Youjo Senki (NL)

Volumen 8

Capítulo 6: Hans von Zettour

Parte 2

AL MISMO TIEMPO, EL 203º BATALLÓN DE MAGOS AÉREOS DEL EJÉRCITO IMPERIAL

“Enemigos localizados: dos batallones de magos.” “Sí, los veo.”

Lástima que el número de magos que contó su ayudante sea correcto.

“… Una vez más, la respuesta es terriblemente rápida para una unidad compuesta Federación-Comunidad. Supongo que ya no puedo describirlos con ‘para una’.”

Sería estupendo que la organización bicéfala se confundiera sobre quién está al mando, pero de algún modo o bien unificaron la cadena de mando o el comandante de las tropas de la Mancomunidad es un Comunista; fuera como fuera, un ejército Comunista y un ejército capitalista marchaban al unísono.

“Qué cosa tan desagradable de ver. Realmente horripilante.”

“Entonces déjanoslo a nosotros. Puede ver cómo atacamos y los dispersamos.”

El entusiasmo del Teniente Grantz cuando reacciona honestamente a su queja es algo digno de contemplar. Parece encantado de verse liberado de su puesto de guardaespaldas del Teniente General von Zettour.

Bueno, entiendo que entre acompañar a un VIP y hacer tu propio trabajo a tu ritmo, lo segundo es más fácil, pero… lo dicho, la determinación hay que usarla con criterio. Grantz se está dejando llevar un poco por el momento.

“No podemos asumir que el enemigo está mal disciplinado. Así que no, rechazado.”

Cualquier día normal, sus subordinados se retirarían después de una declaración como esa. Pero si él no la mira con ojos que dicen: ¿De verdad que no podemos?—no estaría asombrada.

Quiere gritarle para preguntarle si es un niño.

“Teniente Grantz, un no es un no. ¿De verdad va a hacerme repetirlo?”

“N-No, señora. ¡Entendido!”

Cuando Tanya endurece la mirada y le exige que entienda su razonamiento, él no tarda en consentir. Aunque por un lado quiere que su gente sea audaz, también es importante que atiendan a razones.

Aunque si el campamento enemigo cayera en desorden, ella no se opondría a ganancias garantizadas.

“Qué pesados son estos enemigos que no se caen a pedazos.”

Ante ellos, los magos enemigos ajustan su formación como si estuvieran a punto de enfrentarse. Les han llamado dos batallones, pero están demasiado coordinados para parecer supervivientes huyendo de una batalla perdida.

Extraño. Se suponía que era una batalla de persecución, ¿qué está pasando?

Persecución significa disparar al trasero de los enemigos. Si el enemigo tiene energía en las venas, es más como una batalla de encuentro. Hablando de mala suerte.

¡En serio! Aquí es donde un enfoque indirecto puede ser útil.

“Divídanse en dos grupos y apunten a su camino de retirada. Si su camino de regreso se ve amenazado, deben…”

“¡Vienen hacia aquí!”

En respuesta al grito de su ayudante, Tanya grita de frustración. “¡¿Otra vez esta estratagema?! ¡¿Por quién nos toman?!”

Esto se suponía que iba a ser una batalla de persecución, ¿pero se dan la vuelta? Eso requiere agallas, pero también es un montón de tonterías. Ya hemos estado en el extremo receptor de un ataque coordinado finta como este. Es terriblemente molesto que piensen que caeríamos en el mismo truco dos veces.

“¡Cuidado con los aviones enemigos y… ngh! ¡Avión avistado a las tres en punto! ¡Identifíquenlo!”

“Parece ser el enemigo, señora. ¡Más de uno se dirige hacia aquí!” “¡Buen trabajo, Weiss!”

Es como si todo se hubiera revelado. Las tácticas aéreas que combinan magos y fuerzas aéreas son interesantes, pero una vez que se conoce el truco, es mera prestidigitación.

Tenemos la capacidad de aprender. Les demostraremos que repetir e intentar reproducir el mismo éxito una y otra vez son tópicos que entendemos.

“¡Mantengan la distancia entre las formaciones y bañen a cada uno de ellos en balas!”

Previniendo maniobras evasivas erráticas y la dispersión de las formaciones, Tanya ordena descargas defensivas en forma de fuego de interdicción. La rápida respuesta del batallón es casi perfecta mientras trabaja para convertir los aviones enemigos en costosa chatarra.

Pero su lucha termina de forma anticlimática.

“¿Eh? ¿A dónde van…? ¡Mierda!”

Habiendo interpretado la trayectoria de vuelo enemiga como una carga, el batallón estaba listo para contraatacar, pero justo delante de nosotros, el enemigo se aleja tranquilamente.

Ni siquiera es un atropello, más bien un “no atropello”.

Tras ser engañados, el batallón dispara una espléndida andanada al aire. Y para empeorar las cosas, los magos enemigos empiezan

básicamente a acosarnos con fuego de francotirador de largo alcance en los espacios entre las formaciones que habíamos dividido para contraatacar.

El sentido común realmente frena a un buen ciudadano moderno como yo. Limeys y Comunistas, ¿hay algo en esas palabras que imparte los poderes de una deidad maligna? ¿Debería estar orgulloso de mi persona por no ser alguien tan experto en convertirse en objeto de odio como estos dos grandes males del mundo, la Mancomunidad y la Federación?

¿O debo lamentarme de que me hayan pillado? “¡Los magos enemigos están dando la vuelta!”

Ante el informe de la Teniente Primero Serebryakov, Tanya deja escapar un chasquido de lengua.

Por desgracia, la conducta del enemigo es lo bastante inteligente como para escribirla en un libro de texto. Cuando miro, los magos enemigos que supuestamente estaban cargando ya se han escapado. Se han rendido tan rápido que es una decepción.

“¿Así que fue sólo una finta…? Nos engañaron de nuevo. El enemigo no está actuando medio mal, no, señor.”

A estas alturas, la idea de disparar todos a la vez, lanzarse en picado y terminar la batalla de persecución de una sola vez bien podría ser una fantasía. Incluso si el daño es insignificante, mi voluntad de perseguir se ha agotado en gran medida. Francamente, perseguir a un enemigo con tanta energía organizada por nuestra cuenta está fuera de lugar.

Los magos enemigos que alardean de su habilidad ante nosotros y luego se retiran llamativamente son una amenaza peligrosa, por eso no quiero tener nada que ver con ellos.

“Podríamos obtener una paga adicional, y aun así no sería suficiente para esto…”

El sindicato, ¿dónde está el sindicato? No, los militares somos funcionarios públicos, así que… probablemente no tengamos derechos de negociación colectiva. Supongo que tendremos que esperar que el supervisor de normas laborales haga algo.

El supervisor de normas laborales, ¿dónde, oh dónde está el supervisor de normas laborales? Los oficiales comisionados de todo el mundo esperan ansiosamente su llegada…

“¡Acaben con la unidad de aviones de combate! ¡Supresión de área espacial con fórmulas explosivas! ¡Deshagámonos al menos de esos tipos!”

“¡No, Grantz!”

“¿Eh?”

Reprimiendo el impulso de acunarse la cabeza y suspirar, Tanya comprueba a su subordinado.

No es que nos paguen lo suficiente por esto, y más que nada, realizar combates antiaéreos como magos desorganizará nuestras formaciones.

Puede que los magos enemigos se mantengan a distancia, pero no necesitamos que esos tipos veloces se queden justo fuera del alcance del combate. No digo que sea lo mismo que una flota en formación, pero tener una presencia amenazadora tan cerca limita mucho nuestra libertad de movimiento.

“Ignóralos. Esa unidad de magos de la Federación está demasiado cerca. Y en primer lugar, incluso usando el Tipo 97, te agotarás acelerando a una velocidad igual a la de los cazas.”

Puede que el enemigo nos hostigue con fuego de largo alcance en su huida, pero se marcha por voluntad propia. Y nos involucramos lo suficiente como para considerarlo un intento adecuado de perseguirlos. Podemos decir que cumplimos con nuestras obligaciones mínimas. Ahora, si apoyamos a las tropas de tierra y acabamos con el resto de los rezagados, esos logros serán un bonito recuerdo para Zettour.

Dicho esto… toma la iniciativa de hacer cosas que la gente odia.

Nos instruyeron en la enseñanza obligatoria que así es la gente. Habiendo aprendido lo mismo en las escuelas japonesas, en el plan de estudios de oficiales de Estado Mayor del Imperio y en mis experiencias en el campo de batalla, quizá debería considerarlo una ley universal.

“¡Aun así, no hay razón para que los dejemos escapar ilesos!”

Mis disculpas a mis ansiosos subordinados, pero no habrá abalanzamiento.

A diferencia de oficiales más dinámicos como Grantz, Weiss y Serebryakov, a Tanya no le gustan las cosas molestas.

El trabajo es un producto. Venderte a ti mismo equivale a hacer venta a perdida basado en la sinceridad. Honestamente, es criminal.

“¡Preparen las balas de fórmula! ¡Estamos lanzando fórmulas de francotirador óptico de largo alcance! ¡Denles en el culo mientras huyen! ¡Les daremos algo para que nos recuerden!”

En lugar de echar una mano a nuestro enemigo, le daremos una ración de plomo. El suelo es el compañero perfecto para ellos. Me encantaría que algunos de ellos dieran un giro precipitado y compartieran un apasionado abrazo con él.

Pero, por desgracia, parece que ni los magos de la Federación ni los de la Mancomunidad tienen ganas de profundizar en su relación amorosa con la tierra. Los ildoanos son legendarios por su amabilidad, así que quizá deberíamos intentar persuadirles para que se unan a nosotros si alguna vez surge la oportunidad. Afortunadamente, nuestra asignación de paz significa que no deberíamos tener esa oportunidad durante un tiempo.

En cualquier caso, lanzar balas de fórmula a enemigos con aspecto de motas a larga distancia no sirve de mucho. Tras unas cuantas

docenas de salvas, los magos aéreos enemigos salen ordenadamente de nuestro radio de acción y prosiguen su pausada retirada.

Debería haber sido una simple batalla de persecución consistente en disparar al enemigo mientras se retiraba, pero los resultados son pobres.

“Pero ya es suficiente.” Tanya indica a sus tropas que la lucha ha terminado apoyando su rifle en el hombro. “No podemos alcanzarlos. Más lejos que esto, y el riesgo es demasiado grande. Weiss, Grantz, ¡nos retiramos!”

“¡Pero si actuamos ahora…!”

Grantz es tan amante de las mochilas que Tanya está acostumbrada a que apunte a la espalda de los enemigos y suplique impaciente con la mirada a que le permitan seguir la persecución.

“Teniente Grantz, ¡¿de verdad está haciendo esto otra vez?!” “¡Las tropas de tierra lucharon tanto para atraparlos! ¡Por favor!” “… No podemos.”

Sabe que sus compañeros hicieron sacrificios. Desde el punto de vista de la rentabilidad, está claro que su ratio de bajas debe mejorar.

Pero Tanya odia apostar. A la hora de invertir, prefiere los fondos fiduciarios estables y la creación de riqueza a lo largo de toda la vida al day trading o, mejor aún, a la inversión en su propio capital humano.

Perseguir al enemigo no es una mala opción, pero… hace tiempo que se ha cruzado la línea divisoria entre el beneficio y la pérdida. Continuar más conlleva un riesgo demasiado alto. Lo que necesitan los idiotas que se burlan de la vuelta por derrotista es inteligencia. Según el autoanálisis de Tanya, no debería estar desesperadamente corta de eso.

“Si nos vamos ahora, aún tenemos fuerzas para volver.” Lo importante es la seguridad.

Seguridad, paz y certidumbre.

Basándose en su clara política, Tanya declara: “Mientras yo esté al mando, nunca me echaré atrás. No dejaré que mis tropas se expongan a riesgos inútiles. Haz tu parte para recordarlo.”

“… Entendido.”

Es una respuesta más bien tranquila pero clara, así que Tanya asiente satisfecha. Le gustaría que las respuestas fueran un poco más rápidas, pero como educadora ha descubierto que mientras los humanos tengan emociones, pedir el 70% es más seguro que intentar conseguir el 100%.

Según mi agudo ojo observador, Grantz parece haber reconocido su insuficiencia al enfrentarse a la confiada declaración de Tanya. Es muy posible que, tras enfrentarse a su sólida argumentación, se sienta avergonzado de sí mismo.

No es de extrañar.

Tanya espera que aprenda de este error y ponga sus conocimientos al servicio del futuro. Los errores son humanos, y cualquiera que pueda aprender de ellos con una mente abierta y tranquila es un recurso humano decente.

“Como educadora, me gustaría convertir esta experiencia en un libro algún día.”

“¿Va todo bien, Coronel? Parece estar de un humor extrañamente alegre.”

“No es nada. Es sólo una experiencia interesante, incluso para mí. Estaba pensando que me gustaría escribir un libro sobre educación, eso es todo.”

Justo cuando está a punto de continuar con: Se trata de la importancia de cambiar tu punto de vista, se da cuenta de que necesita un poco de autocrítica. No le servirá de nada centrarse sólo en su lugar de trabajo. Está a punto de perderse un recurso importante que sólo puede verse desde una perspectiva amplia y general.

No, más que errar, quizá el verbo más adecuado sea pasar por alto en lo que respecta a las cosas de abajo.

“Mire eso, Mayor.”

“¿Hmm?”

“Nuestros enemigos dejaron todo eso. Es una montaña de tesoros.”

La conducta de los magos enemigos fue ejemplar, pero la confusión de sus tropas terrestres fue ejemplar en el sentido opuesto. Si me presionan, diría que podría usarse como ejemplo de libro de texto de una derrota.

Es la misma escena que vimos cuando atrapamos al ejército de la República François en la puerta giratoria. Sólo se puede decir que es el ejemplo perfecto de hasta qué punto una empresa, un ejército, incluso un país —probablemente cualquier organización humana— se debilita cuando la persona al mando no proporciona una dirección clara.

La mayoría de las tropas terrestres enemigas, incapaces de tomar medidas decisivas en respuesta a la rápida evolución de la situación, acabaron optando por el insensato plan de defender cualquier posición en la que se encontraran y se deterioraron rápidamente hasta convertirse en un caos.

Incluso si un par de oficiales sabios y valientes ordenaran una retirada, la diferencia entre una retirada organizada y la retirada de héroes individuales es enorme en términos de la confusión y las pérdidas resultantes.

Como resultado, dejaron caer muchas cosas.

“Informe al resto de las tropas. Diles que envíen algunos camiones para incautar el equipo de artillería abandonado de la Federación. Y que les facturen los honorarios de nuestro descubridor.”

“¿Equipo de artillería enemigo? He hecho recoger a Grantz cosas de esos tipos a paladas, pero no estoy seguro de que podamos usar equipo pesado…”

“Se llama diversificar tus canales de aprovisionamiento. El proceso de aprovisionamiento está fatal.”

El Arte de la Guerra también lo menciona, pero los bienes adquiridos en territorio enemigo son más baratos, ya sea en términos de envío o de precio de adquisición, que los procedentes de la patria. En mi época en Japón, lo que decía Sun Tzu era un principio tan fundamental que no podía entenderlo, pero no se puede negar que era consciente de los costes. Lamentablemente, el derecho internacional actual prohíbe una economía de saqueo formal…

No podemos saltarnos las normas, pero afortunadamente las leyes no prohíben la incautación. Y para verlo desde el otro extremo, es un hecho que no podemos llevárnoslo todo de la patria como el Imperio Estadounidense.

“… Qué fastidio.” Refunfuña antes de contenerse. “A este paso, puede que también tengamos que depender del enemigo para los rifles.”

Cuando Weiss empieza a reírse: “No puede ser…”, Tanya sacude ligeramente la cabeza.

“Mayor, puede que ahora mismo sea el único momento en el que pueda reírse así.”

***

LA FEDERACIÓN, EN ALGÚN LUGAR DE MOSCÚ, OFICINA DEL COMISARIADO DE ASUNTOS INTERIORES, QUE EXISTE PARA SERVIR AL PUEBLO

En el despacho, el comisario de asuntos internos… el diablo disfrazado de humano, Loria, ladeaba la cabeza sorprendido.

“¿Perdimos?”

Al otro lado de la mesa, un soldado de carrera, con rango de coronel y uniforme sin arrugas, se estremeció cuando un escalofrío, acompañado de sudor frío, le recorrieron la columna vertebral, mientras asentía en silencio.

“¿Contra el Grupo B del Ejército Imperial?”

“… Sí.”

Había miedo en la voz que tuvo que exprimir. El coronel conocía a Loria desde hacía tiempo y, hasta cierto punto, era capaz de decir lo que pensaba… pero al haber sido testigo directo de la severa reacción del comisario ante el fracaso, probablemente le estaba costando relajarse.

Para tranquilizarlo, Loria se encogió de hombros y puso una expresión intencionadamente alegre. “… Bueno, no me importa. Conseguimos ganar en las ciudades críticas del sur.”

“¿Cuentas esto como una victoria?”

“Camarada Coronel, estoy sorprendido. Usted es un soldado, sin embargo, parece que carece de sentido común para un militar. Desde un punto de vista militar, seguramente podemos llamar a esto una victoria.”

Aunque es mejor ser temido que amado, atar a la gente sólo con el miedo es de tontos.

“Camarada, seré franco. Nuestros compañeros de armas están haciendo un buen trabajo.”

El miedo es como una medicina que se administra según las necesidades. La cantidad adecuada mantiene la organización funcionando sin problemas, pero los efectos secundarios de un exceso son extremos.

“Pero…”

El oficial del Ejército de la Federación seguía dudando, y Loria llegó a su conclusión con naturalidad. “Nos llevamos la peor parte del ataque imperial en el sur. Las regiones ricas en recursos están ilesas.”

El ataque del Ejército Imperial había sido feroz, pero acabó agotándose. Incluso los imperiales se vieron frenados por la combinación de la tiranía de la distancia y el nacionalismo.

Sí. Ahí, Loria añadió algo en su cabeza. El gran papel desempeñado por el apoyo material que recibían de los capitalistas era, en efecto, material.

En cualquier caso, la frustración de las intenciones enemigas tuvo un efecto psicológico decisivo en la dirección del partido. Ser capaz de resistir al Imperio… era mejor prueba que las insultantes luchas de reconciliación de que la Federación podía pronosticar brillantes perspectivas.

“No sólo impedimos que el enemigo lograra su objetivo, sino que al mismo tiempo desgastamos sus fuerzas blindadas… Una ciudad perdida es un pequeño precio a pagar.”

Aunque el nombre de la ciudad caída fuera el de su secretario general… sólo habían perdido una ciudad con un nombre simbólico. Eso era todo. El impacto en su capacidad para seguir luchando sería extremadamente limitado.

La dirección del partido estaba tan aterrorizada de perder la zona de recursos del sur que ya no existía el tipo de gente que haría un escándalo por perder una ciudad cuando podían perderlas todas.

Ahora que lo pensaba, la fiesta se había ventilado bien últimamente.

“El ejército juzgó que no podrían defenderla con éxito y se retiró. No voy a retractarme de mi promesa de aceptar incondicionalmente las decisiones de los camaradas generales.”

“P-Pero… la ciudad que perdimos es Josefgrad.”

Que los de abajo temieran el desaprobación del secretario general tenía sentido, pero el compromiso de utilizar todo lo disponible era ya cosa del pasado.

“También informaré personalmente a nuestro Camarada Secretario General de que las tropas han hecho un buen trabajo. Y arreglaré algo para nuestros camaradas en el campo.”

“¡T-Te lo agradezco!”

Cuando el coronel recuperó el color de su rostro y relajó los hombros con un suspiro de alivio, Loria sonrió como un padre cariñoso y comprensivo.

“El problema es el Grupo B del enemigo.”

Las líneas centrales deberían haber realizado un ataque de control, haber ordenado las líneas y haber logrado una modesta victoria; que en lugar de ello fueran repelidas fue inesperado.

Al menos a la Federación, habría que decir.

Para Loria, también fue una sorpresa, pero podía ver cómo era posible.

“¿Ese cómo-se-llame, el Diablo del Rhine? Vi un informe de que estaba allí armando un alboroto. ¿No hay más detalles?”

Ella…

Mi adorable y traviesa hada… Mi diablilla blandió su furia.

Esto es lo que significa calentarse de repente entre las piernas. Ahhh, no tenía ni idea de que mi hada estaba ahí, tan cerca.

“Vamos tras su unidad, ya que son los que causaron problemas en Moscú…” Reprimiendo el calor que amenazaba con colarse en su voz, Loria mantuvo un aire despreocupado en la mayor medida posible. Enamorarse a su edad le parecía vergonzosamente puro.

“Debido al fracaso de la ofensiva, no hay nada seguro. Por el momento, tenemos el informe no confirmado de que la unidad multinacional se enfrentó a la unidad más capaz del Imperio.”

“¿Con el Camarada Coronel Mikel al mando?”

“Sí, el Coronel Mikel esta de nuestra parte. Un marine mágico llamado Drake es el comandante de la Mancomunidad. Aunque aparentemente, este teniente coronel tiene lazos con su agencia de inteligencia.”

Al preguntársele implícitamente si eso era un problema, Loria sonrió. “Probablemente no haya problema. Somos buenos amigos de la Mancomunidad. Los amigos no necesitan preocuparse por los antecedentes de los demás, y no hay nada que debamos ocultar.”

Si lo hubiera, nunca habrían dejado entrar ni siquiera al limitado grupo de periodistas que tenían. Necesitaban que Occidente sólo viera los aspectos positivos del Comunismo.

No iban a mostrar elementos problemáticos a extraños. Por supuesto, si la agencia de inteligencia del Ejército de la Mancomunidad cometía algún tipo de desliz atroz, él estaría más que encantado de condenarlos delante de los periodistas y lamentar la infidelidad a su alianza… así que siempre se mantenían preparados.

“En cualquier caso, podemos recuperarnos.”

En realidad, era enorme que hubieran conseguido detener la invasión en las ciudades y proteger las zonas ricas en recursos. Podía vivir para el amor, pero si sufría un revés en el trabajo, no tendría tiempo para atender a sus afectos, así que estaba agradecido al ejército por haber hecho un buen trabajo.

“Era la Operación Andrómeda del enemigo, ¿no?”

“Sí, eso es lo que decía el código.”

“Nos reiremos de ellos por estar demasiado apegados a una operación tan fantasiosa. Los vencedores seremos nosotros, que nos apoyamos en el Comunismo científico. Reclamaremos la victoria.”

“¡Sí, señor!”

El coronel se enderezó y saludó—era un buen soldado de carrera. Estos camaradas de Loria serían peones de calidad que harían realidad sus deseos.

“Entonces, Camarada Coronel, si puedo molestarle para que se lo diga al Estado Mayor, me gustaría que tomaran las medidas que sean necesarias desde un punto de vista puramente militar.”

“Me aseguraré de hacérselo saber.”

“Y una cosa más. Ese Diablo del Rhine es realmente un problema.

¿Estás de acuerdo?”

“Por supuesto, es una presencia peligrosa…” Loria asintió que era un tipo especial de peligro.

Esta hada diabólica se estaba haciendo con su corazón.

Las cosas que brotaban de su interior cuando pensaba en cómo sonarían sus jadeos y gemidos…

Tenía muchas ganas de saberlo.

Qué monstruo tan peligrosamente tentador.

“En ese sentido, me gustaría que prepararas una unidad específicamente para rastrearla.”

“… ¿Es una orden, señor?”

“No, sólo la sugerencia de un ciudadano de la Federación. Sea tan amable de considerarla. Aunque si le parece bien, me gustaría que la persiguiera conjuntamente con el Comisariado de Asuntos Internos.”