Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 1

Capítulo 6: La Chica Mágica Del Cañón

Parte 1

Un teléfono mágico mostraba la carretera en llamas. “Esto es malo… ¡Tenemos que ayudar!”

“Te seguiré, Snow White.”

“¡De acuerdo! ¡Vamos juntas!”

***

Un teléfono mágico mostraba la carretera en llamas. “¿Qué hacemos? Tenemos que ayudar.”

“Deja que las otras chicas mágicas se encarguen de esto.” “¿Eh? Pero…”

“Atacaremos a cualquiera que intente ayudar. Tama, Minael, apúrense y prepárense.”

“¿Eh? ¿Eh? ¿Eh?”

***

Un teléfono mágico mostraba la carretera en llamas.

“¿Qué es esto? Ama, ¿no vas a ir, pon? Deberías poder divertirte mucho si lo haces, pon.”

“Tal vez.”

“Eres difícil de entender, pon.”

“Ya está bien de eso. Más importante, ¿es cierto que Winterprison está muerta? ¿Quién la mató?”

“Deberías pensar en tu futuro y no en un rival muerto, pon.” “Sólo quiero saber.”

***

En el momento en que vio a la figura apuntando con un arma a la carretera, su cerebro explotó de rabia. Saltó de la escoba y se lanzó. Top Speed gritó algo, pero ella no pudo oírlo.

“Has tardado bastante, pequeña.”

Desechando el rifle, Calamity Mary sacó la pistola de la funda de su cadera y apuntó a Ripple mientras aterrizaba. Silueta contra las llamas de la carretera, sus ojos eran ilegibles en las sombras, pero su boca era otra historia. Los dientes blancos brillaban en la oscuridad.

Una bala salió disparada de la pistola. Sosteniendo su espada a la manera típica de los ninjas, Ripple la desvió hacia el cielo. Calamity Mary volvió a disparar, pero también la repelió. La rabia hirviente había sustituido por completo su miedo al arma de fuego.

Calamity Mary sacó otra pistola con la mano izquierda. Con las dos armas, desató un aluvión de balas. Todas pasaron a toda velocidad por delante de Ripple, o tal vez sería más exacto decir que las esquivó. Las balas eran pesadas y rápidas, pero ella podía leer su trayectoria. Y en sus manos, una espada era más rápida.

Arrojando sus pistolas, Calamity Mary metió la mano en la bolsa que colgaba de su cadera. Ripple se precipitó hacia delante y lanzó un tajo al pasar, apuntando a la arteria carótida.

Salieron chispas. Su espada chirrió contra algo de acero. Ripple se dio la vuelta y ajustó su postura. Debajo de su axila, Calamity Mary sostenía un rifle automático de un metro de largo con una bayoneta de 30 centímetros.

Eso fue lo que su hoja había golpeado.

“Supongo que una Tokarev no es suficiente para acabar con una chiquilla de tu calibre.”

Ripple saltó y dio un tajo en su costado, pero la bayoneta volvió a rechazar su hoja. Había sido capaz de cortar señales de tráfico y masas de hormigón sin problemas, pero la bayoneta de Calamity Mary era una historia diferente. ¿También la había reforzado con magia?

¿Y qué si es el caso?

Tensando las piernas, Ripple giró hacia su torso con toda la velocidad que pudo reunir. Bloqueado. Cambió su peso y siguió con una puñalada. Bloqueado de nuevo. Saltando hacia atrás, lanzó tres shuriken, pero la bayoneta los rechazó todos. Hizo una finta hacia un lado y se deslizó cerca del pecho de su oponente. En el momento en que intentó apuñalar entre las costillas, sintió un intenso calor en la cara y retrocedió. La culata del rifle automático había conectado con su cara. Rodó para evitar el fuego posterior y, con la sangre manando de su nariz, ajustó de nuevo su postura para acortar la distancia rápidamente.

Estaba a unos diez metros de su objetivo. Trazó un arco hacia la derecha. Uno, dos, tres pasos… y entonces se oyó un clic inconfundible desde abajo. Ripple se congeló. Al inspeccionar de cerca, el bloque de hormigón bajo su pie estaba ligeramente hundido. Cuando se dio cuenta de lo que había pisado exactamente, un escalofrío le recorrió la espalda.

“¡Ja-ja-ja…! ¡Jya-ja-ja-ja-ja-ja!” Calamity Mary se echó a reír.

“¡Adelante, mueve el pie, pequeña! ¡Estarás en el camino de todos si te quedas ahí para siempre! ¡Muere y llévate la mina terrestre contigo!”

El rifle automático escupió una ráfaga de llamas. Ripple no podía levantar su pie derecho o la mina explotaría. Ningún arma antipersonal normal podía herir a una chica mágica, pero esta era una trampa mágica colocada por Calamity Mary.

Ripple ya no podía moverse, pero de igual modo las balas se abalanzaron sobre ella. Desenfundó el arma que llevaba escondida en la manga: una espada ninja de la mitad del tamaño de la normal, del tamaño de una espada samurái corta, pero mucho más adecuada para bloquear que una espada de cuerpo entero. Con ambas espadas, desvió la lluvia de balas. Finalmente, el rifle automático se quedó sin munición antes de poder herirla de muerte. Calamity Mary apretó el gatillo, pero sólo salieron chasquidos.

Tiró el rifle automático a un lado. “No vayas contra mí.”

Volvió a meter la mano en la bolsa y sacó ocho objetos. “No me des problemas.”

En cada esferoide verde oscuro había un alfiler. Calamity Mary enganchó su dedo alrededor de él, tiró y lanzó el objeto a Ripple.

“No me hagas enojar.”

Calamity Mary se lanzó por la barandilla. Una caída desde el tejado de un edificio no era un problema para una chica mágica. Pero para Ripple no había escapatoria. Si movía el pie, la mina estallaría, pero si esperaba, las granadas explotarían.

El aire retumbó.

Algo se estrelló contra ella y, de repente, fue arrastrada por el aire. El impacto en el costado fue suficiente para romperle la cadera, o eso sintió. Las llamas le lamieron el cabello, chamuscando las puntas. Ripple surcó el cielo, dejando atrás ocho granadas y una mina terrestre.

“¡Basta de acrobacias locas!”

Ripple se giró para ver a la persona que la sostenía, y allí estaba Top Speed, más enfadada que un avispero.

Voló tan rápido como pudo, sujetando a Ripple por el costado justo antes de que las granadas explotaran. Esto, al mismo tiempo, sacó el pie de Ripple de la mina y la hizo estallar, pero Rapid Swallow fue más rápida que la explosión. Al final, Ripple había escapado con sólo unos pocos cabellos chamuscados.

Ripple se agarró al hombro de Top Speed, se subió a la escoba y se dejó caer en el asiento trasero. En ese momento, vio la brillante luna creciente en el cielo nocturno. Su mente recordó la sonrisa de Calamity Mary, que brillaba en blanco, y rechinó los dientes con frustración.

“Tenemos que deshacernos de ella.”

“No hables como un gánster. Deberíamos retirarnos.”

“¿Sabes por qué estaba aterrorizando la carretera? Porque quería hacerme enojar. Porque sabe que me importa este pueblo. Ella continuará cazando aquí hasta que yo muera o algo la detenga. Yo—”

Tomó aire. ¿Por qué quería pelear Ripple? Porque estaba enfadada. Realmente enfadada. Cuando Ripple había sido Kano Sazanami, la mayor parte de su motivación había sido la ira. ¿Por qué estaba enfadada ahora? ¿Era por Calamity Mary?

Ripple siempre había pensado que la naturaleza relajada de Nakayado chocaba con su propia personalidad. Pero sólo pensar en lo que le había ocurrido a su ciudad le hacía hervir las entrañas.

“No quiero salvar el mundo, y ni siquiera creo que pueda hacerlo. Pero… no sería una chica mágica si diera media vuelta y huyera de la gente de Nakayado. Incluso de los extraños que pasan.”

Ripple apretó su brazo alrededor de la cintura de Top Speed. Las heroínas que había idealizado hace tiempo afloraron en su mente.

“Soy una chica mágica.”

Top Speed pareció quedarse sin palabras. Después de un rato, soltó un suspiro. Pero no fue un suspiro ni una simple exhalación.

“¿Ah sí?”

Bajó la barbilla y bajó el borde de su sombrero triangular. “Bueno, casi no estás orgullosa de ti misma.”

El palo de la escoba disminuyó su velocidad, hasta que finalmente se detuvo.

“Nunca te había visto hablar tanto.” Dijo, con una sonrisa irónica. “Pero te has perdido algo.”

Giró 180 grados en el aire. Ripple se agarró con fuerza a la cintura de Top Speed para no caerse, pero ésta no se tambaleó lo más mínimo.

“Yo también soy una chica mágica, ya sabes.”

Los propulsores se extendían a ambos lados del palo de escoba. Las llamas se encendieron en su interior y despegaron como un cohete. El fuerte aleteo del abrigo de Top Speed en el viento y su propio chirrido a través del aire amenazaron con destruir los oídos de Ripple. Ni siquiera el sonido del parabrisas aerodinámico que cortaba el aire podía alcanzarlas. En lo alto de la escoba, las chicas se agacharon todo lo posible para ocultarse tras la barrera.

Gracias a sus ojos mágicamente mejorados, Ripple divisó el Hotel La Sacerdotisa. El techo había desaparecido sin dejar rastro, dejando al descubierto la planta superior. El humo salía de los fuegos aquí y allá. Las vigas de acero sobresalían en todos los ángulos y los escombros cubrían el suelo. Rezó para que nadie se hubiera alojado allí.

Pero la visión de su enemiga borró de su mente todas las oraciones nobles y desató su rabia. Allí estaba, apoyada en una de las paredes del hotel en ruinas, observándolas. Calamity Mary. Empuñando dos rifles automáticos, abrió fuego en su dirección.

Los ojos mágicamente mejorados de Ripple podían localizar cada bala mientras viajaba por el aire, pero la mayoría de ellas acababan rebotando en el parabrisas. Las pocas que no lo hicieron fallaron por un amplio margen y desaparecieron tras ellas. El parabrisas de Rapid Swallow poseía una fuerza formidable, capaz de soportar incluso velocidades supersónicas. Calamity Mary pareció gritar algo, pero el viento se llevó su voz, así que Ripple no tuvo de lo que pudo ser.

La escoba se dirigió a Calamity Mary.

Rompió las paredes y desgarró el suelo. La onda expansiva que se produjo tras ellas cruzó todo el piso, levantando llamas, humo, alfombras, camas y pesados trozos de escombros a su paso. A casi diez kilómetros del hotel, giraron. Entonces el sonido les alcanzó, y la montaña de escombros recogida por la onda expansiva cayó del cielo. Una gran cicatriz en forma de I atravesaba ahora toda la planta superior del hotel.

Ripple lo vio todo. Calamity Mary había escapado. Les había disparado hasta el último segundo, pero cuando sus balas no pudieron dañar la armadura de Rapid Swallow, se había desviado hacia un lado y se había sumergido en el montón de escombros.

Una pesada y pegajosa sed de sangre, más negra que la noche, se enroscaba alrededor del hotel. Era tan espesa que casi podían verla. La pila de escombros se derrumbó y una silueta se alzó entre los restos.

“Está viva.” “Eso parece…”

“¡Muy bien, voy a dar otra pasada, maldita sea! ¡Agárrate fuerte!”

Top Speed volvió a encender los propulsores y el palo de escoba blindado salió disparado hacia Calamity Mary en el hotel. Calamity Mary metió la mano en su bolsa y sacó un arma. No era una pistola, ni un rifle automático: ¿era un rifle de francotirador? El cañón era largo, de un metro por sí solo… quizá algo más de un metro en total.

¿Todavía tiene más?

Calamity Mary les apuntó y sus labios se torcieron. Estaba sonriendo. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Ripple, igual que cuando había pisado la mina terrestre.

“¡Esquiva!”

Gritó y se lanzó hacia delante, agarrando el sombrero triangular de Top Speed y empujándola hacia abajo con todas sus fuerzas. La trayectoria de Rapid Swallow se desvió hacia la derecha. Los propulsores dieron marcha atrás, bombeando llamas en la dirección opuesta, pero era demasiado tarde. Se estrellaron contra la pared y el suelo del hotel, y el repentino cambio de impulso hizo que se contoneasen de un lado a otro como una serpiente que se retuerce hasta aterrizar en un edificio de oficinas situado a unos cuantos kilómetros de distancia.

El edificio de oficinas tenía la misma altura que el Hotel La Sacerdotisa. Y no sólo habían aterrizado, sino que se habían estrellado contra el tejado y lo habían destruido. El hormigón destrozado voló por todas partes y las nubes de cristal fino quedaron suspendidas en el aire.

“¿Por qué demonios fue eso?”

El enfado de Top Speed era natural, pero Ripple señaló la parte superior del parabrisas.

“Mira…” “¿Eh?”

La parte superior del parabrisas estaba retorcida y desgarrada. Miles de balas y trozos de hormigón que viajaban a velocidades supersónicas ni siquiera lo habían arañado, pero ahora ya no se podía reparar.

“¿Qué ha pasado?”

“Esa última bala lo rozó…”

Top Speed no lo había visto porque Ripple había bajado su cabeza. La bala del rifle de francotirador de Calamity Mary debería haber impactado de lleno en el parabrisas, pero como habían esquivado, sólo rozó la parte superior. Sin embargo, eso fue todo lo que se necesitó para arrancar la protección de su escoba. Un impacto directo habría atravesado a las dos chicas.

“¿Cómo? ¡Su pequeño tirador de guisantes ni siquiera hizo un rasguño!”

“Cambió de arma…”

Esa última bala fue claramente más rápida que el resto. Si no hubieran cambiado de dirección antes de que ella apretara el gatillo, no habrían podido esquivarla. Les habría dado de lleno, haciéndolas saltar en pedazos.

Top Speed utilizó Rapid Swallow para levantarse. Se quitó el polvo, se colocó el sombrero triangular en la cabeza y miró con rabia en dirección al Hotel La Sacerdotisa.

“¡Maldita sea! ¡Vamos a por otra carrera!”

“Si hacemos lo mismo… nos disparará y nos matará.”

“¿Y qué hacemos? No puedo hacer nada más que atacar de frente.” “También es lo único que puedo hacer…”

“¿Entonces qué?”

El asalto directo de Ripple a Calamity Mary casi la hace saltar por los aires.

El ataque directo de Top Speed casi las había hecho salir disparadas al cielo.

Uno a uno, no tenían ninguna oportunidad contra ella. La suerte era la única razón por la que estaban vivas. Si repetían su enfoque, seguramente esta vez morirían.

“La próxima vez…” “¿La próxima vez?”

“Igual deberíamos atacar de frente…”

***

La magia de Calamity Mary consistía en imbuir las armas de poder, por lo que no podía crear armas de la nada. Necesitaba armas prefabricadas para hacer funcionar su magia. Sin embargo, el Dragunov, el Tokarev, el AK y este rifle de francotirador KSVK — todos de fabricación rusa o soviética— creaban un extraño contraste con su motivo de pistolera del Salvaje Oeste.

Le hubiera gustado utilizar sólo modelos estadounidenses, pero los cárteles de la droga sudamericanos vendían principalmente modelos del mercado negro. No se había alegrado mucho cuando los recibió por primera vez, pero ahora le encantaban todos y cada uno de ellos. Calamity Mary deslizó la lengua por el largo del rifle. Sabía a hierro.

El disparo del KSVK sólo había rozado al enemigo. Un fallo estrecho, pero igual debieron sufrir algún daño. Incluso a través de su rabia, conocía la potencia de fuego de su bebé.

Ripple y Top Speed debían haber aprendido ya que desafiarla de frente sin un plan sólo les llevaría a la muerte, así que ¿qué harían a continuación? La gente que no podía ganar uno a uno solía confiar en la ventaja numérica. Lo más probable es que Top Speed viniera desde el frente. Pero después de presenciar el poder del KSVK, cargaría sin mucha velocidad ni poder. Eso sólo sería la distracción. Ripple atacaría por la izquierda, por la derecha o por detrás, en un ángulo diferente al de Top Speed. Ese sería el verdadero ataque. Si pudiera predecirlo, podría enfrentarse a ellas.

El amplio techo ya no era plano. Su campo de batalla estaba ahora cubierto de escombros. Poner trampas era algo sencillo. Había tenido mucho tiempo antes, después del rescate de Top Speed.

No había forma de que Ripple viniera directamente hacia Calamity Mary, independientemente de la dirección que eligiera. Había colocado una cuerda de piano alrededor del techo e incluso había colocado una trampa con alambre y granadas de aturdimiento en la habitación de abajo. Si ocurría lo peor y ella decidía atacar desde abajo, no habría ningún problema.

La única apertura de Ripple era desde arriba, pero no podía volar. Sin la ayuda de Top Speed sería imposible, y si Top Speed la ayudaba no podrían intentar el ataque de pinza. Ella las vaporizaría fácilmente con su KSVK.

A setenta grados a su derecha, una ventana se rompió en el edificio de cinco pisos —unos grandes almacenes, si la memoria no le fallaba— y algo grande se arrastró hacia fuera. Calamity Mary se había dado cuenta, por supuesto, con sus sentidos agudizados y su atención concentrada, pero también estaba confundida. Cosa era la única palabra que podía utilizar para describir lo que había salido. Al verlo, no pudo saber qué era. Cuando se dio cuenta de que la pared negra de cuatro metros cuadrados era una puerta contra incendios, ya había apretado el gatillo. La puerta de incendios salió volando y el palo de escoba volador que acechaba tras ella se alejó en la sombra del edificio.

¿Qué fue eso?

La puerta anti-incendios, muy probablemente del interior de los grandes almacenes, había sido montada en la parte delantera del palo de escoba. Parecía que la utilizaban como escudo o pantalla de algún tipo, pero ¿serviría de algo? Otra puerta contra incendios apareció en otra ventana y se dirigió directamente hacia ella.

Calamity Mary se lamió los labios, aunque no estaban secos. De hecho, brillaban de humedad. En el momento en que su lengua se asomó a la boca, la saliva goteó de la comisura de sus labios. No hizo nada para evitarlo.

La puerta de incendios se dirigía directamente hacia ella. La última vez, se había confundido y había disparado sin pensar, pero esta vez era diferente. Dispararía una vez que tuviera una visión clara del objetivo.

Vamos, pequeña.

Ven desde la dirección que quieras. Entonces…

Muere.

La bala impactó en el instante en que apretó el gatillo. La velocidad de la bala superó con creces los reflejos de cualquier chica mágica. Ella no podría haber esquivado.

La puerta de incendios se hizo añicos y cayó al suelo. La alegría se extendió por el rostro de Calamity Mary. Luego su expresión se torció. No de alegría, sino de desconcierto. La puerta había explotado, pero no había ningún cadáver, ni siquiera los restos del palo de escoba. No había nada más que la puerta de incendios.

Se le erizaron los pelos de la nuca. Podía percibir una intención de matar penetrante. Dejando a un lado la KSVK, sacó la Tokarev de su funda.

Ya había calculado todas las rutas de ataque posibles en caso de desvío: a la izquierda, a la derecha, por detrás y por debajo. Incluso si la pillaban desprevenida, su rápida puntería se encargaría del resto.

Apuntó la Tokarev hacia el aura asesina que había percibido, por encima de ella. La luna creciente. El cielo estrellado. Espera, ¿antes había tantas estrellas? Al menos no en el centro de la ciudad. Volando hacia ella había miles de… ¿shuriken? No, eso era demasiado. Los proyectiles que brillaban bajo la luz de la luna no eran shuriken, sino fragmentos de cristal. Estos edificios estaban llenos de ellos.

En lo alto, Top Speed y Ripple la miraban desde lo alto de la escoba.

¡Malditas sean!

Hizo tres disparos, pero no pudo hacer un cuarto. Se lanzó contra los fragmentos con su pistola, y eso fue todo. Los cristales le atravesaron el hombro y la parte inferior del cuello, y los shuriken giratorios le desgarraron la carne. Un cuchillo se hundió profundamente en su frente y le echó la cabeza hacia atrás, doblando todo su cuerpo hacia atrás.

¡No me desprecien! Pensó Calamity Mary justo antes de morir.