Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 3

Capítulo 13: La Tonta Reina Oscura se Somete a la Prueba

 

 

La Prueba del Emperador Oscuro se dividía en dos fases. La primera consistía en despejar la Torre de la Llave, que abriría la Cueva de las Pruebas. La segunda consistía en atravesar la propia Cueva de las Pruebas. Cualquiera que superara las dos fases de la prueba estaría capacitado para gobernar el Reino Oscuro.

La Torre de la Llave estaba a cierta distancia de la Ciudadela Oscura. A primera vista, parecía bastante pequeña, no más grande que una casa normal.


“El interior se ha ampliado con magia: la Cueva de las Pruebas arruinó a mucha gente, tanto física como mentalmente, así que establecimos un obstáculo preliminar para eliminar a los retadores más débiles.” Explicó Chel con voz aburrida. “Si todos los cientos de hijos del Emperador Oscuro Thanatos resultaran heridos más allá de su recuperación por la Prueba, esto tendría un impacto negativo en el funcionamiento del Reino Oscuro.” La Prueba era así de brutal.

“Para despejar la Torre de la Llave.” Continuó Chel. “Debes pasar por las trampas colocadas en cada piso y derrotarnos a los Cuatro Grandes Reyes.”

Bueno, tres de los Cuatro Grandes Reyes: Chel, Massura y Jinia. Para poder tomar la Prueba, Maredia tendría que vencerlos a todos.

“Haugh, parece fácil.” Le respondió Maredia.

“Hah, bien. Te estaré esperando en la cima. No es que espere verte allí.” Chel chasqueó los dedos y desapareció.

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***

 

 

Chel se había teletransportado al instante, delante de nuestros propios ojos. Olivia gritó sorprendida. “¡Ha desaparecido!”

“¡Es increíble!” Ya habíamos visto que la Corona del Crepúsculo de Esmeralda le daba la capacidad de teletransportarse de sombra en sombra, pero…

“¡Eso ha sido genial!” Dijimos los dos al unísono. Teletransportarse con un simple chasquido de dedos era increíble. Olivia ya estaba intentando chasquear los dedos como él, pero no era capaz de hacer un chasquido limpio.

“¿Eh?”

“Je.”

Olivia ladeó la cabeza, confundida.

Supongo que más tarde tendremos que practicar el chasquido de dedos. La Reina Oscura levantó un puño confiado en el aire. “Bien, ¡vamos!” “¡Buena suerte, mi Reina!”

La Reina Oscura marchó hacia la entrada de la Torre.

Buena suerte.

Olivia y yo la vimos entrar, o íbamos a hacerlo, pero…

“Oye, ¿qué estás haciendo? ¡Deprisa!” La Reina Oscura nos hizo señas para que nos acercáramos.

“¿Eh?”

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“No hay nada en la ley que diga que tienes que pasar la Torre de la Llave por tu cuenta.” “¿Qué?”

La Reina Oscura sonrió. “¡Confío en mi capacidad para resolver esta Prueba con ustedes tres!”

“¡¿Quéééééééééééé?!”

¡¿Vamos a ayudar?!

***

 

 

“¡Hoo! ¡Hah!”

Massura era el guardián del primer piso de la Torre de la Llave.

Un cuerpo perfectamente refinado con una técnica impecable. En el combate físico, nadie en el Reino Oscuro podía compararse con él. Incluso ahora, estaba trabajando con su mancuerna para refinar aún más su cuerpo. El otro día le pareció ver a una pequeña niña humana levantar la mancuerna como si nada, pero debió ser un error.

Había pasado cientos, no, más de mil años perfeccionando su físico. No podía imaginar ninguna forma de perder. Sin embargo, Massura sólo fue capaz de detener a la mitad de los retadores en la Torre de la Llave. Eso se debía a que era un poco… bueno, honestamente hablando, increíblemente imprudente.

En resumen, era…

“¡Oye, cabeza de chorlito!” La voz de Maredia resonó desde las profundidades del primer piso. “¡Wajaja, mis disculpas por la espera, Massura!”

“¡Ja! Así que has llegado, Maredi… ¿aaaaaaah?”

Al darse la vuelta, Massura soltó un grito de sorpresa ante el espectáculo que tenía delante. “H-Hola…”

“¡¿Un dragón?!” Un dragón, tan grande que apenas cabía dentro de la habitación, estaba ante él. “¡¿Qué es esto?! Maredia, ¿no has venido sola?”

“¡No hay ninguna norma que diga que tengo que hacerlo!” “¡Pero esto es una prueba!”

“¡¿A quién le importa?! Gracias al Dragón Anciano, ¡esas trampas no fueron ningún obstáculo!”

Maredia tenía un arma secreta en la manga para pasar la Torre de la Llave. Era soltar al dragón anciano y hacer que derribara todas las trampas por ella.

El plan había funcionado a la perfección. Con su capacidad de cambiar de tamaño a voluntad, el dragón aplastó todo lo que bloqueaba su avance mientras Maredia se encargaba tranquilamente de la retaguardia con su obediente criada y su adorable hermana menor.

“¡Mis trampas musculares! De ninguna manera.”

“¿Haugh? ¿Es eso lo que eran esas trampas? Ni siquiera me di cuenta de que ese er su propósito.” Maredia se hinchó de orgullo.

“¡Tu ingenio me asombra, mi Reina Oscura!”

“¡Hah, por supuesto, por supuesto!” Maredia se deleitó con los elogios de Clowria.

Massura, por su parte, apretó los dientes con frustración. “Cada una de mis trampas requería que el aspirante entrenara un músculo específico para pasar. Si uno con la suficiente fuerza las completara todas y las pasara, el ejercicio sería un calentamiento perfecto para nuestro combate. Y si uno carente de entrenamiento físico los intentaba, quedaría exhausto antes de nuestro enfrentamiento. ¡He pensado mucho en esas trampas! ¡Hoo!”

“¡A mí me parecieron bastante chapuceras!”

En resumen, su intención era agotar al oponente con sus trampas antes de que llegaran.

En contraste con su refinado físico, parecía que a Massura le faltaba algo de deportividad.

“¡Eso es absurdo! ¡Una prueba debería consistir en lograr esas cosas por uno mismo!” Massura tiró su mancuerna y posó. Adoptar una pose genial mientras se habla parecía ser una característica de los darkin… o tal vez sólo de la familia del Emperador Oscuro.

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“Oh, otra vez se le ha caído esto, señor.”

“No tienes que recogerlo por él, Olivia.” La detuvo Clowria.

“¡Está bien!” Respondió Olivia con energía desde lo alto de la cabeza del dragón.

Massura bramó de risa. “¡Ja, ja, ja! ¡Ven, Reina Oscura Maredia! ¡Inclínate ante mi físico perfectamente perfeccionado-guh!”

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“¡Perdón!” Con un golpe de la pata del dragón, Massura cayó al suelo.

“¡¿Gaaaah?!” Massura gimió mientras se esforzaba por levantar el pie del dragón. No pudo conseguir que se moviera. Aunque el dragón no parecía especialmente musculoso, ese era el poder de un dragón. Massura no tenía ninguna oportunidad contra él en una batalla de fuerza.

“¡M-M-Maredia! ¡La condición para ganar esta prueba es asestar un golpe limpio sobre mí con tu propio poder! Si usa a un dragón…”

“¿Haugh? Pero soy súper débil. Soy un tipo de Reina Oscura frágil, adorable y hermosa,

¿recuerdas?” Maredia esbozó una sonrisa. “No sé cuál es el problema de que me apoye en mis compañeros. ☆”

¡Smack!

Maredia asestó un rápido golpe a la cabeza rapada de Massura. En el momento en que lo golpeó, la pared detrás de él se movió para revelar una escalera.

“¡Wajajajajaja! ¡Una victoria rotunda!” “¡Como se esperaba de mi Reina!”

“¿Srta. Reina Oscura? ¿Ya puedo mover mi pata?”

Después de todo lo que había pasado, Massura se quedó callado. Había perdido en una clara competencia de fuerzas.

“¡¡¡I-Increíble!!!”

Massura comenzó a llorar lágrimas de hombre.

***

 

 

“Eso ha dado miedo.” Suspiré, volviendo a mi forma humana y flexionando las manos repetidamente. La Reina Oscura me había pedido que lo sujetara, pero tuve que tener mucho cuidado de no aplastarlo. Me alegro de que haya salido bien.

“¡Wajaja, eso fue perfecto, no es así, Anciano Dragón!” La Reina Oscura estaba radiante. A su lado, Clowria parecía estar distraída con algo.

“¿Srta. Clowria?”

“¿Ah, sí?”

“¿Qué pasa? ¿Te duele el estómago?”

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“No, en absoluto.” Dijo con una sonrisa irónica antes de inclinarse para susurrar. “Nunca esperé que mi Reina llegara a confiar en alguien más que en mí. Estoy un poco… no, estoy extremadamente feliz de ver que finalmente sucede.” Desde que era pequeña, la Reina Oscura siempre había puesto una fachada, negándose a mostrar cualquier debilidad a alguien que no fuera Clowria. “Debe haber estado realmente feliz por la fiesta que Olivia le preparó.”

“Tee jee, eso fue divertido, ¿no?” Olivia saltó con una sonrisa.

Me pregunto qué nos esperará en el segundo piso. “Debemos tener cuidado.”

La Reina Oscura respondió a mi advertencia con una sonrisa socarrona. Era la cara de alguien con un plan en la manga. De hecho, era exactamente la misma cara que ponía cuando ella y Olivia planeaban algún tipo de broma masiva. Parecía que estaba de buen humor.

“¿‘Tener cuidado’? ¡Que ingenuo eres, Dragón Anciano!” “¿Eh?”

“Las trampas de Jinia no son nada para preocuparse. ¡La clave de nuestra victoria está aquí mismo!”

“¿Eh? ¿Yo?” Olivia ladeó la cabeza confundida cuando la Reina Oscura la señaló.

“¡Claro que sí!” La Reina Oscura señaló la diadema de orejas de gato que llevaba Olivia en la cabeza. “¡Tu especialidad es nuestra arma secreta! ☆”

***

 

 

En el extremo del segundo piso de la Torre de la Llave, Jinia, hija del Emperador Oscuro y genial inventora de dispositivos mágicos, esperaba en la Sala de Duelo. Estaba al borde de las lágrimas. Aunque en realidad era mayor, parecía bastante más joven que Maredia, y su pasión por sus inventos no tenía rival. Las trampas que llenaban el segundo piso de la Torre de la Llave eran obras de arte, todas ellas elaboradas y puestas a punto por sus propias manos.





“¡Hwaaaaa! ¡¿Por qué está pasando esto?!” Jinia estaba ahora berreando en el suelo. Al impacientarse por no tener noticias del fracaso de Maredia en el primer piso, asomó la cabeza fuera de la habitación justo a tiempo para ver que todas sus trampas se habían hecho añicos. Todo tipo de trampas —de contención, de interferencia y de ataque directo— habían sido colocadas con una cuidadosa planificación. Estaban perfectamente diseñadas para capturar y eliminar a cualquier darkin. Pero—

“¡Wajaja, parece que esta vez el gato pudo ganarle a la curiosidad, Jinia!” Maredia se puso en pie, posando orgullosa. Detrás de ella estaba Olivia, que sonreía alegremente mientras sus gólems de tipo felino golpeaban alegremente las trampas rotas de Jinia.

“Tee jee, normalmente uso estos para jugar con Luca, pero tal vez hice demasiados esta vez.”

Había gólems de tipo felino por todas partes, y había muchos más de lo habitual.

Durante el último medio año, Olivia se había aficionado a hacer gólems con su compañera de habitación Luca y a jugar con ellos como si fueran muñecos. El mismo tipo de gólems felinos, bonitos y poderosos, que había hecho durante su duelo con Luca el año anterior, estaban ahora por toda la habitación, hechos con las abundantes piedras cargadas de magia que se habían utilizado para construir la propia Torre. Los había hecho una niña que había sido criada desde pequeña con la magia de un dragón anciano.

Olivia siempre los había hecho para que fueran especialmente precisos, pero después de seguir haciéndolos cada día durante tanto tiempo, sus creaciones se habían convertido en algo muy parecido a los gatos reales.

Sí, como los gatos de verdad, lo que significa que si había algo que no debía ser derribado, lo intentaban inmediatamente. Si había documentos importantes por ahí, jugaban encima de ellos. Y si querías mantener algo limpio, intentaban absolutamente ensuciarlo. Impecablemente bellos, pero irremediablemente insolentes.

Eso era lo que significaba ser un gato.

“Mis aparatos… ¿Han sido superador… por gatos?”

“No es eso, Jinia.” Con un puf, Maredia se convirtió en un gato negro. “¡Tus afinados dispositivos perdieron porque se enfrentaron a los gatos!”

Y entonces…

“¡¡¡Miau!!!” La gatita Reina Oscura saltó hacia Jinia. “¡Miauu!”

“¡Miau!”

“¡Miaaau!” “¡Miiiaaauuu!”

Los gólems felinos se abalanzaron tras ella, amontonándose sobre Jinia impulsivamente. A Jinia sólo le interesaban sus artefactos mágicos, por lo que su habilidad de combate era casi nula. Incapaz de defenderse, se vio sepultada por una tormenta de golpes con las patas de los gatitos. Era sorprendente lo mucho que podían doler esos puñetazos con sólo un poco de garra.

“¡Heee! ¡Me rindo, me rindo!” Jinia se rindió inmediatamente.

Pero… la mirada de su cara, enterrada bajo los mullidos gólems gato, parecía extasiada.

Golpear las cosas. Dormir sobre documentos importantes. Ensuciando cosas con sus patas. Eran impecablemente bellos, pero irremediablemente insolentes.

Pero al ser tan lindos, todo sería perdonado.

Sin parangón en el reino animal y en igualdad de condiciones con los propios dragones, eran gatos.

***

 

 

“¡Wajaja! ¡Patético! ¡Eso fue demasiado fácil!”

La Reina Oscura estaba de un humor fantástico, caminando triunfante por la Torre con un tren de gólems felinos de Olivia siguiéndola. Lo único que le esperaba era el tercer piso, donde estaba su hermano mayor Chel. Si lograba vencerlo, podría desafiar la parte más difícil de la Prueba del Emperador Oscuro. Y si lograba superarla, obtendría uno de las Siete Reliquias Supremas. Antes llamado el Escudo Tierra Vasta, el que tenía el Emperador Oscuro Thanatos era ahora conocido simplemente como El Anillo.

Todo había ido bien hasta ahora, por lo que la Reina Oscura se sentía muy bien. A este ritmo, parecía que obtendría El Anillo con poca dificultad.

O al menos eso pensaba ella.

“Así que finalmente has llegado.” “¡Guau!”

Un hombre delgado, con gafas y con una voz inteligente. Cuando llegaron a la parte superior de la escalera, Chel ya estaba de pie frente a ellos.

“¡¿Haugh?! ¡¿Dónde están todas las trampas?!” La Reina Oscura miró a su alrededor con pánico. Los dos pisos anteriores habían comenzado con un laberinto de obstáculos, pero esta vez, la sala de duelo estaba justo en la entrada del piso.

“Hah. Yo mismo soy la trampa.” Dijo Chel, con sus gafas brillando.

¿Cómo las hacía? Me gustaron mucho sus gafas y empecé a pensar en probar un par para mí. Como dragón, mis ojos veían perfectamente, pero no pude evitar que me impresionara su aspecto. Seguro que a Olivia le encantaría cómo me quedarían.

“Haugh… Intentar tomarme desprevenida es bastante cobarde, pero supongo que eso es lo que se espera de ti.” La Reina Oscura levantó su mano derecha y comenzó a cantar. “Guardián de la Sabiduría, lega a mí tu poder.

Un aura como el barro negro se arremolinaba alrededor de su mano. Parecía que algo increíble estaba sucediendo.

“¿Mi Reina?”

“Je, je… La victoria ya está a mi alcance, Clowria!”

“¿Esa línea…?” Clowria se sumió en sus pensamientos. También sonaba como algo que había escuchado antes…

“Oh.” Olivia soltó. “Esa era una línea del libro de Lena.”

“¡Ah!” Eso es lo que era. Era la frase característica de Papan de la Academia de Chicas Florales VS Papan el Ladrón Fantasma. Después de descubrir que el apuesto Papan era un buen tipo, utilizó esa frase mientras formaba equipo con la protagonista, Rinana. Mientras Papan mantenía la atención del villano, Rinana se abalanzó con valentía y robó el tesoro. Era una historia apasionante, pero ¿era yo el único que pensaba que Papan se parecía un poco a mi forma humana…?

Chel miró a la Reina Oscura con una mirada fría.

“Hah. ¿Realmente crees que tu magia de mala calidad puede derrotarme, Maredia?”

“No lo sabré hasta que lo intente, ¿verdad?” Esa era también una de las frases de Papan. Mientras Olivia y yo compartíamos una mirada, algo apareció en la mano de la Reina Oscura.

“¡Equipo!”

“¡Oh!” Había sacado un par de gafas. A diferencia de las gafas que solía llevar en casa, este par tenía monturas redondas y plateadas.

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“¡Ta-da!” ¡Vaya, de repente parece mucho más inteligente!

“¡Es increíble! Maredia parece una profesora.” A Olivia le brillaban los ojos. “¡Realmente lo parece!”

“¡Profesora!”

Ah, es cierto. Todos los profesores inteligentes de los libros que Olivia había leído cuando era más joven llevaban gafas redondas como ésas.

***

 

 

“… ¿Es una broma?” Chel estaba obviamente enfadado. “¡Maredia! ¿Te estás burlando de mis gafas? ¿Crees que puedes ser más astuta que yo sólo por tratar de parecer inteligente?”

“¿Haugh…? ¿Crees que estas gafas son sólo para aparentar?” “¿Para qué otra cosa podrían ser?”

“Je, je, je…” Maredia se rió. “Dragón Anciano, Olivia, por favor, apártense. Chel es un completo cobarde, que confunde su cobardía con la inteligencia, así que esta vez no necesitaré su ayuda.”

“¿Qué?”

“Tengo razón, ¿no? ¿No es así? Durante la invasión, tenías todo tipo de cosas que decir, pero nunca dejaste la seguridad del Reino Oscuro, ni siquiera una vez. ¿Viniste al frente una sola vez?”

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“Urgh…”

“Si nuestros hermanos más valientes, como Martell, no se hubieran quedado varados en el Reino Humano, nunca habrías terminado como uno de los Cuatro Grandes Reyes, ¿verdad?”

“¡Sólo para que lo sepas! Fui la mano derecha del Emperador Oscuro y participé en toda la estrategia. ¡Eso es lo que significa ser un estratega!”

“¡¡¡Ninguna persona decente está dispuesta a llamarse sólo estratega!!!” Declaró Maredia, señalando dramáticamente a Chel, lo que hizo que su ira se desbordara.

“¡Tú…!”

Al darse la vuelta, lanzó un hechizo mágico detrás de él: una enorme bola de fuego negro. “¡Guh!”

El ataque golpeó a Clowria, que se había acercado a él desde la retaguardia.

“Mientras intentabas distraerme con tu estúpida conversación, tu criada se escabullía detrás de mí. ¿Eso es lo que consideras ingenio? ¿Quién de nosotros es el cobarde aquí, Maredia?”

Volvió a atacar. Sin darle tiempo a respirar, lanzó otra ráfaga de llamas negras contra Clowria, que a su vez las esquivó con destreza y las interceptó con su espada.

“¡Toma esto! ¡Ah, ja, ja!”

Clowria gruñó al verse obligada a retroceder contra la pared.

“¡Ja, ja, ja! ¿A dónde crees que vas, oh, orgullosa, antigua Capitana de los Caballeros?” Chel sonrió, victoriosa.

Pero Clowria sólo respondió con una sonrisa propia. “¡Wajaja, has puesto tu propia bandera, Chel!” “¡¿Qué?!”

“¡Ahora, mi Reina!”

“¡¡¡Déjalo en mis manos!!!” “¡No—!”

Chel había supuesto que el objetivo de Maredia había sido distraerlo para que Clowria pudiera golpearlo por la espalda. Chel era mucho más ingenioso que Maredia, pero tenía la mala costumbre de suponer que era más inteligente que los demás. Maredia había utilizado eso a su favor. No había forma de que él viera su provocación como algo más que una distracción.

“¡Haugh, aquí voy! Dragón Anciano, Olivia, ¡cubran sus ojos!” Las gafas de Maredia se habían convertido de repente en gafas de sol. Se habían montado lentes más oscuros encima de los cristales transparentes normales.

“¡Luz!” A la orden de Maredia, una luz brillante llenó la sala.

“¡¿Gaaaaah?!” Sin estar preparado para el repentino destello, Chel se desplomó en el suelo, cubriendo sus ojos. “¡Gah, mis ojos! ¡Mis ojitos!”

Era el movimiento perfecto para un villano al borde de la derrota. Su arrogancia lo había adormecido en una falsa sensación de seguridad y creó la apertura perfecta.

“¡Derríbalo, Clowria!” “¡Entendido!”

“¡Allí! ¡Hiya, hiya, hiya, hiya!”

Una sensación de frío recorrió la cara de Chel y escuchó un chirrido agudo. Cuando por fin pudo volver a ver, se levantó lentamente.

“¿Q-Qué has hecho?”

De repente, el sonido de las risas llenó la habitación. Olivia, sentada en un rincón de la habitación, perdió finalmente el control y estalló en un ataque de risa.

“¿Qué pasó…?” Chel estaba confundido.

Maredia le sacó un espejo. En él se reflejaba, por supuesto, él mismo, cubierto de todo tipo de grafitis. Pelos de la nariz, gruesas cejas y letras aparecían por toda su cara. Maredia no había escatimado esfuerzos. Cuanto más intentaba Chel parecer serio, más cómico se volvía su aspecto. La amable pareja de padre e hija de la esquina se doblaba de risa, pero lo que más le dolía a Chel era cómo parecían disculparse tan honestamente por ello.

“¡Grr…!”

“¡Wajaja! ¡Y ahora he derrotado a Chel! ¡Todo gracias a los libros de Lena!”

“Sí, el tema del arco del Ladrón Fantasma Papan —confiar en los amigos— fue realmente genial, ¿no?” Dijo Clowria.

“Maldita sea… Maldita sea…” Había sido totalmente superado. El ataque sólo buscaba humillarlo. Para alguien que se pintaba a sí mismo como el genio frío y calculador, esta situación era demasiado para él. Prácticamente podían escuchar el corazón de Chel romperse. “¡¡¡Maldición!!!”

Doblando las rodillas, se desplomó en el suelo. En ese momento, una luz brilló en la mano de Maredia.

“¿Haugh?” “¡Es una llave!”

Una llave había aparecido en la mano de la Reina Oscura. “¿Con esto, puedo tomar la Prueba del Emperador Oscuro?”

Maredia y Clowria compartieron una mirada y asintieron al mismo tiempo.

Maredia sabía que era débil. Se deprimía con facilidad y se enfadaba mucho. Era buena con la magia y tenía experiencia con muchos grimorios, al menos eso creía ella. Pero no tenía ni la inteligencia ni la fuerza ni la astucia para compensar sus carencias. No importaba lo que dijera la profecía, ser liderado por alguien como ella no causaba más que sentimientos negativos para los darkin. Era vergonzoso. Una débil como ella no tenía derecho a estar al mando.

Pero…

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“¡Felicidades, Srta. Maredia!” “Buen trabajo, Srta. Reina Oscura.”

Si se hubiera quedado escondida para siempre, nunca habría conocido esta sensación. Pero por suerte, tenía amigos.

“Felicidades, mi Reina.”

“¡Je, je, je! ¡Otra victoria rotunda!” Había sonrisas por todas partes.

La prueba que tenía por delante todavía la aterrorizaba, pero Maredia decidió creer en sus amigos. Ellos confiaban en ella, así que ella quería devolverles esa confianza.

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