagar esa deuda.”

Qué retorcida razón de ser… Eso fue todo lo que pude pensar.

“¡Pero ahora incluso eso me ha sido arrancado! Ya no tengo ninguna razón para vivir.”

La retorcida razón de ser de Sofie era su último vínculo con algún propósito, y ahora se había cortado. No había nada que la mantuviera en pie. Mirándolo objetivamente, apostar tu propósito en la vida por otra persona es una mala idea. Crea dependencia.

Sin embargo, Sofie probablemente tenía sus razones para vivir como lo hacía. Había perdido a toda su familia. Había perdido su estatus de nobleza junto con la gracia de la sociedad. Nunca había pasado por algo así. No tenía idea de lo doloroso que era. Nunca entendería la desesperación que estaba sintiendo ahora…

Pero tal vez pueda hacer algo al respecto, ese fue el pensamiento que cruzó mi mente. Aunque no pudiera entender por qué buscaba la muerte, aunque sólo fuera temporal, podría ser capaz de darle otra razón para vivir. Ese destello de inspiración me hizo abrir la boca antes de darme cuenta.

“En ese caso, ¿por qué no vienes a explorar la mazmorra con nosotros?” “¿Qué?”

“Errr, ¿cómo debo explicar esto…? En un momento de mi vida, yo tampoco creía tener una razón para vivir. En mi caso, sin embargo, era sólo porque me habían dejado. Lo sé,

¿verdad? ¿Qué tan dramático pude ser? Aun así, en ese momento, esa chica lo significaba todo para mí.”

Apenas sabía lo que estaba diciendo.

“Pero mi vida cambió cuando me uní a los Arrivers y probé la exploración de mazmorras. Dejé atrás mi pasado y encontré una nueva razón para vivir. Puede sonar extraño, pero la mazmorra tiene ese tipo de poder.”

Aunque todo mi sentido común me decía que me detuviese, no podía hacerlo.

“Así que creo que tú también deberías probarlo. ¿Qué dices? ¿Quieres completar la mazmorra con nosotros? No es una vida fácil, y no puedo garantizar que encuentres la felicidad. Estarás constantemente en peligro, pero cada día será tan agitado que te olvidarás de todo lo malo en poco tiempo.”

“¿Qué estás diciendo…?”

Sofie estaba comprensiblemente recelosa. Incluso yo sabía que lo que estaba diciendo era una locura.

“Estoy medio seguro, pero puedo prometerte esto… No hay diversión como la de explorar la mazmorra.”

“¿Por casualidad te has vuelto loco?”

Tal vez era el caso. ¿Por qué estaba tratando de reclutarla en esta situación? Era como si la mazmorra fuera lo único en lo que podía pensar. Erin incluso me había llamado un bicho raro obsesionado con la mazmorra.

“Resulta que a nuestro grupo le falta un miembro en este momento. ¿Estarías interesada en ocupar el puesto? Si no tienes nada más por lo que vivir, eso debería bastar por ahora. Probablemente será una experiencia más productiva que simplemente desplomarse.”

Estaba desesperado, pero mis pensamientos se dirigieron a alguien que había conocido mientras ayudaba a los Labyrinth Knights. Era su guerrero estrella, Blaeu, que había buscado la muerte en la mazmorra desde que perdió a sus compañeros en ella. Seguramente los miembros de su grupo actual no querían verlo morir, pero seguían aventurándose con él de todos modos. Tenían que esperar que cambiara de opinión con el tiempo. ¿Estaba mal que deseara lo mismo para Sofie?

La miré con nerviosismo. Tenía una leve—tan leve que apenas era detectable—sonrisa en el rostro.

“¿Te han dicho alguna vez que eres raro?” Preguntó. “Recientemente, sí, me pasa mucho…”

Fue gracioso. No solía escucharlo. Algo había cambiado desde que me uní a los Arrivers.

“Era tu enemigo. Secuestré a uno de tus compañeros de equipo. Incluso te apuñalé con mi espada. ¿Y aun así me invitas a tu grupo?”

“Bueno, ¿sí? Nada de eso me preocupa.”

“Perdí contra esa medio elfa. No soy tan fuerte. Puede que no sirva de nada.”

“Eso no es cierto. Eres muy fuerte. Miya es sólo un monstruo. No dejes que te afecte.”

Cuando nos conocimos,  pude comprobar la fuerza de Sofie de primera mano. Sus habilidades eran auténticas, como se esperaba de un caballero que había pasado años al servicio de Leyfa. Sólo había un puñado de personas en este país que pudieran enfrentarse a Miya en una pelea, por no hablar de vencerla. Sofie no tenía motivos para tomárselo como algo personal.

“Entonces, ¿te unirás a los Arrivers?” Volví a preguntar. Sofie se quedó en silencio. Su mirada estaba fija en el suelo. “Por favor.” Dije. “Piensa que nos estás ayudando.”

Eso pareció remachar las cosas. Me miró y dijo: “Te debo una por haberme salvado. Creo que al menos debería devolverte el favor.”

“No, no me debes nada…”

“Es importante para mí. Pagar mis deudas, quiero decir. No soy uno de esos miserables ingratos…” No tenía ni idea de lo que estaba hablando, pero pude ver la sinceridad en sus ojos cuando lo dijo. “Si tu grupo está necesitado y hay algo que pueda hacer al respecto, quiero ayudar. Todavía no entiendo lo que dijiste de vivir para ello o hacerlo por diversión… Pero si puedo devolver el favor probando mi mano en la mazmorra, entonces eso es lo que haré.”

“Ese es un buen comienzo como cualquier otro. El resto lo puedes resolver sobre la marcha.”

No tenía ninguna prueba de ello. Era sólo optimismo por mi parte, pero creía que algún día ocurriría. Por eso podía decirlo con confianza.

“Entonces es una promesa, Sofie. Por favor, no hables más de morir.” “Bien… Lo prometo.” Sofie asintió lentamente.

Se sentía un poco extraño, incluso para mí. Habíamos empezado como enemigos. Al igual que Leyfa, no me resultaba muy agradable estar con Sofie. Pero ahora, tras un extraño giro del

destino, le estaba pidiendo que se uniera al grupo. Supongo que no era tan mala idea… Encontrar un miembro del grupo a través de una extraña conexión, eso es.

Basándome en nuestras conversaciones hasta ahora, sabía que Sofie no era una mala persona. Sólo había sido leal a una mala princesa. Era así de simple. Era un poco demasiado simplista, en realidad, pero comparada con los otros miembros de los Arrivers, Sofie era francamente normal. Erin y Roslia eran mucho más difíciles de manejar cuando estaban molestas por algo.

“Es bueno tenerte, Sofie. No puedo esperar a ver a dónde llegaremos desde aquí.”

Con la incorporación de un nuevo miembro, los Arrivers cambiarían. Si sería para bien o para mal, nadie lo sabía, pero tenía la sensación de que a Sofie le iría bien. Estaba extrañamente seguro de ello.

“¿Pero está bien así?” Preguntó. “¿Qué cosa?” Pregunté a mi vez.

“Que decidas esto por tu cuenta. ¿No deberías discutirlo primero con los miembros de tu grupo?”

“…”

“¿Por qué no dices nada?”

“Bueno, estaba pensando que tienes toda la razón.”

Había pasado por alto ese detalle crucial. Esta no era la clase de decisión que podía tomar por mí mismo. Era algo que todo el grupo tenía que examinar. Me iban a regañar a lo grande…

“Si no parece que vaya a funcionar, está bien… Puedo desaparecer.” Ofreció Sofie.

“No, ya se me ocurrirá cómo persuadirlos. No es por presumir, pero soy bastante bueno para convencerlos. Sé cómo salirme con la mía.”

Teniendo en cuenta las acrobacias que había hecho con respecto al incidente de Leyfa, definitivamente ya era más que “salirme con la mía”. Pero el diablo está en los detalles. Hice mi declaración con valentía para que Sofie no se preocupara.

“Pfft. ¿Qué te pasa? Eres muy raro.” Dijo Sofie con una risita. Me atrajo la idea de sonreír con ella.

La vida nunca va sobre ruedas. Ni para mí, ni para Sofie, ni para nadie. Pero todos tenemos que seguir viviendo. Tenemos que seguir avanzando, porque rendirse a mitad de camino sólo significa un final prematuro. Los Arrivers ya habían fracasado una vez en la conquista de la mazmorra, pero esta vez íbamos a tener éxito. Sin perder a nadie.

Y así, los nuevos Arrivers, ahora completos con un sexto miembro, reanudamos nuestra soñada conquista.