Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 4

Capitulo 1: Un Camino Accidentado Hacia El 2do Período

Parte 1

Una niña de aproximadamente en la edad de escuela primaria estaba muy ocupada con un plato de waffles de fresa.

Estaban sentados en un café con un ambiente moderno. Era de noche, pero la iluminación del restaurante mantenía las cosas tan brillantes como el día. Yuichi estaba en una mesa junto a la ventana, mirando a la chica sentada frente a él con una expresión escéptica.

“Dijiste que estabas en problemas, ¿verdad?” Aiko Noro, una pequeña chica de su edad sentada en el asiento junto a él, parecía confundida.

Era una mesa con capacidad para cuatro. La niña estaba sentada frente a Yuichi y Aiko.

“Parece que le ha dado prioridad a su merienda.” Comentó Yuichi.

La blusa blanca de la niña, la corbata de mariposa verde y la falda índigo sugerían un uniforme de escuela primaria. Llevaba el cabello recogido en una cola de caballo con una cola. Era una chica delicada, con un aura de inocencia juvenil aun en ella.

Estas habían sido las primeras vacaciones de verano en la escuela secundaria. Yuichi y el resto de su club de supervivencia, del cual Mutsuko era la presidenta, habían ido a la sospechosa isla Kurokami para un campo de entrenamiento. Allí les habían sucedido varios incidentes extraños, pero los habían superado.

Luego, pocos minutos después de llegar a la ciudad, se había enfrentado a esta chica.

Hubiera tenido muy mal aspecto, desde una perspectiva social, tener una discusión con una niña pequeña en medio del tráfico peatonal. Y de lo que tenían que hablar tampoco era algo que debiera discutirse de pie. De modo que fueron a un café con un ambiente tranquilo y tomaron el asiento más cercano a la ventana delantera.

A través de la ventana, podía ver un perro sentado afuera, fielmente. Era el hombre lobo, Nero. Estaba en forma de perro, así que, naturalmente, no podía entrar al restaurante.

“¿Es el Lector de Almas algo que puede ser tomado y devuelto?” Aiko le preguntó a Yuichi, refiriéndose a lo que había iniciado toda esta conversación.

¡Ahí estás! ¡Oye! ¡Devuélveme el Lector de Almas! ¡Voy a estar en grandes problemas sin él! Le había dicho la niña.

“No sé.” Dijo. “Nunca lo había pensado.”

El Lector de Almas era la capacidad de ver palabras sobre la cabeza de una persona. Las palabras parecían revelar algo sobre el carácter de esa persona.

Yuichi aún podía ver esas palabras, incluso ahora. Aiko a su lado mostraba “Interés Amoroso”, y la gente en el restaurante era “Ama de Casa.”, “Hombre de Negocios”, “Camarero” y cosas por el estilo. Afuera, la palabra sobre la cabeza de Nero era “Fenrir”. Pero de todas ellas, la niña que se llenaba la cara de dulces era la única que no tenía palabra alguna.

Yuichi había visto muchas palabras diferentes desde que la habilidad se había manifestado por primera vez, pero esta era la primera vez que veía a alguien sin palabra alguna.

Yuichi había estado tratando de ignorar la habilidad. Si pudiera devolverla, estaría feliz de hacerlo. Pero no recordaba haberla tomado nunca de alguien, y no tenía idea de cómo devolverla.

Esto no implicará sacarme los ojos, ¿verdad? Yuichi se preguntó, recordando algo que su hermana mayor, Mutsuko había dicho.

Él habló. “No te conozco. Pero me conoces, ¿verdad? Si pudieras explicar las circunstancias, realmente lo agradecería.”

Esta chica era claramente alguien extraordinario. Sabía sobre el Lector de Almas, y el hecho de que no hubiera ninguna palabra sobre su cabeza la hacía aún más sospechosa.

“Jolovieen…” La niña farfulló con las mejillas llenas. Parecía que no podría hablar por un tiempo. La niña tenía un aire bastante maduro, a pesar de su edad, pero claramente todavía era una niña cuando se trataba de golosinas.

“Sabes, Nee-chan habría elegido un asiento más atrás.” Le dijo Yuichi a Aiko para matar el tiempo. “Evitando el lado de la ventana.”

“¿Por qué?” Aiko preguntó de nuevo confundida.

“Para estar en guardia en caso de un ataque.” Respondió. “También le permite establecer una posición en la que pueda ver todo el restaurante y comprobar a todos los que entran y se van.”

“¿Pero no haces eso, Sakaki?” Preguntó Aiko.

“De ninguna manera. Es una molestia. De todos modos, ¿quién siquiera intentaría atacarnos?”

“¿Eh?   Conociéndote,  mucha   gente…”   Dijo   Aiko,                 luciendo sorprendida.

Yuichi decidió no decir nada más sobre el tema.

Por fin, la niña terminó su waffle y se palmeó el estómago con satisfacción. “¡Eso estuvo delicioso! ¡Gracias!”

Aparentemente, ellos pagarían por el postre. Aunque era difícil discutir con una estudiante de primaria sobre dinero, así que Yuichi sólo hizo una mueca y lo aceptó.

“¿Entonces? Por cierto, no tenemos idea de lo que está pasando.” Una vez más Yuichi se dirigió a la niña.

“Escucha, sólo quiero recuperar el Lector de Almas, así que, ¿hay alguna forma de que puedas devolverlo sin más preguntas y sólo decir adiós?” Preguntó la niña.

“Personalmente estaría totalmente de acuerdo.” Dijo Yuichi. “¿Pero me va a causar problemas más adelante?”

A Yuichi ciertamente le encantaría devolver el Lector de Almas, y si ella no quería explicar la razón, él no la obligaría a hablar. Pero se sentía incómodo al no conocer las circunstancias que lo rodeaban. Devolverlo no necesariamente lo liberaría de lo que estaba pasando.

“Buen punto.” Dijo la niña. “Bueno, las partes que puedo contar definitivamente son una historia extraña…” Se cruzó de brazos y frunció el ceño, pensativa.

“Ya he pasado por muchas cosas raras gracias a estos ojos. Estamos bastante inmunizados a las historias extrañas, ¿verdad?” Yuichi miró a Aiko.

Ella asintió. Había empatía entre ellos, como dos personas que habían pasado juntas por una serie de situaciones extrañas.

“No nos hemos presentado todavía, ¿verdad?” Preguntó la niña. “Soy Monika Sakurazaki. ¿Qué hay de ustedes, chicos?” Monika habló claramente, tal vez aliviada por su actitud.

“Soy Yuichi Sakaki.”

“Soy Aiko Noro, la compañera de clase de Sakaki. Encantada de conocerte.”

“Yuichi y Aiko, ¿eh?” Preguntó Monika. “¡Encantada de conocerlos!”

“Usando nombres de pila, ¿eh?” Aiko frunció el ceño, aparentemente no le gustaba que alguien más joven que ella se dirigiera a ella de manera tan informal.

“Oye, relájate. Ustedes también pueden llamarme Monika. Ahora, sobre la historia… déjame preguntarte, ¿conoces el término ‘Portador de la Cosmovisión’?” Preguntó la niña, experimentalmente.

“Sé lo suficiente.” Yuichi había escuchado mucho sobre las cosmovisiones y los portadores de cosmovisiones de su compañera de clase Tomomi. La idea era que todos vivían en su propio mundo, y había tantos mundos como personas. La “cosmovisión” se refería a las leyes que gobiernan un mundo determinado.

Si bien había miles de millones de mundos por ahí, eran fundamentalmente iguales en la mayoría de los aspectos, razón por la cual todos podían unirse para hacer un mundo único y consistente, a pesar de diferencias menores.

Pero algunos mundos iban mucho más allá de las diferencias “menores”. Todos esos mundos altamente divergentes tenían una figura central, la personificación de ese mundo, conocida como el Portador de la Cosmovisión.

Aiko probablemente no sabía nada de esto, pero Yuichi decidió que se lo explicaría después, e instó a la chica a continuar.

“Eso debería acelerar las cosas.” Dijo Monika. “Yo también soy una Portadora, y una un poco especial, porque soy consciente de lo que soy. Una Portadora que se da cuenta de su propia naturaleza no puede permanecer en su propio mundo. Son expulsados. Estos Portadores especiales se denominan Intrusos.”

“¿A qué te refieres con ‘expulsados’?” Yuichi preguntó.

“Hay algunas escuelas de pensamiento diferentes en términos de cómo se perciben las visiones del mundo, pero yo las veo como historias.” Dijo. “Si alguien dentro de la historia se da cuenta de que está en una historia, la historia pierde su metaestructura y deja de existir. Así que el mundo expulsa de la historia a cualquiera que se dé cuenta de la historia. Fuera de su destino. O eso se dice.”

“Entonces, el hecho de que no pueda usar el Lector de Almas para ver tu palabra es…”

“Porque soy una Intrusa. Los intrusos no tienen un papel en ningún mundo.” Había veneno en la voz de Monika cuando dijo las palabras.

“Parece que realmente odias a estos intrusos…” Aunque eres uno de ellos, pensó Yuichi.

“Sí.” Dijo ella. “Están podridos hasta la médula. Irremediablemente malvados, y me temo que algún día podría resultar así. Por eso… quiero volver a cómo eran las cosas. Así es como empezó todo esto.”

“No lo entiendo.” Dijo Yuichi. “¿Por qué existir fuera del destino hace que alguien sea malvado?”

Por la forma en que estaba hablando, originalmente todos habían sido seres humanos. Era difícil entender cómo se podía pasar de eso a “podrido hasta la médula”.

“En el momento en que un Intruso es expulsado del destino, se vuelve intemporal y eterno.” Dijo. “Por ejemplo, ¿cuántos años crees que tengo?”

“¿Diez o algo así?” Yuichi la había catalogado como estudiante de quinto grado.

“En realidad tengo dieciséis años. Podría ir a la misma escuela secundaria que tú ahora mismo. Pero me convertí en una Intrusa en quinto grado, y me he visto así desde entonces. La chusma de los intrusos han estado vivos durante cientos de años, sin cambiar nunca su apariencia.”

Era difícil de creer, pero era cierto que Monika no sonaba mucho como una niña en este momento.

“Al principio, todo lo que hacen es angustiarse por ser expulsados. Pero pronto, se aburren e intentan imponerse en las historias. Usan las habilidades que obtienen de su cosmovisión para alterar los mundos de otras personas. Son basura que se autodenominan dioses. Y para los humanos en el interior, tal vez eso es lo que son. Mirando hacia abajo a la humanidad desde sus torres de marfil, jugando con el destino… Inalcanzable para los humanos en el interior.” Había un disgusto en las palabras de Monika, sugiriendo que ella no quería terminar de esa manera.

“¿Qué quieres decir con ‘habilidades’?” Yuichi preguntó. “¿Tienen poderes psíquicos o algo así?”

El simple hecho de existir fuera del destino no parecía convertirlos en una amenaza, pero si tenían otras habilidades, eso podría ser un problema.

“Tienen el poder, se podría decir, de estructurar sus visiones del mundo… para reforzarlas, supongo. Por ejemplo, mi mundo era ‘Un pequeño mundo irremediablemente romántico’. Mi cosmovisión estaba enfocada completamente en el amor. Mi habilidad se llama ‘Esa Primera chispa’, en pocas palabras, puedo manipular el afecto.”

“¿C-Cómo usas eso?” Aiko, que anteriormente había estado mirando al espacio, preguntó de repente.

“No sé si te estás haciendo ilusiones, pero es sólo el poder de hacer que el corazón de alguien se acelere, más o menos. Y no funciona con personas que ya se conocen. Sólo personas que se acaban de conocer.”

“C-Correcto…” Aiko claramente estaba fingiendo curiosidad ociosa, pero parecía decepcionada por la respuesta.

“Aiko, ¿estás teniendo problemas amorosos?” Preguntó la niña. “Podríamos hablar de eso en algún momento. Incluso sin mis poderes, soy una experta en amor. A pesar de cómo me veo…”

“¿Eh? Um, bueno, no estoy segura de poder consultar con alguien que parece una niña acerca de romance…”

“Chicas… ¿es este realmente el momento?” Yuichi suspiró. Es cierto que las mujeres prosperaban cuando se hablaba de romance, pero deseaba que al menos intentaran recordar la situación en la que se encontraban.

“Lo siento, lo siento.” Dijo la niña. “Nos salimos del camino. Estaba hablando de cómo quiero volver a ser humano, ¿verdad? Y así

***** el $$$$$ te #####, y tú @@@@@ y así es como el Lector de Almas se convirtió en tuyo.”

“¿Que acabas de decir?” Preguntó Aiko.

“Sí, realmente no entendí eso.” Coincidió Yuichi. Podía decir que ella estaba diciendo algo, pero el contenido no tenía sentido para él.

“Ah, supongo que es inútil. Estoy limitada por las restricciones de los ‘Recuerdos Lejanos’.” Monika se desplomó abatida.

Tendría que explicar las cosas de una manera más progresiva. Justo cuando estaba a punto de preguntar, Yuichi de repente agarró a Aiko con su brazo izquierdo.

“¿Eh?” Ella preguntó.

Luego se inclinó sobre la mesa para tomar la mano de Monika con la derecha y la apartó.

“¡Oye!”

Yuichi luego las levantó a ambas y pateó la mesa hacia el fondo de la habitación. A través de la ventana, pudo ver los faros de un camión acercándose.

Justo cuando Yuichi aterrizó, se estrelló contra la pared del café con un sonido tremendo. El camión golpeó su mesa y siguió su camino, deteniéndose solo cuando chocó contra la pared del fondo.

“¿Eh?” Aiko lo miró fijamente, aparentemente incapaz de procesar este desarrollo.

Monika hizo una mueca, parecía tener alguna pista de lo que estaba pasando.

“Es como esa redada de la yakuza cuando iban detrás de mi… ¿es eso lo que está pasando?” Yuichi murmuró. “Y solo lo noté porque estaba sentado junto a la ventana… Pone en duda la teoría de Nee- chan, eh…”

“¿También has tenido la yakuza tras de ti?” Aiko murmuró, sostenida en su brazo izquierdo.

“¿Tiene esto algo que ver contigo?” Preguntó Yuichi, escudriñando a Monika, incluso mientras la sostenía en su brazo derecho.

“Um… ¡oh, hey! ¿No es siempre así? Estás en medio de una explicación de algo importante, ¡y alguien tiene que interrumpir!”

“¡No intentes cambiar de tema!” Él exclamó.

“No sé cómo decirlo exactamente, pero a grandes rasgos, es, ya sabes, ese tipo de historia… Una de esas luchas por un tesoro secreto que puede conceder cualquier deseo, pero, ¿sólo una persona puede conseguirlo? Ese tipo de cosas.”

“¡¿Y esta es la forma que toma la pelea?!”

La puerta doblada del camión salió volando y un hombre bañado en sangre descendió de ella. Era un gigante, con ropa que se tensaba sobre sus músculos abultados. Los vaqueros y la camiseta extremadamente ordinarios que llevaba de alguna manera parecían fuera de lugar en este hombre bestial.

Sobre su cabeza estaba la palabra “Inmortal (9)”. Quizás esa inmortalidad había permitido la imprudencia del ataque. En ningún momento había frenado la camioneta, simplemente aceleró a toda velocidad.

“¡Señorita Aiko!” Nero cargó a través de la pared en ruinas del café para llegar al lado de Aiko.

“Oye. ¿No podrías haber hecho algo al respecto?” Yuichi bajó a las dos y señaló el camión. Nero había estado afuera, así que debería haberse dado cuenta antes que Yuichi.

“Sopesé lo que sabía de tus capacidades contra los deméritos de revelar mi verdadera forma.” Respondió.

“Y decidiste dejármelo todo a mí, ¿eh?” Yuichi preguntó. Parecía que Nero no era particularmente poderoso mientras estaba en forma de perro.

“Pero, bueno, no tenías que molestarte en salvarme. Después de todo, soy inmortal…” Monika parecía malhumorada a pesar de que él la había salvado.