Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 2

Capítulo 6: La Identidad del Sr. Dragón Sale a la Luz

La lluvia seguía cayendo a cántaros. La Srta. Esmeralda había creado esta tormenta como parte de su “entrada dinámica”.

“Muy bien.” Dije. “Voy a volver a casa.”

Olivia se puso de puntillas y se llevó un dedo a los labios, señal de que lo que decía quedaba entre nosotros. Me agaché y acerqué mi oído a su pequeña boca.

“Papi, voy a visitarte. Usando el cajón.” Susurró. “Ah, err… sobre eso, Olivia…”

“¡Eso es, pequeña señorita!” La Srta. Phyllis estaba de pie con las manos en las caderas. “¿Eh? Oh, uh, ah…”

“¿Te importaría explicarme el cajón del dormitorio?” “¡¿Qué?!”

Lo siento, Olivia. Puede que la haya puesto al corriente sin querer… y debería haberme dado cuenta de que nos iban a gritar por ello…

“¡¿Qué piensas hacer exactamente con ese cajón de translocación sin sentido?! Eso lo tiene que administrar la Real Sociedad de Hechicería, y hay fuertes impuestos de por medio…”

Oh no, es una charla de adultos. “Erm… También permítame disculparme.” “¡Le pido que se calle, Sr. Eldraco!”

“¡Sí, Srta.!”

“No sólo es una alumna de aquí, sino que es la Alumna del Rey que yo avalé. Me permitirá que la regañe como debe ser regañada.”

“Ah, err, claro.”

“¡Es la responsabilidad de un educador! Y te imploro que tampoco la mimes cuando esté en casa.” La Srta. Phyllis había puesto una expresión severa.

¿La estoy malcriando? Esas palabras me golpearon como un rayo. Nunca tuve la intención de malcriarla, pero me di cuenta de que tal vez acabé haciéndolo por exceso de adoración. Hasta ahora he leído montones de libros sobre la crianza de los hijos y he estudiado todo lo relacionado con los humanos, pero ¿cómo se ve desde el punto de vista de esas personas?

Decidí que era mejor no intervenir mientras la Srta. Phyllis la sermoneaba. Me quitó el viento de las velas, sin duda. Y la pequeña Luca seguramente sonreía triunfante detrás de nosotros.

“¡Je jee! ¡La Alumna del Rey, de entre toda la gente, causando desórdenes y desgracias a diario! ¡Qué hazmerreír inconcebible!”

A un lado, la Srta. Esmeralda murmuró: “Ahora que lo pienso… ¿Phyllis?” “¿Qué pasa, Esmeralda? Ahora mismo estoy ocupada.”

“Acabo de recordar… ¿qué terminó pasando con la cosa?” “¿La cosa?”

“En esta academia, las necesidades especiales de Luca se tendrán en cuenta, ¿verdad?”

¿Las necesidades especiales de Luca? La Srta. Phyllis la llamó “molesta”, y aunque puede ser un poco voluntariosa… no es al nivel que yo llamaría molesta. ¿Podrían ser esas “necesidades especiales” la razón?

Olivia y yo miramos a la Srta. Phyllis, al igual que la Srta. Esmeralda y Luca. La Srta.

Phyllis se puso rígida y empezó a sudar. “…… Ah.”

“¿Ah?”

“…… Lo olvidé.”

Ante eso, la Srta. Esmeralda lanzó un profundo suspiro. Luego inspiró y señaló con un dedo a la Srta. Phyllis.

“… Elfa tonta.”

“¿‘Elfa tonta’? ¡No me llames así!” “¿Habrías preferido ‘elfa cretina’?” “¡Esa no es la cuestión!”

“Aparte de eso, esto no es bueno. Si Luca se queda aquí demasiado tiempo…”

Si se queda demasiado tiempo, ¿entonces qué? Los signos de interrogación bailaban sobre mi cabeza.

“Milady.” Dijo Luca. “¿Qué pasa, Luca?”

“No quiero alarmarle, pero… hace bastante sol fuera.”

***

“Esto es malo… Lo que sea que haya detenido la lluvia es algo formidable, eso seguro.” Mirábamos el cielo claro y soleado desde el patio de la Academia Florence.

¿Cómo es que esto es malo? El tiempo soleado se siente tan bien.

“… Papi, algo viene hacia aquí…” Olivia se estremeció. Yo también podía oírlo. El batir de muchas alas.

Justo entonces, el cielo brilló con una fuerza increíble. “¡Augh, tan brillante!”

“Más aún, ¡está CALIENTE, CALIENTE, CALIENTE!” Gritó la Srta. Phyllis. “Phyllis, aquí es donde usas tu Gema-Escalada de la Eternidad. ¡Pon algunas barreras!” “¡De acuerdo!”

“¡Espera, espera!” Dije. “Err, ¿qué está pasando?” “… Sr. debería apartarse.” Dijo la Srta. Esmeralda. “¿Eh?”

“Mira de cerca, son faux-nixs.”

¿Faux-nixs? Miré hacia arriba, y en medio de la deslumbrante luz había docenas, no, miles de pájaros brillantes. “¡Vaya, qué son esos!”

“Faux-nixs. Se clasifican como bestias mágicas dañinas similares a los fénix. Hibernan en invierno, y cuando llega la primavera, se despiertan en busca de alimento, que son las llamas.”

Tiré de Olivia con fuerza. No quería que la picotearan.

“Los faux-nixs destacan por su plumaje envuelto en llamas, y para poder alimentarse de su dieta preferida, las llamas, estas plagas queman los bosques y pueblos circundantes hasta los cimientos. Los incendios forestales que se producen al final del invierno ocurren porque es cuando dejan de hibernar.”

¿Hay pájaros así por ahí? Llevo tanto tiempo encerrado en la montaña que hay todo un mundo de cosas que desconozco.

“Pero, err, ¿por qué esos gentiles pájaros atacan este lugar?” No era como si la zona estuviera muy boscosa.

“Y, para empezar, se reproducen en el sur.” “Entonces, ¿por qué?”

Fue la Srta. Phyllis quien me respondió: “Sr. Eldraco… Esto se debe a las necesidades especiales de Luca.”

***

Luca Ioenami. Doce años. Es una dragónkin de una nación oriental, y chamán del clan Ioenami. Por avatares del destino, se convirtió en la mejor aprendiz de Esmeralda Serpentia, una auténtica dracoshamana nacida de un dragón y una humana.

Y debido a una idiosincrasia suya, Luca atrae a los monstruos que se encuentran a su alrededor de forma anormal.

“Verás, la niña tiene una de las Siete Reliquias Supremas dentro de ella.”

Cada generación, un heredero del Clan Ioenami hereda la Hoja del Agua Azul, una larga espada que contiene una aguamarina que alberga el poder del agua. El hijo mayor del Clan nace con esa Hoja dentro de su cuerpo. Y así se ha transmitido de padres a hijos desde tiempos pasados.

Sin embargo, surgió un problema cuando Luca heredó la espada. El maná de la espada y su propio maná resuenan, lo que hace que las bestias mágicas aparezcan una tras otra para atacarla.

“No hace falta decir que no podemos quedarnos aquí como patos sentados… Luca es extremadamente sobresaliente, como cabe esperar de cualquier aprendiz mío, pero aún tardará unos años en crecer y en dominar el manejo de su maná. Por eso quiero que viva en un lugar seguro hasta entonces.”

“¿Y ese lugar es la academia?”

“Sí. Phyllis puede ser una simple elfa, pero sus habilidades mágicas defensivas no son nada despreciables. Quiero que establezca barreras que puedan ocultar el maná de Luca por toda la escuela.”

Miré al cielo. Efectivamente, parecía que los faux-nixs se abalanzaban sobre Luca en concreto. Sin embargo, gracias a las barreras que envolvían la academia, sus esfuerzos eran rechazados.

“Lo juro… no es que conozca a otras personas que puedan poner barreras que atasquen los sensores de maná.”

“Me… me disculpo de verdad.” Abatida, los hombros de la Srta. Phyllis cayeron.

Ya veo… Sucumbió a un momento de distracción, Srta. Phyllis.

“Pero a este paso, las barreras que cubren los alrededores podrían no durar mucho. Quiero decir, mira cuántas hay.” Refunfuñó una exasperada Srta. Esmeralda. Miró a su alrededor y señaló la cima de la torre más alta de la academia, la Torre Norte. “Oye, Phyllis. Me prestas esa torre.”

“¿Eh?”

“Vamos, Luca, vayamos a ahuyentar a esos faux-nixs.” “¡Sí, profesora!”

“¡Ah, espera, Esmeralda! Soy la directora de esta academia—”

“Entonces asegúrate de que las niñas estén a salvo. Si utilizas la Gema-Escalada de la Eternidad lo mejor que puedas para establecer barreras, estoy segura de que no habrá ningún daño en la zona.”

Ante eso, la Srta. Phyllis se tragó sus palabras y miró hacia mí. “Iré… iré a tomar las medidas adecuadas.”

El año pasado, Olivia se había presentado a un examen para convertirse en la alumna del Rey, y durante esa prueba, Olivia destrozó el muro de luz que la Srta. Phyllis había creado utilizando lo que se llama magia de luz… dándole un puñetazo.

“No es que me sienta inseguro ahora… sólo porque la Reina Filósofa de los Elfos puede o no haber sido derrotada por una estudiante…”

Claramente, aún no lo había superado.

Luca y la Srta. Esmeralda se apresuraron a ir a la torre y yo examiné los alrededores. No quedaba ninguna alumna fuera. Seguramente todas estaban dentro del edificio por la lluvia. Uf. Parece que, al menos de momento, todas están a salvo.

“¿Papi?”

“¿Qué pasa, cariño?”

“Err… esa chica. Luca. ¿Va a estar bien?” “¿Hm?”

Olivia estaba en vilo, con los ojos clavados en el lugar al que se habían escapado la Srta. Esmeralda y Luca. “Papi, es que… ¡soy una alumna de curso superior!” Dijo, enunciando esa última palabra con vigor. “He sido tan, tan cuidada por ti… y por las dos damas… así que por eso…”

“Olivia…”

“¡Por eso tengo que pagarlo ahora que soy la superior de alguien y cuidarla un montón!

¡Eso es lo que he decidido!”

Una alumna de curso superior y otra recién matriculada. Otro vínculo que puede unir a dos seres humanos.

“¡Así que vamos a salvarla, Papi!”

“¡Bien!” Llevé a Olivia de la mano.

La Srta. Phyllis estaba colocando una red de deslumbrantes barreras de luz, con la Vara situada en el punto medio del patio. El resplandor que protegía todos los rincones de la academia impedía que los faux-nixs entraran libremente.

“¡Ah, espera, Olivia!” Gritó la Srta. Phyllis, justo cuando habíamos echado a correr. “¡Sí, señora!”

“¡Ordeno a la Alumna del Rey que asuma la defensa de emergencia de la Academia…. pero por favor, abstente de dañar cualquier propiedad! ¡Ya estamos proyectando fuertes gastos de reparación sólo por esas dos fanáticos de la lucha!”

Eso explicaría por qué la Srta. Phyllis se ve tan demacrada.

“¡Está bien, señora! ¡Vamos, Papi!” “Vamos.”

Juntos, nos dirigimos a la Torre Norte.

***

“Atención. Atención a todos los estudiantes y profesores. Una bandada de faux-nixs se aproxima. Repito, una bandada de faux-nixs ha salido de su hibernación y se acerca a la escuela. Se prohíbe a todos los estudiantes salir de los edificios. Atención. Atención.”

Ese fue el anuncio que oímos mientras nos apresurábamos a subir a la Torre Norte.

“Oír hablar a alguien cuando no hay nadie a la vista: qué pulmones tan fuertes tiene esa persona.”

Olivia me explicó cómo su voz se transmitía a través de los círculos mágicos instalados en toda la escuela.

“Uff.” Dije, jadeando. “¡Vamos, Papi, rápido!”

Si pudiera volver a la forma de dragón, no habría necesitado correr así; podría simplemente volar hacia arriba. Pero no se podía evitar en esta situación. Soy el papi de Olivia.

No puedo dejar que nadie sepa que soy un dragón. Quiero que Olivia encuentre su felicidad entre otros humanos. ¡Esa es la razón por la que ella asiste a esta escuela!

“… ¡Whew, nosotros… estamos aquí!”

De una forma u otra, habíamos llegado a la cima de la Torre Norte. “¡Luca, es demasiado peligroso!” Dijo Olivia. “¡Volvamos al patio!”

“¿Olivia Eldraco? Hmph. ¡Aniquilaré a esos desgraciados!” Resopló mientras miraba al frente.

Las criaturas que aleteaban ruidosamente ante sus ojos no eran simples halcones. “¡Vaya, son tan grandes!”

Como su nombre indica, los faux-nixs son la viva imagen de los pájaros de fuego que surcaban los cielos hace mucho, mucho tiempo. Aunque son más pequeños que los verdaderos fénix, siguen siendo lo suficientemente grandes como para poder llevarse a un adulto entre sus garras.

¿Cuántos hay? Hay uno, dos, tres, cuatro… sí, uhh… ¡Hay muchos!

Un número considerable de faux-nixs se lanzaron a por el pellejo de Luca. Salté para defender a Olivia, pero ni la Srta. Esmeralda ni Luca parecían tan asustadas como yo. La Srta. Esmeralda agitó el brazo con poco entusiasmo y un chorro de rojo se dispersó por el aire cuando uno de los pájaros que se acercaba chilló y giró la cola. Al parecer, la Srta. Esmeralda lo había atacado.

¿Eso fue sangre? Pobrecito… ¿Tal vez haya una manera de hacer que se vayan a casa que sea un poco más pacífica?

“Están siendo muy feroces para ser faux-nixs.” Observó la Srta. Esmeralda. “Puede que sean bestias mágicas modificadas desarrolladas por el Imperio Altia en el norte para expandir su territorio. Uf, esos payasos… Lo de las Siete Reliquias Supremas fue un dolor de cabeza, y ahora esto.”

“Milady, por favor, tranquilícese.”

“Oho, pequeña Luca. ¿Quieres protegerme?”

“Te digo con todo el respeto que no necesitas ocuparte de tan fastidiosa tarea. Porque yo, Luca Ioenami, derrotaré a estas tontas gallinas.”

“Bien dicho, Luca. Una frase digna del mejor aprendiz de mí, que posee uno de las Reliquias Supremas, la Corona del Crepúsculo. ¡WA JA JA JA!” El cabello plateado de la Srta. Esmeralda se balanceó y una diadema apareció en su cabeza. Una gema de color negro puro adornaba la diadema de plata.

¡Vaya, qué bonita! Me encantan todas las cosas brillantes.

“¡Oh, Dios mío!” Dijo Olivia, con un brillo en los ojos. “¡Esa Srta. parece una princesa!”

Recordé a todas las princesas que lucían tiaras en los libros que le había leído cuando era pequeña. Recordé que le gustaba hacerse coronas con las flores del jardín y jugar a las princesas.

Al ver a la recién coronada Srta. Esmeralda, Luca dio un respingo. “¡Wha heh!” “¿Qué pasa, Luca?” Preguntó Olivia preocupada.

“¿Milady, E-Esmeralda? ♡” Si la sonrisa de Luca era la adecuada, estaba completamente encantada. Miraba fijamente a la Srta. Esmeralda. Evidentemente, Esmeralda poniendo su cara de juego tenía a su aprendiz bastante cautivada.

“Luca.” Dijo la Srta. Esmeralda. “Difícilmente podemos dejar que esos faux-nixs corran y se escondan, ¿no es así?”

“¡Claro que no!”

“Muy bien, Luca, muéstrame lo que tienes. Vamos a rasgar una ligera apertura en la pared de luz de Phyllis.” La Srta. Esmeralda levantó su brazo derecho hacia el cielo. “Llamas de la oscuridad, redúzcanlos a cenizas.” Conjuró en voz baja, bajando el brazo.

Un momento después, ¡KABLOOEY! Hubo una radiante explosión de luz y las barreras que la Srta. Phyllis había colocado para cubrir los cielos sobre la Torre Norte ya no existían.

“¡Ey!” Olivia saltó asustada ante el estruendo.

“¡Aquí, Olivia!” La atraje hacia mis brazos y la abracé con fuerza. Su pequeña mano agarró la mía.

Podíamos oír los gritos de las estudiantes desde toda la escuela.

“Oh, Dios mío… ¿Crees que todas están bien, Papi?”

“Lo están, cariño. No te preocupes.” Le di una sonrisa tranquilizadora. Estaba preocupada por sus amigas.

La Srta. Esmeralda sonrió. “Las estudiantes estarán bien… Con la vieja Phyllis protegiendo el patio, no recibirá ni un rasguño. Deberían regresar ya. ¡Luca, repele a todos los enemigos!”

“¡Sí, Milady!”

“No tengas miedo de fracasar. Estoy detrás de ti.”

“¡Bien!” Luca cerró los ojos y juntó las manos. Entonces, empezó a murmurar un canto oriental: “Hi fu mi yo i mu na ya, kokonotari—¡muévete y agítate!”

Al momento siguiente, una gran y brillante espada azul pálido apareció en las manos de Luca.

Vaya, ¡hasta un cuchillo de cocina sería peligroso para alguien de su tamaño! ¿No es un gran riesgo para la seguridad darle a un niño una hoja tan grande?

“¡¡¡Wow!!! ¡¡¡Esto es tan genial!!!”

Luca debió de alegrarse al ver los ojos chispeantes y expectantes de Olivia, dado que ella se rió taimadamente. Luego dio un golpe con la espada mientras giraba. No cortó directamente a los faux-nixs, sino que bailó en círculos y cortó el aire.

“¡Gyaaah!”

Con gran fuerza, un látigo de agua atacó a los faux-nixs que intentaban asaltarnos a través de los agujeros abiertos en las barreras. Sin las llamas que cubrían sus alas, los pobres pájaros se retorcían.

“Je je… Este es el secreto de la familia del Clan Ioenami: un de los Siete Sellos Supremos,

¡la Hoja de Agua Azul! Mi poder es más que suficiente para derrotar a los faux-nixs…” Pero justo entonces, Luca se tambaleó.

“¡Ah, Luca!” Olivia saltó de mi abrazo y atrapó a Luca en sus brazos. La Espada desapareció de las manos de Luca.

“¿Estás bien, Luca?” Preguntó Olivia. “Urgh… ¡¡¡Ughh!!!”

“¿Te duele, Luca?” Presionó.

“¡No es nada! Simplemente usé la reliquia del dragónkin dentro de mí… como la sucesora legítima. Si es por el bien de Milady Esmeralda, esto no es nada para mí… Urgh…”

“¡Ah, no! ¡Estás sudando a mares!” Dijo Olivia. “Err, umm, espera un segundo.” Rebuscó en su manto. “¡Lo encontré! Esta es una hoja de flor luna-brillante.”

“¿Eh…? ¡Hrmgh!”

Olivia le metió a Luca en la boca una hoja de luna-brillante. Al parecer, había estado paseando con un puñado de estas flores, que se cultivaban tanto en casa como en la academia, a mano.

Mientras Luca masticaba, la tensión de su cuerpo se desvanecía. “¿El dolor desapareció?”

“Uh, uh-huh… me he re-cuperado.”

“¡Uf! Me alegro mucho de haber criado muchas luna-brillante.”

Al ver la sonrisa radiante de Olivia, Luca rompió a llorar. “¿Eh, qué?” “¿Qué pasa?” Dijo Olivia, confundida.

“¡Yo… yo debo ser superior a ti! Y sin embargo… Y sin embargo…”

La Srta. Esmeralda miró fijamente a Luca mientras la joven lloraba. “… Me imaginé que aún no serías capaz de controlarla. Yo me haré cargo a partir de ahora.”

La Srta. Esmeralda balanceó ligeramente el brazo, y cada vez que lo hacía, los faux-nixs que apuntaban a Luca salían volando. Poco a poco, los pájaros salieron volando.

“… Me dan un poco de pena.” Murmuró Olivia en voz baja.

Todavía en brazos de Olivia, Luca protestó. “¿Qué estás diciendo? No hace falta que muestres a las bestias mágicas ninguna amabilidad.”

“Pero… pero todavía me siento un poco mal.”

“Tienes razón, Olivia.”

No me malinterpretes, me preocupaba que atacaran la escuela de Olivia, y también me preocupaba por Luca. Pero devolverles la paliza con tanta violencia me provocó cierta compasión.

“Quizás, ¿podemos intentar hablar con ellos…?” Murmuró Olivia con desazón. Justo cuando iba a responder con entusiasmo… “Espera, ¿qué…?”

“¿Qué pasa, Papi?” “Cariño… ¿Oyes eso?”

“¿Eh?” Sacudió la cabeza. “No, no oigo nada… aparte de los gritos de los faux-nixs, claro.”

Es extraño… Siento que estoy captando algún ruido raro…

Mientras me devanaba los sesos, miré detrás de mí. “¡¿Ah?!”

Algo volaba hacia nosotros desde nuestro punto ciego. Al igual que los faux-nixs, eran pajaritos envueltos en llamas, sólo que eran un poco más pequeños.

“¡¿Qué?!” Gritó Luca, que por fin se había dado cuenta. “¡¿Faux-nixs polluelos?!”

En efecto. Eran más pequeños y ágiles que los pájaros adultos que la Srta. Esmeralda estaba atacando.

“¡Ah! ¡Hay tantos!”

Antes de darnos cuenta, nos tenían rodeados.

“Ya veo… ¡¿No me digas que su asalto frontal fue una distracción?!” “Papi, ¿qué son estos faux-nixs más pequeños?”

“Err… buena pregunta.”

Luca rechinó los dientes. “Así es como cazan sus presas.” “¿Eh?”

“Los pájaros padres sirven de señuelo mientras los polluelos en crecimiento intentan darse un festín con mi carne rica en maná.”

¡Cielos! ¡Eso es aterrador!

Un destello de luz salió de la nada. “¡¿Qué?!”

Todos los faux-nixs exhalaron bolas de fuego al unísono, que se lanzaron hacia Olivia y Luca. ¡CUIDADO!

“Oh no, Luca—” La Srta. Esmeralda levantó el brazo derecho por encima de la cabeza, pero llegó un pelo tarde. No llegaría a tiempo.

Mi mundo se volvió rojo brillante. ¡¿QUÉ QUIERES HACERLE A OLIVIA?!

Pero al instante siguiente, vi a Olivia sonriendo ante mis ojos. Olivia y Luca habían salido ilesas de entre la bola de fuego.

“¡Ufff, en serio, eso me dio un susto! ¿Estás bien, Luca?” “¿Qué… um, acabas de… golpear el fuego del faux-nixs?”

Por lo que se ve, Olivia había eliminado las bolas de fuego. ¡Me alegro de que esté bien!

“¡¿Estás bien, Olivia?!”

“¡Estoy bien, Papi! Me he asustado un poco, pero… supongo que puedo atribuirlo al entrenamiento especial de la Srta. Maredia…”

Olivia sonreía alegremente, y Luca, aunque congelada en su sitio con los ojos tan abiertos como platos, tampoco estaba herida.

Vaya, oh vaya, sólo pensar que Olivia perdiera la vida o una extremidad… ¡Mi corazón estuvo a punto de detenerse! Mi cabeza está nadando, ¡hoy ha sido un día demasiado agitado!

Primero, apareció un portal entre nuestra casa y la escuela en el armario, luego me enteré de que Olivia ha estado destruyendo un surtido de propiedades de la escuela, luego Olivia comenzó a cuidar de una alumna de un curso menor… ¡y ahora esto! No me gustaría ser cruel con los faux-nixs, pero tampoco me gustaría que Olivia se pusiera en peligro. ¡Argh, estoy harto!

Antes de darme cuenta, estaba gritando: “¡Detendré a los faux-nixs! ¡Ustedes dos retrocedan!”

“¿Papi?”

Olivia no quería que se fuesen lastimados, y yo tampoco. Lo que significaba que sólo nos quedaba una vía. Les haría volver, y para ello, necesitaba que mi voz llegara a ellos. Además, necesitaría que entendieran lo que estaba diciendo. Y conocía una forma de hacerlo. Soy un dragón que ha vivido desde tiempos inmemoriales. No tengo nombre.

“¡DETÉNGANSEEEEEEEE!”

Rugí, con una voz tan autoritaria como pude. Crecí, crecí, lo más grande posible, extendí mis alas y grité a los faux-nixs.

Estaba de vuelta en mi antigua forma. Mi forma de dragón. Me convertí en el dragón más grande, imponente y fuerte que podía ser. Cambiar de tamaño es mi especialidad, después de todo, desde encogerme hasta el tamaño de un animal de peluche hasta convertirme en un imponente behemoth.

Me dirigí a los faux-nixs, que estaban sorprendidos por la repentina aparición de un dragón. Hablé a un ritmo moderado para no asustar más a los pajaritos, que se asustan con facilidad, pero me aseguré de inculcar a los nerviosos la necesidad de marcharse de este lugar. “Este es mi territorio. Mi lindura reside aquí. Váyanse.” Gruñí. “Lo siento por esto, faux-nixs.”

En realidad, se suponía que debía permanecer en forma humana. Pensé que como quiero que Olivia viva una vida feliz entre otros humanos, sería un problema si se descubriera que su papá es un dragón. Pero si el daño está a punto de caer sobre ella, es una historia diferente. Siempre la protegeré. Por algo soy su papi.

“Coméis fuego, ¿verdad?” Pregunté a los pájaros. “En ese caso, no se molesten en atacar a Luca. Yo os llenaré la barriga.” Si los faux-nixs iban tras el maná de Luca para satisfacer sus apetitos poshibernación, entonces había algo que podía hacer además de simplemente ahuyentarlos. “Comed hasta hartaros. ¡Rawr!” Escupí mi aliento de dragón en llamas hacia el cielo.

Los faux-nixs empezaron a devorarlo encantados. Las débiles llamas de las alas de los polluelos pronto se volvieron brillantes y vívidas. Después de comer, los faux-nixs reunieron a sus polluelos y se fueron volando. Cuando vi que el último de ellos se marchaba, dejé de escupir fuego.

Uf. Me alegro de que al final hayamos podido resolver esto pacíficamente.

Aliviado, volví a comprobar si todos los que seguían en el tejado estaban bien.

“¡¿Qué?!” Dijo Luca, con la voz temblorosa. “¿Qué, eh, eres… eres un DRAGÓN de verdad?”

¡Oh no, me olvidé de volver a la forma humana! Supongo que le di un susto…

La Srta. Esmeralda se hundió en el suelo. “Estoy sin palabras… No sé qué decir. Tu tamaño es impresionante. ¿Eres uno de los dragones ancianos que dicen que existieron en la antigüedad? Pensar que todavía hay un dragón anciano que ha sobrevivido hasta nuestros días…”

Las dos se quedaron boquiabiertas. Entonces, sonó una voz excitada: “Papi es súper genial, ¿no?”

¡Oh, Dios! ¡Olivia acaba de llamarme genial! Espera, este no es el momento para eso,

¿verdad? ¡Acabo de asustar a Luca y a la Srta. Esmeralda! ¿Cómo puedo suavizar esto?

En ese momento, el grito de la Srta. Phyllis sonó en el patio.

Ella me vio. Me vio totalmente. En fin, soy bastante grande. Ahora realmente no hay excusa que funcione… ¿o sí?