Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

“¡YUNA, espera un minuto!”

No era como si pudiera detener instantáneamente mi brazo cuando ella me gritó. No, demasiado tarde: mi puñetazo de oso hizo contacto.

“¡Urgh!” Mi marioneta de oso se hundió en el estómago del hombre sapo.

“Fui demasiado lenta…” dijo Ellelaura.

Nah, había llegado aquí justo a tiempo. Había reducido a la mitad el poder de mi puñetazo de oso específicamente porque ella me había gritado. Se notaba porque el tipo sapo no había volado y sus tripas aún descansaban cómodamente en su cuerpo. Estaba inconsciente y echando espuma por la boca, eso era todo.

“¿Ellelaura? ¿Por qué estás aquí?” le pregunté mientras entraba por la puerta que había volado.

“Te vi montando tus osos como una lunática justo cuando regresaba del Gremio de Comerciantes, así que simplemente tuve que correr. No pude evitar seguirte después de ver esa mirada en tu rostro”.

¿Una lunática? ¿La mirada en mi cara realmente había sido tan aterradora? Pensé en mi partida. De acuerdo, sí, probablemente. Fina y las demás habían sido atacadas; sería extraño si no hubiera estado enojada.

“Pero por favor, no hagas que tus mayores corran así”, agregó Ellelaura.

Ella no parecía tan sin aliento. ¿Y a quién estaba llamando anciana? Apenas parecía tener veintitantos años. Mientras hablábamos, tres personas sin aliento aparecieron detrás de ella. Reconocí a uno de ellos, se parecía a Ranzel. Me había ayudado en el festival de cumpleaños del rey con todo el asunto de los bandidos, y con esa conmoción cuando intenté comprar queso. Los otros dos eran nuevos para mí. Estaban con Ranzel, ¿así que tal vez también eran caballeros?

Aunque los tres caballeros estaban sin aliento, Ellelaura estaba tranquila y serena. ¿Qué era ella, entonces?

“Entonces, Yuna… ¿puedes explicar todo esto?” Ellelaura preguntó mientras miraba a su alrededor, asimilando el, eh… estado actual de las cosas.

La puerta había volado, parte de la pared se había derrumbado y dos personas eran un desastre sangriento. Además, había un sapo inconsciente, todavía echando espuma por la boca. Los sirvientes estaban temblando. Mirándolo de nuevo, era una especie de escena terrible de contemplar. Según todos los informes, parecía que un oso había aterrorizado el lugar, no es que me arrepintiera.

Nah, no había alborotado lo suficiente.

Le expliqué que había venido aquí para rescatar a Misa después de que la secuestraran.

“¿Secuestrado?” Ellelaura se sorprendió por eso. Miró a Misa.

“Todas fuimos atacadas cuando estábamos mirando las flores”, intervino, “¡pero Yuna vino de inmediato a rescatarme!”.

Resumí lo que había sucedido en la casa de Gran. Por supuesto, también la puse al tanto de Fina y Noa.

“¿Están bien?”

“Solo perdieron el conocimiento. Estarán bien”.

Ellelaura pareció aliviada por eso, aunque luego frunció el ceño al sapo colapsado. Sí, obviamente se enfadaría si se enterara de que su amada hija había sido atacada. “¿Y por eso estabas tan molesta? ¿Es por eso por lo que saqueaste este lugar?”

De acuerdo, duro pero cierto… pero en última instancia, todo fue culpa de los secuestradores.

Ellelaura pensó un poco y luego se volvió para hablar con los sirvientes y los guardias. “Soy Ellelaura Fochrosé. En nombre de Su Majestad el Rey, detendré a Gajurdo Salbard. También los entrevistaré a todos ustedes y les sugiero que respondan con honestidad. Si mienten, las consecuencias serán tan graves como el propio delito”.

Los guardias y los sirvientes intercambiaron miradas entre ellos.

“Si somos honestos, ¿se reducirían nuestros crímenes…?”

“Si sus crímenes no son verdaderamente terribles, tiene mi palabra de que sus sentencias serán reducidas”.

La mitad de los guardias se miraron los pies y la otra mitad pareció aliviada. Los sirvientes básicamente reaccionaron de la misma manera.

“Si tienen la intención de cooperar, saquen sus tarjetas de gremio y ciudadano”, les ordenó Ellelaura a todos.

Si no tenían una tarjeta, no podían salir de la ciudad. También era una forma de despojarlos temporalmente de su estatus. Si solo hubieran perdido su tarjeta, podría volver a emitirse, pero ese no era el caso de los delincuentes. Si intentaran huir, nunca más podrían volver a la ciudad.

Los soldados y sirvientes presentaron obedientemente sus tarjetas de identificación, que Ranzel y los otros dos recogieron. Nada bueno saldría de desobedecer las órdenes.

“Ranzel, Volz, comiencen arrestando a los tres principales delincuentes. Después de eso, entreviste a todos en la propiedad, pero no maltraten a nadie”.

“¡Sí, señora!” Corrieron hacia el hombre del manto negro con la cara destrozada, y hacia el hijo idiota y su padre sapo.

“Mishel”, dijo Ellelaura, “ve a la casa de Fahrengram y llama a Cliff y Gran. No olvides traer algunos guardias, por supuesto”.

“¡Sí, señora!” Mishel salió de la mansión.

“Ahora, entonces… ¿qué debo hacer con el resto de esto?” Ellelaura miró a su alrededor. Ranzel estaba atando al sapo, a su retoño idiota y al hombre del manto negro. Todos los demás se habían reunido obedientemente en un solo lugar. “Ranzel, ¿crees que puedes recuperar la conciencia de esos tres?”

“Lo dudo. Están fuera de combate. Yo diría que dos de ellos están en estado crítico”.

Les había dado un buen puñetazo… y casi me había convertido en una asesina, ahora que lo pensaba. Matarlos me hubiera dejado un mal sabor de boca. Me hubiera sentido mejor simplemente golpeándolos.

“Hay muchas cosas que necesito preguntarles a esos tres, por lo que estaríamos en una situación desesperada si murieran. Por favor, administre los primeros auxilios”, instruyó Ellelaura a Ranzel, luego se volvió hacia Misa, que se aferraba a mí. “Misana, quiero preguntarte algo. ¿Está bien?”

“De acuerdo…”

“¿Había otros niños además de ti? Es suficiente si tan solo escucharas sus voces.”

Misa negó con la cabeza. “Estaba con los ojos vendados. Tampoco escuché a nadie más”.

“¿Es eso cierto? Supongo que tendré que interrogar a Gajurdo directamente, tal como pensaba”.

“¿Por qué?” pregunté.

“Parece que los hijos de los comerciantes también han sido secuestrados por Gajurdo. Fui al gremio hoy y hablé con los comerciantes exactamente sobre eso. Justo cuando estaba pensando qué hacer, dejé el gremio y te vi.”

“¿Entonces eso significa que probablemente hay otros niños aquí?”

“Ciertamente existe la posibilidad”.

Eso había estado cerca… Estuve así de cerca de derribar la casa en mi ira. Si Ellelaura no hubiera llegado, lo habría hecho sin pensarlo dos veces… derribar todo el lugar sobre los niños. Habría sido una pesadilla… un día me enteraría de que habían desenterrado un montón de cadáveres de niños.

“Por eso quería preguntarle a Gajurdo sobre los niños secuestrados”, dijo Ellelaura. “Entonces, supongo que tenemos que despertarlo”.

El hombre sapo seguía inconsciente y echando espuma por la boca. Realmente no estaba en condiciones de ser interrogado. Pero, como era un sapo, ¿tal vez se despertaría si le arrojara un poco de agua? Aun así, incluso si no se despertaba, tenía mi habilidad de detección: Kumayuru y Kumakyu estaban aquí. Si los niños secuestrados estuvieran en la finca, los encontraríamos.

Ellelaura se acercó al sapo inconsciente y extendió su brazo. El agua salió de su mano directamente a la cara del hombre sapo. Lo sabía, ella era una maga. Su hija Shia lo era, así que eso no era tan sorprendente.

“¿Q-qué está pasando…?” El hombre sapo abrió los ojos. Efectivamente, el agua había revivido al sapo. “¡¿Por qué estoy atado?!” Luchó contra sus ataduras.

“Cuánto tiempo sin verte, Gajurdo”, lo saludó Ellelaura.

“¡¿Ellelaura?! ¡¿Por qué estás aquí?!”

“Vine a inspeccionar a Sheelin por orden de Su Majestad. He escuchado algunos rumores oscuros que salen de esta ciudad, últimamente. Nunca pensé que escucharía que la nieta de un señor feudal fuera secuestrada”.

“No sé nada de eso”, insistió Gajurdo. “Mi hijo hizo eso solo. Yo no tomé parte en ello. Si puedes atraparlo, puedes tenerlo. ¡Incluso lo repudiaré!” El hombre sapo miró al niño dormido a su lado.

“Un niño es responsabilidad de los padres”, declaró Ellelaura. “La nieta de un señor feudal fue secuestrada y mi propia hija fue atacada. ¿Crees que puedes pasar la pelota tan fácilmente?” La rabia brotó detrás de sus palabras.

“De todos modos, ¡eso no tiene nada que ver conmigo! ¡Libérame de estas ataduras de una vez! ¡Soy un noble!”

Que parlanchín. Tal vez podría darle otro golpe para silenciarlo. Pero Ellelaura quería golpearlo más que yo, y lo estaba soportando. Vamos, aguanta… aguanta…

“¿Podrías dejar de decir que eres un noble? Es bastante vergonzoso. Si a Yuna se le metiera en la cabeza que estamos en la misma clase, difícilmente podría seguir viviendo. Incluso si su hijo fue quien secuestró a Misana, usted es quien secuestró a los niños de los comerciantes, ¿no es así?”

“¿De qué estás hablando?” dijo Gajurdo. “No sé nada de eso”.

“Ah, ¿es así? Si insiste en su ignorancia, entonces nos dejará investigar su patrimonio”.

“¡¡¡Indignante!!! ¿Crees que puedes salirte con la tuya? ¡¿Cómo puedes justificar eso?!”

“Bastante fácil. Ya has secuestrado a la nieta de la familia Fahrengram. ¿De verdad crees que puedes negarte a someterte a una investigación en este estado?”

Estaba apretando los dientes con frustración, pero luego una sonrisa apareció en su rostro de inmediato. “Supongamos que tienes la autoridad para hacer esto, pero yo solo estaba cuidando de ellos. Incluso tengo contratos escritos, así que no he secuestrado a nadie”.

Eso fue algo insoportablemente escandaloso de decir.

“Estoy seguro de que obligaste a sus padres a firmar esos contratos amenazando a sus hijos”, respondió Ellelaura.

“No tienes pruebas de eso. Todo lo que tienes son niños de los que estoy cuidando legalmente”. El hombre sapo sonrió, a pesar de estar atado. No sabía qué tipo de acuerdos escritos eran, pero seguro que parecía confiado. Cuando vi la cara sombría de Ellelaura, me di cuenta de que había algo de peso en lo que estaba diciendo. Incluso en mi mundo original, había oído hablar de vendedores corruptos que engañaban a las personas para que firmaran cosas y luego las obligaban a pagar. Un contrato podía llegar muy lejos.

“Ya veo”, dijo Ellelaura. “Bueno, eso está bien. Seguiremos buscando en todos los rincones de esta propiedad. Por supuesto… eso incluye tu habitación. Tengo muchas ganas de ver lo que surge, aparte de los niños”. Ellelaura parecía francamente malvada.

“¡Absurdo! ¡No puedes simplemente realizar una búsqueda!” exclamó Gajurdo.

“No necesitamos tu permiso. Ya tengo permiso de Su Majestad.”

“Su Majestad…”

Ellelaura saco una hoja de papel de su bolsa de objetos y se la mostró al hombre sapo. “¿Mira aquí? Si comete un delito, se me encomiendan poderes de investigación. Para ser honesto, nunca pensé que realmente los usaría”.

La expresión del hombre sapo se volvió fría al ver el papel de Ellelaura. “Pero mi hijo fue el que…”

“Todo es lo mismo. Tu hijo secuestró a Misana Fahrengram. Tú mismo lo admitiste. Por eso, podemos buscar en todos los rincones y grietas de esta propiedad. Si se le hace saber a Su Majestad que no está haciendo nada desagradable, entonces no habrá ningún problema”. Ellelaura estaba súper enojada.

“¡Inconcebible! ¡¡¡Que alguien me salve!!! ¡Te pagaré! ¡¡¡Mata a esta mujer!!!”

Todos los sirvientes ignoraron al hombre sapo y miraron hacia otro lado. Nadie iba a escuchar las órdenes del sapo en una situación como esta.