Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 3

Interludio 3: Mientras Tanto, la Reina Oscura… III

Era una mañana clara y luminosa en el castillo de la Reina Oscura, ahora también hogar de Olivia y su padre. Ahora mismo, la Reina Oscura Maredia y su caballero, la Darkin Clowria, vigilaban la casa, pero…

“¡Haugh! ¡No, no, no! ¡Déjame dormir!”

“¡Mi Reina Oscura, me hiciste una promesa justo anoche! ¡Dijiste que te unirías a mí para los ejercicios matutinos entrenando en mis artes marciales personales!”

“¡No recuerdo haber dicho eso!”

“¡No puedes usar esa excusa tres días seguidos!” “¡No es justo que lleves la cuenta!”

“¡Ahora, Su Oscuridad! Por favor, ponte esta adorable ropa de entrenamiento que he seleccionado para ti.”

“¡Nooo!”

“¡Definitivamente se verá maravillosa! Incluso haré una foto y la pondré en Bleater.” “¡Espera! ¡Deja que me quite las gafas! ¡Mi cara matutina sin maquillaje es súper

embarazosa!”

“¡También te pondré el cabello en una coleta, para un look más deportivo!” “¡Haugh, será mejor que le pongas unos buenos filtros!”

“¡Naturalmente, mi Reina!”

Unos minutos más tarde, Maredia salió vestida con su ropa de deporte y con el cabello recogido en una coleta. “Haugh… Siento que me están engañando.”

“¡Es sólo tu imaginación, mi Reina! ♪.” La cara de Clowria estaba radiante. “¡Ahora!

¡Comencemos mi propio régimen de entrenamiento personalizado!”

“Haugh…”

“Creo que quieres decir: ¡Sí, señora!” “S-Sí, señora…”

Clowria había pasado directamente al modo de sargento instructor. La clara y refrescante mañana se llenó de celosos ejercicios que indujeron al sudor a la Reina Oscura.

Una hora más tarde, Maredia cayó de bruces en el suelo del soleado jardín. “Ha… ugh… ¡Eso fue… demasiado…!” Logró entre jadeos de aire.

Clowria se aclaró la garganta. “Por muy grosero que sea decirlo… Su Oscuridad, tus habilidades se han embotado significativamente.”

“¡Sólo eres un monstruo de la resistencia, no, un demonio de la resistencia!”

Clowria se rió. “¡Después de todo, yo era responsable de manejar los ejercicios de todo el ejército de los darkin oscuras en solitario!”

“Haugh… De todos modos, ¡di todo lo que tenía!”

Mientras hacía los mismos ejercicios —o más bien, mientras hacía variaciones significativamente más difíciles— Clowria se las había arreglado para encontrar innumerables oportunidades de sacarle fotos. Incluso rodaba por el suelo o hacía sentadillas para conseguir el ángulo perfecto.

“¡Estoy tan celosa! ¿Cómo no estás sudando en absoluto?” No era ni mucho menos la primera vez que los ojos de la Reina Oscura lloraban ese día.

“Mientras mi Reina pasaba cada día entregándose a la indolencia, yo mantenía mi rutina diaria de ejercicios…”

“¡Haugh! Acabas de llamarme indolente, ¿verdad?” “Ejem.”

“¿Por qué últimamente eres tan despiadada?” “Vamos, vamos. Por favor, tome un trago, mi Reina.”

Maredia aceptó la bebida con un mohín. “¿No te… aburriste de hacer estos ejercicios todos los días durante mil años?”

“En absoluto. Nunca me cansaría de mi deber de protegerte, Su Oscuridad.”

“No es que haya mucho de lo que protegerme ya. Esa estúpida guerra hace tiempo que terminó.”

Con ‘esa estúpida guerra’ sólo podía referirse a su fallida invasión del Reino Humano. “Nunca quise hacerlo en primer lugar…”

“Sí, soy muy consciente, mi Reina.”

“Haugh… Si no hubiera sido por esa extraña profecía de que yo uniría el Reino Oscuro y el Reino Humano, ahora mismo podría estar viviendo una vida de gloriosa indulgencia…”

“Bueno… Como eres la hija del Emperador Oscuro Thanatos, no puedo imaginar que tu padre te hubiera permitido vivir una vida así.”

“¡Hmph! Después de que perdí contra el Héroe y su grupo, me ha ignorado durante los últimos mil años, ¿no es así?” Maredia volvió a hacer un mohín. “No podía preocuparse menos por mí. Todo lo que quería era la ‘niña de la profecía’.” Escupió en voz baja.

Clowria limpió las mejillas húmedas de Maredia con una toalla.

Durante un tiempo, permanecieron en silencio. La que finalmente rompió el silencio fue Maredia, que seguía sujetando con fuerza la toalla y la mano de Clowria debajo de ella.

“Vaya… Si que he sudado un montón, ¿no?”

“Así parece, mi hermosa reina Maredia.” Clowria le dedicó una suave sonrisa. Aliviada al escuchar la voz de Clowria igual que siempre, Maredia le dedicó una brillante sonrisa.

“Haugh… ¿Te gustaría acompañarme a tomar un baño?”

“¡¿Q-Qué?! Es un honor que apenas merezco… ¡pero absolutamente!” Los ojos de Clowria brillaban.

Maredia dio un suspiro de satisfacción. “Hablando de todo un poco, ¿qué ha pasado con Olivia? ¿No debería estar ya en casa? Me estoy aburriendo mucho aquí.”

Aburrida. Cuando dijo eso, Maredia casi seguro que quiso decir ‘sola’, pero Clowria no se atrevió a decirlo en voz alta. Era su leal criada, así que, por supuesto, no podía. Y, en cierto modo, Clowria también quería disfrutar de este raro momento en el que las dos estaban solas, pero tampoco podía decirlo en voz alta.

“Parece que están viajando por todo el reino, buscando las Siete Reliquias Supremas.”

“Haugh… Tal vez deberíamos haber ido con ellos… Espera, ¡¿qué estoy diciendo?!

¡Contrólate, Maredia! ¡La vida bajo techo es la mejor!”

Pero, se mire como se mire, era evidente que las palabras de la Reina Oscura no eran más que bravuconadas vacías.

“Hmm… con la enorme presencia de Sir Dragón Anciano, no sería imposible rastrearlos…” Murmuró Clowria, mirando hacia el claro cielo azul.