Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 20: Adultes – Arco De Cliff

Capítulo 6: Hacia Millishion…

Parte 1

Sylphie volvía a estar embarazada. Este sería su segundo hijo. Y ocurrió justo antes de que yo me pusiera en camino. Una vez, esto podría haberme hecho agarrarme la cabeza y agonizar sobre qué hacer.

¿Y ahora? Era la cuarta vez que me enteraba de que un bebé estaba en camino justo cuando me disponía a embarcar hacia algún lugar. No era nada, pero Sylphie y el bebé no ocupaban todos mis pensamientos.

En todo caso, estaba eufórico. ¿Cómo deberíamos llamar al bebé?

¿Esta vez sería niño o niña? Lucie, ¡vas a tener un hermanito o hermanita! ¿Estás preparada para volver a ser la hermana mayor? O esas eran las conversaciones que ensayaba en mi cabeza mientras daba saltitos de alegría por el césped, hasta que…

“Madam Sylphie está… ¡¿Q-Qué hacemos?!”

Lilia estaba desconcertada, su rostro, normalmente plácido, estaba ahora demudado e inseguro.

“Soy la única que puede atender a Madam Zenith… Pero Madam Sylphie es la única que puede atender la casa, y ahora está embarazada… Si ocurriera lo impensable, entonces…”

Habíamos llegado al acuerdo de que Lilia vendría a Millis y atendería a Zenith mientras Sylphie se centraba en mantener la casa.

Pero ahora estaba embarazada. No era el fin del mundo. Roxy era capaz de hacer cualquier tarea que hiciera falta y siempre podíamos contratar ayuda externa para salir del paso. Estuve tentado de dejarlo así, pero incluso a mí me preocupaba dejar sola a una mujer embarazada durante meses.

Lilia no podía decidirse. ¿Debía irse con Zenith, o debía quedarse a cuidar de Sylphie? Era difícil no estremecerse al ver a la propia Lilia realmente estremecida por algo. Tal vez sería mejor bajar el tono de mi tonta celebración.

Cuando decidí servir a Orsted, estaba totalmente preparado para la posibilidad de tener que dejar atrás a una esposa embarazada por el bien de mi trabajo. Pero ahora caía en la cuenta de que me había comprometido a ese sacrificio suponiendo que Lilia y Aisha estarían ahí para mis esposas cuando yo no pudiera estar.

Esto podría ser malo. Oh, mierda…

“Umm, estaré bien, ya sabes. Es mi segunda vez, y tengo a Roxy y a Eris. Incluso tengo a la abuela.” Dijo Sylphie para consolar a Lilia.

Era verdad. Este era el segundo bebé de Sylphie. Sabía mejor lo que se le venía encima y, además, tenía más gente en quien confiar. Roxy pasaba mucho tiempo fuera de casa, pero si Elinalise podía hacer visitas regulares, sería lo mejor. Incluso Eris haría algo si hubiera una emergencia.

Sí, era cierto. Durante su primer embarazo, sólo teníamos a Norn y Aisha en la casa. Y mientras ahora Aisha era una veterana, había tenido cero experiencia en ese entonces. Desde esa perspectiva, estábamos en una mejor posición ahora que entonces. Tampoco era como si yo fuera a estar fuera un año entero. Iba a estar bien.

Eris y Roxy apoyaron a Sylphie.

“¡Sí, haremos que funcione! Me tienes a mí para protegerte.” “Estoy fuera durante las tardes, así que sigo un poco preocupada,

pero siempre tienes gente a tu alrededor, ¡así que creo que no correrás mucho peligro!”

Aun así, mi mente seguía agitando nuevas preocupaciones.

Lilia miró a la pequeña Lara, que tiraba del dobladillo de la bata de Roxy.

“Pero ahora tenemos niños en casa, lo que significa más trabajo que hacer. Y nunca se sabe lo que puede pasar…”

Buena observación. Nunca se sabe lo que los niños pueden hacer. Lucie y Lara eran dos chiquillas revoltosas. Nunca atacarían a Sylphie por maldad. Pero, digamos que Lucie accidentalmente lanzó mal un hechizo durante la práctica y le dio a Sylphie. O tal vez Lara empezó a montar a lomos de Leo y estaba a punto de salir de casa, y Sylphie se asustó tanto al detenerlas que se cayó por las escaleras.

… Los niños eran accidentes a punto de ocurrir hiciera lo que hiciera. Si empezaba a imaginar catástrofes hipotéticas, no pararía nunca.

Pero había problemas reales en el horizonte. El primero: cuando Sylphie me dijo que probablemente llegaría a su límite dada la biología de su raza, me lo tomé como un reto personal. Ni siquiera pensé en la planificación familiar. Por supuesto que nunca haría bebés por diversión. ¿Cómo se atreve? Siempre había querido un segundo hijo. Pero quizá los cinco años transcurridos desde el nacimiento de Lucie sin otro bebé a la vista me hicieron considerar que Sylphie realmente había llegado a su límite, y quizá me volví un poco perezoso a la hora de usar protección…

De todos modos, el asunto estaba zanjado. Supongo que al menos la mitad de la culpa era mía—había elegido un momento agitado para dejar embarazada a mi mujer y ahora la dejaba sola. Una repetición de la historia. ¿Por qué parecía que sólo tenía hijos justo antes de emprender largos viajes? Tal vez fuera la maldición de Hitogami.

Estaba la opción de retrasar mi partida al País Sagrado de Millis. Podía posponerlo durante un año, llevar a término el embarazo de Sylphie y replantearme mi estrategia una vez finalizado. Pero entonces, ¡bam, sería Roxy! ¡Boom, Eris! Era posible que aquello no tuviera fin… Pero teniendo en cuenta lo mucho que solía durar un viaje a Millis, probablemente los Latria no se quejarían si aplazábamos el viaje uno o dos años. Cliff había estado en el mismo barco.

Ugh, cierto. ¡Cliff! Elinalise me pidió que al menos lo vigilara hasta que encontrara su equilibrio. Incluso si nos echamos atrás, Cliff todavía iría. Estaba seguro de que estaría bien, pero existía la remota posibilidad de que se quedara sin trabajo durante ese año y se quedara atrapado allí.

Fuera Sylphie o fuera Cliff, mis pensamientos iban directamente al peor de los casos. Si cualquiera de los dos hubiera sido una emergencia, mi elección estaría más que hecha, pero no hubo tanta suerte. Tenía que elegir: ¿Cliff o Sylphie? ¿Trabajo o amor? El frío pragmatismo decía que estableciera la Banda de Mercenarios en Millis de inmediato y luego colocara a Cliff en la línea para el papado. Eso me facilitaría las cosas. ¿Pero sería correcto? ¿Qué sentido tenían todas estas maquinaciones si dejaba a Sylphie y a nuestro hijo llorando en el frío? Tuve que reconsiderar por qué fue que uní fuerzas con Orsted para empezar. No podía perder de vista lo que importaba.

“…”

Justo cuando pensaba eso, Zenith se movió. “¿Hm? ¿Madam?”

Con los movimientos rígidos y espasmódicos de un sonámbulo, Zenith agarró la mano de Lilia. Zenith avanzó dando tumbos, con su férreo agarre arrastrando a Lilia tras ella. Lilia tropezó para seguirle el ritmo. Zenith la llevaba hacia Sylphie.

“Umm… ¿Señorita, er, Zenith?” Preguntó Sylphie, desconcertada.

Zenith tomó la mano de Lilia, y lenta y suavemente, la colocó sobre el hombro de Sylphie. Como si dijera, Lilia, cuida de ella. Como diciendo, estaré bien.

“M-Madam…”

Esto era un atisbo de esa voluntad de acero que Zenith ocultaba tan bien. Toda la familia se había dado cuenta de que salía a relucir sobre todo cuando se trataba de sus hijos o nietos. Por supuesto que Zenith querría que Lilia cuidara al niño en la barriga de Sylphie por encima de ella. Todos comprendían la decisión que había tomado.

“Muy bien.” Dijo Lilia. Se secó las lágrimas, miró a Zenith a los ojos y asintió. Su propia determinación se había fortalecido.

“¡Aisha!”

“Sí, señora.” Gritó Aisha cuando la orden de Lilia la sacó de su aturdimiento.

“Atenderás las necesidades de Madam Zenith en mi lugar y la acompañarás a la residencia Latria. ¡Sin peros!”

“Guh… ¡Entendido!”

Aisha se congeló por un momento. Realmente no quería poner un pie en la propiedad de los Latria. Pero no iba a estropear esta conmovedora escena diciendo “no”.

“Amo Rudeus, creo que todo está decido. Cuídate.” “Sí… Gracias. Por todo.”

Si Lilia la cuidaba, sabía que la tragedia sería imposible. No con Lilia allí. Podía hacer mi trabajo en el País Sagrado de Millis sin preocupaciones.

“Sylphie.”

“¿Qué pasa, Rudy?”

Tenía una última cosa que decir antes de irme. Algo importante. “Te amo.”

“Sí. Yo también.”

Sylphie se levantó y me rodeó el torso con las manos. Enterré la cara en su cabello y la abracé por la espalda, con cuidado de no apretar demasiado.

“Pensaré un nombre mientras estoy fuera.” “Claro. Dímelo cuando vuelvas.”

Sylphie esbozó una sonrisa. En cualquier otro momento, aún estaría ansioso. Pero ahora tenía a Lilia a su lado. Una segunda madre de la que depender.

Di mis abrazos a Roxy y Eris y me puse en marcha.