Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

KUMAYURU Y KUMAKYU me llevaron a una mansión del mismo tamaño que la de Gran. Abrí la puerta del patio con magia de viento. Luego, me bajé de Kumayuru y caminé lentamente, mis osos me seguían de cerca.

“¡Alto! ¿Quién está ahí?” Un guardia corrió hacia mí, desenvainando su espada.

“¿Dónde está Misa?” El tono tranquilo y silencioso de mi voz me tomó incluso por sorpresa.

“¿De qué estás hablando?” Entonces, él no sabía.

Pero él estaba en el camino. Lo silencié con un puñetazo de oso. El hombre se derrumbó y cayó. Pasé por encima de él para llegar a la puerta principal. Luego le di a la puerta un golpe agradable y amistoso, abriéndola de par en par con otro puñetazo de oso. La puerta hizo un golpe satisfactorio cuando salió volando. Deshacerme de esa puerta realmente abrió el lugar… incluso mis osos podían deslizarse por la abertura con espacio de sobra. Además, esta casa estaba a punto de ser desmantelada. Ya no era como si necesitaran una puerta.

“Kumayuru, Kumakyu”, dije, haciendo que mis osos comenzaran a caminar.

Me estaban guiando a Misa. En el momento en que comencé a caminar, apareció un tipo que parecía el dueño de la finca. El tipo tenía cara de sapo. Ese chico también estaba con él… el que había buscado una pelea con Misa.

Por supuesto que habían sido ellos.

¿Simplemente regresaron a casa con Misa después de atraparla? ¿Eran idiotas?

“¿Cuál es el significado de esto? ¿Quién eres tú? ¡¿Y esos son osos?!”

No estaba de humor para responder preguntas. “¿Dónde está Misa?” Mi voz era un gruñido bajo.

“Eres ese oso de aspecto extraño de antes…”

“Así que. Te acuerdas de mí. Ahora, preguntaré de nuevo… ¿dónde está Misa?”

“¿De qué estás hablando?” respondió el sapo en lugar del niño.

¿Haciéndose el tonto? Bien.

Disparé un pequeño tiro de aire al hombre sapo. El sapo se agarró el estómago y cayó sobre sus rodillas. Vamos… No le había dado ningún golpe. ¿Realmente le había dolido tanto? Deberías ahorrar toda esa energía. ¡El verdadero infierno venía después de esto!

“La encontraré me digas o no dónde está. La verdadera pregunta que tienes que hacer es ¿qué voy a hacer contigo después…?” Si Misa estuviera herida, no los dejaría ir fácilmente.

“¿Q-qué estás diciendo?” El hombre sapo hizo una mueca de dolor cuando trató de girarse y mirarme.

Lo ignoré y comencé a caminar. Kumayuru y Kumakyu me seguían cuando una sombra saltó desde arriba de las escaleras y lanzó una bola de fuego a mis osos. Mis osos lo esquivaron fácilmente.

“¿Tus osos esquivaron eso?” Apareció un hombre vestido con un manto de negro. “¿Qué es ese disfraz ridículo? ¿Y esos osos? ¿Quién eres tú y cómo te diste cuenta de que te estaba espiando?” Solo un momento después de conocer al tipo, ya estaba fanfarroneando con algunas tonterías extrañas.

Y siguió… “¡No puedo creer que me hayas visto cuando te miraba desde tan lejos!” ¿De qué diablos estaba hablando este tipo?

“No había podido encontrar una oportunidad para hacerlo debido a ellos, ya ves. Luego, finalmente, cuando las niñas estaban solas juntas, la atrape. Pero tú… ¡¿Cómo llegaste aquí tan rápido?! ¡Estabas afuera! ¡No deberías haberte enterado todavía!” gritó el hombre de negro.

“¡Brad! ¡Mantén tu boca cerrada!”

“No tiene sentido ocultarlo. La chica del disfraz de oso ya se dio cuenta”.

Entonces… el tipo del manto negro era el secuestrador de Misa. Eso también lo convertía en el tipo que había golpeado a Fina y Noa. Al final, no había sido demasiado complicado localizarlo. Y ni siquiera parecía sentirse culpable.

Lo que significaba que era hora de golpear al tipo. Acababa de aparecer frente a mí… ¡qué suerte! Estaba sonriendo antes de darme cuenta.

“¿Que es tan gracioso?”

“¿Vaya? Me alegro de que haya sido tan fácil encontrar al tipo que golpeó a Fina”.

“¡Brad!” rugió el hijo del sapo. “¡Esto no habría sucedido si hubieras cubierto tus huellas! ¡Ahora limpia tu desorden… y deshazte de esa chica extraña y sus osos aún más extraños!”

“Bueno… uno hace lo que debe,” dijo el hombre de negro. “Normalmente, cobraría extra por esto, pero un profesional es dueño de sus errores. ¡Este va por cuenta de la casa!”

El hombre corrió directamente hacia mí, lanzando bolas de fuego sin dudarlo. Las rechace con mi guante de oso blanco y le devolví el favor con mi propia bola de fuego. Brad saltó hacia atrás para esquivarlo.

“Bloqueaste mi magia y contraatacaste con la tuya”, dijo Brad. “Eres una joven interesante. Pensé que eras solo una niña, pero supongo que no puedo subestimarte”.

El hombre se lamió los labios como si fuera un depredador, y yo era su presa.

(¡Desagradable, amigo! Casi vomito).

“Brad, ¡¿por qué estás usando magia?! ¡¿Estás tratando de destruir mi casa?!”

“¡La chica oso también está usando magia!”

“¡Olvida eso! ¡Solo haz algo con ella! ¡Rápidamente!” gritó el hombre sapo. “¡Ustedes, será mejor que tampoco la dejen escapar!”

Mirando detrás de mí, había un grupo de guardias bloqueando la puerta principal. Bueno… digo que estaban vigilando la puerta, pero Kumayuru y Kumakyu obviamente los estaban poniendo un poco inquietos. Probablemente se marcharían si mis osos se acercaran a ellos.

“Hubiera preferido más espacio para una pelea”, dijo el hombre de negro, “pero esto tendrá que funcionar”.

Blandió un cuchillo y lanzó su ataque. Podía ver claramente los movimientos del hombre, desde dónde se dirigía hasta la trayectoria del cuchillo, vi a través de todo. Esquivé el cuchillo del hombre cuando se acercó y disparé un puñetazo de oso a su cara; pero lo esquivó. El hombre sonrió cuando nos cruzamos, lo que avivó mi rabia. Se estaba volviendo bastante arrogante por esquivar solo un golpe.

El hombre blandió el cuchillo, pero era lento. Agarré su cuchillo con mi títere de oso blanco. En ese instante, pareció sorprendido por primera vez. Empujó el cuchillo hacia adelante, pero no le permití ceder. Le di cuerda a mi guante de oso negro, lancé mi guante derecho hacia él y…

¡¿Lo esquivó de nuevo?!

El hombre dejó caer el cuchillo, saltó hacia atrás y lanzó otra bola de fuego en mi dirección. La cancelé con magia de agua, envolviendo el fuego. El hechizo se estrelló contra él y…

Lo esquivo de nuevo.

“¡¿Quién eres tú?! Cogiste mi cuchillo”, dijo el hombre. “¡Incluso me dominaste!”

“¡Solo estoy calentando!”

“Mmm. Pero está apretado aquí. No podemos usar magia poderosa sin arriesgarnos a que la casa se derrumbe. Aun así… qué irritante que tu magia haya vencido a la mía.”

“Gran charla, pero apuesto a que has estado buscando peleas con debiluchos todo este tiempo. ¿O te estás conteniendo por cómo me veo?”

“¡En absoluto!” dijo el hombre de negro. “Desde que te conocí, supe que no eras solo una chica con un disfraz extraño”.

¿Quiso decir en ese entonces?

“Lo supe después de verte defender a esa joven”, continuó. “Es por eso por lo que no ataqué hasta que supe que no estabas cerca”.

Oh, ahora estaba furiosa. “Antes de derribarte, ¿está bien si te pregunto una cosa más? ¿Por qué atacaste a las dos chicas que estaban con Misa? Eres hábil. No habrías necesitado defenderte de ellas”.

“Ah, sí, las dos chicas que estaban con ella. ¡Qué valientes niñas! Cuando adquirí mi objetivo y fui a escapar, las pobres me agarraron la ropa. Tuve que ponerme un poco rudo con ellas entonces. Simplemente no me soltaban, ya ves. Se aferraban como si sus pequeñas vidas dependieran de ello”.

“Es suficiente. No necesito escuchar nada más”. Fui una tonta por preguntar. Preguntar solo me había enfurecido más.

Pero luego me imaginé a Fina y Noa tratando de salvar a su amiga; las imaginé siendo tan valientes. No quería que caminaran hacia el peligro, nunca más. Solo necesitaba darme prisa y acabar con todos aquí para poder recuperar a Misa.

Eso era todo.

Enrolle mi guante de oso negro.

Sería bastante fácil derrotarlos con magia, pero eso no sería satisfactorio. Le daría una paliza por el bien de Fina y Noa, le devolvería el favor cien veces más.

Lancé el cuchillo que le había arrebatado y salté del suelo al mismo tiempo.

El hombre rápidamente fue a evitar el cuchillo, pero yo estaba justo donde él se había movido para esquivarlo. Intentó reaccionar, pero yo fui más rápida. Golpeé la cara del hombre con un firme guante de oso negro. Conseguí un buen golpe.

El hombre se estrelló violentamente contra el suelo. Rebotó dos veces, no, tres veces seguro, y se derrumbó. Le aplasté la cara. Sangraba por la nariz y la boca. Estaba bastante segura de que le había roto la nariz, y probablemente también los dientes. Se retorció, pero no parecía que se levantaría pronto.

“¡¡¡Brad!!!” gritó el hijo del sapo.

El sapo miró entre el hombre y yo con incredulidad. Le devolví la mirada cuando el sapo gritó: “¿Qué están haciendo todos ustedes? ¡Hagan algo con esos osos raros!”

Los guardias sacaron sus espadas a la vez y comenzaron a lanzar hechizos, pero usé magia de viento y los volé a todos.

“¿Qué… qué eres?”

“Soy amiga de Misa. No suelo entrometerme en disputas entre nobles, pero si alguien le pone la mano encima a una niña como Misa… Bueno, eso cambia las cosas”.

“No sabía nada de eso. El niño lo hizo solo”, dijo el hombre sapo. Miró hacia donde había estado su hijo, pero el niño ya no estaba.

Supongo que se había escapado en el momento en que los guardias atacaron. Usé mi habilidad de detección de osos y busqué a cualquier fugitivo… pero luego regresó por su cuenta.

Y tenía a Misa. “¡Oye, oso! Otro movimiento, y ella…”

Antes de que el niño idiota pudiera pronunciar otra sílaba, disparé un tiro de aire directo a su estúpida cara. Soltó a Misa y cerré la distancia entre nosotros en un instante, recuperé a Misa y lancé un puñetazo en la cara del niño. Sangrando por la boca y las fosas nasales, se derrumbó.

Miré a Misa. Le habían atado las manos, le habían vendado los ojos y amordazado con un paño. Levanté la tela. Ella había estado llorando.

“Todo está bien ahora”. Le di una sonrisa amable.

“Y-Yuna…” Cuando empezó a llorar, le di un tierno abrazo y corté el cordón alrededor de sus manos con un cuchillo. Luego miré con frialdad al padre del tonto idiota.

“¡No tenía idea de que esto estaba pasando!” el padre gimió. “¡El niño actuó por su cuenta, te lo prometo!”

“Entonces, ¿esto no tiene nada que ver contigo?” pregunté.

“¡E-eso es correcto…! Además, ¿crees que podrías salirte con la tuya haciéndole esto a un noble como yo?”

Hmph. La manzana no caí lejos del manzano idiota. No ofreció ni una sola disculpa. Honestamente, deseaba que ya se hubiera callado. Mi paciencia había llegado a su límite, así que fui a silenciarlo con un puñetazo—

“¡Yuna, espera un minuto!” En algún lugar detrás de mí, Ellelaura me gritó…