Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 4

Capitulo 9: Ven a Jugar con Top Speed

Esta historia se sitúa justo antes de que comience el concurso de caramelos en Proyecto Crianza de Chicas Mágicas.

***

Ayana Sakanagi tenía siete años, en su primer año de escuela primaria. Y ahora mismo, servía a una princesa.

La princesa era muy importante, así que nadie podía desobedecerla. Un día, la princesa dijo: “Estoy harta de no ver más que sus aburridas caras día tras día. Así que para dar a mis ojos algo agradable y bonito, nos vamos de picnic a ver las hojas del otoño.” Y ni una sola de ellas pudo oponerse. Sobre todo porque había reservado todo el día para el evento, había comprado un montón de aperitivos para ello y ya se estaba emocionando con lo que iba a llevar.

Los dos ángeles habían refunfuñado que ir a ver las hojas de otoño era algo que hacían las ancianas, pero ésta era la primera vez para Ayana. Básicamente, era como una excursión, ¿no? Le hacía mucha ilusión. Mientras miraba el cielo nocturno, rezando para que el día siguiente fuera soleado, sonó su teléfono mágico. Preguntándose quién llamaba, miró y vio que era Tama.

“¿Qué?” Respondió Ayana.

“¿Eh…? ¿Qué está pasando, Swim?” “¿Qué quieres decir?”

“¿Dónde estás? Todo el mundo ya está aquí.” No entendía de qué hablaba Tama.

“Ruler dijo que hoy íbamos a ver las hojas, ¿no?” Dijo Tama. “… ¿No es mañana?”

“¿Eh? Es hoy. Hemos quedado en la tienda de recuerdos al pie del Monte Meishou.”

Ayana colgó el teléfono. ¿Había cometido un gran error?

***

A Tsubame no le gustó la expresión “jugué cuando era joven”.

Uno juega cuando es joven y también cuando es mayor. No importa cuántos años pasen, si tienes más de cuarenta, sesenta u ochenta, te relajas y te diviertes. No se acaba cuando se es adulto.

Para Tsubame Murota, “jugar” significaba relajar el corazón, un enfoque de la vida que era más que trabajar para comer y vivir por existir.

El marido de Tsubame, Shouichi, que trabajaba en el departamento de publicidad del ayuntamiento, también odiaba esa expresión, pero por razones diferentes.

“Básicamente, o estás poniendo una excusa o estás presumiendo. Como excusa, es como: si no hubiera hecho todas esas tonterías cuando era joven, ahora no estaría atascado así. Mi vida sería más fácil si no hubiera jugado. Y si no es eso, entonces están presumiendo. Hice tonterías cuando era joven, pero ahora soy tan maduro. Increíble, ¿verdad? Es sólo una señal de que van a lanzar una historia sobre cómo se convirtieron después de desperdiciar el período de las mejores oportunidades para aprender. Eres el único bicho raro que tiene ganas de desperdiciar toda su vida.”

Cuando Tsubame le preguntó si había soltado este argumento maleducado en el trabajo, resopló con un hmph y respondió: “Quiero decir, es verdad.”

Se preguntaba por qué se había casado con ese hombre cuando debería haber aprendido la lección una y otra vez, desde que se había mudado a la casa de al lado cuando ella estaba en la escuela primaria. También le resultaba desconcertante que ese hombre tan testarudo la hubiera convertido en su esposa. Habría jurado que ambos se habían odiado de niños. Tsubame siempre lo había visto como el hermano mayor regañón de su amiga, y desde su punto de vista, ella tenía que ser la mocosa que era una mala influencia para su hermana. En más de una ocasión, se habían enfrentado directamente. “No compres caramelos para atiborrarte a la salida del colegio”, le decía él, y ella le respondía: “No hables como si fueras algo importante sólo porque eres siete años mayor, cuatro ojos.”

Pero ahora, las cosas eran diferentes. Cuando Tsubame miró a su marido con su nariz orgullosa, parecía tan adorable que quiso darle un gran abrazo.

“El amor te vuelve loco…” “¿Hmm? ¿Dijiste algo?”

“No, nada. Por cierto, ¿esta noche vas a volver a llegar tarde?”

“Sí. No quiero ir a beber, pero no puedo decir que no.” Shouichi siempre hablaba de que beber con periodistas y escritores de revistas era parte de su trabajo.

Cuando Tsubame se había enterado de esto, había gritado: “¡El ayuntamiento está coludido con los medios de comunicación!” y él había respondido con calma y pereza: “Ohhh, Tsubame.”

“Sé que no necesito decirte esto.” Dijo Shouichi. “Pero ahora es un momento importante.”

“Están haciendo algún tipo de campaña promocional, ¿verdad? ¿O había un concurso regional de diseño de mascotas que aceptaba solicitudes de todo el país o algo así? La mascota de nuestra ciudad es esa cosa, ¿no? El tipo largo y puntiagudo que se parece a otra cosa.”

“No me refiero a eso. Me refiero a tu salud.” Shouichi miró el estómago de Tsubame con una leve sonrisa en su rostro, una que sólo reconocerían quienes estuvieran familiarizados con él.

Ligeramente avergonzada, Tsubame se aclaró la garganta. “No hace falta que me recuerdes esas cosas. Sólo tengo que tomármelo con calma, ¿no?”

“Sí, sólo tienes que tomártelo con calma.” “Sí, sí. Lo sé.”

Shouichi parecía dispuesto a decir algo más, pero ella le dio un beso de despedida y le empujó hacia la puerta.

Se preocupaba demasiado por cualquier cosa. Era obvio lo preocupado que estaba, porque en lugar de ir directamente a beber después del trabajo, antes había vuelto a casa para ver cómo estaba ella. Le dijo que sus superiores también se burlaban de él por ser un recién casado, pero que se lo merecía.

Su marido no era el único. Todos actuaban así. La madre de Tsubame y los vecinos estaban preocupados por Tsubame y el bebé que llevaba en el estómago. Incluso la vieja propietaria de la tienda de delicatessen donde trabajaba, que se había quejado amargamente de que “se apresurara a hacer un maldito bebé en un momento tan ajetreado como éste”, le había dicho: “Escucha, te voy a poner una silla, así que no te presiones ahora. No está permitido.” También le había hecho prometer que se tomaría la licencia de maternidad cuando estuviese cerca del último mes de su embarazo. La trataban demasiado bien para ser sólo una trabajadora del servicio.

Todo el mundo estaba muy preocupado por Tsubame, pero prácticamente no había tenido náuseas matutinas y no se le notaba mucho. Podía moverse sin problemas, pero todo el mundo actuaba como si estuviera enferma de muerte, y le decían que se quedara quieta y no se moviera. Era su primer bebé, así que estaba preocupada y ansiosa. Cada vez que oía historias de dolor o dificultad, pensaba: No quiero eso y Tengo miedo. Pero los intentos de controlarla así la hacían sentirse rebelde.

Para Tsubame, el mejor tipo de “juego” en momentos como éste era el Proyecto Crianza de Chicas Mágicas. Era más emocionante que cualquier otra forma anterior de divertirse. No es que hacer clic en su teléfono inteligente fuera más divertido que jugar al pilla-pilla con los coches de policía. Lo que fascinaba a Tsubame eran los sucesos místicos que el juego había provocado.

Después de despedir a su marido, Tsubame hizo la limpieza, la colada y lavó los platos; luego, haciendo uso de las habilidades que había aprendido en la charcutería, preparó una comida en caja para su marido, así como su propio almuerzo. Tostadas, leche y repollo rallado con tomates y huevos fritos serían un buen desayuno. Ahora era libre de hacer lo que quisiera hasta la tarde siguiente.

Entonces sacó su teléfono, no su smartphone normal, sino el mágico con su característica pantalla en forma de corazón. Ahora no era el momento de la ama de casa, Tsubame Murota, sino de la chica mágica Top Speed. Tarareando, pulsó los botones y se transformó, adquiriendo un sombrero puntiagudo de ala ancha, una escoba voladora, un vestido de bruja y una capa de cuero negro. Su cabello rubio, abundante y brillante, estaba recogido en una trenza, su piel brillaba, su rostro era precioso y, sobre todo, era joven.

Había rumores de que el juego para teléfonos Proyecto Crianza de Chicas Mágicas podía convertirte en una auténtica chica mágica, y hacía unos ocho meses que había convertido a Tsubame en una. Su primera preocupación al obtener sus poderes fue que una chica mágica no podía ser una joven casada de diecinueve años.

Cuando Tsubame estaba en el instituto, había sido la líder de Empress, una banda que conducía y se divertía en la zona de Kitayado de Ciudad N. Incluso en la escuela media —no, ya en la primaria— se había juntado con chicos de la misma calaña. Había sido una supuesta delincuente juvenil, y el anime y el manga no habían formado parte de su vida en absoluto. La razón principal por la que probó el Proyecto Crianza de Chicas Mágicas fue porque era gratuito. Pero incluso entonces, sabía que las chicas mágicas tenían la edad de la escuela primaria o media, o la edad de los estudiantes de secundaria como máximo.

Después de que los rumores se hicieran realidad y Tsubame obtuviera poderes de chica mágica, lo primero que había hecho era enfrentarse al holograma que se había presentado como “la mascota” con las manos apretadas. “Lo siento, pero ¿podrías pedírselo a alguien un poco más joven?”

“Eso no es un problema, pon. Si te miras en el espejo, lo entenderás, pon.”

Comprobó su reflejo y luego se dirigió al lavabo para contemplar toda su figura en el espejo de cuerpo entero. Finalmente, dio un pulgar hacia arriba y dijo a la mascota holográfica: “¡Buen trabajo!”

Después de eso, concibió, y descubrió que el embarazo no se trasladaba a la transformación, pero que cuando ella se transformaba, el bebé seguía estando a salvo. En otras palabras, mientras estuviera transformada, podría volar y saltar y no afectaría en absoluto al bebé. Después de confirmarlo con Fav, hizo un pequeño gesto con el puño. Ahora podía dedicarse por completo a sus juegos: ser una chica mágica.

Y así fue como nació la chica mágica Top Speed. Montada en su escoba, navegaba libremente por los cielos de Kitayado. Su escoba voladora podía maniobrar de todas las maneras que una motocicleta no podía y era mucho más rápida que cualquier automóvil.

“Perfecto. Primero, le daré un grito a Ripple…” Pero justo cuando Top Speed estaba a punto de abrir sus mensajes, su teléfono sonó.

¿Se ha puesto Ripple en contacto conmigo primero? Se preguntó. Pensó en todas las interacciones desde que se conocieron, pero no, Ripple no lo había hecho, ni siquiera una vez. El número que aparecía en su pantalla era desconocido. “Las chicas mágicas no harían llamadas de broma, ¿verdad…? ¿Hola?”

Después de una pausa una voz dijo: “Quiero que me ayudes.” Era una mujer joven.

“¿Eh? ¿Perdón?”

“Quiero que me ayudes. Quiero que me lleves al Monte Meishou.”

“¿Quién eres?”

“Swim Swim.”

Swim Swim. Había oído ese nombre antes. Le parecía recordar que una de las lacayas de Ruler se llamaba así.

Top Speed pensó que si esta chica era una de las de Ruler, entonces sería lógico que pidiera ayuda a su jefa. Pero ella se había tomado la molestia de llamar a Top Speed en su lugar, y no se conocían en absoluto, así que debía significar que este favor era algo que Ruler no podía hacer o algo que ella no quería que Ruler supiera.

Ella no iba a pensar demasiado en esto. Ese era el estilo de Tsubame, el estilo de Top Speed.

Ayudar a la gente era la regla de este “juego”. Así que tenía que hacerlo. Top Speed nunca había ayudado a otra chica mágica.

¿Cuántos caramelos conseguiría con esto? Tenía que ser bastante. “Muy bien. Iré hacia ti. ¿Dónde estás?”

“Nishimonzen… en la azotea del edificio de apartamentos con una tienda de conveniencia en el primer piso.”

“Uh…oh, ahí, ¿eh? ¿Giras junto a la estación en la intersección de la lucha y te diriges un poco hacia abajo?”

“Sí, ahí.”

“Perfecto, perfecto, voy para allá. Espera un momento.” Top Speed abrió su ventana, se subió a su escoba y saltó. Voló unos cuatro metros por el aire antes de recapacitar. Aunque sea el quinto piso, es una mala idea dejar la ventana abierta cuando sales, seguro. Nerviosa, volvió a cerrar la ventana, y luego pensó: Pero sería una mala idea no cerrar,

¿no? He oído que algunos ladrones se cuelan en tu apartamento desde la veranda. Así que volvió a cambiar de opinión y entró en el apartamento, cerró la ventana con llave y salió por la puerta para cerrarla antes de saltar por la ventana de la escalera.

A diferencia de lo que ocurría en su imprudente juventud, ahora que se había convertido en una esposa a cargo de un hogar, por desgracia, tenía que tener cuidado con muchas cosas.

La chica que la esperaba en lo alto del edificio llevaba un bañador escolar blanco. La piel bonita, el cabello liso y los rasgos faciales perfectos eran el estándar de las chicas mágicas, así que ya se lo esperaba de antemano. Lo que sorprendió a Top Speed fue el sentido de la moda de la chica.

Su aspecto era el de una chica de alrededor de su segundo año de escuela media, y estaba muy bien desarrollada. Superaba a Top Speed en cuanto a tamaño, fuerza y volumen de sus pechos y su trasero. Por dentro, Top Speed se quejó de su elección estilística de combinar ese cuerpo con un traje de baño escolar de color blanco puro. ¿Quizás intentaba hacer algo diferente juntando dos elementos incongruentes? Podría describirse como “chic”, “llamativo” o “una declaración de moda”.

Pero a pesar de sus opiniones críticas, Top Speed tenía sus propias preferencias en lo que respecta a su traje.

Iba vestida para matar, con su versión de chica mágica de chaqueta larga con las palabras “Sin Opiniones Gratuitas” impresas en la espalda, que en su día había llevado para indicar que estaba en una banda, amuletos para la seguridad en el tránsito y el nacimiento seguro colgando de su cuello, y su escoba equipada con buen gusto al estilo de una banda de moteros. Su rebelde sentido de la moda era una declaración silenciosa: No me tomes por una de esas brujas viejas y rancias que montan en escoba, insensible. Los avatares de Proyecto Crianza de Chicas Mágicas eran muy personalizables.

Puede que sea la primera vez que conozco a una chica mágica con un sentido de la moda similar. Top Speed estaba un poco emocionada mientras bajaba su escoba y se desmontaba.

“¡Que hay! Encantada de conocerte. Soy Top Speed. Estoy aquí para ayudar.”

“Swim Swim.”

“Huh, ese nombre es bastante soso. Aunque ya me lo habías dicho antes. Así que me llamaste aquí hoy porque necesitas algo, ¿verdad?

¿Querías que te llevara a la montaña?”

Swim Swim asintió y comenzó a explicar la situación en un murmullo.

Le contó a Top Speed lo del picnic para ver las hojas que había organizado Ruler, y que por algún malentendido o falta de comunicación, Swim Swim se había equivocado de día. Le había hecho mucha ilusión el viaje, y quería ir. Pero aunque se pusiera en marcha hacia la montaña ahora, podría no llegar a tiempo, y no sabía si podría reunirse con las demás o no. Y Swim Swim no podía desafiar las órdenes de Ruler. Ella era la princesa.

“Te entiendo. Así que por eso me llamaste para pedir ayuda.” “Ruler dijo que hay que usar todo lo que se pueda usar.”

“¡Ja, ja, ja! ¿Y en serio le dices eso a una dama justo antes de usarla? ¡Pensé que íbamos a ser amigas! ¡Vamos!”

“Ruler dijo que los líderes y los seguidores tienen una relación, pero no es tan descuidada como la amistad.”

“¡Wa-ja-ja-ja-ja!” A Top Speed le gustaba el sentido de la moda de esta chica y también su franqueza. Y de paso, le gustaba su personalidad perfectamente inquebrantable.

Top Speed tenía una naturaleza juguetona, por lo que se deduce que necesitaba un compañero de juegos. Si alguien le pedía ayuda, ella se la daba. Y eso era doblemente cierto cuando se trataba de alguien que le gustaba. Así era como se desenvolvía en el mundo. “De acuerdo. Aceptaré tu petición. Monte Meishou, ¿verdad?”

“Ajá.”

Top Speed sacó su teléfono mágico y envió un mensaje a Ripple.

Empress había sido una banda pequeña —sólo cinco personas; tan pequeña que apenas contaba como banda—, pero había mantenido su estatus de ser la más rápida de Ciudad N hasta su retirada. Si vas a correr más rápido que nadie, no sólo necesitas habilidades y una máquina: También tienes que elegir el recorrido correcto. Interceptabas las radios, intercambiabas información con otras bandas y elegías las carreteras que eran buenas para las carreras. Esa atención a la gestión era exactamente lo que les había convertido en los más rápidos.

Puede que Top Speed se haya retirado del servicio activo con su banda, pero seguía haciendo las cosas de la misma manera. Empezaba por elegir la ruta más rápida.

Si ella iba de Nishimonzen al Monte Meishou, entonces entre ellos estaba el distrito de Jounan. Ese era el territorio de Calamity Mary. No beneficiaría a nadie si se metiera allí de forma irreflexiva y creara problemas que luego le morderían en el culo.

Elegir el desvío sería una jugada de aficionado. Primero, Top Speed llamó a Ripple. Justo el otro día, Ripple había abandonado una pelea con Calamity Mary que casi se había convertido en una batalla a muerte. Top Speed haría que Ripple llevara un regalo a Calamity Mary para disculparse por ello. Mientras tanto, Top Speed y Swim Swim pasarían por el distrito de Jounan y cortarían hacia el Monte Meishou. Este era un gran plan, y beneficiaría a todos los involucrados.

“Hey, ¿Ripple?”

“… ¿Qué?”

“Escucha, me gustaría que fueras a disculparte con Calamity Mary.”

Con un chasquido de lengua, Ripple colgó. Top Speed se asustó y volvió a marcarle, pero Ripple no contestó. Cuando Top Speed le envió un mensaje de texto después de treinta segundos de espera, recibió un mensaje de respuesta. La respuesta decía: … Tsk.

Mirando a un lado, vio a Swim Swim mirándola atentamente. Top Speed no sabía qué decir.

Después de pensar un poco en lo que debía hacer, Top Speed volvió a tomar su teléfono mágico en la mano para hacer una llamada. “Hola,

¿Magicaloid? Sí, soy yo. Escucha, tengo una petición. ¿Podrías llamar a Calamity Mary? Sí, sólo necesito que la distraigas un minuto… Entendido, te pagaré después. ¿Cinco mil? Vamos, tres mil, como mucho… Sí, vale, entonces cuatro mil. Lo siento. Gracias. Te lo debo.”

Top Speed apagó su teléfono mágico, se lo metió en el bolsillo, echó una pierna por encima de su escoba y señaló la parte de atrás. “¡Mi plan es perfecto! Muy bien, ¡vamos a volar hacia el Monte Meishou! ¡No te caigas!”

Se elevaron hacia arriba. Sentía como si incluso sus entrañas estuvieran flotando hacia arriba, lo que puede ser una sensación confusa si no estás acostumbrado. Inclinándose hacia delante, mirando al frente a través del parabrisas, Top Speed aceleró de golpe. En un abrir y cerrar de ojos, el paisaje que les rodeaba era completamente diferente. La escuela, que le había parecido odiosamente grande cuando asistía a ella, era ahora tan pequeña. Podía oír el viento que pasaba por sus oídos. Ni siquiera sentía la resistencia del aire. No importaba cuántas veces experimentara esto, siempre se sentía bien.

“¿Qué te parece? Bastante genial, ¿eh?” “Está bien.”

Bajo el control de Top Speed, la escoba mágica Rapid Swallow surcó el cielo a velocidades supersónicas. Incluso una chica mágica se haría mucho daño si se cayera de un vehículo de tan alta velocidad.

En el asiento trasero, Swim Swim se aferraba con fuerza a Top Speed, y no parecía correr peligro de caerse. La sensación de su presión contra la espalda de Top Speed era abrumadoramente sensual.

“Quizás debería haber hecho mi avatar un poco más grande…” “… ¿Qué fue eso?”

“Oh, sólo hablaba conmigo misma. No es nada.” Top Speed necesitaba pensar en la tarea en cuestión, no en las distracciones.

El Monte Meishou era grande. Incluso con la visión de una chica mágica, si iban a pasar tiempo buscando al grupo de Ruler una vez que llegaran a la montaña, podrían no llegar antes de que comenzara el picnic. Así que Top Speed tenía que predecir qué rumbo tomaría Ruler. A juzgar por su personalidad, Top Speed supuso que se dirigiría al lugar más alto. “Dicen que los idiotas fuman, y a la gente de las alturas… le gustan los lugares altos.”

“¿Cuál es Ruler?”

“Obviamente, ella… está en un lugar estúpidamente alto.”

Además, es posible que no puedan librarse de las críticas por llegar en la escoba de Top Speed. De hecho, apostaba que Ruler las criticaría por ello. Podía imaginarse fácilmente a la otra chica lanzando una diatriba sarcástica. “Oh, debes ser un VIP, si llegas tarde en tu vehículo personal.”

Ruler era bastante fácil de manejar, siempre que se actuara como si ella fuera la jefa. Así que lo mejor sería que Top Speed le hiciera un regalo. Llevaba un almuerzo en caja, que había traído cuando salió de la casa. Originalmente, lo había hecho para su marido, pero lo había llevado a escondidas. Ahora mismo, lo tenía escondido detrás de su parabrisas.

Top Speed sabía que sabría bien. Ella era una cocinera lo suficientemente talentosa como para provocar la más mínima sonrisa en las hoscas mejillas de Ripple. Así que debería ser perfecto para esta salida, y seguro que mejoraría el estado de ánimo de Ruler.

“Eso significará que mañana no habrá almuerzo en caja.” Murmuró Top Speed.

Swim Swim debió pensar que Top Speed le estaba hablando a ella, ya que contestó: “Me dan el almuerzo en la cafetería.”

“¿Cafetería?”

“Lo sirven todos los días. No necesito una comida casera.”

Si estaba en un lugar donde había almuerzos de cafetería, eso tenía que significar que o bien trabajaba en una escuela o iba a la escuela. Y tenía la corazonada de que la chica mágica detrás de ella no era personal trabajador. “¿Tienes una buena idea de lo que habrá en tus exámenes parciales?”

“¿Qué son los exámenes parciales?” Estaba en la escuela primaria.

Había pensado que Swim Swim había dado algunas respuestas un tanto estúpidas a sus preguntas, pero ahora todo tenía sentido. Deploraba un mundo en el que una niña de primaria pasaba su tiempo jugando a un juego de teléfonos, pero era gratis, así que daba igual. Además, tenía la sensación de que era mucho más apropiado que una niña de primaria como Swim Swim fuera una chica mágica que una joven de diecinueve años casada y embarazada.

Top Speed ajustó el agarre de su escoba y se dirigió a la chica que estaba detrás de ella. “Acabas de decir que no necesitas amigos,

¿verdad?”

“Eso es lo que dijo Ruler.” “Hay que tener amigos.”

Si alguien quería divertirse, necesitaba gente con la que pasar el rato. En el pasado, Top Speed había tenido su pandilla, y ahora tenía a Ripple y… ¿su marido? Tal vez, la verdad sea dicha, su marido no contase.

“Ruler dijo que no necesitas amigos.”

“Eso no es cierto. Incluso Ruler tiene amigos.” “… ¿Quiénes?”

“Una linda chica mágica llamada Top Speed.” Top Speed sonrió, pero rápidamente se dio cuenta de que Swim Swim no podía verlo, al estar detrás de ella. “Bueno, da igual. Sigue agarrándote fuerte. Ya estamos en la montaña. Las encontraremos muy rápido.”

“Si eres amiga de Ruler, entonces…”

“Te lo demostraré muy pronto. No hables o te morderás la lengua.”

“¿Y qué son esos encantos?”

“Eres una niña con muchas preguntas. Parto seguro y seguridad en el tránsito… Pido a los dioses que mi bebé nazca sano y que no tenga un accidente.”

“¿Vas a tener un bebé?”

“Sí.” Se lo había ocultado a Ripple porque le daba vergüenza, pero ahora se le escapó de la boca. ¿Se le estaban soltando los labios porque estaba hablando con una niña?

El Monte Meishou, que había sido de un verde intenso durante todo el verano, estaba ahora teñido de rojo, dorado y marrón, y sólo quedaban unas pocas motas de verde. Incluso en la oscuridad, una chica mágica podía disfrutar del follaje.

Anticipando la ruta que elegiría Ruler, la mirada de Top Speed se dirigió a la zona de la cima. Estaba en lo alto, no en la ruta normal de senderismo, y lo suficientemente empinada como para que sólo una chica mágica pudiera escalarla. Dando vueltas por encima de las hojas caídas, Top Speed miró fijamente y descubrió un par de figuras que flotaban suavemente en el aire.

“¡Bingo!”

Halos brillantes y alas de ángel. Esos eran los Peaky Angels. Top Speed no podía distinguir cuál era Minael y cuál era Yunael, pero eso no importaba.

“¡Te dije que las encontraría enseguida! Esto es lo que llaman el poder de la edad adulta.” Dijo Top Speed al asiento trasero, y ni siquiera un momento después, habían llegado a su objetivo. Allí estaban Minael y Yunael, con los ojos muy abiertos y mirando hacia ellas, mientras otra las miraba, señalando con arrogancia: era Ruler. La que gritaba sorprendida era Tama. Parecía que habían extendido una manta de picnic.

“¿Qué ha pasado, Swim?” Preguntó Tama.

“¿No estabas ASP?” “¿Eso significaba ausente sin permiso, verdad?”

Ruler se levantó y golpeó el suelo con la punta de su bastón. “¡Llegas tarde! ¡No llegues tarde, grandullona! ¿Y por qué está ella contigo?”

“¿Por qué tienes que decirlo así? No seas tan mala.” Top Speed dejó que Swim Swim bajara al suelo y se bajó ella misma de la escoba. Con una sonrisa radiante, puso su mano en el hombro de Ruler. “Tú y yo nos compenetramos.”

“Hey. Tú. No seas tan amigable y susceptible conmigo.” “Pero somos amigas.”

“¡¿A quiénes llamas amigas?!”

“A ti y a mí. Oh, sí. He traído una caja de comida, así que vamos a comer todas.” Top Speed le ofreció el almuerzo, y Tama y los Peaky Angels se reunieron con entusiasmo. Con la cara roja, Ruler hizo girar su bastón, pero Top Speed no la tomó en serio y se volvió hacia Swim Swim para hacerle un guiño. La joven no reaccionó, pero probablemente captó el mensaje.

“¡Muy bien! ¡Es hora de disfrutar de las hojas de otoño! Aquí todas somos amigas, ¡así que no seamos tímidas!”