Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 2

Capítulo 9: Los Niños

Parte 1

Detec Bell

Detec Bell golpeó el trono cada centímetro, pero no importaba dónde lo golpeara, todo lo que oía era el sonido del mármol denso y grueso. No había nada extraño en ello. Y ya había investigado todo, además de este trono —esta habitación y la de al lado, del suelo al techo— y no había encontrado nada. Había buscado en todo al lugar. Mirando el mapa, estaba claro a primera vista que no había habitaciones ocultas, pero aun así, si había un pequeño espacio o una pequeña grieta, podía haber un objeto o un mensaje allí.

Detec Bell suspiró. Ya que había terminado de investigar el trono y estas habitaciones, tenía que buscar en ese pasillo estúpidamente largo.

Una vez que las trampas aquí se activaron, no se activaron una segunda vez. Además, el castillo del Rey Malvado sólo tenía lo que llaman “monstruos de evento”. Una vez que los caballeros y el bufón eran derrotados, no reaparecían. Ya habían confirmado esos hechos con Fal. Pero aunque no hubiera más trampas, sólo pensar en la gran longitud de la sala era desalentador.

Las otras chicas mágicas habían salido a buscar en otras zonas y saldrían en busca del Rey Malvado, que tenía que estar por ahí. El plan era que si ocurría algo, se pondrían en contacto inmediatamente con las demás y todas las chicas se reunirían. Viendo que hasta el momento, su teléfono mágico ni siquiera se había movido, no debían haber encontrado nada.

Pfle había estado tranquila. No estaba agitada de ninguna manera reconocible. Parecía que incluso con Shadow Gale fuera de su grupo, seguía teniendo el control. Mientras Pfle estuviera tranquila, significaba que probablemente Shadow Gale no iba a hacer nada.

Lazuline estaba armando un escándalo por la situación, pero se podría decir que eso era lo normal en ella. Se estaba emocionando por encontrar al Rey Malvado y, al parecer, aún no había imaginado nada más aterrador.

Melville también parecía ser una de las más tranquilas. Era realista. Detec Bell no sabía en qué podría meterse más adelante, pero parecía ser de la opinión de que ahora era el momento de buscar al Rey Malvado, ya que estaba cooperando con su búsqueda e investigación, además de ayudar a defender a las otras chicas. Si la realidad, tal y como la veía Melville, cambiara… Detec Bell no sabía lo que podría pasar.

Las otras chicas mágicas estaban al borde del abismo. Un medio paso más y no podrían funcionar. Clantail sólo parecía tranquila porque no hablaba mucho, y Nokko rara vez exponía sus propias opiniones y generalmente se plegaba a lo que las demás querían, pero ambas debían estar emocionalmente destrozadas. Estaban pensando sobre la situación actual, es decir, llegando a la conclusión más obvia y peor: que nunca había existido un Rey Malvado, y que no importaba cómo lucharan, no podrían completar el juego.

Eran como globos inflados con todo el aire que podían contener. Si pasaba algo, estallarían. Detec Bell había sido así hasta hace poco. Todas se sentían indefensas, atascadas sin ningún lugar donde correr. Tenían que dejar salir algo de aire antes de que todas reventaran. La despreocupación de Lazuline había ayudado a Detec Bell a hacer precisamente eso. Aunque era frustrante admitirlo, Lazuline era probablemente una gran parte de la razón por la que Detec Bell se sentía más tranquila ahora.

Lo que más se necesitaba ahora para aliviar parte de la presión era el Rey Malvado. Ni siquiera tenía que ser el propio jefe final. Sólo necesitaban un detonante que les permitiera avanzar, una pista que les guiara hacia su objetivo. Incluso la cosa más pequeña serviría.

Detec Bell salió de la sala del trono del rey, entró en la sala contigua y salió por el otro lado. El largo pasillo daba vueltas y vueltas ante sus ojos. ¿Tengo que investigar todo esto? Se sintió preparada para otro suspiro. Pero pensó que sería más fácil para ella mentalmente si buscaba en las secciones más prometedoras en lugar de peinarlo todo. Estaba decorado con estatuas y pinturas. Esos serían más fáciles de investigar, y parecía más probable que algo estuviera escondido allí en vez de en el pasaje mismo.

Entonces se le ocurrió una idea. Pensando en ello, había una habitación en esta sección que no había inspeccionado todavía.

Examinando cuidadosamente cada uno de los adornos del pasillo a medida que avanzaba, Detec Bell se dirigió hacia la puerta de la zona. A mitad de camino, se volvió hacia la luz que entraba desde el exterior. Era la tienda de la zona.

Salió a la terraza y se protegió los ojos de los rayos del sol con la mano izquierda. El aire era más claro, de alguna manera… bueno, hacía más frío aquí que dentro, lo que lo hacía parecer más claro.

Detec Bell examinó diligentemente la barandilla de la terraza, los postes que la sostenían, todo. No había nada. Se limpió la frente. A continuación, el suelo. Investigó toda la superficie. A continuación, la entrada. La estudió con su lupa, golpeando ligeramente sobre ella. Al igual que con la barandilla, no encontró nada.

… Ella aún no había terminado.

Había una urna fijada en el centro de la barandilla. Desde el exterior, parecía una urna normal y corriente, hecha completamente de cerámica normal. El interior estaba oscuro y Detec Bell no podía ver nada. Intentó meter el brazo, pero no pudo tocar el fondo. Incluso después de esforzarse al máximo con las yemas de los dedos, seguía sin poder alcanzarlo.

También pensó en romperlo, pero antes activó su teléfono mágico y pulsó USAR TIENDA. Al desplazarse por la lista de artículos, se detuvo en el último. Había un artículo que nunca había visto antes. Estaba desconcertada, confundida, sorprendida y, finalmente, exultante. Ni siquiera se había planteado que hubiera un nuevo artículo a la venta.

Pero cuando comprobó la descripción del nuevo artículo, volvió a quedarse perpleja. Su nueva alegría se desvaneció un poco. En la pantalla estaba escrito DISPOSITIVO DE RESTAURACIÓN DE LA MEMORIA.

¿Dispositivo de Restauración de la Memoria?

Sabía lo que significaban las palabras. Lo que no entendía era lo que el objeto hacía realmente. Ahora que lo pensaba, cuando tocaron el trono, recordó que habían recibido un mensaje sobre los recuerdos.

¿Tenía que ver con eso?

Su precio era barato. Era el menos caro de todos los artículos a la venta en la tienda del castillo del Rey Maligno, con diferencia. Detec Bell compró el Dispositivo de Restauración de la Memoria y lo activó inmediatamente. Era una aplicación. Tal vez fuera una pista que les ayudara en su búsqueda del Rey Malvado. Tuvo la poderosa sospecha de que había algo extremadamente importante frente a ella.

¿RESTAURARÁ LOS RECUERDOS PERDIDOS? Este mensaje

apareció en la pantalla junto con la opción de seleccionar SÍ o NO. ¿Va a restaurar los recuerdos perdidos, o no?

Detec Bell no entendió lo que significaba esa frase. Ladeó la cabeza y fue entonces cuando los fuegos artificiales explotaron ante sus ojos.

Algo había pasado. No sabía qué. Sus mejillas estaban frías. Y no sólo las mejillas. Sus labios, su brazo derecho, su cuerpo y su pierna derecha también estaban fríos. Y no sólo frío. Algo se sentía duro. Poco a poco, a medida que su cabeza empezaba a despejarse, fue comprendiendo su situación. El frío, la dureza… esto era mármol. Se había caído en el suelo de piedra.

Intentó levantarse, pero su cuerpo no se movía. Sólo su mano derecha, oculta bajo la capa, se movía a duras penas. Pudo ver cómo el suelo de mármol blanco que tenía ante sus ojos se volvía rojo aquí y allá. Sin siquiera pensarlo, comprendió lo que era. Le dolía la cabeza como si se la estuvieran apretando en un torno. Algo fluía de ella.

Los pasos reverberaron en el suelo de mármol. Alguien se acercaba. Se acercaron a ella y se detuvieron. Sintió que había alguien. ¿Fue ese alguien? ¿La había golpeado y tirado al suelo? Eso no era un monstruo. No sabía quién era, pero podía decir que era una chica mágica. Detec Bell trató de dar sentido a todos los pensamientos en su cabeza.

¿Por qué la habían atacado? ¿Quién lo había hecho? ¿Para qué?

¿Qué había estado haciendo justo antes de ser atacada? No podía entregar su teléfono mágico ni su contenido. Espera. ¿Iba a morir? No quería morir. Pero… ¿Lo haría? ¿Al menos llegaría a tiempo? Tenía que hacerlo. ¿Podría? Usarla. Su magia. Los edificios de este juego no se opondrían a su amo. No responderían a las preguntas de Detec Bell.

Pero aún podrían hablar con ella. Sólo que no responderían si ella preguntaba. Aun así. Aunque no funcionara. De alguna manera.

Alguien la había golpeado. No sabía quién. Su conciencia se estaba desvaneciendo. Si el que la golpeó se llevaba sus objetos, todo habría sido en vano. Tenía que dar esto a la única persona en la que podía confiar.

Todavía boca abajo, Detec Bell besó el suelo y movió su mano derecha.

***

Nokko

Un evento está comenzando. Jugadoras, por favor, reúnanse en la plaza del pueblo del páramo.

Al principio, se sorprendieron de que ya fuera esa hora. A continuación, sintieron alivio.

En las dos horas que habían transcurrido desde que llegaron al falso trono, todas las jugadoras se habían unido en busca del abominable Rey Malvado. El ambiente era tenso, a punto de estallar, y a todas les brillaban los ojos. ¿Dónde está el Rey Malvado? Si logramos encontrarlo, el juego habrá terminado.

Aunque intentara calmar a todas, Nokko también estaba cerca de sus límites emocionales. Su corazón se aceleraba, su respiración era superficial y rápida, y no podía evitar el sudor frío que salía de sus poros. No podía influir bien en las demás cuando estaba así.

Ella formaba parte del equipo encargado de la zona de la ciudad, por lo que los monstruos no eran tan fuertes, y como Clantail la custodiaba, no tenía que sentirse inquieta por las batallas. Su ansiedad tenía un origen diferente. Clantail estaba terriblemente irritada y había estado pisoteando sus cascos por cualquier cosa.

Durante mucho, mucho tiempo, cada segundo parecía una hora, patrullaron la zona, sufriendo, agotadas. Y entonces, hubo un anuncio.

El evento del periodo de pre-mantenimiento implicaba una convocatoria forzosa. Aunque no quisieran participar, no tenían elección. Una vez que llegaba el momento, no importaba dónde estuvieran, eran trasladadas a la plaza de la ciudad baldía, por lo que el evento era inevitable.

Todas las chicas mágicas reunidas en la plaza parecían cansadas.

Eso era comprensible.

“¿Eh?” Lazuline hizo un ruido confuso. “¿Dónde está Bell?” Se miraron unas a otras. Detec Bell no estaba allí.

“… ¿Y Nonako?” Murmuró Clantail en voz baja. Detec Bell no era la única que faltaba. Nonako Miyokata y su dragón estaban ausentes de la plaza.

“En realidad, parece que no está en la zona del páramo en absoluto.” Lazuline estaba comprobando la posición de Detec Bell en la aplicación de mapa de su teléfono. Sólo aparecían tres de los miembros de su grupo: Nokko, Lazuline y Pfle. Sólo faltaba Detec Bell.

“Nonako, ella…” Pechka, tan pálida que parecía a punto de desmayarse en cualquier momento, comenzó a contarles lo sucedido, con los ojos fijos en un solo punto del suelo. Se tambaleó más de una vez mientras explicaba, y Clantail se movió para apoyarla a mitad de camino. A veces, Pechka miraba también hacia Rionetta, pero ésta miraba hacia otro lado, sin intentar siquiera mirar a Pechka.

Los monstruos de la zona de la biblioteca les habían asaltado utilizando tácticas totalmente nuevas. Habían lanzado un ataque por sorpresa: uno se había convertido en una silla, un espectro había utilizado su propio cuerpo como venda, y otro monstruo se había transformado en una pequeña serpiente para invadir el cuerpo de Nonako. Pechka dijo que esto había matado a Nonako.

Clantail mostró sus dientes apretados. Pechka ya no parecía estar a punto de desmayarse, sino que parecía estar al borde de la muerte. Como era la que la sostenía, Clantail no podía estampar sus pezuñas ni gritar ni desahogar ninguno de sus sentimientos, y la rabia se le notaba en la cara. Cuando Pechka terminó por fin de contar toda la historia, ponerse de pie se le hizo difícil, y Clantail la bajó para que se sentara en el lado de la fuente.

Pfle asintió. “Los dragones de la zona subterránea también se han vuelto curiosamente más coordinados. Debe ser por las mismas razones.”

También Melville habló de los goblins de la zona montañosa y de cómo estaban trabajando juntos de una manera que no lo habían hecho antes.

Y también esas máquinas que habían aparecido en la zona de la ciudad—el grupo las había abatido con sus encantos y sus armas y armaduras de gran potencia, por lo que Nokko no se había dado cuenta, pero al reflexionar más detenidamente, tuvo la sensación de que los monstruos habían actuado de forma diferente que durante sus anteriores encuentros en la zona.

“¿Y qué pasa con Bell?” Lazuline miró a cada una de las chicas mágicas a los ojos por turnos. Nokko se encontró con su mirada y bajó la cabeza por reflejo.

Lazuline encendió su teléfono mágico. “Falzey, dime, por favor.

¿Dónde está Bell?”

Durante un segundo, la imagen de Fal se llenó de ruido, una distorsión como la estática de la televisión que luego se convirtió en un polvo de copos dorados. Entonces Fal empezó a hablar como si no hubiera pasado nada. “El evento del periodo de pre-mantenimiento es obligatorio, pon. Una vez transcurrido cierto tiempo, cualquier chica mágica que no haya llegado a la plaza será transportada por la fuerza a la misma, pon. Si alguna chica mágica no aparece aquí, significa que ya no está jugando el juego, pon.”

“¿Qué significa eso?” Preguntó Lazuline.

La respuesta de Fal fue tranquila. “Es muy probable… que esté muerta, pon.”

Lazuline pisó con fuerza el suelo. “¡No puede ser! Ella estaba a cargo de investigar el castillo del Rey Malvado. Tú fuiste quien dijo que no aparecerían más monstruos allí, ¿verdad?”

“Así es, pon. No habrá más monstruos en la zona del castillo del Rey Malvado, pon.”

“¡Entonces Bell no puede estar muerta! ¡No hay manera de que ella muera en el castillo del Rey Malvado cuando no hay monstruos allí y ya activamos todas las trampas!”

“Ahora comenzaré a explicar el evento, pon.”

“¡Escúchame! ¡Hey! ¡Te estoy preguntando a dónde fue Bell!”

Una ráfaga de viento entró en la plaza, arrastrando la arena. Las chicas se cubrieron la cara con las manos. La brisa pasó, la arena se asentó y Fal comenzó a describir el evento. Fue como si el viento se hubiera llevado las preguntas de Lazuline.

“Este evento… um, ya que han llegado al final del castillo del Rey Malvado, no será el habitual evento aleatorio, sino uno especial… pon. Permítanme distribuir una guía de estrategia para todas ustedes. Todas, por favor, saquen sus teléfonos mágicos, pon.” No parecía que Fal se estuviera tomando su tiempo para explicar a propósito, y sin embargo estaba hablando con bastante lentitud. Era como si incluso Fal no se hubiera enterado de este acontecimiento.

“¿Qué ‘e ‘upone que ‘ignifica e’to?”

“Melvy se pregunta por qué repartes guías de estrategia a estas alturas.” Tradujo Lazuline. “Y eso también me molesta. Pero lo más importante, ¿qué pasó con Bell?”

“Ya está, se ha distribuido. Muy bien, este evento ha terminado, pon.” Una aplicación de guía de estrategia se instaló en el teléfono de Nokko. Cuando la inició, mostró un mensaje.

“¡No me importa esta cosa! ¡Lo importante es Bell!”

“Espera, Lazuline.” Pfle sujetó a la otra chica, que estaba dispuesta a salir corriendo. Todas las que habían revisado sus guías de estrategia se quedaron heladas.

Ahora que han llegado al trono, se han ganado el derecho a conocer el secreto del Rey Malvado. La verdad es que el Rey Malvado está entre los jugadores. Actúa en secreto por su propia condición de victoria: matar a todos los demás jugadores. Ten cuidado de que no te maten.

El mensaje fue tan directo que Nokko sintió su impacto como un golpe en la cabeza. Todo en su mente se convirtió en un enredo, y sus rodillas comenzaron a temblar. Parecía que todas las demás hablaban de algo, pero Nokko no podía oírlo.

Pfle dio una palmada. “El evento ha terminado, lo que significa que no estamos obligadas a permanecer en la plaza. Todas debemos buscar a Detec Bell. Eviten ir solas. Asegúrense de mantenerse en grupos de tres o más… para estar a salvo, sin importar quién sea el Rey Malvado.”

Antes de que Pfle terminara de hablar, Lazuline había salido corriendo con Melville y Clantail detrás.

***

Shadow Gale

El intervalo entre el evento de pre-mantenimiento y el cierre de sesión era muy corto. En definitiva, no era más que un poco de tiempo adicional o un descanso extra, no lo suficiente como para ser utilizado en algo productivo.

Siguiendo a Lazuline, que había tomado la delantera, Shadow Gale se dirigió al castillo del Rey Malvado. Una vez que llegó al castillo, inició la aplicación de mapa de Pfle y comprobó los cuatro iconos de los miembros de su grupo. El icono de Pfle y el de Nokko estaban en la entrada del castillo del Rey Malvado. Luego estaba el de Lazuline, y un icono más que debía ser el de Detec Bell. Esos iconos estaban en la terraza del castillo, en la zona de tiendas.

¿Estaban bien de tiempo? Probablemente, Shadow Gale aún podría llegar. Sin palabras, corrió con todas sus fuerzas, sus pasos golpeando el suelo de mármol. Llegó a la terraza, y cuando atravesó la entrada, los dedos de sus pies tocaron el líquido. Un olor familiar le llegó a la nariz. Era lo mismo que había olido cuando entraron tras el final del primer periodo de mantenimiento… cuando descubrió a Masked Wonder, asesinada.

Un charco de sangre se había extendido por el suelo de mármol blanco, y en su centro estaba Lapis Lazuline, encorvada sobre sus rodillas, con Rionetta, Clantail y Melville de pie a su alrededor. Clantail estaba de espaldas a Shadow Gale, hacia el exterior. Su cola colgaba sin fuerzas. Rionetta tenía la cabeza caída, sin expresión, mientras que Melville negaba con la cabeza a las cuatro chicas mágicas que habían entrado. “Lo ‘iento.” Dijo.

Los hombros de Lazuline temblaban. Se arrodilló en el centro de la piscina, temblando y sin prestar atención a la sangre que empapaba su traje azul mientras se aferraba a algo. Shadow Gale pudo ver unos zapatos, unos calcetines hasta la rodilla, una capa gris pálida, un brazo que colgaba sin fuerzas y una lupa rota. Era Detec Bell. Tenía la cabeza aplastada, un amasijo de blanco y rojo. Eso era claramente lo que la había matado.

Su traje también estaba desordenado, y no sólo porque se hubiera caído. El abrigo estaba destrozado, la gorra rasgada y la camisa y la falda remangadas. El estado desordenado de su ropa sugería que el asesino había estado buscando algo.

Todas se quedaron sin palabras, contemplando la espantosa transformación de Detec Bell.

“Se supone que debo entregarlo a la chica mágica azul, ¿verdad?”

Shadow Gale levantó la cabeza ante la repentina y desconocida voz y miró hacia Pfle. Pfle también pareció sobresaltarse y le devolvió la mirada. Shadow Gale escudriñó la terraza. Clantail se volvió hacia ellas, Rionetta levantó la cabeza, Pechka parecía asustada y Nokko estaba preparando su fregona. Melville se había desvanecido, fundiéndose en el blanco del mármol. Lazuline, que seguía acunando a Detec Bell, retrocedió sin levantarse de las rodillas, apoyando la espalda en la pared mientras miraba con cautela a su alrededor.

No había sido ninguna de ellas. Esa voz no había pertenecido a una chica mágica o a Fal. Era más humana, como la voz de un hombre de mediana edad. Nadie en el juego hasta ahora podía hablar así.

“¿Podría apartarse?” Otra vez la misma voz. Shadow Gale sintió algo extraño a sus pies y miró hacia abajo para ver una cara gigante. Entró en pánico y saltó hacia atrás. Las otras chicas mágicas también se apartaron de la cara. Al desaparecer el peso, el enorme rostro hizo una expresión de alivio y exhaló un uff. Para ser un rostro humano en el suelo, su estilo y expresión eran bastante caricaturescos. Pero a pesar de eso, toda esta zona estaba cubierta por un charco de sangre, incluyendo inevitablemente los rasgos estilizados, lo que sólo hacía que la vista fuera especialmente grotesca. Shadow Gale se estremeció.

El rostro, que parecía un hombre de mediana edad sacado de un anime o un manga, miró a todas las chicas mágicas alarmadas. Entonces debió de pensar en algo, ya que soltó otro uff y empezó a hablar. “No puedo darles ninguna pista.” Sus grandes ojos giraron y miraron hacia Detec Bell, que seguía en brazos de Lazuline. “Pero, al menos, haré un favor si me lo piden. Dijo que le entregara esto a la chica mágica de azul.” El rostro aspiró sus mejillas, hizo un mohín con los labios y escupió algo de su interior. El objeto rodó por el charco de sangre, arrastrando una línea de líquido que probablemente era saliva, hasta que se detuvo a los pies de Lazuline. Era un teléfono mágico.

“Entonces, adiós.” Las protuberancias y las hendiduras del suelo desaparecieron, su silueta se desvaneció y todo lo que había conformado el rostro gigante se desvaneció. Sólo quedó el suelo de mármol blanco, una gran cantidad de sangre y el teléfono mágico, manchado de saliva y sangre.

Sin inmutarse por los escupitajos y la sangre, con Detec Bell aún acunada en su brazo derecho, Lazuline alargó la mano para tomar el teléfono mágico con la izquierda y lo encendió. Se activó. Probablemente había recibido un trato bastante duro, pero aparentemente no estaba roto. “Este es… el teléfono mágico de Bell,

¿no?”

¿El teléfono mágico de Detec Bell había salido de la boca de una cara gigante? Pfle suspiró sobre la espalda de Shadow Gale. Le hizo cosquillas en los pelos de la nuca y se sintió asqueroso.

“La magia de Detec Bell consistía en conversar con los edificios.” Dijo Pfle. “¿Alguien sabe cómo ejercía su magia?”

“Bell me dijo que besaba un edificio y hablaba con la cara que aparecía allí. Pero se quejó de que no podía usar su magia dentro del juego.”

“Estrictamente hablando, apostaría a que no es que no pueda usarla, sino que no puede obtener ninguna información de los edificios.” Dijo Pfle, pensando en voz alta. Puede que estuviera observando las reacciones de las otras chicas mágicas mientras lo hacía. “Eso explicaría lo que acaba de decir esa cara grande. Pero parece que aunque no pudiera obtener información de los edificios de aquí, le harían favores. Y el favor que pidió fue entregarte este teléfono mágico, Lazuline.”

Lazuline miraba fijamente el teléfono mágico que tenía en sus manos.

“Detec Bell eligió usar su magia para confiar su teléfono a la cara e incluso indicó quién debía recibirlo, lo que significa que hay alguien más que no quería que lo tuviera. Mira, su ropa está desordenada. Lo más probable es que alguien intentara robar su teléfono mágico. Pero fracasó.” Todas contuvieron la respiración, escuchando atentamente a Pfle mientras hablaba.

“Podemos hipotetizar dos cosas en este momento. Primero, el que intentó robar su teléfono no era un monstruo. Probablemente fue uno de los jugadores, el que la mató: el Rey Malvado.” Alguien dejó escapar un pequeño grito. “Lo otro es que en ese teléfono mágico se esconde información importante. Es tan importante que, a pesar de saber que estaba a punto de morir, Detec Bell trató de dejárselo a Lazuline.”

Pfle utilizó su teléfono para sacar su alfombra mágica. Se dejó caer desde la espalda de Shadow Gale sobre la alfombra y miró al cielo. “No tenemos mucho tiempo.” El sol seguía brillando con fuerza, pero en el juego, la puesta de sol era repentina. Intuitivamente, Shadow Gale sabía que estaba cerca de la puesta. En otras palabras, podía decir que la hora de cierre de la sesión estaba casi encima de ellas.

Pfle tomó el teléfono mágico de Lazuline e hizo descender su alfombra unos centímetros, casi hasta el suelo, para que todas pudieran ver la pantalla. Comenzó a teclear en el teléfono mágico. Comprobó los miembros de su grupo, la cantidad de caramelos que poseía, su libreta de direcciones, los mensajes, el historial de navegación por Internet, el bloc de notas, y finalmente se detuvo en su lista de objetos. “¿Qué es esto?”

El Dispositivo de Restauración de la Memoria. Shadow Gale nunca había visto este objeto. Por el historial de Detec Bell, pudieron ver que había sido comprado en la tienda del castillo del Rey Malvado. Pfle lanzó la aplicación e inspeccionó su contenido.

¿RESTAURARÁ LOS RECUERDOS PERDIDOS? SÍ O NO.

“¿Qué significa esto?” Pfle pulsó el SÍ con el dedo. La iluminación detrás del NO desapareció, y el SÍ brilló en blanco. Un mensaje apareció en la pantalla:

Las memorias han sido activadas. Las memorias perdidas de las jugadoras se restaurarán a partir del comienzo del próximo período de mantenimiento.

Había llegado el momento. El sol se convirtió en sombra, la conciencia de Shadow Gale se desvaneció, y entonces estaba sentada en su cama en su propia habitación como Mamori Totoyama. Kanoe estaba frente a ella. Estaba sentada en la silla de Mamori, igual que antes de que se conectaran de nuevo al juego.

De repente, el interior de su cabeza era tan brillante y claro como el día. La niebla desapareció y todos sus recuerdos volvieron a aparecer. Mamori se agachó y vomitó una y otra vez en el suelo.