Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 4

Capitulo 6: La Ciudad Nevada

“Vaya, Note, escucha esto.” Dijo de repente Hilton en medio de una entrega. “¿Qué ha pasado?” Pregunté a su lado mientras tiraba del carro.

“He desayunado un huevo frito, y estaba guardando la yema para el final… pero luego se me cayó.”

“Es lamentable.” Dije con desinterés, sin saber qué sentido tenía esta historia.

“Espera. Eso no es todo.” Intervino. “Justo antes de salir de casa, me di cuenta de que llevaba unos calcetines raros. Casi me hizo llegar tarde. Luego, cuando por fin salí, pisé un charco y me empapé los zapatos. Ha sido el peor día.”

“… ‘El peor’ parece un poco exagerado. Me parece que sólo has tenido un poco de mala suerte.”

“¿Tú crees?”

“Decir que es el peor significa que no puede ser peor. Pero se puede vivir con los zapatos mojados, ¿no?”

“Sí, supongo que tienes razón.” Reflexionó Hilton, asintiendo. “De todos modos, no puedo evitar sentir que esta nube oscura va a seguir persiguiéndome. Lo siento si mi mala suerte se te pega.”

“¿Qué? Tal vez debería mantener las distancias contigo hoy…” Dije, tomando una carta del carro y alejándome.

“¡Hey, no seas así! ¡Herirás los sentimientos de un anciano!”

Sólo iba a poner la carta en un buzón, pero parece que Hilton pensó que realmente quería huir de él. Dejó el carro para venir a perseguirme.

“Sólo estaba bromeando, Hilton. Por favor, no dejes el carro desatendido. No podemos dejar que nos roben nada.” Le regañé mientras me daba la vuelta al terminar.

“Pero, ¿quién robaría cartas? No es que haya dinero en ellas.”

“Tal vez no. Pero, ¿y si hubiera una carta con secretos de Estado y algún espía enemigo quisiera robarla?”

“Vamos, eso nunca pasaría.”

“Sé que fui yo quien lo sugirió… pero, sí, tampoco creo que suceda.” “Entonces no digas esas tonterías.”

“Es un punto justo…”

Me rasqué la cabeza y miré a mi alrededor. Nos encontrábamos en una carretera principal que corría hacia el norte de la capital. Era conocida por ser una ciudad fantasma, incluso en pleno día.

“Aun así, he oído que esta zona no es muy segura.” Comenté.

“¿De verdad? Llevo años viviendo en la capital y nunca he oído a nadie decir eso.”

“No quiero decir que sea peligroso, pero ¿no ha habido muchos incidentes por aquí últimamente? Al menos eso es lo que me dijo Roslia.”

“Tu novia, ¿eh?” “No es mi novia.”

Hilton y yo continuamos nuestra ruta, charlando ociosamente sobre esto y aquello.

Entonces, de repente…”

“¡Ladrón!” Gritó alguien desde la carretera a plena luz del día.

Me giré para ver a una mujer mayor caída de espaldas. Justo al lado de ella había un hombre que salía corriendo con un bolso en las manos.

“No puedo creer que estemos presenciando un robo de cartera justo después de decir que este lugar era inseguro. Hilton, hoy realmente tienes mala suerte.”

“¡Ahora no es el momento de bromear, Note! ¡Tenemos que ir tras él!”

“¿Hablas en serio?”

“¡Claro que sí! ¿Qué otra cosa podríamos hacer?”

¿De verdad? ¿En serio quiere perseguir al tipo?

“¿Qué vamos a hacer con los paquetes?” Pregunté, señalando nuestro montón de correo no entregado.

No era exactamente el tipo de persona que se precipitaría a los problemas para ayudar a un extraño. Antes tenía que sopesar los riesgos. Hilton, sin embargo, era todo lo contrario.

“¡Olvida los paquetes! Si no nos damos prisa, lo perderemos.” Gritó mientras soltaba el carro y se volvía hacia mí.

“¿Y qué vas a hacer si lo atrapas? ¿Pelear con él?” Pregunté a su vez. “El objetivo es someterlo, no luchar contra él.”

“Si es un ladrón de poca monta, es muy posible que lleve un arma. También podría tener habilidades de combate. Es demasiado peligroso que nosotros lo persigamos.”

“¿De qué tienes tanto miedo? ¿No solías ser un aventurero? Sé un hombre, ¿quieres?”

“Ser un hombre no evitará que algo salga mal, y será demasiado tarde cuando lo haga.

Piénsalo, Hilton. Tienes una familia. Llamemos a los guardias de la ciudad.”

“¡Argh, contigo no se llega a ninguna parte! ¡Si no vienes, entonces me voy solo! ¡Puedes esperar aquí y vigilar los paquetes!”

Hilton parecía estar a punto de salir corriendo, así que le agarré la mano con pánico. “¿Qué estás haciendo, Note? No intentes detenerme.” Gritó.

“No es eso.” Respondí. “Ya que no vas a desistir, voy contigo. Primero cálmate.”

Le había prometido a Roslia en el viaje en carruaje que no volvería a hacer nada peligroso. Quería evitar jugármela si era posible, pero Hilton me obligaba a ello. No podía dejarle huir por su cuenta… Si le pasaba algo, no podría vivir conmigo mismo. No podía cometer el mismo error que había cometido con Jin.

“¡No hay tiempo para eso!” Siguió gritando. “¡Tenemos que ir tras él, y ahora!”

“No necesitamos perseguirlo.” Dije, preguntándome cuánto tiempo había pasado desde la última vez que usé un arte.

Para obtener la máxima cobertura, activé Búsqueda de Enemigos con toda la concentración que pude reunir.

¡Ahí está!

Grabé en mi cerebro la presencia del ladrón de bolsos. Ahora no le perdería la pista mientras se mantuviera dentro del alcance de mi Búsqueda de Enemigos, incluso si intentaba mezclarse entre la multitud. Afortunadamente, su nivel de amenaza no era muy alto. A través de Búsqueda de Enemigos pude saber, a grandes rasgos, que era ligeramente más débil que Hilton, un antiguo aventurero.

En ese caso, Hilton probablemente habría estado bien por su cuenta. Por supuesto, eso era sólo si el ladrón de bolsos no tenía un arma o compañeros con él. Hilton tampoco podía rastrear al ladrón sin mí, así que tuve que ir con él.

“¡¿Qué estás diciendo, Note?! ¡Tenemos que perseguirlo!” Espetó Hilton con dureza, pareciendo estar a punto de perder la calma.

“Sólo quise decir que no tenemos que apresurarnos.” Dije para calmarlo. “Siento no haberme explicado mejor. Intento decir que podemos tomar esto con calma y tranquilidad.”

“Así le perderemos la pista.”

“En realidad, tengo una especie de habilidad única. Puedo rastrear a la gente que me rodea, así que ya sé exactamente dónde está.”

“¿De verdad?”

“De verdad. Así que vamos a seguirlo con cuidado.” “Nunca había oído hablar de una habilidad así…”

“Es un poco molesto explicar los detalles, pero en pocas palabras, es una combinación de mi habilidad Mapeado y un arte especializado.”

Ignorando la mirada de sorpresa que me dirigía Hilton, corrí hacia la mujer caída. Había algo que tenía que preguntarle antes de entrar en el meollo de la cuestión.

“Vamos a recuperar su bolso, señora, ¿podría vigilar ese carro por nosotros y asegurarse de que nadie se lleva nada?”

Observé cómo el ladrón de bolsos se paseaba solo por un callejón desierto. Era un tipo alto y delgado de unos veinte años con la espalda ligeramente encorvada. Llevaba la chaqueta bien cerrada delante de él con un bulto bastante evidente bajo las manos. Parecía que era ahí donde escondía el bolso.

Hilton estaba en posición en el otro extremo del callejón. Habíamos preparado un ataque en pinza para el ladrón, que aún no se había percatado de nuestra presencia. Sabía que estaba a salvo porque tenía Sigilo activo, pero Hilton había tenido la suerte de pasar desapercibido. No había nadie más en la zona, así que estábamos a salvo para hacer un movimiento sin arrastrar a ningún transeúnte a esto. Hasta aquí, todo bien.

El ladrón llegó a la mitad del callejón antes de que Hilton saltara hacia él como estaba previsto. Seguí el plan y también salí.

“¡Detente, ladrón! ¡Devuelve el bolso que has robado!” Gritó Hilton, haciendo que el tipo se estremeciera.

El ladrón se dio la vuelta asustado, pero se encontró con que yo le bloqueaba la salida.

Cuando se dio cuenta de que era imposible escapar, se volvió hacia Hilton.

“¿Quiénes son ustedes, que salen de la nada y me acusan de robar? ¿De qué están hablando?”

“¡No intentes hacerte el tonto! ¡Te vimos arrebatar ese bolso con nuestros propios ojos!”

“Ah, así que ustedes son los repartidores que estaban allí… Deben tener mucho tiempo libre para venir a por mí.”

“¡No tendríamos que hacer esto si no hubieras robado nada! ¡Ahora entrégalo!”

“No vayan a meter las narices en los asuntos de los demás, señores. Qué buenos ciudadanos respetuosos de la ley son… Pero si no quieren salir heridos, deberían quitarse de en medio ahora.” Amenazó el ladrón, pero Hilton no se echó atrás. Se acercó lentamente uno, luego dos pasos. “¡Mierda!”

El ladrón fingió lanzar el bolso, pero fue una finta. Se lo metió rápidamente dentro de la chaqueta y se lanzó como un loco hacia Hilton. Cuando se acercó, saltó para dar una patada circular, y Hilton ni siquiera se molestó en intentar esquivarla. Se limitó a levantar el brazo izquierdo delante de la cara para bloquear el ataque. A continuación, utilizó su brazo derecho para golpear al ladrón.

“¡Toma eso, ladrón!”

Hilton hizo retroceder al tipo con tal fuerza que rodó por el suelo antes de golpear la pared del callejón. Como era de esperar de alguien con Impulso Físico Menor, por supuesto. Era una habilidad bastante común, por lo que la gente no solía pensar mucho en ella, pero tenía aplicaciones extraordinarias en el combate, tanto ofensivas como defensivas.

Verás, el Refuerzo Físico aumentaba la fortaleza de uno junto con su fuerza. Como acababa de demostrar Hilton, permitía a los bendecidos con dicha habilidad utilizar sus cuerpos como escudos. La gente con esta habilidad era más dura, más fuerte y, en general, más difícil de matar. No otorgaba una destreza especializada en el combate como el Dominio de la Espada, pero en algunos casos la fuerza bruta del Impulso Físico era aún más útil.

Pero aun así, un solo golpe de Hilton no fue suficiente para noquear al ladrón. Inmediatamente se puso en pie y retrocedió. Luego tiró el bolso al suelo. Parecía que había decidido que sería demasiado difícil luchar mientras lo sostenía… y en su lugar, sacó un pequeño cuchillo del bolsillo del pecho. Pude ver el brillo plateado de su hoja cuando el ladrón apuntó a Hilton.

“¡Apártate, viejo, o te arrepentirás de haberte metido en mi camino!” Amenazó.

El hecho de blandir un arma le dio inmediatamente la ventaja. Hilton lo reconoció y retrocedió con cautela.

“¡He dicho que te muevas!” Siguió gritando el ladrón. Se tambaleó hacia delante como si estuviera a punto de cargar contra Hilton… y luego giró sobre sus talones, agarró el bolso y se precipitó hacia mí. “¡Ja! ¡Idiota!”

Sí, ahora dilo frente a un espejo…

El ladrón ya había probado suerte con Hilton una vez y fue dominado. Por supuesto, ahora optaría por arriesgarse conmigo. Sin embargo, cuando vio que no me movía del camino, gritó…

“¡Serpentina!”

No había esperado que utilizara un arte. Me quedé helado de sorpresa por un momento, cuando el cuchillo se dirigió directamente hacia mí.

Afortunadamente, sin embargo, había percibido su intención de atacar desde hacía tiempo gracias a Búsqueda de Enemigos. Este tampoco fue un gran ataque. Comparado con Jin, este tipo prácticamente se movía a cámara lenta.

“Flujo.”

Golpeé mi muñeca bajo la mano del ladrón, y luego aproveché mi impulso para pasar todo el brazo por debajo de su cuerpo. Me incliné cada vez más hacia delante, redirigiendo su centro de gravedad cada vez más abajo. Una vez que su pecho pasó por mi espalda, agarré el brazo con el que sostenía el cuchillo y barrí su pie derecho, sobre el que sostenía su peso.

Entonces le hice una proyección de hombro… directo al suelo. Aproveché la oportunidad para quitarle el cuchillo de la mano de una patada, haciéndolo derrapar por el callejón.

“¡Hraaargh!”

Hilton puso ambas manos juntas en la parte posterior de la cabeza del ladrón caído. Nadie tenía ninguna posibilidad de resistir un golpe directo como ése de alguien con Impulso Físico. El ladrón se desplomó débilmente, se había desmayado. Todo lo que teníamos que hacer ahora era llamar a los guardias de la ciudad para que vinieran a arrestarlo.

“Bueno, eso funcionó de alguna manera.” Dijo Hilton mientras recogía el bolso. “Aunque tengo que admitir que me entró un sudor frío cuando sacó ese cuchillo.”

“Me alegro de que ambos estemos ilesos.” Respondí, mirando la hoja en el suelo.

“¿Qué fue eso?” Preguntó Hilton, lanzándome una mirada dudosa. “Ese arte, quiero decir.

No tenía ni idea de lo que estaba pasando.”

“¿Te refieres a Serpentina? Si no recuerdo mal, es un arte de ladrones. Sólo he visto a otros aventureros usarla, así que no sé mucho sobre ella.”

“No, esa no. La que usaste. Flujo, ¿verdad?” “Oh, sí. Esa.”

“Nunca antes la había visto. ¿Eras un aventurero increíble o algo así, Note?”

“¿De verdad no la habías visto nunca? No es nada especial. De todos modos, me alegro de que las cosas hayan salido bien. Un golpe de suerte, ¿eh?” Respondí con una sonrisa amarga. No quería que siguiera indagando en mi pasado, así que decidí cambiar de tema. “Pero hoy tu suerte es realmente terrible, Hilton. No estamos ni cerca de terminar con nuestras entregas, así que definitivamente vamos a trabajar horas extras esta noche.”

“Mierda… Me olvidé totalmente de eso. Pero a quién le importa, ¿sabes? Al fin y al cabo, hemos conseguido ayudar a alguien que lo necesitaba.” Dijo Hilton, rascándose la cabeza torpemente mientras una sonrisa sincera y pura cruzaba su rostro.

Tenía que respetar al tipo. Era genuinamente amable. Justo, incluso. Completamente improbable para mí, que estaba un poco molesto con todo el asunto. Aunque habíamos ayudado a alguien, había roto mi promesa a Roslia. Le había dicho que no haría nada peligroso nunca más, pero aquí estaba arriesgando mi vida por un perfecto desconocido.

Y peor aún, cuando ese hombre vino corriendo hacia mí… Me llené de euforia. El peligro se abría paso en mi camino, pero hizo que mi corazón se acelerara, algo que nunca debería haber ocurrido. Cuando Jin murió, terminé con la aventura. Había terminado con el peligro. Había terminado con la lucha.

Sin embargo, en ese momento, me había sentido realmente vivo. Como si me hubiera liberado de mi aburrida vida cotidiana. Sabía que era una tontería pensar así, pero no podía evitar la sensación… y era adictiva.

No, sólo revivió los recuerdos de una época en la que fui adicto a ella. Recuerdos de mi época con los Arrivers. De los días que pasé sin pensar en nada más que en completar la mazmorra. Era casi como… Era casi como si la felicidad que había sentido entonces estuviera de nuevo a mi alcance.

Si hubiera sabido que esto es lo que me haría sentir, nunca habría ayudado a nadie…

“Sí, supongo… Es agradable echar una mano para variar.” Le dije a Hilton con poca sinceridad mientras seguía reflexionando sobre lo que había hecho.

***

Durante varios días después, fui incapaz de olvidar la sensación.

Mi pelea con el ladrón de bolsos sólo había durado un instante, pero anhelaba revivir ese momento. Ese deseo ansioso brotaba en mí cada vez que tenía un momento para mí entre las entregas o me perdía en mis pensamientos mientras alguien hablaba. Tenía repentinos flashbacks de esa euforia sin adulterar…

Y no sólo lo hacía con Hilton o Monah en el trabajo. También lo hacía con Roslia en nuestras citas nocturnas.

“Entonces dije: ¡Viene el Nubediyan!” “Ajá…”

“Y todos los niños gritaron de terror. Honestamente, los niños son los mejores.”

“Sí…”

“¿Qué pasa con esas respuestas, Note? ¿Acaso me estás escuchando?”

Parecía que mi distracción era un poco evidente. Roslia se cruzó de brazos y me miró mal. Estaba en medio de una historia sobre los niños de la iglesia… y yo no estaba prestando atención. Busqué en mi memoria lo último que recordaba que había dicho.

“El Nubediyan explota en verde, ¿verdad?”

“Eso es lo que dije al principio, sí. Realmente no has estado escuchando todo este tiempo,

¿verdad?”

“Lo siento…”

Al parecer, no había entendido el sentido de la historia, lo que hizo que Roslia pusiera una mirada aún más severa. ¿Qué clase de historia empezaba con un Nubediyan explotando en verde? Ni siquiera sabía lo que era un Nubediyan… La verdad es que ahora sentía cierta curiosidad, pero Roslia estaba en otro tema.

“¿Qué pasa, Note? Actúas como si tuvieras algo en mente.” “¿De verdad?”

“De verdad. ¿Tienes fiebre o algo así?”

Allí, Roslia colocó su mano derecha contra mi frente. Luego la movió entre la mía y la suya para comprobar mi temperatura.

“No pareces tener fiebre, pero últimamente ha estado haciendo más frio. Asegúrate de no resfriarte.

“Sí…”

La fiebre que me había embargado no era un resfriado. Lo sabía mejor que nadie… pero no tuve el valor de confesarle a Roslia mi verdadera enfermedad. A fin de cuentas había roto la promesa que le había hecho de camino a la capital.

Le había dicho que viviría aquí de forma segura sin ponerme en peligro, pero había ido a perseguir a un ladrón de bolsos. Si eso hubiera sido todo, las cosas habrían estado bien. Fue sólo un incidente ajeno a mi control. La verdadera traición era el deseo inquebrantable de volver a hacerlo…

Para no herir a Roslia, tuve que mantenerlo en secreto.

Permanecí en silencio durante un rato después de eso, lo que hizo que Roslia dijera: “Es un poco temprano, pero terminemos esta cita, Note. Realmente pareces un poco indispuesto.”

“Sin embargo, eso me haría sentir mal. No es que esté enfermo o algo así.”

“No te preocupes por mí. Me sentiría peor haciendo que te esforzaras cuando no te sientes bien.”

Insistir en quedarse cuando ella no quería me haría sentir igual de mal… Así que en lugar de preocuparla más, decidí ir a casa y recomponerme para nuestra próxima cita nocturna.

“Gracias. Y siento lo de esta noche, Roslia.”

“Está bien. Todo el mundo tiene sus días libres. Ve a la cama temprano y descansa, ¿de acuerdo?”

“Sí, lo haré.”

“En ese caso salgamos de aquí.”

Recogimos nuestras pertenencias y llamamos al camarero para pagar la cuenta. Cuando abrí la puerta del restaurante, una gélida ráfaga de viento sopló desde el exterior.

“Hace tanto frío…”

“Este es el tipo de tiempo que mantiene a la gente en casa.” “Prefiero quedarme bien calentito y acogido en casa.”

El frío intenso nos envolvió a los dos cuando salimos a la calle. Roslia se frotó las manos enguantadas contra las mejillas y miró al cielo.

“Podría nevar pronto.”

“¿Crees que será esta noche?” Pregunté.

El cielo estaba envuelto en una gruesa capa de nubes que ocultaba incluso la luna, lo que hacía que fuera una noche oscura y tranquila. Nunca había visto nevar, pero esta parecía la atmósfera perfecta para ello.

“Creo que sí.” Respondió ella.

“Espero que empiece mientras estamos juntos. Entonces podremos hacer muñecos de nieve.”

“No se puede jugar en ella justo cuando empieza a nevar. Es mejor el día después, cuando está toda amontonada.”

“Tienes que trabajar mañana, ¿verdad?” “Sí. Pero tienes el día libre, ¿no?”

“Sí, así que te veré pasado mañana.”

Yo tenía los dos días siguientes libres, pero Roslia aún tenía que trabajar mañana. Habíamos planeado quedar al día siguiente, en nuestro día libre común, para nuestra próxima cita.

“¿Crees que tendremos nieve para entonces?” Pregunté.

“No puedo asegurarlo. Depende de si empieza esta noche o no.”

Los dos caminamos por la calle iluminados por el resplandor blanco-azulado de las farolas. El número de restaurantes a lo largo del camino fue disminuyendo poco a poco, sustituido por casas a medida que nos adentrábamos en el distrito residencial. Era más oscuro y tranquilo aquí, lejos de todas las luces y la gente. Roslia y yo seguimos caminando hasta que llegamos a una conocida intersección en T.

“Es un poco triste, pero supongo que aquí es donde nos separamos. Me he divertido mucho esta noche, Note. Gracias.”

“Lo mismo digo. Nos vemos, Roslia.”

Levanté la mano para saludar despreocupadamente. Ella agitó el brazo con entusiasmo en respuesta.

“¡Asegúrate de irte a la cama temprano!” “Sí, sí.”

Roslia siguió despidiéndose con la mano mientras se iba, y pronto desapareció entre las sombras de las casas. Volví la mirada a la fría calle de piedra y comencé a caminar de nuevo, con mis pasos resonando en los alrededores.

Nieve, ¿eh?

No podía dejar de preguntarme cómo se vería la ciudad cubierta por la nieve. No me había dado cuenta de las ganas que tenía de verla.

“Supongo que tomaré el camino más largo.”

Si iba a nevar, quería verlo. No había ninguna garantía de que fuera a nevar de camino a casa, pero pensé que al menos aumentaría mis posibilidades tomando un pequeño desvío. La ruta escénica, si se quiere.

Roslia me había dicho que me durmiera temprano, pero no era que estuviera realmente enfermo. No tenía que preocuparme por seguir sus instrucciones al pie de la letra. Me sentí un poco mal por no haberla escuchado, pero mi curiosidad se impuso a mi culpabilidad.

Así que me adentré en una calle desconocida. No había venido por aquí antes, pero parecía bien cuidada y bien iluminada. Debía ser una parte de la ciudad recién construida. Definitivamente había más gente aquí.

Pude ver a un hombre con sombrero de copa que caminaba con la cabeza alta. Una abuela y sus dos nietos de unos diez años. Un caballero adinerado vestido de blanco. Un hombre de mediana edad con una gran espada que caminaba junto a una hermosa joven de suaves rizos…

Mis ojos se detuvieron en el hombre de la espada. “¡¿Eh?!” Grité por reflejo.

El hombre parecía tan sorprendido como yo. La chica a su lado también se quedó con los ojos abiertos. Abrí y cerré la boca inútilmente varias veces antes de finalmente encontrar las palabras…

“¿Hugel…? ¿Eres tú…?”

“¡¿Note?!”

Cuando oí su voz, supe con certeza que era él. Se decía que Hugel, también conocido como Headhunter, era el hombre más fuerte del país. Su especialidad era usar Sigilo para acercarse sigilosamente a sus objetivos y decapitarlos antes de que supieran lo que estaba pasando. Era un asesino mortífero… pero también era uno peculiar que se dedicaba a cazar a los malos. Un llamado “sicario de la justicia”.

Lo había conocido cuando estaba en los Arrivers. Intentaba matar a Jin, pero Riece y yo conseguimos detenerlo. Se marchó tranquilamente de Puriff después del hecho, pero nunca soñé que me lo encontraría aquí.

“¿Qué haces en la capital?” Pregunté.

“Yo debería preguntarte eso. Aquí es donde vivo.” Respondió.

Ah, por supuesto. La base de Headhunter está en la capital. Sólo estaba en Puriff por negocios…

“¿Qué haces aquí?” Preguntó. “Es una larga historia…”

Esquivé la pregunta por costumbre, una que había desarrollado con mis compañeros de trabajo, pero cuando me paré a pensar en ello, Hugel ya conocía mi pasado. Sabía que yo era un miembro de los Arrivers y podía averiguar fácilmente lo que había sucedido. Como Jin fue una vez un objetivo suyo, puede que incluso ya lo sepa…

Así que, pensando que no tenía sentido tratar de ocultar la verdad, lo admití. “En realidad, dejé de aventurarme.”

“¿Oh? Pero, ¿por qué? Realmente pensé que tenías un futuro prometedor.” “Sí, yo también lo pensé… pero no hubo suerte. Los Arrivers se han disuelto.” “¿Disuelto? ¿Ha pasado algo?”

Parecía que no sabía lo de la muerte de Jin. Habría sido raro callar después de haber dicho todo lo que había dicho, así que se lo dije directamente.

“Jin murió en la mazmorra después de que te fueras.” “E-Eso es…”

Hugel se quedó sin palabras. No tenía ni idea de cómo se sentía al enterarse de la muerte de un antiguo objetivo, alguien a quien había decidido no matar. ¿Se alegró de que ahora estuviera muerto? ¿O quizás lamentaba no haber llevado a cabo el asesinato?

“Supongo que son buenas noticias para ti, Hugel.” Dije encogiéndome de hombros.

“No es así. Estaba realmente ilusionado con tu futuro como aventurero. Por eso dejé ir a Jin.”

“En ese caso todo fue en vano. Siento haberte defraudado.” Escupí en tono de burla.

De repente, la mujer con Hugel me llamó la atención. Había estado callada todo este tiempo, así que había pasado por alto el hecho de que estaba aquí.

“Lo siento, olvidé que tu novia estaba contigo… No diré nada más.”

La identidad de Hugel como Headhunter era un secreto. Me alegré de no haberle llamado por ese nombre en concreto, pero aún se podían intuir muchas cosas de nuestra conversación. Me disponía a terminarla rápidamente por consideración a la compañera de Hugel, pero ella habló de repente, para mi sorpresa…

“¡¿Novia?! ¡¿Ha oído eso, Amo Hugel?!”

“No te preocupes.” Me aseguró Hugel. “Ella ya sabe que soy Headhunter. Además, no te equivoques. Ella es mi asistente, Eisha. No es mi novia, así que aclaremos esa parte o me dará pena.”

“No tenía que ir tan lejos, Amo Hugel…” “¿Hmm? ¿Dijiste algo, Eisha?”

“¡No, nada!” Chilló Eisha, agitando los brazos en un arrebato antes de volverse hacia mí. “Es un placer conocerte. Como dijo el Amo Hugel, soy Eisha. Como su mano derecha, me encargo de todas las solicitudes de trabajo del Headhunter. También estoy a cargo de la inteligencia.”

Allí, Eisha inclinó la cabeza cortésmente. A simple vista, era una chica bastante atractiva que parecía tener poco más de veinte años. Tenía rizos dorados y unos ojos grandes que la hacían parecer una muñeca. También tenía una gran figura, que destacaba incluso bajo el jersey.

“Desde que el Amo Hugel me salvó la vida.” Continuó. “Me he dedicado a servirle. Nunca podré pagar la deuda que tengo con él.”

“Te he salvado por voluntad propia, así que no tienes que sentirte en deuda conmigo.” Respondió Hugel sin rodeos en su voz baja.

“Pero me he quedado con usted todo este tiempo porque quiero estar con usted, Amo Hugel.” Objetó Eisha, inclinándose hacia delante con firmeza.

“Ya estás otra vez diciendo esas cosas… ¿No crees que deberías vivir tu vida como quieras, Eisha?”

“Qué denso…”

¿Qué pasó con este intercambio? Sólo escucharlo era exasperante. Eisha tenía claramente sentimientos románticos por Hugel, quien era absolutamente inconsciente. Estaba empezando a sentir pena por ella.

“Seguro que lo tiene difícil, señorita Eisha. No tenía ni idea de que Hugel fuera tan obtuso…” Suspiré.

“¡Verdad que sí!” Chilló en señal de acuerdo. Luego se inclinó hacia mí y me susurró al oído: “¡Siempre es así! ¿Podría ayudarle a darse cuenta de mis sentimientos, Sr. Extraño- Cuyo-Nombre-Todavía-No-Sé?”

“Oh, soy Note. Pero realmente no sé si puedo ayudar…” En primer lugar, no tenía experiencia romántica. Segundo, había un enorme obstáculo en el camino de Eisha. “Quiero decir, a Hugel sólo le gustan las chicas pequeñas, así que…”

“Ah, ¿entonces ya lo sabes?” Allí, se cruzó de brazos y se lanzó a despotricar: “Ya sabía yo que ese es mi mayor obstáculo. Cuando el Headhunter me salvó, sólo tenía diez años… pero sentí que mi corazón se agitaba.”

No le había pedido que contara toda la historia, pero aquí estábamos.

“Después de eso, pasé varios años puliéndome hasta convertirme en una mujer madura apta para ser la compañera del Headhunter… Y cuando mi transformación finalmente se completa, descubro que él prefiere a las niñas. Qué desgarrador, ¿verdad? ¡Si lo hubiera sabido, no me habría molestado en intentar convertirme en una adulta! Habría corrido hacia él de inmediato.”

Qué historia tan triste. Cada vez me daba más pena Eisha.

“Siento interrumpir tu relato, pero ¿te importa que te pregunte algo?” Dije, lanzando una rápida mirada a Hugel.

“En absoluto.” Respondió Eisha.

“Me impresiona que supieras que Hugel es Headhunter. Mantiene su identidad en secreto, ¿verdad? Entonces, ¿cómo te las arreglaste para encontrarlo?”

“¡Determinación!” Exclamó Eisha con una sonrisa, levantando un dedo demostrativo.

Eso es algo aterrador… Hablando de determinación sombría.

“Eisha es una ladrona que domina el arte de la recopilación de información.” Explicó Hugel, uniéndose a la conversación. “Dudo que haya alguien en la nación que pueda superarla en ese departamento. Si tuviera que hacerlo, podría incluso llegar al fondo de un crimen que la realeza intentara encubrir. No es exagerado decir que es el cerebro de mis operaciones como Headhunter.”

“¡Vaya!” Eisha soltó una risita de felicidad ante los elogios del Headhunter.

“Entonces, ¿cómo sabe Note que eres Headhunter?” Preguntó Eisha a Hugel, señalándome a mí.

“Sé que ya te he hablado de él. Es el chico ladrón que me obligó a echarme atrás en la eliminación de Jin de los Arrivers. Su dominio de Detección de Enemigos lo convierte en la única persona que puede rastrear mi increíble Sigilo.”

Sinceramente, no era ni de lejos tan impresionante como me hacía parecer Hugel, así que me limité a agachar un poco la cabeza mientras él hablaba.

“Oh, así que este es ese Note. En ese caso es realmente un placer conocerte. El Amo Hugel no ha dicho más que cosas buenas sobre usted, así que siempre he querido conocerle.”

“¿De verdad? Creo que Hugel me ha sobreestimado bastante. No soy nadie especial.”

“Eso no puede ser cierto. El Amo Hugel rara vez habla tan bien de alguien.” Dijo Eisha con un movimiento de cabeza antes de aplaudir. “¡Ya sé! Llevemos esta conversación al interior en lugar de quedarnos afuera en el frío. ¿Quieres venir a nuestra casa, Note? Estaría bien, ¿verdad, Amo Hugel?”

“Por supuesto. Me encantaría que viniera Note. Nuestra casa está cerca, así que ¿por qué no te pasas un rato?”

“Pero…” Dudé.

La promesa que le había hecho a Roslia pasó por mi mente. Le había dicho que dejaría de ser un aventurero. Involucrarme demasiado con alguien que conocía de los viejos tiempos no podía ser una buena idea, aunque no era como si hablar con él fuera a traicionar a Roslia…

Me habría negado en circunstancias normales, pero había una parte de mí que quería seguir hablando con Hugel. También quería saber más sobre la ladrona de información que el Headhunter había nombrado su asistente personal.

Si no hubiera sido por el incidente del ladrón de bolsos del otro día, estoy seguro de que me habría alejado en ese momento. Sin embargo, ese único incidente había reavivado mi pasión por las aventuras, y volver a ver a Hugel no hizo más que avivar la llama.

Lo siento, Roslia…

No fue una absolución, pero pronuncié esa pequeña disculpa en mi corazón. “Está bien. Iré con ustedes un rato.”

De repente, el aire frío del invierno ya no me molestaba. Los copos blancos bailaban en el cielo mientras nos dirigíamos a la casa de Hugel.

¿Está nevando?

La escena que tanto había deseado ver por fin estaba aquí, pero se vio abrumada por mi deseo de hablar con Hugel y Eisha. Los diminutos cristales de hielo que caían del cielo llegaban demasiado tarde para apagar el fuego furioso de mi corazón.