Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 1

Capítulo 2: El Sr. Dragón se Convierte en Padre

“¡Papi! ¡Te je, je je je!”

Este fue mi segundo día con mi hija humana. Con Olivia. Ahora me ocupaba de esta cosita risueña y flácida, y aunque la noche estaba llena de sorprendentes gritos de bestias y de un interminable y lejano aullido, todos se desvanecían cuando veía la sonrisa en su rostro. Siempre corría vacilante hacia mí, completamente desprovista de cualquier miedo a un dragón.

La presencia de Olivia me hacía sentir cálido y confuso, pero también me indignaba. Ahora estaba empeñado en algo: mi pequeña e imposiblemente linda niña tendría una vida feliz y plena.

¿Qué pasa con esos humanos? Apenas puedo creer que puedan abandonar a una chica tan linda.

No sabía nada sobre el cuidado de los niños. Dicho esto, tenía mucha confianza en mi capacidad de lectura.

***

“Hmm… Ya veo, ya veo…”

Hojeé las páginas con una garra. Los libros para los humanos son bastante pequeños, pero los ojos de los dragones pueden discernir casi todo, así que pude leer el texto a pesar de todo.

Aquí, en el santuario en el que me había instalado, no sólo había oro y plata y tesoros apilados en altos montones. También lo estaban los libros sobre paternidad que había comprado en la biblioteca de alquiler de Pias. En ese momento, estaba leyendo el octogésimo séptimo de esos libros, titulado Tu primer bebé. Quería absorber el contenido de estos libros mientras Olivia seguía durmiendo, y todo ese juego la había cansado.

Soy un dragón. Llevo mucho tiempo vivo, pero sé poco sobre los humanos, y me había convertido en el ‘papi’ de Olivia totalmente de la nada. Como tal, sólo había una cosa que podía hacer, y era investigar. Quería aprender todo lo posible.

Por supuesto, también podía imaginarme cómo podrían desarrollarse las cosas en mi cabeza. Y podía esforzarme por entender a Olivia.

Yo soy un dragón y Olivia es una humana. Pertenecemos a mundos separados. Y sin embargo, ahora era el padre de Olivia. Me juré a mí mismo que cumpliría ese papel, al menos hasta que ella creciera y se hiciera mayor.

Haría que la infancia de esta pequeña humana fuera feliz, y la prepararía para llevar una vida feliz en el mundo humano algún día, cuando llegara a la edad adulta. Al hacerlo, convertiría los días que pasamos juntos en recuerdos que podríamos recordar con cariño.

“Muy bien, vamos a leer otro mientras Olivia sigue durmiendo. Tal vez vayamos con éste después. Veamos aquí… Dulces caseros que les encantarán a los amigos de tus hijos…”

***

Leí muchos libros y aprendí muchas cosas. Aprendí que las raíces de las plantas debían hervirse hasta que estuvieran blandas antes de poder comerlas. Aprendí que los humanos se mantienen limpios bañándose. Aprendí a lavar la ropa y a conocer las enfermedades. Todavía me quedaba mucho por aprender, pero en mis estudios di prioridad a todas las cosas que la mantendrían viva y sana.

“¡Te je je je! ¡Mira, Papi! ¡Mira!”

Con una gran sonrisa en la cara, recogió una de las brillantes joyas del suelo del santuario y me la mostró.

Sí, sí, la veo. Estoy mirando. Pero es mi joya. Sé que existe.

Su expresión parecía más complacida que nunca. Parecía llena de energía.

“Er, bueno, no podemos vivir exactamente en esta gruta para siempre, ¿verdad?”

Hace mucho tiempo, unas pequeñas criaturas más longevas que los humanos —olvidé si eran elfos, enanos o darkin— tallaron la roca de la entrada de la caverna y la convirtieron en un precioso santuario. Pero al fin y al cabo, una gruta es una gruta. Era lo suficientemente espaciosa y me convenía como guarida para dormir, pero tenía la sensación de que no era un buen lugar para que viviera un niño humano. Por eso, decidí buscar una casa para nosotros.

Al parecer, los domicilios humanos no sólo servían para protegerse de los elementos. Al parecer, también eran agradables, acogedores y cómodos, y cálidos o frescos cuando lo necesitaban. Me acordé de la destartalada choza donde vivía el hombre que abandonó a Olivia. Aquellas paredes estaban llenas de agujeros y realmente no parecían capaces de proteger a sus habitantes de los vientos silbantes… Quería encontrar un alojamiento más robusto, más grande y más seguro para ella.

Mi libro actual era mucho más pequeño que una de mis garras, y el texto que contenía mucho más pequeño que el libro, pero lo leí igualmente. “Lo que más aprecian los humanos es la presencia de una persona que les da amor y cariño a pesar de todo el trabajo que conlleva. Y un buen bocadillo es un símbolo de ese amor… Hrmm, ¡ya veo, ya veo!”

“¡Hrmm!”

Parecía que Olivia se había despertado en algún momento. Se rió.

… ¡Me imitó! Qué bonita. Al parecer, los humanos adquieren el lenguaje de los que les rodean.

Dejé que Olivia jugara alrededor de mi cuello y con mi melena mientras pasaba las páginas. Probablemente sería más fácil leer libros humanos si pudiera adoptar una forma humana. Me rasqué la barbilla y cambié el peso con cuidado para no balancear la espalda. Olivia seguía divirtiéndose con mi melena, que había llegado a adorar.

Murmuró incomprensiblemente. “Papi…”

Podía sentir un punto caliente en mi espalda. Olivia roncaba tranquilamente entre mi suave melena. Se había vuelto a quedar dormida. Los niños humanos se duermen con mucha frecuencia. Incluso tienen una frase para ello: “un niño bien dormido es un niño bien cuidado”.

Estoy seguro de que crecerás en poco tiempo, Olivia.

Su respiración dormida era tan tranquila y relajada. Podía oír los latidos de su pequeño corazón.

Mis ojos volvieron a bajar a mi tomo, y un pensamiento cruzó mi cabeza: Vaya, me alegro de dejar que el dulce Sr. Sol ilumine mi melena todos los días. Si no, nunca estaría tan esponjosa.