Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

EL CUMPLEAÑOS DE MISA se había convertido en todo un acontecimiento. Aun así… a pesar de que había terminado con un vestido todo había salido bien. Después de eso, comenzó todo este debate sobre dónde colocar el golem de hierro que le había regalado a Gran.

El propio Gran estaba bastante entusiasmado con instalarlo cerca de la entrada principal, pero mucha gente estaba en contra de la idea. “¡Padre, por favor! Cualquier cosa menos la puerta principal. ¡Aterrorizarás a los invitados!”

“¿Es eso un problema?” Gran respondió.

“¡Simplemente no!” dijo su hijo, Leonardo. Me lanzó una mirada. “Si sigues insistiendo en ponerlo, haré que Yuna se lo lleve”.

Como había otras personas que tampoco lo querían allí, Gran renunció a ponerlo cerca de la puerta principal. Después de una pequeña discusión, colocaron el golem de hierro en el pasillo principal del segundo piso. La mayoría de los invitados no lo verían, pero aún podrían subir las escaleras si Gran quisiera presumirlo. Eso puso a todos en la misma página.

Por alguna razón, terminé siendo yo quien tuvo que transportarlo hasta allí. Quiero decir, me dijeron que “no tenían los medios para mover fácilmente algo tan pesado como eso”, entonces, ¿qué más podía hacer? Lo puse en mi almacenamiento de osos, subí las escaleras y lo puse en el pasillo.

Mmm, ¡esta cosa sí que se ve elegante!

La textura del metal era agradable. Los golems de barro eran frágiles y no particularmente elegantes. ¡Sí, sí! Este chico se vería bien con algunos golems plateados y dorados acompañándolo. Bueno, quiero decir, si esas cosas existieran. Existían golems revestidos de mithril, por lo que los dorados o plateados parecían lo suficientemente plausibles.

Una vez que regresé a mi habitación, me quité el vestido de inmediato y volví a ponerme mi ropa de oso.

Mi traje de oso me hacía sentir como en casa, ¿sabes? Era la textura y la sensación tranquilizadora de manta de seguridad. Me resistí al principio, me sentí un poco avergonzada, pero ahora, quería solo usarlo… y ese era un pensamiento aterrador.

Allí estaba yo, suspirando por mi traje de oso, que prácticamente lo convertía en una armadura maldita. Escuchas sobre eso en libros, manga y esas cosas, una armadura maldita que es imposible de quitar, pero mi traje hacía que el usuario quisiera ponérselo, lo que lo convertía en una maldición especialmente desagradable.

Cuando me giré hacia un lado, vi a Fina quitándose el vestido también. Parecía aliviada. Supongo que tenía una razón diferente para querer salir del suyo. La escuché susurrar: “¡Gracias a Dios! No lo ensucié”.

Supongo que tenía razón: habríamos tenido una situación si ella la hubiera ensuciado.

Una vez que nos los quitamos, le pregunté a Noa qué hacer con los vestidos. Incluso si quisiera, no sabría nada sobre lavar vestidos, y no era como si este mundo tuviera tintorerías.

Pero cuando intenté devolverle el vestido, Noa se negó rotundamente a aceptarlo. “Puedes quedarte con el vestido, Yuna”.

No podía simplemente tomar un vestido caro sin ninguna razón. “Realmente no podría”.

“No, es un trato justo. Este vestido a cambio de esos ositos de peluche. Absolutamente debes dármelos”.

Así que estábamos haciendo trueque. Si me pagaba por adelantado, definitivamente tendría que cumplir con mi parte del trato. No tenía ningún problema con eso ya que había planeado darle animales de peluche desde el principio, pero ¿cuándo volvería a usar un vestido como este?

“Tú también puedes tener ese, Fina”, continuó Noa. “Por favor, cuídalo bien”.

“Nunca tendré una razón para usarlo, así que incluso si lo tomo…” Fina hizo todo lo posible para resistirse.

Noa, sin embargo, no retrocedió. “¿Así que fuiste a la fiesta de cumpleaños de Misa, pero no vendrás a la mía? ¿Es eso lo que estás diciendo?”

“E-eso no es…”

“Entonces puedes usarlo para mi fiesta de cumpleaños. Si alguna vez deja de encajar, házmelo saber. Me aseguraré de que lo adapten”.

Con todas las vías de escape bloqueadas, Fina acabó aceptando el vestido.

El día después de que terminó la fiesta, Cliff y Ellelaura vinieron a la habitación temprano en la mañana para hablar sobre lo que estaríamos haciendo. Como nos íbamos a Crimonia en dos días, dijeron que podíamos hacer lo que quisiéramos hasta entonces. Ellelaura todavía tenía algo de trabajo, pero se iría poco después.

“Si eso significa que Noa se irá a casa en dos días”, reflexionó Ellelaura, “entonces tal vez me vaya a casa ese día con ella”.

Vamos, Ellelaura, por favor haz tu trabajo…

De todos modos, dado que teníamos algo de tiempo para matar antes de ir a casa a Crimonia, decidí explorar la ciudad.

“¡Bueno, me voy!” Le dije a las chicas.

“De acuerdo.”

Me vieron cuando salí de la habitación. Por primera vez en mucho tiempo, estaba haciendo cosas sin ellas. Fina, Noa y Misa tendrían una fiesta de té en el jardín de flores de Misa. Me invitaron, pero dije que estaba bien, que quería ir a buscar ingredientes.

Cuando llegué a la puerta principal, me encontré con Zelef y Botts. “Maestra Yuna, ¿vas a salir?” Preguntó Zelef.

“Si. ¿Van a salir ustedes dos también?”

“¡Sí! Botts se ha ofrecido amablemente a mostrarme la ciudad”.

“¿Estás sola hoy, niña oso?” Botts preguntó, mirando más allá de mí hacia Fina y las demás.

“Las chicas están teniendo una fiesta de té íntima”, dije, “así que estaba pensando en explorar la ciudad por mi cuenta”.

“En ese caso, Maestra Yuna, ¿nos acompañaría?” Preguntó Zelef.

“Espera, Zelef”, intervino Botts. “Quieres decir que quieres caminar con ¡¿Una chica vestida como un oso?!”

No tenía por qué decirlo de esa manera… aunque no se equivocaba con lo del oso. Aun así, había pasado un tiempo desde que había tenido una reacción como esa.

“Señorita, en realidad me he estado preguntando”, dijo Botts, “¿por qué usa ese atuendo? Estabas vestida tan normalmente ayer”.

Abrí y cerré las bocas de mis guantes de osos y pasé por alto los detalles. “La ropa actúa como una bolsa de artículos, entre otras cosas. ¡Es conveniente!”

“Realmente me dejaste boquiabierto cuando sacaste ese golem de hierro”.

“Trajiste todos esos ingredientes de la capital con esa bolsa tuya, ¿no?”

“Vamos, Botts, ¿no querías darle las gracias a Yuna? Al menos podrías mostrarle la ciudad”.

¿Agradecerme? ¿Qué hice para ganarme un “gracias” de Botts? No era como si hubiera curado sus brazos o algo así.

“Bien, bien. ¿Algún lugar que quisieras ver, niña osa?”

“Quiero ver ingredientes. Ah, y una parada en el Gremio de Aventureros sería agradable, si hay tiempo para ello”.

“Hablando de eso, Yuna, ¿eres realmente una aventurera? Zelef lo dijo, pero todavía no puedo entenderlo”.

Una vez más, el traje estaba desconcertando a la gente. Sin embargo, no podía culparlos.

“Oh, solo olvídalo”, dijo Botts. “Ya estábamos de camino para ver ingredientes, así que puedo llevarte allí también”.

No tenía una razón para rechazarlos, así que decidí acompañarlos. Si surgiera algo, podríamos separarnos. Y así, nuestro inusual equipo heterogéneo de tres abandonó la finca juntos.

“Gracias por traer a Zelef aquí”, dijo Botts, caminando a mi lado. “Tú eres la razón por la que esos otros nobles no tuvieron la oportunidad de pasar por encima de nosotros”. Oh, entonces eso es lo que quería agradecerme. Todos decían que esa familia noble era una pesadilla total.

“Todavía no puedo entender dónde aprendiste a cocinar así. Llamó a esos pudín, pastel y crema batida, ¿no es así? Y Zelef aquí dice que ¡Tienes otras recetas sabrosas bajo la manga!”

“Botts, prometiste no entrometerte…” intervino Zelef.

“Me atrapaste. Pero soy chef, no puedo evitar sentir un poco de curiosidad”.

“Conozco el sentimiento”, respondió Zelef.

“¿Y ella te enseñó a hacer esas cosas, Zelef?”

“Así es. ¡Ella me enseñó!” dijo Zelef. (¿Fui yo, o sonaba como si estuviera alardeando por alguna razón?)

Botts podría haber preguntado por qué le había dado la receta a Zelef si hubiera querido. Lady Flora era la respuesta… Quería que disfrutara de las golosinas cuando quisiera, así que le enseñé las recetas a Zelef. Obviamente, no quería que se excediera, así que le dije que no se excediera con sus golosinas. Pero Botts no sabía nada de eso, y parecía estar poniéndolo nervioso. Seguimos hablando sobre el budín y el pastel que había hecho mientras caminábamos.

“¿Estás instalando una tienda en la capital, entonces?” preguntó Botts.

“Voy a ayudar a configurarla antes de que abra”, dije, “voy a enseñarles las recetas a todos los trabajadores. ¿Quieres unirte, Botts?”

“No, todavía tengo mi deuda con Lord Gran. Necesito devolverle el favor por darme una oportunidad cuando estaba abajo”.

Vaya, Botts realmente tenía sus prioridades correctas, incluso si no lo parecía. “Todavía podría enseñarte, Botts”, le ofrecí.

“¡¿Lo harías?!”

“Sí”, le dije. “Pero tienes que prometerme algunas cosas”.

“¿Quieres que te prometa cosas?”

“No le enseñes a nadie más cómo hacerlas. Y, por favor, no establezcas tu propio negocio para vender nada de eso”.

“No tengo los fondos para montar una tienda. Estoy puramente interesado en el oficio, como chef. Podríamos ponerlo por escrito, si quieres”.

“No necesito un contrato ni nada. Ah, y hay una condición más. Este es la más importante”.

“¿Más importante que las otras dos?”

“No lo transmitas a otros. No abras un negocio”.

Todo eso era importante, pero había una cosa que sobresalía por encima de ambos.

“Ah, por supuesto. Supongo que eso es muy importante ya que estás trabajando para Lord Gran”, dijo Zelef. Aparentemente, se había dado cuenta. “¿Te diste cuenta de lo que ella quiere decir?” Botts le preguntó a Zelef. “Ella también me lo hizo prometer”.

“¿Realmente hay algo lo suficientemente serio como para requerir una promesa como esa?” murmuró Botts.

“La hay”, dije. “No puedes hacer las recetas todos los días, incluso si Misa te lo ruega. El pastel es especialmente azucarado, por lo que solo debes hacerlo una vez a la semana, tal vez dos veces como máximo”.

No estaba retrocediendo en ese punto. Me sentiría mal si Misa, por adorable que fuera, comenzara a engordar. Más importante aún, no sería saludable si comiera demasiados dulces.

“Pero eso es tan trivial…”

“No, es de suma importancia para una niña en crecimiento. Si Misa aumenta demasiado de peso y no puede encontrar marido, Botts, entonces eso es cosa tuya”.

“Uh, wow… cuando lo pones de esa manera, supongo que es bastante importante”, dijo Botts.

“Asegúrate de vigilar las comidas de Misa. No puedes hacer postres todos los días, incluso si ella te lo pide”.

Zelef asintió. “Yuna me dijo que hiciera lo mismo con Lady Flora”.

“¡Lo tienes! Es una promesa”, dijo Botts.

Como Zelef se iba a quedar por un tiempo, decidimos que le enseñaría la receta a Botts.

Una vez que llegamos al mercado, examinamos un montón de cosas. “Nos están observando”, dijo Botts.

“Sí, nos están mirando…” añadió Zelef.

Parecían molestos por la gente que nos miraba. Tal vez era porque parecíamos un grupo tan extraño. Cuando esta chica con traje de oso había hecho un viaje con algunas chicas jóvenes como Fina y las demás, era muy diferente a caminar con estos dos chicos.

“Cuanta más gente alrededor, más miradas recibimos”, comentó Botts.

Los tenderos y compradores seguían observándonos. La palabra “oso” estaba siendo lanzada todo el tiempo ahora. Bien por mí, supongo, siempre y cuando no me tocaran o comenzaran algo. Sin embargo, Botts parecía bastante resignado mientras me mostraba las tiendas.

Como no estábamos tan lejos de Crimonia, las cosas que se vendían en las tiendas no eran tan diferentes.

Supongo que no encontraría nada fuera de lo común a menos que me dirigiera a un lugar con un clima diferente. Aun así, había algunas cosas que no reconocí, así que decidí interrogar a los expertos en ingredientes.

“Esa fruta tiene un sabor un poco agridulce”, dijo Zelef. “Podría ser un sabroso sustituto de las fresas si estás haciendo un pastel”.

“Sí, parece que se adaptaría al paladar de un adulto”, agregó Botts.

“Y ese de ahí es simplemente dulce, por lo que a los niños les encantará si lo usas en un pastel”.

Mmm, ¡esto fue esclarecedor! “¡Tendero!” llamé. “¡Tomaré toda esta caja, y también, esa fruta de allí!”

El tendero se sorprendió bastante cuando saqué el dinero para pagarle. ¿Supongo que estaba comprando mucho más que la mayoría de la gente?

¿O su sorpresa fue por el atuendo? No, de ninguna manera… “¿Realmente estás comprando todo eso, Maestra Yuna?”

“Crimonia podría venderlos también, pero no quiero molestarme en buscarlos”, respondí.

“¿Pero no es esto mucho?”

“Son souvenirs para los niños del orfanato”.

“¿Qué orfanato?”

Oh, supongo que nunca le había dicho sobre eso.

“Estoy ayudando a administrar un orfanato, así que estos serán recuerdos para los niños”.

Botts se sorprendió. “¿Qué? ¿Diriges un orfanato?”

“Bueno, no fue mi intención…”

“¿Eres parte de la nobleza o algo así?”

“No, solo soy una chica común y corriente”.

“Una chica común y corriente, dices”. Botts me miró dudoso. Sí, diría que soy tu chica promedio con seguridad.

Fuera de las cosas del oso, quiero decir.

Dimos una vuelta por el mercado y, en poco tiempo, terminamos nuestras compras.

“¿Deberíamos dar la vuelta por ahora?” propuso Bots. “¿Qué harás, Maestra Yuna?”

“Regresaré después de vagar un poco más por la ciudad. Muchas gracias por todo, chicos. Aprendí un montón”.

“¡Maravilloso!” dijo Zelef. “La próxima vez, te enseñaré un lugar de mala muerte en la capital. Hay un lugar que vende todo tipo de alimentos raros de varios lugares”.

Oh… eso me llamó la atención. Hicimos planes para eso, y luego me fui…