Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 4

Capitulo 33: Camino A La Venganza

Parte 2

“¡He terminado mi turno! ¿Puedo cobrar ahora?”

“Sí, sí. Aquí tienes la carne picada, el pan y el maíz. Me aseguré de

darte los trozos de carne grasos. Ah, y puse tu porción para llevar a casa

en una bolsa, para que sea más fácil de transportar.”

“¡Guau, eso es lo que yo llamo servicio! Muy bien, ¡volveré mañana

para trabajar duro un poco más!”

El cuervo comenzó a comer con alegría. Muchos de sus compañeros

ya estaban comiendo cerca, y las bolsas para llevar a casa estaban

alineadas junto a ellos.

Si me llevo esto a casa, mi mujer y mi hijo no tendrán nada de qué

quejarse. Qué gran trabajo… o, más bien, un gran lugar de

alimentación… que he encontrado.

El cuervo esperaba que esta actuación durara algún tiempo, pero no

esperaba que quien viviera en esa casa pudiera aguantar mucho más.

Además, habría más tareas que hacer, a partir de mañana.

Tendré que trabajar más a partir de mañana, pero parece divertido.

Se supone que la comida va a mejorar, así que digo que ¡a por ello!

Luego llegó la jauría de perros, encabezada por tres perros al frente.

“¡Buen trabajo el de hoy! Adelante, coman hasta hartarte. Nos vemos

mañana.”

Los tres perros que encabezaban la manada ignoraron la comida y se

acercaron a la chica.

El resto de los perros inclinó la cabeza y empezó a comer. Adiferencia

de los que se atiborraban de comida sin preocuparse por nada, los tres

perros que estaban junto a la chica tenían expresiones bastante intensas

en sus rostros. De hecho, era como si estuvieran ante un gran oso para

proteger a su amo de cualquier daño.

Había contratado a los tres perros de la casa, a los que vagaban

libremente por la zona y a otros perros callejeros, ofreciéndoles comida.

Algunos de ellos aceptaron con la condición de que les transmitiera un

mensaje que realmente querían contar a sus dueños, o a cambio de que

les curara alguna herida o enfermedad. Y así, todos estaban más que

contentos de trabajar para mí. Un médico que podía hablar con los

animales…

Sí, era un Doctor Dolittle normal.

Hace algún tiempo, ese nombre se abrevió a “Doctor Doritoru”porque

pensaron que el original sería demasiado difícil de pronunciar para los

niños japoneses, pero en realidad es “Do-little”. Aunque, la ortografía

japonesa no siempre era consistente. Entonces, me di cuenta de algo.

Hablando de “Doolittle”, necesitaba tener algunos bombarderos. No

podía cargar un montón de bombarderos militares en un portaaviones,

pero necesitaba algo… Y fue entonces cuando exploré a los cuervos.

No huirían aunque te acercaras lo suficiente para hablar con ellos, y

eran geniales para intimidar, con toda esa espeluznante intensidad.

Además, comían casi de todo, así que proporcionarles incentivos sería

pan comido. ¡Eran perfectos!

Los animales que sólo comían bichos o criaturas vivas, o que eran

difíciles de encontrar, o que no te dejaban acercarte lo suficiente para

hablar con ellos, podían ser un verdadero dolor de cabeza. Aunque habría

sido más genial si hubiera podido conseguir aves de presa como águilas o halcones. Pero en esta ocasión, buscaba el factor de intimidación más que la genialidad, así que estaba bien.

Hice que los cuervos trabajaran lanzando bombas de caca por todas

partes. Hasta ahora habían estado bombardeando a nivel, pero a partir de

mañana, les pedí que añadieran el bombardeo en picado. A cambio, les

daba frutas, nueces y bellotas como recompensa adicional.

***

“¡Ah! ¡Maldita sea, aléjate!”

Cualquiera que visitara esa casa era víctima de los cuervos que se

lanzaban en picado. No solo eran alcanzados por sus bombas de caca, sino que les robaban sus pertenencias y les arañaban las manos cada vez que intentaban bloquear a los molestos pájaros.

Con estos continuos incidentes, se hizo público que cualquiera que

visitara esa casa era un objetivo, lo que provocó una sensación de

ansiedad y desconfianza entre esos visitantes. Una parvada de cuervos te

consideraba su enemigo… Y, aunque no hacían daño directamente a los

visitantes, numerosos perros se sentaban y miraban a cualquiera que se

acercara. Si atacaban como lo hacían los cuervos, sería un serio problema

para los visitantes.

Con estos pensamientos, los comerciantes y repartidores visitantes se negaban a entrar en la casa, y sus superiores no les reprendían por su negativa. Meterse en esa casa significaba problemas. Ese era el consenso entre los propietarios de los negocios locales.

Por supuesto, los ataques de los cuervos no se limitaron a los

visitantes, sino también a los residentes que vivían en la casa en cuestión.

“Maldita sea, ¿qué demonios está pasando? ¿Qué pasa con los perros

y los cuervos…?”

Al investigar más a fondo, parecía que nadie había estado esparciendo

comida por los alrededores.

Pensando que el olor podría ser el problema, Aragorn contrató a

trabajadores para que limpiaran por la noche mientras los perros y los

cuervos no estaban, e incluso colocó hierbas que tenían un olor que los

perros odiaban, pero no tuvo absolutamente ningún efecto. Entonces, los

cuervos que acababan de rodear la casa se volvieron más agresivos con

su acoso, y no se sabía cuándo se unirían los perros.

“Esimposible que alguien pueda controlar a los perros y a los cuervos.

Además, si ese poder existiera, podrían utilizarlo para hacerse

asquerosamente ricos. Podrían utilizar a los animales para espectáculos,

o hacerlos trabajar en el ejército… ¡¿Qué sentido tendría acosarme con

ello?! ¡Nunca hice nada para merecer tal tratamiento! Esto tiene que ser

de naturaleza sobrenatural, pero no es como si fuera una especie de

castigo divino…”

Aragorn se estremeció. Castigo divino… ¿Había hecho algo para

merecer algo así? Pensó en ello.

¿Asesinar a su hermano y a la esposa e hijo de éste por el patrimonio

familiar, y luego engañar a la sobrina superviviente para que se casara

con él, sería digno de castigo a los ojos de la Diosa…? La Diosa era una

mujer, así que tal vez tendría poca misericordia con los que tienen

intenciones maliciosas hacia las niñas.

Bueno, puede que ya albergara la culpa por haber matado a la familia

de su hermano… Pero a Celestine no le interesaban los crímenes

cometidos por humanos, y nunca se involucraría en algo así. A no ser que

se tratara de un asesinato en masa a gran escala, o de alguna otra

catástrofe. O, si alguien utilizaba su nombre para cometer el mal o hacía

algo que manchara su nombre, claro. Pero nadie, aparte de Kaoru, lo

sabía.

La población en general comprendía, por experiencia, que la diosa

Celestine era bastante descuidada y no le importaba que los transeúntes

resultaran heridos en el proceso de aplicar el castigo divino. Sin embargo,

debido a su aspecto y a su forma de hablar, suponían que en general era

una diosa benévola que eliminaba el mal y defendía la justicia, pero que

también era mala para controlar sus poderes.

… A pesar de que nunca había hecho algo así.

“E-Espera un minuto… No puede ser… Pero si es un castigo divino,

ella simplemente dejaría caer un rayo sobre mí, en lugar de hacerlo de

una manera tan indirecta. ¡Así que la Diosa no tiene nada que ver con

esto! Debe haber otra razón…”

En efecto, el castigo de Celestine sería rápido y mortal. No perdería

su tiempo con un acoso como éste. En ese sentido, la conjetura de

Aragorn era correcta. Aunque, en realidad, eso no le ayudaría a resolver

su situación actual.

***

“El Conde Maslias debería escuchar los rumores en cualquier

momento…”

“Sí, sus subordinados y criados pueden dudar en informarle

directamente de esos rumores, pero ahora que están tan extendidos, el

propio conde o alguien cercano a él debe enterarse de ellos, y

probablemente dará la orden de investigar los detalles.” Respondió Emile

como tal al comentario de Kaoru.

La casa del Conde Maslias era la casa madre de la Casa Raphael.

Como casa noble más débil y no especialmente rica, la Casa Raphael

formaba parte de una facción en la que el Conde Maslias era una figura

influyente. La casa del Conde Maslias estaba en un territorio vecino, por

lo que había actuado como protector de la Casa Raphael durante

generaciones. Por supuesto, recibían tributos a cambio, y se esperaba que

la Casa Raphael se pusiera del lado del Conde Maslias si alguna vez

estaban en desacuerdo sobre las políticas nacionales con otras facciones.

En otras palabras, la Casa Raphael no podía oponerse a la Casa

Maslias. El actual Conde Maslias era un hombre de carácter, que se

ocupaba de los nobles inferiores de sus casas de acogida y los trataba con

amabilidad. Incluso quería a los hijos del Vizconde Raphael, Mariel y su

hermano mayor, como si fueran suyos.

Kaoru lo había oído de la propia Mariel, cuando le había preguntado

a la joven si había alguien más que el rey que pudiera intervenir y castigar

a los criminales, y que también pudiera estar de su lado.

“Hmhmhm, pronto…”

Una sonrisa malvada se extendió por la cara de Kaoru.

“¿Qué es ‘pronto’?”

“¡Eep!”

La voz de Francette habló desde atrás y Kaoru soltó un grito de

sorpresa.

“¡Oh, um, n-nada! Decía que probablemente la cena estará lista

pronto…”

Eso estuvo mal. Claramente un mal intento de excusa.

“… Ya veo. Pensé que te estabas preparando para cortar en dados

algunos restos de carne para volver a alimentar a los cuervos.”

Kaoru y Emile se congelaron.

“¿Creías que no me iba a dar cuenta? Haah… Te detendría si te

pusieras en peligro, pero por lo demás, no trataré de detenerte ni me

interpondré. De hecho, si estás trabajando como una diosa, sería mi deber

ayudarte. Me gustaría que confiaras… o, más bien, que pusieras… a tus

sirvientes a trabajar más…”

Con eso, Francette lanzó una mirada a Emile.

Parecía que no le gustaba el hecho de que la hubieran mantenido al

margen mientras Emile formaba parte del plan. Después de todo,

Francette había conocido a Kaoru primero, y probablemente no estaría

contenta con el hecho de que ella, un caballero que había jurado lealtad a

Kaoru, fuera considerada por debajo de un novato como Emile. Que se

juzgara su destreza como espadachín era una cosa, pero pensar que su

lealtad se consideraba menor que la de Emile…

“Oh, Roland…” Comenzó Kaoru.

“Sir Roland es de la realeza. No puede involucrarse en asuntos

relacionados con los nobles de otros países.” Respondió Francette,

cortándola.

Kaoru estaba pensando:

Francette también es noble, así que ¿no sería problemático para ella

involucrarse también en asuntos relacionados con los nobles de otros

países?

Además, independientemente de si eres de la realeza, un noble o un

plebeyo, ¿no sería un problema meter el cuello en un asunto así?

***

“¡¿Es esto cierto?!”

El Conde Maslias, actual jefe de la casa madre de la Casa Raphael,

gritó a su subordinado. No podía creer el informe que acababa de

escuchar.

“Sí, milord. Escuché a los sirvienteshablar de tales rumores,y cuando

investigué la residencia de Aragorn von Raphael, era tal como decían…

Cuando me acerqué a la puerta con una pequeña bolsa en la mano, el,

ah… cuervo, defecó directamente sobre mí, y mi bolsa se me cayó de la

mano. Cuando la bolsa aterrizó en el suelo, fue destrozada por una jauría

de perros. Fue claramente un acto coordinado y deliberado, y uno que no

parece posible que un humano pueda orquestar… Por eso hay rumores de

que cometió un acto atroz que trajo consigo un castigo divino. La única

atrocidad relacionada con el Vizconde Raphael que ha ocurrido hasta

ahora sería…”

La respuesta era obvia.

“¡No puedo permitir que Mariel se case con escoria asesina de

patriarcas! Y, por supuesto, un hombre así no es apto para ser el jefe de

la Casa Raphael. Incluso si Su Majestad y la Diosa lo permiten, yo…

Bueno, supongo que la Diosa no lo permite, y por eso está sucediendo

esto. Viendo que aún no lo ha fulminado con un rayo, esta debe ser su

manera de decir que debe ser juzgado por las manos de los hombres. Y si

ignoramos sus deseos…”

Las historias de incidentes pasados relacionados con la ira de la Diosa

Celestine cruzaron las mentes del Conde Maslias y sus hombres. Los

incidentes que terminaron involucrando a innumerables inocentes en las

cercanías…

“¡Debemos dirigirnosala Casa Raphael mañanaporla mañana! Envía

un mensajero de inmediato. ¡Envía también un mensajero a Aragorn,

ordenándole que vaya a la Casa Raphael!”

“¡Sí, mi lord!”

Irían a la mansión de Raphael y no a la casa de Aragorn porque éste

no tenía título ni sirvientes, y su casa no era lugar para celebrar una

reunión. Aunque no fuera así, nadie deseaba ir a una casa impura que

había sido golpeada por la ira de la Diosa.

***

“El Conde Maslias estará de visita mañana por la mañana.”

“Ya veo. Ha sido más rápido de lo que pensaba.”

Era tarde en la noche, y Kaoru estaba tomando té en la mansión

Raphael y teniendo una reunión con Mariel. Todos en la Casa Raphael ya

sabían que Kaoru no era una humana común y corriente, y la trataban con

el respeto debido a alguien muy por encima de su propia posición.

“Mañana por la mañana, así que la segunda campana de la mañana…”

Kaoru murmuró para sí misma.

En esta región, decir “mañana por la mañana” o “mañana a primera

hora” en relación con el trabajo o las reuniones significaba “a la segunda

campanada de la mañana”, que eran las 9 de la mañana en horario

terrestre. Esto era inusualmente temprano para una visita a la casa de un

noble.

“Debe haber escuchado las noticias hoy. Supongo que está bastante

nervioso…”

Probablemente Mariel tenía razón.

Aquí, o mejor dicho, en la mayoría de los países de este mundo,

aunque la gente tenía una gran fe y aprecio por la Diosa Celestine,

también contemplaba sus castigos con una increíble cantidad de miedo y

temor. No se trataba del miedo a ser castigados por sus propios crímenes.

Más bien…

Se trataba de un temor a que “la Diosa Celestine sea tan descuidada que innumerables ciudadanos inocentes sean abatidos inadvertidamente por un rayo perdido de su castigo divino, provocando la destrucción a escala nacional”.

Por lo tanto, los actos despreciables que podían acarrear ese castigo

eran merecedores de la pena capital, y ninguna conexión, soborno, estatus

o poderpodíaabsolver a quieneslos cometían. Estoera desentido común.

Nadie aceptaría un mísero soborno a cambio de la destrucción de la

nación, junto con todo su clan.

“Entonces, todo esto se resolverá mañana por la mañana…”

Con eso, Kaoru esbozó una sonrisa que podría hacer llorar a los niños.

Detrás de ella estaban Emile, Belle y Francette. Layette dormía en el

regazo de Kaoru.

Después, Emile y Belle desaparecieron en la noche, y los demás

volvieron a su base en la tienda. Dormirían y descansarían bien para

prepararse para la mañana.

“¿P-Por qué hay tanta gente…?”

A la mañana siguiente, el Conde Maslias, de la casa madre de la Casa

Raphael, junto con sus asistentes, llegó a la residencia Raphael para

encontrar una gran multitud reunida allí.

Sin embargo, la multitud no estaba siendo alborotada ni bloqueando

el camino del conde, ni tampoco discutían con los que estaban de pie

junto a la vía pública. Al Conde Maslias le pareció extraño, pero de todos

modos entró en las instalaciones de la mansión Raphael. Su asistente hizo

sonar la aldaba de la puerta, momento en el que un mayordomo llegó

rápidamente para guiarlos hacia el interior.

“¿Estás bien de salud, Mariel?”

El conde había apoyado mucho a Mariel inmediatamente después del

incidente, pero se había producido un cierto distanciamiento entre ellos

despuésde que se hubiera solucionado.Sin embargo,nadie podía culparle

por ello. Había pasado tanto tiempo tratando de ayudar a Mariel que había

descuidado su propio territorio, y como resultado fue reprochado por sus

criados. Desde entonces, se había centrado en ponerse al día con todo el

trabajo que se había acumulado.

A los ojos del Conde Maslias, Mariel era realmente como su propia

hija.