Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 4

Capitulo 5: Cita Con Mi Senpai Del Club (Con La Supervisión De La Hermanita Y Compañeros De Clase)

Parte 2

“El interés amoroso es decapitado en el gimnasio.” Dijo Kanako. “El protagonista intenta detenerlo, pero no llega a tiempo. Ese es el prólogo.”

“¿El interés amoroso muere?” Yuichi no podía decir que no debería hacerlo, pero parecía un poco extraño para una novela ligera.

“Sí… ¿es malo si ella muere?” Kanako inclinó la cabeza con gracia.

“Um, entonces… no es una cosa en la que ella realmente no murió, o es una historia de fantasía para que vuelva a la vida más tarde, o era realmente su hermana gemela la que murió, o fue una alucinación, ¿o algo así como eso?” Preguntó.

“No. Ella está realmente muerta. De lo contrario, las acciones del protagonista después parecerán una farsa.”

“¿El interés amoroso realmente nunca vuelve a aparecer?” Preguntó incrédulo.

“… En flashbacks, ¿en su mayoría?” Volvió a inclinar la cabeza con gracia, pero no fue suficiente para distraer a Yuichi de su confusión.

“Si te está dando problemas, ¿no podrías cambiarlo?” Preguntó. “¿La ha salvado en el último segundo, tal vez?”

“¡No!” Insistió Kanako. “Tengo en mi cabeza que el interés amoroso sacrifico su vida para salvar al protagonista, ¡y un dios de la muerte en forma de ángel la mató! ¡No puedo cambiarlo!”

“De todos modos, ¿qué te hizo decidir hacer eso?” Yuichi preguntó.

“Bueno, me dijeron que el impacto es lo más importante para el comienzo de una historia…”

“Así que sólo estabas pensando en el impacto… Supongo que, después de todo, no puedo aconsejarte sobre la historia.” Dijo. “Entonces animarte es lo mejor que puedo hacer. ¿Has pensado adónde ir después de esto?”

Kanako negó en silencio con la cabeza.

“Ya veo… Lo siento.” Dijo Yuichi con pesar. “Debería haber hecho más preguntas antes de venir aquí. Entonces podría haber pensado más en lugares a donde ir.”

Yuichi sólo había ido por la ciudad con chicas con las que era pariente, por lo que no sabía mucho sobre los lugares a los que solían ir los jóvenes.

“Somos estudiantes de secundaria, ¿verdad?” Preguntó. “Así que no iríamos a ningún lugar que cueste demasiado dinero… Tal vez al karaoke o al cine. Un zoológico es un poco infantil… ¿qué tal un acuario?” Incapaz de pensar en muchas cosas en particular, comenzó a nombrar cosas al azar con desesperación.

Kanako sonrió, pareciendo encontrar eso divertido. “Ah, ¿dije algo extraño?” Preguntó.

“No, estaba pensando que eres un buen chico, Joven Sakaki.”

“Por favor, no me tomes el pelo.” Dijo. Kanako era mayor que él, pero aun así a Yuichi no le gustaba que lo trataran como a un niño.

***

Aiko  y  Yoriko  siguieron  a  la  pareja  sigilosamente hacia   el restaurante y tomaron asientos a cierta distancia.

“Este es el restaurante en el que se estrelló el camión.” Dijo Aiko.

Eso fue a fines de julio, después de su campamento de verano, y parecía que los daños habían sido reparados por completo.

“Supongo que almorzarán aquí primero.” Dijo Yoriko.

“Parece que están hablando de algo, pero no puedo decir qué…” Aiko se preguntó qué se suponía que debían lograr al sentarse tan lejos.

Yoriko sólo le dio un guiño confiado. Era en gestos teatrales como ese que su relación con Mutsuko era fácil de ver. “No hay problema.

¡Puedo leer los labios!”

“Eres realmente talentosa, Yoriko…” Dijo Aiko. Yoriko era extremadamente fuerte e incluso tenía habilidades especiales como leer los labios. Su currículum era muy impresionante.

Después de que ordenaron el almuerzo, Yoriko comenzó a leer su conversación con expresión atenta. Aiko sólo miraba en silencio, sabiendo que no debería interrumpir.

“Él dice que pueden ir al karaoke, al cine o al acuario… Espera un minuto, ¡esto es realmente una cita!” Yoriko dijo con indignación después de un rato.

Ella había dicho antes que no se interpondría en su camino, pero tal como Aiko había pensado, realmente no podía aceptarlo.

“¿No está el acuario un poco lejos?” Preguntó Aiko. “Oh, pero cerca hay un museo de mariscos…”

“Ese no es más que líneas de conchas de ostras.” Dijo Yoriko. “Sólo un verdadero fanático del océano querría ir allí para una cita…”

“¿Has estado allí?” Preguntó Aiko.

“¡Los lugares que elijo en mis simuladores de citas son perfectos!” “Ahh…”

“¡Discúlpame! ¿Por qué me miras así?”

Parecía que había estado planeando lugares para ir con Yuichi. Aiko lo encontraba divertido, pero Yoriko no parecía tomarlo de esa manera.

“Debe ser material para una historia, ¿verdad?” Preguntó Aiko, cambiando de tema. “Me pregunto de qué tipo.”

“Parece que es una historia de escuela isekai, pero ella está teniendo problemas porque no ha descubierto nada… Pero es un poco injusto,

¿no crees?” Yoriko estalló. “Si es para una historia, ¡no hay límites para lo que podría pedir! ¡Incluso podría arrastrarlo a un hotel de amantes!”

“¿De qué estás hablando, Yoriko?” Aiko se sorprendió por su uso del término. Era aterrador, las cosas que los estudiantes de escuela media sabían en estos días.

“Oh, por favor, no actúes tan nerviosa.” Dijo Yoriko. “Hay novelas ligeras sobre hermanos mayores de secundaria y hermanas pequeñas de escuela media que van a hoteles de amantes, ¿no es así?”

“¿No iría eso contra algún tipo de ley?” A Aiko le costaba creer que algo así realmente existiera.

“Independientemente, está claro que Orihara se ha convertido en una poderosa rival.” Dijo Yoriko. “Ella sólo está jugando a la cabeza hueca para que mi hermano haga lo que ella quiera. Y él hará lo que ella quiera, así que no es un mal negocio…” El suspiro apático de Yoriko tenía una extraña emoción detrás.

“Hablando de eso, ¿cómo me ves a mí, Yoriko?” Preguntó Aiko. Hablar con ella así hacía que Aiko se sintiera un poco extraña. Después de todo, estaba segura de que Yoriko la odiaba.

“También estoy en guardia contigo como rival, ¿de acuerdo?” Yoriko espetó. “Pero de las mujeres en presencia de mi hermano, creo que eres una de las más seguras.”

“¿De las más seguras?” Aiko no estaba segura de cómo sentirse al respecto.

“Porque no eres agresiva.” Agregó Yoriko. “A pesar de que estaba sorprendida cuando fuiste a él esa noche en el campamento de entrenamiento!”

“¡E-Eso fue diferente! Yo estaba, um, sonámbula, y…” Para ser precisos, Aiko realmente no había estado sonámbula. Había recordado algo de eso, y aunque había sido por una especie de locura, lo había hecho todo de buena gana.

“Lo sé.” Dijo Yoriko. “Después de todo, nunca tendrías el valor para ello.”

“N-No tiene nada que ver con tener valor… Yo…” Aiko tartamudeó, sintiéndose un poco nerviosa por lo que sonaba a burla.

Mientras hablaban, llegaron los platos que ordenaron y Aiko decidió distraerse con su comida.

***

Todo se sentía un poco extraño para Kanako, caminar por la ciudad con el hermano menor de su amiga.

Era la primera vez que caminaba con un chico de este modo, pero no estaba especialmente nerviosa, tal vez porque Yuichi estaba actuando como siempre.

Kanako había tenido muchos intentos de pretendientes en el pasado, pero los había rechazado a todos. No tenía tanta confianza en su apariencia, pero sabía objetivamente que tenía un pecho grande, por lo que no había podido escapar de la idea de que eso era todo lo que estaban mirando.

Si estaban interesados en sus pechos, se deducía que, si ella tenía una relación con ellos, eventualmente tendrían hijos. Y como le había dicho a Yuichi antes, Kanako no tenía fe en su capacidad para amar a un niño.

“Um… ¿podemos hablar de algo que no esté relacionado con tu próxima novela?” Yuichi preguntó. Habían salido del café y se habían ido a caminar, y él propuso el cambio de tema con tono de disculpa.

“Sí.” Dijo Kanako. “No te preocupes por eso. Sólo quiero que actúes como siempre lo haces.” Se sentía mal por Yuichi, que se estaba esforzando tanto. Al mismo tiempo, lo encontraba lindo.

“Oh, ¿en serio?” Dijo Yuichi, luciendo aliviado. “Entonces, um… leí tu libro.”

“¿Lo hiciste?” Preguntó Kanako. “¿Por qué ahora? ¿Fue porque hoy saldrías conmigo?”

“Sí, algo así. Se lo pedí prestado a mi hermana y lo leí.” Yuichi hizo una mueca cuando vio a través de él. “No es lo que imaginaba, al escuchar a mi hermana hablar de eso. Pensé que el protagonista sería un tipo realmente duro.”

“Sí.” Asintió Kanako. “En el primer volumen, ni siquiera tiene una pelea a toda regla, y su poder no es muy bueno.” El protagonista de

¡Mi Lord Demonio es demasiado lindo para matar y ahora el mundo está en peligro!, era el héroe de las escalas. El único poder que tenía era saber cuál de las dos opciones era mejor, y desde el primer volumen, había sido completamente inútil.

“Pero fue muy divertido.” Agregó Yuichi.

Tal vez sólo estaba siendo afanoso, pero de todos modos Kanako le dio las gracias.

Y entonces ella se congeló.

Ella no sabía por qué se había congelado, al principio. Su mente había hecho una conexión, inconscientemente, y le indicó a su cuerpo que se detuviera. Pero le tomó más tiempo a su mente consciente reconocer la razón.

El mundo circundante pareció alejarse. Todo a su alrededor era confuso. Sólo quedaba una pequeña porción de ella, reflejada en un relieve vivo y brillante.

Al otro lado de Yuichi, no muy lejos, un padre y una madre caminaban con su hijo.

El niño, aún muy joven, se interpuso entre ellos, saltando y jugando.

La imagen misma de una familia feliz; eso era lo que cualquiera pensaría. Pero Kanako lo rechazó. Sabía que no podía ser verdad.

Buscó en esa imagen algún signo, por trivial que fuera, de la infelicidad que seguramente acechaba debajo. Pero no pudo encontrarlo. Ni siquiera un fragmento.

La mente de Kanako no podía aceptar lo que estaba viendo. Ella no quería entender lo que significaba.

Ver a su madre ausente, Chinatsu, sonriéndole felizmente a su hijo.

***

La madre de Kanako Orihara nunca le había dicho una sola palabra amable.

Kanako no se había dado cuenta de que eso era cierto hasta que fue a la casa de un amigo para jugar en la escuela media. Pero incluso entonces, no había nada que pudiera hacer al respecto.

¿Qué pasa si su amiga sacaba 80% en una prueba? Eso estaba por encima del promedio y recibiría elogios de su madre por tal puntuación. A veces, dijo, incluso conseguiría bocadillos extra.

Pero, ¿qué diría la madre de Kanako, Chinatsu Orihara, al respecto?

“Sabes, siempre obtuve puntajes perfectos en mis exámenes en la escuela primaria. Los problemas de la escuela primaria son tan fáciles, ¿sabes?” No era una burla abierta, pero su significado era claro: cualquiera debería poder obtener una puntuación perfecta.

Kanako había decidido, en ese caso, que sólo tenía que obtener notas perfectas. Pero cuando lo hacía, y triunfalmente le declaraba ese hecho, la actitud de su madre seguía siendo la misma.

“Sabes, Kanako, a nadie le gustan los fanfarrones. ¿Estás estudiando para intentar ganarte elogios? No es para eso. Deberías estudiar por tu propio bien.” Ella amonestaría a su hija con una sonrisa.

Cuando era muy pequeña, Kanako a menudo se olvidaba de las cosas que necesitaba para la escuela. Esto era otra cosa que no podía evitar. La profesora incluso les había dicho a sus padres que se aseguraran de que no se hubiera olvidado de nada, pero la madre de Kanako no haría eso.

No era que lo hubiera olvidado o que le hubiera resultado demasiado complicado. Estudiaría cuidadosamente todas las impresiones para saber qué necesitaba Kanako para la clase del día siguiente. Pero ella no le advertía a su hija ni se lo recordaría. Así que Kanako olvidaría algo, le gritarían y volvería. ¿Y qué seguiría?

“Lo sabía. Realmente no tienes remedio, Kanako.” Su madre se reiría como si hubiera hecho algo escandaloso. “Lo sabía desde ayer, pero si te lo dijera, no aprenderías nada de eso.” Aseguraba.

Una vez, Kanako había vomitado en la escuela. Fue por la comida de su madre, que parecía podrida.

Entonces había pasado algún tiempo en el hospital y su madre se había acercado obedientemente a su lado. Y, aun así, incluso entonces, no había mostrado signos de disculparse. “Tomé un bocado y pensé que sabía extraño, pero parecía que lo disfrutabas, así que asumí que estaba bien…”

No era suficiente para que se le considerase negligente, y ella había cuidado lo suficiente de su hija como para no invitar a comentarios. Nunca había sido violenta con ella ni había usado un lenguaje abusivo. Ella nunca dijo una palabra amable ni la apoyó, nunca.

Cuando el padre de Kanako estaba cerca, a menudo se ponía de su lado. Pero su padre estaba ocupado con el trabajo, por lo que casi nunca estaba en casa. Eso la dejaba sola con su madre.

Sus palabras, tan suaves por fuera, pero tan mezcladas con veneno, abrieron lentamente una herida dentro de Kanako.

No había nadie que la protegiera, nadie que viera cuán profundamente había sido herida.

Con el tiempo, empezó a pensar en su madre como un monstruo. Un insecto sin corazón humano. Una pobre máquina programada para actuar como una madre.

Esos pensamientos eran la forma en que Kanako se protegía del insoportable pensamiento de que una madre pudiera sentir rencor hacia su hijo.

Su madre se había ido justo después de que comenzaran las vacaciones de verano en su primer año de escuela media. Había sido una separación amistosa.

Kanako debería haber dado la bienvenida a la partida de la madre que no la amaba. Incluso si le hizo la vida un poco más difícil, no debería haber sido nada comparado con la carga psicológica que había soportado durante los años anteriores. De hecho, ese podría parecer el caso, en la superficie.

La realidad era diferente.

En realidad, Kanako sintió una profunda sensación de abandono.

Kanako había evitado volver a casa la mayoría de los días porque no había querido ver a su madre, pero tenerla completamente alejada de su vida abrió un vacío dentro de su corazón. Hizo que Kanako se diera cuenta de que no importaba cómo la tratara su madre, ella todavía amaba a su madre y quería ser amada por ella.

Un monstruo, un insecto, una máquina. Había tratado de decirse a sí misma que su madre era esas cosas, pero al final, nunca se convenció de ello.

En cambio, su corazón había seguido aferrándose a un sueño. Quizás, cuando creciera, podría comprender y perdonar a su madre. Quizás podrían mirar hacia atrás juntos y reírse de todo lo que había sucedido.

Pero con su madre lejos, eso ya no había sido posible. En lugar de ese sueño vino una profunda sensación de rechazo.

A Kanako ya no le importaba lo que le pudiera pasar a nadie.

“Fue sólo un divorcio.” Dirán algunos. “No es como si fuera un abuso, sólo un afecto insuficiente.”

Pero Kanako no se sentía así.

Poco tiempo después de que su madre la dejara, Kanako empezó a pensar en el suicidio.

***

Lo siguiente que supo Kanako era que estaba en su propia habitación, en la cama.

Extendió una mano lenta hacia la mesita de noche y miró su despertador.

Era de noche.

Se tocó la cara con las manos. Tenía los párpados húmedos. Tenía un vago recuerdo de haber estado llorando.

Yuichi debía haberla traído a casa. Se preguntó cuán preocupado debió haber estado después de verla congelarse así.

Pero cuando recordó esa tarde, se dio cuenta de que no le importaba. La vista de esa familia feliz.

Ella no podía entender.

Esa mujer no debería haber sido capaz de tal expresión. No era una persona feliz y amorosa que le sonreía amablemente a su hijo.

Era increíble.

Todo lo que esa mujer hacía era menospreciar a las personas y reírse de ellas. Simplemente no era capaz de amar a nadie.

Mientras ese fuera el caso, estaría bien. Era algo difícil de aceptar para Kanako, pero después de que su madre se fuera por un tiempo, había comenzado a pensar en las cosas de esa manera. Tal vez su madre simplemente nació de esa manera, o tal vez era algo en la forma en que había sido criada, pero Kanako había decidido que esa era la razón por la que su madre no la había amado, y estaba tratando de perdonarla por eso. Simplemente no podía odiar a su madre.

“¿Por qué…?” Murmuró Kanako para sí misma, aun sabiendo que no recibiría ninguna respuesta.

“¿Quieres que te lo cuente?” Pero de repente, había una voz. Kanako se sentó y se volvió hacia ella.

Una mujer estaba parada a la entrada de la habitación. Una mujer con gafas, a quien había visto antes.

“Primero, déjeme sofocar cualquier idea errónea tonta que puedas tener.” Dijo la mujer. “La razón por la que estoy aquí es que la puerta principal estaba abierta. No aparecí de la nada.”

“Eres la hechicera…” Susurró Kanako. La mujer que había conocido en la biblioteca aquel día cuando era niña. La mujer que había dejado un libro frente a ella y se fue. La mujer que había cambiado la vida de Kanako.

“No pensé que llegarías tan lejos. Pensé que podrías matarte cuando tu madre se fue.” Susurró la mujer, con profunda emoción en su voz.

Kanako no podía hacer nada más que mirar, estupefacta, a la mujer.

Definitivamente era extraño que una mujer a la que sólo había visto una vez, hacía mucho tiempo, entrara irrumpiendo en su habitación. Pero Kanako no pensó en echarla.

Ya no le importaba nada. Quienquiera que fuera, o lo que sea que le estuviera diciendo… Nada de eso importaba.

“Quería que sintieras desesperación, pero no puedo permitir que te derrumbes por completo.” Dijo la mujer. “Por favor, intenta controlarte un poco más. No hay forma de que pueda ganar la historia del Dios Maligno ahora, así que realmente necesito mi Plan B.”

La mujer se acercó, se puso en cuclillas y miró el rostro de Kanako. Los ojos de Kanako, reflejados en los de la mujer, estaban vacíos, pero Kanako no lo sabía.

“Bueno, olvídalo.” Dijo la mujer. “Lo que voy a decirte me mostrará tu verdadero valor. Si esto no te despierta, esto es todo. Sólo otra semilla que planté que no floreció.” La mujer puso su mano en la mejilla de Kanako. Entonces ella dijo: “Tu madre quería un niño.”

Kanako no pudo entender lo que quería decir de inmediato. Su mente estaba tan dispersa que necesitaba tiempo sólo para procesar la cadena de sonidos en palabras.

“Es decir, ella no quería una niña.” Agregó la mujer amablemente. Por fin, Kanako empezó a comprender lo que quería decir.

“¿Eso es todo?” Ella susurró.

No podía ser verdad. ¿Era eso realmente todo lo que pasaba? Pero ella no podía negarlo.

Su memoria lo confirmaba.

El sentimiento de hundimiento que Kanako siempre había tenido, de que no importaba lo buena que fuera, nunca sería amada… Había sido acertado.

“Sí. Eso es todo. La vida puede ser tan irracional, ¿no es así?” Dijo la mujer secamente, como si no estuviera demasiado interesada en ello.

Lo siguiente que supo Kanako era que se reía débilmente, con la cabeza gacha. No había nada que pudiera haber hecho al respecto. Todo había sido escrito en piedra, el momento en que Kanako había nacido en el mundo. Pero si eso era todo lo que necesitaba para evitar que la amaran, ¿qué se suponía que debía hacer?

No la habían querido. Ella no debería haber nacido.

Deseó haber sabido antes que, desde el principio, no había esperanza que pudiera perder.

“No tenía mucha fe en la ‘Escritora de Isekai’, pero supongo que vale la pena intentarlo todo.” Dijo la mujer con una sonrisa. “Ahora,

¿te sientes suficientemente desesperada por el mundo? ¿Crees que es hora de acabar con esto?”

La mujer le tendió la mano. Kanako la miró vagamente.