Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 20: Adultes – Arco De Cliff

Capítulo 4: La Ceremonia de Graduación de Cliff y Zanoba

Parte 1

Pasó la vida, y antes de que me diera cuenta, ya era hora de la ceremonia de graduación de la Universidad de Magia de Ranoa. La ceremonia tuvo lugar en una gran sala de conferencias. Cliff estaba sentado entre las filas de los recién graduados. Zanoba también estaba allí, en una de las últimas filas. Pregunté si podían dejarle participar en la ceremonia aunque hubiera abandonado los estudios, así que decidieron hacer una excepción. Al fin y al cabo, era un alumno excepcional y, para empezar, apenas iba a clase. Visto de otro modo, podría decirse que se trataba de la misericordia de Jenius.

No es que al propio Zanoba pareciera importarle la ceremonia de graduación. Pero hey, significa algo participar en este tipo de funciones. Los rituales de la vida importan.

Los demás asistentes eran los mismos de siempre. Sentados junto a los quinientos graduados estaban los doscientos o trescientos miembros del profesorado. Roxy había parecido un poco distante de sus colegas la última vez que estuvo en aquel lugar, pero esta vez encajaba perfectamente. Quizá se había acostumbrado. Su baja estatura no la diferenciaba del resto del profesorado; en todo caso, su singularidad dejaba claro cuál era su sitio.

Los únicos no graduados presentes eran los miembros del consejo estudiantil. Norn encabezaba el grupo con el ceño fruncido por los nervios. Alineados con ella había demonios, beastfolk y más. El consejo estudiantil bajo la presidencia de Ariel estaba muy centrado en los humanos, pero supongo que cuando el líder cambia, las personas que trabajan a sus órdenes también lo hacen.

Yo también lo había pensado durante la ceremonia de ingreso del año pasado, pero Norn parecía ser especialmente querida por los estudiantes demonio y bestia. Tampoco había oído una mala palabra del resto de los alumnos. No inspiraba el mismo nivel de fanatismo que Ariel, pero ser considerada una presidenta fiable del consejo estudiantil era suficiente. Como su hermano, me enorgullecía.

Había conseguido el permiso de Jenius para sentarme con el consejo estudiantil en uno de sus asientos vacíos. ¡Ah, las ceremonias de graduación! Me encantan.

“Representando a la clase graduada, Brooklyn von Elsass. Le entrego su título y su certificado del Gremio de Magos de Rango D.”

El valedictorian de este año no era Cliff. No había oído hablar del tipo que eligieron en su lugar, pero su apellido me sonaba. Recordé que pertenecía a una familia real del Ducado de Neris, una de las Naciones Mágicas.

Puede que la Universidad de Magia de Ranoa llevara “Ranoa” en su nombre, pero su financiación procedía de las tres Naciones Mágicas. Dar prioridad a los nobles y a la realeza era probablemente una norma tácita.

“¡Yo, Brooklyn von Elsass, acepto humildemente!” “¡Que encuentres tu camino en la senda de la magia!”

Cliff miraba con melancolía en los ojos. Si hubiera sido el antiguo Cliff, probablemente se habría enfadado por no ser el mejor alumno. Sinceramente, si nos guiáramos sólo por las calificaciones, ninguno de los otros graduados tocaría a Cliff; sus calificaciones finales eran de nivel avanzado en las cuatro ramas de la magia de ataque, curación de nivel avanzado, desintoxicación de nivel avanzado, barreras de nivel intermedio, divino de nivel avanzado. Además, había hecho ese informe de investigación sobre la supresión de maldiciones. No llegaba al nivel santo, pero nadie se le acercaba, ni siquiera si se buscaba en la historia de la escuela. La única persona que podría ser capaz de competir era Roxy. Tal vez.

¿Yo? Todo lo que aprendí en la universidad fue curación y desintoxicación, así que no estaba en la carrera.

Además de sus excelentes notas, Cliff se había convertido en sacerdote certificado de Millis. Se podría pensar que pasar todas las mañanas y noches atendiendo a Elinalise le habría hecho estar demasiado ocupado para mantener sus notas, pero no bajaron en absoluto. Había aprendido todo lo que esta escuela podía ofrecerle, y ahora era un adulto en cuerpo y alma. Además, se había conseguido una esposa atractiva y habían tenido un hijo, todo doméstico y demás.

Era un verdadero normie.

¿Y esa expresión triste? Probablemente no provenía de la pena por no haber sido el mejor alumno. Era melancólica, arraigada en un pensamiento profundo. Tal vez todavía estaba considerando mi propuesta de un par de meses atrás. Pero si aún lo estaba pensando, me habría parecido bien. No había muchas decisiones dignas de tomarse que pudieran pensarse en sólo dos meses.

Una vez terminada la ceremonia de graduación, empecé por reunirme con Zanoba. Lo acompañaban Ginger, que iba vestida de etiqueta, y Julie, que trotaba detrás con un ramo en la mano. Nadie más parecía seguir el ejemplo, así que tal vez fuera una costumbre del reino de Shirone.

“Felicidades por graduarte, Zanoba.” Le dije.

“¡Oh! ¡Maestro, muchas gracias!” Exclamó Zanoba. Llevaba puesto su uniforme de la Universidad de Magia de Ranoa. Su diseño era un poco juvenil, pero le sentaba mucho mejor que la ropa formal del Reino de Shirone.

“Veo que has hablado en nombre de mi graduación… Debo decir que me quedé asombrado cuando recibí la carta de la Universidad.”

“Hey, no es gran cosa, ¿verdad? Aparecer en estas cosas ayuda a dejarlas atrás.”

Sí, siempre es una apuesta segura asistir a las ceremonias. Sylphie siempre parecía un poco arrepentida de no haber ido a su propia ceremonia de graduación. Por otra parte, Zanoba podría haber visto una ceremonia como nada más que una molestia. Él era de la realeza.

“¿O tan sólo fue una molestia?”

“Para nada. Aunque al principio pensé que lo era, pero sorprendentemente, no fue tan malo una vez que llegó mi turno…”

La voz de Zanoba se entrecorta al mirar a su alrededor. Los graduados estaban siendo rodeados por sus compañeros, saludados por los profesores, todas esas cosas buenas. El tipo de espectáculo que te hace poner los ojos en blanco cuando pasa el tiempo.

Bien, ¿ese grupo de allí estaba centrado en Norn? Un chico — parecía un demonio— la tomaba de la mano con la cara colorada. Al ver que Norn parecía un poco incómoda mientras sus compañeros del consejo estudiantil sonreían de oreja a oreja, tuve la sensación de que se trataba de la clásica confesión de amor. O tal vez fuera algo más sano, en el que un admirador de la presidenta del consejo estudiantil le rogaba que le diera la mano.

Un encuentro con Norn. Si ofreciera entradas para el apretón de manos de Norn junto con las figuras de Ruijerd, su acérrimo club de fans probablemente compraría montones de ellas. Espera, yo no estaba tratando de obtener un beneficio, así que tal vez no debería…

En otra dirección estaba Roxy, rodeada de chicas. Unas cinco alumnas inclinaban la cabeza ante Roxy con lágrimas en los ojos. Roxy sonrió suavemente y les dijo algo; de repente, las presas se rompieron y una de las chicas empezó a llorar de pura emoción mientras se aferraba a ella. Roxy parecía inquieta, pero le dio a la chica unas tiernas palmadas en la espalda. El resto de las chicas se emocionaron hasta las lágrimas y también empezaron a berrear.

Había muchos otros clichés de graduación por todo el campus, todos con ese ambiente ñoño y tierno que sólo se puede encontrar en una graduación.

No es que nadie se acercara a mí o a Zanoba. Sabía que no era exactamente el Sr. Popular aquí, pero aun así me sentía un poco solo.

Bueno, así son las cosas.

Tenía una reserva en una taberna después de esto. Para mi familia, Linia, Pursena y yo. Tal vez también llamaría a Nanahoshi, de esa manera todos podríamos tener una pequeña fiesta. Orsted no podría unirse, pero ya había recibido sus felicitaciones. Puede que me sintiera solo en aquel lugar, pero no era como si no tuviera amigos. Era hora de dejar esto atrás y volver a casa. O eso pensaba.

“Sr. Rudeus.”

Un hombre solitario se me acercó. Tenía el cabello rubio y esponjoso y aparentaba unos veinte años. Me resultaba vagamente familiar… ¿Quién era ese tipo?

“Es un placer conocerte. Me llamo Brooklyn von Elsass.” Ah, el chico valedictorian. Lo vi hoy temprano, ¿no?

“Felicidades por graduarte como valedictorian.” Dije, inclinando la cabeza.

“Muchas gracias.” Respondió mientras devolvía el favor con elegancia. “Pero sólo gracias a la influencia de mi familia pude ocupar esa plaza. Mis notas en los exámenes siempre han sido las segundas después de las de Cliff.”

“Vamos, eres demasiado humilde…”

Sentí que estaba a punto de sudar frío. No quería decirlo, pero lo había estado pensando.

“Aun así, a pesar de las circunstancias de mi familia, al final salí victorioso sobre Cliff. Anticlimático como es…”

Cierto, fue el mejor alumno. No se podía discutir con los resultados. Aunque probablemente no era el tipo de victoria de la que podías presumir.

“Lo cual… me lleva a usted, Sr. Rudeus.” Dijo Brooklyn mientras me miraba fijamente. Su mirada era decidida. Cielos, ¿por qué? Quizá se trataba de una confesión romántica. ¿Tenía que derrotar a Cliff para poder invitarme a salir? ¿Es eso lo que pasa? Pero oh, pero cielos, ¡yo pertenezco a otra! Tengo mi mujer, mi otra mujer, mi otra-otra mujer, y mis hijos en los que pensar…

“Deseo retarte a un duelo.”

Así que me había equivocado un poco.

Un duelo, ¿eh? Desde que se corrió la voz de que yo era el segundo de Orsted, se me habían acercado un puñado de bobos pidiéndome uno, pero… ¿qué tenía que ver vencer a Cliff con batirme en duelo?

“¿Por qué?”

“Bien. Desde hace un tiempo, me interesa saber hasta qué punto soy fuerte. En los últimos años, me he dado cuenta de que mi fuerza es excepcional para los estándares de una persona promedio.”

¿Excepcional? Bueno, fue el mejor alumno. Técnicamente. Tenía sentido que estuviera por encima de la media de los magos.

“Pero usted, Sr. Rudeus, ha alcanzado cotas mucho mayores.” “Bueno… supongo.”

“Hace tiempo que deseo desafiarte. Desde el momento en que te vi derrotar al Sr. Demonio Badigadi.”

Brooklyn apretó los puños con fuerza al mencionar aquel momento.

“Vengo de una familia de guerreros. Cuando regrese a mi país natal, sucederé a la familia, contrataré subordinados y estaré en una posición de mando sobre los demás. Una vez allí, seguramente perderé todas las oportunidades que me queden de probar mi fuerza.”

“Sí, no puedes actuar por capricho una vez que tienes una posición que mantener.”

“Exactamente. Por eso me gustaría aprovechar esta última oportunidad para retarte.”

Brooklyn inclinó la cabeza con fuerza.

Lo entendí perfectamente. Todos los hombres sienten curiosidad por saber lo fuertes que son en realidad. Sabía que estaba por encima de la media. Sabía que había gente por encima de él. Sabía que tenía pocas posibilidades de ganar, pero igual quería desafiarme. Entendía su tren de pensamientos. Excepto por una parte…

“¿De dónde viene lo de ‘derrotar a Cliff’?”

“¿Eh?” Brooklyn pareció sorprenderse por esa pregunta. “He oído que nadie podía desafiarte sin derrotar primero al Círculo Demoníaco de los Seis. La Srta. Linia, la Srta. Pursena y la Srta. Fitz ya se han graduado, el Sr. Badi se ha ido… y yo ya he derrotado al Sr. Zanoba…”

“…”

¿El… Círculo Demoníaco de los Seis? Eso existía, ¿no? Aunque no sé quién lo empezó. ¿Derrotarlos a todos para desafiarme? Hablando de ser estricto con las reglas…

“Entonces, ¿ganaste contra Zanoba?” Pregunté.

“Sí. Le he vencido numerosas veces en simulacros de combate como parte de nuestras clases.”

“No me digas.”

Miré a Zanoba. Apartó la mirada.

… Bueno, en una batalla usando sólo magia, Zanoba probablemente perdería. Pero este chico no ha podido ganar a Cliff en todo este tiempo, que es lo que ha alargado todo este asunto hasta ahora. Sabía que en realidad no había vencido a Cliff, pero graduarse sin desafiarme significaría dejar escapar su última oportunidad, así que vino ahora a preguntar.

Entiendo. Un recuerdo de graduación, ¿eh?

“¿Supongo que también debo derrotar a los que se han graduado?” Preguntó.

Probablemente quería hacer un recuerdo más de lo que quería ganar. Para dejar esto atrás. Como invitar a salir a alguien que está fuera de tu alcance.

“No, está bien. Hagámoslo.”

No importa el mundo, la gente quiere que su graduación sea especial.

“Muchas… ¡Muchas gracias!”

Brooklyn respondió con otra reverencia agresiva. “Oye, Zanoba, ¿puedo pedirte que juzgues?” “Entendido, Maestro.”

Le entregué mi abrigo a Zanoba. Se me pasó por la cabeza la idea de usar la Armadura Mágica… pero pensé que era mejor dejarla de lado.