Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 2

Capítulo 4: Su Lindura se Convierte en una Estudiante de Curso Superior, Primera Parte

Phyllis Florence se había recuperado por fin. La directora de la pedigüeña Academia Florence sintió el viento primaveral que soplaba desde el patio mientras daba un sorbo a su taza de té.

El Sr. Eldraco estaba sentado frente a ella, disfrutando despreocupadamente de un té. “Ahora que lo pienso, esto no resuelve nada, ¿verdad?”

“¿Eh? ¿Qué? ¿No es suficiente el reembolso?”

“¡No es eso! ¿Realmente pensaste que eso resolvería todos nuestros males? Honestamente, en retrospectiva, ¡estás siendo muy poco disimulado al tirar tu dinero! ¡Mucho más que los padres y tutores que compiten entre sí con sus donaciones!”

“Ah, err, lo siento…”

“Urgh, tan suave…” Este hombre definitivamente no lo entiende. Se aclaró la garganta. Tenía que resolver esta situación. “En cualquier caso, no tengo la intención de agitar el barco en este momento. Sólo quería darte un informe de situación. Como academia, esperamos grandes cosas de Olivia. Pero ese deseo es superado por nuestro deseo de que ella no cause ningún problema.”

En circunstancias normales, la Reina Filósofa de los Elfos no perdería la compostura aunque la Alumna del Rey, en su brillantez, causara algún que otro problema. Pero el estado actual de las cosas no permitía tal travesura.

“… Verás, una de las nuevas estudiantes de primer año es un poco molesta.”

“¿De verdad? Ah, ahora que lo mencionas, Olivia dijo que está preparando la fiesta de bienvenida para las nuevas estudiantes.”

“Sí, mañana es un día importante para la academia y para las nuevas estudiantes que vamos a recibir. Normalmente, sería una ocasión alegre, pero…” Phyllis contempló el patio con una mirada distante. Las gypsophilas de color blanco puro y la espirea anunciaban el comienzo de la primavera, balanceándose mientras disfrutaban de los rayos del sol vernal. En los arbustos también habían florecido flores de diversos colores, un brillante testimonio de la habilidad y el esfuerzo de la chica que mantenía el jardín. Era suficiente para animar a cualquiera. Sin embargo, una sombra se cernía sobre el corazón de Phyllis.

“Debo añadir que la estudiante en cuestión es una chica perfectamente encantadora. Puede que sea ambiciosa… pero el verdadero problema es el monstruo super mega irrazonable de su madre. Y por suerte, la conozco desde hace más de mil años…”

“¿Es una amiga tuya?”

“Sí, es una larga historia, pero me pidió que inscribiera a un joven aprendiz…”

Idealmente, a Phyllis le hubiera gustado que la Alumna del Rey la ayudara como su mano derecha. “Su tutora es una mujer contundente, así que…”

Estaba a punto de lanzar su enésimo suspiro cuando…

¡CRASH!

“¿Eh, qué?”

“Ese sonido… así que finalmente están aquí…”

Un trueno retumbó en el cielo a pesar del buen tiempo que hacía hace unos momentos.

***

Mientras tanto, en el salón de la residencia, Daisy Palestria (ahora de segundo año) y su mejor amiga Olivia se preparaban para la fiesta de bienvenida a las nuevas estudiantes. Estaban pasándoselo en grande charlando cuando de repente sonó un trueno.

Olivia dio un salto de sorpresa. “¡Augh!”

Daisy, que había estado preparando la decoración del salón, levantó los ojos. “Cielos, Olivia, ¿qué habrá sido ese sonido?”

“Eso fue muy fuerte, ¿verdad, Daisy? Qué miedo.”

Al ver a Olivia temblar, Daisy se echó a reír. Olivia era la niña genio elegida por la Academia Real Femenina de Florence para ser la Alumna del Rey. Ese título significaba que era la alumna becada especial reconocida por el reino por tener un futuro prometedor. Como resultado, no tenía que pagar la matrícula e incluso recibía un salario del Estado. Y, sin embargo, de alguna manera, nunca actuó como una persona importante de ninguna forma. O más bien, había vivido en una burbuja superlativamente pequeña y conocía poco del mundo. Por supuesto, la propia Daisy era la descendiente de la Casa Palestria, lo que estaba al lado de la realeza, y tampoco era exactamente la más mundana de las chicas. Dicho esto, Olivia era otra cosa.

“Daisy, el viento se ha levantado mucho, así que terminemos de hacer las decoraciones antes de tiempo. En lugar de hacer flores artesanales… ¿qué te parece si hacemos florecer algunas de verdad?”

Pop, pop, pop fue la magia de Olivia. Flores azul cielo florecieron a su alrededor. Era el color de Fontaine, su dormitorio.

“¡Oliviaaa! ¡Te repito que la magia lleva más tiempo de preparación que eso! Hay que usar los encantamientos y los círculos mágicos, ¡ese tipo de cosas!”

Esto era una cosa que pintaba a Olivia como ignorante de los caminos del mundo. El uso de la magia consume las reservas de maná y, más que nada, es una molestia. Sólo un pequeño puñado de personas podía utilizar la magia poderosa, y aunque se les consideraba inestimables en tiempos de guerra, no era así en tiempos de paz. En realidad, la magia y la hechicería de la Casa Palestria, descendientes del mago que luchó contra la Reina Oscura, estaba como mucho al nivel de una especialidad familiar. Utilizar la magia para hacer que las flores florezcan tan rápida y fácilmente era algo inaudito.

“Oliviaaa.”

“Tee jee… Pero son bonitas, ¿no?” “Jee jee, je je je…”

A Daisy, a quien le habían dicho toda la vida que puliera sus habilidades mágicas para no avergonzar a la Casa Palestria, la forma amistosa y discreta en que lanzaba una magia tan llamativa le quitaba un peso de encima. Aunque también sentía un poco de envidia.

¡CRASH!

El sonido del trueno volvió a sonar. “¡Argh!” Olivia miró por la ventana.

“¿Te ha llamado la atención algo?” “¿Eh?”

“La ventana. Has estado mirando afuera todo este tiempo.”

“Tee jee, es que hoy Papi está en la escuela, así que me preguntaba si está bien.”

“Ah, tu padre…” Daisy recordó al amable hombre que había conocido cuando se quedó a dormir en casa de Olivia. Nunca había conocido otra cosa que no fueran las comidas, donde los modales y las apariencias lo eran todo y la calidez no aparecía por ningún lado, así que para una niña protegida y de alta cuna como ella, un padre genial como el Sr. Eldraco se había convertido en un icono.

“Voy a buscar a Papi. Volveré.”

“¡Ah, Olivia!” Para Daisy, no era de extrañar que Olivia fuera una niña de papá tan desesperada, pero aun así. “Es un poco imprudente salir a la calle con esta lluvia, ¿no crees?”

Pero Olivia ya no estaba allí. Daisy recogió las flores celestes que había dejado a su paso y suspiró.

***

“… Así que están aquí.”

Ladeé la cabeza. “Acaso, ¿te refieres a las nubes de lluvia?”

Es cierto que hace un minuto hacía sol… Hablando de nubes de lluvia a tope.

“No, el tiempo no. Es la pareja estudiante-madre que no me puedo quitar de encima.”

¡CRASH! Otro rayo interrumpió el golpeteo de la lluvia en la ventana, pero la Srta. Phyllis abrió la ventana a pesar de todo. Fue entonces cuando me fijé en las dos siluetas: una adulta delgada y una niña pequeña.

La adulta era una mujer, y su larga cabellera estaba mojada, aunque podía decir, incluso desde lejos, que su cabello era tan bonito y suave como la seda. La niña, por su parte, llevaba el mismo uniforme de la Academia Florence. Sus coletas se balanceaban con el viento. ¿Son madre e hija? Me pregunté.

Al poco tiempo, la adulta habló. “Te ha hecho esperar, ¿eh, Phyllis?” “Oh, no estaba esperando, Esmeralda.”

Por su aspecto, era una conocida de la Srta. Phyllis. “¡¿Por qué siempre haces que llueva?!”

“¿Oh? Para una entrada dramática, por supuesto. ¡El trueno de primavera es elegante!

¿Verdad, Luca?”

“Sí, Milady Esmeralda. Siempre tan jui-ciosa. Considere que yo, Luca, me he sido conmovida pro-fundamente.” Declaró la pequeña a su lado.

“¡Oh, no hay razón para conmoverse, Srta. Luca Ioenami!” Los hombros de la Srta.

Phyllis cayeron.

Parecía que estaba conociendo a la “madre monstruosamente irrazonable” de la que la Srta. Phyllis había hablado antes. A mí no me parecía un monstruo. Parecía una persona normal y corriente. Pensándolo bien, ella es un poco diferente a un humano. Me resulta familiar… como si, de alguna manera, la conociera…

Suspiró. “Siento haber sido tan indigna hace un momento. Esta es Esmeralda Serpentia. Ella también se llama uno de los Seis Sabios de Riaris, pero es más del tipo ‘guerrero verdadero’.”

“¡Puedo oírte, ya sabes!”

“Es difícil de creer dada su tosquedad, pero al igual que yo, ha vivido más de mil años.” Volvió a suspirar. “Qué impropio de su edad.”

“¡He dicho que puedo oírte!”

“¿Esmeralda es una elfa, o…?” He oído que entre la gente pequeña, los que tienen vidas comparativamente largas son los elfos o los enanos o similares. Viven mucho más que los humanos. Dicho esto, todos son mucho más jóvenes que yo.

“No, ella es una Dracoshaman.” “¿Una Dracoshaman…?”

El té fresco humeaba en la mesa entre nosotros.

Con una expresión tan sombría como siempre, la Srta. Phyllis les hizo pasar al despacho de la directora. No estaban mojadas en absoluto, por extraño que parezca.

Espera, ¿por qué estoy aquí? ¿Debería estar entrometiéndome así? Me sentí algo incómodo y un poco inquieto.

“Hmph. ¿Así que ni siquiera sabes lo que es un Dracoshaman?” Preguntó Esmeralda, que estaba sentada con las piernas cruzadas en el sofá.

No, nunca he oído hablar de ello. A pesar de que soy un dragón.

“Los cacareados Dracoshaman son personajes exaltados que posee un dragón como madre o padre.” Dijo Luca, la chica que se sentaba erguida junto a la Srta. Esmeralda, con voz digna.

“¿Eh? ¿El hijo de un dragón y un humano?”

“Correcto.” Dijo Luca. “Y nosotros, los dragónkin, podemos remontarnos a la línea familiar de los Dracoshaman originales, que nacieron de parejas de dragones y humanos.”

¡¿Qué dices?! ¡No he hecho nada de eso! ¡¿Un niño nacido de dragones y humanos?!

¡Nunca he oído hablar de tal cosa! Al menos, definitivamente no fui yo. Ahora que lo pienso,

¿no podría ser esto obra de ese otro dragón que vi un puñado de veces hace tiempo?

Mientras estaba ocupado poniéndome nervioso, Luca continuó. “Hoy en día, la gente llama a los niños con niveles draconianos de maná ‘dracoshaman’ y los trata como prodigios, pero Milady Esmeralda es una auténtica dracoshaman. Es una de las pocas seleccionadas, ¡ya que su padre es un dragón! Es una dama excepcional.”

“¡Sí, lo que ha dicho!” Dijo la Srta. Esmeralda.

“Ah, por cierto, soy una dragónkin que viene de una nación en el lejano oriente. Soy Luca, vástago del Clan Ioenami, ¡que lleva la sangre del dragón de agua del que nacieron los Dracoshaman!”

Hinchada de orgullo, sacó pecho.

“Encantado de conocerte, Luca. Soy Eldraco.” “Hrmm. ‘Draco’.”

“¿Podrías no mirar así? Me estás poniendo nervioso.”

La Srta. Esmeralda me estaba mirando fijamente. Uh-oh. Si descubren que soy un dragón, puede salir a la luz que Olivia y yo no estamos emparentados.

La Srta. Phyllis suspiró. “Sr. Eldraco. Esta es la nueva estudiante de primer año de la que le hablé. Olvidé decírselo antes, pero… Luca, ella, bueno…”

“¡Sí! ¡He venido a arrebatar el título de Alumno del Rey de aquella que no lo merece!”

Espera, pero ese es el título que pertenece a Olivia, ¿no? Ahora entendía por qué todo este asunto tenía que ver conmigo. Olivia había decidido seguir disfrutando de su vida escolar junto a sus amigas, al tiempo que gestionaba sus obligaciones como Alumna del Rey.

“Luca.” Dijo la Srta. Phyllis. “Este caballero es el padre de la Alumna del Rey, el Sr.

Eldraco.”

“¿Qué quieres decir con ‘arrebatar’…?”

“¡Hrm! Es como lo he imaginado. Porque he oído que Olivia Eldraco, la Alumna del Rey seleccionada por esta academia por primera vez en mucho tiempo, ¡se llama a sí misma Dracoshaman!”

“¿De verdad?”

Ahora que lo pienso, creo recordar que la llamaron así cuando se midieron sus niveles de maná durante el examen de ingreso… ¿o me lo estoy imaginando?

“Declaro que es absolutamente escandaloso. Pensar que una chica tan engreída que se digna a llamarse dracoshaman asiste a la misma escuela que yo, Luca, máxima discípula de Milady Esmeralda, planeaba asistir.”

“Quiero decir, no creo que ella piense demasiado acerca de ello…” Aunque, básicamente es la hija de un dragón. Ella es mi única y preciosa hija. Puede que yo sea un dragón y ella una humana, pero eso no cambia el hecho de que somos padre e hija.

“¡Por lo tanto!” Luca me señaló. “Yo, Luca, un veri-toria dragónkin, demostraré que soy MUCHO más capaz que esa ‘Olivia’. Y que el título de Alumna del Rey, que se determina para una escuela y una generación, ¡debe ser mío!”

Err, quiero decir, puedes decirme eso, pero… ¿cómo reaccionan los humanos en tiempos como estos?

Miré a la Srta. Phyllis en busca de ayuda, pero ella observaba el azúcar disuelto en su té con ojos distantes. Suspiró. “… Supongo que si el profesora es una cabeza de chorlito, también lo es su aprendiz.”

“Puedo oírte, Phyllis.”

¿Qué hago? Sólo quiero ir a casa.

Justo en ese momento, oí un ligero tap, tap. Alguien estaba golpeando la ventana. “¡Papi!”

“¡Olivia!”

Mi pequeño tesoro estaba de pie frente a la ventana. Estaba usando un paraguas y sostenía otro.

Me puse de pie. “¿Qué pasa, cariño?”

“Err, es que, ¡ha empezado a llover de repente!” “¿Eh?”

Olivia me entregó el paraguas. “No tienes paraguas, ¿verdad, Papi?” Ya veo. ¡Así que el segundo paraguas es para mí! ¡Es un encanto! “Gracias, Olivia.”

“¡Tee jee! Me alegro de que no estés empapado, Papi.” Encantado, la tome en brazos.

“¡Les digo que NO he terminado de hablar!”

Me di la vuelta para encontrar a Luca dando saltos enérgicos. “Oh, lo siento. Error mío.” Volví a sentarme en el sofá, con Olivia todavía en mis brazos.

“Espera, ¿tú eres esa Olivia Eldraco?” “¿Eh? Sí, soy Olivia. ¿Quién eres tú?”

“¡Soy… la mejor aprendiz de Milady Esmeralda Serpentia y orgullosa descendiente dragónkin, Luca Ioenami!”

“¡Así que te llamas Luca! Encantada de conocerte.”

“¡¿Por qué eres tan amistosa conmigo usando mi nombre?! ¡NO somos amigas!” “¿Eh? ¿No lo somos?”

“¡NO! ¡Me propongo quitarte el título de Alumno del Rey!”

“Luca.” Interrumpió la Srta. Esmeralda. “Deja de parlotear. Es inútil discutir. Utiliza tu talento y hazte con el título. ¿No dice la gente de tu país que cuanto más débil es el perro, más ladra?”

“Milady… S-Sí señora. Por favor, perdóneme.” “Sí. Después de todo, sé lo excelente que eres.”

“¡Claro! Yo, la mejor aprendiz de Milady Esmeralda, la única Luca, superaré a todos y a todo en superi-oridad, ¡y demostraré que soy una discípula sin rival!” Habló, ardiendo de pasión.

Olivia y yo estábamos perdidos. La energía de Luca tenía a mi pequeña boquiabierta.

La Srta. Phyllis llevaba un buen rato removiendo su té en silencio. Sólo podía suponer que estaba un poco cansada.

“Je je… ¡No me falles, Luca!”

“¡No lo haré, Milady!” Luca miró a Esmeralda con brillo en los ojos. Debía de adorarla de verdad.

Profesora y discípula. Esa era su relación. ¡Los pequeños seguro que crean todo tipo de vínculos entre ellos! Me quedé un poco impresionado. Había compañeros de clase, amigos, profesores y alumnos, y padres e hijos. Los seres humanos dieron varios nombres a las conexiones que unen a las personas. Y estoy seguro de que todos ellos son muy queridos y apreciados. Como el vínculo entre Olivia y yo, que casualmente se llama “padre e hijo”.

Espero que Olivia siga forjando lazos de varios nombres con varias personas. Y espero que tenga una vida feliz en el mundo humano…

Apreté a Olivia con fuerza entre mis brazos, y una sorprendida Olivia se volvió para mirarme. “¿Papi?”

“Oh, no es nada, cariño.” Le mostré una sonrisa.

Siempre rezo por tu felicidad. Aunque me siento solo cuando estás en la escuela.

“Ejem.” Dijo la Srta. Phyllis, aclarándose la garganta. “Ahora ya sabes lo que debes hacer, Olivia.”

“¡Sí, Sra.!”

“Tengan en cuenta que Luca no es, decididamente, todo palabrería. Está en la cima de los alumnos de primer año, al igual que tú.”

“¡No somos iguales! ¡La supero!”

“¡Cálmate, Luca! ¡Debes hacer caso a tus profesores!” “Urgh, sí Sra.…”

“Te considero una alumna extremadamente dotada y de buen corazón, Olivia… pero tal y como le dije a tu padre, te imploro que seas un poco más consciente del equipo que te rodea.”

“Equipo…” Olivia se quedó sin palabras.

“Significa que me gustaría que dejaras de disparar imprudentemente hechizos de alta potencia durante los ejercicios de lanzamiento de hechizos. Soy cien por ciento consciente de tu extraordinaria habilidad, no, mil, diez mil, cien mil por ciento consciente. Si sigues así, me va a dar una úlcera de estómago.”

“Ja, ja, ja, exponiendo todo ahí, ¿eh, Phyllis?”

“¡Cállate, Esmeralda! Siempre con los comentarios burlones… Ejem. En cualquier caso, esta es una buena oportunidad.” La Srta. Phyllis enderezó la espalda y levantó la cabeza. “Tener una rival es algo bueno. Puedes esforzarte por no perder ante Luca, al igual que Luca se esfuerza por alcanzarte. Al hacerlo, confío en que ambas se dedicarán a sus estudios.”

“¡Sí, Sra.!” Dijo Olivia.

“… Pshaw.”

“Luca, ¿tu respuesta?” “… S-Sí, Sra.”

“Bien. Ahora, Olivia Eldraco.” “¿Sí, Sra.?”

La voz de la Srta. Phyllis sonó: “¡A partir de hoy, eres una alumna de un curso superior al Luca Ioenami!”