Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 6

Capitulo 10: El Mundo No fue Amable Conmigo

Los días más felices de mi vida ya habían terminado. A partir de aquí, todo era cuesta abajo. Como un enfrentamiento de ida y vuelta que estaba decidido de antemano, sólo esperaba el final. Hasta hace cinco años, había creído que mi vida sería algo brillante. El mundo era brillante y alegre, colorido más allá de mis imaginaciones más salvajes. En otras palabras, era una niña protegida sin conocimiento del mundo real.

Nací en la famosa Casa Deanlurk. Como hija única, mis padres siempre me adoraron. Mi padre me compraba todo lo que le pedía: vestidos elegantes, zapatos brillantes, joyas relucientes, cualquier cosa. Me encantaba enseñárselos a mis amigos y a los criados de nuestra mansión. Me encantaba que me llamaran guapa. Cada vez que alguien halagaba las cosas que mi padre me compraba, sentía que también lo halagaban a él. Me llenaba el corazón de calidez.

En cuanto a mi madre, era una mujer hermosa y amable. A menudo me trenzaba el cabello.

Cuando tenía una pesadilla, me abrazaba y dormía a mi lado.

“Sofie…”

Siempre tenía una sonrisa en la cara cuando decía mi nombre. Su voz irradiaba afecto. Me encantaba mi nombre gracias a ella. Adoraba a mis dos padres. Todos los demás en la mansión también eran maravillosos. Los criados me saludaban siempre que me cruzaba con ellos en los pasillos. Incluso me daban golosinas a escondidas. Debían de estar ocupados con el trabajo, pero aun así sacaban tiempo para jugar conmigo cuando me aburría.

Sin embargo, toda esa felicidad llegó a un abrupto final con la muerte de mi padre. No fue una muerte ordinaria. Fue asesinado por un asesino que él mismo había criado.

Resultó que mi padre era una persona terrible. Sólo lo supe tras su muerte. Una vez me sentí muy orgullosa de ser su hija, pero sus tratos en la sombra eran enfermizos. Adoptó huérfanos por poco dinero, los despojó de sus derechos humanos y los obligó a someterse a un duro entrenamiento de combate en nombre de la creación de soldados que actuaran como sus peones personales. Fue uno de esos mismos peones el que se volvió contra él al final.

Después de que mi padre fuera asesinado y se descubrieran sus actos, todo el mundo empezó a tratarnos de forma diferente. La gente que antes era tan amable conmigo ahora condenaba a mi padre. Incluso empezaron a censurar a mi madre. Algunas de esas mismas personas habían recibido ayuda de mi padre en el pasado. Se les trataba bien, pero nunca se sabría por las cosas horribles que decían ahora.

No podía perdonarlos. ¿No entendían que mi padre había sido asesinado? ¿Por qué nos trataban a nosotros como criminales? Mi padre también había hecho muchas cosas buenas, pero de repente lo olvidaron. La gente decía lo que fuera para pintarnos como los villanos. Era lamentable. Ingrato.

Mi madre estaba al corriente de los oscuros manejos de mi padre, pero aun así perdió a su querido marido. También perdió su estatus de noble, y el resto del mundo hablaba a sus espaldas. Eso la volvió loca. La realidad se volvió demasiado difícil de soportar. Intentó quitarnos la vida a las dos.

“Vayámonos juntas, Sofie…”

Me llamó por mi nombre como siempre, pero su sonrisa habitual ya no estaba allí. Estaba aterrorizada. Era como si mi madre ya no fuera ella misma. Salí corriendo y la empujé con todas mis fuerzas.

¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué había cambiado tanto a mi madre? ¿Dónde estaba mi padre ahora?

Al final, mi madre murió sola. Después me arrepentí. En lugar de abandonarla a una muerte tan solitaria, debería haberme ido con ella. De todos modos, no me quedaba nada por lo que vivir. Morir no habría supuesto ninguna diferencia. Mi madre siempre había sido mi mejor aliada, pero la desprecié cuando más me necesitaba.

Y así me encontré sola. Mi último aliado se había ido. Estaba totalmente abandonada. Me entregaron a la completa desesperación. Toda la felicidad y la luz se habían marchitado de la existencia. Sólo me esperaba una vida aburrida.

El mundo no fue amable conmigo.

Conocí a la Princesa Leyfa en medio de mi desesperación. Sólo ella se acercó a mí cuando el resto del mundo me rehuía.

“Eres la chica Deanlurk, ¿no?”

Pensé que ella también iba a ridiculizar a mi familia. No podía soportarlo más, no quería seguir escuchando con la mandíbula apretada. Quería devolverle el golpe. Pero me sorprendió.

“Tu padre era un hombre impresionante. Consideré convertirlo en mi subordinado, así que es una pena cómo terminaron las cosas.”

La Princesa Leyfa sólo veía a las personas como títeres. Su estima hacia él se basaba únicamente en su valor como peón, pero aun así me hizo feliz. Era la primera vez que alguien hablaba bien de mi padre desde su muerte. Me pareció un pequeño rayo de esperanza. El mundo no era amable conmigo, pero tal vez vivir unos días más no me haría daño.

Después de eso, me convertí en uno de los criados de la Princesa Leyfa. Ella no era amable ni mucho menos. Hacía lo que fuera necesario para conseguir lo que quería. La idea de cometer el mal al servicio de sus ambiciones no la perturbaba. A diferencia de mi padre, que era un hombre diferente en casa, la princesa Leyfa no tenía ningún lado bueno. La vileza era simplemente su naturaleza. Pero eso no me ahuyentó de ella.

Yo era diferente a esos sirvientes ingratos que se habían vuelto contra mi padre cuando se enteraron de sus fechorías. Seguiría a Su Alteza para siempre. Pasará lo que pasará. Aunque el mundo la rechazara, yo permanecería a su lado. No quería arrepentirme de abandonar a nadie nunca más.

***

“¡Todo esto es culpa tuya! ¡Es porque egoístamente contactaste con Headhunter!” Una taza de café salió volando hacia mí. No me aparté del camino.

“¿Vengar a tu padre? ¿A quién le importa eso? ¡¿Cómo te atreves a perseguir un plan de venganza irracional cuando sólo deberías actuar por mi bien?!”

La Princesa Leyfa tenía razón. Le había causado muchos problemas. Me había comprometido con ella, y sin embargo, me estaba interponiendo en sus ambiciones. Verás, accidentalmente me topé con una manera de enviar una solicitud a Headhunter mientras estaba apoyando uno de los planes de Su Alteza. Me enteré a través de un informante.

El conocimiento inspiró un deseo singular dentro de mí. El asesino de mi padre… Quería llevar justicia lo sucedido. Así que antes de darme cuenta, había hecho una petición de asesinato. La Princesa Leyfa también me reprendió en ese momento. Me dijo que no actuara por mi cuenta, que pensara antes de actuar.

Finalmente, Headhunter se puso en contacto conmigo. Me informó de que el asesino de mi padre era un hombre llamado Jin, miembro de un grupo de aventureros conocido como los Arrivers. También me informó de que se retiraba de mi petición de asesinarle. Que el trabajo era demasiado arriesgado.

Cuando supe esto, una parte de mí se sintió aliviada. Los asesinos no deberían ser contratados tan a la ligera por impulso. El asesinato estaba mal. Todavía no podía perdonar a mi propio padre por lo que había hecho. Había estado a punto de hacerlo muchas veces bajo las órdenes de la Princesa Leyfa, pero aún era lo suficientemente consciente de mí misma como para saber que era inmoral. Así que el hecho de que mi primera trama de asesinato real terminara en un fracaso desahogó mi corazón inmensamente.

Sin embargo, al contratar a Headhunter, aprendí mucha información sobre los Arrivers, incluido el hecho, hasta entonces desconocido, de que Mapeado podía utilizarse en las mazmorras. Vi un brillo en los ojos de la Princesa Leyfa cuando se lo conté. Me di cuenta de que estaba planeando algo, y poco después empezó a reunir su propio equipo de exploración de mazmorras. Al mismo tiempo, me enteré de que Jin, el objeto de mi venganza, había perdido la vida en el piso 21.

“Siempre eres así. Te mantengo cerca porque tienes buenas habilidades, pero todo lo que haces te sale mal. Eres tan inútil.”

No necesitaba que me lo dijeran. Era más consciente de ello que nadie. No importaba lo que intentara, mis esfuerzos nunca se veían recompensados. ¿Por qué mi vida era tan descorazonadora? Debía de haber nacido bajo una estrella desafortunada, destinada a sufrir la desgracia para siempre. Era la única explicación.

“Deberías saber que no tengo paciencia con los peones inútiles.” “Sí, Su Alteza…”

Con este ya eran dos agravios contra mí. El primero fue dejar escapar a Note Athlon en mi guardia. Y ahora resultaba que mi petición de asesinato le había dado una conexión con Headhunter. Ese fue el segundo. Su Alteza nunca perdonó a nadie que lograra un tercero.

“Me manejaré mejor la próxima vez.” Le aseguré.

“No hay próxima vez. Me estoy lavando las manos de Note Athlon. Con Headhunter en el panorama, no puedo ceder a la tentación de la represalia. Por mucho que me fastidie, Note Athlon tenía razón. No tengo más remedio que continuar tranquilamente mi conquista de la mazmorra.”

La Princesa Leyfa se mordía las uñas, irritada. Sin embargo, cuando pensaba que las cosas empezaban a calmarse, el timbre de la puerta sonó de repente.

“¿Un visitante? ¿Quién vendría en un momento así? Date prisa y ocúpate de ello, Sofie.”

“Enseguida.” Respondí, abriendo la puerta para encontrar a una semi elfa rubia desconocida que se rascaba la cabeza.

“Um, ¡hola! Estoy buscando a alguien llamado Leyfa Southerndall, creo. ¿Podría conocerla?”

¿Quién es esta mujer insolente?

Le espeté: “Identifícate. No puedes aparecer aquí sin invitación.”

“Oh, ¿yo? Me llamo Miya Line. Escuché que esa persona, la Princesa Leyfa, andaba reuniendo miembros súper fuertes para un grupo de exploración de mazmorras, así que vine a ofrecerme como voluntaria.”

Me volví hacia Su Alteza en señal de deferencia.

Dejó escapar un suspiro de cansancio. “¿Quién es esta payasa? ¿Está aquí para contar chistes?”

“¡No estoy aquí para contar ningún chiste! Hablo totalmente en serio. De hecho, me mudé a la ciudad el otro día. Soy una aventurera, así que quiero probar la exploración de mazmorras, pero si voy a unirme a un grupo, quiero que sea el más fuerte. Así que cuando me enteré de que tú también ibas a probar la exploración de mazmorras, vine a buscarte porque me parece que encaja bien.”

“Hahh…” La Princesa Leyfa se sujetó la cabeza con las manos, frotándose los ojos. “¿Cómo pueden caer tantas molestias en un solo día…? ¡Sofie!”

“¿S-Sí, Su Alteza?” Respondí, enderezando la espalda. Solo utilizaba ese tono de voz amenazante cuando estaba muy enfadada.

“Echa a este bufón a la calle.” Ordenó la princesa.

“¡¿Eh?! ¡¿Por qué?! ¡Hasta ahora sólo he dado mi nombre! ¿No deberías preguntar al menos por mis cualificaciones o algo así?” Chilló la semi elfa.

“Ahora mismo estoy de mal humor.” Siseó la princesa. “No me hagas repetirlo.”

“¡Sólo escucha! ¡Soy más fuerte que cualquier otro que tengas! ¡Puedo prometerte eso!” “¿Oh…?” La princesa Leyfa sonrió como si hubiera escuchado algo divertido. “Bien.

Veamos cómo lo demuestras. Lucha contra Sofie aquí. Si ganas, puedes unirte al grupo.”

“¡¿De verdad?! ¡Muchas gracias!” La semi elfa rebotó de arriba abajo con una sonrisa inocente.

La Princesa Leyfa se levantó entonces y se dispuso a marcharse. Se puso su abrigo y me susurró al oído al pasar: “Hazla papilla, Sofie. Haz que se arrepienta de esa actitud tan frívola.”

“Pero…”

“Sin peros. Hazlo. Sabes lo que pasará si pierdes, ¿verdad?”

Tragué saliva. Su Alteza me había dado una orden, pero Evaluación Suprema me reveló hasta la última de las habilidades de esta mujer. Estaba bendecida con el Dominio Superior del Arco, Impulso Físico Mayor y Protección del Rey Espíritu del Bosque. Todas ellas eran habilidades de primera clase contra las que sabía que no tenía ninguna posibilidad. Su conjunto de habilidades superaba al de Gilbert. Sólo se veían prodigios de este tipo una vez por generación.

“Cielos, primero Note y luego ese tal Force… Últimamente he estado en una verdadera racha de derrotas, así que tengo que ganar esto. Si no, pareceré un personaje de segundo plano.”

Mientras ella murmuraba esas cosas para sí misma sin sentido, yo me desesperaba. Sabía lo que estaba por venir, pues el mundo no era amable conmigo. ¿Por qué tenía que aparecer ahora un monstruo como éste? ¿Por qué Dios consideraba oportuno ponerme a prueba con semejantes pruebas?

Esto era lo peor. Si sólo hubiera venido un día antes, o incluso un día después. Las cosas no habrían sido tan malas si la princesa Leyfa no estuviera de tan mal humor. Si perdía cuando ella estaba en tal estado, entonces sería casi seguro…

Que este día, alcanzaría mi tercera reprimenda.