Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 2

Capítulo 1: Hola, Daisy

Parte 2

 

 

Magical Daisy

Los esqueletos habían demostrado ser sorprendentemente frágiles, casi tan fuertes como los huesos humanos, tal vez. Se rompían con las patadas de Magical Daisy y se hacían añicos con sus puñetazos. Este tipo de violencia le provocaba un asco visceral, pero era lo que se llama una veterana. Habría renunciado hace mucho tiempo si esto fuera suficiente para quebrarla.

“¡Daisy Punch!”

Publicidad G-AR



Fue un golpe normal. “¡Daisy Kick!”

Fue una patada normal.

Sin embargo, Magical Daisy creía que nombrar sus movimientos los hacía más fuertes, así que había nombrado sus golpes y patadas ordinarios como si fueran ataques especiales. Creía que tenía que haber poder, o algo, en decirlo en voz alta.

“¡Daisy Beam!”

Era un rayo normal… bueno, obviamente no.

Publicidad G-M3



El Daisy Beam era su movimiento asesino, y no en sentido figurado. Este movimiento era literalmente mortal. Además de la fuerza física sobrenaturalmente mejorada, las chicas elegidas por el Reino Mágico tenían una habilidad mágica única. Esto era lo que las convertía en chicas “mágicas”. La habilidad de Daisy era el Daisy Beam. Apuntando con su dedo, podía disparar un rayo de luz de unos diez centímetros de diámetro. Vaporizaba instantáneamente todo lo que tocaba, aunque ella no entendía cómo funcionaba. Palette le había explicado que desintegraba al objetivo a nivel molecular, haciendo que se vaporizara rápidamente y se dispersara en el aire. Podía, por supuesto, variar el rayo. Si extendía la mano, dispararía un rayo de luz de unos treinta centímetros de diámetro, una zona de ataque mucho más amplia.

Nunca había utilizado este movimiento para matar a nadie. Era para eliminar residuos y obstáculos. Una vez había sugerido al Reino Mágico que podría ser útil para el mundo utilizar su rayo para eliminar residuos industriales o atómicos, pero había recibido el aviso de que a las chicas mágicas no se les permitía influir en el comercio o la industria del mundo humano. Sentía que le habían advertido que mantuviera la ostentación al mínimo, como si hubieran visto en ella un narcisismo del que no se había dado cuenta. Esto no le había hecho ningún favor a su autoestima.

A nivel personal, Daisy consideraba que usar el rayo sobre seres vivos era el más profundo de los tabúes, y el Reino Mágico y sus mascotas también restringían mucho su uso. Pero al ser asaltada por monstruos que claramente no estaban vivos —y gracias al mensaje tipo videojuego que anuncio que habían aparecido cinco esqueletos— había disparado en el momento, sin dudarlo. Un disparo de su rayo había hecho volar a los esqueletos, junto con su estrés acumulado. Pero, al mismo tiempo, le hizo recapacitar. Se había dejado llevar.

“Entonces, ¿dónde estoy?” Como siempre, estaba hablando sola, pero esta vez lo decía en serio. Había leído que el juego había comenzado, y un segundo después, se había transformado en su forma de chica mágica y se había transportado al medio de este páramo, completamente sola. Entonces los esqueletos la atacaron.

La tierra era plana en todas las direcciones hasta donde Magical Daisy podía ver. Nunca había estado en México o en África, pero se imaginaba que el sol aquí era igual de caliente. Si no fuera por su piel mejorada, probablemente se habría quemado. Lo único que había en su campo de visión, además del sol y los terrenos baldíos, eran algunos edificios en ruinas. Daisy comprobó su teléfono mágico. Ya no podía acceder a su página de perfil, y había un mensaje en su pantalla. Decía:

El tutorial ha terminado.

Publicidad G-M2



Has ganado 5 caramelos mágicos.

Caramelos mágicos. Eso le recordó a Daisy: el teléfono había dicho algo sobre eso, justo antes de que aparecieran los esqueletos. También le pareció haber escuchado esa frase antes en algún lugar. ¿Dónde había sido?

Por favor, dirígete a la ciudad.

¿Ciudad? Sólo veía terrenos baldíos a su alrededor. Pero tal vez si accedía a un terreno más alto, podría ver un poco más. Daisy se acercó a los edificios altos. De cerca, pudo ver la magnitud de su deterioro, sus paredes manchadas de marrón por las nubes de polvo. La cantidad de desconchones, grietas y signos generales de erosión le hicieron creer que esos edificios llevaban allí mucho tiempo, no sólo unos pocos años. Uno de los edificios estaba inclinado hacia un lado, con todo lo que había por encima del décimo piso totalmente destruido. Era tan alto como los demás edificios.

Con cuidado de no hacer que todo se derrumbase, Daisy escaló rápidamente el edificio. Con su fuerza mágica mejorada, correr por la pared no fue nada. Al llegar a la cima, observó su entorno. El viento soplaba con más fuerza aquí arriba, así que se sujetó la falda. Incluso el sol parecía ser más fuerte aquí, posiblemente porque estaba más cerca de él. Sin embargo, como esperaba, la vista era mucho más clara. Se llevó la mano izquierda a la frente para tapar la luz y miró a lo lejos. Sus ojos anormalmente potentes le permitían ver más lejos que cualquier otro ser vivo.

“Hmm… ¿Es eso?” En la distancia, pudo ver un grupo de edificios. Era lo único a la vista que podía pasar por una ciudad. El resto del páramo estaba salpicado de más ruinas como la que ella estaba pisando. Examinó todo a su alrededor, comprobando todos y cada uno de los edificios. Todos eran exactamente iguales, hasta el ángulo de inclinación y los patrones de cristales rotos en las ventanas, como en un videojuego. Un edificio en particular le llamó la atención: encima de él había una figura.

Daisy dio un salto hacia atrás en cuanto vio la figura en la distancia. Había aparecido una grieta en el tejado del edificio justo debajo de donde ella se encontraba, y no era una fisura natural. Algo extremadamente afilado había cortado el hormigón como si fuera mantequilla. Volvió a mirar la forma lejana. ¿El ataque venía de allí?

Estaba sosteniendo una especie de palo. A esta distancia, estaba demasiado lejos para que incluso los ojos superpoderosos de Daisy pudieran distinguir exactamente lo que era.

Justo entonces, la figura se movió, pareciendo levantar el palo, y la luz del sol brilló en él, centelleante. Era de metal… ¿Una espada? Daisy se lanzó al suelo. El borde del techo se fracturó, se deslizó, y luego cayó al suelo y sacudió la tierra. Incluso desde muy arriba, Daisy pudo ver la nube de polvo que se produjo.

No había lugar a dudas: el daño se había producido justo después del movimiento de la figura. Pensó que podrían estar lanzando ráfagas de viento hacia ella, pero no hubo ningún retraso entre las acciones de la figura y la destrucción que siguió. No era exactamente como un proyectil.

Todavía en el suelo, Magical Daisy extendió los brazos frente a ella, de cara a la figura, y pensó. Daisy había sido golpeada pero no había recibido ningún daño. ¿Podría haber sido una advertencia, o tal vez una artimaña? El movimiento la había hecho retroceder de un salto y caer al suelo, pero no estaba muy segura de sí habría salido ilesa de no haber tomado una acción defensiva.

Si la figura había fallado deliberadamente —e incluso si no lo había hecho—, parecía diferente de aquellos esqueletos sin vida y sin raciocinio. Independientemente de cómo hubiera atacado la figura, parecía humana. Y Magical Daisy no podía usar su rayo en un humano… o en cualquier criatura viva, fuese lo que fuese.

Tras un momento de duda, miró la gigantesca hendidura en el lateral del edificio y decidió que no podía seguir ignorando al enemigo. Apuntó su brazo extendido un poco más abajo y luego disparó su Daisy Beam. El rayo impactó directamente en la base del edificio, lo que hizo que la estructura casi derrumbada se inclinara aún más hacia un lado. Tras un nuevo disparo, el edificio cayó en una columna de humo.

La figura saltó del edificio que se derrumbaba y aterrizó en el suelo. Mientras tanto, Daisy saltó desde su propio punto de vista y se apresuró a reducir la distancia entre ellos. El desconocido hizo lo mismo. Sin dejar de correr, se atacaron una, dos veces, la figura balanceando su espada hacia abajo y ella disparando su rayo como advertencia.

Daisy esquivó todos los ataques. Los efectos eran básicamente los mismos que si la figura estuviera blandiendo una katana a corta distancia. Los cortes seguían la trayectoria de la hoja, así que siempre que Magical Daisy se apartara del camino, podía esquivar. Todos los ataques fueron muy telegrafiados.

“¡Daisy Beam! ¡Daisy Beam! ¡Daisy… Beeeam!”

Lanzó un rayo tras otro, aun sin apuntar directamente a su oponente. Dirigió cada ataque hacia el suelo, vaporizando la tierra y levantando polvo para bloquear la visión de su enemigo. Luego se lanzó hacia las espesas nubes de polvo que se levantaban en el aire.

Podía sentir una presencia. Era pegajosa y espesa, ni siquiera intentaba ocultarse. Un golpe a sus pies se deslizó por el suelo. Retrocediendo, esquivó y dio una patada baja, pero su atacante estaba presionado contra el suelo. Daisy pretendía golpear su sien con los dedos de los pies, pero en lugar de eso, dio un golpe en su frente… o mejor dicho, su frente había bloqueado su patada. Su pie se entumeció. A continuación, la figura hizo un corte ascendente, apuntando a su garganta. Magical Daisy lo esquivó a duras penas, la hoja se le clavó en el hombro. Estaba demasiado lejos, y la katana de su oponente le impedía acercarse.

Publicidad G-M3



Daisy se dejó caer y se deslizó hacia delante, tratando de barrer sus piernas. Una vez que el oponente cayó, los dos se enredaron. La katana se hizo a un lado mientras la pareja se agarraba a los brazos y las piernas del otro, cada uno forcejeando con un enemigo invisible.

Al tocar a su oponente, comprendió: este era el cuerpo de una chica mágica, y encima uno tonificado. Pertenecía a alguien que, como Daisy, se había castigado entrenando para poder luchar contra alguien y ganar.

Daisy agarró la manga de la chica y la lanzó. Justo antes de que la chica cayera al suelo, Daisy sintió que le barrían las piernas, y la pareja se desplomó en un montón.

“¡Ja, ja!” Su oponente ladró una carcajada. Daisy le devolvió la carcajada.

Daisy golpeó con los codos y los puños y recibió la misma respuesta con un golpe en sus rodillas. Cuando el brazo de su oponente le rodeó el cuello, dio una patada para distanciarse. Muy bien, ¿qué va a hacer? ¿Y cuál es mi próximo movimiento? El calor recorrió todo su cuerpo. Poco a poco, la nube de polvo se desvaneció, y luego una repentina ráfaga se llevó el resto. Cuando los escombros se asentaron, sólo quedaba Magical Daisy.

“… ¿Eh?” ¿Su oponente había huido? Bueno, si lo había hecho, ese era el mejor resultado. Pero aun así, Daisy estaba disgustada… o quizás sólo decepcionada. No podía negar que estaba insatisfecha. Había disfrutado peleando a ciegas con un oponente extraño, y estaba segura de que su oponente también lo habían hecho.

Publicidad G-M3



“Tú no eres el Músico.”

Daisy se giró al oír una voz, pero no había nadie. Seguía sin saber de qué iba aquella pelea. Lo más probable es que se hubiera enfrentado a otra chica mágica, pero no podía estar segura.

A medida que su cuerpo liberaba el intenso calor de la lucha, su mente también se enfriaba. Recordando su objetivo original, miró hacia la ciudad.

Ahora una nube de polvo se había levantado delante de ella. Podía ver siluetas, y no sólo una o dos. Se movían furiosamente. Había una figura solitaria, rodeada por una horda de blancos… esqueletos. Alguien estaba siendo obligado a luchar contra los esqueletos, al igual que Daisy. Extendió la mano derecha y estaba a punto de disparar un Daisy Beam asesino cuando se dio cuenta con un sobresalto de lo que estaba haciendo. Su objetivo estaba bastante lejos. Si fallaba, podría ser realmente malo.

“¡Augh! ¡Esto apesta! ¡Maldita sea!” Gritó, y se lanzó a la carga.

***

 

 

Pechka

El edificio de gran altura estaba completamente vacío por dentro. Pechka no pudo ver ningún rastro de que hubiera sido utilizado como local comercial o edificio de oficinas, ni tampoco ningún signo de que hubiera sido habitado como apartamento. Realmente no había nada. Sólo había pisos y habitaciones con ventanas de cristal rotas que dejaban pasar el viento.

Buscó pistas para saber en qué lugar del mundo podía estar, pero al tercer edificio ya estaba desanimada. En el quinto edificio, estaba angustiada. Y en el octavo edificio, finalmente se derrumbó. Ella también era consciente de ello. Pechka no era una chica de corazón fuerte. Limpiando el polvo del suelo, se sentó y se apoyó en una pared. Lo único que salía de ella era un suspiro.

No tenía ni idea de dónde estaba. Unos monstruos la habían atacado, y la chica mágica que los había combatido por ella casi la había matado. Y para colmo, su teléfono mágico estaba totalmente roto. Su aplicación de correo electrónico no se abría, y ni siquiera podía hacer llamadas para notificar al mundo exterior de su angustia.

En este momento, el desconcertante mensaje “Caramelos mágicos: 0” aparecía en su pantalla. ¿Qué era eso? Ciertamente parecía algo propio de una chica mágica. Pero nunca había oído el término.

Pechka pensó en Ninomiya. Esto era sólo un intento de escapar del mundo real. Ni siquiera podía estar segura de que esto fuera la realidad, así que prefería pensar en Ninomiya. ¿Se había comido la comida que ella le había dado? La comida que había creado con su magia era realmente deliciosa. Pero tal vez no había sido de su agrado. A pesar de lo buenas que eran sus creaciones, no todo el mundo tenía el mismo sentido del gusto. Y además, podría haberla tirado sin probarla. Algunas personas podrían pensar que sería una tontería por su parte comerse una caja de comida que había recibido de una fanática que no conocía, sin saber lo que había dentro. Si Pechka estuviera en el lugar de Ninomiya, no habría querido comerlo.

Esto es inútil. Incluso pensar en Ninomiya la hacía entrar en una espiral de negatividad, a pesar de que él debería haber sido su mayor fuente de felicidad.

Pechka rompió a llorar, sollozando sin sonido. Le preocupaba que si hacía algún ruido, aquellos monstruos con forma de esqueleto pudieran atacarla de nuevo, así que sólo dejó salir sus lágrimas. Las gotas corrían por sus mejillas hasta la barbilla, donde salpicaban los brazos que abrazaban sus piernas. Cuando no estaba transformada, la simple Chika era una llorona, pero Pechka no había llorado ni una sola vez. Sin embargo, ahora lloraba y lloraba y lloraba hasta que quedo lo suficientemente agotada como para quedarse dormida, hizo falta un temblor en su espalda para despertarla.

Abrió los ojos e inmediatamente apretó la oreja derecha contra la pared. Había pasos. Y el sonido de… ¿cascos? Y conversaciones. Era más de una persona. Había otros aquí. Pechka retiró la oreja de la pared y comenzó a dirigirse hacia el origen de los sonidos, tratando de mantenerse lo más silenciosa posible. Quizás esta vez se encontraría con alguien normal. Quizás le explicarían la situación y le dirían qué hacer. Quizás la salvarían.

Por supuesto, era posible que no fuera así. De hecho, era más que probable. Desde que Pechka fue traída a este lugar, aún no había encontrado a nadie con quien pudiera mantener una conversación adecuada, y menos aún determinar si eran amistosos o no. Si esas personas parecían normales, intentaría charlar con ellas. Si no, huiría antes de que la encontraran. Con esto en mente, se arrastró silenciosamente hacia el origen de los pasos. Después de cada paso, esperó treinta segundos antes de dar otro. El sudor le corría por la barbilla donde antes estaban las lágrimas.

“Te lo dije, ¿no?” Eso era japonés. La entonación era un poco extraña en algunas partes, pero Pechka podía entender lo que la persona decía. Al menos, parecía alguien con quien podía comunicarse. “Te dije que si subíamos a un edificio, podríamos tener una mejor vista. Alors, Rionetta, dijiste—”

“¿Todavía estás enfadada por el comentario que hice sobre los imbéciles y los altos cargos? ¿Te sientes molesta por eso?”

“Oh, ¿crees que eso me hizo enfadar? ¡Non!” “Ambas, dejen de pelearse.” Dijo una tercera voz.

Pechka miró con cuidado a través de la puerta. A la habitación que observaba le faltaba el techo, lo que la convertía en el tejado de facto. En ella había tres figuras. No tres personas, sino tres figuras. Pechka había decidido hablar con ellas si parecían normales, pero se detuvo justo en la puerta.

“¡Esto no es una pelea, non! Es una objeción legítima.” La chica con la extraña entonación parecía bastante ordinaria. Llevaba un disfraz basado en el traje de una doncella de santuario. Lo más probable es que fuera una chica mágica como Pechka. Aunque su moda claramente japonesa no coincidía con su forma de hablar, al menos no parecía extraña.

“Esto no es una pelea en absoluto. Pelear es el tipo de comportamiento que se hace entre iguales.”

Esa voz pertenecía a otro individuo, uno que también parecía una chica normal, aunque un poco grande. Su traje de lolita, con gorro y bombachos y todo, podría haber pasado por lo que llevaría una aficionada normal si no fuera un disfraz de chica mágica. Su cara era bonita, pero parecía de algún modo falsa. Cuando Pechka se fijó en las axilas y las muñecas expuestas de la chica, se le cortó la respiración. La piel de la chica tenía la misma textura que la de un humano, pero sus articulaciones eran todas esféricas. No era una humana, sino una muñeca. Y hablaba.

Mahou Shoujo Ikusei Volumen 2 Capitulo 1 Parte 2 Novela Ligera

Publicidad G-M3



 

Y la tercera chica era aún más impactante que la muñeca. También era encantadora, sus ropas eran en su mayoría de color púrpura y poseían adornos en forma de plumas y un gran lazo para darle el toque final. Pero luego estaba su mitad inferior: era la de un caballo. No es que estuviera montando un caballo, no. Era como si alguien hubiera tomado un caballo, le hubiera quitado la cabeza y lo hubiera sustituido por la parte superior del cuerpo de una chica humana, como el mítico centauro, o como se llame.

¿Eran estas figuras monstruos como los esqueletos, o eran chicas mágicas? Pechka no podía decidir, y eso significaba que lo mejor era evitarlas. Lentamente, con cuidado, comenzó a retroceder. Tenía que irse antes de que se dieran cuenta de su presencia. Pero después de tres pasos atrás, sus teléfonos mágicos empezaron a sonar. Las tres chicas sacaron sus aparatos, lo que le indicó que eran, de hecho, chicas mágicas, pero al mismo tiempo, el teléfono de Pechka sonó. Asustadas, las tres chicas se volvieron hacia ella.

Pechka se marchó sin echar siquiera una mirada detrás de ella.

***

 

 

Magical Daisy

La criada que Daisy había salvado se presentó como Nokko. Iba vestida como una criada tradicional, con el cabello rubio platino recogido a ambos lados con cintas, e incluso tenía una fregona en la mano, decorada con la misma cinta. En cuanto a la edad, parecía tener unos diez años y era una cabeza más baja que Daisy.

Según ella, se convirtió en la chica mágica Nokko a los cuatro años. Por aquel entonces, su juicio estaba muy poco desarrollado, así que cuando creó su nombre de chica mágica, pensó que le estaban preguntando por su verdadero nombre y respondió alegremente: “¡Nokko!” Y así se quedó con ese nombre. Más tarde presentó treinta solicitudes de cambio de nombre, pero todas fueron rechazadas. La norma del Reino Mágico era que, una vez decidido, el nombre de una chica mágica no podía cambiarse, salvo en circunstancias extremas, incluso si el nombre había sido creado por una niña de cuatro años apenas capaz de tomar una decisión sensata.

Nokko parecía avergonzada mientras le contaba a Daisy el origen de su nombre. Mientras contaba su historia, con una mezcla de autodesprecio y queja, jugaba repetidamente con las cintas de su cabello mientras hablaba. Era adorablemente inocente.

Daisy le preguntó: “¿Sabes dónde estamos? ¿Por qué nos han traído aquí?”

“No tengo ni idea.” Respondió Nokko. “Estaba mirando mi libreta de ahorros y, de repente, vine aquí.”

Daisy tenía curiosidad por saber por qué estaría revisando sus transacciones en mitad de la noche, pero probablemente eso no tuviera importancia. Al confirmar la fecha con Nokko, descubrieron que coincidían en el tiempo. Cada uno de sus incidentes había ocurrido a la misma hora en el mismo día.

“Um…” Comenzó Nokko.

“¿Sí?”

“¿Eres la Magical Daisy?” “¿Eh? Sí, lo soy.”

“¡Vaya! ¡Te ves igual que en la televisión! ¿Los episodios estaban basados en la vida real?”

“Oh, sí. Aunque algunas cosas fueron exageradas.”

Nokko parecía ser una fanática de Magical Daisy… o mejor dicho, de las chicas mágicas en general. A medida que aumentaba su entusiasmo, empezó a chillar. La razón más común por la que alguien se unía a las filas de las chicas mágicas era que le gustaba el anime y el manga. En ese sentido, Daisy era igual. Su amor la había llevado a este camino. Así que no le pareció sorprendente ni sospechoso que Nokko fuera una fanática de las chicas mágicas.

Pero a Daisy le hacía feliz conocer a un fan de la serie en la vida real, y le hacía aún más feliz ver a Nokko tan contenta. Al ver a la joven hablar con entusiasmo de lo que recordaba, de las partes que la habían hecho llorar, de sus villanos más odiados y de los episodios que había visto con las manos sudorosas apretadas, pensó: tengo que protegerla.

“¡Estaba tan emocionada por las reposiciones de cada semana!” Exclamó Nokko.

“Todavía estaba en la escuela media durante la emisión original…

¿Qué edad tenía yo cuando empezó la reposición?”

Publicidad G-M2



¿Era así como los ídolos del pop se sentían con sus fans? Aunque Daisy era más bien una ídolo pop retirada ahora que el anime había terminado, pero ver el entusiasmo de Nokko tiró de su fibra sensible y le dio fuerzas.

Las dos charlaron animadamente durante un rato sobre sus recuerdos de Magical Daisy hasta que el sonido de sus teléfonos mágicos les devolvió a la realidad. Se encontraban en una tierra extraña y desconocida, con restos esqueléticos esparcidos por todas partes. En la pantalla aparecía el mensaje:

Por favor, dirígete a la ciudad.

Publicidad G-M2



No se detienen nunca. Daisy refunfuñó en su cabeza, pero parecía que no tenían más remedio que obedecer. Así que le habló a Nokko de la aparente ciudad que había visto desde lo alto del edificio y sugirió que se dirigieran allí con la esperanza de que pudiera arrojar algo de luz sobre su situación.

“Haré lo posible por no estorbar.” Respondió Nokko, sonrojada.

Ver su cara sonrojada levantó el ánimo de Daisy.

Había un buen trecho hasta la ciudad, pero con sus piernas de chica mágica, no suponía demasiado esfuerzo. Basándose en la batalla con los esqueletos, Daisy supuso que Nokko no era una gran corredora, o posiblemente no tenía mucha confianza en sus habilidades físicas, así que se abstuvo de ir demasiado rápido, pero incluso con eso, cubrieron los casi veinte kilómetros hasta su destino en sólo unos diez minutos.

La “ciudad” era justo lo que había visto desde la distancia: una ciudad sólo de nombre, sin nada de lo necesario para un asentamiento real. Los edificios estaban en mejor estado que los que estaban en ruinas en el páramo, pero la carretera no mostraba signos de mantenimiento. Las nubes de polvo flotaban por las calles vacías. Desde su punto de vista en el exterior, no había tráfico peatonal. Después de que Daisy advirtiera a Nokko que se mantuviera cerca, entraron juntas.

Al entrar en la ciudad, se encontraron con una zona muy abierta. Parecía la plaza del pueblo. En el centro había una hendidura tallada en piedra con una estatua de sirena sentada en ella. Debía de ser una especie de fuente, aunque el agua se había secado. En su lugar había montones de arena, lo que indicaba el tiempo que había pasado sin agua. Había dos personas en la plaza.

“¡Vaya, vaya, vaya!” Gritó una voz extraña. Una de las chicas, con la cara roja de emoción, señaló en su dirección. “¿Eres la de verdad?

¿Eres la verdadera Magical Daisy?”

“Sí, supongo que sí.” Respondió Daisy. “¡Whoa! ¿En verdad eres la auténtica? ¡Genial!”

Tenía que ser otra chica mágica. Llevaba un atuendo bastante extravagante: un casco con visor y un traje de cuerpo entero de estilo futurista que se ceñía a su cuerpo. Llevaba una pistola en la funda de la cintura, pero parecía más una pistola de rayos de juguete que un arma real. Todo el traje gritaba: ¡Fuerza de defensa que lucha por proteger la Tierra de los monstruos y los alienígenas! A Daisy siempre le había gustado ver las reposiciones veraniegas de esas series, y aunque no había crecido durante las primeras emisiones de ese tipo de programas, le resultaban lo suficientemente familiares como para infundirle un sentimiento de nostalgia.

“Puede que no lo parezca.” Dijo la chica. “Pero soy una especie de otaku nerd. Veía Magical Daisy cuando se emitía y, por supuesto, también coleccionaba todos los DVD. Estoy muy emocionada. Tan emocionada… No puedo creer que Magical Daisy sea real.”

¿“Puede que no lo parezca”? Por favor. Todo en ella grita “obsesión”, pensó Daisy. Pero, dejando eso de lado, la hizo honestamente feliz ver a un fanático exultante.

“¡Meow-Meow! ¡Meow-Meooow! ¡Ven aquí!” Aparentemente, la chica nerd no estaba simplemente imitando a un gato. Ella estaba llamando el nombre de alguien.

Con cautela, llego caminando una chica vestida con un traje parecido a un cheongsam con el cabello recogido en dos moños. Parecía un estereotipo chino, hablaba con acento y todo. “¿Es tu amiga, Yumenoshima?” Era un cliché. Pero de su retaguardia crecía una gruesa y monstruosa cola de reptil, lo que le daba a su estilo una especie de golpe desequilibrado.

“Espera, Miau-Miau.” Dijo la primera chica. “¿No sabes quién es Magical Daisy? Debes vivir bajo una roca.”

“Oh, ¿es famosa? En ese caso, pido perdón.”

“¡Esto no es algo que pueda perdonar! ¡Esto es de conocimiento público!”

La chica del ejército de defensa se presentó como Genopsyko Yumenoshima, y la chica de la moda china como @Meow-Meow. Ambos nombres son una locura, pensó Daisy, pero se lo guardó para no ser grosera. Pero…

“Esos nombres son bastante raros.” Soltó Nokko. “La gente dice todo el tiempo.” Dijo @Meow-Meow.

“Quería dar una fuerte impresión.” Añadió Genopsyko. Ambas se rieron, provocando que Daisy y Nokko también comenzaran a reírse. Daisy pensó en regañar a Nokko y decirle que no importaba cómo se llamaban, pero el impulso se disipó con una mirada a la chica más joven.

Publicidad G-M2



A continuación, Nokko se presentó a sí misma y a la historia que hay detrás de su nombre, lo que sólo provocó más risas. Tal vez el origen de su nombre y la forma en que había tratado de cambiarlo después era sólo una historia divertida que le contaba a todo el mundo.

Las cuatro se sentaron en círculo en el borde de la fuente de la estatua de la sirena.

Resultó que Genopsyko y @Meow-Meow no eran amigas desde hacía mucho tiempo, sino que se habían conocido después de llegar aquí, al igual que Daisy y Nokko. Les había pasado prácticamente lo mismo: ambas recibieron un mensaje en mitad de la noche y, de repente, se encontraron en un descampado, con los esqueletos acercándose.

“Ah, sí, y también nos encontramos con otras chicas mágicas.” Dijo @Meow-Meow. “Parece que están en el mismo barco.” Explicó que un grupo de chicas ya había pasado por la ciudad.

“¿Adónde fueron?” Preguntó Daisy.

“Terminaron lo que vinieron hacer aquí, y luego se fueron.”

“No nos dijeron para qué estaban aquí.” Añadió Genopsyko. “Bastante turbio. Las chicas mágicas juegan tan sucio como cabría esperar.”

“Dije que no era bueno separarse. Pero ellas tenían sus propios planes, así que se fueron bastante rápido.”

Según @Meow-Meow, habían sido cuatro chicas mágicas en total: una que parecía una muñeca, otra como una doncella de santuario, una con la parte inferior del cuerpo de un caballo y una cuarta inconsciente atada a su espalda con lazos de cuerda transparente.

“¿Eh?” Dijo Daisy. “¿No deberías haber hecho algo?”

Genopsyko explicó: “Dijeron que la ataron para evitar que llorara, se volviera loca o huyera y se metiera en problemas.”

“Hablamos con ellas y no parecen malas personas.”

Daisy no estaba en posición de preocuparse por los demás, pero esto seguía preocupándola. No había garantía de que sus extrañas circunstancias no hicieran que alguien entrara en pánico y acabara haciendo daño a otro… Ella había estado a punto de hacer lo mismo antes.

Publicidad G-AB



“Dijeron que había más chicas mágicas aquí.” Dijo @Meow- Meow.

“Al parecer, también vinieron aquí, terminaron sus asuntos y se fueron, pero no tengo ni idea de lo que está pasando… ¿Eh?” Antes de que Genopsyko pudiera terminar su frase, se quedó paralizada, con la boca abierta. Se quedó mirando la pantalla del aparato que tenía en la mano derecha, con la luz reflejada en el visor. “¡Tenemos un mensaje!

¡Todo el mundo, dense prisa y revisen sus teléfonos!”

El mensaje que había aparecido antes en la pantalla: Por favor, diríjanse a la ciudad, había desaparecido. Ahora en sus teléfonos se leía: ‘comandos de apoyo añadidos’.

“¿Comandos de apoyo?” Se preguntó Daisy. La palabra ‘apoyo’ se podía pulsar. La tocó con la punta del dedo.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios