Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 4

Capitulo 32: El Trabajo

Parte 3

No era como si necesitaran hacer algo, así que estarían fuera de

peligro. Simplemente serían cómplices en esto.

Así que…

“De acuerdo. Todo el mundo, tenemos que mantener esto en secreto

de Roland, Francette, y los demás, así que rían junto conmigo para evitar

sospechas. ¿Listos? Yyyy…”

“¡Breeejeje!” Relincharon los caballos, con total naturalidad.

“¡Ajajaja!”

Si de repente vieras a tu caballo acercarse a mí, intercambiar algunas

palabras y luego empezar a reír de forma exagerada…

Sí, probablemente tendrías esa mirada. Esa expresión dudosa y

juzgadora…

Cuando Roland y Francette me preguntaron de qué había tratado

nuestra conversación, les dije que mis chistes hacen reír hasta los

caballos, pero que era un juego de palabras que sólo funcionaba en su

idioma, por lo que los humanos no lo entenderían.

Ed señaló al viejo caballo en cuestión, y yo les dije a los demás que

iba a comprobar con los otros caballos que Ed se había comportado bien.

“¿Eres Carlos?”

“¡¿Qué—?! ¿Un humano que habla? ¡Imposible!”

…

……

Supongo que era la reacción esperada…

Oh, bueno. A fin de cuentas no soy realmente un humano. ¡Muy bien,

hora de cambiar de modo!

“Soy amiga de Celestine, la diosa de este mundo. Supongo que tú eres

Carlos.”

“¡D-Diosa-sama! ¡No soy digno!”

El viejo caballo, Carlos, bajó la cabeza apresuradamente.

“He dado a mi caballo sagrado, Ed, tiempo para descansar y pasar

tiempo con su familia en este mundo, pero me ha traído aquí para cumplir

una petición personal. Afirma que has sido bueno con él, y me pide que

te conceda tu deseo… Así que, como recompensa por tu duro trabajo, he

decidido concederte tu petición. Ahora, ¿qué es lo que deseas?”

Sí, esta vez usare esta fachada. Esto debería hacer que hable

abiertamente.

… Pero ¿eran realmente caballos con los que estaba tratando?

¿Tienen realmente los caballos un lenguaje que les permita

comunicarse de forma tan completa? ¿Sólo con una combinación de

relinchos y bufidos? Dicen que los caballos son menos inteligentes que

los perros, y se supone que los perros son tan inteligentes como los

humanos de tres años, lo que los sitúa por debajo de los gatos, pero por

encima de los conejos, en la lista de niveles de inteligencia.

Aunque, estoy segura de que hay diferencias entre cada individuo, y

varía según el tipo de inteligencia… como los números, el

reconocimiento de patrones, la memoria y la comprensión… lo que hace

difícil hacer una generalización general, pero…

Todavía era extraño que pudiéramos tener una comunicación tan

avanzada como ésta. Celes debió de…

¡No, no, no lo pienses! ¡Esto es así! ¡No profundices demasiado en

ello! Deja pasar los pequeños detalles. De hecho, tampoco te preocupes

por los grandes detalles.

Era un poco tarde para empezar a pensar en esto, después de haber

hablado con Ed y los demás tan a menudo.

“Ahora, dime. ¿Cuál es tu deseo…?”

“M-Mi deseo… E-Eso es…”

“¿Sí?”

“¡La joven señora! ¡Mi deseo es salvarla!”

Eso pensaba…

Entonces, Carlos comenzó a explicar.

Una vez fue un caballo de montar que pertenecía a cierta familia

noble. Cuando tenía cinco años, los nobles esposos tuvieron otro hijo

después de haber tenido a su primogénito.

Diez años más tarde, Carlos fue entregado a esta hija, debido a su

carácter apacible y a sus muchos años de experiencia como caballo de

monta.

Al ser mayor de edad, los padres debieron pensar que Carlos no

correría por ahí de forma temeraria. Al fin y al cabo, quince años era una edad bastante avanzada para un caballo. No era un semental apto para la cría, y comono teníadescendencia propia,Carlos veía a estaniña humana de diez años como si fuera su propia hija o nieta.

Pasó sus días tranquilamente, cumpliendo su papel de caballo de

montar de esta noble muchacha, que probablemente sería el último deber

que se le encomendó.

Estosdías tranquiloscontinuaron, como él pensaba que lo harían hasta

que encontrara su final. Eso es lo que él pensaba, al menos.

Hasta que, un día…

Cuando la niña tenía catorce años y Carlos diecinueve, el carruaje en

el que viajaba la familia fue atacado. Sus padres y su hermano perdieron

la vida, quedando sólo la niña, que se había quedado en casa.

Sus abuelos ya habían fallecido, por lo que la niña era la única

superviviente, sin ningún familiar cercano que se ocupara de ella.

Entonces, el hermano menor de su padre —es decir, su tío— entró en su

casa, afirmó que su hermano mayor le había dicho que cuidara de la niña

si le ocurría algo, y exigió su mano en matrimonio.

La niña dijo que haría lo que su padre había querido y así obedeció.

Pero un día, cuando la niña y su tío pasaron por el establo, dos caballos

del carruaje dijeron sorprendidos

“Ese es el tipo que estaba dando órdenes a los atacantes…”

Carlos lo oyó claramente con sus propios oídos. La chica le había

explicado los detalles después de que su familia falleciera. Siempre se lo

había contado todo, aunque casi siempre hablaba consigo misma. No le

importaba si su caballo la entendía o no.

“Veras, Carlos. No me gusta mucho mi tío, pero si es el deseo de mi

padre, me casaré con él y protegeré esta casa. Quédate a mi lado, ¿vale,

Carlos? No me dejes nunca…”

Todavía recordaba las palabras que ella le había dicho mientras le

acariciaba el pelo.

Era una petición difícil para un caballo, cuya esperanza de vida es

menor que la de un ser humano, y además se trataba de un caballo viejo.

Pero Carlos quería hacer lo posible para que su deseo se hiciera realidad.

Carlos sintió que la sangre se le subía a la cabeza. Algo ardía en su

interior, como si toda la sangre de su cuerpo hirviera.

Y en contraste, había un bulto pesado y frío en su interior. La ira.

Odio.

Y de nuevo, la ira.

Cuando el tío fue al establo solo para salir un día, Carlos intentó, sin

éxito, matarlo a patadas, y los humanos desconocidos se lo llevaron y lo

trajeron aquí al día siguiente.

Pensó que la gente de aquí le permitía vivir sus últimos días en paz,

por simple bondad. Su vida pronto llegaría a su fin y se iría de este mundo.

Pero si existieran las almas y el más allá… Si fuera posible maldecir

a un hombre hasta la muerte con pura ira y odio… Si algo como los

demonios existiera en este mundo…

… Me convertiré en el mismísimo diablo y lo arrastraré directamente

al infierno.

Pesado. Eso fue… muy pesado. Pero todo lo que pude decir fue una

cosa: “Muy bien, déjalo en mis manos. Tendrás tu venganza…”

Oh, no. Esto me hace parecer más un dios malévolo que una diosa.

Dejé atrás a Carlos mientras doblaba con destreza las piernas para

postrarse, y me uní a los demás.

Luego, informé de lo que había sucedido a Ed y a la cuadrilla de

caballos. Todo esto fue en el lenguaje de los caballos, así que Francette y

los demás obviamente no entendieron lo que dije.

Para que quede constancia, les dije…

“La venganza es mía.”

No era una referencia al título de una película famosa. En realidad se

originó en un pasaje del Nuevo Testamento, que esencialmente

significaba: “Los humanos no son los que traen la retribución a los

humanos. Es mi papel como Dios”.

“¡Bien, todos, ríanse!”

Si agacharan la cabeza o actuaran dócilmente, Francette o Emile

podrían no haber notado nada, pero Roland era bastante avispado, así que

podría haberle parecido sospechoso. Por lo que, al igual que antes, quería

hacerles creer que había gastado otra broma.

“¡¡¡Breeejeje!!!” Me reí junto con los tres caballos, excluyendo a la

mujer y al hijo de Ed.

Roland y Francette me miraron, pero los ignoré por completo.

Después, hice que los demás siguieran relacionándose con sus

caballos y me dirigí a la oficina del cuidador. Les dije que iba a hablar

del cuidado de los caballos y a liquidar los pagos, así que nadie intentó

seguirme. No se percibía ninguna amenaza y todos querían disfrutar del

tiempo que pasaban con sus caballos, así que era de esperar.

Precisamente por eso había utilizado una razón poco emocionante

para alejarme de ellos.

“¡Por favor, véndeme ese viejo caballo llamado Carlos!”

No sabía cuándo Carlos sería finalmente sacrificado si no hacía algo

al respecto. Decidí que lo mejor sería comprarlo, por si acaso. Un caballo

de diecinueve años tenía unos ochenta en años humanos. No podía ser

demasiado caro.

“Es un caballo suave e inteligente, pero está bastante avanzado en

edad.”

“Lo entiendo. Tengo la intención de que pase sus días interactuando

suavemente con los humanos, en lugar de hacer cualquier trabajo físico…

Es decir, por el tiempo que le queda…”

Los ojos del viejo conserje se abrieron un poco, como por sorpresa, y

luego bajó la cabeza.

“… Por favor, cuida bien de él.”

Sabía que yo era alguien a quien no le importaba gastar dinero en mis

caballos, teniendo en cuenta que ya estaba pagando una tarifa más alta

para asegurar que Ed estuviera bien cuidado. Y estaba claro que era un

cliente rico, ya que estaba pagando por el cuidado de cinco caballos yo

sola. Ser cortés con un buen cliente era de sentido común.

Pero parece que eso no es todo. Cuidar de los animales es un trabajo

duro. Teniendo en cuenta que, a su edad, seguía haciéndoloen lasafueras,

debía de sentir un profundo amor por los caballos, o por los animales en

general.

Así que, cuando un caballo viejo que ya no podía trabajar, uno que

estaba esperando a ser sacrificado, podía vivir sus últimos días felizmente con un cliente rico y amante de los caballos, no había forma de que no se alegrara por ello.

Debe haber bajado la guardia por esa felicidad en este momento.

¡Ahora era mi oportunidad!

“¿Cómo acabó Carlos aquí?”

“Oh, verás, fue un caballo de montar para una casa noble durante

mucho tiempo, pero una vez que se hizo viejo, trató de dañar al nuevo

dueño de la casa, y fue enviado aquí para ser eliminado… Pero al igual que los otros caballos de la casa del Vizconde Raphael, Carlos ha estado bajo mi cuidado durante muchos años, ¡y simplemente no puedo creer que tal cosa sea cierta! Carlos es inteligente, gentil y ama a la gente… Pero no pude negarme a las órdenes que dio su dueño de deshacerse de él. Así que pensé que al menos podría dejarle vivir sus últimos días en paz…”

Está llorando. Qué buena persona…

Oh, pero…

“Si te ordenó deshacerte de él, ¿no tendrás problemas por venderlo?”

A lo que él respondió: “Ah, pero sus órdenes fueron: ‘Dispón de este

caballo. El dinero que obtengas por la venta de la carne debería ser

suficiente pago por tus molestias’. Lo que significa que no hay ningún

problema en que yo venda a Carlos y reciba el pago por la carne. Después de todo, como él dijo, estoy ‘disponiendo’ de él y recibiendo el pago por la ‘carne’. Que esa ‘carne’ esté viva o muerta depende de mi criterio personal.”

Vaya, ahora es todo sonrisas…

“Pero ¿no sería malo para ti si el vizconde se entera?”

“… ¿Es un problema?”

Estaba más preocupado por este viejo caballo que por desagradar a la

casa del vizconde. ¿Quizás empatizaba con Carlos, estando él mismo en sus últimos años? Pero no me importaba tratar con gente así.

Muy bien, ¡déjamelo a mí!

“… Entonces, ¿también optarás por las tarifas adicionales para

Carlos?”

Ah, claro, ahora también será considerado mi caballo.

“Sí, por favor. Me gustaría que sus comidas, cepillado y condiciones

de pastoreo fueran las mismas que las de los otros cinco caballos.”

Ya está, ahora he asegurado la seguridad de Carlos. Incluso había

averiguado el nombre de su antiguo dueño. Después de todo, los nombres

que usaban los caballos no me servían de mucho.

Sí, todo iba según lo previsto…

***

“… ¡Aunque me cueste la vida!” Recitaron juntos Emile y Belle.

“¡Como dije, sus vidas son más importantes para mí que una petición

de un caballo que acabo de conocer!”

No importaba cuántas veces les dijera que no lo hicieran, estos tontos

siempre intentaban priorizar cualquier pequeña petición mía por encima

de sus propias vidas. Por eso tenía que ser extremadamente cautelosa con

cualquier orden o petición que les diera…

“¡¿Cuántas veces tengo que decir esto?! ¡Sería una gran pérdida para

mí si alguno de ustedes muriera! ¡¿Realmente pueden llamarse leales si

están dispuestos a tirar a dos de mis súbditos?”

“Urgh…” Gimieron, abatidos.

He pasado por esta rutina tantas veces. ¿Cuándo van a aprender…?

Había aprendido que era imposible para un completo aficionado como

yo reunir información de forma encubierta. Por ello, no tuve más remedio

que reclutar a Emile y Belle, y dejar que los especialistas hicieran su

trabajo. Es como dicen: deja a los profesionales hacer su trabajo.

Emile y Belle eran miembros de los Ojos de la Diosa, una

organización que apoyaba aquellas de mis actividades que traen la

salvación a los buenos de corazón. Se podría decir que esta tarea específica traería la salvación a estos dos en particular, que se habían sentido decaídos por el hecho de que yo no les diera trabajo, así que da igual.

Francette y Roland podrían empezar a decir esto o aquello si se

enteraban, y yo no quería arrastrarlos a mis asuntos personales ni a las

cosas que involucraban a la nobleza y a su prometida, así que decidí

mantenerlos al margen. Tenía que asegurarme de que no se enteraran…

¿Layette? Bueno, ella siempre estaba conmigo, así que… Jaja…

“De todos modos, mi primera orden es: ‘No morir’.

“Mi segunda orden es: ‘Permitiré algún grado de lesión, pero deben

evitar que les hieran gravemente por cualquier medio’.

“Mi tercera orden es: ‘Mantener el secreto’.

“Y la cuarta es: ‘Recoger información’.

“No se extiendan demasiado. Si perciben un mínimo peligro, deben

retirarse inmediatamente e informar de lo que han encontrado hasta ese

momento. Si les atrapan, o si parece que no pueden escapar, declaren que

son siervos de la Diosa y tráiganme a quien les haya atrapado. Así podré

recuperarlos, junto con la información que hayan obtenido, y el enemigo

estará en mi campo. Si se resisten y terminan siendo asesinados, perderé

todo eso. ¿Qué resultado creen que sería más beneficioso para mí?”

“… Que volvamos vivos…” Dijeron los dos, en un monótono y aburrido tono.

Ya está, eso debería ser suficiente para evitar que hagan cualquier

estupidez. Siempre cuesta tanto esfuerzo tratar con ellos…

“Pues bien, concéntrense en los objetivos principales. les dejaré el

resto a ustedes dos.”

Envié a Emile y a Belle a reunir información, y ahora todo lo que tenía

que hacer era esperar.

Oh, pero no era como si fueran a infiltrarse en la mansión de un noble o algo así. Eso habría sido una forma rápida de que los mataran.

Su especialidad era actuar como transeúntes que simplemente estaban

presentes, escuchar las conversaciones y manipularlas como si se tratara

de una charla trivial, para conseguir la información que querían. Antes,

también utilizaban que eran niños como herramienta para engañar a la

gente, pero Emile no tenía esa opción ahora que era adulto.

Belle, por otro lado, aparentemente aún podría lograrlo…

Me preguntaba si miraba a la gente con sus ojos de perrito y decía algo

así como: “¡Por favor, señor!” Si lo intentara, probablemente pensarían

que estaba buscando pelea, y acabaría enfadándolos…

＊＊＊＊＊＊

“… Así pues, ese caballo, Carlos, fue entregado al pasto hace unos

dos meses para que se deshiciera de él. Fue justo después de que el

carruaje de la familia del vizconde fuera atacado por los bandidos, y el

tío comenzó a quedarse en su casa. La hija del vizconde cumplirá quince

años, lo que la convierte en adulta, dentro de cuatro meses. Todavía tenemos tiempo.”

No pensé que a Carlos le quedara mucho tiempo, así que acerté al

suponer que no había pasado mucho tiempo desde el incidente. Me sentí

aliviada.

El hecho de que la hija aún no fuera mayor de edad también era una

suerte. Dado que no estaba casada por la edad y no por una negativa, el

tío probablemente no intentaría obligarla a casarseantes dequecumpliera

los quince años. Sólo tenía que esperar un poco más para casarse

oficialmente, así que era poco probable que hiciera algo que causara

problemas o que hiciera que ella lo odiara. La gente de este mundo

aceptaba bastante ese tipo de cosas, pero la realeza y la nobleza con título

valoraban mucho el linaje, así que se preocupaban por tener una novia

“pura”…

Esto no se aplicaba realmente a las amantes, pero cuando se trataba de

una esposa legítima cuyo hijo podía convertirse en el heredero, se

esperaba que fuera completamente célibe… Aunque supongo que eso no

hace falta decirlo. En cualquier caso, todavía teníamoscuatro meses hasta

el matrimonio de la hija, así que estaríamos bien hasta entonces.

¡Incluso podrías arreglar un avión a reacción en cuatro meses enteros!

“Y tienen dos caballos de montar, cuatro caballos de carruaje y dos

carruajes. Parece que tienen todos los caballos desde hace más de dos

años. Además, tienen tres perros guardianes, que también sirven para

cazar zorros. La hija, a la que le encantan los animales, ha estado

ayudando con su cuidado.”

Muy bien, empecemos por ahí.

***

“¿Un médico de animales?”

“De hecho, con las enseñanzas que se han transmitido a través de

nuestra línea familiar, soy capaz de comprobar sus animales para

cualquier problema de la mente y el cuerpo, y así resolverlos.”

Un individuo sospechoso había visitado la casa del vizconde Raphael.

Piel pálida, cabello castaño y ojos azules amables y caídos.

Este individuo era, por supuesto, Kaoru.

Había cambiado el color de su piel, su cabello y sus ojos con una

poción, y había utilizado un adhesivo y unas habilidades de maquillaje

excepcionales para forzar que sus ojos, que normalmente estaban vueltos

hacia arriba en las esquinas, en su lugar estuvieran caídos.

En su vida anterior, Kaoru era una adulta trabajadora de 22 años, por

lo que sabía utilizar el maquillaje. Prefería no maquillarse, optando por

un aspecto natural, pero era capaz de transformarse hasta un grado que

podría considerarse engañoso, si quería. Especialmente ahora que tenía

cosas como “pociones de tipo cosmético que arreglan las manchas de la

piel”…

Los colores de cabello y piel eran una cosa, pero con el cambio en la

forma de sus ojos, nadie vería a esta chica y sabría que era Kaoru.

… Lo cual no era demasiado sorprendente, teniendo en cuenta que

toda su razón de ser había cambiado.

“Pareces sospechosa… Bueno, espera aquí por ahora. Puede que

acabes entreteniendo a la señora, así que al menos te anunciaré. Pero si

esto termina siendo una especie de estafa, tendrás lo que te mereces…”

Con eso, uno de los guardias desapareció en la mansión. El otro se

quedó para vigilar a la chica sospechosa.

“Bueno, entonces, voy a empezar a comprobar si alguno tiene

problemas.”

“Más vale que no estés planeando decir que no tienen nada y luego

cobrarnos de todos modos.” Respondió burlonamente el joven criado al

comentario de Kaoru.

… Digo “joven”, pero probablemente tenía unos veinte o treinta años.

Aparte de Kaoru y este criado, en el establo había un anciano de

guardia, un hombre mayor que parecía ser un mayordomo y la hija del

Vizconde Raphael—más bien, la actualjefade la casa Raphael, Mariel—

, lo que hacía un total de cinco personas. El tío en cuestión no estaba presente.

Muy bien, ¡tal y como estaba previsto! Sólo han pasado dos meses

desde que perdió a su familia. Todavía debe estar agobiada por el dolor

y la confusión de la pérdida, así que sus criados no perderán esta

oportunidad de animarla, teniendo en cuenta su amor por los animales.

¡Sabía que no me iban a rechazar a las puertas!

Por supuesto, incluso si hubiera sido el caso, habría ideado otro plan.

Por eso Kaoru había ido con una actitud optimista, y acabó

sorprendiéndose de que su primer intento realmente hubiera funcionado.

“… Ahora, comencemos.”

Kaoru ignoró las palabras del criado, enfrentándose a los seis caballos

con una expresión seria.

“Soy Kaoru. He venido aquí para cumplir el deseo de mi devoto

servidor, Carlos. ¿Quién de ustedes desea vengar a su amo?”

“¡¿Quéééééééééééééééééé?!” Gritaron sorprendidos los seis caballos.

“C-Carlos… Incluso en la muerte, piensasen nuestra joven ama… ¡A-

Aaaaaaahhh!”

“No pude hacer nada, a pesar de seguir vivo… Estoy tan

avergonzado…”

Las lágrimas cayeron de los ojos de los caballos.

“¡Haríamos cualquier cosa por nuestro amo y la joven señorita!”

“¡Nosotros también juramos lealtad y nos convertiremos en caballos

sagrados como lo hizo Carlos!”

“¡Uoooooohhh!” Se lamentaron los caballos a la vez.

“Oh, Carlos sigue vivo.”

“¡¿Quéééééééééééééé?!” Gritaron, sus lamentos cesaron bruscamente.

La gente de la casa del Vizconde Raphael se limitó a observar cómo

se alborotaban los caballos, totalmente estupefactos…