Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 4

Capitulo 31: Beliscas

Parte 2

Nos encontrábamos en la casa—no, en la tienda que habíamos alquilado.

Afortunadamente, todo lo que necesitaba para alquilarla era un pago

por adelantado, y no requería ningún molesto certificado o aval. No se

trataba de la capital, sino de un lugar apartado en un rincón del país, por

lo que el alquiler no era tan elevado, a pesar de ser una ciudad de tamaño razonable. La zona de tiendasdeledificio no era muy grande, pero la zona de estar tenía un tamaño decente. Después de todo, no sólo iba a vivir con Emile y los demás, sino que Roland y Francette también se unirían.

Iba a hacer que Emile y Belle compartieran una habitación, y que

Roland y Francette tomaran otra, pero Francette se negó rotundamente,

con la cara roja como un tomate.

“¡¿Q-Q-Q-Quéééééééé?! ¡¿Un hombre y una mujer solteros en la

misma habitación?! ¡¡¡No puedes estar hablando en serio!!!”

¿Eh? ¿Quééééééééé?

“N-No me digas…”

Sorprendida, miré en dirección a Roland, que desvió la mirada.

Ohhh… Me había imaginado que todos, excepto la realeza y los

nobles de este mundo, eran flojos en ese tipo de cosas… Espera, ¡Ahora

Francette es una noble! Y ella dijo que nunca antes había salido con un

hombre. Espera… Entonces, ¿han estado alojándose en diferentes

habitaciones en las posadas en las que nos detuvimos todo este tiempo?

“Cuando se trata de posadas, teníamos que mantener los gastos de

viaje bajos, y yo tenía mi deber de protegerlo. ¡Eso era trabajo! ¡Esto es

diferente!”

Ya veo… Así que no le importaba quedarse en un campamento o

posada juntos, ya que esparte de su trabajo comocaballero, pero cuando se trata de vivir en la misma habitación, es una historia diferente…

¡Qué fastidio!

Por otro lado, Emile y Belle actuaban como si no fuera posible

separarlos, así que los hice quedarse en la misma habitación. Yo

compartiría mi habitación con Layette, por supuesto.

En cuanto a lo que iba a ser esta tienda…

“¿Una tienda de servicios?” Me preguntó todo el mundo.

Sí, iba a ser una “tienda de servicios”. La tienda estaría abierta desde

la primera campanada de la mañana (6 a.m.) hasta la segunda campana

de la mañana (9 a.m.), y luego desde la primera campanada de la tarde (2

p.m.) hasta lasegunda campanadade la tarde (6 p.m.). Sólo estaría abierto

mientras todo el mundo se iba a trabajar y volvía del trabajo. No tenía una

necesidad imperiosa de dinero, así que no quería trabajar más de lo

necesario. Prefería emplear esetiempo en buscaruna pareja para casarme.

Y para los productos de nuestra tienda…

Saqué las estanterías y los expositores que habíamos utilizado en el

Atelier de Layette de la Caja de Objetos y los puse en la zona de la tienda.

Y allí coloqué los productos que había elegido personalmente. Pan duro,

cecina, cubos de sopa deshidratada, verduras secas y frutos secos. Sólo

vendería alimentos que no se estropearan fácilmente.

Además, dispuse de cantimploras, cuchillos, capas y sombreros para

aquellos que tuvieran necesidades repentinas de viaje y tuvieran que

comprar algún equipo. También había especias, hierbas, ropa interior e

incluso algunos cosméticos desechables. Fui añadiendo esos artículos de

emergencia poco a poco, de una amplia gama de categorías.

“… ¿Te preguntas por qué la ropa interior y los cosméticos se

consideran artículos de emergencia? Hablemos de eso cuando Belle y

Layette no estén aquí, Francette.”

***

Nada más llegar a la ciudad, lo primero que hicimos fue conseguir una

habitación en una posada. Después de eso, empezamos a recopilar

información de la gente aburrida de la posada y de los otros huéspedes

que se alojaban allí. Después de todo, la información era increíblemente

valiosa.

Por lo que supimos, los comerciantes tenían muchos derechos en este

país, y había una asociación de comerciantes —en otras palabras, un

gremio— que recaudaba los impuestos de otros comerciantes y hacía los

pagos al gobierno. Así que, para poder abrir una tienda, primero había

que registrarse en el Gremio de Comercio. De todos modos, necesitaba

que alguien me presentara a la gente adecuada si quería alquilar una

tienda, así que ir al gremio y preguntar por ahí era la forma más rápida de

conseguir lo que quería.

Así que me dirigí al gremio a primera hora de la mañana, llevando a

Roland y a Francette conmigo. Al fin y al cabo, tener a los adultos

conmigo haría que las cosas fuesen mucho más fáciles, en lugar de ir yo

sola, dado que parecía una niña menor de edad.

Francette parecía tener 15 o 16 años, así que, aunque era técnicamente

adulta, no era suficiente para salir adelante. Por eso también hice que

Roland la acompañara. Cualquiera que viera a Roland asumiría

correctamente que era un tipo rico de clase alta. Además, con su espada, tenía una figura imponente.

Así, la gente suponía que Roland tendría los derechos de la tienda y

sería el propietario de la misma, sólo de nombre, mientras que dejaría el

trabajo real a Francette y a mí. A mí me parece bien.

Si corriera un rumor sobre una niña comerciante, un montón de tipos

indeseables habrían decidido venir a fastidiarme. Al fin y al cabo, en

todos los mundos hay quien trata de quitarle a los débiles. Si se produjera

una discusión, podría ocurrir algo terrible… a la otra parte, claro.

Dudaba de que Roland fuera consciente del peligro que suponía para

mí o para Francette, ya que podía revelar su identidad en un momento

dado y así salir del paso. ¿Y Francette, Emile y Belle pensarían siquiera

en ser benévolos con alguien que intentara causarme daño? Después de

todo, yo no tendría piedad con nadie que le pusiera las manos encima a

Layette. ¡No, en absoluto!

En cualquier caso… cuantas menos fuentes de conflicto, mejor. A eso

se redujo todo.

“Disculpe, nos gustaría abrir un nuevo negocio…” Había pedido

indicaciones en la posada y, al llegar al Gremio, hablé con la joven

recepcionista del mostrador.

“Oh… ¡S-Si!” Sí, estaba mirando justo por encima de mi cabeza y

justo a la cara de Roland…

Bueno, Roland era un ex príncipe, después de todo, y tenía la

apariencia de serlo. Si se vistiera y montara en un caballo blanco, sería

una imagen bastante regia. No era tan extraño que una chica de recepción

de una ciudad local se desmayara por él.

“… Entonces, ¿e-en qué puedo ayudarle?”

¡E-Esta chica estaba demasiado ocupada mirando a Roland como para

escucharme! Espera, ¿era Roland tan popular entre las damas? ¿Incluso sin su título real?

Miré a Francette, que se encogió de hombros. Huh… Así que esto

sucedía muy a menudo.

“¡Nosotros! ¡Quisiéramos! ¡Abrir! ¡¡¡Un nuevo negocio!!!”

“¡No tienes que gritar! Puedo oírte.”

¡Sí, ajá!

Cuando era oficinista, hubo un tiempo en que tuve que cubrir a las

recepcionistas cuando todas cayeron enfermas de gripe. Aunque, por

alguna razón, me liberaron de mis funciones a mitad del primer día… De

todos modos, ¡un recepcionista es la cara de la empresa! Cuando no

ponen todo su empeño en su trabajo…

¡Smack!

“Disculpen. Me gustaría discutir su consulta en detalle, así que por

favor vengan por aquí.” Dijo una mujer un poco mayor que la primera

recepcionista, sonriendo, y nos guiohacia una sala de reuniones separada.

“¡Qué mala suerte! ¡Estaba ayudando a ese guap— cliente! No puedes

venir y tomar… ¡¿Eh, qué estás haciendo?! Para, tengo que ayudar a ese

guapo…” La chica de la recepción recibió un golpe en la cabeza con

documentos enrollados, y luego protestó enérgicamente mientras sus

compañeros la arrastraban.

Tal vez esto ocurría a menudo, porque fueron bastante eficientes a la

hora de suprimirla. Me alegré de que no nos asignaran a esa bicha rara.

En serio…

“Pues bien. Soy Irene, y me encargaré de atenderte hoy. Tengo

entendido que quiere abrir un nuevo negocio. Por favor, entregue una

solicitud por escrito con la ubicación, el nombre de la tienda, los

productos que maneja y/o la forma de negocio, así como el tamaño de su

negocio. Sus impuestos y cuotas de afiliación se basarán en esta

información… Por favor, tenga en cuenta que si usted reporta

información falsa en un intento de reducir los impuestos adeudados,

habrá problemas más adelante…”

Terminó su explicación con bastante rapidez, pero yo aún no había

llegado a ese paso.

“Lo siento, pero aún no hemos encontrado una ubicación para nuestra

tienda. Vinimos aquí con la esperanza de que pudiera orientarnos…”

“Oh, ya veo. No hay que preocuparse, hay bastantes personas que

hacen lo mismo. Esto nos da la oportunidad de cobrar un favor más tarde

a losagentes inmobiliariospor haberte referido, y resulta que también son

miembros de nuestro gremio.”

Pensé que se habría enfadado, pero no fue así en absoluto. Nos

presentaron a un agente inmobiliario y luego conseguimos un local, todo

gracias a la ayuda del gremio.

Tras completar oficialmente el proceso de registro, le pregunté algo

que me rondaba por la cabeza.

“La recepcionista con la que hablamos por primera vez…”

“Oh, es la nieta de la enfermera/sirvienta de nuestro señor, así que no

será despedida haga lo que haga. No es una mala chica… Supongo que

se podría decir que eshonesta, pura, fiel a sus deseos, o simplementepoco

educada…”

¡Eso no me pareció una buena chica!

Así que, en los documentos que presenté, escribí:

Ubicación de la Tienda: Barrio comercial, 3era calle.

Productos Manipulados: Todo.

Tamaño de la Empresa: 3 empleados.

Nombre de la Tienda: Belle.

No quería usar el mismo nombre de la tienda que la última vez, así

que lo cambié. Los empleados de registro seríamos Belle, Francette y yo.

Iba a hacer que Belle volviera a formarse como cazadora con Emile, pero

ella ayudaría de vez en cuando, y temía que me sancionaran por no

declarar, así que la añadí, por si acaso. No es que me faltara dinero, y la

diferencia de honorarios entre dos empleados y tres no era muy diferente.

Pensaba poner “Tienda de Conveniencia Belle” en el cartel. No iba a

llamarla conbini. Si lo hacía, cualquiera que se transportara aquí desde

Japón podría darse cuenta inmediatamente de que otro japonés ya estaba

aquí. Y si esa persona hiciera un movimiento antes que yo… Espera, ¡¿contra qué estoy luchando?!

De todos modos, los preparativos para derribar ovnis —es decir, para

abrir la tienda— estaban terminados. Ahora sólo tenía que encargar el

cartel. Había cambiado el nombre de la tienda, así que no podía reutilizar

el antiguo.

… Pero primero tenía que exponer los productos y hablarle a todo

aquel que entrase en la tienda.

Y con el cartel ya terminado, ¡era el momento de abrir las puertas!

Pero terminó siendo una apertura tranquila, ya que no había hecho

ninguna publicidad. No tenía previsto hacer una gran campaña de

marketing. Sinceramente, no quería que viniera demasiada gente, y

además no vendía nada especialmente interesante. Sólo una pequeña

tienda en la que los clientes pasaran de vez en cuando; eso era lo que

quería que fuera la Tienda de Conveniencia Belle.

Al fin y al cabo, esta tienda no era más que una fachada para que

pareciera mi principal fuente de ingresos. Si se corría la voz de que tenía

mucho dinero, suficiente para vivir cómodamente, atraería a los tipos

desagradables y afectaría a mi búsqueda de pareja. No me interesaban los

hombres que iban detrás de mi cartera.

Además, necesitaba algo que me diera la oportunidad de conocer

gente. Mi error la última vez fue pensar que tenía que ganar dinero con

mi negocio. Eso me había llevado a pensar que necesitaba una buena

medicina para venderla con beneficios. No necesitaba que mi negocio

estuviera en auge para encontraraun hombre; enrealidad,sólo necesitaba

que la gente pensara que estaba saliendo adelante con mi tienda.

Sin embargo, estar en números rojos sería demasiado, así que me

conformaría con llegar al punto de equilibrio después de los gastos de

manutención, o con obtener un ligero beneficio. Los grandes beneficios

eran totalmente innecesarios. Oh, tal vez también podría reunir los gastos

para el cuidado de Ed, aunque no me importaba usar mis ahorros en la

Caja de Objetos para eso.

Emile y Belle estaban en el Gremio de Cazadores. Es probable que

sólo se presenten y recojan información para hoy. Tenían previsto realizar tareas reales a partir de mañana.

Francette y Roland estaban descansando en sus habitaciones de arriba.

Bajarían en cuestión de segundos si tocaba el timbre de llamada, los

llamaba a gritos o tiraba de la cuerda bajo el mostrador. Así que, por

ahora, Francette podía descansar todo lo que quisiera.