Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

“SR. DOGLUD, había otro asunto sobre el que deseaba preguntarle”.

Hombre teníamos la ventana perfecta para escabullirnos, pero ahora el anciano estaba entablando una nueva conversación con Doglud.

“Lo siento”, dijo Doglud. “Yo tampoco pude conseguirlo”.

“Ya veo. Incluso tú, con todas tus conexiones, no pudiste encontrarlo…” El anciano suspiró en silencio.

¿Había pedido algo además de la pintura? Hm… y Doglud no había sido capaz de localizarlo…

“¿Ni siquiera pudiste encontrar al autor?” añadió el anciano. “Si pudiéramos encontrar a la persona que lo creó, es posible que podamos encargar otro libro ilustrado”.

Entonces, ¿era el autor de algún libro ilustrado lo que estaban buscando?

“Durante toda nuestra investigación, solo pudimos encontrar la palabra ‘oso’. Ni siquiera pudimos localizar un autor. La única otra información que pudimos determinar fue que aquellos que tienen el libro están relacionados de alguna manera con el castillo”.

Disculpe, ¿qué?

¿Acaba de decir que el autor era “Oso”? ¿Y las únicas personas con el libro tenían alguna conexión con el castillo? Eso significaba…

“Quería tanto ese libro de osos para mi nieta”.

¿Un libro de osos?

“Lamento mucho las molestias”, dijo Doglud.

¿Estaba buscando el libro de osos que escribí?

“Hablando de osos…” El anciano me miró.

¿Sí? Pensé. Así que soy un oso, ¿y qué?

Doglud también me miró. “Ahora que lo pienso, escuché rumores de una chica con traje de oso que visita el castillo…”

“Tú mismo te vistes como un oso”, dijo el anciano. “¿Por casualidad la conoces?”

Podría haber dicho que sabía hacer sentadillas. Eso hubiera sido tan fácil.

“¿De verdad quieres tanto ese libro?” Pregunté en su lugar.

“Una de las amigas de mi nieta de la capital le mostró el libro y se encariñó mucho con él, pero no he podido conseguir una copia por mucho que lo intento”.

También había estado tratando de conseguir el brazalete para su nieta, y no parecía un mal tipo. Después de pensarlo por un tiempo, saqué un libro de mi almacenamiento de osos.

“¿Era este el libro de osos que estabas buscando?”

En el momento en que el anciano lo vio, lo alcanzó. “¡Ese es! ¡Es este!” Una vez que tuvo el libro en sus manos, se puso de pie y gritó. “Entonces el oso que escribió esto es…”

“Ese sería yo”. Pensarías que sería obvio, dado todo mi estilo, ¿no es así, amigo mío?

“¿Y el oso que visita el castillo en la capital?”

“También yo, a menos que algo realmente extraño esté pasando”.

“Ya veo, entonces tú eres el autor”. El anciano me miró de nuevo. “Si puedo ser tan atrevido, ¿me dejarías tener este libro? Te pagaré, por supuesto”.

Como lo estaba haciendo por su nieta, no me importaba, pero tenía curiosidad por saber cuánto me ofrecería por él.

“¿Cuánto?” pregunté.

“Tanto como desees”.

De acuerdo, eso era simplemente ridículo. ¿Cómo se suponía que ibas a responder algo así? Sin embargo, no era como si quisiera el dinero, y lo pedí como una broma en primer lugar.

Continuó, sin una nota de vacilación en su voz. “¿Cuánto tendría que ofrecer para quitarte esto de las manos, mi querida osa?”

Sentí que me estaba juzgando. Espera… ¿este tipo me estaba probando? ¿Se suponía que debía pedir un precio premium? ¿Por el precio normal de un libro ilustrado? Espera, ¿cuál era el precio normal de un libro ilustrado?

“Entonces, ¿cuál es tu respuesta?”

Uhhh, realmente estaba subiendo la temperatura de repente. No era rival para un comerciante, obviamente. Sentí que perdería este partido si solo decía un precio aleatorio. Aun así, no estaba exactamente entusiasmada con solo entregarle el libro por nada. Así que…

“Tu nieta puede pagarme directamente”.

“¿Qué?” Te tomó por sorpresa, viejo, ¿eh? ¿Supongo que eso significaba que gané? Parecía francamente estupefacto.

“Todo depende de si sonríe cuando le das ese libro. Si ella no parece emocionada de tenerlo, entonces no lo venderé sin importar cuánto me pagues. Pero si me regala una sonrisa espectacular, se lo puedo regalar”.

“Oh, ho, ¿estás segura de que estás bien con eso? Crees que puedes apostarlo todo a la sonrisa de mi nieta, ¿verdad?” Él sonrió. Supongo que le gustó mi propuesta.

Esa mirada firme que tenía, como si me estuviera evaluando, desapareció. Aun así, no era como si ver a su nieta sonreír significara que perdiera este partido.

“No puedes comprar la sonrisa genuina de un niño, no importa cuánto dinero tengas”, dije.

“¡Absolutamente correcto!” Él sonrió.

“¿Qué hubieras hecho si te hubiera pedido una tonelada de dinero?”

“Si hubiera podido pagarlo, lo habría hecho. Si no, me hubiera dado por vencido. Por suerte, tuviste una respuesta diferente para mí. Ha pasado mucho tiempo desde que alguien me hizo sonreír así. Nunca hubiera esperado que alguien exigiera la sonrisa de mi propia nieta como pago”.

Quizás. Pero verla entusiasmada con el libro era el mejor pago de todos. “Me aseguraré de que pagues ese precio, ya sabes”.

“Mi nieta tiene alegría de sobra. Obtendrás más que suficientes sonrisas”.

Hablando acerca de un abuelo cariñoso. Parecía que todos éramos ganadores aquí, al final. Por lo menos, no teníamos ningún perdedor. Para él, ver sonreír a su nieta era una pequeña victoria en sí misma.

Yo también había ganado. Mi libro estaba siendo intercambiado por sonrisas, después de todo. Por otra parte, me sentiría como una gran perdedora si ella obtuviera el libro y no estuviera realmente interesada en él.

“Tengo una cosa más que preguntarle, señorita”, dijo el anciano. “¿Qué conexión tienes con el castillo? ¿Por qué no hemos podido aprender nada sobre el libro?”

“Le pedí a Su Majestad que lo mantuviera en secreto”.

“¿Su Majestad?”

Tanto el anciano como Doglud parecieron estupefactos cuando mencioné al rey. “Hice el libro para Lady Flora al principio. Pero luego todos los que trabajaban en el castillo la vieron con él y también comenzaron a querer copias. Les dejo tener copias, pero solo en el castillo. Tampoco quería que nadie supiera sobre mí, así que les pedí que mantuvieran en secreto al autor”.

“Eso explica por qué no pudimos encontrar nada sobre el libro”. El anciano asintió. “Veo por qué todos mantuvieron los labios apretados al respecto”.

“¿Por qué no lo vendes en todas partes?” preguntó Doglud. “Estoy seguro de que esto volaría de los estantes, especialmente con el sello de aprobación del rey”.

“Realmente no necesito el dinero, y que la gente sepa que lo he escrito no traería más que problemas”.

Les pedí a todos en la sala que guardaran silencio sobre el libro. Todos estuvieron de acuerdo de inmediato… probablemente no querían invitar a la ira del rey sobre ellos, después de todo. Quiero decir, ¡el rey había puesto una orden de mordaza para mí! No podía simplemente entregarles el libro sin asegurarme de que guardarían silencio. Eso sería un desperdicio.

Nunca se sabe cuándo será útil tener un rey que te respalde.

“Parece que el rey te ha tomado bastante cariño, ¿no es así?” señaló el anciano. “Dudo que hiciera todo lo posible para esconder al autor de cualquier libro ilustrado normal”.

Supongo que tenía un punto. De alguna manera lancé esa solicitud, pero el rey se lo tomó muy en serio. Tal vez era solo uno de mis mil millones de secretos, en lo que respecta al rey. Sabía sobre los diez mil monstruos que había matado, el kraken y ese túnel que había construido. Además, probablemente alguien le había informado sobre esos golems de hierro. Un libro ilustrado era una gota en el balde de secretos en comparación con todo eso.

“Entonces, mi querida niña oso, ¿me acompañarías a ver a mi nieta ahora mismo?”

“¿En este momento?” ¿No era todo esto un poco rápido?

“¡No puedo esperar para ver la sonrisa de mi nieta!” Por la expresión de su rostro, no creo que acepte un no por respuesta.

Eh. No era como si tuviera algo en la posada de todos modos. “Está bien. Iré contigo. Sanya, puedes volver a la posada antes que yo, para que no tengamos a Luimin preocupada”.

Probablemente Luimin estaba bien ya que Miranda estaba con ella, pero estaba segura de que estaba preocupada.

“¿Estás segura de ir por tu cuenta?” preguntó Sanya, por alguna razón. Vamos, Sanya sabía muy bien de lo que era capaz. ¿Por qué estaba tan preocupada?

Aunque… el hecho de que le importara se sentía bien.

“Yuna, no puedes ir aceptando peleas incluso si no eres quien las inicia, ¿oíste?”

Oh, entonces eso era lo que le preocupaba. No podía hacer ninguna promesa al respecto. Pobre Sanya, pensando que podría suprimir el alma ardiente de un jugador. Aun así, era bastante selectiva con respecto a con quién peleaba en estos días, por lo que Sanya realmente no tenía que preocuparse por eso.

Sanya se dirigió a la posada y yo fui al carruaje del anciano para encontrarme con su nieta.

El cielo se había despejado. Sin embargo, había estado lloviendo a cántaros justo antes. Seguro que el clima era extraño hoy, con todos estos ciclos de arranques y paradas.

El conductor del coche que había estado parado en la entrada se sentó en el carruaje. Tuvimos un comienzo lento. Como estaba sola en el carruaje con el anciano, nos presentamos correctamente.

“Entonces… Yuna, ¿verdad? Ahora, ¿me dirás por qué tienes ese atuendo?”

La pregunta en la mente de todos, ¿eh? Bueno, ¡tuve una brillante respuesta para eso!

“Tengo mis razones”.

“No profundizaré en eso, entonces. La experiencia me dice que no haga más preguntas”.

La razón no era realmente profunda. Simplemente no podía decirle a nadie la verdad.

“¿Cuántos años tiene su nieta, señor Retbelle?” Realmente no podía contarle mucho sobre mí, así que decidí cambiar de tema. (Soy muy bueno en eso.)

“Ella tiene cinco años este año, ella es muy linda ¡Se parece a mí!”

¿Estaba insinuando que era lindo? ¿Pero cómo? ¿Y se suponía que era linda porque se parecía a él? Tal vez si ella tuviera su nariz o algo así, estaría bien, pero… vamos.

No le había pedido más detalles, pero comenzó a decir lo linda que era su nieta. Claro, había sido yo quien había cambiado el tema de conversación, pero seguro que él estaba hablando mucho sobre su nieta. Por otra parte, podría hablar de lo linda que era Fina todo el día. En algún lugar en medio de mí, dejándolo presumir de su nieto, el carruaje se detuvo.

Finalmente habíamos llegado.

“¿Ya está aquí, entonces?” se preguntó el anciano. “Había mucho más que tenía que decirte”.

Realmente había escuchado suficiente. Realmente escuché lo suficiente.

Cuando salí del carruaje, descubrí que estábamos justo en frente de un edificio alto. ¿Parecía que tenía unos cinco pisos de altura?

“La parte de abajo es donde está nuestro negocio, y la parte de arriba es mi casa”.

En otras palabras, era dueño de todo el edificio.

“Rodis, si te importa el carruaje.”

“Como desee, señor”, respondió el hombre en el asiento del coche y se llevó el carruaje. Se fue y nos dirigimos al edificio.

Retbelle subió las escaleras y me llevó a la casa. “Lo siento, ¿esperarías aquí? Te traeré a mi nieta”, dijo, y salió de la habitación.

Miré a mi alrededor mientras lo esperaba. El lugar estaba decorado con pinturas y jarrones, pero no tenía ni idea de si contaban como elegantes o no.

Aun así, me hizo pensar. Me gustó la idea de conseguir algo para decorar mi casa de osos. ¿Quizás un oso o algo que les gustara a Fina o Shuri? ¿O tal vez pintaría un oso yo misma?

Sin embargo, se sentía un poco extraño decorar mi casa con algo que había hecho yo misma. ¿Tal vez sería mejor que Fina y Shuri dibujaran algo para mí?

Mientras me preguntaba sobre eso y revisaba la habitación, la puerta se abrió y entró Retbelle. “Gracias por esperar”.

Había una niña pequeña escondida detrás de él.

La miré. Sí, ningún parecido familiar, ni siquiera en lo más mínimo.