Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 12

Capítulo 1: Madonna De La Academia—Recibió Un Trato Especial Para Evitar Que Todos Vayan A La Guerra Por Ella

Parte 1

“De eso se trata este ejercicio”.

Un aula de la Academia Militar Azami.

Chrome estaba informando a Lloyd y a los demás cadetes sobre la reunión, pero todo aquello era demasiado repentino y nadie parecía especialmente entusiasmado.

Lloyd levantó la mano, expresando la pregunta que todos se hacían. “Um, disculpe, pero—¿qué hacemos durante los ejercicios militares?” “Oh, buen punto, Lloyd. Cierto, necesito explicar eso primero”.

Asintiendo con la cabeza, Chrome se vuelve hacia la pizarra y comienza su lección. Para que sus alumnos pudieran seguirla, evitó las partes más especializadas y dio una visión general.

“Básicamente, el objetivo es ensayar cómo coordinamos las acciones de nuestras tropas con las de los miembros del gremio. Los ejercicios tienen lugar cerca de las fronteras y simulan los movimientos de tropas en caso de invasión, incluido el apoyo logístico. Más concretamente, establecer rutas de suministro, dónde hay que dar rodeos y cuál es la mejor forma de proteger las aldeas cercanas a la frontera.”

Riho había sido mercenaria y encontró la versión de Chrome un poco escasa.

“Así que básicamente la versión de guerra de un simulacro de incendio. No son exactamente buenos tiempos”.

Huérfana de guerra, conocía bien los inconvenientes de estos conflictos.

“Entiendo de dónde vienes”, dijo Allan. Él era el hijo de un señor local y tenía una perspectiva diferente. “Pero ahora eres un soldado. Las guerras se libran para proteger a los civiles”.

“Vaya, por una vez es un argumento sólido. Supongo que no eres la cara nueva del ejército por nada”.

Phyllo levantó la mano. Artista marcial, siempre pasaba desapercibida.

“… Esto no se trata sólo de trabajar con los gremios. También es una advertencia para el Imperio Jiou, ¿verdad?”

“Por mucho que odie admitirlo, sí. Nos pillaron bastante bien con el incidente de la maldición”.

El ejército Azami había sido puramente reactivo, así que esto también sirvió para mostrar a la población que no se quedaban de brazos cruzados. La aguda observación de Phyllo impresionó a todos.

“…Lo figuraba.”

“¡Dios, Phyllo!” exclamó Lloyd. “¿Es esa la voz de la experiencia?”

“…Mm.”

Ella estaba enamorada de él y respondía a sus efusivos elogios haciendo el signo de la paz.

Naturalmente, una chica no estaba dispuesta a pasar por alto que su rival sumara puntos: su acosadora favorita de Lloyd, Selen.

Sin hacer ruido, se colocó justo al lado de Lloyd, fingiendo miedo.

“Puede que hayamos experimentado todas las pruebas y tribulaciones del amor, pero la guerra sigue dando mucho miedo. ¿Verdad, Sir Lloyd?”

“Lo que da miedo es cómo la menor provocación te hace acercarte sigilosamente a Lloyd”.

“… Peléala.”

Riho y Phyllo empezaban a dominar a Selen. La facilidad con la que la apartaban era un testimonio de la frecuencia con la que se comportaba de forma anormal.

El cinturón maldito que rodeaba la cintura de Selen—Vritra—se disculpó en su nombre.

“Le ruego me disculpe. Mi amante, Selen, ha vuelto a causar problemas, Lloyd. Me aseguraré de que recibas una disculpa por escrito mañana”.

“Vritra, no tienes nada que lamentar.”

Sus amables palabras hicieron temblar la voz del cinturón.

“Es mi deber refrenar sus excentricidades. Eres un buen muchacho, Lloyd. Ama, si lo amas, tal vez deberías seguir su ejemplo y comportarte por…”

En cuanto empezó a reprocharle algo, ella le hizo un nudo. Era un nudo bastante apretado y parecía que le dolía.

“Vritra, ¿has olvidado a quién perteneces?” “Sí, lo siento mucho”.

Puede que no sea un vasallo, pero una vez fue un hombre llamado Ishikura, director del Instituto de Investigación Cordelia, y bastante estricto con sus subordinados. (Su infame mirada le valió el apodo de Ishikura Ojos de Serpiente.

Con su entusiasmo por la educación intacto, había renacido como una serpiente gigante, y un giro tras otro le había llevado a poseer el cinturón de Selen. Esto le había dejado a merced de sus asombrosas tendencias acosadoras, más bien lo contrario de una historia de éxito.

“Urgh, lamento haber dicho algo y lamento sentirme así de apenada”.

“Tienes que aflojar un poco con Vritra, Selen. Está descarrilando la conversación, y francamente, no me gusta oír llorar a hombres adultos”.

Una vez que Vritra se deshizo, Chrome volvió al tema que nos ocupaba.

“Ahem. Naturalmente, tanto cadetes como soldados participarán en este ejercicio”.

“¿En qué papel, específicamente? ¿Uno en el que tendré la oportunidad de marcar con Sir Lloyd, supongo?”

Selen seguía empeñada en hacer que todo girara en torno a ella, y Chrome no estaba interesado en comprometerse con la palabra puntuación a ningún nivel, así que se limitó a sonreír ampliamente.

“No sé a qué se refiere, pero sus recientes prácticas nos han dado una idea de sus capacidades, y se les destinará a las divisiones apropiadas”.

“¿Las prácticas que terminaron de forma inconclusa?” preguntó Allan. Chrome hizo una mueca de dolor y sacó una pila de papeles.

“Los entregaré a cada uno un documento relativo a vuestros destinos. A partir de mañana, pasaréis las tardes en vuestros destinos, así que preparaos para seguir sus órdenes. Córtense el pelo, arréglense las uñas y limpien sus uniformes”.

Recorría la lista de la clase, repartiendo cada hoja, y los alumnos las cogían mientras decían “Oh, ahí…” o “Uf, eso es lo que quería…”.

“Se basan en tus habilidades y en las encuestas sobre tus preferencias, así que dudo que haya algo demasiado molesto, pero avísame si tienes alguna—”.

Riho levantó inmediatamente la mano. “¡Protesto!”

“¡¿Ya?!”

Se acercó a su podio, irradiando furia. ¿En qué se había equivocado? “¿C-Cuál es el problema, Riho?”

“¡¿Por qué estoy en la división de inteligencia?!” Chrome parpadeó.

“¿Por qué no ibas a estarlo? Escribiste como respuesta en tu encuesta ‘en cualquier sitio donde puedas ganar dinero’, y pagan bastante bien. A cambio de horas de vacaciones inestables, sin embargo…”

Al oír eso, Riho se dio una patada al recordar su respuesta al cuestionario.

“Mierda, ahí me has pillado, pero… ¿podemos cambiarlo, Coronel Chrome?”.

“¿Mm? ¿Para qué?”

“Rol dirige ese lugar. Sólo sé que va a usar y abusar de mí”.

Rol Calcife. Había sido como una hermana para Riho en el orfanato y había crecido hasta convertirse en una mujer calculadora y arrogante, ya sabes, de las que no tienen amigos. Había insistido en que tales frivolidades sólo interferían con su carrera, pero su colega Choline argumentó que estaba poniendo excusas, ya que no guardaba relación con sus aspiraciones.

“Lo siento”, dijo Chrome. “Pero Rol preguntó específicamente por ti. Si estás tan seguro de que no se llevan bien, ¿podrías hablarlo con ella directamente?”.

“Urgh”, dijo Riho y volvió a su asiento, frunciendo el ceño.

“…………Aquí, aquí”, dijo Phyllo, dándole unas palmaditas en los hombros. Antes también había trabajado para Rol.

“Gracias, Phyllo. ¿Dónde has ido a parar? Rol no preguntó por ti, ¿verdad?”

“……Mi hermana me recomendó para la guardia real”. “¿En serio? Bueno, considérame oficialmente celoso”.

Phyllo y Mena estaban muy unidos, y la guardia real pagaba bien. Riho sólo podía gemir de celos como una niña.

“……   Es que…   no  he hecho nada aparte de pelear.”,     dijo Phyllo, preocupada.

“Entonces es una oportunidad de aprendizaje”, dijo Allan, dejando caer la petulancia. ” ¿Como si tú lo supieras?”

“Ah, perdóname. Me acaban de colocar exactamente donde quiero estar, así que me siento bastante bien”.

Nadie le preguntó, pero de todos modos hizo alarde de su documento. A nadie le importó, pero Lloyd era simpático, así que lo leyó en voz alta. “¿El cuerpo de intendencia?”

“¡Claro que sí, Lloyd! ¡Todo chico sueña con estar en esa ancha carretera que va de este a oeste! ¡El maravilloso cuerpo de intendencia! ¡Una unidad vital responsable de transportar suministros a donde se necesiten, por tierra o por mar!”

Como dijo Allan, esta división era responsable de abastecer a los ejércitos y mantener dichas provisiones a salvo de los ataques de bandidos y monstruos. Los que estaban asignados a ella pasaban la mayor parte del tiempo en carromatos o barcos, durmiendo en posadas lejanas, exactamente el tipo de trabajo que no quería un padre de familia, especialmente uno recién casado.

“¡Los hombres encuentran su verdadera fuerza cuando abandonan el hogar que siempre han conocido!”

Allan seguía presumiendo, pero las chicas le lanzaban miradas fulminantes.

“Sólo quieres alejarte de Renge.”

“………….. Mm.”

“Llamarle desgracia es quedarse corto”.

Debo explicarlo. Allan estaba prometido a una mujer mayor llamada Renge y, bueno, ya habían pasado por el altar.

Pero eso había ocurrido porque el programa del festival había terminado antes de tiempo, e inexplicablemente habían decidido llenar el tiempo extra con una ceremonia nupcial. Allan habría preferido permanecer en el incipiente romance, y unido al carácter extremadamente posesivo de ella, estaba desesperado por encontrar cualquier línea de trabajo que le sacara de una maldita vez de Dodge.

Conscientes de ello, las chicas. se mostraron unánimemente despectivas.

Incapaz de soportar sus frías miradas, Allan se volvió hacia Selen.

“¿Dónde has acabado, Princesa del Cinturón? Como miembro de la nobleza terrateniente, me gustaría saberlo”.

Su desplante fue totalmente descarado, pero Selen se moría de ganas de contarlo, así que se puso en pie de un salto.

“Estoy con seguridad doméstica. Al parecer, les fascina mi enfoque romántico, ¡y este formulario dice que quieren que les haga una demostración completa!”.

Por “romántico” entendía “acoso a nivel profesional”, lo que provocó muchas sonrisas rictus.

“¿Significa eso lo que creo que significa?” Riho susurró.

“………Que los ladrones compartan sus técnicas facilita la prevención del delito”.

La policía contrató a hackers para prevenir el ciberterrorismo por la misma razón. Selen permaneció felizmente ajena, fanfarroneando.

“Si permanezco en el país, podré volver a casa con mi amada a tiempo todos los días, ¡así que esto puede ser ideal! ¡Sir Lloyd! Por favor, dígame dónde está destinado. Si le han enviado al quinto pino, ¡debo organizar una protesta violenta y aplastar a la oposición! ¿O también está destinado a la seguridad doméstica? Recuerdo que su jefe estaba muy interesado en usted, ¡así que es posible!”

En ese discurso se escondían fragmentos muy siniestros, pero todos querían saber la respuesta de Lloyd, así que lo dejaron pasar.

Abrió sus documentos, comprobando su destino.

“Um, así que pedí ser profesor, pero…… ¿Eh? ¿La reserva del comedor?”

Ninguno de ellos había oído hablar de eso antes. Chrome se acercó para explicárselo.

“Lloyd, los instructores de aquí trabajan casi todos en un puesto secundario cuando surge la necesidad. Yo estoy en la guardia real; Choline es buena en magia curativa, así que está en el escuadrón médico, etcétera”.

“Oh, lo entiendo. ¿Pero desorden de reserva?”

Lloyd seguía desconcertado, así que Riho tomó el relevo.

“Coronel Chrome, nunca hemos oído hablar de ese departamento. ¿Qué es lo que hacen?”

Chrome estaba listo con toda una perorata.

“Permítanme explicarles. La reserva del comedor desempeña un papel clave para levantar la moral, cocinar, preparar comidas preparadas e incluso abrir comedores de refugiados. Dada su experiencia trabajando en la cafetería, estoy seguro de que entenderá este destino. Las comidas frías pasan factura a nuestras tropas”.

Lloyd empezó a asentir a mitad de camino.

“¡Tiene sentido! Puedo hacer almuerzos o dirigir bancos de alimentos, no hay problema. Unas buenas comidas calientes hacen maravillas para levantar el ánimo de todo el mundo. Perfecto para mis habilidades”.

Pero entonces un destello de hastío cruzó su rostro.

“Soñaba con luchar en el frente como un soldado de verdad, ¡pero eso tendrá que esperar hasta que mis habilidades de combate superen a las de cocinero!”.

Un poco abatido, Lloyd mantuvo una actitud positiva.

Pero, de hecho, pocas personas vivas podrían luchar mejor que él. Todos los presentes lo sabían y casi podían oír a los demás dar su aprobación, así que buscaron respuestas en Chrome.

“Entonces, ¿cuál es la verdadera razón?”

“No se te escapa una”, murmuró Chrome. Asintió con la cabeza. “Todo lo que he dicho es cierto. Es un ejercicio, así que no hay enemigos contra los que luchar. Gremios y ejército por igual, queremos acabar con la moral alta. Y ya que todas las divisiones se están dejando la piel por tener a Lloyd en su equipo, lo necesitamos en una posición neutral: un Lloyd para todos”.

Esta última parte fue muy convincente.

Lloyd era tan talentoso como adorable, y era demasiado fácil imaginarse los ansiosos gemidos y los resoplidos; era el infierno perfecto de la desesperación. Necesitaban una forma de evitar las luchas internas, y ésta era la solución brillante.

“Sí, tenía al relaciones públicas, al diplomático más importante y a Rol tras él… Buen trabajo, coronel Chrome”.

Habían creado esta unidad de reserva para mantener la paz. Pero el propio Chrome parecía menos que satisfecho. ¿Por qué?

“Esta idea… vino del misterioso genio estratega militar”.

Sin duda era un buen plan. Pero se sentía muy inseguro a la hora de aceptar las ideas de alguien cuya identidad no podía descifrar.

“El rey, Fumar y Katsu confían en ella… pero confían demasiado para sentirse cómodos”.

Una cosa era que alguien engañara al rey, pero los otros dos eran notoriamente intratables… y no pudo evitar preguntarse qué había engendrado esa fe.

“¿Algún tipo de hipnosis? No puede ser…”

A Chrome nunca se le pasó por la cabeza que la genial estratega fuera la reina Rien. Ese único dato despejaría todas sus dudas.

Pero sin ella, se quedó rascándose la cabeza.

No era el único preocupado. “Hngg…”

La Bruja del Lado Este: Marie. Dirigía una pequeña tienda de pociones, pero en realidad era la princesa. Y hoy, parecía muy preocupada. ¿Quizás preguntándose con qué tipo de alcohol emborracharse esa noche?

A veces, compras una botella de vino, pero al llegar a casa te apetece una cerveza. Luego, una vez que te has tomado una cerveza, puede que te apetezca cambiar al shochu, o al revés.

¿Por qué no comprar las dos cosas? Bueno, los alcohólicos siempre creen saber qué es lo mejor para ellos. ͤ Los síntomas del alcoholismo pueden variar.

En ese momento, la puerta del armario que había detrás de ella se abrió de golpe y salió un niño pequeño vestido con una bata blanca, que en realidad tenía más de cien años. Tu clásica abuela niña, Alka.

“¡Marie! He venido a gorronearte la cena…”

Alka tenía un par de calzoncillos de Marie en la cabeza, pero Marie estaba tan claramente enfadada que le quitó el aliento. La edad traía cierto tipo de sabiduría.

“¡Ha-ha! Sí, el estreñimiento puede ser la perdición de todos nosotros”.

Vale, si llegas a esa edad sin ninguna experiencia de aprendizaje significativa, probablemente no tengas ninguna sabiduría real. Intentemos todos aprovechar al máximo nuestro tiempo.

Alka estaba 50 por ciento mal y 50 por ciento no era de tu incumbencia, y ya le estaba dando dolor de cabeza a Marie.

Sin darse cuenta, Alka se sirvió un poco de té y galletas, dispuesta a ofrecer más sabios consejos.

“Eso no, supongo. Dicen que no se pueden enseñar trucos nuevos a un perro viejo, pero yo tengo el cerebro a la altura de esta belleza, así que déjame tus problemas a mí”.

Marie estaba bastante segura de que sería mejor preguntarle a un perro literalmente, pero pensó que era mejor no decirlo en voz alta. No estaba de más hablar con alguien.

“¿Prometes que no se lo dirás a nadie?” “Eso sí que es estreñimiento.” “¡¿Quieres dejar eso?! Verás…”

“Oh-ho…”

Marie vaciló y luego empezó a hablar.

“El rey de Azami… ha sido visto con una dama.”

Parecía que tanto Marie como Chrome estaban preocupadas por este misterioso genio estratega. Naturalmente, su hija la veía como un gusano tras el poder de su padre, lo que sería motivo de preocupación.

“¿Oh-ho? Para el público, tu madre está oficialmente muerta, pero en realidad está desaparecida, y la búsqueda de ella continúa hasta el día de hoy, ¿sí?”.

“Cierto, y supuestamente, él sigue devoto a ella, así que dudo que sucumba fácilmente a alguien nuevo… pero oficialmente está soltero, así que…”.

“Entiendo por qué estarías perturbada. Pero, ¿por qué no le preguntas a tu padre?”

Marie dio un manotazo en la mesa en señal de protesta.

“¡Ese es el problema! ¡Yo se lo dije! Parecía muy nervioso y me dijo: ‘¡Secreto de Estado! Así que le pregunté a Chrome. Y me dijo: ‘¡Yo también estoy preocupado! No tengo ni idea de quién es’. Y todo es tan sospechoso que no puedo dejar de asustarme”.

Quizás Alka empezaba a simpatizar. Le sirvió a Marie una taza de té. “Esto debería ayudarte a calmarte. ¡Las galletas también están buenas!

¿Macarons, creo?”

“Ese es mi té y esos son mis macarons”.

Pero aun refunfuñando, Marie tomó un sorbo y suspiró.

“Fumar, del Gremio Marítimo, y Katsu, del Gremio de Aventureros, son notoriamente difíciles de complacer, y ambos están respaldando a esta ‘misteriosa genio estratega’ -así es como se hace llamar—Así que supongo que está bien…”

Alka se cruzó de brazos, pensativa.

“Hmm, tienes razón, Marie. Pero también se podría argumentar que ella ha fijado inteligentemente las personas exactas que tiene que tener su respaldo. Donde hay voluntad, hay un camino…”

Pero justo cuando Alka estaba dando consejos sorprendentemente acertados, llegó un invitado poco habitual.

“Disculpe, vengo a por medicinas”. “¿Oh? Esta tienda tiene—Oh, sólo Allan.”

“Que pasa, Jefa Alka. Cuánto tiempo sin verte”.

Allan respetaba a Lloyd y, por tanto, al jefe de su ciudad natal. Hizo una profunda reverencia.

“No hace falta ser tan formal; siéntate. Tómate un té; cuéntame cómo le va a Lloyd en la escuela”.

“Como si fueras el dueño”, murmuró Marie, bajando la medicina de Allan del estante. “Aquí está tu asentador estomacal, Allan”.

“Oh, eres un salvavidas, Marie.”

La cantidad era bastante alarmante, y Alka le dirigió una mirada escrutadora.

“Eres demasiado joven para estar amamantando a un vientre tierno, hijo mío. No puedes seguir confiando en los medicamentos para resolver tu problema. Replantea toda tu dieta”.

“Aprecio la preocupación, Jefa Alka.”

Se inclinó y se rascó la cabeza torpemente.

“Ojalá pudiera”, dice. “Pero me arrastran constantemente a cenas con personalidades. Las raciones ya son bastante malas, pero el estrés de estas reuniones me está haciendo un agujero en el estómago.”

Se frotó la barriga con pesar, como un hombre de negocios agotado.

“¡Demasiado para cualquier jovencito!” Alka declaró. “Surtr, tienes que vigilarlo. Claro que, dado tu viejo cuerpo regordete, quizá no seas el más indicado para ayudar a contar calorías”.

Alka hablaba con el hacha de Allan, que Surtr había poseído en otro tiempo. Al no obtener respuesta, puso cara de sorpresa.

“¿El tratamiento del silencio?”

“Maestro, hasta los señores demonio se enfadan si les llamas gorditos”.

“No seas tonto; eso fue un eufemismo extremo. Era uno de esos jefes intermedios que parecen duros hasta que el héroe tiene una idea brillante que los convierte en pan comido. Sólo un vago gigante”.

En ese momento, Allan se sintió impulsado a responder.

“Eso no es lo que está pasando aquí. En realidad ha sido trasladado a un cuerpo real. Una pequeña tortuga—”

“¡¿Hah?! ¡¿Él es qué?!”

Alka se puso en pie y su té se derramó por la mesa. Marie lanzó un grito ahogado.

“¡Aughhh! ¡Maestro! ¡Deja de exagerar! Qué desperdicio de buen té…”

“¡Idiota!” Alka estalló. “¡Esto es así de chocante! ¡Sólo Eug puede hacer algo así! ¡Viste esa máquina infernal suya en Kunlun!”

“A-Ahora que lo mencionas… Allan, ¿la Dra. Eug te robó a Surtr?”

“No”, dijo Allan, sacudiendo la cabeza. “Si hubiera estado involucrada, habría acudido directamente a ti. Antes de que me diera cuenta, el hacha dejó de hablar, y una versión en miniatura de las tortugas rojas que vimos en el dominio estaba sentada encima de la cabeza de Satán. Cuando le pregunté por qué, se mostró evasivo y me contestó con un “sólo di que lo hizo un genio estratega militar”. Supuse que si a Satán le parecía bien…”.

“¡¿Un genio estratega militar?!”

¿Otra vez esa frase? Alka y Marie hablaron en armonía. “S-Sí… ¿qué pasa con eso? Me estás asustando un poco”.

Las chicas se miraron y empezaron a cuchichear.

“Si ella puede hacer eso… eso es mucho más que ‘sospechoso’.”

“Hngg, es aún más probable que esté conectada con Eug. Y si ella está adulando al rey, eso sólo puede ser una mala noticia.”

Marie gimió, decidiendo que era hora de pasar a la acción.

“Tendré que volver a contactar con mi padre. Si no consigo nada, te pondré en contacto”.

“Mm, voy a comprobar en Surtr y Satán e izarlos por sus petardos. Son bastante fáciles de engañar. Son idiotas, después de todo…”

Allan parecía bastante aturdido. “Um, ¿debo pagar, o.…?”

Pero en ese momento, Lloyd volvió a casa. Se había pasado por el mercado con una bolsa de la compra en cada mano.

“¡He vuelto! ¿Allan?”

“¿Qué pasa? Sólo pasaba por aquí, Lloyd”.

Allan se levantó de un salto e hizo una reverencia.

Alka nunca se mostraba seria cuando su amado Lloyd estaba presente; como si un interruptor hubiera saltado en su interior, se puso inmediatamente en modo abuela babeante. Usando la espalda de Allan como plataforma, el diablo blanco se abalanzó.

“¡Llooooooyd! ¡Te echaba de menoooooooos!”

Con las dos manos ocupadas, no tenía forma de esquivar su asalto y se encontró implacablemente mordisqueado.

“¡Maestro! ¡No te des la vuelta!”

“¡La vida son vueltas! Eso decía siempre el jefe de laboratorio”.

“¡Y mi madre también! Argh, estábamos en medio de una conversación seria sobre este estratega misterioso; ¿dónde fue eso? Pero bienvenido a casa, Lloyd”.

Ninguno de los dos se dio cuenta de que aquel genio misterioso era el jefe de laboratorio y la madre de Marie, y el tema se les escapó de la cabeza mientras ya se les hacía la boca agua con la cena de Lloyd.

“Um, claro—Hey, Allan, ¿por qué no te quedas a cenar?”

“¡No te preocupes si lo hago, Lloyd! Te ayudaré con la preparación”.

Allan había trabajado en la cafetería, así que pronto se arremangó y se dispuso a cocinar.

“¡Genial! Primero, corta estos pimientos”.