Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 3

Capítulo 5: Su Lindura Sale en Busca de las Siete Reliquias Supremas, Tercera Parte ~El Secreto de Lena y el Bosque Chirin~

En el Bosque Chirin, donde Olivia y yo pensamos que podríamos encontrar el Escudo Tierra Vasta, nos recibió un hada pequeña y una de las compañeras de Olivia: la silenciosa y misteriosa, aunque sin parangón en su campo, Lena.

Y…

“¡El dragón ha hablado! ¿Qué está pasando? Los únicos tipos de dragones que deberían sobrevivir hoy en día son los más pequeños y los demidragones, y ninguno de ellos es capaz de entender el lenguaje. Pero espera… ¿un dragón anciano? ¿Un dragón anciano? ¿Qué está pasando? ¿Y por qué está aquí? ¿Por qué la red de alerta de sílfides no lo ha detectado? Y también hay una niña humana con él. ¿Un dragón con una niña humana? ¿De qué se trata? Oye, Lena, ¿qué opinas?”

El cabello negro de la mujer con cuernos descansaba sobre sus hombros. Tenía profundas arrugas en la frente. Y vaya que podía hablar mucho.

“Compañera… de clase.”

“¡Espera! ¿Tal vez este dragón la secuestró? Sé que les gusta el oro y las joyas, pero nunca había oído que un dragón secuestrara a un niño… ¿Los mil años que he pasado lejos de los humanos y del Reino Oscuro han afectado a mi sentido común? Espera, ¿has dicho algo, Lena?”

“Olivia. Compañera de clase.” Lena levantó lentamente una mano para señalar a Olivia.

Luego movió lentamente su mano para señalarme a mí. “Dragón. Papá. Papá de Olivia.”

¡Así es! Soy el papá de Olivia.

“…”

“……”

La mujer del cuerno roto miró varias veces a Lena, a Olivia y a mí. “¡¿Quéééééé?! ¿Es una de tus compañeras de clase? ¿Y su tutor?”

Dio un salto de sorpresa.

***

La mujer con cuernos se llamaba Martell. En lo profundo del bosque había un claro con una pequeña cabaña de madera, un jardín y un pequeño arroyo. La cabaña era aparentemente el hogar de Martell. Y también de Lena.

“Aquí tienes. Este té me costó una buena suma cuando me vi obligada a ir a la ciudad y está hecho con agua clara de arroyo. Acéptalo con agradecimiento. Es bastante inusual que una de las compañeros de clase de Lena y su padre vengan de visita, así que tómalo como una señal de que voy a hacer todo lo posible para darte la bienvenida.”

“¡Vaya, gracias!”

“¡Gracias! Tee jee, ¡está tan caliente!”

Tomé un sorbo de té. Estaba caliente, delicioso y tenía un aroma fantástico.

Lena también asintió satisfecha y levantó el pulgar. A ella también parecía gustarle. “No, en realidad.” Continuó Martell. “Está diciendo ‘por favor, disfruta’.”

“¡Oh! Ya veo.” “…”

“También tenemos pan y panecillos.” “¡Guau! Gracias… uhh… ¿madre de Lena?”

“No, no. Sólo soy su cuidadora. Su guardiana.” “…”

“Oh, ¿quieres más, Lena? Por favor, sírvete tú misma.”

Fue increíble. Su capacidad para decir exactamente lo que Lena quería sin que la chica dijera una sola palabra hablaba realmente de su calidad como cuidadora.

Continuamos con la hora del té.

“Hmm… ¿Pero cuál es el verdadero tú? ¿El dragón o el humano?” Martell escudriñó mi forma humana de arriba a abajo.

Oh, ¿todavía está mi cola fuera?

“Además también eres increíblemente atractivo.”

“Uhh… Mi verdadera forma es un dragón. Pero para criar a Olivia, pensé que una forma humana era mejor, así que estoy así muchas veces.”

Martell parecía bastante sorprendida por mis palabras. “¿Puedes transformarte tan fácilmente en una forma tan diferente…? Aparte de algunos casos especiales como los íncubos, incluso entre los darkin tales transformaciones sólo son posibles para la élite. Los dragones ancianos son algo increíble a lo que hay que temer.”

“Uh, ¿es usted una darkin, Srta. Martell?” Pregunté.

“Así es. Como puedes ver por mis cuernos, ¡soy auténtica! Soy una superviviente de la invasión de hace mil años. Unos humanos me golpearon en la cabeza, y mientras estaba noqueada, perdí mis medios para volver al Reino Oscuro. Desde entonces me he escondido en este rincón del Reino Humano.”

“Ya veo.” A Martell le gustaba mucho hablar. Espera, ¿también era una encerrada?

“¿Los darkin realmente disfrutan de estar encerrados o algo así?” “¿Hm? Oh, ¿eres amigo de otro darkin?”

“Sí, vivimos juntos.”

“¿Oh? ¿Así que hay algunos de nosotros lo suficientemente extraños como para vivir con un dragón? Normalmente estamos súper en guardia contra los demás. A la mayoría no le gusta nada tratar con otras razas. A pesar de mi aspecto, soy extremadamente sociable para ser una darkin.” Dijo Martell, pareciendo en cierto modo orgullosa de sí misma.

“¿Ah, sí?” Tenía mucha curiosidad por saber cómo eran los darkin además de la Reina Oscura y la Srta. Clowria.

Martell me miró e hizo una pausa. “¿Y?”

“¿Y?” Me hice eco.

“¿Por qué están aquí? No hay nada en este bosque.” Dijo Martell, haciendo una pose mientras nos señalaba con el dedo.

***

“Ya veo, las Siete Reliquias Supremas… Oí hablar mucho de ellas durante la invasión.” Martell nos había proporcionado frutos secos, pan y numerosas reposiciones de té. “Debe ser duro perder las vacaciones de verano por algo así.” Martell se encogió de hombros al escuchar nuestra explicación.

“Al parecer, han acumulado mucho poder a lo largo de los años, por lo que pueden ser peligrosas para la gente.”

“¿Ah, sí? Pero, ¿por qué un dragón anciano iba a echar una mano en esta búsqueda?” “Uhh… ¿Porque soy el papá de Olivia?”

“Esa no es realmente una gran respuesta.” Dijo Martell, insatisfecho. “Quererla no significa hacer todo por ella, ¿sabes?”

“Quizá… pero quiero que Olivia pueda vivir feliz en el mundo humano.” Si había una posibilidad de que ese mundo se pusiera en peligro, pensé que era lógico que también ayudara a buscar las Reliquias.

“Vivir felizmente, ¿eh?” Martell me miró fijamente. “Entonces nunca deberías haber mostrado tu forma de dragón a la gente.”

“Bueno…”

“Los humanos temen profundamente a cualquiera que sea diferente a ellos. Tú eres increíblemente poderoso, así que para ti, puede que sólo tengan miedo, pero para cualquiera más débil…”

Lena se levantó, como si quisiera interrumpir a Martell. “O… li… via…” Agarró la mano de Olivia, que miraba a Martell con expresión confusa.

Martell se giró, dirigiendo una mirada de sorpresa a las dos chicas. “¿Qué pasa, Lena?” “Vamos. Hice… uno nuevo.”

“Espera, ¿en serio?” Olivia volvió sus ojos brillantes hacia mí.

“Ja, ja, está bien. Adelante.”

“¡Está bien!” Olivia se levantó y empezó a correr con Lena. “¡Ah!” Olivia se detuvo un momento, mirando hacia atrás.

“¿Hm?”

“¡Muchas gracias por el té, señorita Martell!” “O-Oh, no hay problema.”

La habitación de Lena estaba en el segundo piso de la cabaña. El bonito sonido de sus pasos perfectamente sincronizados subiendo las escaleras les seguía. Mientras tanto, Martell inclinó la cabeza confundida hacia mí. “¿Oye, Dragón?”

“¿Qué es?”

“¿Qué es ese ‘nuevo’ del que habla?”

Mis ojos se abrieron de par en par ante la pregunta. Espera, ¿quieres decir…?

“Srta. Martell, ¿no lo sabe?”

“¿Saber qué? No tengo ningún interés en los humanos…”

“No, no tiene nada que ver con eso.” Incluso yo lo sabía. Los trabajos de Lena eran compartidos no sólo entre los alumnos de la Clase Dos-Cero, sino también con la Reina Oscura y las demás alumnas de la academia. Lena era súper callada y casi nunca hablaba, pero—

“Lena hace libros ilustrados.” “… ¿L-Libros?”

Así es. Era una autora muy popular.

***

Hace unas semanas, en la Academia Real Femenina de Florence, todo el mundo se había reunido después de las clases en la habitación de Daisy en los dormitorios Fontaine. La Reina Oscura y yo estábamos en agonía.

“Ah, ja, ja, ¿qué diablos es esto? ¡Esto es divertidísimo! ¡Ah, ja, ja, ja, ja!” “¡Haugh, m-mi estómago! ¡Me duele! Nya ja ja ja, ¡estas bromas son demasiado!”

Nos reímos tanto que nos apretamos el costado de dolor.

Duele tanto… ¡Es demasiado divertido!

Todo era culpa de Lena. Casi nunca hablaba, pero era muy divertida y hacía libros de imágenes como pasatiempo. Eran muy, muy divertidos. Si me preguntaras qué era lo gracioso de ellos… ¡no, no puedo decirlo! Me pondría a reír de nuevo.

“Nya ja ja, ¡oh vamos! ¡Incluso un snob de la literatura como yo tiene que admitir que eres un genio, Lena! ¡Clowria! Ella es totalmente un genio, ¿verdad?” A la Reina Oscura se le saltaron las lágrimas de risa. Al ver a la otra mujer de tan buen humor después de lo alterada que había estado el día anterior, Clowria se sintió inundada de alivio.

“… Gracias.” El cabello plateado de Lena hasta el suelo enmarcaba su rostro sonrojado.

Estaba tan callada como siempre.

“¡Te jee, tus historias son tan buenas! A mí también me encantan.” Dijo Olivia, hinchándose tan orgullosa como si fueran suyas.

El bolígrafo de Lena patinó sobre la página de su ‘libro de todo’, el gran tomo encuadernado en cuero que llevaba a todas partes. Luego lo giró hacia nosotros. Las palabras “Gracias, eso me hace feliz” estaban escritas allí, junto a una imagen del personaje principal de su libro. Sólo ver la expresión del personaje nos hizo estallar de nuevo en carcajadas.

Incluso el mero hecho de pensar en esa historia nos hacía reír a carcajadas. A este paso, ¡nunca nos íbamos a calmar!

“¡Haugh, Lena! ¿Cuándo vas a terminar el siguiente? Me gustan mucho estos libros.”

Lena guardó silencio, pero su rostro se puso rojo. Se quitó la bolsa de los hombros y rebuscó un poco antes de sacar otro libro. Vaya, ¡ya hay otro! La Reina Oscura y yo nos pusimos en fila frente a ella, emocionados.

“¡Ohh…!”

“¡¿Yo, la Reina Oscura, puedo leerlo antes que nadie?!” “¡Qué honor! Hay cientos de personas esperando para verlo.”

Todo el mundo en la Academia Real Femenina de Florence esperaba ansiosamente el siguiente volumen, ¡pero nosotros lo veríamos primero!

***

“… Así que los libros que escribe son extremadamente populares en la escuela.”

Martell parpadeó sorprendida por mi historia. Todo era cierto. Olivia, la Reina Oscura y yo disfrutamos mucho de los libros que escribió. Incluso Luca lo hacía. Recientemente, ella había fingido que no le importaba en absoluto y había dicho: “¡Hmph! Estoy demasiado ocupada con el consumo de libros de texto y literatura antigua.” Sin embargo, yo también había sorprendido a Luca leyéndolos en secreto.

“Vaya…”

“Incluso yo soy uno de sus fans.”

“Ya veo.” Aunque antes su expresión había sido severa y arrugada, la expresión de Martell se suavizó e incluso parecía un poco más linda. “Oye, dragón. ¿Parece que ella… disfruta de la escuela?”

“Hmm…” Pensé en cómo actuaba Lena en la academia. Siempre estaba inexpresiva y silenciosa. La joven era muy diferente a todos los niños de los libros de educación infantil que leía. Sin embargo, siempre había gente a su alrededor y siempre parecía disfrutar escuchando las conversaciones de las personas que estaban con ella.

“Sí, creo que sí.”

Martell respondió a mis palabras con una sonrisa de alivio. “¿De verdad? Sí… me alegro de oírlo.”

“¿No hablas con Lena de la escuela en absoluto?” “No. Como puedes ver, no habla mucho.”

“¿Y no lees sus libros?” “No, no tengo derecho.” “¿Qué no lo… tienes?”

Suena más complicado de lo que pensaba.

“Sólo soy su tutora. Si ella no quiere mostrármelos, no puedo invadir su privacidad de esa manera.”

“Así que es eso, eh…” Me hundí en mis pensamientos. Ese era un problema al que nunca me había enfrentado. No importaba lo que Olivia viera o experimentara, siempre se acercaba a mí en plan: “Oye Papi, ¿sabías que…?” o: “¡Papi, mira esto!” Siempre estaba rebosante de entusiasmo por compartir cosas conmigo. Por supuesto, estaba al borde de un punto aterrador en su vida que los libros me decían que se llamaba ‘pubertad’, así que eso podría cambiar…

¡pero ni siquiera podía imaginarla pidiéndome que lavara mi ropa interior separada del resto de la ropa sucia como habían mencionado mis libros! Nunca había pensado realmente en el tipo de problema al que se enfrentaba Martell.

Hablando de eso…

“¿Cómo acabaste siendo la tutora de Lena?” “¿Hm?”

“Olivia tropezó con mi santuario un día… Después de que pasaran muchas cosas, terminé convirtiéndome en su papá.” Pero, ¿cómo es que Martell, una darkin que vive en lo profundo del bosque, terminó criando a una niña humana?

“¿Por qué estoy actuando como su tutora?” La arruga del ceño de Martell volvió con toda su fuerza. “¿No es obvio? Llevo cientos de años criando niños en este bosque.”

“¿Eh?”

“Siempre he criado a los hijos de los darkin que son perseguidos por los humanos aquí.” “¡¿Q-Q-Quééééé?!” ¡¿Los niños darkin?! “¿Estás diciendo que Lena es…?” ¿Una darkin,

como la Reina Oscura? Nunca me di cuenta.

El ceño de Martell se arrugó más al ver mi sorpresa. “¿Por qué estás tan sorprendido? ¿De verdad no lo sabías? Ese cabello largo y plateado está lleno de energía mágica y es muy común en la gente de sangre darkin… Bueno, le dije que tratara de ocultar el hecho de que era una, y le enseñé a ocultar su energía mágica, así que tal vez esto sea sólo una señal de que su entrenamiento va bien…”

“¡Espera, espera!”

“¿Hm?”

“¿Por qué le haces ocultar el hecho de que es una darkin?”

El ceño de Martell se arrugó aún más ante eso. Fue como si un valle se abriera en su cara.

Me miró sin hablar durante unos instantes. “Huh. Supongo que un dragón no lo sabría.” “¿No sabría sobre qué?”

Al ver el signo de interrogación sobre mi cabeza, Martell se rió. “Sobre cómo los humanos discriminan a los darkin, por supuesto.”

***

Hace unos mil años, liderados por la Reina Oscura Maredia, los darkin invadieron el Reino Humano. La guerra entre las dos razas continuó hasta la derrota final de Maredia a manos del grupo del héroe, y dejó una gran división entre los humanos y los darkin.

“Pero, por supuesto, eso ya lo sabes.” “Hmmm…”

“Esa guerra duró más de cien años.” Martell continuó su lección de historia. Era una historia que había contado a los niños que había criado aquí —los niños darkin que tuvieron la desgracia de nacer entre humanos— muchas veces a lo largo de los años.

“Hace mucho tiempo, el Reino Oscuro y el Reino Humano estaban más conectados. Viajar entre ellos era bastante fácil, y las relaciones eran buenas. Por lo menos en aquel entonces. Incluso yo era amiga de algunos humanos antes de la guerra.”

“Ya veo…”

“Sin embargo, desde que la invasión de los darkin fracasó, siempre se habló mal de los que quedaron aquí en el Reino Humano. Pero eso no era todo. Nos arrojaban piedras, nos echaban de nuestras casas y nos trataban de malvados sólo porque habíamos nacido como darkin.” Martell se mordió el labio. “Volvieron su desprecio hacia nosotros porque el gobernante del Reino Oscuro, un Rey Oscuro entre los Reyes Oscuros llamado el Emperador Oscuro Thanatos había declarado una guerra contra este reino, con su propia hija liderando la invasión.”

“¿Por qué haría eso?”

“A una subalterna como yo no se le dijo nada, pero parecía que el Reino Oscuro no tenía suficiente energía… Se estaba quedando sin maná.”

“¿En serio?”

“La energía mágica que flota en el aire es en realidad un recurso limitado. El problema era que el maná había empezado a filtrarse desde el Reino Oscuro hasta aquí.” Martell se encogió de hombros. “En cualquier caso, gracias a esa estúpida guerra, el mundo se puso patas arriba…”

La guerra de un siglo llegó a su fin con la victoria de los héroes humanos. Tras su derrota, los darkin cerraron las innumerables puertas que conectaban los dos reinos. No se sabe muy bien cómo lo hicieron, pero sea como sea, todas las puertas se cerraron a los pocos días de la derrota de la Reina Oscura Maredia. Tal vez temían que los héroes volvieran su mirada hacia el propio Reino Oscuro. O tal vez sólo temían que se filtrara aún más maná del Reino Oscuro al Reino Humano. En cualquier caso, los dos reinos estaban aislados el uno del otro.

Y no sólo los humanos, sino también los soldados darkin que habían sido utilizados como peones y los que habían estado viviendo entre los humanos, no pudieron volver a casa. Lamentablemente, el odio hacia los darkin que se había ido acumulando a lo largo de los cien años de guerra se cebó con ellos. Se había convertido en algo parecido a una tradición. Los darkin eran tratados como inferiores a los humanos en todos los sentidos, y se convirtió en algo aceptable oprimirlos abiertamente. Se les consideraba totalmente diferentes a los humanos.

Últimamente se ha hablado de la igualdad entre los humanos y los darkin, en un esfuerzo por reconciliar a las dos razas, pero eso es sólo una fachada.

Los darkin aún no podían esperar llevarse bien con los demás.

Expulsados de la sociedad, muchos darkin adoptaron estilos de vida violentos y perversos.

Los niños con sangre darkin seguían siendo tratados con desprecio.

Había una gran división entre la nobleza y el pueblo llano, pero el abismo entre los humanos y los darkin era otra cosa, parecía tan profundo como el mismo infierno.

“Ese es el mundo podrido en el que vivimos hoy.”

Martell colocó con fuerza su taza de té sobre la mesa. Frente a ella, el gentil dragón estaba en shock. “Es… es terrible. No lo entiendo.” Murmuró, con la voz cargada de tristeza.

Nunca imaginé que pudiera existir algo tan triste en el mundo de mi querida hija.

Fue realmente desgarrador.

“Así que, como resultado, crío niños darkin aquí en el Bosque Chirin. Todos ellos han sido expulsados de sus hogares y abandonados por sus padres. Últimamente, cada vez son menos, pero recogí a Lena hace unos diez años. Sin ningún otro lugar al que ir en este mundo, un sobrante de aquella guerra de hace mil años como yo es su guardián. Los darkin tenemos que permanecer juntos, ¿sabes?”

Martell no paraba de hablar mientras yo escuchaba.

***

En el segundo piso de la casa de Martell, Lena estaba muy contenta. Una amiga había venido a visitarla a su casa. Olivia había aparecido de la nada. Era la primera vez que ocurría, y ella nunca había esperado que ocurriera. A Martell no le gustaba dejar que nadie más entrara en su casa.

Lena amaba a Martell. Era amable, inteligente y confiable. De pequeña, cuando la gente con la que vivía se enteró de que Lena tenía sangre darkin, la echaron de su pueblo. Los humanos que la habían criado hasta entonces no querían saber nada de ella. Si Martell no la hubiera salvado, probablemente habría muerto.

Cuando Martell se dio cuenta del talento de Lena para la magia, le recomendó encarecidamente que se presentara a la Academia Real Femenina de Florence. Martell pensó que si se graduaba en una institución tan prestigiosa, Lena podría vivir algo parecido a una vida normal, a pesar de su herencia. También habían considerado otras escuelas, pero las otras habían dejado claro que sólo aceptaban humanos. En ese momento, se decidió la futura escuela de Lena. La academia fue fundada por la reina filósofa de los elfos Phyllis Florence, por lo que aceptaba específicamente a personas de todas las razas.

Dicho esto, básicamente no había ningún darkin asistiendo. Había pocas vocaciones disponibles incluso para los darkin. Eso hacía extremadamente difícil permitirse un nivel de educación tan alto.

La Academia Real Femenina de Florence ofrecía becas a sólo seis estudiantes por año. Esas seis estudiantes tenían todos los gastos pagados y formaban parte de una clase especial. Lena había aspirado a ser una de esas estudiantes. Martell le había dicho: “No te preocupes por el dinero; ¿quién te crees que soy?” Pero Lena sabía lo mucho que tendría que trabajar la mujer para pagarse la matrícula.

Por suerte, Lena pudo aprovechar al máximo el talento nacido de su sangre darkin. Desde el principio, le había gustado leer y escribir, o más concretamente, sólo escribir, por lo que siempre llevaba una pluma y un papel a todas partes.

Y así, había logrado mantener su herencia en secreto y aprobar el examen de ingreso a la escuela. Cuando se enteraron de que había sido aceptada, Martell le había preparado una enorme tarta para celebrarlo. Estaba muy contenta. Cuando era estudiante de primer año, recibía constantemente cartas de Martell en las que le preguntaban si habían descubierto que era darkin, si la estaban acosando o si lo estaba pasando mal. Por eso amaba a Martell.

Pero Martell había dejado explícitamente claro que Lena no podía ir a ningún sitio fuera del bosque, excepto a la escuela, y que no podía llevar humanos al bosque pase lo que pase, y eso había significado que tendría que pasar las vacaciones de verano sin ver a ninguna de sus amigas. Eso la entristeció un poco.

“Aquí. El nuevo.” Lena sacó el libro en el que había estado trabajando desde el momento en que llegó a casa para su amiga.

“¡Hurra! Tee jee, ¡hace tiempo que tenía ganas de leer esto!”

El solo hecho de ver a Olivia sonreír así hizo que el corazón de Lena bailara. Lena la observó en silencio.

Desde que era pequeña, no tenía amigos. No había nadie con quien pudiera compartir las divertidas historias e imágenes que llenaban su cabeza. Así que, en su lugar, las dibujaba.

Primero, en pequeños trozos de papel, y más tarde en piezas recortadas de un pequeño cuaderno. Martell se dio cuenta de que Lena estaba escribiendo, pero no se entrometió más.

“Después de todo, sólo soy tu tutora.” Esa fue la excusa de la mujer, y a Lena le había parecido bien. Seguía dibujando, no por el bien de nadie sino por el suyo propio, y eso no había cambiado cuando entró en la academia.

Le resultaba difícil hablar con los demás. Cuando hablaba con la gente, se burlaban de su cabello, o se reían de ella por ser callada, y cuando se enteraban de que era una darkin, le tiraban piedras. Entonces nadie le hablaba.

Así que, en su lugar, Lena dibujó. No necesitaba hablar con nadie. Sólo necesitaba un bolígrafo y un papel, o eso creía. Pero no terminó así.

“Oye, Lena, ¿qué estás dibujando?” “¿…?”

“Eso es un libro… ¿no? ¿Un libro ilustrado?”

Un tiempo después de entrar en la academia, una chica la había llamado. Era la primera de la clase, tenía una sonrisa brillante y era totalmente diferente a Lena—Olivia Eldraco. Fue la primera que se acercó a hablar con ella mientras estaba sentada en el último rincón del aula, dibujando sola.

Un libro ilustrado. El cuaderno de Lena había estado cubierto de dibujos y palabras, pero Olivia lo había llamado libro ilustrado. Por alguna razón, Lena había asentido.

Así que supongo que esto es un libro ilustrado, había pensado. Era la primera vez que tenía un nombre para lo que estaba haciendo.

“¡Ooh, vaya que lo es!”

Lena asintió una y otra vez mientras miraba a Olivia. Es tan… deslumbrante, pensó Lena. “¡Te jee! Sabes, me encantan los libros, así que siempre tuve curiosidad por saber qué hacías.”

Lena le tendió inmediatamente su cuaderno a la chica. Si era Olivia, no le importaba que leyera la historia que había creado.

Salió a la perfección. Al ver que Olivia se moría de risa, las demás alumnas de la clase empezaron a superar su aprensión hacia Lena. Se acercaban a hablar con ella durante los descansos, queriendo leer su libro. Se les saltaban las lágrimas de la risa y le pedían que escribiera más.

Así que Lena siguió dibujando. Esta vez, no para ella, sino para sus amigas. Sus libros de dibujos se hicieron populares entre toda la clase, luego entre todo el curso, y en poco tiempo era una sensación en toda la escuela.

Se sentía como un sueño. Podía plasmar en el papel las cosas divertidas que se le ocurrían en la cabeza y sacar sonrisas a los demás. Era realmente feliz. Aprendió lo que era que alguien leyera lo que había escrito.

Y entonces, Lena empezó a desear que cierta persona también leyera sus historias.

Y ahora, miraba en silencio a Olivia, que estaba perdida en otro libro. Olivia soltó una risita mientras leía.

“U-Umm…”

“¿Eh? ¿Qué pasa, Lena?”

El libro que apenas había terminado de escribir se estaba leyendo delante de ella. Eso la hacía sentir extremadamente inquieta.

“U-Umm…” Empezó a jugar con su cabello, moviéndose de un lado a otro.

Olivia le dedicó una amplia sonrisa. “¡Esta historia también es súper divertida!” Declaró.

La felicidad de Lena tiñó su rostro de rojo a pesar de su silencio. Las palabras de Olivia no dejaban de animarla.

“Ejeje, realmente quiero que todos los demás también lean esto. Si tan sólo Luca estuviera todavía con nosotros en este viaje.”

“S-Sí.”

“Y la Srta. Maredia siempre los espera con ansias. Oh, ¿te importa si se lo enseño a Papi?

A él también le gustan mucho estos libros—”

“¡O-Olivia!”

“¿Sí?”

Lena dudó, su boca funcionaba sin sonido. El padre de Olivia estaba abajo, hablando con Martell. Así que si iban ahora…

“Lena.” Olivia cerró el libro con una palmada. “¿Quieres que Martell también lo lea?”

Asentir, asentir, asentir, asentir, asentir, asentir, asentir. Asintió enérgicamente, haciendo que su larga cabellera se agitara hacia arriba y hacia abajo.

“¿Nunca ha leído uno de tus libros?”

Otra tormenta de cabello plateado pasó volando, esta vez sacudiéndose de lado a lado. “¡En ese caso!” Olivia agarró la mano de Lena. Su mano era mucho más suave que la de

Lena, encallecida de tanto escribir. “¡Hagamos que lo lea ahora mismo!” “¡¿…?!”

Algo que a Lena le había preocupado todo el tiempo Olivia se dispuso a hacerlo en un instante. Fue como la vez que había llamado libro de ilustraciones al trabajo de Lena, en un rincón de su clase.

“¡Vamos!” En cuanto Olivia tenía una idea, siempre la ponía en marcha. Tirando de Lena de la mano, bajó corriendo las escaleras. Pero antes de que llegaran al fondo…

“Sobre cómo los humanos discriminan a los darkin, por supuesto.”

… escucharon la voz seria de Martell.

***

“¡Waaaaaah!”

“¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa, Dragón?!”

Estaba llorando. Nunca me di cuenta de que había algo tan triste en este mundo. Recordé cómo fue tratada mi adorable Olivia cuando recién la encontré. Por haber nacido de ese

horrible hombre, fue tratada como un objeto, como una esclava. Por razones ridículas como el lugar de nacimiento o el aspecto que tenían, había más niños en el mundo que habían sufrido tantas penurias. Sólo por ser de darkin, tenían que vivir la vida en la clandestinidad. Aunque desde mi punto de vista, los humanos y los darkin, los nobles y los campesinos, la gente de la ciudad y los aldeanos, ¡todos parecían iguales!

“¡Waaaaaah!”

“¡Deja de llorar, vamos!”

“Es usted tan buena persona, Srta. Martell… Nunca supe lo difícil que eran las cosas para Lena…”

“¿Oh? Bueno, sí, Lena sufrió bastante debido a su sangre darkin, pero no soy una gran persona. Sólo hice lo que me resultó natural.”

“¡Si hay algo que pueda hacer, haré lo que sea!”

“¿Qué? ¿Ayuda de un Dragón Anciano? Eso es básicamente hacer trampa.” Me lamenté.

Martell se estaba poniendo nerviosa.

Al mismo tiempo, oímos que se acercaban dos grupos de pasos pequeños. “Papi.”

“O-Olivia.”

Olivia se acercó a mí, con lágrimas en la cara. “¿Oíste… mi historia?”

Olivia asintió a la pregunta de Martell. Me levanté y le di un fuerte abrazo. Para alguien como ella, que siempre pensaba en sus amigos, debía de ser un gran shock.

“Papi…” Olivia le devolvió el apretón.

“¿Estás… llorando?” Oí una vocecita. Lena nos miraba fijamente.

“… ¡Lena!” Sin pensarlo, me acerqué a ella. Su cabello suave y plateado se sentía igual que el de Olivia.

“Nunca he visto a alguien llorar por la discriminación de los darkin… Bueno, no es que eso cambie nada.” Se encogió Martell.

Sacudí la cabeza. “Eso no está bien.” “¿Hmm?”

“… En la academia, tratan a los darkin igual que a los demás, creo.”

Recordé a la Reina Oscura. Era obviamente una darkin, con sus prominentes cuernos. Cuando empezó a pasearse por la academia para vigilar a Luca, había adoptado la forma de un gato negro. Recordando, las chicas siempre la miraban con un poco de confusión. Pero siempre había chicas a su alrededor.

“¡Así que, algo triste como esto…!”

“¡Oye!” Olivia habló. “Estamos buscando las Siete Reliquias Supremas. Si conseguimos las siete, podremos pedir un deseo. Si las conseguimos todas…”

“¿Ohhh? ¿Deseas que la gente deje de discriminar a los darkin? No importa qué tipo de magia poderosa uses, eso es imposible. Si lo intentaras, se concedería tu deseo de una forma realmente retorcida. Algo así como la aniquilación de todos los humanos y de los darkin.” Dijo Martell con una carcajada. Bueno, se reía, pero tenía una mirada triste. “Y además, ¿qué cambiará eso ahora? Siempre he criado a niños que perdieron sus hogares y sus familias sólo por ser darkin. A mí me abandonó el ejército de la Reina Oscura, por eso estoy aquí. Y Lena está aquí porque fue abandonada por el mundo humano, ¿no?”

Lena observó en silencio. Olivia miró fijamente a Martell.

“Estoy segura de que Lena odia este mundo.”

Ante las palabras de Martell…

“¡No!” Olivia y yo gritamos al unísono.

“¿Qué? ¿Creen que la entienden mejor que yo?” La expresión de Martell se tornó agria, el surco de su frente se hizo aún más profundo.

“Quiero decir, Lena…” Olivia se volvió hacia Lena, mirando sus manos a través de sus lágrimas. En sus manos estaba el primer libro ilustrado de su vida.

“… Toma…” Vacilante, Lena se adelantó y le entregó su libro a Martell. “Este cuaderno…” Martell debe haber notado a Lena trabajando en él antes.

Olivia habló primero. “Umm, Lena quería que leyeras esto… Lo ha estado pensando durante mucho tiempo. Y este libro…”

Martell miró a Lena con una expresión amable. “… ¿De verdad, Lena?”

“… Sí.” Asintió Lena, con su hermosa cabellera plateada temblando al moverse.

“Un libro ilustrado, ¿eh?” Martell tomó el libro. Era un cuaderno muy antiguo. “¿Hm?

Espera, ¿es este el primer cuaderno que te compré entonces?” “… Sí…”

Martell abrió con vacilación la primera página. Era el primer libro ilustrado que Lena había completado y que había sido tan popular en la academia. El título era…

“¿La Darkin Gentil?”

Era una historia divertida, con dibujos simpáticos y graciosos. Todo ello dibujado por la propia Lena.

“…”

Sentí que podía oír el corazón de Lena golpeando en su pecho. La persona a la que siempre había querido enseñar su libro lo tenía ahora en sus manos. La chica estaba tan nerviosa que probablemente se estaba mareando… pero también era extremadamente feliz.

Al final del libro, la sonrisa de Martell se había convertido en una carcajada y se agarraba el estómago… Y al mismo tiempo, podía ver lágrimas en las esquinas de sus ojos.

“Este libro… Ya veo, Lena.” La joven la observó en silencio.

“Pensar que estabas escribiendo cosas como esta. Lo entiendo.” Se limpió los ojos.

Así es. El contenido de los libros de Lena…”

“¡Hay más de ellos, sabes!”

“¡…!”

Olivia subió corriendo las escaleras y volvió con un brazo lleno de cuadernos. Habían pasado tanto por las alumnas de la escuela que sus tapas estaban casi rotas. Cada vez que eso ocurría, sus compañeros los arreglaban, haciéndolos brillantes y bonitos de nuevo. Parecía que estaban utilizando la magia de encuadernación que habían aprendido en su clase de Grimorios. Me alegraba mucho ver que las cosas que Olivia y las demás chicas aprendían en la escuela se utilizaban de esa manera.

Golpe, golpe, golpe. Los libros de colores fueron colocados sobre la mesa uno tras otro frente a Martell.

“¡Son todos súper divertidos! Así que, por favor, léelos todos.” Insistió Olivia. “¡Me gusta mucho el personaje principal, Rinana, y su madre, Maple!”

La protagonista de los libros de Lena se llamaba Rinana. Era una niña darkin muy tímida que siempre imaginaba cosas muy divertidas. Una vez, se perdió en un paseo y conoció a la amable bruja Arce. Después de eso, empezaron a vivir juntas.

“¡El último fue súper divertido! Deberías leerlo para que podamos hablar de él.” dijo Olivia.

“P-Por favor, léelo… Mamá…” Lena le entregó a Martell el segundo libro.

“… Ajaja, como dije… sólo soy tu tutora…” El surco de su frente desapareció al instante mientras las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos.

El segundo libro, el tercer libro… En el quinto libro, la protagonista Rinana empezó a ir a la escuela. Fue entonces cuando por fin hizo amigos que no eran darkin. Incluso se hizo amiga de una humana amable pero atolondrada. La historia estaba llena de chistes que te hacían reír hasta que te dolía el estómago. A Rinana le encantaba el mundo en el que vivía, y era el mundo que había creado Lena.

Mientras leía un libro tras otro, las lágrimas brotaban libremente de los ojos de Martell, como si se tratara de una presa abierta.

“… ¿Son… divertidos?”

En respuesta a la nerviosa pregunta de Lena, Martell asintió una y otra vez.

“Sí… ¡Sí!”

Por supuesto, Lena. 

“¡Nunca he leído algo tan divertido como esto!”

Martell siguió riendo con una sonrisa increíblemente brillante.

***

“¡Twee, twee! ♪.”

Varias sílfides entraron volando por la ventana, revoloteando alrededor de nuestras cabezas y limpiando las lágrimas de nuestros rostros.

“¡Ah, ja, ja, eso hace cosquillas!” “¡Gracias, hadas!”

Las sílfides trajeron consigo el aire limpio del Bosque Chirin que fluye en la habitación.

“Pensar que las sílfides tratarían tan bien a un humano cuando se les ha ordenado montar guardia contra ellos… Estoy sinceramente sorprendida.” Los ojos de Martell se volvieron a abrir de par. “… Dragón, viéndolos reír así, realmente parecen padre e hija.”

“¿Eh?”

“Puede que no sean parientes de sangre, pero sus corazones son exactamente iguales.” Dijo riendo, apretando a Lena entre sus brazos.

Estaba seguro de que ahora lo entendía. Lena no odiaba este mundo en absoluto. Gracias a Martell, la joven había conocido a tantos preciosos amigos.