Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 20: Adultes – Arco De Cliff

Capítulo 2: La Tienda de Zanoba

Parte 2

“En primer lugar, estos van a ser nuestros productos principales. Queremos venderlos sobre todo a la gente corriente.”

Los tres estábamos reunidos alrededor de un gran escritorio en el estudio que formaba la primera planta de la casa de Zanoba. Coloqué encima una figurita de Ruijerd y un único libro ilustrado. El libro contenía los relatos de las hazañas de Ruijerd que había escrito Norn.

“Pensamos vender el libro y la figurita como un conjunto.”

Era una idea que llevaba tiempo gestando. Por supuesto, teníamos el permiso de Norn para vender el libro. Puede que este mundo no tuviera leyes de derechos de autor, pero deberíamos atenernos a algunos principios.

“Ya veo…”

Joseph tomó el libro y hojeó sus páginas.

“Así que… ¿es una historia sobre cómo los Superd no eran en realidad demonios terroríficos, sino los héroes que lideraron el mundo durante la batalla final? ¿Estás seguro de que es una buena idea vender esto?”

“Tenemos permiso.” “Um… ¿De quién?”

“De Lord Perugius, por supuesto.”

Joseph frunció el ceño. Pero ¿a quién más iba a preguntar? Lord Perugius era la única persona del libro que seguía viva. Era el único que podía ceder los derechos de retrato de alguien.

No es que esos derechos existieran en este mundo, pero aun así.

“Um… ¿Esto no atraerá algunas críticas de la Iglesia de Millis?” “Es verdad. Hay gente a la que no le gustará que vendamos algo

que canta las alabanzas de los demonios. Pero la Iglesia de Millis no es el único grupo que trata así a los Superd. Y de todos modos, la propia historia toma prestados pasajes de la biblia de Millis para mostrar cómo las acciones del héroe son correctas según sus enseñanzas.”

Norn era seguidora de Millis, por lo que salpicó su obra con frases de sus enseñanzas. La historia era respetuosa con la fe; cualquiera que se sentara a leerla saldría pensando que Millis era una religión maravillosa.

Lástima que no me aceptaran. Demasiadas esposas.

“Es así… No soy seguidor de Millis así que no puedo decir ni lo uno ni lo otro, pero si es así, debería estar bien.”

Sinceramente, esperaba que los Guerreros de la Justicia de Millis se quejaran de cada detalle “problemático”, independientemente de si habían leído el libro o no. Sin embargo, tomar a esa gente al pie de la letra es siempre una pérdida de tiempo. Yo quería que esto se vendiera. Quería restaurar el buen nombre de la tribu Superd. Si no podíamos unirnos, inevitablemente lucharíamos entre nosotros.

“Dicho esto, estamos considerando dónde y cómo venderlos de la forma más eficaz… Joseph, nos gustaría conocer tu sincera opinión.”

Joseph miraba a un lado y a otro entre la figurita y el libro mientras pensaba. Al final, levantó la cabeza y nos la dio directamente.

“No se venderán. No así.”

Bueno, esto sí que fue una sorpresa.

“Escúchame bien—” Zanoba intervino con un paso amenazador hacia adelante.

“Ya, ya, dale un momento.” Dije mientras retenía a Zanoba. Quería escuchar al tipo.

“En primer lugar, los libros nunca se van a mover. Ni siquiera hay tanta gente que sepa leer. ¿Planeas vender esto a los ocasionales en lugar de a los entusiastas, no? Podría conseguir algunas ventas de la clase noble, pero si su público objetivo son plebeyos, entonces será bastante difícil…”

Así que sólo se vendería entre nobles y entusiastas, ¿eh? Eso habría estado bien si nuestro único objetivo fuera el dinero, pero yo buscaba algo más. Sería un fracaso si el libro sólo pudiera llegar a un público limitado. Hmm…

“Maestro, ¿puede que haya olvidado algo?” “¿Hm?”

Un destello de luz brilló en las gafas de Zanoba. No fue a propósito. Sus gafas simplemente reflejaron más luz después de que él diera un paso adelante.

“Creo que una vez sugirió que podríamos adjuntar algo así al libro…”

Zanoba tomó el libro que Joseph tenía en la mano y lo hojeó. Se detuvo en la última página; Joseph contuvo la respiración mientras Zanoba extendía su contenido para los demás.

“¿Esto es… una hoja de ejercicios de lectura?”

Ah, sí. Era una hoja de ejercicios diseñada para aprender a leer. Contenía pronunciaciones, reglas gramaticales, orden de los trazos e incluso ejercicios prácticos. No iba a enseñar a alguien a leer a toda velocidad tomos académicos, pero debería ser capaz de leer algo sencillo estudiando junto a él.

Sinceramente, estaba muy orgulloso de ello. Lo sentía como un logro. La teoría resumida en esa hoja de trabajo fue lo que enseñó a leer a Ghislaine Dedoldia, de entre toda la gente. No hay más que decir.

“Los libros de texto de lectura difieren de un país a otro, pero esto es bastante fácil de entender. Si esto viene con el libro, creo que podemos considerar superados nuestros obstáculos de alfabetización.”

Joseph asintió con respeto. Aww, estás haciendo que me sonroje.

Sin embargo, su mirada se tornó severa cuando consideró la estatuilla.

“Pero para ser sincero, no creo que la venta conjunta del libro y la figurita vaya a funcionar. La gente que quiera el libro será diferente de la que quiera la figurita…”

“Por supuesto.” Suspiré. Debería haber sido obvio. Incluso podía molestar a la gente tener que cargar con una voluminosa figurita cuando lo único que querían comprar era un libro.

“Pero espera.” Objetó Zanoba. “No podemos saberlo hasta que lo probemos, ¿verdad? Teniendo en cuenta que enseña a leer, seguro que mucha gente lo compraría para sus hijos. Incluir una figurita para llamar la atención de sus hijos no debería despreciarse del todo.”

“Ya veo, niños… Sí, es una idea.” Joseph asintió ante la sugerencia de Zanoba. “Pero en ese caso, ¿no debería ser la figurita un poco más apetecible para los niños? Esta da un poco de miedo.”

Joseph jugueteó con la cabeza de la figurita mientras hablaba, pero se estremeció cuando el postizo cuidadosamente esculpido de la figura salió de su ranura.

“¿No sería perfecto para un joven que sueña con convertirse en héroe?” Preguntó Zanoba.

“Sin embargo, los niños no son los únicos niños del mundo. Creo que sería mejor tener otra figurita que quisieran las niñas.”

Uno que las chicas quisieran, ¿eh? Supongo que algo de moda, como una muñeca Barbie. ¿O tal vez algo pequeño y lindo, como una especie de personaje mascota? No estaba muy seguro de lo que les gustaba a las niñas. Tomé nota para más tarde preguntarle a Lucie qué le gustaría.

Mientras trabajábamos, me di cuenta de que la inquietud de Joseph había desaparecido. Zanoba y él parecían hacer mejor pareja de lo que esperaba. Para asegurarme, intenté guardar silencio y dejar que hablaran entre ellos.

“Entonces, ¿en qué formato piensas venderlos?” Preguntó Joseph.

“De momento, queremos venderlos normalmente en una tienda. Si nos sobraran existencias, también podríamos montar un puesto al aire libre para venderlos.”

“¿Un puesto? Me temo que… No, hay muchos aventureros que no saben leer, así que debería funcionar. La mayoría no tuvo la oportunidad de ir a la escuela.”

“¿Dónde crees que sería una buena ubicación para la tienda?”

“Algún lugar con mucho tránsito de peatones sería un buen comienzo, pero me han dicho que conseguir más ingenieros es otro de los objetivos de este proyecto. En ese caso, un buen lugar para abrir la primera tienda aquí en Sharia debería ser el distrito de los talleres.”

“Queremos ampliar nuestra capacidad como taller. Estamos preparados para pasar a la producción en serie y, si los recursos lo permiten, incluso nos lanzaremos a abrir una tienda en la calle principal.” Afirmó Zanoba.

“Sí, ya lo veo. El problema sería en qué lugar exacto de la calle principal abriríamos la tienda… No haremos muchos amigos en el Gremio de Comercio si salimos de la nada y tiramos el dinero para conseguir un buen sitio. Pero la ubicación es importante…”

“Hmm. ¿Entonces tal vez podríamos considerar el Reino Asura?”

“B-Bueno, es cierto, asegurar una tienda en el Reino Asura atraería a más clientes de los que Sharia podría atraer, pero una vez que se tienen en cuenta los gastos de envío, es poco práctico. Llevaría meses viajar al Reino Asura desde aquí…”

“Si ese es el problema, entonces podríamos simplemente fabricar también en el Reino Asura. Afortunadamente, el Maestro y yo somos viejos conocidos del próximo gobernante de la tierra. Será más fácil trabajar allí que en Sharia.” Dijo Zanoba.

Joseph me miró. “Me habían dicho que eran un grupo misterioso, pero esto es… No, no importa. Por algo te llaman la Mano Derecha del Dios Dragón. Pero sí, alcanzar algunos logros en el Reino Asura podría facilitarte operar en Sharia, así que…”

Los dos resolvían los detalles entre ellos sin darse cuenta de que me había echado atrás. Zanoba escuchaba las ideas de Joseph, le daba su aprobación y luego resumía sus propias ideas. Joseph parecía mucho más animado aquí que en la Banda de Mercenarios.

Sí, parecía que había tomado la decisión correcta. Al ver lo nervioso que estaba durante la entrevista me preocupé un poco, pero realmente le encantaba hacer negocios. Amar algo es el primer paso para ser bueno en ello. Podría volver a fracasar… pero eso estaría bien a su manera.

“Muy bien, creo que eso zanjará nuestros planes por ahora. ¿Qué dice usted, Presidente?”

Vaya, me había despistado. Miré a Ginger y Julie en busca de una pista. Julie tenía cara de preocupación, como si no entendiera muy bien lo que estaba pasando. La expresión de Ginger, sin embargo, era despreocupada.

“Ginger, ¿cuál es tu opinión?” Le pregunté.

“No puedo asegurarlo, ya que aún estoy al principio de mis estudios… pero por lo que he oído, creo que debería ir bien.”

Oh, así que había estado estudiando. Muy bien, Ginger. También necesitaba encontrar una oportunidad para seguir estudiando. Y el tiempo libre para hacerlo.

“Buen punto.” Dije “Mis estudios de negocios han sido escasos, así que no puedo hacer una conclusión. Por ahora deberíamos contarle nuestros planes a Aisha, y si nos da el visto bueno, seguiremos adelante a partir de ahí.”

Iría a preguntarle a Aisha por sus pensamientos como referencia. Hasta entonces, tenía que estudiar un poco sobre el comercio en este mundo. Aunque eso no me convertiría en más que un novato. Un novato se remite más a sus lecturas que a su propio juicio.

Lo importante era que, de momento, podía contentarme con contratar a Joseph como asesor. Un asesor que contaba con la aprobación de Aisha. Zanoba, el director del proyecto, estaba de acuerdo con la decisión. La única acción que me quedaba como líder del proyecto era aprobarlo todo y esperar los resultados.

“Zanoba, Joseph, odio cargarlos con todo el trabajo, pero dejaré que ustedes dos sr encarguen de la parte empresarial. Espero que puedan encaminar bien este proyecto.”

“¡Como quieras!” “¡Lo intentaré!”

“Si necesitan recursos, personal o contactos, no duden en pedírmelos. Haré que algo suceda.”

No pensaba descargar todo el trabajo en ellos. En todo caso, quería dirigir este proyecto yo mismo, pero había demasiadas otras cosas que tenía que hacer. Manejarlos todos yo solo no era una opción. Seguro que habría más empresas que tendría que confiar a mis empleados, así que éste era un primer paso importante para mí.

“Presidente, cuando llegue el momento de preparar nuestra tienda, creo que será necesario un nombre. ¿Se le ocurre alguno que nos entusiasme?”

Me aventuré: “Eh… ¿La Tienda Zanoba?”

“Oh.”

Bautizada y lista para su lanzamiento. De las mil y un formas que podríamos nombrar a una tienda, esta era sin duda una de ellas.

Una vez terminada la discusión, me di la vuelta para marcharme y me encontré con un par de ojos que se asomaban por una rendija de la puerta. Vaya.

“Lo siento, se me olvidó.” Me disculpé al abrir la puerta. Linia me fulminó con la mirada al principio, pero enseguida suspiró y bajó los hombros.

“Bueno, parece que Joseph tuvo una cálida bienvenida, así que no me puedo quejar, miau.”

“Vaya, es casi como si hubieras madurado.”

“¡Claro que sí! Soy el jefe de la Banda de Mercenarios. Es parte de mi trabajo asegurarme de que mis hombres no sean perseguidos en sus nuevos puestos, miau.”

Ya veo, así que por eso me acompañó. Si ésa era su motivación, me sentí un poco mal por haberla echado. Aun así, me impresionó que Linia ya hubiera empezado a tomarse en serio su posición en la cúpula de una organización. La alegría que me produjo este hecho me acompañó hasta casa.

***

El primer establecimiento de la Tienda de Zanoba se ubicó en el barrio de los talleres. Para el edificio, modificamos un almacén en las afueras del distrito de los talleres. En la Ciudad Mágica de Sharia nos centraríamos en el cuartel general y los talleres, con planes de expandirnos al Reino Asura más adelante. Probablemente necesitaría la ayuda de Ariel.

El proyecto de las figuritas de Ruijerd ya no estaba en mis manos. Estaba nervioso porque aún estaba en pañales, pero me dejé llevar y recé para que no acabara en desastre.