Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 4

Capitulo 6: Dentro De La Imitación Del Salón De Clases Parcialmente-Isekai

Parte 1

Era lunes. Yuichi estaba caminando a la escuela con Aiko. Su expresión era grave y Aiko también parecía decaída.

“Espero que Orihara esté bien…” Dijo Aiko.

“No he intentado contactarla desde entonces.” Dijo Yuichi. “Ahora bien, me aseguré de que llegara a casa sana y salva.”

Kanako se había derrumbado en los brazos de Yuichi el día anterior. No sabía qué hacer, pero Aiko y Yoriko aparecieron poco después y lo ayudaron a hacerse cargo de ella.

Querían llevarla a un hospital, pero mientras se disculpaba, Kanako había insistido en que quería irse a casa.

Los tres la habían ayudado a volver a casa. Yuichi había querido quedarse un tiempo para cuidar de ella, pero Kanako había insistido en que la dejaran sola para descansar. Había estado preocupado, pero no había estado dispuesto a discutir cuando ella insistió tanto, por lo que se fueron.

Después de regresar a casa, Yuichi le contó a Mutsuko lo sucedido. Preocupada, Mutsuko había intentado ponerse en contacto con ella, pero al final, la condición de Kanako seguía siendo un misterio.

“Puede que se presente al club, pero si resulta que todavía está enferma en casa, iré a ver cómo está.” Dijo Yuichi.

Mientras hablaban, finalmente llegaron a la escuela.

Cuando entraron a los terrenos de la escuela, Yuichi miró al cielo. Era un gesto casual, ya que no esperaba ver nada. No obstante, contrario a sus expectativas, lo vio allí, afirmando con orgullo su existencia sobre el edificio de la escuela.

Era un castillo gigante de estilo occidental, flotando boca abajo en el cielo.

“¿Es ese?” Parecía que Yuichi finalmente podía verlo.

El castillo estaba sobre una isla flotante, que en sí misma era extremadamente grande. Las afueras estaban bordeadas de bosques, con los muros del castillo más cerca del centro. Dentro de las murallas del castillo había un patio, que rodeaba el propio castillo.

El castillo estaba salpicado de edificios más pequeños, rodeados por una estructura similar a una montaña mucho más grande.

Alrededor del castillo volaba una especie de criatura. No era un pájaro, sino un reptil, y de vez en cuando exhalaba fuego. Una criatura parecida a un lagarto con alas.

“… Eso es un… Dragón, ¿verdad?” Yuichi preguntó. El dragón no pareció darse cuenta de que estaban allí, pero pensó en lo que sucedería si eso le provocaba un escalofrío en la espalda. No había nada que un humano pudiera hacer al respecto.

“Parece que ha bajado bastante… Oye, ¿ves algo rojizo ahí arriba?” A su lado, Aiko también estaba mirando al cielo. Estaba hablando de algo aún más arriba de la isla. En lugares donde el cielo debería haber sido azul, en cambio, era de un rojo tenue.

“¿El océano?” Yuichi preguntó. “Así que no es simplemente un castillo. Un mundo entero está en el cielo allá arriba, al revés… En serio, ¿qué diablos está pasando?” Ahora que podía verlo, parecía natural encontrarlo extraño. “Quiero decir, es bastante extraño, ¿no? Pero lo que es aún más raro es que la gente no lo encuentra tan extraño…”

“Eso es cierto… Pero no puedo evitar sentir que así ha sido siempre…” Murmuró Aiko.

Todo el mundo estaba demasiado tranquilo sobre esto. No es que no pudieran verlo. ¿Cómo puedes ver un castillo flotando boca abajo en el cielo y aceptarlo como una parte normal del día a día?

Pero eso era sólo el comienzo.

Había un caballero con armadura en la entrada del edificio de la escuela. Se paraba grandiosamente a horcajadas sobre un caballo, mirando a los estudiantes mientras entraban.

“¿Quién… diablos es ese?” Yuichi estalló.

Había algo familiar en esa armadura. Parecía el conjunto que había caído al techo unos días antes.

Se estaba moviendo, tan claramente, ahora había alguien dentro de él. Con las palabras “Doce Reyes del Infierno” colgando sobre su cabeza, el hombre se paraba en la entrada, revisando a cada estudiante a medida que pasaban.

Todos los estudiantes parecían descontentos por tener que hacer fila, pero ninguno de ellos parecía tener dudas sobre la presencia del caballero con armadura.

“¿Eh? Es Rochefort de los Doce Reyes del Infierno, ¿no?” Aiko le preguntó a Yuichi, como si eso fuera obvio.

Rochefort Cielo Azul, uno de los Doce Reyes del Infierno que protegían a la Lord Demonio.

“No, quiero decir, ¿no te parece extraño?” Yuichi demandó. “¡¿Por qué hay un caballero con armadura en nuestra escuela?!”

“Oh… tienes razón.” Dijo Aiko. “¿Eh? ¿Y cómo supe que era Rochefort?” Aiko de repente pareció darse cuenta de lo extraño que era que hubiera podido reconocerlo. Escucharon las conversaciones de los estudiantes en la fila.

“¿Que está haciendo?” Preguntó uno.

“Dice que está tratando de ver si Lord Lasagna se esconde entre nosotros.”

“¿De nuevo? Ella desaparece todo el tiempo. Ella debe estar bastante aburrida en ese castillo, ¿eh?”

Lord Demonio Lasagna. También había oído ese nombre antes.

Ella era uno de los personajes principales de la historia de Kanako.

“Oye, será mejor que hagamos fila rápido para no llegar tarde,

¿verdad?” Aiko señaló la línea.

“Noro… por favor, no te adaptes a esto…” Yuichi se preguntó de nuevo cómo podía aceptarlo.

“¡Yu! ¿Crees que esto es un ataque de un nuevo usuario de Stand?” Interrumpió Mutsuko.

“¿Estás sugiriendo que había un antiguo usuario de Stand?” Yuichi preguntó.

En algún momento, Mutsuko apareció detrás de él, y Yuichi se opuso a su comentario de la forma habitual.

“¡Pero esta es definitivamente una situación extraña!” Declaró Mutsuko. “Ahora bien, mientras pienso en lo extraño que es, de alguna manera, ¡no parece tan extraño! ¡Mira! ¡Siento que esas cosas también han estado aquí todo el tiempo!”

Mutsuko estaba señalando a un gran lagarto que corría cerca. Era del tamaño de un pájaro y caminaba sobre dos patas gordas, con dos brazos pequeños que parecían puramente vestigiales. Era un terópodo, un tipo de dinosaurio.

“Noro, ¿sabes qué son estas cosas?” Yuichi preguntó.

“Son dragones, ¿verdad?” Preguntó Aiko. Ella parecía encontrarlo completamente normal, incluso cuando Yuichi la miró en estado de shock.

“No, no. ¡Mira, nunca ha habido dragones en los terrenos de la escuela!” Yuichi estalló.

“Ellos anidan alrededor del castillo y la Lord Demonio los cuida, creo.” Dijo Aiko.

“La Lord Demonio cuida de ellos…” Yuichi estaba pensando que había escuchado eso en algún lugar antes, cuando escuchó un fuerte rugido. El suelo tembló y algo vino a la vuelta de la esquina del edificio de la escuela.

Yuichi lo miró con mudo asombro.

Era una estatua gigante, tan alta como el tercer piso del edificio de la escuela. La criatura —el Coloso, probablemente— giró su cabeza con cuernos y miró a Yuichi y los demás.

Diferentes visiones del mundo…

Yuichi estaba empezando a sentir que se estaba dando cuenta de lo que eso significaba.

El término “cosmovisión” había aparecido antes de vez en cuando, y sabía, racionalmente, que podría ser una fuente de fenómenos extraños, pero antes Yuichi nunca había creído en él de todo corazón. Sin una idea tan grandiosa, en cambio, no había forma de explicar lo que estaba pasando aquí.

Podía explicar a una asesina serial como una criminal que era un poco más fuerte que la mayoría. Los vampiros y los antropomorfos podrían ser simplemente otras razas que habían existido durante mucho tiempo en secreto. Seres como el Jefe de Todo podrían ser cosas extrañas que sucedieron de vez en cuando en el largo curso de la historia humana.

Pero, ¿cómo explicar un castillo en el cielo, un Coloso andante y un caballero con armadura mirando a los estudiantes como si fuera una rutina?

“¿Qué pasa? Estás frunciendo el ceño…” Aiko preguntó desde su lado.

“Oh… sólo estaba tratando de procesar lo que estoy viendo.” Dijo Yuichi.

Aiko no parecía estar pensando en eso tan profundamente. “¿Qué piensas, Takeuchi?” Yuichi preguntó.

“Creo que es claramente un fenómeno extraño. Y me parece extremadamente extraño que todos los demás lo acepten tan a la ligera.” Dijo Natsuki con su habitual voz desapasionada.

Después de clase, Yuichi y los demás pasaron por el campo de atletismo para visitar el salón del club en el edificio de la vieja escuela. Mutsuko había convocado una reunión.

Miró el campo de atletismo, los pequeños dragones terrestres que corrían de un lado a otro. Parecía haber más ahora de los que había en la mañana.

Se preguntaba si el efecto se había extendido fuera de la escuela, pero no tenía forma de saberlo.

Había habido una neblina cubriendo los terrenos desde la hora del almuerzo, y debido a eso, la mayoría de los estudiantes habían decidido posponer el regreso a casa. Parecían asumir que se levantaría lo suficientemente pronto.

Cuando entraron al salón del club, encontraron a Mutsuko esperando frente a la pizarra, como de costumbre.

Kanako no estaba allí, pero Yuichi realmente no la estaba esperando.

“¡Ahora! Esta es una situación muy interesante, ¡pero en realidad no podemos dejar que continúe!” Declaró Mutsuko. “Como persona que lucha contra las catástrofes dondequiera que ocurran, ¡siento que debo actuar! ¡Vamos a salir de esta situación!”

Mutsuko estaba entusiasmada. Era un poco reconfortante verla actuar como siempre.

“¿Cómo saldremos de esta situación?” Yuichi preguntó mientras se sentaba.

Aiko y Natsuki también tomaron sus asientos.

“Buena pregunta. En primer lugar, ¡la situación se limita a la escuela! No hay efecto afuera. En otras palabras, ¡la solución probablemente esté en algún lugar de la escuela!” Mutsuko parecía haber investigado la situación circundante antes de que llegaran Yuichi y los demás.

“Eso es mejor que la alternativa, supongo.” Dijo Yuichi. Aun así, no estaba dispuesto a bajar la guardia. No había garantía de que el área de efecto no se expandiera.

“¡Ahora bien, la presencia de Rochefort Cielo Azul y el Coloso sugiere que tiene alguna conexión con el libro de Orihara!” Declaró Mutsuko.

“Es cierto. El parecido no puede ser una coincidencia.” Estaba de acuerdo Aiko.

Aiko había leído el capítulo más reciente publicado en Internet, por lo que le había resultado fácil entenderlo. Había algunos aspectos en los que Yuichi, que sólo había leído el único volumen publicado, no podía seguir el ritmo.

“Por cierto, Takeuchi, ¿lo has leído?” Yuichi preguntó.

“No, no lo he hecho.” Dijo Natsuki sin un rastro de culpa.

“Sí, supongo que no… ¿puedes ver el castillo en el cielo?” Yuichi preguntó, repentinamente curioso.

“Esta mañana, pude.” Dijo Natsuki. “Antes, no podía.”

Entonces, al principio, sólo había afectado a aquellos que habían leído el libro de Kanako, pero a partir de hoy, incluso estaba afectando a aquellos que no lo habían hecho. La influencia del fenómeno definitivamente se estaba expandiendo. ¿Era cuestión de que pasara el tiempo o algo lo había desencadenado? No podía estar seguro, pero Yuichi sintió que tenían que resolverlo lo antes posible.

“En cualquier caso, está claro que, de alguna manera, Orihara está involucrada.” Dijo Mutsuko. “Lo que significa que lo primero que tenemos que hacer es encontrarla.”

“¿Orihara no vino a la escuela?” Yuichi preguntó.

“Sí, hoy estuvo ausente.” Dijo Mutsuko. “¡Y casi nunca llega tarde o se ausenta!”

“Supongo que, entonces, el único lugar para mirar es su casa.” Reflexionó Yuichi. Se había sentido enferma el domingo, por lo que aún podría estar descansando.

“Ya envié a Sakiyama a petición de tu hermana.” Dijo Natsuki. “Dijo que ella no estaba en su casa.”

“Realmente desearía que dejaran de pedirle ayuda…”

Sakiyama era el subordinado de Natsuki, un hombre corpulento cuyo pasatiempo era el acecho. Vivía con Natsuki y también podía conducir un automóvil, por lo que Mutsuko lo usaba siempre que necesitaba transportar objetos grandes.

“¿Quizás sólo estaba fingiendo estar fuera?” Sugirió Yuichi. Si se sentía realmente mal, era concebible.

“Subestimas a mi acosador.” Dijo Natsuki. “Puede infiltrarse fácilmente en la casa de su objetivo y encontrarlos sin esfuerzo, incluso si están escondidos. Buscó en cada centímetro de esa casa y me informó que no había nadie allí. Basado en el olor persistente en su ropa interior y ropa, pudo inferir que Orihara había estado en su casa hasta el domingo por la noche. Parece que su padre no ha vuelto desde hace algún tiempo, pero podía oler la presencia reciente de otra mujer allí.”

“¡Eso es aterrador!” Yuichi exclamó. Ciertamente valía la pena preocuparse por la invasión del isekai, pero Yuichi aún se preguntaba si no deberían hacer algo con ese tipo primero.

“Sakiyama todavía está vigilando su casa, así que también sabemos que aún no ha regresado.” Agregó Natsuki.

“¡Espantoso!” Repitió Yuichi. “¡Llámalo ya!” Podría conducir a una tragedia si Kanako regresaba a casa mientras aún estaba allí.

“Pero debe haber una manera de encontrarla incluso si no está en casa, ¿verdad?” Preguntó Aiko. “Mutsuko, ¿no conoces algún lugar al que Orihara pueda ir?”

Mutsuko era quien mejor conocía a Kanako, así que, si ella no tenía ninguna idea, entonces no tenían opciones.