Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 3

Capítulo 3: Su Lindura Sale en Busca de las Siete Reliquias Supremas, Segunda Parte ~Iria, la Pequeña Guerrera, y el Escudo~

Después de salir de la casa de Daisy, volamos un rato antes de encontrarnos con una bifurcación en el camino.

Allí había un cartel con flechas que apuntaban en dos direcciones diferentes. Una de ellas llevaba a la fortaleza de Kenrou, y la otra a la ciudad lacustre de Viwa.

Aterrizamos y me estiré mientras volvía a mi forma humana.

“Gracias por el viaje, Papi.” Dijo Olivia mientras compartía conmigo unos caramelos. “Por supuesto, cariño.” Los caramelos tenían sabor a frambuesa, un recuerdo de Ruiza. Desplazando el peso de las bolsas sobre su espalda, Luca nos hizo una elegante reverencia.

“Bien, mi Querida Olivia. Aquí es donde me temo que debemos separarnos.” Al parecer, aquí era donde se iba a encontrar con Esmeralda. Ayer estaba tan ansiosa que apenas pudo dormir. Ahora estaba allí frotando sus ojos cansados. Debía tener muchas ganas de volver a ver a Esmeralda.

“Luca, ¿realmente vas a cargar todo eso?”

“¡Naturalmente! ¡Milady Esmeralda sólo merece los mejores recuerdos!”

Dejándose llevar por el momento, Luca había comprado una verdadera montaña de recuerdos. Tenía tarros de mermelada, caramelos e incluso una muñeca ‘Ruiza’. Como era la primera vez que viajábamos, Olivia y yo lo habíamos aprendido todo sobre los souvenirs. Escoger algo fue muy divertido. Pensar en lo feliz que se pondría alguien al ver lo que le regalaste mientras buscabas algo que le quedara bien… Te hacía sentirte muy bien por dentro. También compramos algunas cosas para la Reina Oscura y la Srta. Clowria. Espero que les gusten.

“Estoy segura de que a Esmeralda le encantará.” “¿Eso crees?”

“Tee jee, ¡estoy totalmente segura!” Olivia y yo asentimos juntos. Al fin y al cabo, estábamos hablando de Esmeralda. Era imposible que no se quedara extasiada al ver cualquier cosa que Luca hubiera comprado para ella.

“¿De verdad…?” La cara de Luca se sonrojó.

Debe haber estado muy, muy ansiosa por buscar las Reliquias con Esmeralda. “¡Nos vemos luego, Luca!”

“¡Nos vemos en la escuela!”

“¡D-Definitivamente… definitivamente seré la que desvele el Escudo Tierra Vasta!” “¡Sí, hagamos lo que podamos!” Con un saludo, nos separamos de Luca.

Sin embargo, mi viaje con Olivia continuaría un poco más. Habíamos oído historias de un bosque en el que el suelo parecía gemir tan fuerte que hacía temblar la tierra, así que queríamos investigar si tenía algo que ver con el Escudo Tierra Basta. Así que ahora nos dirigíamos a un lugar llamado el Bosque Chirin.

“Si nos dirigimos a ese bosque, entonces…” Abrí el mapa que Esmeralda nos había marcado.

“Hmm… Debería ser así, ¿no?” Dijo Olivia, asomando la cabeza. “¿Eh? No, tal vez sea por ahí… Espera…”

“La verdad es que yo tampoco lo sé… ¿Tal vez por ahí? No, ¿por aquí?”

Colocando el mapa en el suelo, caminamos en círculos a su alrededor. No sabíamos muy bien hacia dónde orientar el mapa en sí. Hasta ahora, Luca había leído el mapa por nosotros, así que yo sólo había tenido que concentrarme en volar.

“Entonces, Olivia…” “Sí, Papi.”

Asentimos el uno a la otra. Así es. Como padre e hija, estábamos de acuerdo.

“¡Probablemente sea por ahí!” Ambos dijimos al unísono mientras señalábamos en direcciones exactamente opuestas.

***

“¡Estamos bajo ataque! ¡Una criatura voladora no identificada se acerca!” “No puede ser… ¿Es un dragón?”

“¡Usen los cañones mágicos!”

“¡¿Qué?! No sirve de nada, ¡ni siquiera lo rascan!”

“¿Qué vamos a hacer? A este paso la ciudad, no, todo el reino será…” “Espera. ¡Mira, hay alguien montándolo!”

“No puede ser, ¿un caballero dragón?” “No… Es, uhh, ¿una chica joven?”

“¡¿Qué?! ¿El dragón la tomó como rehén? ¡¿Está bien?!” “Bien… Uhh… Bueno…”

“¿Qué es?”

“Ella… está sonriendo… ¡y saludándonos!” “¡¿QUÉ?!”

***

La fortaleza de Kenrou. Hace mucho tiempo hubo una guerra contra los darkin, y esta ciudad había servido como un importante punto de defensa para los humanos. Ahora era una ciudad utilizada para entrenar a los militares de Shutora.

Nos encontramos en el comedor militar. “Olivia, estoy realmente impresionada.”

Iria Mera Durandal, hija del general del ejército de Shutora, y estudiante de segundo año en la Academia Real Femenina de Florence. La chica llevaba el cabello rubio cortado y, aunque era un poco inexpresiva, ahora iba de la mano con su amiga y compañera de clase, Olivia.

“Eres la primera que supera el régimen de entrenamiento establecido por mi padre en un día.”

Tenía una verdadera actitud de soldado: era una estudiante con un fuerte sentido del orden y la corrección. Otro miembro de la “Clase Dos-Cero” de Olivia, había tenido la intención de pasar sus vacaciones de verano entrenando para su futuro. Como su padre estaba a cargo de la base de la Fortaleza Kenrou, había venido aquí para sus vacaciones escolares.

“Nos has ayudado mucho, Iria.” El padre y la hija perdidos habían tropezado con Kenrou durante los ejercicios de entrenamiento de los soldados. Al notar la aproximación de un enorme dragón, los soldados respondieron con una lluvia de disparos de sus avanzados cañones mágicos, pero los proyectiles se esfumaron en un instante. Bastó una ráfaga de viento del dragón para que se desviaran de su curso.

“Ustedes dos son realmente una pareja que hay que temer…” Si Iria no se hubiera dado cuenta de que eran su compañera de clase y su guardián los que se acercaban, la fortaleza habría caído en un pánico total.

“Nunca hubiera pensado que nos perderíamos…” El dragón, que en ese momento estaba tomando té en su forma humana, se rascó la cara avergonzado.

“No se preocupe, Sr. Eldraco. Cualquiera puede cometer un error.” Dijo Iria, sacudiendo la cabeza. Se metió en la boca otro caramelo que le había dado Olivia.

“¡Pero me alegro de haberte visto, Iria!” Exclamó Olivia.

“¡Eso es! Sabíamos que estabas ocupada, así que pensamos que no tendríamos la oportunidad.”

Y por cierto, el Bosque Chirin y la Fortaleza Kenrou estaban en direcciones totalmente opuestas.

“Olivia, puedo llevarte allí si quieres.” Sugirió Iria. “¿Eh?”

“Estábamos a punto de hacer un ejercicio de marcha, y tenemos trabajo que hacer cerca del Bosque Chirin. Además, me preocupa que te pierdas de nuevo… así que iremos contigo.”

La pareja de padre e hija saltó de alegría ante la oferta de Iria.

***

Olivia y yo aceptamos con gusto la oferta de Iria de llevarnos al Bosque Chirin. Al parecer,

¡había una carretera que conducía directamente a él!

Iria caminaba a la cola de una larga columna de adultos que marchaban en fila india, llevando una cantidad impresionante de equipaje. Olivia y yo decidimos caminar detrás de ella. Si caminara en mi forma de dragón los pasaría a todos en pocos pasos, así que en su lugar

iba en mi forma humana. Olivia, por su parte, estaba de muy buen humor gracias al caballo que le habían dado para montar. Se había encariñado mucho con el animal de ojos bondadosos.

Pero había algo que me causaba un poco de curiosidad. “Oye, ¿Iria?”

“¿Qué es, Sr. Eldraco?”

“Uhh… ¡¿No te cansas de estar así?!”

Iria se volvió para mirarme con una expresión confusa.

“Quiero decir, has estado caminando así durante horas.” Tenía forma humana, pero seguía siendo un dragón. No importaba cuánto caminara, nunca me cansaría. Pensaba que los humanos eran mucho más débiles. Se cansaban con mucha facilidad, echaban la siesta todo el tiempo y ni siquiera podían dormir durante mucho tiempo. Los humanos necesitaban comer y dormir todos los días para cuidar su salud. Así que caminar desde el amanecer hasta el atardecer de esta manera…

“¡Y encima haciendo fila!”

“Esto es un ejercicio de entrenamiento de marcha.”

“A ver… ¿Exactamente qué hace un ejército…?” Ladeé la cabeza ante la inamovible respuesta de Iria. Los ejércitos eran como equipos que los humanos formaban cuando luchaban… ¿no? Recordé que cuando aquel hombre había venido a llevarse a Olivia, había traído consigo a unas personas llamadas ‘mercenarios’. Iria se tomaba muy en serio su entrenamiento, pero no pude evitar preguntarme si era realmente necesario.

“… Sr. Eldraco, por favor, mire hacia allá.” “¿Hm?”

Iria señaló a la cabeza de la columna de soldados. Varias vacas grandes dormían en medio del camino.

“¡Oh, hay vacas!”

“¡Silencio, Olivia!” Iria hizo callar rápidamente a su emocionada amiga. “Esas son vacas carmesí. Son animales extremadamente feroces. Si se despiertan, podrían alborotar y muchas personas podrían resultar heridas.”

“¿Ah, sí?”

“Sí. Su leche es dulce y efervescente, y si la bebes, te da mucha energía. Se podría decir que es como si te salieran alas. Pero son animales muy peligrosos.”

“Vacas carmesí, ¿eh?”

“Son muy, muy peligrosas.”

Las vacas dormidas eran, de hecho, rojas. Pero no me parecían tan peligrosas…

“Sr. Eldraco, no le parecen temibles en absoluto, ¿verdad?” Continuó Iria. “Eso es porque usted es muy poderoso. Olivia también es bastante fuerte, así que probablemente tampoco les tenga miedo.”

“¿Oh?”

“Las criaturas fuertes están bien para vivir solas. Pero los humanos somos débiles, así que vivimos en grupo. Estar en grupo protege a todos. Eso es un ejército.” Los ojos de Iria estaban fijos en la cabeza de la columna mientras hablaba.

Los humanos actuaban en grupo. Lo sabía por haberlos observado durante tanto tiempo. Por eso quería que Olivia fuera a la escuela, quería que fuera capaz de vivir en el mundo humano. Necesitaba amigos y aliados. Mientras que los humanos vivían juntos para protegerse unos a otros, yo había vivido solo toda mi vida. Éramos completamente opuestos. Empezaba a pensar que Iria tenía razón.

A la cabeza del grupo, personas con rostros serios rodeaban a las vacas dormidas. Algunos sostenían grandes mantas.

“Cubriéndolas con esas mantas, podemos engañar a las vacas para que piensen que es de noche. Entonces pasaremos en silencio.” Explicó Iria. “Los soldados con escudos también rodearán a las vacas para que, si se despiertan, no nos tomen por sorpresa.”

Ahora que lo mencionaba, recordé que la Reliquia que buscábamos era un escudo. Me pregunté qué era exactamente el Escudo Tierra Vasta. No había muchos registros de él, así que no sabíamos mucho sobre él.

“Me gustan los escudos.” Dijo Iria. “¿Ah, sí? ¿Por qué?”

“Porque existen para proteger a la gente.”

Para proteger a las personas…

“Mi padre ha sido militar toda su vida para proteger el Reino de Shutora. Realmente lo admiro por eso.”

“¿También vas a unirte al ejército, Iria?”

“Ese es mi plan. Mi padre suele decir: ‘Un país es su gente. La gente es la vida. La vida es un tesoro. Así que los soldados se entrenan día y noche para proteger los innumerables tesoros del reino’.”

Un tesoro, ¿eh? Mi tesoro no era otro que Olivia. Mi corazón siempre se calentaba sólo de pensar en ella.

“Ya veo. Protección…” Durante cientos, miles, no, decenas de miles de años, había observado desde lo alto de mi montaña cómo los elfos, los enanos y, finalmente, los humanos aparecían y llevaban sus vidas. Los humanos realmente se peleaban todo el tiempo. Eso es lo que había pensado… pero ¿realmente luchaban tanto todo ese tiempo para proteger algo? Si eso fuera cierto, sería muy triste.

“Papi, nos movemos de nuevo.” Dijo Olivia desde cerca.

Con las mantas que las cubrían, las vacas estaban totalmente tranquilas. El clip-clop de los cascos del caballo de Olivia en el suelo se reanudó.

“Así es como los humanos nos protegemos unos a otros.” Dijo Iria, antes de hacer una larga pausa para pensar. “Por eso quiero apoyar tu búsqueda de las Siete Reliquias Supremas.”

“¿Eh? ¿Por qué?” Aunque había escuchado en silencio nuestra conversación hasta ese momento, Olivia finalmente habló.

“Son tesoros increíblemente poderosos. Si caen en manos de otro país, eso podría iniciar una guerra.” El rostro de Iria era mortalmente serio. “Un gran poder puede convertirse en un elemento de disuasión. Sería mejor que todo nuestro entrenamiento no sirviera para nada. Es mejor que nunca tengamos que luchar o ir a la guerra… eso es lo que siempre dice mi padre.”

“¡Está bien! Haremos lo posible por encontrarlas.”

Ante las palabras de Olivia, la habitualmente inexpresiva Iria esbozó una leve sonrisa. “Y usted también, Sr. Eldraco. Por favor, utilice sus poderosas alas para proteger este país.” Dijo Iria, inclinando la cabeza.

“Bien… Oh.” Me di cuenta de algo.

Así es. Hace mucho, mucho tiempo, la gente pequeña había venido a visitar mi montaña una y otra vez. Mientras yo había fingido dormir, se habían inclinado ante mí, como si estuvieran rezando a algún dios. Ahora que lo pienso, creo que la Reina Oscura también vino y exigió que me ‘inclinara ante su gran ejército’ o algo así al principio. Ahora que me he enterado de esto, me he sentido un poco mal por haberlos ignorado a todos… De todos modos, probablemente toda esa gente venía a rezarme. Un dragón sería mucho más fuerte que toda esa gente diminuta. Ellos querían que los protegiera.

“Supongo que hay cosas que no se entienden hasta mucho después…” Aunque para ser honesto, incluso si hubiera entendido lo que querían, mi respuesta habría sido no. Mi único deseo era ver a Olivia llevar una vida feliz. No me interesaba nada más. Pero ahora que entendía lo que querían de mí… no podía evitar sentirme un poco feliz.

“Oye, ¿Iria?”

“¿Qué es, Sr. Eldraco?”

“Creo que me gustaría hablar con tu padre alguna vez.” Era bastante raro que se me ocurriera algo así, pero me interesaban mucho las cosas que ella me había contado que decía.

“De acuerdo. Se lo haré saber.” “Gracias.”

Me gustaba leer porque me ayudaba a aprender mucho sobre los seres humanos. Sin embargo, empezaba a darme cuenta de que había cosas que no se podían aprender en los libros y que había que aprenderlas hablando con la gente.

Mis pensamientos fueron interrumpidos de repente por el suave sonido de alguien roncando.

“¿Hm?”

“Oh, Olivia está dormida…” En algún momento, Olivia se había quedado dormida. Tal vez su paseo en el lomo del caballo era así de cómodo. “Sería peligroso que se cayera.” Dijo Iria, tirando del caballo de Olivia hasta que se detuviera.

Así es, probablemente le dolería mucho caerse de un caballo. “Incluso podría morir.”

“¡¿Qué?!” ¡Eso era demasiado peligroso! Me recordó lo frágiles que eran los humanos. “Y-Yo la llevaré.”

“Hm… Eso debería estar bien.”

Me apresuré a levantar a la dormida Olivia del caballo.

Gracias por su duro trabajo, Sr. Caballo.

“Hmm… No es tan pesada, pero es un poco difícil caminar así.”

“Sr. Eldraco, no creo que a nadie le importe que usted se transforme…” Dijo Iria, todavía manteniendo un paso rápido.

¿No les importaría? Ah. “De acuerdo, si no es un problema.” Poniendo a Olivia en mi espalda, volví a mi forma de dragón. Mi mullida melena se convirtió en una manta para ella. Sólo porque fuera verano, eso no significaba que no pudiera contraer un resfriado mientras dormía. Las siestas eran el momento más peligroso para eso.

Caminé detrás de la procesión de soldados. Los humanos que marchaban me miraban con ojos muy abiertos.

“¡Vaya, es mucho más grande de cerca!” “Qué escamas tan increíbles…”

“Tiene mucha más pelusa de la que hubiera esperado.” “Esa chica en su espalda es tan linda.”

Sonreí. ¡Realmente entiendo lo que quieres decir!

“¡Vaya, el dragón está sonriendo!”

En ese momento, oímos un fuerte mugido que venía de detrás de nosotros.

“Esto no es bueno. Las vacas carmesí se despertaron…” La voz de Iria sonaba nerviosa. “¡Preparen la evacuación! ¡Escuderos, mantengan la línea!”

Las órdenes resonaron en toda la columna. Todo el mundo empezó a prepararse para protegerse. Con un gruñido, las vacas giraron sus grandes cuernos hacia nosotros, pero…

“¿Muu?”

“Hola.”

“¿Muuuu?”

Nuestros ojos se encontraron.

Le hablé con calma a la vaca. “Sólo estamos de paso, así que por favor, sigue durmiendo un poco más.”

“¡Mu!” Las vacas carmesí se dejaron caer al suelo, fingiendo dormir.

Me alegré de que fueran animales razonables. ¡Bueno, la mayoría de los animales cooperarían si sólo hablases de las cosas!

Mientras tanto, Olivia seguía roncando a mi espalda. Me alegré de que todo el alboroto no fuera suficiente para despertarla.

“Así que eso es un elemento disuasorio. Es toda una experiencia presenciarlo tan cerca.” Murmuró Iria para sí misma.

Olivia se acurrucó en mi melena.

Caminamos bajo la brillante luz del sol de verano. Nuestro destino era el Bosque Chirin. Esperaba que pudiéramos encontrar el Escudo Tierra. Si era un escudo, sería bueno pasarlo a alguien que quisiera proteger a alguien.

“Oh, es cierto.” Murmuró Iria, con su corto cabello rubio brillando bajo el sol del verano. “Olivia, ¿has oído que los descendientes de los darkin viven en el Bosque Chirin?”

“¿En serio? No, no lo sabía.”

Darkin… entonces, ¿los amigos de la Reina Oscura?

Eso fue alentador. O al menos, eso pensé.

“Algunos darkin tratan muy mal a los humanos. Por favor, tengan cuidado.” Dijo Iria como si nos explicara algo obvio. “Tus amigas parecen ser buena gente, pero en general, debes tener cuidado. Siento que debo advertirte, como miembro del ejército de Shutora.”

Los humanos y los darkin. Hace unos mil años, tuvieron una gran pelea. ¿Seguían sin estar en buenos términos?