Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 3

Capitulo 28: El Ángel Regresa

Parte 1

Cinco días después…

Me desperté y me preparé en silencio para el día, con cuidado de no despertar a Layette que aún dormía. Bajé al primer piso y abrí la ventana de madera para encontrar…

“¡Whoa!”

Afuera había una enorme fila.

Esta no era la primera vez que tenía una cola larga de clientes, pero

algo estaba mal.

En casos anteriores, había una razón clara para que todos los clientes hicieran cola, como cuando la tienda abrió por primera vez o cuando estábamos teniendo algún descuento.

Pero esta vez, no podía entender por qué estaba sucediendo.

Estaban de pie en silencio sin hacer una escena, pero cada uno tenía

una expresión inquieta con los ojos inyectados en sangre.

“¿Q-Qué cara…?”

Estaba parada allí, congelada, cuando escuché un golpe en la

puerta.

Claramente venía de una puerta diferente de donde se había formado la línea.

Quité el cerrojo y abrí la puerta, luego dos hombres irrumpieron en

la tienda.

“¡Kaoru! ¡Necesito una medicina fuerte! ¡La nuestra no es lo

suficientemente fuerte!”

“¡Esto es una emergencia! ¡Por favor!”

Eran los dueños de las dos tiendas de medicamentos que no

formaban parte de la llamada asociación.

Sí, con los que hice un trato para suministrarles mi medicamento al

por mayor.

“¿Qué pasó…?”

“Una enfermedad. Parece que ha estado circulando una epidemia. Es bastante grave, ya que el número de pacientes aumenta a un ritmo vertiginoso. Incluso ha habido muertes…”

“¡¿Qué?!”

“Fiebre, dolores de cabeza, dolores de estómago, dolor en las articulaciones, pérdida de apetito y fatiga. En algunos casos, las personas han muerto en tan sólo diez días. Incluso usar la mayor cantidad posible de nuestras hierbas más fuertes antes de que los efectos secundarios se conviertan en un problema demasiado grande apenas ha ayudado en absoluto. El médico jefe de la corte ha estado trabajando sin dormir en vano. Todo lo que han podido hacer es cerrar el palacio real para evitar que la contaminación llegue a la familia real…”

Esto era malo.

En un momento había estado a cargo de una tienda de medicamentos, pero no tenía conocimientos de medicina o ciencias médicas.

Sería demasiado sospechoso usar un elixir que pudiera hacer que un anciano agonizante se levantara y comenzara a bailar, y yo no podía diagnosticar, y mucho menos descubrir una cura para una enfermedad mirando a un paciente.

Lo único que sabía diagnosticar era el beriberi.

Coges un mazo y haces esa cosa en la que les das un golpecito en

la rodilla.

… Eso no le haría ningún bien a nadie.

¿Qué hacer…?

En cualquier caso, tenía que hacer algo con la larga fila que había afuera. “¡Gente! ¡No tengo ningún medicamento ahora mismo! Tendré que evaluar la situación y decidir qué hacer a partir de ahí, ¡así que por favor regresen a casa por hoy!”

Parecían entender que no era razonable tener tantas esperanzas en

un negocio que ya había cerrado y la línea se había dispersado.

O estaban realmente desesperados por venir a mi tienda, o sus expectativas eran tan altas… espera, aun había decenas de personas en la fila que no se habían ido.

“Disculpen, pero aún no tenemos medicamentos…”

“Estamos aquí para comprar sus Ekiben.”

Oh…

Después de venderles algunos Ekiben, cerré las puertas, las ventanas de madera y las cortinas, luego moví el letrero para indicar que hoy estábamos cerrados temporalmente.

Convoqué a todos para una reunión.

Los miembros eran los dueños de las tiendas de medicamentos, Layette, que había notado la conmoción y bajado las escaleras, Emile, Belle y yo.

Hoy les había pedido que cancelaran cualquier trabajo del gremio

para quedarse en casa.

Roland y Francette también habían aparecido de la nada.

Era el dream team.

… Oh, pero supongo que Ed y los demás no estaban allí.

“Primero, expliquen los detalles de esta emergencia.”

Los dueños de la tienda explicaron los detalles como yo lo había

solicitado.

Según ellos, una enfermedad altamente contagiosa se había extendido en una aldea al este de la capital real, y aunque se cerró la entrada y salida para intentar contenerla, hace unos días se encontraron

pacientes en la capital real, y la enfermedad se propagó rápidamente.

“Al parecer, las noticias de la enfermedad y la cuarentena en la aldea fue inicialmente suprimida para evitar el caos. De hecho, aún no se ha hecho un anuncio oficial al respecto. Pero ya no se puede ocultar y la información se ha filtrado por todas partes. Entonces, aunque andamos corriendo de un lado a otro tratando de encontrar una solución, eso no tiene nada que ver con lo que las autoridades estén haciendo al respecto.”

¿Qué estaba haciendo este país…?

La velocidad era esencial en casos como estos.

“Que tontos. La familia real aquí parece completamente

incompetente.” Comentó Roland con dureza.

Probablemente era más frustrante para él, siendo él mismo de la

realeza.

Mucha gente podría acabar muriendo.

En cuanto a nosotros, probablemente no nos afectaría la

enfermedad mientras bebiéramos mi medicina que lo cura todo.

Simplemente podríamos esperar a que pasara esta epidemia o

mudarnos a otro país.

Aunque tenía los fondos, había optado por alquilar mi tienda en lugar de comprarla precisamente para poder recoger y mudarme cuando lo necesitara.

Cualquier artículo de interior que había comprado se podía arrojar

a la Caja de Artículos.

De esa manera, podría reabrir la tienda en otra ciudad con facilidad.

… Espera, ¡nunca abandonaría a mis clientes regulares!

¿Y qué si la gente descubriese quién soy? ¡Que vengan! ¡Sólo

escaparía de nuevo!

Lo decidiría ese día.

Viviría la vida que quiero en este mundo.

Sería modesta, pero no me contendría.

Reflexionaré sobre mis errores, ¡pero no tendré arrepentimientos!

“Lo siento, chicos. Creo que tendremos que mudarnos de nuevo…”

“… Por fin. Para ser honesto, nuestras historias de fondo actuales

son un poco difíciles de manejar…”

Roland esbozó una sonrisa forzada ante las palabras de Francette.

¿Eh? ¿En serio? Bueno, supongo que debería haberlo sabido.

Lo siento, Francette.

““Esperamos por su orden.””

Ah… Bueno, supongo que Emile y Belle dirían eso.

“Está bien. ¡Te seguiré donde quiera que vayas!”

¡Y yo te protegeré, Layette!

Bien, hagamos esto.

“Ahí lo tienes. Déjanos el resto a nosotros.”

Los dueños de la tienda me miraron con los ojos muy abiertos, sin

entender lo que estaba sucediendo.

¡Muy bien, hora del espectáculo! ¡La obra del ángel estaba a punto

de comenzar!

Hice que los dueños de la tienda regresaran a casa y abrí la puerta

para salir de la tienda.

Luego saqué un pequeño silbato del tamaño de un pulgar de mi

bolsillo.

Me lo llevé a los labios y…

¡Piip, piip, piip! ¡Piip, piip, piip! ¡Piip, piip, piip! ¡Piip, piip, piip! ¡Piip, piip, piip! ¡Piip, piip, piip! ¡Piip, piip, piip! ¡Piip, piip, piip! ¡Piip, piip, piip!

Utilicé toda mi capacidad pulmonar para soplar tan fuerte como

pude.

Luego, después de un tiempo, se pudieron ver figuras humanas

corriendo hacia nosotros a toda velocidad.

“¡Número uuuno! ¡Llegué primero, así que este trabajo es mío!”

“¡No, estúpido! ¿Olvidaste lo que nos dijo sobre las señales? Este no es un trabajo normal… ¿No es así, miladi Kaoru?” Asentí con la cabeza al chico que era el segundo en llegar.

Les explicaría una vez que todos estuvieran reunidos.

Uno tras otro, aparecieron los niños del orfanato y los niños de la

calle.

En realidad, los niños que vivían en edificios abandonados eran técnicamente “desamparados” y no niños de la calle, pero eso no venía al caso.

Estos eran los niños que contrataba como mensajeros o para

realizar tareas diversas para mí a cambio de dinero o comida.

Por lo general, le pedía a cualquiera que me llamara la atención, pero teníamos un acuerdo para que vinieran cuando hiciera sonar el silbato en caso de que no hubiera nadie alrededor.

Si lo soplaba una vez, necesitaría a una persona. Dos veces significaba que necesitaba dos y tres veces significaba que necesitaba tres.

La contratación era en orden de llegada.

Y si seguía haciendo sonar el silbato un montón de veces…

Era la señal para una asamblea especial.

Cuando esto sucediera significaba que tenía un trabajo que requería

a todos los que escucharan el sonido del silbato.

Era la señal de una emergencia.

Los niños que se reunieron se alinearon en el orden en que llegaron.

Todos entendieron que no permitiría ninguna trampa haciendo cola,

así que no hubo discusiones.

Expliqué el contenido del trabajo a todos los que se habían reunido.

“¿Saben sobre la epidemia que se extiende por la capital real?”

Algunos de los niños relativamente mayores asintieron.

“La voy a erradicar. Todos ustedes van a salvar la capital real y a

este país.”

“““¡Whoaaa! ¡¿¡¿¡¿En serio?!?!?!”””

Siempre había pagado sus recompensas según lo prometido y un

poco más.

No había ni un sólo huérfano o niño de la calle que se negara a

trabajar o desconfiara de cualquier cosa que dijera.

Cada niño tomó una botella de poción y una moneda de plata de la

bolsa que llevaba en el hombro.

La bolsa era claramente demasiado pequeña para caber todo, pero

nadie parecía cuestionarlo.

Por supuesto, esto incluía a Francette.

Bajo mi orden, todos bebieron las pociones.

Ahora los niños no se infectarían con la enfermedad.

“Primero, quiero que ustedes cuatro vayan donde esta persona les diga que vayan y le digan a la gente que la dueña del Atelier de Layette quiere que se reúnan ante la estatua de la diosa en la plaza central antes de la segunda campana de la mañana. Después de eso, quiero que todos pasen a la siguiente tarea con los otros niños, que estoy a punto de explicar.” Les dije a cuatro niños y señalé a Roland. “Roland, diles dónde encontrar al teniente coronel, el vizconde comandante de compañía y las residencias de las dos casas nobles que visitaron la tienda antes. Estoy seguro de que ya has investigado a los nobles que intentaron causarme problemas…”

Roland se rascó la cabeza, lo que suponía que significaba que tenía

razón.

“Quiero que vayas al Agente Inmobiliario Salabert y les digas que el ‘Atelier de Layette cerrará. Nuestro contrato terminará hoy, así que, por favor, conserve el depósito.’ Únete al resto del grupo una vez que hayas terminado con eso.”

Este requería la mayor explicación, así que se lo pedí al que parecía

ser el mayor.

Y entonces…

“Quiero que todos vayan por la ciudad y corran la voz. Digan: ‘Pueden obtener medicamentos especiales para la epidemia de forma gratuita. Se entregarán después de la segunda campana de la mañana frente a la estatua de la diosa en la plaza central.’ Bien, ¿lo memorizaste? ¡Perfecto, vayan!”

Todos salieron corriendo con un brillo en los ojos.

“Kaoru, ¿por qué hiciste eso?”

Francette preguntó, ¡pero la respuesta era obvia!

“No puedo abandonar a la gente de esta ciudad después de estar

bajo su cuidado.”

Francette respondió: “Sí, sabía que dirías eso. Lo que no entiendo es, ¿por qué te tomas la molestia de enviar un mensajero a los nobles que te causaron problemas?”

¡Oh, eso!

“Ya sea para bien o para mal, son ‘conocidos’ míos. Si los llamo, es posible que piensen que es para una solicitud y vendrán pensando que pueden ganar dinero vendiéndome favores. Sería mucho más difícil llamar a nobles que nunca antes he conocido. Quiero utilizar a los militares y los nobles para difundir información lo más rápido posible. En otras palabras, sólo necesito que corran la voz, así que no importa si son buenos o malos. Necesito a alguien que responda a mi convocatoria y tenga una ruta para enviar información rápidamente a otros nobles y al palacio real.”

“¡Y-Ya veo!”

Francette pareció comprender finalmente.

Probablemente Roland sabía todo esto desde el principio, pero

actuaba completamente desinteresado.

Como se esperaba como hermano de un rey… aunque

probablemente tenía estándares más altos que Su Alteza mismo.

Ahora, era el momento de poner todo en la tienda dentro de mi caja

de artículos antes de salir a la plaza central.

Yo también tomaría la señal.

Podría reutilizarla la próxima vez.

***

Cuando llegué a la plaza central, ya había bastante gente reunida.

Los cuatro que había convocado aun no estaban… oh, estaban los

oficiales militares corriendo hacia nosotros.

Y del otro lado, dos carruajes.

Probablemente los molestos nobles.

Muy bien, el escenario estaba listo.

Era hora de empezar.

Sólo necesitaba una plataforma alta…

Sí, era bajita, por lo que la gente no podría verme ni escuchar mi

voz estando a la misma altura.

De hecho, podría encargarme del problema de la voz con esto.

[¡Venga, poción en un recipiente como un megáfono portátil!]

Hm, creo que me pararé en la parte del pedestal de la estatua de la

diosa… quiero decir, la estatua de Celes.

Esperaba que nadie me gritara por blasfemar.

¡Muy bien, el grupo militar y los nobles estaban aquí! Tenía que

empezar antes de que empezaran a molestarme por una explicación.

¡Es hora de empezar!

“Gente, gracias por venir. Ahora les concederé toda la medicina

para la epidemia.”

Me paré en el pedestal y hablé en voz alta usando el megáfono.

La multitud reunida se calmó, mirando con una expresión en blanco

en sus rostros.

Probablemente debería explicar un poco más que eso…

“¿Están todos al tanto de la terrible enfermedad que se propaga por

la capital real?”

Algunos lo sabían, mientras que otros lo escuchaban por primera

vez o lo sospechaban, pero no estaban seguros.

No todos lo sabían, pero todos parecían darse cuenta de lo que estaba pasando por la forma en que actuaban las personas a su alrededor.

Y gradualmente, un clamor ansioso comenzó a extenderse.

“¡Sí, es una enfermedad peligrosa que incluso ha provocado

muertes!” La multitud se puso más inquieta.

“¡Detente! ¡¿Qué estás tramando?!”

El teniente coronel se apresuró a detenerme, pero Roland y

Francette le bloquearon el paso.

Emile y Belle también detuvieron al comandante de la compañía

vizconde.

Sí, esperaba que intentaran interrumpir.

Había una razón por la que no había habido ningún anuncio oficial

a pesar de que la noticia ya estaba muy extendida.

Porque una vez que alguien accionara el gatillo, habría pánico, caos

y posiblemente un alboroto.

Y aparentemente estaba actuando como una agitadora.

¡Sin embargo!

“¡Ahora distribuiré un remedio específico para esta enfermedad! Si lo beben, los protegerá de infectarse, y quienes ya lo hayan contraído se curarán. Hay suficiente para todos —mucho más que la población total de la capital real— así que, por favor, hagan fila de manera tranquila y ordenada, porque hay suficiente para todos. Si no…”

Luego creé una “cosa parecida a la nitroglicerina” a unos metros

del suelo entre la multitud y yo.

¡Boom!