Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 4

Capitulo 2: Pérdida

Habían pasado diez días desde que volvimos del piso 21.

Después de lo ocurrido, llevamos el cuerpo frío de Jin de vuelta a Puriff. Aunque sabía que era imposible, Neme intentó frenéticamente lanzar hechizos una y otra vez para reanimarlo. Force la reprendió por ello, y la cosa se convirtió en una discusión. Erin se involucró, y en ese momento todo estalló. Incluso Roslia les gritó por ello.

Pero, ¿qué otra cosa podíamos hacer? Ninguno de nosotros sabía cómo afrontar la muerte de un miembro del grupo. Todos estábamos desesperados. Todos perdidos.

Un grupo que pasaba por allí se enteró de la conmoción y nos orientó con simpatía. Sin saber qué más hacer, seguimos sus tranquilos consejos.

Lo siguiente que supe fue que el cuerpo de Jin estaba depositado en un ataúd, listo para ser incinerado. Las cosas sucedieron tan rápido después que mi cabeza no podía seguir el ritmo. Había tanto que hacer… Nunca había sabido que hubiera tanto papeleo después de la muerte de alguien. Apenas tuve tiempo de asimilar lo que había pasado.

Pero una vez terminado el servicio fúnebre, de repente no tenía nada más que tiempo. Ya no había nada que me impidiera enfrentarme a la cruda realidad de la muerte de Jin.

Si sólo hubiera ignorado su orden y ocupado su lugar… Si sólo hubiera sido lo suficientemente fuerte para que él confiara en mí…

Desgraciadamente, mis lamentos no terminaron ahí. Habría sido mejor si lo hubieran hecho, pero no. Mi pena se volvió amarga al arremeter contra los otros miembros del grupo.

Si el hechizo de Erin hubiera detenido al demonio… Si sólo Force y Roslia hubieran apoyado mejor a Jin…

Estaba lleno de ira mal dirigida. Pero no había forma de desquitarme con mis camaradas, que estaban igual de afligidos. Probablemente estaban igual de enfadados conmigo… Y ese pensamiento me aterraba.

Llegó a un punto en el que no podía mirar a ninguno de ellos a la cara. Me dolía demasiado. Empecé a alejarme de la casa del grupo para evitar a todos. ¿Estaban todos haciendo lo mismo? No lo sabía. No había hablado con ninguno de ellos.

Me levantaba cada mañana a las once, me lavaba la cara y salía inmediatamente. Desayunaba tarde y almorzaba temprano, y luego me iba a algún lugar de la ciudad donde pudiera estar solo… y esperaba tranquilamente a que se pusiera el sol. Siempre cenaba al aire libre, alargando la cena todo lo posible comiendo despacio. Luego volvía a casa en la oscuridad de la noche. Y una vez allí, me iba directamente a la cama después de bañarme.

Cada día era una repetición de eso. Ayer no había hablado con nadie. Me preguntaba qué estarían haciendo los demás… pero también había una parte de mí que no quería saberlo.

Naturalmente la mazmorra estaba fuera de la mesa. Nadie era tan estúpido como para decir que quería volver de todos modos, pero los Arrivers eran una grupo de exploración de mazmorras. Sin él, teníamos mucho tiempo libre. Y sin el buceo la exploración de mazmorras, no había razón para seguir entrenando. Había abandonado mi rutina habitual, lo que me dejaba sin nada que hacer.

¿Y ahora qué? ¿Qué debo hacer a partir de ahora? No sé nada…

No había nada que quisiera hacer, ni nada que exigiera mi atención. Los Arrivers eran un grupo de exploración de mazmorras de primer nivel. Estábamos escasos de fondos, pero aún teníamos lo suficiente ahorrado para cubrir nuestros gastos de manutención por el momento. Pasaría un tiempo antes de que tuviéramos que volver a trabajar… Así que lo único que hice fue comer y dormir. No estaba de humor para ningún tipo de recreación o entretenimiento.

Cuando mi amiga de la infancia se despidió de mí, intenté beber para alejar el dolor. Me emborrachaba día tras día para echar una niebla sobre los pensamientos indeseados que se agolpaban en mi cabeza. Pero perder a Jin era diferente. Fue igual de doloroso—incluso peor—, pero no me atreví a ahogar la miseria con la bebida.

Jin estaba muerto porque yo… porque no éramos lo suficientemente fuertes. Nos habíamos vuelto complacientes en la mazmorra y dependíamos demasiado de él. Todos tuvimos la culpa. Sabíamos que la mazmorra se tragaba a los aventureros. Que se había llevado a muchos antes que nosotros… y aun así habíamos creído arrogantemente que nos salvaríamos.

Así tuvimos que aprender por las malas.

No podría lavar mis pecados con alcohol. Me daría demasiada vergüenza enfrentarme a Jin si lo intentara. Simplemente me senté a contemplar su muerte sin la ayuda de la botella. Pensar en él era lo único que hacía. Ningún otro pensamiento cruzó mi mente mientras pasaba cada día en silencio.

Nada más.

Esa mañana me levanté y me cambié como de costumbre. Estaba en la puerta de entrada poniéndome los zapatos cuando Force salió del salón.

“Note, ¿estás libre esta noche? Necesito hablar con todos.” Dijo.

Me había preparado para salir a toda prisa para no tener que ver a nadie, pero aun así me había pillado. Debía estar esperándome. Sinceramente, no quería hablar. Hablar no cambiaría nada. No traería a Jin de vuelta.

“Lo siento. Tengo planes esta noche. En otro momento.”

Estaba mintiendo, por supuesto. No tenía absolutamente nada que hacer.

“Ya veo…” Dijo, bajando la mirada. Con la impresión de que eso concluía nuestra conversación, me di la vuelta para irme. Sin embargo, cuando puse la mano en el pomo de la puerta, continuó: “En ese caso, ¿cuándo es un buen momento para ti?”

¿Cómo voy a saberlo? No me preguntes.

No estaba seguro de tener ganas de volver a hablar. No podría haberle contestado con sinceridad aunque hubiera querido.

“¿Quién sabe?” Dije. “No lo sabré hasta que llegue el momento, así que no puedo prometer…”

“Así que no tienes ganas de hablar, ¿eh?” Comprendió el rechazo implícito y no se molestó en tratar de ocultar la irritación en su voz. “Todos los demás van a estar allí. Eres el único que ha dicho que no, y no podemos hacer esto sin ti.”

¿Por qué actuaba así ahora? El Force que yo conocía era poco fiable e irresponsable. Nunca se había esforzado por reunir al grupo. Sólo hacía lo que le daba la gana. Sin embargo, aquí estaba, actuando como un maldito hombre responsable en el peor momento posible.

¿Intentaba jugar a ser el líder ahora que Jin se había ido? ¿Creía que podría unirnos en lugar de Jin?

Es demasiado tarde para eso. Si querías liderarnos, deberías haber tomado el relevo mientras Jin estaba vivo. Podrías haber aliviado la carga sobre él de esa manera, pero ¿lo hiciste? No.

Lo único que quería era arremeter contra Force, pero sabía que desquitarme con él no era justo. Contuve mi rabia y busqué en mi alma palabras más productivas.

“¿De qué quieres hablar?” Me las arreglé para preguntar.

“Nuestro futuro. No podemos seguir sin hacer nada, ¿sabes? Así que quiero hablar con todo el mundo sobre a dónde vamos desde aquí.”

Eso era válido. Algo razonable, incluso. Force estaba preparado para enfrentar lo que venía después. Estaba mucho mejor que yo, que seguía acobardado por la verdad.

Pero las cosas estaban bien como estaban. No tenía que enfrentarme a la muerte de Jin y aceptarla de golpe. ¿A quién le importaba si me pasaba los días sin hacer nada? Eso era todo lo que podía hacer ahora. No tenía ninguna motivación para esforzarme por nada, y la idea del futuro era agotadora. Sólo quería descansar un poco más.

“En ese caso, mi voto es para mantener el statu quo actual.” Le dije a Force. “Pueden discutir el resto sin mí.”

“No, no podemos. No es que no respete tu opinión… Sólo que no creo que debas confiar en mí para transmitirla sin participar tú mismo en la discusión.”

Qué molesto. No quiero hablar con nadie. ¿No puedes meterte eso en la cabeza ya?

“Lo siento. Tengo algo que hacer, Force. ¿Hemos terminado de hablar?” “¿Es más importante lo que tienes que hacer que una reunión del grupo?” “No tengo que darte explicaciones. Métete en tus asuntos.”

“No tienes que ser así…” Dijo Force en voz baja, con los puños temblando de furia. Le di la espalda, fingiendo no darme cuenta.

“Como he dicho, discutan sin mí. No voy a participar. A cambio, estaré de acuerdo con lo que ustedes decidan. ¿Te parece bien?”

Con brusquedad, puse fin a la conversación girando el pomo, abriendo la puerta de golpe y huyendo hacia la ciudad. Sin mirar atrás, me alejé del cuartel general tan rápido como mis piernas podían llevarme. No tenía ningún destino concreto en mente. Sólo un lugar tranquilo.

Y así desperdicié otro día en mí. No sabía que el cambio se estaba gestando delante de mis narices. No lo descubriría hasta que volviera al cuartel general esa noche.

Al parecer, Erin y Force habían anunciado sus intenciones de abandonar los Arrivers.