Youjo Senki (NL)

Volumen 8

Capítulo 4: Encuentro y Compromiso

Parte 1

Abajo las horas extraordinarias.

Trabajadores del mundo, ¡opónganse a las horas extra!

Lema del Lergen Kampfgruppe, de la base de Soldim 528.

18 DE JUNIO, 1927 DEL AÑO UNIFICADO, LAS LÍNEAS DEL ESTE, SOLDIM 528

Si escribo que la fortificación de la posición en la posición Soldim 528 va lenta… ¿es una contradicción? Una posición que todavía no es una posición parece ir en contra del sentido común militar.

Pero ahí es donde estamos en realidad. Hay una grave escasez de materiales. Por eso tenemos que arreglárnoslas con lo que tenemos a mano, utilizando ese ingenio creativo que se conoce como sabiduría del campo.

Un ejemplo clásico sería utilizar un almacén subterráneo como trinchera subterránea, ¿quizás? Y ahí es exactamente donde se ha apostado la Teniente Coronel Tanya von Degurechaff.

En ese momento, a punto de enfrentarse a una gran ofensiva del Ejército de la Federación, saborea una ligera siesta en su incómoda pseudocama subterránea.

Un sonido familiar se acerca.

Siempre es el sonido de los impactos de proyectiles lo que la despierta.

“… Tsk. Como de costumbre, es un poco demasiado ruidoso para un despertar agradable.” Levantándose de un salto y poniéndose la gorra, recuerda el Rhine, deteniéndose en los irritantes recuerdos.

Dicen que los recuerdos son hermosos, pero el Rhine no tenía nada de hermoso.

Tanya sacude la cabeza. Algunas cosas son una mejora. Por ejemplo, el medio ambiente.

En lugar de remojarse en trincheras embarradas, puede ir directamente al campo de batalla desde un pseudodormitorio en ruinas y parcialmente sumergido; eso probablemente debería celebrarse como una acogedora situación de trabajo desde casa.

“¡Ataque enemigo! ¡Ataque enemigo! ¡Todas las unidades, prepárense para el combate! Repito, todas las unidades, ¡prepárense para el combate!”

La alarma tardía que suena y la tensión que se desliza en la voz que llama a todos a las armas son presagios ineludibles de un combate a gran escala. Como ya lo esperábamos, dada la creciente presión del enemigo en los últimos días, es muy fácil darse cuenta de que se trata de una gran ofensiva de la Federación: no hay lugar para malentendidos.

“Malditos Comunistas. Trabajar horas extras va contra su ideología.”

Prepararse diligentemente para atacar, colocar las unidades en posición, coordinar la artillería y la infantería… no es el tipo de trabajo que se pueda terminar a la hora de salida. Incluso una unidad bien disciplinada como el Salamander Kampfgruppe tardaría semanas en terminar un trabajo así trabajando sólo cinco horas al día. Los Comunistas dicen que protegen los derechos de los trabajadores, pero están estafando el trabajo de la gente con más eficacia que los capitalistas.

Con la rabia contra la sinrazón, la injusticia y la desviación en su pecho, Tanya se jura a sí misma que este abaratamiento de la mano de obra no se mantendrá. Esta competencia desleal no puede perdonarse. Todo debe hacerse de forma justa.

Cuando Tanya llega al búnker del puesto de mando en un torbellino de justa indignación, le esperan los informes del Capitán Ahrens y el Capitán Meybert, que estaban de guardia. Lo esencial es que el enemigo ha salido dispuesto a luchar.

E incluso mientras ella está siendo informada, el puesto de mando es un hervidero de actividad. Primero aparece la Teniente Serebryakov con un mensaje del Mayor Weiss, que está a la espera con el batallón para una respuesta rápida. Al mismo tiempo, el personal de comunicaciones transmite la información al cuartel general del Grupo B y solicita refuerzos a la flota aérea.

Todo se está llevando a cabo de acuerdo con el procedimiento.

Afortunadamente, eso permite a Tanya, la comandante, disponer de algo de tiempo —más valioso que el oro— para reflexionar sobre su situación.

“Si viene el enemigo, nuestra única opción es contraatacar, ¿eh?” Tanya murmura para sí misma.

Para un comandante en la defensa, no es tanto algo que haya que prever como una… armonía preestablecida. Y para ser franco, tampoco hay mucho espacio para enfoques inventivos para contrarrestar el ataque enemigo.

“Capitán Ahrens, ¿cuál es la situación de las fuerzas blindadas?” “Todos siguen escondidos en refugios. No hay pérdidas.”

Sin necesidad de que se lo pida, Meybert deduce que ella también quiere saber de él. “Lo mismo para la artillería. Aparte del escuadrón que proporciona apoyo esporádico a la infantería, los cañones se están guardando para más tarde… aunque cerca del diez por ciento de nuestros proyectiles restantes quedaron atrapados en una explosión.”

“El otro día fue un duro golpe. Que nos bombardearan la comida fue un fracaso frustrante.”

No está claro si se trata de bombardeos preparatorios, de hostigamiento o de que la Federación simplemente exhibe sus armas, pero su artillería ha estado causando daños a Soldim 528.

La construcción se está retrasando por falta de materiales. No es fatal, pero es suficiente problema como para ser optimista. Comparada con los días en el frente del Rhine, esta guerra es tan miserable que casi me dan ganas de llorar.

Antes, los materiales crecían en los árboles. Hoy en día, ni siquiera hay espacio suficiente para almacenar la munición y las raciones que tenemos. No hay suficientes zonas protegidas. Gracias a eso, los suministros se almacenan básicamente en vivacs, y los disparos enemigos perdidos han volado parte de nuestro almacenamiento temporal.

Quizá valdría la pena recoger el trigo chamuscado. Pero los proyectiles explotados difícilmente podrían recogerse y reutilizarse. El reciclaje tiene sus límites.

“Muy bien, si tenemos infantería enemiga en nuestra periferia… ¿nos enfrentamos finalmente a una ofensiva total?”

Los movimientos del enemigo se ajustan perfectamente a un asalto clásico. La infantería se adelanta y ataca tras unos días de preparación. Mientras tanto, el bando asediado acumula toda la munición que encuentra y espera. Un ataque y una defensa de manual.

De repente, Tanya se da cuenta de que falta algo. Para nombrarlo: la trompeta que llama a la carga, el bombardeo preparatorio que es el Gjallarhorn moderno. Es indispensable incluso para que un ataque de magos aéreos tome el control del cielo.

Esta es la teoría.

Para un ataque táctico furtivo, un bombardeo corto y concentrado se considera una solución adecuada, pero normalmente, el fuego de artillería de apoyo es un elemento esencial de una ofensiva.

“Ni siquiera es una incursión nocturna, así que es raro que no hagan un bombardeo preparatorio a fondo.”

“Pero, Coronel, probablemente tampoco tengan tantos proyectiles, ¿verdad?”

Tanya casi asiente en respuesta al plausible comentario de Meybert, pero resiste la tentación; no podemos ceder al optimismo.

Por regla general, todo lo que no se puede declarar con seguridad es una hipótesis. Sobre todo, últimamente tengo un mal presentimiento sobre la Federación. Es un estado bendecido con material. Aunque estén luchando, ¿realmente enviaría el enemigo a su infantería sin más apoyo que esa escasa dispersión de proyectiles que cayó hace un rato?

“Tenemos que tener en cuenta la posibilidad de que sea una treta para hacernos pensar eso.”

Aunque es cierto que los bombardeos enemigos son propensos a cortarse. Eso lo hace complicado.

“En este momento, la artillería enemiga está temporalmente inactiva. Debemos tratar esto como una rara oportunidad. La cuestión es cuánta presión nos ejercerá la infantería enemiga. Eso depende de cuánto tiempo pueda resistir la unidad del Teniente Tospan…”

No podemos esperar mucho de él, es lo que realmente pienso.

En el peor de los casos, Tanya tendrá que volver a hacer un movimiento de pseudogrupo de mando como el Ejército de la

Federación. Está preparada para salir ahí fuera, patearle el culo a la infantería con Serebryakov, e incluso disponer un pañal si es necesario.

La ayudante de Tanya, aferrada al equipo de comunicaciones, interrumpe sus pensamientos con un grito.

“¡Al Teniente Tospan le gustaría hacer una sugerencia!”

“¿Qué? ¿El Teniente Tospan? Pásamelo.” Le arrebata el auricular a Serebryakov. La corazonada de que el esperado dolor de cabeza acaba de llegar le produce un escalofrío.

Ya tenemos bastante con los Comunistas. Tomaremos prestada cualquier ayuda que podamos conseguir en este momento. Ya hemos llegado a nuestros límites. Intente hacer alguna estupidez, Teniente Tospan. Puedo ser un individuo sensato, pero aprenderás que mi paciencia es finita.

“Aquí la Teniente Coronel von Degurechaff. Le agradeceré que sea breve, Teniente Tospan.”

“Sí, señora. Entonces, ¿me da sus órdenes?”

“¿Órdenes?” Sorprendida, se limita a repetirle la palabra. Ya ha dado instrucciones para la línea defensiva. El plan de defensa está trazado, el personal colocado… todo el mundo sabe cómo deben fluir las cosas.

En el último minuto, rodeado y bajo ataque, ¿qué órdenes podría tener para el comandante de la infantería estacionada en la línea defensiva?

Lo único que hay que hacer es defender. No debería tener que confirmarlo con el comandante del Kampfgruppe en el cuartel general.

“Lo siento, Teniente Tospan. ¿Qué quiere decir con órdenes? Estoy bastante segura de que ya las he dado. Si es el plan para dirigir la defensa, deberías haberlo recibido antes.”

“Sí, Coronel. Sobre eso, como norma, el ejército nos haría retirarnos cuando nos enfrentamos a un ataque enemigo de esta envergadura. Pero si no podemos hacerlo, es posible que el comandante de la unidad dé órdenes de luchar hasta nuestra muerte.”

“… Espera, ¿retirada y muerte? ¡¿Estás citando el manual de infantería^[2]?!”

“Sí, si das la orden de defender con nuestras vidas…”

Retiro lo que dije. Incluso juzgo a mí persona por haberlo pensado. Tanya sonríe inconscientemente.

Apartando el auricular de su oreja, le elogia lo suficientemente alto como para que todos los agentes presentes puedan oírle. “Qué hombre.”

Un tonto testarudo, en otras palabras, es un sacrificio humano útil: alguien que llevará a cabo tenazmente cualquier cosa que se le diga que haga. Cuanto más sensibles sean sus mentes, cuanto más rápido giren sus engranajes, más probable es que huyan en una crisis. Incluso un tonto, si tiene un espíritu tenaz… puede ser un escudo de carne extraordinariamente bueno y un activo bienvenido.

Oh, Teniente Tospan. Tanya está dispuesta a celebrar de todo corazón su excesiva honestidad.

Apuesto a que saldría corriendo.

No, no tengo ninguna duda de que estaría muy lejos. Te respeto por mantenerte firme como si luchar hasta la muerte fuera un hecho.

Acercándose el auricular a la boca, Tanya expresa su simpatía como un engranaje de la máquina a otro. “¡Me gustas, Teniente Tospan!”

“¿Señora?”

“Enviaré la orden en nombre del Coronel von Lergen.”

Hacerlo en su nombre es sólo para aparentar. Es Tanya dando la orden de luchar hasta la muerte. Es sensato que una acción merezca una reacción.

“Y puedes quedarte con los que lleven las órdenes como refuerzos. Necesito que te mantengas firme. ¡Firme! Después de todo, estamos rodeados. ¿A dónde se supone que debemos retirarnos?”

Con la unidad del Teniente Primero Grantz, que originalmente había sido emparejada con la unidad de Tospan, fuera con el Teniente General von Zettour, la infantería estaba operando con potencia de fuego reducida. Preferiría salvar a la compañía del Teniente Primero Wüstemann, pero probablemente este sea el momento de utilizarla para cubrir el hueco.

Por el momento, no tendré inconveniente en disponer sólo de dos compañías de magos. Si la infantería aguanta, mantener a Ahrens y Meybert con su artillería y blindados como reservas estratégicas debería ser suficiente.

“Correcto, Coronel. Sólo por reglamento, tenía que confirmarlo.

Espero que lo entienda.”

“¡Eso está bien! ¡Muy bien! ¡Lo apruebo! ¡Realmente lo entiendo, Teniente Tospan!”

Infantería. Infantería independiente.

En otras palabras, la piedra angular de la guerra.

No se puede construir una empresa que funcione sólo con ejecutivos. Un holding es básicamente como un estado mayor. Sin personas por debajo que realmente hagan el trabajo, la empresa no puede existir.

Al final, Tanya se ve obligada a demostrar sus crueles dotes de gestión y a hacer trabajar hasta la extenuación al honrado Tospan y a sus tropas.

“Enviaré a la compañía de magos del Teniente Wüstemann. No está al nivel de Grantz, pero bueno, haz lo que puedas con ello.”

“¡Gracias!”

Los subordinados que entienden su papel deben recibir evaluaciones de rendimiento adecuadas. La disposición a defender una posición con la vida cuando se le ordena es conveniente para Tanya.

Ciertamente, en tiempos de paz, es una actitud totalmente inútil y tímida. Pero en tiempo de guerra, en una batalla defensiva, no hay nada mejor que soldados de esa rara naturaleza. Tiene sentido que un general de la antigüedad sostuviera que, en lugar de soldados inteligentes, prefería soldados testarudos que cumplieran tenazmente su misión una vez recibidas las órdenes.

Son tan fáciles de usar. Recursos humanos que no se quejan. Eso se acerca alentadoramente al eterno ideal de un directivo. Incluso dejando a un lado mis sentimientos personales, si la infantería puede ser el eje de tus planes, resulta mucho más fácil librar una guerra.

“Lo ha oído, ¿verdad, Teniente Wüstemann? Después de entregar las órdenes al Teniente Tospan, debes apoyarlo en combate.”

“¡Sí, señora!”

Asintiendo a su entusiasta respuesta, Tanya gira los hombros.

La retaguardia, ¿eh? No estaría mal relajarse en un cuartel general razonablemente seguro, o más bien ese es mi ideal personal, pero… para alguien que lucha tanto como Tospan, ser el comandante que da la orden de defender con la vida debe sonar bastante bien.

Meybert es oficial de guardia, así que controla la situación general.

No habrá problemas si Tanya le deja el resto a él.

Reputación, reputación, reputación.

Es lo que es. Los humanos son animales políticos. Harán lo que haya que hacer.

“Capitán Meybert, le dejo el mando aquí.”

“¡Sí, señora! ¡Puede contar conmigo! Pero, ¿adónde va?”

“Al frente, por supuesto.” Declara Tanya con expresión grave. En realidad, le gustaría cambiarse por él y quedarse atrás, pero su rango no se lo permite.

En ese caso, al menos debería sumar algunos puntos.

“Sólo soy una niña. No tengo la piel tan dura como para ordenar a mis tropas que se mantengan firmes a cambio de sus vidas y luego relajarme en una hamaca, ¡aunque la vida sería pan comido si fuera así!”

“¡Ja, ja, ja!” Las risas secas que llenan el puesto de mando indican que sus subordinados comprenden la gravedad de la situación y no corren el riesgo de verse aplastados por ella.

Los efectos de la risa en la salud mental son realmente sustanciales. Sería estupendo recibir la visita de apoyo de un cómico, pero… si va a venir alguien del Imperio, ¿quizá tenga más sentido buscar un circo? Tal vez debería investigarlo en la próxima oportunidad que tenga.

“Teniente Serebryakov, también nos uniremos al tiroteo en la periferia. Pongámosle las cosas fáciles al Teniente Tospan y a los demás. Esto es lo que se llama ese hermoso espíritu de solidaridad.”

“¡Sí, señora! ¡La seguiré hasta el infierno ida y vuelta!”

La animada respuesta de Serebryakov es un soplo de aire fresco. Incluso un trabajo molesto es bienvenido si tengo un subordinado entusiasta.

Y así, manteniendo las cosas voluntarias, Tanya se dirige a la línea uno, donde Tospan está al mando de la defensa.

Estamos en guerra, así que se esperan ataques enemigos.

Pero la visión que la recibe cuando llega es despreciablemente horrible.

“… Esto es increíble.” Murmura al ver los cadáveres de los soldados enemigos.

Sí, en plural. Los cadáveres están esparcidos por todas partes.

Si esto fuera el frente del Rhine en los primeros días, digamos 1923, sería una historia diferente.

En una época en la que aún no habíamos aprendido el poder de las ametralladoras, tal vez la doctrina de cargar tan agrupados aún podía estar justificada.

Pero este es el 1927 del Año Unificado.

¿Cuántos años lleva esta guerra? ¿O la ideología de la Federación deforma el espacio-tiempo? ¿En qué año estamos? ¿Llamaste a una antigua legión o algo así? ¿Qué pasa con la formación cerrada?

Por supuesto, incluso el Ejército de la Federación tiene sus tropas dispersas hasta cierto punto. Pero bien podrían ser balas humanas, por la forma en que cargan contra las posiciones de fuego imperiales, abotonadas y fortificadas. Y parece que se amontonan a propósito para que sea más fácil mantener la cohesión de la unidad. Tal vez las cosas habrían sido un poco diferentes con una cortina de humo, pero tal y como están las cosas, son blancos fáciles.

El fuego rítmico de nuestras ametralladoras ligeras es alentador, pero la gente está siendo acribillada ante los ojos de Tanya.

“Estos malditos Comunistas. ¿Acaso valoran la vida humana?”

Este despilfarro de recursos no puede justificarse en términos humanos, económicos o militares. Sinceramente, el Comunismo es la única forma de pensar que considera esto aceptable.

¿Qué creen que son los recursos humanos?

Como persona decente, me siento mal cuando pienso en estos sectarios, tan siniestros como Ser X.

“Estos tipos que sólo dan órdenes son demasiado irresponsables. Hay que cambiar este tipo de cosas.” Tanya expresa su justa indignación a pesar suyo.

Ahora que lo pienso, la forma en que la Federación decide malgastar sus recursos humanos no es algo que deba importarle a Tanya.

De hecho, me alegro de que sean tontos.

Sin embargo, Tanya von Degurechaff, aunque se enorgullece de ser una buena ciudadana, debe desesperarse. Puede reírse de la idiotez de los dacios —fueron tontos porque no conocían nada mejor—, pero no hay nada de lo que reírse en lo que respecta al Ejército de la Federación; ellos saben más.

Pero Tanya traza una línea clara entre el libre pensamiento y su deber.

Esta es una posición defensiva en la línea más adelantada, así que si el enemigo se abalanza sobre ellos, el trabajo de Tanya es ver con qué eficiencia puede producir en masa cadáveres enemigos y anular su voluntad de luchar.

Son enemigos, así que simplemente tienen que morir. Lo siento por ellos, teniendo muertes tan inútiles, pero eso es una conversación aparte. Incluso legalmente, si es matar o morir, entonces es la Tabla de Carneades.

“¡Atráiganlos! ¡Alto el fuego! ¡Aún no!”