Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 3

Interludio 2: Mientras Tanto, la Reina Oscura… II

En el castillo que antes sólo pertenecía a la Reina Oscura y que ahora también era el hogar de un dragón, en lo alto de la Torre Oeste…

“¡Estoy aburriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiida!”

La Reina Oscura Maredia estaba empezando a decaer. Había terminado de leer los nuevos mangas que habían llegado del Reino Oscuro y había visto todo el anime que tenía atrasado mientras trabajaba en la Academia Real Femenina de Florence.

Eso era todo. Se había quedado sin cosas que hacer. “¡Cloooowriaaaaaa, estoy aburrida, aburrida-aburrida-aburrida!”

“Ya veo. ¿Quizás entonces deberíamos practicar algo de esgrima? Ha pasado bastante tiempo, mi Reina.”

“O-Oh, ¡mira la hora! Supongo que estoy demasiado ocupada.” Esta era una escena cotidiana en el castillo.

“Umm, mi Reina Oscura… Sé que has estado reuniendo energía en este castillo durante unos mil años, pero…”

“¿Hm?”

Clowria estaba extrañamente vacilante. En su día fue la líder de la Caballería Darkin y el brazo derecho de la propia Maredia. Nunca dudó en aconsejar a Maredia, por mucho que la Reina Oscura no quisiera oírlo, y estaba más que dispuesta a tomar la iniciativa si creía que podía ser de ayuda para ella. ¿Qué es lo que podría hacer que le costara hablar?

“Mi Reina, recientemente, umm… ¡Yah!” “¡¿Quéééééééééééééé?!”

Apretar.

Enrollando el dobladillo de su pijama, Clowria pellizcó el vientre de Maredia con un grito.

“¡¿Q-Q-Q-Qué?!”

“¡Su Oscuridad! Me duele decir esto, ¡pero te has expandido!” “¡¿Q-Q-Quéééééé?!”

Squish-squish. Los dedos de Clowria masajeaban la barriga de Maredia.

“Por favor, recuerda cómo vivías cuando tramabas la invasión del Reino Humano.” Dijo Clowria. “Todas las mañanas entrenabas durante tres horas, y después de dos horas más de consejo de guerra, finalmente tomabas el desayuno. Estabas tan ocupada con tus inspecciones que te saltabas el almuerzo, y por la noche comías lo mismo que los soldados comunes mientras elaborabas nuevos planes para la guerra.”

“Haugh, es cierto, era bastante estoica en ese entonces.”

“Y ahora, de la mano de ese Dragón Anciano, has despertado el amor por la comida, y estás… construyendo masa…”

“U-Urgh…”

“¡P-Por favor, no me malinterpretes! ¡Incluso regordeta, mi bella Reina no es menos cautivadora! ¡P-Pero!” Clowria habló con fervor.

Cabe mencionar que como Clowria seguía haciendo el mismo entrenamiento diario ahora que cuando lideraba la Caballería Darkin, seguía manteniendo una figura impecable libre de cualquier exceso de carne.

“¿Pero…?”

“¡Erm, no puedo evitar estar preocupada por tu futura salud! Estoy… ¡estoy realmente preocupada!”

“Clowria… ¿Tanto te preocupas por mí?” “Mi Reina…”

“¡Cloooowriaaaaaa!” Maredia tomó las manos de su caballero entre las suyas. Su torso regordete, que se había puesto un poco rojo por el acoso de Clowria, desapareció de su mundo.

“Entonces…” Clowria continuó. “Me gustaría pedir que mi Reina Oscura sea más asertiva al salir del castillo.”

“No.”

“Frustrada con una sola palabra…” Clowria suspiró.

Sin embargo, estar activa y salir al exterior eran dos cuestiones completamente diferentes en la mente de Maredia. “¡A partir de mañana, comenzaré una dieta!” Con una promesa que definitivamente no se cumpliría, la Reina Oscura saltó a la cama para echarse una siesta.

Las ventanas estaban abiertas de par en par, permitiendo que una refrescante brisa entrara en la habitación. La reina Maredia murmuró desde debajo de sus sábanas de verano. “Volver al Reino Oscuro para trabajar y llevarse bien con los humanos… Ambas cosas no son buenas.”

Habiendo regresado con una almohada de hielo para ayudarla a dormir, Clowria dio un pequeño suspiro. “Mi Reina…”

“Las cosas deben ser difíciles para Olivia. Aunque sean sus vacaciones de verano, tuvo que salir de viaje. Probablemente se esté enredando con algunos nobles en alguna parte.”

“Estoy segura de que Olivia estará bien… En cuanto al Dragón Anciano, bueno, no lo sé.”

“Hmm. Parece que le falta algo de sentido común.” Después de todo, era un dragón. Maredia continuó, frotándose los ojos: “Bueno, los humanos no son los únicos que se hartan de tratar con tipos engreídos.”

“… Pues no le falta razón, mi Reina.”

“Todo lo que necesito es a ti, Clowria, ¡entonces podré vivir en la autocomplacencia para siempre!” Maredia se quedó mirando a Clowria, que parecía querer decir algo. La Reina Oscura continuó entonces: “Si volviéramos al Reino Oscuro, probablemente nos tirarían piedras.”

“Eso es… cierto, mi Reina.”

“Y gracias a mi fracaso, sabes cómo se trata a los darkin en el Reino Humano, ¿no?” “… Sí, lo sé.”

“Yo tampoco quiero presenciar eso.” Dijo Maredia con un gran bostezo, sus grandes ojos lunares empezaban a caer. “Bueno, las chicas de la escuela están bien, ya que son amigas de Olivia.”

“Sí, eso también es cierto.”

Llevaban aquí mil años. Habían convivido así durante mucho tiempo. Aun así, el corazón de la Reina Oscura Maredia todavía no había empezado a sanar. No quería salir a la calle porque temía que la hirieran de nuevo. Clowria no podía evitar preguntarse cuán profunda había sido la herida de su corazón.