Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 4

Capitulo 3: Monika Y Su Alegre Banda

Parte 1

Después de pasar un tiempo con Yuichi y los demás en el techo, Kanako se negó a almorzar con ellos y luego se fue directamente a casa.

“Ya regresé.” Dijo Kanako mientras abría la puerta, pero no había nadie para saludarla.

Técnicamente, vivía con su padre, pero su padre siempre estaba ocupado con el trabajo y casi nunca en casa. En la práctica, básicamente vivía sola.

La madre de Kanako se había ido de casa cuando Kanako estaba en la escuela media; un divorcio amistoso.

El mundo había asumido que la causa había sido su padre, por descuidar su vida familiar en favor del trabajo.

Fue alrededor de la época en que Kanako había comenzado a pensar en suicidarse. Sin embargo, después de conocer a Mutsuko, se volvió incapaz de seguir adelante.

Hoy, Kanako había subido al techo para poner a prueba la maldición de Mutsuko. Por extraño que parezca, el propósito era darle coraje. Si no podía suicidarse, no tenía más remedio que dar lo mejor de sí misma.

Entró en su habitación, se cambió y se acostó un rato.

Había estado pensando todo este tiempo en lo que había visto en el techo.

Si ese era el castillo de Zalegrande, entonces quizás se había encontrado con algo que la llevaría a un isekai. Eso sería maravilloso. El problema era que era el castillo lo que formaba parte de su historia.

No era el Castillo Zalegrande lo que había visto en su juventud y todavía veía en sus sueños. El Castillo Zalegrande original era hermoso, pero mucho más sencillo. Cuando había decidido poner su historia allí, Kanako había agregado más torres y demás, y el castillo que había visto hoy las tenía. Las altas torres blancas y negras eran especialmente llamativas.

Yuichi no parecía haberlo visto, pero Aiko sí, lo que significaba que no era una alucinación.

Mientras su mente daba vueltas sobre el significado de ese castillo al revés y la armadura cayendo, Kanako se inquietó y finalmente se sentó. No tenía tiempo de distraerse con asuntos tan ambiguos.

Fue a la cocina y se comió las sobras del sofrito improvisado que había preparado la noche anterior, regresó a su habitación, se sentó en su escritorio y encendió su computadora portátil.

Su novela había sido publicada hace unos días y ahora tenía que escribir el segundo volumen. Era un cronograma agotador, sin tiempo para descansar.

Kanako se lanzó a la tarea. Sabía hacia dónde iba la trama, así que ahora todo lo que tenía que hacer era escribir, escribir, escribir.

Mientras sus dedos bailaban silenciosamente sobre las teclas, el sonido de su teléfono celular sonando la devolvió a sí misma.

Ella respondió rápidamente. Era su editor.

“Lamento molestarte tan tarde en la noche.” Dijo el editor. “¿Podría tener un minuto de tu tiempo?”

¿De verdad era tan tarde? Se preguntó Kanako. Comprobó la hora y descubrió que en algún momento había pasado de la medianoche.

“Sí, ¿qué necesita?” Ella preguntó. “Terminé la mitad del segundo volumen de Lord Demonio, así que la fecha límite no debería ser un problema…” Pensando que era una llamada de motivación, Kanako decidió cortarla de raíz. No necesitaba que él la regañara por algo que ya estaba resuelto.

“Um, lamento decir esto, pero el segundo volumen ha sido retrasado.” Dijo incómodo.

Las palabras la dejaron muda. Se sintió hundirse hacia atrás en un abismo.

“¿Hola? ¿Hola?” La voz volvió a llamar, sonando terriblemente lejana.

Las realidades de las publicaciones eran duras hoy en día. Si las ventas no eran lo suficientemente buenas, tu trabajo podría ser cancelado con el simple movimiento de una mano. Ella lo sabía y lo había temido, pero había pensado que había sido capaz de evitarlo.

“Um… pero dijiste que se estaba vendiendo bastante bien, ¿no es así?” Preguntó débilmente. “Aprobó la trama del segundo volumen y yo he estado trabajando en el manuscrito…”

Apenas logró sacar las palabras de su garganta, pero podía escuchar su voz temblando. Le habían dicho que el volumen 1 lo estaba haciendo bien. Le habían dicho que lo construyera como una serie porque tenían la intención de seguir publicándolas.

“Um, bueno, no dije que se canceló.” Dijo el editor. “Sólo que ha sido retrasado…”

“Pero así es como funcionan estas cosas, ¿no?” Estalló. “¡Se ve todo el tiempo! No dirán claramente que el libro se acabó, simplemente dejarán de publicarlos…” Ella había perdido el control de su tono. Lo siguiente que supo fue que las lágrimas corrían por sus mejillas. Sólo ahora se daba cuenta de cuánto había invertido en esa historia.

“Está bien.” Dijo rápidamente el editor. “Será publicado, lo garantizo. Sólo queremos que escribas otra historia. Enviaste algunas tramas, ¿no es así? Estábamos pensando en sacar uno de esos primero.”

Eso calmó un poco a Kanako. “… Entendido. ¿Quieren aquel en el que el héroe se divide en siete personas?”

“¿Qué? ¿Tenías una trama tan desafiante? No, me refiero a aquel en el que la escuela es absorbida por un isekai…”

“Um… ¿tiene que ser ese?” No tenía mucha confianza en esa historia. Le habían pedido que presentara todos los argumentos que tenía en mente, pero en realidad nunca había planeado escribir ese.

“Sí, eso es lo que quiere el presidente. Nos gusta la trama básica, pero creemos que le falta algo. ¿Podrías fortalecer al protagonista? Con uno de esos tipos ‘más fuertes del mundo’, ¿tal vez agregar algunos elementos del ‘modo dios’? Esos son muy populares últimamente. Podría ser difícil vender sin él.”

“Sí, um… está bien. Lo pensaré…” Murmuró Kanako. Una historia escolar. Una historia de protagonista en modo dios. Ambos eran campos en los que Kanako era deficiente, pero no podía rechazar el trabajo.

“Nos gustaría publicarlo en noviembre en lugar de Lord Demonio, así que, por favor, comienza de inmediato.” Dijo el editor.

“… En este momento estamos a principios de septiembre, ¿no es así?” Kanako estaba empezando a sentirse un poco mareada. Tendría que escribir un libro completo basado en algo para lo que sólo tenía un bosquejo aproximado de la trama. En la práctica, considerando todo lo demás en su agenda, tendría menos de un mes para hacerlo.

“Todavía estamos en modo de inicio, por lo que debemos garantizar una cierta cantidad de títulos.” Explicó el editor. “Sé que es pedir mucho, pero esperamos que encuentres la manera de hacerlo realidad.”

La conversación había terminado, pero todo lo que Kanako pudo hacer fue agarrar su teléfono y mirar al vacío. “¿Que voy a hacer…?”

Una historia escolar, sobre estudiantes. Kanako tampoco sabía mucho sobre ellos.

***

Era el segundo día del segundo período.

Para variar, Yuichi estaba caminando a la escuela con Mutsuko. “Oye, Yu, ¿cuándo fue la última vez que fuimos a la escuela

juntos?” Mutsuko parecía estar aún más animada que de costumbre.

“Por lo menos, antes de entrar en la escuela secundaria.” Dijo. La idea de caminar a la escuela con su hermana mayor lo avergonzaba. Pero al mismo tiempo, ver a Mutsuko tan abiertamente feliz por eso hacía que Yuichi se preguntara si estaba siendo demasiado terco.

“Apuesto a que estás así tipo: ‘¡Si camináramos juntos a la escuela, todos nuestros amigos esparcirían rumores sobre nosotros! ¡Es vergonzoso!’.” Mutsuko dijo la línea, Yuichi estaba seguro de haberla escuchado antes, con entusiasmo.

“No, pero ¿qué clase de chico en la escuela secundaria quiere caminar a la escuela con su hermana mayor todos los días?” Preguntó.

“¿Estás diciendo que hay algo vergonzoso en que unos hermanos caminen juntos a la escuela?” Mutsuko se llevó una mano al pecho con exagerada indignación.

“¡Es menos que seamos hermanos y más que me avergüences!” Replicó.

Como de costumbre, la teatralidad de Mutsuko, sin tener en cuenta lo que pensaban los que la rodeaban, la había convertido en el centro de atención. Era difícil ignorar a alguien que reaccionaba de forma exagerada a todo a su máximo volumen.

Justo cuando estaba comenzando a lamentar su decisión de caminar a la escuela con ella después de todo, Aiko se unió a ellos. “¡Buenos días!”

Nero estaba a su lado, en su forma de perro, tal como lo había estado ayer. Nero había decidido servir como su guardaespaldas hasta que ella llegara a la escuela. Aiko había tenido su despertar como un vampiro, aunque de forma incompleta, lo que significaba que los habitantes del mundo de las tinieblas ahora tenían sus ojos puestos en ella. Yuichi no conocía la historia completa, pero había escuchado que algunas personas podrían intentar matarla.

“¡Noro! ¿Dijiste que viste algo extraño en el cielo? ¿Qué hay de ahorita?” Mutsuko preguntó con entusiasmo, abordando el tema en el momento en que llegó.

Aiko miró al cielo sobre la escuela. “Yo… supongo que no puedo verlo en este momento. Ahora bien, ayer sucedió lo mismo. Después de que dejé los terrenos de la escuela y me di la vuelta, ya no podía verlo.”

“Bueno, ¡será mejor que vayamos al techo y echemos un vistazo!” Mutsuko declaró. “¡Reunámonos todos allí durante el almuerzo! Ah, y mientras estamos ahí arriba, ¿quizás podamos almorzar alrededor de la armadura?”

“¿Qué tipo de plan es ese?” Yuichi preguntó. Además, ¿no subirían otras personas al techo durante el almuerzo? La armadura caída podría causar una gran conmoción…” Pero ya había una conmoción en curso.

Cuando Yuichi llegó a la puerta de la escuela, lo primero que vio dentro fue una gran multitud de estudiantes, mirando al cielo y hablando entre ellos. Con un mal presentimiento en su estómago, Yuichi pasó rápidamente por la puerta.

“¡Ahí! ¡Hay algo flotando!”

“¿Qué? ¿Seguro que no estás loco?”

“¿Qué? ¿Yo también estoy loco? ¡Obviamente hay algo ahí!” “¡No entiendo nada de lo que están hablando!”

La atmósfera se sentía un poco peligrosa. Yuichi miró al cielo como el resto de ellos, pero no podía ver nada.

“Ah… de hecho puedo verlo…” Aiko llegó a su lado y miró hacia el cielo.

“¡Eso es increíble!” Gritó Mutsuko. “¿Qué es? ¿Un castillo al revés? Veo las murallas del castillo, pero no parece haber mucho énfasis en la defensa… Hmm, no puedo identificar el estilo arquitectónico, pero supongo que es menos un castillo y más un palacio, ¿eh? ¿Una cuestión de estilo sobre sustancia?”

“¿Eh…? Nee-chan, ¿puedes verlo?” Yuichi preguntó.

“¡¿Eh?! ¡No puedo creerlo! Yu, ¿no puedes verlo?” Dijo Mutsuko con un tono teatralmente burlón.

“¡Maldita sea! Me siento tan excluido…”

No parecía que todos pudieran verlo, lo que significaba que los estudiantes reunidos alrededor de la puerta estaban divididos en los que podían y los que no. Parecía que había más estudiantes que no podían verlo, pero suficiente de los que si como para que no pudiera ser descartado como una mentira o un producto de su imaginación.

“Me pregunto qué está pasando aquí…” Yuichi forzó la vista mientras miraba hacia el cielo sobre la escuela, pero nada había cambiado. Seguía sin poder ver algo.

Tener un castillo flotando en el cielo definitivamente era una situación extraña, pero eso era todo. No parecía afectar a los estudiantes en el terreno de ninguna manera.

Por supuesto, ninguno de los estudiantes estaba tan obsesionado con el extraño castillo como para estar dispuesto a llegar tarde a clase, por lo que el caos se rectificó naturalmente.

Fue un tema de conversación recurrente dentro de la escuela, pero como no había pruebas, ninguna discusión pudo resolverlo. Aquellos que pudieron ver el castillo finalmente comenzaron a renunciar a tratar de convencer a los demás de que estaba allí.

“Sakaki, ¿no prometiste venir a mi restaurante?” Tomomi estaba esperando frente al salón de clases con una sonrisa en su rostro. Pensando que no era un tema para discutir en el salón de clases, Yuichi llevó a Aiko y Tomomi a un rellano en una de las escaleras menos populares.

“Lo olvidé. Lo siento.” Yuichi no había pensado mucho en la promesa unilateral de Tomomi. Se había ido a casa con Aiko y había comido en un restaurante diferente.

“Vaya, eres tan bueno haciendo que parezca que es el final de la conversación. Verdaderamente asombroso, Sakaki…” Tomomi se había enojado, pero, al parecer, la actitud de Yuichi le había quitado las ganas de pelear.

“Supongo que es por eso que es tan desvergonzado al respecto…” Dijo Aiko.

A Yuichi le molestó un poco escuchar siquiera a Aiko decir eso.

“Bueno, si lo olvidaste, lo olvidaste.” Dijo Tomomi. “¿Pero podrías venir hoy en serio después del club? Quiero escuchar el resto de la historia.”

“Ok.” Yuichi asintió después de que ella lo presionó. En cualquier caso, probablemente sería bueno que hablaran de ello. Ella podría saber algo que le sería útil.

Llegó la hora del almuerzo.

Con la lonchera en la mano, Yuichi y los demás, Mutsuko, Aiko y Natsuki, se dirigieron al techo.

Una vez que llegaron, Yuichi inmediatamente hizo un balance de la situación. La armadura que había caído allí ayer había desaparecido, y los otros estudiantes en el techo no mostraban ningún signo de pánico.

“Se ha ido.” Dijo Aiko.

“Sí, se fue.” Respondió Yuichi a la ligera, luego fue a comprobar el lugar donde había caído la armadura el día anterior. Había bastante daño en el piso, pero eso no era una prueba infalible de que algo hubiera caído allí.

“¡No está aquí! ¿Dijiste que cayó aquí?” La decepción de Mutsuko era evidente, lo que hizo que Yuichi se sintiera un poco culpable, a pesar de que en realidad no había hecho nada malo.

“Ya no está, pero… Oye Noro.” Dijo Yuichi. “¿Todavía hay un castillo en el aire?”

“Sí… ¿eh? Se siente como si se hiciera más grande… ¿está descendiendo?” Aiko dijo confundida mientras miraba al cielo.

“¿Ves algo, Takeuchi?” Preguntó Yuichi.

“Nada.” Dijo Natsuki, también mirando al cielo.

“¿Qué podría significar? ¿Alguien se llevó la armadura?” Yuichi se preguntó.

Según Kanako, la armadura era bastante pesada; unos 30 kg. Debería haber causado una gran conmoción si alguien la hubiera encontrado allí.

“Ya veo.” Comenzó Mutsuko. “La falta de conmoción indica que alguien se la llevó en silencio antes de que fuera descubierto por el alumnado. Ese sería el pensamiento lógico. ¡Pero!” Ella levantó un dedo, su expresión era la de alguien a punto de levantar un brillante contrapunto. “Consideren esto: ¡¿qué pasaría si la armadura se levantara por sí sola y se alejara en medio de la noche?!”

“Eso tuvo mucho sentido, ¡hasta el ‘pero’!” Yuichi exclamó. Si eso contaba como una hipótesis legítima, entonces nada estaba fuera de los límites.

“Um, pero no podemos decir con certeza que eso no sucedió…” Murmuró Aiko. Ella no debe haber encontrado nada extraño en la idea de que una armadura se aleje sola.

“¿Quizás hubo una conmoción en la mañana, y la llevaron a objetos perdidos y encontrados?” Natsuki señaló con la cabeza fría.

Dado el alboroto por el castillo volador esa mañana, era posible que la conmoción por la armadura hubiera sido eclipsada por eso. Si era así, podrían averiguar más yendo a la oficina de los profesores… pero “¿Encontraron alguna armadura en el techo?”, sería una pregunta difícil de hacer.

“¿Quizás el dueño salió del cielo y la recogió?” Ofreció Aiko, sonando como si estuviera tratando de proponer cualquier cosa que se le ocurriera.

“Es más lógico que afirmar que la armadura simplemente se fue a alguna parte…” Yuichi estaba empezando a tener una sensación vagamente incómoda por todo esto.

Después de clase, se dirigieron al salón del club.

Entraron en el edificio de la vieja escuela y subieron las crujientes escaleras de madera hasta el segundo piso. En el otro extremo del pasillo estaba el salón de reuniones del club de supervivencia.

El edificio viejo de la escuela se usaba para los clubes de artes liberales, pero Yuichi no sabía nada sobre los otros clubes que se reunían allí. Todo lo que sabía era que el salón del club de periodismo estaba al lado del de ellos.

Como de costumbre, la habitación se llenó de un desorden aleatorio. Kanako estaba sentada en la mesa larga, apoyando la cabeza sobre ella. Su mirada era distante, lo cual no era inusual, pero hoy había algo especialmente apático en ella.

“Orihara, ¿no viniste aquí con Nee-chan?” Yuichi preguntó.

Kanako se sentó al darse cuenta de que Yuichi estaba allí. “Parece que la mayor de los Sakaki está ayudando a una amiga con una lección. Aunque, dijo que vendría pronto.”

“… ¿Nee-chan tiene amigos en la escuela?” La idea fue un leve shock para Yuichi. Sabía que Mutsuko tenía amigos extraños, pero no podía imaginar que se llevara bien con la gente normal de la escuela.

“Qué grosero de tu parte decir eso.” Dijo en tono de broma Kanako. “Soy una de sus amigas, ¿sabes?”

Kanako técnicamente era un poco extraña, pero Yuichi no iba a decir eso en voz alta.

“Joven Sakaki, ¿qué estás haciendo aquí solo?” Preguntó Kanako. “¿Dónde están Noro y Takeuchi?”

“Hoy están de servicio de limpieza, así que vine temprano. ¿Te pasa algo, Orihara?” Yuichi agregó mientras se sentaba frente a ella.

Kanako siempre había tenido un aire indiferente sobre ella, y era difícil saber lo que estaba pensando, de una manera diferente a la cara de póquer de Natsuki, pero hoy algo en ella parecía diferente.

“Supongo que tengo algo en mente.” Kanako le dio una sonrisa lúgubre.

Yuichi cambió de tema. “Por cierto, la armadura que estaba en el techo ayer, ya no está. Me pregunto qué hay con eso… Parecía que sabías qué tipo de armadura era, ¿verdad?”

“Era una armadura pesada, del tipo que usa la caballería.” Dijo Kanako. “Cubría la cabeza hasta las rodillas, lo que permitía a un jinete montar a caballo y disparar un arma. Aun así, no importó cuán resistentes hicieran las armaduras, los avances en armas de fuego siempre las superaron, por lo que finalmente las dejaron por completo a un lado.”

Yuichi recordó. Ahora que lo había mencionado, no había armadura debajo de la rodilla. Así que esa era la armadura completa, tal y como estaba.

“Um, ¿por qué querías ir al techo, Orihara?” Preguntó. Tal vez era de mala educación preguntar eso de nuevo, después de que ella ya se había negado a responder una vez, pero Yuichi tenía mucha curiosidad.

“Me preguntaba si ahora podría suicidarme.” Dijo. Yuichi se congeló. ¿Hablaba en serio?

Kanako rió. “Sabía que te sorprenderías. Tu hermana diría ‘eso es aburrido’ de inmediato.”

“Um, ¿puedo preguntar por qué querrías hacer eso?” Aventuró Yuichi.

“Es muy simple.” Dijo Kanako. “Mi historia recibió una crítica terrible en Internet. Me dieron ganas de suicidarme.”

“… Eso es bastante drástico…” No sabía qué crítica estaba recibiendo, exactamente, pero hizo que Yuichi se preocupara por su estado mental.

“Pero una vez que estuve en el techo, no pude encontrar el valor para suicidarme, así que eso lo confirmó.” Dijo. “Significa que tendré que seguir batallando.”

Yuichi no estaba seguro de cómo responder a eso. Era un problema más allá de lo que podría manejar un estudiante de primer año de secundaria.