Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 3

Extra: Mientras Tanto, En La Capital Real…

Clientes habituales de la tienda de Ekiben

“Quiero ese ekiben…”

“Quiero unos champiñones cocidos a fuego lento…”

“Quiero una comida cocinada por chicas…”

Los clientes que solían ser clientes habituales en el Atelier de Layette por sus Ekiben ahora estaban en la panadería que la reemplazó, refunfuñando para sí mismos mientras buscaban las opciones.

Cuando el Atelier de Layette cerró, un ingenioso empleado de la panadería inmediatamente alquiló el lugar y se independizó. Comenzaron a ofrecer Ekiben y guarniciones junto con pan para heredar a los clientes del Atelier de Layette. Ahora bien…

“Bueno, no está mal, pero…”

“Comparado con el Atelier de Layette…”

El dueño de la tienda puede que hubiese sido un empleado de una

panadería antes, pero no comía pan tres veces al día todos los días.

Entonces, cuando estaba trabajando en su antiguo lugar de trabajo,

había comido las comidas del Atelier de Layette varias veces.

Así fue como se le ocurrió la idea de ofrecer Ekiben y guarniciones junto con pan tan pronto como se enteró del cierre, y rápidamente hizo un movimiento para alquilar la ubicación y retener a los antiguos clientes.

Los antiguos clientes habituales que no tenían tiempo para preparar el almuerzo estaban acostumbrados a las convenientes y nutritivas comidas empaquetadas, pero no podían evitar comparar las nuevas ofertas con las del Atelier de Layette.

Sin mencionar que Kaoru había adquirido sus ingredientes en el

mercado, pero los condimentos fueron creados con su habilidad.

Salsa de soja,miso, pimienta negra, pimienta de cayena, sal, azúcar, etc.

Muchos de ellos eran ridículamente caros o no estaban disponibles

en este país.

… No había forma de competir.

Los clientes habituales también estaban acostumbrados a las abundantes comidas que venían con arroz, y las comidas a base de pan que se ofrecían ahora los dejaban insatisfechos.

Pero como el propietario era panadero, no pudo evitar centrarse en

el pan por razones económicas y de otro tipo.

“Oh, amigo, ¿por qué Kaoru y las chicas tuvieron que irse…?”

“Ella no tenía otra opción. Ella era el ángel, después de todo… Si volvía después de todo eso, no había forma de que pudiera seguir manejando su tienda. La realeza, los nobles y los podridos sacerdotes del templo nunca la dejarían en paz…”

“Ojalá hubieraseguido vendiendo Ekiben como la plebeyacon ojos

aterradores en lugar de ser el ángel…”

“¡Idiota, entonces la capital real y el resto del país todavía estarían

infestados de la epidemia!”

“Lamento no haber podido cumplir con tus expectativas…”

El propietario bajó la cabeza en tono de disculpa mientras llamaba

a un cliente en el mostrador.

Como él mismo era un antiguo cliente de las comidas de Kaoru,

sabía muy bien que las suyas no eran rival.

Tenía veintitantos años y aprovechó la oportunidad de construir el nuevo negocio que era una fusión de una tienda de pan, Ekiben y guarniciones, y no tenía fondos suficientes para contratar trabajadores.

Todos sus ahorros se habían gastado en renovaciones, un horno de

panadería y otros gastos.

Sus fondos eran en realidad un poco insuficientes y tenía algunos

préstamos pendientes.

Tampoco podía dejar de enviar dinero a su familia que necesitaba

su apoyo.

“Bueno, es mucho mejor que no tener una tienda como esta. No te

mortifiques por eso…”

Uno de los clientes se dio cuenta de que podía haber sido demasiado

duro y trató de animar al propietario.

“Pero es un tipo el que los prepara…”

“Si fuera una niña, o al menos una mujer joven…”

Otros clientes continuaron quejándose, pero sin fondos para

contratar empleados, no había nada que se pudiera hacer.

A menos que el dueño pudiera casarse y tener una hija o algo así.

El dueño se quedó allí con aspecto sombrío, cuando el timbre sonó

con un golpe…

Tres chicas, de dieciséis a diecisiete años, de doce a trece y de siete

a ocho, entraron juntas en la tienda.

“¡Oye, Onii-chan, escuchamos que tienes tu propia tienda!”

“Tienes habitaciones disponibles, ¿verdad? Queríamos vivir en la

capital real… quiero decir…”

“¡Estamos aquí para ayudar!”

“““¡¡¡Chicas!!!”””

Los clientes parecían extasiados, pero el dueño estaba pálido.

La mayor y la segunda hermana eran pésimas cocinando.

Pero ignoraban este hecho y, a menudo, intentaban cocinar para su

familia.

La razón por la que el dueño de la tienda fue a la capital real no era sólo para tener éxito allí, sino que tenía mucho que ver con escapar de la comida que sus hermanas preparaban en casa.

La más joven de las tres tampoco tenía la edad suficiente para

encargarse de la cocina.

Todo lo que podía hacer era rezar para que sus habilidades

culinarias no se parecieran a las de sus hermanas.

El joven propietario observó a los clientes regocijados, absorto en

sus pensamientos.

“Si mis hermanas tienen algo que ver con la comida que pongo, mi

tienda está acabada…”

Le esperaban muchas dificultades.

Los Soldados de la Capital Real

“¿Qué, la enfermedad del soldado no volverá nunca más?”

“¡Es gracias al comandante del segundo batallón!”

“““¡Tres hurras por el teniente coronel Vonsas!”””

“““¡¡¡Hip hip, hurra!!!”””

El teniente coronel estaba ganando popularidad.

“Pero quién hubiera pensado que esa chica de la tienda de

medicinas era el Ángel…”

“Sabía que no podía ser una chica normal cuando vi esos ojos

poderosos…”

En realidad, ella sólo tenía ojos que parecían naturalmente

aterradores.

Y entonces…

“Los del ejército real eran inmunes a la enfermedad del soldado.”

A medida que se difundieron esos rumores, la gente del país comenzó a hacer todo lo posible para unirse al ejército real en lugar de al ejército de su señorfeudal,e inmediatamente contrajo la enfermedad del soldado al unirse.

A pesar de que sus mayores y colegas que eran originarios de la

capital real estaban completamente libres de la aflicción.

“¡Esto no es para lo que me enlisté!”

No tenía sentido quejarse.

Como resultado, había una brecha incómoda y sensible en el ejército real entre los nativos de la capital real y los del país. Pero en este punto, nadie sabía que esto contribuiría a una mayor solidaridad para los del país.

Más de diez años después, el ejército real del reino de Jusral se

enfrentaría a un grave problema.

A medida que más personas que no habían bebido de la estatua de la mini diosa en ese entonces se unieron al ejército real, la enfermedad del soldado comenzó a extenderse rápidamente entre las filas de incluso nuevos soldados que habían nacido en la capital real.

A pesar de que los seniors que también habían nacido en la capital real eran inmunes, la enfermedad de los soldados se estaba extendiendo entre sus filas a un ritmo explosivo.

En el transcurso de diez años, se supo que la enfermedad de los soldados sólo ocurría entre aquellos que no habían nacido en la capital real, pero este conocimiento común había sido completamente desacreditado.

Esto llevó al sentimiento de que los ciudadanos de la capital real ya no eran bendecidos por la diosa, y los altos mandos del ejército y el palacio real no sabían qué hacer…

La capital Real y el Templo de la Diosa

“¡¿Quéééé?!”

El rey, que por lo general era muy educado, levantó la voz enojado

mientras se levantaba de su asiento.

Esta ya era una situación anormal en sí misma.

“¿Intentaron tomar la estatua de la diosa para ellos y terminaron destruyendo ambas estatuas? ¿Y tanto la que tomó el palacio real y el templo se rompieron cada una? ¡Absurdo! ¡Puede que todavía haya personas enfermas en las ciudades vecinas! ¡¿Qué les va a pasar ahora?! ¡¿Y según las órdenes de quién estaban actuando en primer lugar?!”

La noticia era demasiado para que el rey la soportara sin perder la

compostura.

“¿S-Significa esto que nuestra Diosa Celestine nos ha abandonado? ¿Se ha rendido con nosotros como tontos blasfemos…? Al menos no la hemos enojado tanto como para que destruya el reino… no, ¡ese no es el problema aquí! ¿Q-Qué hacemos…?”

El rey estaba ansioso al principio, pero la enfermedad no se propagó

después en las ciudades o aldeas, y la diosa no trajo juicio sobre ellos.

El palacio real había perdido algo de su dignidad, pero no era como

si hubiera elecciones de las que preocuparse.

Este evento terminó no siendo lo suficientemente grande como para provocar una rebelión en un reino que no tenía competencia por el derecho de sucesión, por lo que el rey se sintió aliviado.

Mientras tanto, en el Templo de la Diosa…

El arzobispo recibió la noticia de su obispo, y su rostro

generalmente santo y amable se contrajo ferozmente mientras gritaba.

“¡¿Qu-Qu-Quéééééé?!”

Habían ignorado las órdenes del ángel y con avidez intentaron

tomar la estatua milagrosa a la diosa.

La diosa los había rechazado y, como resultado, las estatuas fueron

destruidas.

Aunque todavía podría haber personas enfermas en ciudades y

pueblos fuera de la capital real.

No era tan malo para el palacio real.

Simplemente se verían mal y recibirían algunas críticas de la gente.

Todo se olvidaría en poco tiempo.

Pero no era tan simple para el templo.

Los sacerdotes habían ignorado las palabras del ángel, intentaron

tomar la estatua por la fuerza y fueron rechazados por la diosa.

Si bien no dañaría el miedo y la fe de la gente por la diosa, sería un golpe definitivo al respeto, la confianza y las donaciones para el Templo de la Diosa.

Y uno significativo ya que hablábamos de ello.

“¡¿Qu-Quién fue?! ¡¿Quién es responsable de dar tal orden?!”

“¡F-Fue el padre Haramous!”

El Padre Haramous.

Era un sacerdote problemático y mundano que se preocupaba

demasiado por el dinero y el poder.

Probablemente dio la orden a sus acólitos en un intento por ganar

algún mérito para sí mismo.

“Padre Haramous… Ahora sí la hiciste…”

En ese momento, las posibilidades de Haramous de avanzar en su

carrera habían desaparecido por completo.

El arzobispo miró el “artefacto sagrado” que le entregaron, que era

una mera colección de fragmentos y pólvora, y dejó caer los hombros.

“Supongo que lo hecho, hecho está. Ahora tendremos que llevar al ángel al templo para que podamos disculparnos y compensar esto haciendo que nos conceda un milagro o una bendición. Entonces podemos decirle a la gente que la diosa nos ha concedido el perdón. ¡Ahora, prepárense para una ceremonia de bienvenida! ¡No escatimen en nada!”

Y así, el palacio real y el templo hicieron los preparativos para una fastuosa ceremonia de bienvenida, y los convoyes de ambos lados se destruyeron con la mirada en la entrada de la capital real.

Estaban compitiendo porquién invitaría primero al Ángel a su lado.

Era una gran responsabilidad y el costo del fracaso era igualmente

elevado.

“““Urrrgh…”””

Las dos facciones continuaron mirándose la una a la otra.

Sin embargo, todavía no había señales del Ángel, ni de los hombres

enviados a recibirla.

Los ciudadanos de la capital real los miraron con desdén mientras

pasaban.

La larga, larga espera de los hombres recién comenzaba.

La multitud de hombres continuó de pie en el palacio real y el

templo con los ojos llenos de expectativa y esperanza…

El Orfanato

Cuando Kaoru estaba entregando regalos al orfanato y a los niños

de la calle, una vez se le pasó por la cabeza un pensamiento.

¿No estaba proporcionando sólo un alivio temporal y satisfaciendo

su propio ego?

Los huérfanos no eran exclusivos de la capital real.

Y, por supuesto, no eran exclusivos de este país.

Ella tampoco iba a estar ahí para siempre.

Era posible que encontrara a alguien en la capital con quien

establecerse, pero no había tales planes en ese momento.

¿Qué pasaría si ella se fuera de repente?

¿O qué pasa si se le escapaba la protección de Celes, que era dudosa

en primer lugar, y moría o se volvía incapaz de actuar?

Los niños del orfanato aún podrían sobrevivir solos y lograr una

felicidad relativa por sí mismos.

Aunque eso dependía del individuo, y no todos lo conseguirían.

Con los niños de la calle, no estaba claro si serían capaces de llegar

a la línea de salida de la edad adulta.

Pero otorgar una bendición ridícula a los niños sólo porque eran

huérfanos no los ayudaría a largo plazo.

Se convertirían en un objetivo para los envidiosos, o podrían

volverse arrogantes y perder su buen carácter.

Así que Kaoru decidió aumentar sus probabilidades de

supervivencia sólo un poco y dejarlo así.

“Inmunidad a la intoxicación alimentaria incluso cuando se

ingieran alimentos podridos o tóxicos.”

“La capacidad de absorber nutrientes al comer malas hierbas.”

“La capacidad de absorber patógenos y parásitos y convertirlos en

nutrientes.”

… Bastante débil.

No eran una gran bendición para un plebeyo normal, y era poco

probable que alguien se enterara de cosas tan insignificantes.

… De hecho, probablemente ellos mismos no lo notarían.

Pero para un niño de la calle, era una “bendición de Dios” que disminuiría en gran medida los obstáculos para sobrevivir hasta la edad adulta, que eran los quince años.

Incluso si esa persona nunca fuera consciente de su propia

bendición.

Kaoru había incluido secretamente pociones con tales efectos en la

comida que había estado entregando como obsequio.

(Esto debería ayudara aumentar un poco sus probabilidades incluso

si no estoy cerca…)

Luego, ocurrió el incidente de la “distorsión.”

A Kaoru le dolía irse sin despedirse de los niños que se habían acercado tanto a ella, pero la vida era un ciclo de encuentros y despedidas.

Aunque era posible que sólo se hubiesen cruzado en su camino por un momento fugaz, sería suficiente para Kaoru si pudiera ayudarles en sus posibilidades de supervivencia, aunque fuese un poco.

Con esos pensamientos en mente, dejó atrás la capital real.

Mientras tanto, en el palacio real…

“¿Qué? ¡¿El ángel ha desaparecido?!¿Nunca regresó del pueblodel este? ¿Su tienda en el palacio real ya está vacía? ¡Encuéntrenla! ¡Encuentra al ángel en este instante!”

Mientras tanto, en el Templo de la Diosa…

“¡Encuéntrenla! ¡Trae al ángel de vuelta, no importa lo que cueste! ¡Oh, pero sean amable con ella! ¡No hagan nada que pueda provocar la ira de la Diosa Celestine!”

Pero la búsqueda del Ángel terminó en fracaso.

Luego lo pensaron.

Después de hacer todo tipo de investigación, escucharon que el Ángel se había ocupado de los niños en el orfanato dándoles trabajo y enviándoles regalos.

Si ese era el caso, tal vez ella estaría impresionada por los esfuerzos

para salvar a los huérfanos.

Luego, si encontraran al Ángel o si ella regresa algún día, podrían

invitarla a hablar sobre el trabajo de caridad para el orfanato.

No había forma de que ella no aceptara esa invitación, ¡y estaría

dispuesta a escucharlos!

¡Era el plan perfecto!

Y así, el país y el templo comenzaron a apoyar al orfanato. La capacidad máxima se incrementó a medida que se ampliaron las instalaciones, y también se acogió a los niños de la calle.

Los huérfanos no eran estúpidos.

Escuchaban de qué hablaban los adultos y entendían quién era la responsable de la mejora de sus condiciones.

Aunque, incluso si eso no hubiera sucedido, no habría cambiado

dónde estaban sus lealtades.

Y, finalmente, todos dejaron de usar silbatos de llamada en la

capital real.

Cualquiera que hiciera sonar un silbato atraería a huérfanos de toda

la capital real.

Se apresuraban, gritando emocionados que Lady Kaoru había

regresado…

Era un espectáculo aterrador ver a docenas de huérfanos corriendo hacia ti, pero era desgarrador verlos alejarse decepcionados con los hombros caídos.

Finalmente, los huérfanos se hicieron conocidos como los “Siervos de la Diosa”…

-FIN DEL VOLUMEN 3-