Youjo Senki (NL)

Volumen 8

Capítulo 1: Recuerdos de un Periodista Sobre el Frente Oriental

Parte 4

“¿Coronel?”

Le pregunto qué le pasa, pero se limita a escudriñar la zona con el ceño fruncido.

¿Podría ser un…?

“¡Alerta! ¡Maná detectado!”

Suena la alarma y se oyen gritos en el recinto, lo que confirma mi premonición.

De la misma manera que la tensión se dispara a través de una línea de trincheras, los magos de la Mancomunidad agarran sus equipos presas del pánico y salen corriendo. En el momento en que veo eso, sé lo que está pasando.

“Andrew, ¡ustedes resguárdense!” Grita Drake antes de salir corriendo. Agradezco la idea, pero ¿está bromeando? Me descalificarían como reportero integrado si saliera corriendo a esconderme durante una oportunidad tan perfecta. Giro alegremente la mirada hacia la conmoción.

Evidentemente, las cosas pintan mal. “¡Mierda! ¡¿Nos van a alcanzar primero?!”

El grito del oficial de guardia es respondido por otro grito. “¡Tenemos una coincidencia de código! ¡Son del Lergen Kampfgruppe!”

“¡Prepárense! ¡Envíen magos para interceptar!”

“¡¿Cuántos hay?!”

“¡Es una compañía de magos enemigos! ¡Se acercan a toda velocidad! ¡Una compañía del Lergen Kampfgruppe!”

Por lo que veo, nos han ganado la partida.

El enemigo asediado ha lanzado un contraataque. Este tipo de ataques eran un acontecimiento diario en el Rhine; está claro que al este o al oeste, los imperiales son un lote industrioso.

“¡Mierda! Si están a la defensiva, ¡¿no pueden quedarse sentados y defender sus posiciones como se supone que deben hacer?!”

“¡Comiencen a disparar! ¡Argh, ¿qué estaban haciendo los chicos del perímetro?!”

“¡Reúnan a los traductores de inmediato! ¡¿Alguien sabe lo que están diciendo?!”

Las unidades multinacionales son vulnerables a este tipo de fallos de comunicación. A diferencia de lo ocurrido en el Rhine, donde eran prácticamente todos soldados republicanos, el caos se ve exacerbado por la mezcla de fuerzas de la Federación, la Mancomunidad, la antigua Alianza Entente, Dacia e incluso los Estados Unidos.

Incluso contra un pequeño número de magos, esto no es bueno.

Nos tienen justo donde querían. Sacudo la cabeza al ver la respuesta desorganizada. Luego miro hacia arriba para ver a qué clase de atacantes nos enfrentamos. Una unidad enemiga de magos baila en el cielo de la Federación. Sobre todo quiero ver si puedo ver bien quién es el enemigo.

“¿Hmm?”

Sólo levanto la vista por curiosidad, pero veo algo volando por encima de nosotros que no debería estar allí. No tengo palabras.

A menos que mis ojos me fallen, definitivamente hay un niño dando vueltas por ahí.

En todo caso, probablemente sería más exacto decir un niño mago.

La figura voladora es sólo una mancha, así que es posible que me equivoque debido a la distancia, pero no puedo evitar notar que este aparente niño tiene un tamaño muy diferente en comparación con los combatientes cercanos.

El mago enemigo parece tan pequeño.

Sujeto la cámara e instintivamente enfoco el objetivo hacia este punto de interés.

No consigo enfocar la toma…

Justo cuando estoy luchando por hacer la foto que sin duda sería mi mayor primicia, siento un severo apretón en el hombro.

“Señor…” “¡¿Qué?!”

Como puedes ver, ¡estoy un poco ocupado! “Por favor, guarda tu cámara.”

Es entonces cuando por fin me doy cuenta de que los amables guías no se dirigen a mí en su aproximación al dialecto de la Reina sin motivo. A pesar de la batalla en curso, me han rodeado, y enseguida me doy cuenta de que dicen por favor sólo como una formalidad.

“… ¿Estás diciendo que no puedo tomar una foto de eso?”

Ante el silencio obstinado de los guías de la Federación, suspiro débilmente. Me imagino que no me libraré con un simple: Lo siento, no volveré a hacerlo.

Como era de esperar, uno de ellos me tiende la mano. “¿Me das tu película?”

“… De acuerdo. Pero me darás un rollo nuevo, ¿verdad?”

“Por supuesto.” Adiós, primicia.

Adiós, historia que habría cubierto mi deuda y algo más. Ah, estos hijos de puta.

Y así, mi gran primicia se me arranca de las manos, la película se destroza ante mis propios ojos.

Si tengo otra oportunidad, tendré que prestar mucha atención a mi entorno y disparar el obturador con más sigilo… pero cuando se me ocurre esa idea, ya es demasiado tarde. Las tropas imperiales atacantes ya se están retirando. El Lergen Kampfgruppe debe haberse alegrado sólo de hostigarnos un poco.

Dame un respiro.

Todo lo que quiero es enviar a la redacción una historia adecuada.

Actuar según impulsos problemáticos no ayuda en tiempos de guerra. En un asedio que se prolonga y prolonga sin un solo acontecimiento interesante, un reportero integrado como yo está peor que indefenso. No tengo más remedio que conformarme con un largo recorrido.

Sin nada que hacer, acabo teniendo demasiado tiempo libre.

Después de todo, no hay ocio que encontrar en la guarnición. Intentar escabullirme del recinto en busca de una historia sólo conseguiría que me detuvieran nuestros encargados. Contrariamente a su comportamiento cortés, no están abiertos a ningún tipo de regateo, así que mis actividades están muy limitadas.

Lejos de dedicarme a un trabajo estimulante, paso la mayor parte del tiempo buscando cualquier tipo de estímulo que pueda sacar de mi vida cotidiana.

La conclusión lógica es que todos los periodistas que no tienen nada mejor que hacer se reúnen periódicamente para tomar una “copita” después de picotear en el comedor.

La emoción del combate, tan excitante cuando llegamos al frente oriental, se ha convertido en un ruido de fondo. Una vez que las cosas se calman, caemos en la rutina y muy pronto el aburrimiento diario nos resulta casi intolerable.

Dadas las circunstancias, el tema de debate en nuestras reuniones está decidido de antemano: la situación de guerra y nada más.

Un periodista del Times se pregunta cómo se desarrollará la batalla del asedio, y todo el mundo opina. Las opiniones varían, pero la teoría más apoyada es: Incluso si el enemigo es audaz, mientras tengamos más poder de combate, entonces…

“Quemaron Arene. El Imperio no dudará en hacer lo que haga falta, y eso probablemente también vale para la Federación.”

“… Entonces esto terminará muy pronto, me imagino.”

Altero el ambiente optimista planteando mis dudas. “No estoy tan seguro. Es sólo mi impresión, pero parece que aquí caen menos obuses que en el Rhine.”

Soy consciente de que no es más que mi propia perspectiva, pero no tengo la sensación de que nuestro enemigo vaya a doblegarse tan fácilmente. Una sensación desagradable, o tal vez podría llamarse algo así como una energía temible, parece flotar desde las posiciones imperiales.

¿Hay algún tipo de bestia acechando por ahí?

“Todos los que estuvieron en el Rhine sienten lo mismo, ¿eh?” “Es natural.”

Aunque mi intuición no es lo bastante específica como para prestarse a palabras o argumentos, no puedo descartar mis sentidos.

Una lluvia de proyectiles.

Las líneas del Rhine eran un verdadero infierno. No hay otra forma de describirlo que como una tierra en la que llovían constantemente obuses del cielo. El interminable sonido de las descargas de artillería sobre el Rhine era como un trueno rodante.

Incluso con aquella cantidad increíblemente masiva de metal convirtiendo la tierra en un paisaje picado de viruelas como la superficie de la luna, las líneas del Rhine nunca se movieron. Aunque me avergüence decirlo como periodista, describir con palabras lo que merodeaba por aquellas tierras es extremadamente difícil. En el

momento en que le pones una etiqueta, su horror se diluye, y te convences de que podrías llegar a comprender lo que en realidad es un monstruo incomprensible.

Al final, no sé qué decir a mis colegas, así que en vez de eso, cuento historias benignas de cosas que he vivido.

“Estos soldados imperiales pueden sobrevivir incluso en nada más que un agujero de casquillo en el Rhine. Dudo que podamos erradicarlos aquí.”

“¿Apostarías por eso, Andrew?”

“Tengo por norma no apostar por vidas humanas. Ganar una apuesta a que mis aliados morirán sólo arruinaría el sabor de mi bebida.”

“Vaya. Seguramente no es tan malo, ¿verdad?”

“Permíteme recordarte que estuve allí en el frente del Rhine.”

Y cubrí la guerra en las trincheras. Aprendí sobre la guerra a través de las cosas que vi. También aprendí que la única certeza es la incertidumbre.

“Cuando veas a los imperiales contraatacar tras soportar un aluvión preparatorio republicano de cincuenta horas, también lo entenderás.”

Es bastante fácil de describir, pero habiendo presenciado yo mismo esa misma escena, las palabras simplemente no le hacen justicia.

“Pero entonces… Mierda, ¿otra alarma?”

Era la misma sirena que avisó del anterior ataque enemigo.

El ambiente relajado que ha estado rodeando a los cuerpos de prensa da paso inmediatamente al afilado deseo de una historia y a la ambición; todo el mundo se levanta de un salto con la pluma y la cámara preparadas. Es natural intentar adelantarse a los colegas si de ello puede salir una buena foto.

Tenemos que llegar a la línea del frente… es lo que todos piensan, pero rápidamente nos encontramos con una escena inesperada.

“¡Aquí vienen! ¡Justo como pensábamos!”

Grita uno de los magos. Es demasiado alto para no oírlo, y cuando lo oímos, intercambiamos miradas.

“… Tan eficiente esta vez.”

Francamente, me parece que son demasiado eficientes. La base debería haber sido un revoltijo caótico de lenguas diferentes, pero el ambiente es demasiado ordenado.

Aunque la situación no es la de siempre, las tropas están más “activas” que presas del pánico.

Eso significa… “¿Esperaban un ataque?”

Alguien murmura lo que todos estamos pensando. Evidentemente, se trata de una batalla de cerco elemental. Por suerte, podré enviar a casa un despacho que transmita algo parecido a la tensión… pero mi trabajo aquí sigue siendo indudablemente mediocre.

He llegado a un punto en el que necesito sacarle algo a Drake. Me decido a acercarme a él con más fuerza. Sé que puede ser duro acercarse tan directamente después de que acabáramos de ver un combate, pero cuando las cosas parecen calmarse hasta cierto punto, me dirijo a los barracones con algunos cigarrillos y alcohol para reunirme con el hombre… y qué buen momento resulta ser ese.

¿Quizás estaba celebrando una modesta victoria? Porque cuando llego, ya tiene una botella abierta sobre la mesa. El mejor amigo de un periodista ya está trabajando duro para aflojar los labios de mi objetivo.

“Hola, Andrew. Me imaginé que ya era hora de que aparecieras.”

Dejando asomar ligeramente su confianza, Drake saborea un sorbo de su vaso. Si está bebiendo, debe estar fuera de servicio. ¿Se está relajando del estrés del combate?

Me imagino que es la oportunidad perfecta y me siento con él. “¿Sabías de antemano que el enemigo atacaría hoy?”

“No es como si estuviéramos ocultando el hecho, ya sabes, pero sí.

Estábamos totalmente preparados para ellos.”

“Buen trabajo viendo a través de su plan. ¿Cómo sabías que venían?”

“Andrew, eso es secreto militar. Si estás tratando de entrevistarme, detente.”

“Por favor. Ayuda a un compañero.”

Cuando insisto, sonríe irónicamente y bebe otro sorbo. “Si quieres saberlo, te diré que es el resultado de analizar cuidadosamente el Lergen Kampfgruppe y las acciones pasadas de su comandante.”

No es una respuesta real. Desde luego, no es el tipo de respuesta por la que debería tener que esforzarme; cualquiera que lea mis artículos junto a sus acogedoras chimeneas podría haberlo adivinado por sí mismo.

Pero la palabra Kampfgruppe me llama la atención.

“Por cierto, me he estado preguntando: ¿Qué es exactamente un ‘Kampfgruppe’? No estoy acostumbrado al término, así que me hubiera gustado preguntarle a alguien entendido.”

“¿Qué? Es bastante sencillo… Ah, pero estuviste en el Rhine. Supongo que no es tan sorprendente que no lo sepas.” Drake sonríe irónicamente. “Es uno de los tipos de formación que el Imperio ha empezado a utilizar recientemente. Reúnen un revoltijo de diferentes unidades bajo un comandante para crear una fuerza de tarea. Es un poco como nuestra unidad multinacional.”

“¿Así que es diferente de un regimiento o una brigada?”

Drake asiente. “Sí, piensa que es algo totalmente distinto. La escala es comparable, pero la organización es diferente, aunque parezca similar. Es una formación temporal creada según las necesidades, que reúne batallones disponibles o adecuados de infantería, tanques, magos aéreos, etc., independientemente de sus mandos originales.”

“Y como son unidades temporales, ad hoc… ¿se identifican por el nombre de su comandante?”

“Así es. Lo que significa que el comandante con el que tratamos es el Coronel von Lergen del Ejército Imperial.”

“Para ser sincero, no es un nombre que me resulte familiar.”

Estoy realmente confuso. Nunca me ha gustado presumir, pero estoy bastante seguro de haber memorizado todos los nombres de los oficiales de alto rango que servían en el frente.

Aprendí mucho prestando atención mientras estuve en el frente del Rhine, y hasta el día en que me enviaron al este, me mantuve al día absorbiendo los últimos informes en la sala de referencia de la oficina de prensa. Estudié tanto a los enemigos como a los aliados, por supuesto.

“Quizá surgiera algo si peinara el catálogo de tarjetas en casa, pero no puedo decir que haya oído hablar de él. ¿De qué va el hombre?”

“No me sorprende que no sepas de él.” “¿Por qué dices eso?”

“Originalmente trabajaba en el corazón del Estado Mayor del Ejército Imperial. No es el tipo de persona por la que nadie se

interesaría de forma natural, a menos que ya estuvieras involucrado con él. Sobre todo, ha pasado la mayor parte de su tiempo en la retaguardia, así que no ha tenido muchas oportunidades de destacar.”

“Ya veo. ¿Entonces su formación es en administración militar? Hmm, no esperaría que a alguien así le entusiasmara ir al campo de batalla.”

“Quizá quieras repasar tus conocimientos sobre el ejército, Andrew. Estos tipos son burócratas, es cierto, pero son oficiales de Estado Mayor por naturaleza. En otras palabras, no hay que tomárselos a la ligera. Fuera o no una de las mejores mentes estratégicas de Operaciones, no hay duda de que es un táctico brillante.”

“Dices eso, pero es un profesional de la retaguardia, ¿verdad? He oído que la mayoría de esos tipos se sientan en sus ordenados escritorios y se van en cuanto llega la hora de fichar.”

Sabelotodo que suelta teorías que no tiene ni idea de cómo poner en práctica: comandantes de sillón.

Recordando los insultos francos y groseros que las tropas de la Mancomunidad dirigían a menudo a personas supuestamente profesionales, no es difícil imaginar el tipo.

“Críticas que oíste en tu país de origen, supongo. Por desgracia, parece que la gente del Imperio es diferente. Se nota con sólo mirarlos; están dispuestos a defender obstinadamente sus centros urbanos hasta el final, pero las zonas que no son defendibles se abandonan rápidamente a la primera de cambio. Sus defensas son poco refinadas… y pragmáticas.”

Hay una pizca de tensión en la voz de Drake. Puede que simplemente estuviera en guardia contra un enemigo misterioso, pero algo en su forma de hablar hace que suene más concreto que eso.

“¿Quieres decir que son formidables?”

“Los tipos de Operaciones Imperiales deben ser gente horrible.” “¿De verdad pueden ser tan malos…? Honestamente, el informe

oficial del Ejército de la Federación lo hizo sonar como si fuera una victoria fácil.”

Puedo oler una primicia. Soy consciente de que al Partido Comunista le preocupan las apariencias, pero ¿podrían estar tan obsesionados que permitirían que se interrumpiera la coordinación y la comunicación con las fuerzas de la Mancomunidad que se han desplegado aquí? Eso daría para una historia convincente.

… Pues acabaría censurado o prohibida su emisión.

Creo que al menos puedo guardarlo como un dato interesante.

Quizá me sea útil más adelante.

“¿Cree que será una lucha difícil, Coronel Drake? Francamente, la forma en que los magos enemigos vienen saltando hacia nosotros como ranas es suficiente para ponerme ansioso.”

“No hay duda de que la ventaja es nuestra. Incluso en términos de fuerzas comprometidas en el asedio, tenemos tres divisiones contra su único Kampfgruppe. Añadiendo las otras tropas de la Federación estacionadas en la zona, les superamos completamente en número.”

Sí, al oír eso es obvio que, a simple vista, la fuerza de combate de nuestro bando supera fácilmente a la del enemigo. En todo caso, la batalla debería terminar con una aplastante victoria.

“A pesar de ello, no flaquean.”

“… ¿Quiere decir que esperan relevo, Coronel?”

Asiente como si dijera: Exacto. “Estamos en guardia contra eso.

Pero sinceramente, me pregunto.” “¿Sobre qué?”

En respuesta a mi pregunta, Drake esboza una leve sonrisa. “Para que lo sepas, esto es estrictamente entre nosotros. No te lo digo porque quiera que le cuentes este secreto a todo el mundo.”

“Entiendo, Coronel.”

“Bien.” Drake asiente. “El Ejército Imperial no debería tener suficientes reservas para sacar más refuerzos… Si ya están reuniendo fuerzas en el sur mientras simultáneamente planean romper el cerco aquí…”

“¿Incluso el Imperio debe estar llegando al límite?” “Más bien ‘sobre todo el Imperio’.”

Cuando mi mirada le dice que no entiendo por qué, se encoge de hombros decepcionado.

Sinceramente, siento que me tratan como a un niño… Como mínimo debería intentar preguntar.

“Uhhh, Coronel Drake. ¿Le importaría aclararme por qué piensa eso?”

“Andrew, ¿has olvidado por qué estás aquí? El Imperio, un solo país, está librando una guerra contra el resto del mundo.”

“¿Quieres decir que han llegado a su límite?”

“Bueno, si comprendes eso, esto irá más rápido. Dejando a un lado la cuestión de si debemos sorprendernos de que sean capaces de hacer la guerra al mundo o reírnos de ellos por ser tan estúpidos como para intentarlo… escucha.” Dice y continúa con expresión solemne. “Al final, es una cuestión de matemáticas.”

“¿Matemáticas?” Hago una mueca. “En casa era tan malo que hacía suspirar de frustración a mi profesor, el Sr. Johan, así que te agradecería que lo hicieras sencillo.”

“No hay nada que sea difícil de entender. Todo lo que tienes que hacer es comparar poblaciones. No importa qué tipo de magia intente usar el Imperio, hay un límite a la cantidad de población que se puede convertir en soldados.”

“… Y ahora deben estar acercándose a ese límite.”

Tiene que ser así. Incluso alguien que puede exprimir una victoria luchando contra cinco oponentes a la vez será derrotado si se enfrenta a seis. No importa lo poderoso que sea el Ejército Imperial, su patria está fracasando en los frentes diplomático y político. Pero lo más sorprendente es su respuesta. Incluso en estas circunstancias, el Imperio parece querer seguir luchando.

¿Es posible que la guerra tenga un efecto nocivo en la mente humana?

“¡Mucho más de esto, y usarán niños como soldados!” Casi suelto que he visto uno.

Mi primicia, incluida la película que utilicé para capturar el momento, ya ha sido desechada por un supervisor de la Federación.

Además, la película de repuesto que recibí es de calidad dudosa. Cuando por fin entré en el cuarto oscuro y pude revelar algunas fotos, salieron tan horribles que me dieron ganas de llorar.

Lamentablemente, así suele ser la vida durante una guerra total. Puede que la película de la Federación sea pobre, pero al menos no han empezado a recurrir a niños soldado… que yo sepa. No veo más frentes que en el que estoy, así que no puedo asegurarlo.

Aun así, tiene que ser mejor que el Imperio, donde los niños van armados.

“Disculpe, Coronel, pero si están tan atados, ya es jaque mate, ¿no? ¿No significa eso que nuestra victoria está cerca?”

“Eso es lo que pensarías, ¿verdad?”

“Sí.” Asiento con la cabeza. Lógicamente, parece que el Imperio tendría que rendirse pronto.

“Realmente eres un tipo sensato.”

Todo lo que puedo hacer es asentir de nuevo. “Mm…”

“Pero los imperiales, todos son susceptibles de estar locos. Hazme un favor y recuérdalo.”

“… En ese sentido, me gustaría entrevistar a un soldado sensato de la Mancomunidad. ¿Qué te parece?” Cuando sostengo mi cuaderno como un micrófono, Drake hace una mueca.

“Aparte de los magos voluntarios de la Alianza Entente, puedes interrogar a quien quieras. ¿Pero no lo has estado haciendo desde el principio? No sea tímido. Si necesitas que te presente a alguien, estaré encantado de hacerlo. ¿Con quién quieres hablar?”

“Coronel, si lo consigue, entonces…”

“¿Quieres que te consiga una entrevista con los voluntarios?

¿Podrías no hurgar en las heridas de quienes tuvieron que presenciar la caída de su país? Hay una conexión directa entre el estado mental de los magos y su rendimiento en el campo de batalla. Tú mismo lo viste en el Rhine, ¿verdad, Andrew?”

No hay nada que pueda decir en respuesta a eso.

“Hmm. Para apuntarte en otra dirección… te daré una pista.”

“Se lo agradecería. ¿Qué tienes para mí?”

Esperaba una pista, pero el coronel responde con voz grave. “¿Conoces al Teniente General del Ejército Imperial llamado Zettour?”

“¿Hmm? Errr, estoy seguro de que he oído el nombre antes. Déjame tratar de recordar… ¿Creo que maneja el ferrocarril?”

No sé mucho de él. No es que no sea importante ni nada por el estilo, pero parece uno de esos oficiales de nivel medio sin mucho más. En cualquier caso, está claro que no dejó muy buena impresión, porque el nombre no me suena mucho.

“Qué lástima. Es un hombre que harías bien en recordar.” “De acuerdo.”

¿Eso es todo? Sus palabras me entraron por un oído y me salieron por el otro. Soltar algunos datos al azar es una forma bastante hecha al paso de distraer a un periodista…

Al recordar el pasado, sonrío irónicamente en el presente. “Decirme que recordara ese nombre fue un buen consejo.”

… Pero en ese momento, mi yo más joven lo ignoró.