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Volumen 5

Capitulo 8: La Final de la Selección del Séptimo Sabio

Por fin llegó el fatídico día de la segunda parte del octavo partido. Los contendientes eran Erin Fortlord, nuestra antiguo miembro del grupo, y Eskar Burnout, el mago espacial que había dominado el séptimo partido. Ahora que Mille había perdido todos sus partidos y los otros dos candidatos habían renunciado, Erin y Eskar eran los únicos dos competidores que quedaban en la lucha.

Y esa lucha estaba a punto de entrar en su clímax con las rondas finales de la Selección del Séptimo Sabio. Con esto, el ganador sería inevitablemente coronado como el próximo miembro de los Siete Sabios. Estábamos a punto de ver cómo se hacía la historia.

“Ustedes dos, vamos. Si no nos ponemos en marcha pronto, el partido empezará sin nosotros.”

Una vez más, Ewell nos había conseguido entradas. No debe haber sido fácil, dado el bombo que rodea a esta pelea. Para él usar sus conexiones para conseguir entradas para dos extraños que había conocido por puro azar… Realmente era un tipo generoso.

“Por eso no soporto a los plebeyos…”

Sus modales podrían mejorar, pero había algo en él que hacía imposible odiarlo. “Lo siento.” Dije, apurando el paso tras él.

Entramos en el recinto y lo encontramos aún más abarrotado que para la culminación del séptimo partido. Incluso pude ver a algunos de nuestros líderes nacionales con sus guardaespaldas entre el público. Probablemente estaban aquí para presenciar con sus propios ojos el ascenso del más reciente de los Siete Sabios.

Para cuando llegamos a nuestros asientos y nos acomodamos, ya empezaba a sentir la emoción que llenaba el ambiente. Roslia, que estaba sentada a mi lado, también parecía sentirlo.

“¡Ah, estoy tan nerviosa!” Dijo, acariciando sus mejillas. “Ha pasado, ¿qué, un año desde la última vez que vimos a Erin?”

“Sí. Espero que le vaya bien.”

“Debe serlo si está participando en la Selección del Séptimo Sabio, ¿verdad? Y lo que es más importante, ¿debería animarla? ¿O debería animar a Eskar?”

“Yo también me lo pregunto.”

Estábamos realmente contra la espada y la pared. Queríamos que Erin ganara, pero tampoco queríamos que se uniera a los Siete Sabios. Era tan contradictorio que ya no sabía qué pensar.

“No te preocupes por eso. No hay manera de que Erin pueda remontar.” Me aseguró Ewell. “Tú mismo viste las habilidades de Eskar.”

“Lo hice, pero…”

“Así que no te preocupes. Anima a Erin todo lo que quieras desde el fondo de tu corazón.

No cambiará nada.”

“¿No crees que hay una mínima posibilidad de que pueda ganar esto?”

“El noventa por ciento del público está apostando por Eskar. Incluso si Erin consigue ganar unos cuantos asaltos hoy, sigue habiendo perdido sus cinco primeros combates. Incluso combinada con su puntuación de sus otros combates, haría falta un auténtico milagro para que se adelantara a Eskar como favorita.”

“Hmm…”

Si Ewell estaba tan seguro, entonces le tomaría la palabra. Roslia y yo todavía éramos nuevos en la escena de los magos así como la lucha entre ellos, por lo que decidí confiar en su experiencia.

“Muy bien, entonces la animaré sin contenerme.” “Aww, quería abuchearla…” Refunfuñó Roslia. “Por favor, no.” Bromeé.

Seguro que se comporta como siempre. ¿Está realmente tan nerviosa como dijo que estaba?

Mientras bromeábamos, un timbre chirriante resonó en el local.

“¡Y ahora, el momento que todos han estado esperando! ¡La segunda parte del octavo combate de la Séptima Selección del Sabio está a punto de comenzar!”

Esta lucha decidiría tanto el futuro del país como el de los Arrivers, y todo recaía sobre los hombros de Erin.