Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 1

Capítulo 12: El Sr. Dragón Recibe un Nombre

El primer día de Olivia en la Real Academia Femenina de Florence estaba cerca. Estaba sentada en una silla con la cabeza entre las manos. “Oh vaya… Un nombre, eh…”

“¿Qué pasa, Papi? Puedo escribir nombres muy bien.” Se jactó Olivia, pluma en mano.

Estaba revisando la carta enviada por la Academia de Florence mientras tomaba mi té después de comer en la amplia mesa vacía del comedor.

“Puedes, cariño. Y además tu letra es muy bonita.” “¡Te je je je!”

Volví a bajar los ojos al documento. Parecía que la hoja de respuestas del examen de ingreso de Olivia se había publicado en el Boletín de la Academia de Niñas de Florence como modelo de respuestas. La letra de Olivia es preciosa, y el contenido de su escrito era lo suficientemente espléndido como para haber merecido una carta del director.

Sin embargo, había una nota al final del documento:

ATENCIÓN: El apellido de Olivia se omitió tanto en la solicitud de inscripción como en la hoja de respuestas del examen. En circunstancias normales, un error tan grave la habría hecho suspender. Sin embargo, teniendo en cuenta los resultados extremadamente sobresalientes de su examen, entrará en la academia como la mejor de su clase. Por favor, asegúrese de escribir su apellido y su nombre en la carta de consentimiento.

Esta fue la fuente de mi consternación. ¿Un nombre de familia? Un apellido… “Los apellidos son lo más humano que hay, ¿no?”

Soy un dragón. No tenía nombre, y nunca lo tuve. No tenía un apellido que darle. “¿Qué debo hacer, Srta. Clowria?”

“Hmm… Creo que deberías inventar un nombre cualquiera. Mientras evites el apellido de una línea noble que sea famosa en la sociedad humana, no levantará ninguna ceja.”

“¿Eso es todo?” La atrevida sugerencia de la Srta. Clowria me hizo reflexionar. ¿Y si se enfadaban conmigo y eso provocaba que Olivia no pudiera asistir a la escuela? Cada vez que el futuro de Olivia entraba en escena, me convertía en un gran cobarde.

“Me gustaría escuchar lo que la Srta. Reina Oscura tiene que decir… Hablando de eso,

¿dónde está ella?”

“Ahh… Verás, ahora que se acerca el primer día de clase de Olivia, ha entrado en un caso de depresión. De hecho, se ha encerrado en la Torre Oeste, como antes.”

“¡Ya veo!”

“Es la gran y poderosa Reina Oscura Maredia, así que estoy segura de que tendrá algo que decir al respecto… es lo que le diré.”

“¿Lo harás?”

Últimamente, he pensado que debería prestarle a la Srta. Clowria un libro titulado: Si su Hijo se Convierte en un Encerrado. Pero por otro lado, la Reina Oscura dijo que tenía más de mil años, así que ya es una adulta.

Entonces Olivia, que había estado escuchando nuestra conversación, gritó: “¡¿Puedo darnos un nombre?!”

“¿Qué? Ah, claro, adelante. Tengo la sensación de que es mejor usar cualquier nombre, como dijo la Srta. Clowria.”

“En ese caso, ¡tengo un nombre en mente!” “¿Eh? ¿En serio, Olivia?”

“¡Ajá! Llevo mucho tiempo pensando en un nombre de familia.”

Me sorprendió, ya que nunca hubiera imaginado que ella hubiera pensado en algo así. No sabía cuál era el antiguo apellido de Olivia, ni me apetecía endilgarle el nombre de un hombre que la trató como basura antes de abandonarla en el gélido invierno. No puedo soportar la idea de que Olivia lleve el apellido de esa escoria de padre. Además, ahora soy su papi.

“Papi, pareces enfadado.”

Ah, maldición. Parece que cada vez que pienso en ese hombre, mi expresión se vuelve sombría. Hasta ahora, un solo hombre humano no podía significar nada para mí que ha vivido desde tiempos inmemoriales.

“Ah, lo siento, Olivia. Así que dime, ¿qué nombre de familia quieres darnos?”

“¡Espera un momento!” Y con eso, salió corriendo, regresando al poco tiempo con un libro en la mano. Debe haberlo traído de la Biblioteca de Grimorios. “¡Creo que este es el nombre para nosotros!”

“¿Este nombre?”

Era un libro titulado Nombres de las Casas Sagradas de la Historia de la Humanidad. Parecía una lectura pesada, pero la portada era muy bonita y estaba tachonada de joyas. Algún humano distinguido y eminente debía de haber compilado este diccionario biográfico. Al hojear sus páginas, vi que estaba lleno de nombres, incluidos los de personajes famosos a lo largo de la historia y sus logros. Incluso había conocido a un puñado de estos humanos, aunque en realidad sólo fueron breves intercambios de opiniones más que encuentros dignos de escribir en casa.

“A ver…” Olivia hojeó las páginas con manos expertas hasta que dio con la página que buscaba. Miró fijamente el texto, y entonces su pequeño dedo se posó en una palabra. “Me gusta este nombre para nosotros, Papi. Lo he pensado durante mucho tiempo. Eldraco.”

“… Eldraco…” Pasé los ojos por la explicación escrita junto al nombre. “Hmm…”

El nombre significa ‘dragón malvado’ o, alternativamente, ‘diablo’. El libro también decía que era un ‘nombre póstumo’.

He oído que algunos de los dragones más jóvenes que yo perseguían a los pequeños (como los humanos, los elfos, los enanos, etc.), así que supongo que de ahí derivó este nombre. En cualquier caso, no era un nombre que tuviera una connotación positiva. Sin saber qué decirle a Olivia, busqué las palabras adecuadas. No creía que fuera realmente el mejor nombre para nosotros.

“Ah, eh, Olivia. Sobre este nombre…”

“Me gusta mucho Eldraco. Significa ‘como un dragón’, ¿ves? Incluso hay un dibujo aquí.”

Era una ilustración de un dragón respirando fuego sobre una ciudad humana. Vaya. Yo no hago ese tipo de cosas, pero supongo que algunos dragones sí. Hablando de malas vibraciones…

“Cierto, pero mira, querida. El significado del nombre no es tan agradable…” “¿Por qué?”

“Está escrito aquí.”

Olivia me miró con asombro. “¡Eso no es cierto! Dice que los apellidos son los nombres de las casas. Y, Papi, eres amable, y grande, y genial.”

“Olivia.”

“Me acuerdo, Papi. Recuerdo el día que te conocí, cuando era pequeña. Tenía tanto frío y me sentía tan sola en aquellos días. Pero entonces tú, mi Papi dragón, me pusiste en tu espalda,

¡y me sentí tan bien y cálida!”

Las palabras de Olivia me sorprendieron. Ella no quería ese nombre por lo que decía el libro. Lo quería porque le recordaba a mí.

“Estaba… ¿cálido?”

“¡Ah! ¡Tú melena olía bien, y era suave y cálida! Y soy la hija de un Papi dragón amable y cariñoso… Así que quiero un nombre que signifique alguien como tú…” Dijo, jugueteando con el dobladillo de su ropa. “Así que… por eso quiero ser un Eldraco.”

“Olivia, no tenía ni idea de que todo este tiempo eso pasaba por tu cabeza.”

“Tee jee. ¿Es una mala idea? Es que voy a ir a un colegio lejano. Pero con un nombre como Eldraco, es como si estuvieras a mi lado…” Dijo, sonriendo tímidamente.

Esas palabras me dispararon justo en el corazón. Y ella tenía razón. ¿A quién le importa cómo se llama un extraño? ¡Este era el nombre con el que quería ser mi hija! Si Olivia es capaz de llevar una vida de felicidad junto a un nombre que le dice al mundo que es mi hija, entonces nada podría hacerme más feliz.

“Olivia Eldraco.” Dijo la Srta. Clowria, que tenía una taza de té negro en una mano. “Me parece un nombre maravilloso.”

Tomé mi bolígrafo y anoté rápida y fácilmente su nuevo nombre en los papeles de la matrícula. Olivia Eldraco. Miré esas letras. No está mal.

“… Olivia.” “¡Papi!”

“Desde este día, eres Olivia Eldraco. La hija y el mayor tesoro del dragón que vive en el Pico Sagrado de Olimpia.”

“¡Tee jee! Encantada de conocerte. Me llamo Olivia Eldraco.”

Se abrazó a mí y yo la abracé con fuerza. Sentí el latido de su pequeño corazón y su calor.

Es mi querida hijita.

A través de nuestro nuevo apellido, tuve la sensación de que el vínculo entre nosotros se hizo aún más fuerte. Era como si se hubiera hecho visible al mundo. A partir de ese momento, éramos una familia, sin importar a dónde fuéramos. Me pregunto si los humanos del pasado lejano crearon apellidos con ese mismo sentimiento.

“Ah, pero no le digas a nadie en la escuela que tu papi es un dragón, ¿de acuerdo?” “¡Entendido!” Respondió ella, con las manos en alto.

Tener un dragón como padre es un poco raro, después de todo.

Desde entonces, escribimos su nombre en todas las cosas que llevaba al colegio. Ella hacía algunas y yo otras. Escribimos su nombre con mucho cuidado. Olivia Eldraco en sus bolígrafos, Olivia Eldraco en sus sombreros. Olivia Eldraco en sus zapatos, Olivia Eldraco en sus libros de texto. Y mientras estrenábamos su nuevo nombre, escribiéndolo una y otra vez, rezaba para que disfrutara de su vida escolar.

… Aunque tengo que decir. ¡Hay un montón de cosas en las que escribir su nombre!