Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 4

Epilogo 1: Saluden Al Nuevo Interes Amoroso

Dos días después, el miércoles. Yuichi estaba caminando a la escuela con Aiko.

“Oye, ¿cómo están tus heridas?” Aiko preguntó preocupada.

“Creo que están en el terreno de lo aceptable.” Dijo Yuichi. Su brazo izquierdo era capaz de moverse de nuevo. Aún le dolía un poco, pero podía usarlo más o menos. Su pierna derecha ya se había curado por completo el día anterior. El daño que se infligió a sí mismo con furukami era relativamente fácil de recuperar. Tal vez a pesar de haber superado sus límites, aun así, tenía suficiente energía en reserva para acelerar la curación.

“Todo ha vuelto a la normalidad después de todo lo que pasó. Casi se siente irreal…” Aiko miró a su alrededor con incredulidad mientras atravesaban la puerta de la escuela.

Los eventos que Kanako y Makina habían puesto en marcha habían provocado una conmoción en toda la escuela. Sin embargo, el impacto no pareció haber durado en absoluto. Les habían dado el martes libre, pero ahora que la escuela había vuelto a la normalidad, era como si nada hubiera pasado. Casi las únicas personas afectadas eran los clubes que usaban el gimnasio, que no podían volver a usarlo hasta que se completaran las reparaciones.

Los incidentes del día anterior habían sido contabilizados como una broma de los estudiantes que se habían quedado en la escuela debido a la niebla. El caos había continuado hasta altas horas de la noche, pero cuando los profesores, que por alguna razón habían estado profundamente dormidos, se despertaron, ya tenían todo bajo control. Obviamente, no podían haber tenido clases al día siguiente como si nada hubiera pasado, por lo que a los estudiantes se les había dado el día libre; ahora bien, sin problemas duraderos a la vista, les dijeron que reanudarían las clases normales el miércoles.

“Parece que no muchas personas recuerdan lo que pasó.” Comentó Yuichi. Muy pocas personas parecían recordar cómo el otro mundo había comenzado a fusionarse con el de ellos, o que se habían visto obligados a jugar ese extraño juego. Los que lo recordaban no podían probarlo, así que gradualmente dejaron de hablar de ello.

“¡Esta es la capacidad del mundo para normalizarse a sí mismo!” Anunció Mutsuko, luciendo algo sorprendida y algo alegre.

Según Monika, este había sido realmente un incidente a pequeña escala en el gran orden de las cosas.

En ocasiones, los Intrusos desencadenaban grandes desastres en los que morían miles de personas.

Pero incluso en esos casos, dado que la mayoría de la humanidad compartía la misma visión del mundo, por lo general simplemente lo descartaban como algo más “plausible”, como un gran terremoto o un huracán.

Lo que significaba que los Intrusos habían causado la muerte de miles de veces antes, todo con el propósito de divertirse.

Fui bastante fanfarrón, diciendo que acabaría con todos, pero no sé cómo hacerlo, pensó Yuichi.

Por ahora, sólo tendría que ayudar a Monika a recolectar las Vasijas Divinas. Después de todo, parecía que había bastantes Intrusos involucrados en esa guerra.

“¿Qué hay con esa expresión de aprensión?” Aiko preguntó frunciendo el ceño.

“¿Eh? ¿Tengo una? Lo siento…” Dijo Yuichi. No se había dado cuenta de que había estado frunciendo el ceño, pero de todos modos se disculpó. Su ira hacia los Intrusos debió de mostrarse en su rostro.

Llegaron al aula y, al cabo de un rato, apareció el profesor suplente.

El hombre dijo que Makina aún no había llegado.

Yuichi pensó que probablemente no volvería. Probablemente ya no tenía más utilidad para la escuela. La clase se desarrolló con normalidad. Después de la clase, Natsuki se acercó al escritorio de Yuichi.

“¿Al club?” Preguntó.

“Sí, pero ¿me acompañarías a entrenar después?” Ella preguntó. “¿Oh? ¿La visita matutina ocasional no es suficiente para ti?”

“Si no hago algo, terminaré de la misma manera la próxima vez que esto suceda.” Natsuki sonaba extrañamente malhumorada. Debía haberse sentido sensible por haber sido aplastada tan fácilmente por Makina.

“Hmm, no sé cómo me siento acerca de que te vuelvas demasiado fuerte…” Murmuró Yuichi, sintiéndose indeciso sobre la idea de hacer más fuerte a una asesina serial. “Pero está bien.”

Decidió confiar en Natsuki. Ella había bajado la intensidad con el asesinato en serie desde que comenzó a entrenar con él, y él no podía seguir sospechando de ella para siempre.

Mientras hablaban, llegó Aiko y los tres se dirigieron juntas al club.

“Me pregunto por qué estamos todos sentados aquí, sin hacer nada.” Murmuró Yuichi con impaciencia mientras se sentaba en el salón del club, muerto de aburrimiento.

“Supongo que, porque todavía no tenemos un tema.” Ofreció Aiko.

Dado que el club era de Mutsuko, no podían hacer nada sin ella allí.

Natsuki tenía abierto un catálogo de herramientas quirúrgicas y lo estaba leyendo con gran interés.

“… ¿Entreteniéndote sola?” Yuichi le preguntó.

“¿Cuál es tu opinión sobre los bisturíes de punta desechable?” Preguntó Natsuki, casualmente.

“¿Se supone que debo tener una opinión sobre los bisturíes de punta desechable?” Yuichi se estaba enterando que existía tal cosa.

“¡Personalmente, creo que no hay necesidad de obsesionarse con los bisturís!” La puerta se abrió de golpe y Mutsuko entró. “Si cualquier bisturí sirve, ¿por qué no probar con unos sables? ¡Vamos, Yu, antes los querías, así que preparé algunos sets!”

Mutsuko se acercó a la pizarra y dejó la bolsa grande que sostenía sobre la mesa. “No los quería.” Dijo Yuichi rápidamente. “Nunca voy a usar esas cosas.”

“¡Oh, pero antes los querías!” Gritó Mutsuko.

“¡Si en aquel entonces los hubieras tenido, los habría usado! ¡En realidad, no los quiero!”

“¡Vamos! ¡He aquí el brillo apagado de esta espada!” Mutsuko soltó el sable sujeto a su antebrazo, haciendo que la hoja se extendiera a lo largo de su brazo con un tintineo. Podría haber sido un juguete, excepto que la hoja en uso emitía un destello frío y agudo. “¡Lo remodelé desde la última vez! ¡Al ajustar el ángulo del borde, le he dado un 30% más de poder de corte!”

“¿Y qué? ¿Las remodelaciones te dan la capacidad de enfundar la hoja una vez que está fuera?” Yuichi miró a Mutsuko con ojos tan fríos como el hielo.

“Buena esa, Yu… Me diste justo donde duele.” Confesó Mutsuko. “Es cierto, esa es la única debilidad del sable… pero objetar cada pequeña cosa te hace sonar como alguien muy quejumbroso, ¿sabes?

¡Deberías ser un hombre y no preocuparte por los pequeños detalles!”

“¡No es un pequeño detalle! Y si esa es su debilidad, ¡no deberías desenvainarlo tan casualmente!”

“¡Bien! ¡Si insistes, lo haré retráctil!” Mutsuko dijo con un puchero.

Una vez que esa conversación pareció resolverse, Yuichi volvió sus ojos hacia la entrada de la habitación, donde había sentido que alguien los estaba mirando por un rato. Era Kanako, quien los miraba a través de la puerta abierta.

“¿Qué pasa, Orihara?” Preguntó.

“Um… No estoy segura de ser bienvenida…”

“Adelante. No nos molesta.” Quizás era presuntuoso que Yuichi hablara por todos ellos, pero no podía imaginar por qué a alguno de ellos le molestara.

Kanako intervino, disculpándose. Con todo lo que había sucedido, era natural que ella estuviera cohibida, pero esperaba que eso se resolviera a tiempo.

Tal vez sucedería si simplemente interactuaran como de costumbre.

Yuichi miró a Kanako de nuevo, luego lo miró dos veces.

“Interés Amoroso III” eran ahora las palabras sobre la cabeza de Kanako.

Eso la convertía en la tercera, después de Aiko y Natsuki. Yuichi no entendía por qué estaba pasando esto.

Kanako entró tímidamente en la habitación y se sentó junto a Yuichi. “Yuichi, siento lo de antes. ¿Quieres volver a salir alguna vez? Para, um, terminar lo que comenzamos…”

Los ojos de Aiko se abrieron de par en par y Yuichi la observó mientras se ponía de pie. “¿P-Podría ir con ustedes? Es sólo por una investigación, ¿verdad? No hay razón para que tengan que estar solos,

¿cierto?”

“Noro, lo siento. Es una investigación de citas, así que realmente necesitamos nuestro espacio…” Kanako abrazó el brazo de Yuichi, presionando sus generosos pechos contra él.

“¡¿Una c-c-cita?! E-Entonces tendré una cita con Sakaki, ¡y puedes ver lo que hacemos! ¡Sí, eso es lo mejor! ¡Eso te permitirá realizar una investigación objetiva!” Gritó Aiko.

“Noro… ¿de qué estás hablando?” Yuichi preguntó, desconcertado.

“Noro, lo siento mucho.” Dijo Kanako. “Estoy más interesada en la investigación subjetiva.” Su respuesta pareció paralizar a Aiko.

“Sakaki, se acerca una feria de herramientas médicas llamada Medix. ¿Quieres ir conmigo?” Preguntó Natsuki. Incluso ella parecía estar en las mismas.

“Takeuchi… ¿de verdad sigues pensando en bisturíes?” Yuichi preguntó.

“¡Ah! Como tú Nee-chan, ¡no estoy segura de cómo me siento acerca de que te conviertas en un playboy, Yu!” Declaró Mutsuko.

A pesar de lo molesto que estaba Yuichi por todo esto, pronto descubriría que esto era sólo el comienzo.

No tenía idea de que aún más molestos intereses amorosos potenciales estaban esperando entre bastidores.