Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 3

Interludio 4: Mientras Tanto, la Reina Oscura… IV

Al pie del Pico Sagrado de Olimpia, la Reina Oscura Maredia lucía su elegante vestido blanco favorito y tomaba el sol de verano. Con un sombrero de paja en la mano, se dirigía a su fiel seguidora.

“Haugh… Clowria, ¿estás súper segura de que este vestido no se ve raro?” “¡Por supuesto, mi Reina! Te queda fenomenal.”

“… Haugh. ¿Podemos renunciar a salir fuera? Quiero decir, hace mucho calor.”

“Eso es porque es verano, mi Reina Oscura.” Contestó Clowria, que llevaba una camisa ligera apropiada para el tiempo. Llevaba una cesta en una mano, y sonreía suavemente a su reina. Parecía absolutamente angelical, a pesar de ser una darkin, y totalmente distinta a la sargento instructora infernal que antes había hecho llorar a la Reina Oscura.

“Pero Olivia probablemente se está divirtiendo en su viaje… ¿No seríamos una molestia si apareciéramos de repente de la nada?”

“¡Mi Reina, qué prudente! ¡Qué compasiva…! Sin embargo, no es necesario ser tan negativa.” Declaró Clowria. “Después de todo, al Sr. Dragón Anciano y a Olivia les gustas bastante.”

“Haugh…”

“Bien, partamos.” Clowria tendió una mano a la otra mujer.

Al estar aburrida durante tanto tiempo, Maredia finalmente se había derrumbado y había empezado a decir que quería ir a reunirse con Olivia. Por supuesto, cambió de opinión dos o tres veces. No dejaba de oscilar entre las posturas de “¡Estoy tan aburrida!” y “Pero quedarse en casa es lo mejor…”

“Ya has terminado de leer todos tus libros, ¿no?” “Haugh…”

“Y has leído ese libro que te prestaron tantas veces…”

“Haugh, ¿te refieres al libro ilustrado de Lena? No podré leer el siguiente hasta que empiece el nuevo semestre…” Maredia se preocupó durante un minuto, pensando. “¡Bah! Bien. A este paso, me moriré de aburrimiento.”

Haciendo una cara decidida, Maredia se transformó en un gato con un puf. Para alguien como la Reina Oscura, la magia de transformación era tan fácil como respirar. La reina de los gatos negros se acurrucó en la cesta que llevaba Clowria.

“De acuerdo, Su Oscuridad, ¡por favor agárrese fuerte!”

Con un estruendo más fuerte, Clowria desapareció. Al instante siguiente, el sonido de los fuertes pero ligeros golpes de las alas llenó el aire. Se había transformado en un halcón. Con la cesta (y la Reina Oscura que contenía) en sus garras, voló hacia el cielo.

“¡Ha-Hauuuugh! ¡Estamos a demasiada altura!” “No tema. Nuestro viaje será seguro, mi Reina.”

“Urgh… Creo que puedo sentir al Dragón Anciano en esa dirección.”

“Como se esperaba de mi hermosa Reina. Muy bien, partamos.” El halcón batió sus alas bajo la brillante luz del sol.

Y así, la ahora esponjosa Reina Oscura y su ayudante partieron en busca de Olivia.