Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 3

Capitulo 3: La Asignación

Hay dos tipos de personas en este mundo: las que son puntuales y las que no lo son.

Personalmente soy lo primero, pero la mujer con la que había quedado era evidentemente lo segundo. Llevaba ya media hora esperando. Por supuesto, consideré la posibilidad de que me hubiera equivocado de lugar, pero había comprobado dos y tres veces los detalles antes de salir, y Jin no era el tipo de persona que me daba información errónea a propósito.

Eso significaba que el problema era muy seguramente la otra parte, Riece de Valkiria. Simple y llanamente, llegaba tarde. Esta era la mujer que se suponía que me iba a enseñar las artes de los ladrones hoy, así que estaba empezando a ponerme un poco inquieto.

¿Era irresponsable? Jin no la había hecho parecer así, pero… Empezaba a dudar de que fuera a aparecer. Preocupado, miré a mi alrededor.

Nadie por aquí encaja con la descripción que me dio Jin… Bueno, el que me asuste no va a hacer que aparezca más rápido. Supongo que tendré que ser paciente.

Pasó otra hora entera después de que tuviera ese ingenuo pensamiento cuando por fin llegó Riece.

“¡Hola! Siento llegar un poco tarde.”

La mujer que se acercó a mí inclinó la cabeza despreocupadamente, con las manos juntas en señal de disculpa. Tenía el cabello corto y negro y no era muy alta. Parecía tener la edad de Jin y llevaba un conjunto algo tosco, compuesto por una blusa blanca y delgada y unos pantalones cortos marrones.

“¿Un poco?”

“Eres alguien quisquilloso, ¿verdad?” Se rió, dándome una palmada en el hombro de forma amistosa. “Deberías perdonar a una chica cuando llega tarde, ¿sabes? Sé amable. Sonríe por ello.”

Oh, cállate. ¡No soy lo suficientemente amable como para jugar a las sutilezas con una mujer que llegó una hora y media tarde a nuestro primer encuentro! Además, ¿por qué sonríes tanto? Deberías al menos actuar con un poco de pena.

Por supuesto, fui lo suficientemente amable como para no decir nada de eso en voz alta. No es que fuera demasiado cobarde para defender mi posición con un extraño. No. Definitivamente no.

“¿Así que tú eres Riece?” Pregunté.

“¡Claro que sí! Pero como eres mi estudiante, ¡es profesora Riece para ti! ¿Entendido?” “Hahh…”

Realmente no era un fan del tipo excesivamente enérgico… No nos llevábamos exactamente bien. Es decir, podíamos, pero era agotador. Dicho esto, había tratado con mucha gente prepotente en mis días buscando grupo, así que al menos sabía qué hacer en estos casos.

Sin embargo, Riece no prestó atención a mi abrumador silencio y simplemente continuó: “Bueno, tú eres el infame Girl Snatcher, ¿verdad?”

“Mi nombre es Note Athlon.” “Sí, Girl Snatcher.”

“Ya te dije mi nombre, ¿sabes?”

“¿Qué hay de malo en llamarte por tu apodo? Todo el mundo te conoce como Girl Snatcher.”

Ugh… Ella sólo está jugando conmigo, ¿verdad? ¿No es así? ¿Qué pasó con la cortesía?

Somos extraños que se recién se están conociendo, en serio…

“Haz lo que quieras. Personalmente, preferiría que me llamaras Note, pero da igual.

Ahora, ¿te importaría explicarme por qué querías reunirte aquí?”

El lugar acordado era una cafetería en una parte relativamente poco popular de Puriff. Estaba bastante alejado del cuartel general y al otro lado de la ciudad de la puerta de la mazmorra, por lo que nunca había pasado mucho tiempo en esta parte de la ciudad. Todo el distrito parecía estar desierto. Apenas había un alma en las calles, y Riece y yo éramos los únicos clientes del café.

“¿No es perfecto este lugar?” Dijo.

“Me gustan los lugares tranquilos, pero esto está realmente fuera de mi camino.” “Ah, no seas así. Hay muchas buenas razones para reunirse aquí.”

“¿Cómo cuáles?”

“Bueno, verás, Girl Snatcher, eres técnicamente un chico, así que sería malo que me pillaran contigo.”

¿Técnicamente? ¿Qué quieres decir con “técnicamente”? Soy un hombre adulto, gracias.

Ejem. Contuve mi réplica y en su lugar respondí: “¿Quieres decir que tu novio sería infeliz?”

“No es eso… Espera, ¿eh? ¿No sabes de mi líder de grupo?” “¿No?”

Disculpa, ¿quién? En Puriff me mantenía casi siempre al margen. Estaba fuera de los chismes, así que apenas sabía nada de los otros grupos del pueblo.

“Bien, déjame ponerte al corriente. A la líder de nuestro grupo no le gustan los hombres. Se podría decir que los odia.” Explicó Riece, juntando las manos detrás de la cabeza mientras hablaba. “Es la hija de una famosa familia de magos, pero cayó en una estafa matrimonial y terminó con grandes deudas. Ahora no soporta la idea de las relaciones, y mucho menos una con un hombre.”

“Parece que lo ha pasado bastante mal…”

“Bueno, se convirtió en aventurera para pagar sus deudas. Y así es como surgió Valkiria, un grupo de aventureros formado sólo por mujeres.”

“Hablando de iniciativa.”

“Tiene veintitantos años, está soltera y no duda en expulsar a los miembros que muestren el más mínimo indicio de relación con hombres. Sinceramente, es ridículo.”

Sí, más o menos. ¿Expulsión por eso?

“Como, a este paso, nunca me voy a casar. Pero de todos modos… Jin hizo un trato con ella para que nos reuniéramos, pero no se sabe lo que hará si nos pilla juntos.”

“Espera, ¿qué tipo de trato hizo Jin?”

“Meh, es sólo una especie de extensión de la misión de búsqueda y rescate de Girl Snatcher y Reckless Girl. Verás, Valkiria solo ha llegado hasta el piso 14 —lo que nos sitúa por detrás de los otros grupos exploradores serios—, así que no pudimos contribuir mucho. Nos sentíamos mal por aceptar todo ese dinero e información para el trabajo a pesar de eso, así que la líder de nuestro grupo finalmente cedió y aceptó ayudar a Jin. Al parecer, lleva tiempo pidiéndolo.”

Así que esa era la historia. Cuanto más oía, más agradecimiento sentía por Jin. Le había hecho pasar por tanto… Espera, ¿quién era la “Reckless Girl”? ¿Se refería a Erin? Tenía curiosidad por saber cómo se había ganado ese apodo, pero preferí no preguntar. De todos modos, tenía una buena suposición.

“Bueno, no tiene sentido quedarse aquí para charlar. ¿Qué tal si nos ponemos en marcha y empezamos a entrenar? Has venido aquí para aprender a luchar como un ladrón, así que apuesto a que estás deseando empezar.”

Allí, Riece levantó los brazos y se estiró antes de beberse su taza de café de un tirón. La mía hacía tiempo que se había acabado. Después de todo, llevaba una hora y media esperando.

“Entonces, ¿no habría sido mejor que hubieses legado a tiempo?” No pude evitar preguntar.

“¡He dicho que lo siento! Mira, te pagaré la bebida como disculpa.”

Riece se levantó entonces y saludó despreocupadamente mientras se dirigía al mostrador.

La vi irse, admirando lo madura que parecía en ese momento.

Varios segundos después, volvió corriendo.

“¡Lo siento! Olvidé mi cartera ya que tenía mucha prisa. Solo por hoy, ¿puedes invitarme?”

“Hmm, así que con esto es con lo que estamos tratando…”

Riece quería evaluar mi potencial de combate antes de empezar a entrenar, así que dejamos Puriff y nos dirigimos al bosque de las afueras de la ciudad. Su idea era probarme contra algunos monstruos salvajes, pero…

“Eres bastante débil, ¿eh?”

“No puedo evitarlo. No sé cómo usar las artes de ataque.”

Todavía no había derrotado a un simple monstruo. Podía utilizar con éxito mis artes de evasión para esquivar todos los ataques que me llegaban, pero estaba muy limitado en cuanto a las represalias. Me esforcé por contraatacar, pero mi empeño en esquivar me mantenía en un punto muerto permanente con los monstruos. Riece había tenido que rescatarme todas las veces.

“Aun así, Girl Snatcher. Tal vez sea porque sólo te has entrenado en artes evasivas, pero evitas meterte de lleno con los monstruos. ¿Es una mala costumbre? ¿O simplemente te falta el sentido del combate?”

“¿Tal vez lo último…?”

“Meh, no estás lo suficientemente entrenado como para decir cualquier cosa. Simplemente no te hagas ilusiones.”

Fue un poco chocante, pero confiaba en que las cosas saldrían bien si me proponía entrenar. Así era como siempre había conseguido salir adelante hasta ahora. Y… si no me decía eso, no estaba seguro de poder lograrlo.

“Tengo que decir, sin embargo, que esto es bastante retorcido.” Dijo Riece antes de aclarar. “Me refiero a la forma en que fuiste entrenado.”

“¿Qué tiene de retorcido?”

“Por lo que veo, tus artes evasivas están a la par de las mías y careces totalmente de ellas cuando se trata de destreza ofensiva… sin embargo, tu Búsqueda de Enemigos es muy superior a la mía.”

“¿De verdad?”

“Sí, no lo entiendo. ¿Por qué tu Búsqueda de Enemigos es tan inútilmente impresionante?”

¿Inútil…?

“La verdad no puedo decirlo.” Respondí. “Quizá porque siempre la tengo activa en mi día a día. También tuve que mantenerla activa constantemente junto con mis otras artes mientras vivía en el piso 20.”

“¡¿Qué?! ¿De verdad la mantienes todo el tiempo? ¿No es agotador? Búsqueda de Enemigos requiere mucha concentración. Nunca sería capaz de hacerlo. Prefiero gastar esa energía practicando mis otras artes de ataque.”

Entendía su lógica, pero sólo había sobrevivido a la planta 20 gracias a Búsqueda de Enemigos. Al final, sentí que todo había salido bien.

“Qué enigma… No estoy segura de cuál es la mejor manera de enseñarte a combatir.” “Bueno, ¿cuáles son las opciones?”

“Ni siquiera estoy segura. Este es un paso importante para determinar tu futuro como aventurero, así que es una gran decisión.” Dijo, llevándose una mano a la barbilla mientras tarareaba pensando. Parecía madura, pero sus gestos y ademanes la hacían parecer más joven. “¿Sabes lo que la gente dice de los ladrones?”

Sacudí la cabeza.

Al ver eso, continuó: “Bueno, la creencia común es que los ladrones y asesinos no están hechos para la conquista de mazmorras.”

“¿Eh? ¿Por qué?”

“Porque cuanto más te adentras en la mazmorra, más duros se vuelven los monstruos. Los ataques hacen menos daño contra ellos, por lo que se prefieren los roles que golpean con fuerza.”

Ya lo había visto en acción por mí mismo. Erin y Force eran nuestros ases en los combates contra jefes. Su poderosa magia y su ridícula fuerza podían reducir hasta los monstruos más duros.

“Por eso los atacantes ligeros como los ladrones y los asesinos no somos muy populares. Por supuesto, eso es sólo cuando se trata de mazmorras. Seguimos siendo los favoritos para luchar contra los monstruos en la superficie y cualquier combate contra gente, así que muchos aventureros en general son ladrones practicantes. Pero en cuanto a la exploración de mazmorras, los únicos asesinos y ladrones activos somos Jin y yo.”

Por eso Jin quería que Riece me entrenara. Era la única ladrona de Puriff que también era exploradora de mazmorras.

“¿Por qué no me enseñas a luchar entonces, profesora Riece? Puedes manejar los monstruos de las mazmorras, ¿verdad?”

“No creo que seas capaz de imitar mi estilo de lucha. Se basa en mi habilidad.”

Allí, sacó del bolsillo lo que parecía una navaja perfectamente ordinaria. La sujetó entre los dedos y luego, ágilmente, la arrojó moviendo su brazo del codo en adelante.

Un sonido increíble pasó silbando a mi lado. Me giré para ver qué era… y descubrí un enorme agujero en un grueso tronco de árbol detrás de mí.

“Los detalles son un secreto, pero es un tipo de habilidad de lanzamiento.” Explicó Riece. “Cuando estoy explorando la mazmorra, la uso para lanzar a los monstruos cuchillos y bombas fabricados por nuestra alquimista. En otras palabras, no te servirá de nada.”

“Eso suena como una forma simple pero poderosa de luchar, pero estoy seguro de que tienes razón. Supongo que las habilidades realmente lo son todo…”

“Duh. Incluso Jin le da a esa espada que cambia de forma y esa velocidad antinatural que tiene usos creativos. Que no tengas ni una sola habilidad de combate es un verdadero revés.”

“Por supuesto que sí…”

Aunque Mapeado fue la razón por la que me uní a los Arrivers, el hecho de que sólo

tuviera Mapeado me estaba frenando. Decir que era un contratiempo era decir poco.

“La gente normalmente entrena artes que mejoran sus habilidades existentes, pero eso no va a funcionar para ti. O, hrm… quizás sí. Jin hizo que te centraras en aprender Búsqueda de Enemigos para complementar Mapeado, así que supongo que has estado siguiendo el libro de texto.” Murmuró Riece pensativa.

“¿Qué tal si aprendo un montón de artes y elijo algunas buenas para perfeccionarlas?” Sugerí.

“No. Sin la ayuda de una habilidad, te llevará al menos un mes pulir un arte hasta un nivel utilizable. Sería mejor elegir de forma selectiva y centrarse en lo que elijas. La razón por la que tu Búsqueda de Enemigos es mucho mejor que la media es probablemente por la cantidad de tiempo que le has dedicado. Digamos que un ladrón normal dedica el 70% de su tiempo a las artes de ataque y el 30% a las de apoyo; mientras tanto, tú te has lanzado al 100% a estas últimas.”

“¿Dices que es mejor centrarse en un solo arte?”

“Un arte único es un poco extremo. Pero esa es básicamente la idea, sí… Dime, Girl Snatcher, ¿has oído hablar alguna vez de la persona más fuerte del país?”

“No, pero ¿no sería el comandante en jefe? No es que sepa quién es…”

“Mucha gente piensa eso, sí. Pero apuesto a que Force podría vencer al comandante en jefe. Tal vez incluso hasta Jin pueda. Después de todo, se ha hecho un nombre como asesino.”

“¿Son Force y Jin realmente tan fuertes?”

“Son más que fuertes, Girl Snatcher. ¡Todo tu grupo es fuerte! Es como si tuvieras una alineación de estrellas de lo mejor de cada estilo de batalla. No es de extrañar que sean un grupo líder en la exploración de mazmorras.”

¿Tan increíbles eran los Arrivers? Quizás me había acostumbrado demasiado a verlos como mis compañeros. Había olvidado lo impresionantes que eran cada uno de ellos. Conocía a nuestro grupo por su nombre mucho antes de unirme a él o incluso de tener algún interés en la exploración de mazmorras. Sus miembros tenían que ser increíbles.

Entonces… ¿qué demonios hacía un tonto como yo con ellos? Cuando me paré a pensar en ello, era realmente extraño.

“Bueno, entonces ¿quién es la persona más fuerte del país?” Le pregunté a Riece.

“Oh, claro, volvamos a eso. Dicen que la persona más fuerte de los alrededores es cierto sicario. Nadie conoce su identidad, sólo su infame apodo: Headhunter. Headhunter siempre corta la cabeza de su víctima, sin importar lo que pase.”

“¿Qué estilo de batalla utiliza este ‘Headhunter’? Si va por ahí decapitando gente, seguro que es un maestro con la espada…”

“¡Incorrecto! Nadie sabe mucho de él, pero su trabajo indica que no es un gran espadachín.”

“Entonces, ¿cómo…?”

“Es porque nadie puede detectar a Headhunter. Su Sigilo es tan bueno que nadie lo ha visto ni ha podido rastrearlo. Es un asesino que sólo aparece justo antes de que vaya a cortarte la cabeza.”

Sigilo, ¿eh?

Había pasado mucho tiempo practicando Sigilo, así que sabía de primera mano lo poderoso que era, que no era mucho. No podía engañar a todos los monstruos, y tu posición quedaba delatada en cuanto atacabas. Por eso, la historia de Riece era un poco difícil de creer.

“¿Este tipo existe realmente? Un asesino que nadie puede detectar… parece una leyenda urbana.”

“Sé que suena así, pero Headhunter es legítimo. Ha matado a un montón de gente, y siempre envía una amenaza de muerte a sus objetivos. Esa es probablemente la prueba más definitiva de que es real.”

“¿No es un poco contraproducente que un asesino envíe una advertencia por adelantado?”

“¡Aun así, Headhunter siempre consigue su víctima! Por eso se le considera el más fuerte de todos. Incluso Force o Jin serían impotentes contra un enemigo que nunca vieron venir.”

“Según esa lógica, ¿Headhunter no es imbatible?”

“¡Exactamente! Es prácticamente invencible. Sé que no lucharía contra él, ¡no quiero morir! Es una pena, de verdad. Si sólo tuviera una habilidad de sigilo muy fuerte en lugar de la Maestría de Lanzamiento Mayor, tal vez podría haber sido el más fuerte…”

“Así que tu habilidad es la Maestría de Lanzamiento Mayor, ¿eh?”

“¡Ah, mierda, ahora si metí la pata! Se supone que es un secreto, ¿vale? Si se lo dices a alguien, podría cortarte accidentalmente con un cuchillo.” Dijo con un guiño.

Eso fue algo terriblemente violento para decir con un gesto tan juguetón… De hecho, ¡era una verdadera amenaza!

“Ya me imaginaba que era algo parecido.” Le aseguré. “Y si no he tardado tanto en enterarme, estoy seguro de que no soy la única persona a la que se lo has contado.”

“¡No soy tan estúpida! De todos modos, lo que intentaba decir es que deberías pensar bien cómo quieres luchar como ladrón. Podrías terminar siendo toda una personalidad como Headhunter, o simplemente parte de la chusma: ¡las posibilidades son infinitas!”

“Esa fue una muy buena manera de recuperarse de un error como ese…” “¡Te dije que no soy estúpida!”

“Entonces, ¿cómo crees que debo luchar?” “Bueno…”

“Todavía no lo sabes, ¿eh?” “¡Bingo!”

Espera, ¿“bingo”? ¿Por qué está siendo tan presumida?

“¿No significa eso que no vamos a llegar a ninguna parte con el entrenamiento de hoy?” “Bueno, eh… Si te parece bien el entrenamiento improvisado, ¿por qué no empezamos

con Crítico? Es poderoso y no es muy difícil de aprender.” “Todo esto es una especie respuesta al instante, ¿no?”

¿Realmente iba a estar bien con esta mujer como mi mentora? Estaba empezando a tener mis dudas.

***

Dos días después de mi primer encuentro con Riece, los Arrivers se reunieron para otro intento en el piso 17. Habían pasado ya dos largos meses desde que Erin y yo pasamos por el infierno allí abajo. Este viaje no iba a ser una excursión de calentamiento como la cosecha de gólems. Los Arrivers volvían a la carga, y nuestro objetivo era despejar el piso.

Podía ver la vasta extensión azul a través de mi flequillo alborotado por el viento. Bajé un poco la mirada y contemplé las innumerables islas que flotaban en el cielo infinito ante nosotros. Todas estaban conectadas por puentes o escalones flotantes, y en ese momento estábamos cruzando este último. Así es. Aquí fue donde nos habíamos encontrado con el jefe intermedio la última vez. Donde Erin y yo fuimos empujados al piso 20.

Sin embargo, había algo que tenía que hacer hoy aquí. Riece me había asignado una tarea: averiguar cómo quería luchar como ladrón. Cuanto más rápido pudiera decidir cómo luchar contra los monstruos y ayudar al grupo, mejor sería para mi entrenamiento. En efecto, el simple hecho de tener un objetivo me ayudaría a progresar.

Pero, sinceramente, que me dijeran eso de repente no me ayudaba en absoluto. No obstante, no podía avanzar sin decidirme. Así que me propuse observar cómo combatían los Arrivers en busca de ideas. En especial, no perdería de vista a Jin, cuyo estilo de combate era similar al mío.

Nuestra estrategia para el jefe intermedio era la misma que la última vez: Jin se encargaría de él en solitario. Eso significaba que tendría muchas oportunidades de observarlo luchar. De hecho, era la situación perfecta. Crucé los dedos, rezando para aprender algo.

La batalla fue feroz desde el principio.

La sangre azul brillante salpicó las piedras de abajo cuando una sombra negra —Jin— pasó por encima del monstruo, dejándole un corte en el cuello. Entonces le llegó el turno al jefe intermedio. Desató una poderosa ráfaga de viento, que destrozó varios peldaños y envió rocas con forma de esferas hacia Jin. Sin embargo, no iba a quedarse ahí parado y dejar que le golpeara. Se abrió paso con habilidad entre las rocas que se acercaban y lanzó un tajo contra el monstruo.

Hablando claro, este combate fue una locura. Creía que ya sabía lo increíble que era Jin, pero hoy estaba a otro nivel. Tal vez fuera porque se enfrentaba solo al jefe intermedio —o tal vez porque había fracasado la última vez—, pero ahora iba a por todas.

El desempeño de Jin dejaba ver que el jefe intermedio no era rival para él. Este monstruo que superaba a los humanos en altura, físico y todo lo demás… Estaba siendo abrumado por la pura velocidad. Sentí que estaba presenciando el ideal realizado de lo que un asesino podía ser y lograr.

Sinceramente, este Jin distaba bastante al de nuestros combates. Nunca me había dado cuenta de que el asesino de los Arrivers tuviera tanto poder. Riece no bromeaba cuando había dicho que se disputaba el título del más fuerte del país. En todo caso, estaba más convencido que nunca de que nadie podía vencerle. Era la perfección. El asesino ideal. Nunca habría nadie mejor que él en este momento.

Esa pesada constatación se apoderó de mí mientras observaba su majestuosa figura con asombro.

Nunca lo superaré…

Eso era un hecho simple, puro e indiscutible. Me había enfrentado a Jin en innumerables ocasiones desde que me uní a los Arrivers. Siempre perdía, pero seguía desafiándolo bajo la suposición de que tenía al menos una minúscula posibilidad de victoria. Oh, qué equivocado estaba…

Podría desafiarle durante el resto de mis días y nunca ganaría. Nuestras habilidades y nuestra experiencia marcaban una diferencia decisiva entre nosotros. De todas las habilidades existentes, se decía que Carrera Umbría era la que daba el mayor impulso de velocidad. También estaba el oscuro pasado que había insinuado antes.

¿Y yo? No tenía ninguna de esas cosas, ni nada que las compensara. Así que, por mucho que luchara, era inevitable. No había forma de que yo, el humilde Note Athlon, venciera a Jin, el asesino definitivo.

Probablemente el propio Jin lo sabía. Por eso me había animado a convertirme en ladrón en lugar de asesino. Por eso confiaba en otra aventurera, Riece, en lugar de entrenarme él mismo. Sabía que si le perseguía e imitaba su forma de luchar, sólo llegaría a ser una versión inferior de él.

Riece también era consciente de ello. Por eso me había interrogado sobre la importancia de decidir mi propio estilo de lucha. Incluso había sacado a colación al Cazador de Cabezas como ejemplo para demostrar que luchar como asesino era algo más que lo que Jin podía hacer.

El mensaje era alto y claro: debía elegir un camino diferente. No debía seguir sin rumbo el de Jin. La única manera de competir con él era encontrar el mío propio, desarrollar mis propias técnicas y cambiar el campo de juego.

Dicho esto, tampoco podía limitarse a copiar la forma de luchar de Headhunter. Era la misma historia; no había forma de superar a alguien en un camino que había abierto por sí mismo. No podía competir. No tenía una habilidad de sigilo superior, y no había dedicado el tiempo y el esfuerzo necesarios para maximizar la mía mediante el entrenamiento.

Al fin y al cabo, había tantas formas de luchar como aventureros. El estilo variaba de una persona a otra, e imitar a otra te convertía en eso. Una imitación. Algo a medio hacer.

Riece me había dicho que pensara bien mi decisión. Tenía razón. Tenía que pensar, descubrir… cómo superar a Jin a mi manera y ser útil al grupo. Esa era mi tarea.

No tenía ni idea de cuál sería la respuesta ni de cómo encontrarla. Diablos, ni siquiera sabía si había una respuesta. Esto podría ser. No, este era mi muro. La barrera que me impedía llamarme a mí mismo un aventurero o un verdadero miembro de los Arrivers…

Y se alzaba sobre mí oscuramente.