Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 4

Capitulo 4: Zombis del Oeste

Esta historia está ambientada cuando el juego de supervivencia en

Proyecto Crianza de Chicas Mágicas estaba llegando a su clímax.

***

Magicaloid 44 fue un caso difícil de evaluar.

En la mente de Calamity Mary, una “evaluación” era básicamente responder a la pregunta de si alguien era fuerte o débil. La forma en que Magicaloid 44 veía a Calamity Mary variaba según el momento; a veces era más fuerte, a veces era más débil. Por ejemplo, si Calamity Mary tuviera que luchar contra Weiss Winterprison, se le erizarían los pelos de la nuca en el momento en que estuvieran a menos de diez metros la una de la otra, antes incluso de que Mary pudiera verla. Pero cuando se trataba de la compañera de Winterprison, Sister Nana, no importaba lo cerca que estuviera Mary, nunca sentía el impulso de luchar contra ella.

Con Magicaloid 44, algunos días era como Weiss Winterprison, y otros se parecía más a Sister Nana. Nunca estaba claro si era fuerte o débil.

Pero era incuestionable que, de cualquier manera, Calamity Mary no podía bajar la guardia ante la chica robot. Magicaloid 44 tenía una sólida capacidad para juzgar dónde debía ir y en quién debía confiar. El hecho de que hubiera apostado por Calamity Mary así lo indicaba.

Y así, ahora, Calamity Mary estaba bebiendo sola. En cuanto a por qué no estaba acompañada: Magicaloid 44 no había regresado, aunque Mary llevaba mucho tiempo sin ella. Pateó la pelusa de la alfombra con su bota y se dejó caer en el mullido sofá de cuero mientras miraba la innecesariamente extravagante lámpara de araña.

Cuando Magicaloid 44 había acudido a solicitar su protección, Calamity Mary le había exigido que matara a una chica mágica, no importaba a quién. Tendría que hacer al menos eso si quería rendirse a Calamity Mary. Era una cuestión de rutina. No necesitaba débiles no preparados.

Calamity Mary se dio la vuelta y enterró la cara en el respaldo del sofá.

Magicaloid 44 tenía una buena cabeza sobre los hombros. Sabría qué destino le esperaba si ignoraba la demanda de Mary y corría. En otras palabras, no lo haría. Su buen juicio también significaba que no habría ido tras alguien que fuera demasiado para ella. Ella debe haber planeado matar a alguien de bajo riesgo.

La camarilla de Swim Swim tenía números. Sister Nana tenía a Winterprison con ella. Ripple y Top Speed estaban prácticamente unidas por la cadera. Músico del Bosque, Cranberry operaba en solitario, pero era fuerte. Por supuesto, Calamity Mary no la dejaría ganar, pero una pelea contra Cranberry sería una lucha incluso para ella.

Así que los únicos objetivos posibles que quedaban eran la chica mágica novata y Snow White. Y Snow White, que acababa de perder a su compañera, La Pucelle, sería un mejor objetivo que una desconocida como la novata. Lo único que tenía Snow White era un montón de caramelos, y no era una gran luchadora. Tampoco tenía agallas. Sería el objetivo perfecto.

Antes de dar a Magicaloid 44 la orden de ir a matar a alguien, Calamity Mary le había dicho indirectamente que, si lo hacía, debía ser Snow White. A pesar de su considerable exigencia, había sido bastante considerada, a su manera. Era lo menos que podía hacer como chica mágica más experimentada.

Una o dos Snow White no serían un problema para Magicaloid 44. O no debería serlo. Pero por alguna razón, Magicaloid 44 todavía no se había puesto en contacto con Calamity Mary. Dos días antes, la chica robot había abandonado esta sala. Y ahora no sólo no lograba ponerse en contacto, sino que Mary tampoco podía comunicarse con Magicaloid 44 desde su lado. Mary envió mensajes de texto y llamó, pero no obtuvo respuesta.

“¿Ha pasado algo?” Calamity Mary se revolvió en el sofá, se sentó desde su posición reclinada y encendió su teléfono mágico para llamar a Fav.

“Sí, sí, ¿qué es, pon?”

“Dime dónde está Magicaloid 44 ahora mismo y qué está haciendo.”

“Oh… no es realmente una cuestión de lo que está haciendo

ahora…”

“Si alguien la ha matado, dime quién.” Calamity Mary puso su teléfono mágico sobre la mesa auxiliar y se inclinó hacia el holograma en blanco y negro. “Matar a alguien a mi servicio significa que subestiman a Calamity Mary. Arruinaría mi reputación si lo dejara pasar.”

“Hmm… ¿Pero no sería un poco injusto que Fav te lo dijera, pon?”

“Justo, injusto… ¡Eso es gracioso, viniendo de ti! Puedo decir que te importa un bledo. Si me lo dices, estoy segura de que las cosas saldrán como tú quieres. Te lo garantizo.”

***

Sólo tres semanas antes, la dirección había anunciado que las dieciséis chicas mágicas nacidas a través del juego para móviles Proyecto Crianza de Chicas Mágicas se reducirían a ocho. Cada semana, se eliminaría a alguien en función de la cantidad de caramelos que tuviera, y las chicas mágicas del fondo morirían, sin excepción.

Ya se habían expulsado tres. Calamity Mary también se enteró de que un grupo había atacado a otras chicas mágicas para robarles sus caramelos. Y luego estaba el anuncio sobre nuevos artículos para descargar: herramientas para matarse entre sí presentadas bajo el pretexto de “artículos útiles”.

Todo en esta situación los llevaba a un baño de sangre de matar o morir.

La estudiante de escuela media Ako Hatoda se habría suicidado de no ser porque la chica mágica de blanco la había salvado, y eso había sido el detonante para que Ako se convirtiera en Hardgore Alice.

Sufriendo bajo el pecado de su padre, Ako había agonizado por su propia impotencia, atormentada con la creencia de que la muerte era su única opción. Su salvadora entonces había sido una chica mágica, que ella creía que sólo existía en el anime y el manga. Su salvadora había ensuciado su bonito traje blanco para encontrar la llave de la casa que Ako había dejado caer antes. La chica le había regalado una sonrisa tan alegre que también alegró a los que la vieron.

Cuando Ako se enteró de que las chicas mágicas eran reales, gastó parte de sus ahorros en un smartphone. Suplicó a sus tíos que le pagaran un contrato mensual para poder empezar a jugar al juego para celulares Proyecto Crianza de Chicas Mágicas, que según los rumores podía convertir a los jugadores en auténticas chicas mágicas. El objetivo de Ako era conseguir esos poderes, nada más. Si no lo conseguía, moriría. No era sólo que estaba decidida. En principio ella tenía la intención de morir. En ese caso, sólo retomaría su plan original.

Ako dedicó literalmente su vida a este objetivo, sacrificando el tiempo que necesitaba para otras cosas —empezando por el sueño— para abordar el Proyecto Crianza de Chicas Mágicas. No se limitó a jugar hasta el punto de colapsar. Siguió jugando incluso después de colapsar, y como resultado se convirtió en una chica mágica por pura obsesión.

Era una chica mágica vestida de negro, lo contrario de Snow White. Una al lado de la otra, sin duda, crearían un bello contraste. Todo el mundo hablaría del dúo de chicas mágicas blancas y negras. Ako, transformada en Hardgore Alice, ayudaría a la gente junto a Snow White.

Este era su sueño.

La magia de Hardgore Alice era la curación rápida. Como experimento, se perforó la palma de la mano con una aguja, se cortó con un cincel, se quemó con un mechero, y más, autolesionándose una y otra vez, pero cualquier herida se curaba en un instante hasta quedar como antes. Con esta magia, podía proteger a Snow White de cualquier chica mágica desagradable.

Y, de hecho, Hardgore Alice había conseguido proteger a Snow White justo la otra noche. Un robot le había cortado la cabeza sin siquiera decir una palabra, pero antes de que pudiera ir también a por Snow White, Alice lo había destruido. Cuando Alice había atravesado el pecho del robot con una mano-lanza, el robot se había transformado en mujer y había caído boca abajo en un charco de sangre. Eso era todo lo que Alice necesitaba para saber que el robot había sido una chica mágica. Alice también había comprendido que había matado a una persona.

No había sentido ninguna desesperación por llegar a la misma situación que su padre. Había temblado de satisfacción por haber conseguido proteger a Snow White.

Alice había apretado la pata de conejo, un objeto que le había costado años de su vida, en la mano de Snow White y se fue. Después, incluso una vez en casa, incluso la mañana del día siguiente cuando fue a la escuela, seguía estando eufórica. La magia de Alice era más poderosa de lo que había imaginado. No era sólo que sus heridas se curaran rápidamente. Aunque le cortaran la cabeza, no moriría. Podía caminar sin cabeza e incluso podía regenerarla rápidamente. No era como si a un lagarto se le cayera la cola. Ni siquiera un protozoo podría regenerarse así. Esto era magia real.

Con este poder, Hardgore Alice podría proteger a Snow White. Ella podría compensarla.

La noche anterior, se habían separado sin solución. Snow White se había esfumado antes de que Alice pudiera darse cuenta de que se había ido. Alice pensó que ese día saludaría a Snow White como es debido, sin duda. Tomaría la mano de su heroína de igual a igual para decirle: Vamos a trabajar duro juntas.

Cayó la noche, Ako se transformó en Hardgore Alice, y corrió hacia Kubegahama. Otra chica mágica mala podría venir a por Snow White, como el otro día.

Ako saltó a la parte trasera de un pequeño camión azul aparcado en el arcén de la carretera y saltó hacia un camión blanco parado en el arcén opuesto de la autopista de cuatro carriles, y luego sobre el tejado de la casa de alguien.

Había un olor a sal en el viento. Uno de cada doscientos tejados de esta zona pertenecía a una tienda de aparejos. El océano estaba cerca. Estaba en Kubegahama. Y Snow White estaba aquí.

Sister Nana le había enseñado a Hardgore Alice que el escondite de una chica mágica debía estar alejado de las zonas pobladas. Así que Snow White estaría en un lugar al que no fuera la gente. Sería un almacén abandonado, la parte superior de un edificio de una cooperativa de pesca, algún lugar así. Tal vez estaría en un callejón desierto o bajo los cables de electricidad. Y no importaba dónde estuviera Snow White, si Hardgore Alice quería encontrarla, lo mejor sería buscar desde lo alto. Las chicas mágicas tenían una visión excepcional y podían ver bien en la oscuridad.

Kubegahama era el hogar de Ako, así que no necesitaba investigar para saber la ubicación del lugar más alto de la ciudad. Había una torre de hierro especialmente grande en una colina cerca de la playa de baño. Lo mejor era la cima.

Hardgore Alice se dirigió a la torre de hierro, comprobando la parte superior de la cooperativa de pesca, los callejones y otros lugares por el camino que parecían susceptibles de ocultar a una chica mágica. Corriendo por encima de la valla de eslabones que rodea el recinto de la escuela primaria, saltó a lo alto de una farola y luego volvió a saltar para agarrarse a la pared del edificio de la escuela y trepar por el tejado. Podía ver la torre de hierro en la cima de la colina justo delante.

Justo cuando Hardgore Alice estaba a punto de saltar hacia abajo, su estómago se abrió en una explosión de sangre y tripas.

***

La Izhmash Saiga-12 es una escopeta fabricada en cierta nación fría. Como miembro de la familia del AK, no es sorprendente que sea barata y también ofrece una gran durabilidad. Esta semiautomática lleva más cartuchos que las armas que llaman escopetas en Japón. Alimentada con la magia de Calamity Mary, puede convertir incluso el cuerpo de una chica mágica en poco más que un tomate aplastado.

Calamity Mary no perdonaba los insultos. Matar a Magicaloid 44, que había estado operando bajo su mando, era un claro insulto. Tenía que imponer la ley, o todos los demás la tratarían con desprecio. Y si ella se convertía en el blanco del desprecio, se acabó.

Fav le había dicho a Calamity Mary que esa chica mágica, esa Alice en el País de las Maravillas vestida de negro, se llamaba Hardgore Alice. Calamity Mary no sabía hacia dónde se dirigía la chica, pero su carrera sin mirar atrás había permitido a Calamity Mary acercarse y clavarle una ráfaga de disparos a bocajarro. Hardgore Alice no había sido lo suficientemente cautelosa.

Mary no sabía qué clase de magia tenía Alice, pero no parecía la gran cosa. Si había sido suficiente para matar a Magicaloid 44, entonces la perdedora no debía ser tan buena. Calamity Mary apartó el cuerpo de una patada en el culo y miró al cielo. Le pareció que las estrellas eran más bonitas aquí que en el distrito de Jounan. Allí nunca oscurecía como debería hacerlo por la noche. Mientras el cielo estrellado la embelesaba por una vez, lo que la devolvió a la realidad fue una sensación de flotar.

Su pie no se sentía sólido. El suelo estaba por encima de ella. ¿Se había invertido la gravedad? No. Algo la sujetaba fuertemente por el tobillo. Antes de que Calamity Mary tuviera tiempo de pensar, se estrelló contra el hormigón. Apenas consiguió frenar la caída, pero sus huesos crujieron por el fuerte impacto. Mientras los fragmentos de hormigón se esparcían a su alrededor, trató de ver quién era su oponente, pero su cuerpo estaba retorcido. El agarre de su tobillo se mantuvo firme. Esta vez, la hicieron girar horizontalmente y la lanzaron por los aires.

Este era el techo de la escuela. Si Calamity Mary no hacía algo, ser lanzada al aire significaba caer hasta el suelo. Del objeto especial que colgaba de su cinturón, la bolsa cuatridimensional, sacó una cuerda y lanzó un extremo de la misma. Dada su condición de vaquera, por supuesto que dominaba el lazo. Enganchó el lazo alrededor de la valla de hierro y tiró con fuerza. La valla se dobló casi hasta el punto de romperse, pero Calamity Mary volvió a girar sobre el tejado con la ayuda de su cuerda.

La ráfaga de perdigones había golpeado a Hardgore Alice por todas partes. Y ahora que Mary estaba frente a ella, pudo ver claramente que el abdomen de la chica estaba abierto. Pero incluso eviscerada como estaba, todavía se movía.

Mary esquivó un puñetazo y bloqueó una patada. Alice era rápida. Y era fuerte. En términos de fuerza física pura, superaba a Calamity Mary. Podría estar empatada con Weiss Winterprison en el ranking de las más fuertes entre las chicas mágicas locales.

Y su resistencia superaba incluso a la de Winterprison. Incluso con sus órganos internos rodeándola, se movía con energía. Calamity Mary hizo una tercera finta sin atacar, y una cuarta, cayendo al suelo. Apuntando su arma hacia arriba, apuntó a la cabeza de su enemiga y apretó el gatillo. El cráneo y el cerebro de la oscura Alice se abrieron de golpe y cayó hacia atrás.

Con un suspiro, Calamity Mary se puso en pie, e inmediatamente se le cortó la respiración. En el momento en que Mary se puso en pie, Alice Hardgore, sin cabeza, se volvió a levantar y cargó contra ella. Ya no se trataba de simple resistencia. Mary saltó hacia atrás para esquivar el ataque ascendente de Alice.

La cara de Alice estaba hecha añicos, lo que obviamente debería haberle impedido ver, pero no pareció importarle. Dio patadas, puñetazos, lanzó losas de hormigón y arrancó la valla de hierro retorcida del tejado para barrerla contra su enemiga. Calamity Mary se agachó inmediatamente, pero no logró esquivar del todo, y envió su sombrero de diez galones por el aire.

Disparó el Saiga 12 desde su cadera, apuntando a los tobillos de Alice para que dejara de correr. Y luego otra vez. Frente a su oponente caído, Mary disparó y disparó hasta que su cargador se agotó, transformando a Alice de un tomate aplastado en salsa de carne.

Con su enemigo finalmente incapacitado, Calamity Mary se sintió aliviada, y tan pronto como se dio cuenta de ello, se irritó. Estaba a punto de dar una última patada a Hardgore Alice cuando se dio cuenta de algo. El cadáver frente a ella se movía. No eran los espasmos de un moribundo. Estaba luchando, con la intención de moverse.

“Pedazo de mierda.” Mary sacó su Tokarev y disparó hasta vaciarla, y luego vació también el cargador de su AK. El techo de la escuela primaria se inundó de sangre. Y entonces, justo cuando Mary pensaba: Ahora tiene que estar muerta, la cosa que debería haber sido un cadáver se movió. A pesar de haber sido destruido hasta el punto de ser irreconocible, todavía estaba vivo.

Calamity Mary sacó varias granadas de mano, sacó los pasadores y las lanzó por todo el tejado mientras saltaba al suelo. Al cabo de tres segundos exactamente, se produjo una enorme explosión. Aquellas habían sido algo más que simples granadas de mano. Eran súper armas, potenciadas por la magia de Calamity Mary. Viendo caer los restos del tejado, Mary estaba segura de que esto debía haber matado a Alice. Corriendo hacia el techo de nuevo, encontró que la explosión no había volado sólo el techo. Incluso las aulas del piso de abajo habían volado por los aires, y en el centro de una de ellas había un bulto de carne retorciéndose.

Una vena gorda salió en la sien de Calamity Mary.

Sacando su cuchillo militar, cortó la carne en diez partes y las esparció. Nueve de los trozos dejaron de moverse, pero la parte más grande siguió retorciéndose. Sus heridas se curaron tan rápido que ella pudo verlas. Estaba tratando de volver a formar su cuerpo humano.

Calamity Mary sacó un frasco, abrió la tapa con precaución y vertió el contenido sobre la carne. Se trataba de ácido sulfúrico concentrado imbuido con la magia de Mary. Haría algo peor que quemar e inflamar la piel. De la carne surgió un humo blanco y humeante, y un olor horrible, del tipo que te golpearía directamente en el estómago, se elevó y se dispersó en el viento. El ácido abrió un agujero en el suelo del aula, pero el trozo de carne seguía moviéndose. Mary vertió una segunda y luego una tercera botella del ácido. Ella borraría esta cosa y se aseguraría de que no quedara ni siquiera polvo.

El ácido ardió desde el tercer piso hasta el primero, y Calamity Mary lo siguió hacia abajo, echando más y más. La carne se derritió, el bulto desapareció y Mary alzo un puño en señal de victoria. Se estaba limpiando el sudor de la frente, pensando que podría sentirse aliviada e irse, cuando se dio cuenta de que la carne se estaba volviendo a formar dentro del mar de ácido sulfúrico. Se estaba moviendo.

Se sintió mareada. Tenía que estar equivocada. Pero incluso cuando se frotaba los ojos, el bulto de carne no desaparecía.

Calamity Mary sacó una jarra de gasolina de su bolsa, la vertió, encendió una cerilla y la arrojó. El fuego ardió con una fuerza casi explosiva. Pero incluso calcinado, el trozo de carne seguía retorciéndose. Calamity Mary lo pisó una y otra vez, pero sí, seguía moviéndose.

Ella esbozó una fina sonrisa. Nunca se había sentido tan humillada en toda su carrera como chica mágica. Sacó un bidón de aceite de su bolsa. Mientras pudiera llevarlo, cualquier cosa cabría en su bolsa cuatridimensional, incluso un gran bidón de aceite o de hormigón líquido. María metió la carne en el bidón de aceite y luego vertió el hormigón líquido de su bolsa sobre él. Llenó el bidón y lo volvió a meter en la bolsa.

Calamity Mary oía los lamentos de las sirenas en el exterior. Tenía que huir, ahora. Se dirigía al puerto. Hundiría el tambor en el fondo del océano y terminaría su trabajo por hoy. Entonces habría terminado. Terminado. Terminado.

Unos días después…

Cuando se anunciaron en el chat las chicas mágicas despedidas, todo lo que Fav dijo fue: “Esta semana le toco a Magicaloid 44.” No se dijo ningún otro nombre.

Calamity Mary se rió. Sola en la sala VIP de un club, cacareó hasta que le temblaron los hombros.

Un sentimiento oscuro se instalaba en el fondo de su alma. Tenía que hacerla desaparecer. Para ello, necesitaba realizar un festejo. No sólo una matanza. Esto exigía una tragedia extravagante, rimbombante, que salpicara de sangre y carne.

La silueta de Ripple pasó por su mente. Pero ella sola no era suficiente. Calamity Mary necesitaba más sacrificios para calmar su corazón.

***

Winterprison se sintió aliviada.

Habían encontrado a otras dos chicas mágicas que simpatizaban con Sister Nana. No valía la pena hablar con Calamity Mary, Cranberry las había atacado de improviso, Ripple no cooperaba y Top Speed no quería hacer ruido. Todos los demás encuentros hasta ahora habían herido el corazón de Sister Nana. Ahora, por fin, podrían tener un comienzo.

Snow White y Sister Nana se daban la mano, ambas parecían entusiasmadas mientras acordaban trabajar juntas. Detrás de ellas, Hardgore Alice las observaba atentamente.

Winterprison juntó sus gruesas cejas y olfateó. Olía a sal. Miró hacia Hardgore Alice y sus ojos se encontraron. El olor del mar la envolvía.

“… ¿Ha pasado algo?” Preguntó Winterprison.

“No, nada en realidad.” Hardgore Alice rompió el contacto visual con ella y volvió a mirar a Snow White y a Sister Nana.

Si la propia Alice dijo que no era nada, entonces tenía que ser nada.

Winterprison hizo un pequeño gesto con la cabeza.