Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 1

Capítulo 2: La Princesa Y Sus Cuatro Seguidores

Parte 3

Snow White estaba siendo atacada. Imágenes de ella llorando y asustada —y finalmente de la humana Koyuki Himekawa— aparecieron en la cabeza de La Pucelle. Sintió que le partían el corazón en dos, pero al menos la sangre que había estado latiendo con rabia en su cabeza circulaba ahora por su cuerpo.

Para La Pucelle —Souta Kishibe— una chica mágica era una heroína que luchaba. No tenía problemas con las de la vieja escuela que resolvían los problemas del barrio, pero para él eran guerreras que se enfrentaban con valentía a enemigos gigantescos y nunca renunciaban a proteger lo que era importante para ellas.

En lo alto de la torre de acero, Snow White necesitaba ser rescatada. Sin embargo, si La Pucelle se limitaba a correr hacia arriba, el dúo de ángeles voladores seguramente la atacaría. Si los Peaky Angels hubieran perdido por completo las ganas de luchar, eso sería una cosa, pero por las miradas que tenían cuando echaban un vistazo hacia atrás de vez en cuando, no estaban precisamente corriendo con miedo. Se vería forzada a una batalla de dos contra uno en el aire si ellas atacaban mientras escalaba la torre de acero sin un punto de apoyo estable. Incluso si ganaba, sólo les ayudaría en su objetivo de ganar tiempo. Sus oponentes tenían la ventaja de los números y del terreno, y la lucha probablemente no acabaría pronto. A pesar de la euforia que sentía al poder liberar por fin todo su poder, era muy consciente de sus límites. Realmente soy una guerrera nata, se regodeó, pero pronto se retractó. No tenía muchas opciones para salvar a Snow White.

En los pocos segundos que faltaban para llegar a la torre, La Pucelle observó, pensó, encontró una solución y actuó en consecuencia: cargó contra la torre con todo lo que tenía y golpeó con el hombro una de sus columnas con todo su ímpetu, peso y fuerza.

***

Desde abajo, el temblor de la torre parecía violento, pero en la cima era mucho peor. Los cables eléctricos se rompieron y se agitaron en el aire. Parecía que casi podían tocar el suelo, el temblor era así de violento. Ruler, que posaba con su cetro, y Snow White, que tenía prohibido moverse, perdieron el equilibrio y salieron despedidas de la cima. Swim Swim, que también caía de la torre, agarró la mano de Ruler y la lanzó por los aires, donde los ángeles gemelos la atraparon.

Mientras tanto, La Pucelle se apresuró a interceptar la mortal caída de Snow White. La atrapó y las dos cayeron unos diez metros antes de detenerse en unos arbustos.

Ruler miró con rabia a Snow White y a La Pucelle, colgada de los brazos entre los Peaky Angels. La habían salvado de la caída, pero la posición era poco elegante y sólo la enfurecía. Por otro lado, Swim Swim no tenía a nadie que la salvara y se estrellaría contra el suelo. Por suerte, su magia le permitiría anular el daño. Una vez que todas se agruparan, serían cuatro contra dos. Mientras Ruler pensaba en esto, recordó algo.

“¿Dónde está Tama?”

“La Pucelle la pateó y eso fue todo.” “No sé si está viva o muerta.”

Se trataba del mismo caballero que había conseguido sacudir la gigantesca torre de acero, casi derribándola o incluso rompiéndola. No era difícil imaginar que un solo golpe dejara a Tama fuera de combate. Así que, considerando el hecho de que Tama y los Peaky Angels habían perdido rotundamente en un tres contra uno…

“Bien, retirémonos.” “¿Eh?” “¿En serio?”

“¡Es una retirada estratégica! ¡Dejen de parlotear y giren a la derecha!”

Mientras Snow White y La Pucelle se levantaban, los ángeles escaparon con un giro brusco a la derecha, dejando a la pareja atrás.

Al final, la cobarde retirada estratégica resultó ser correcta. Tama había regresado a Ouketsuji por su cuenta. Sus recuerdos estaban un poco revueltos, pero, en fin, de normal su cerebro estaba revuelto, así que Ruler consideró que no era un problema. Swim Swim no sólo había regresado, sino que había vuelto victoriosa tras completar su tarea: había conseguido robar los caramelos mágicos de Snow White y había vuelto a casa con estilo. Sus almacenes de caramelos mágicos, que antes eran de 826 piezas, habían subido a 2.914 tras la operación. Se había hecho con 2.088 piezas, que eran más que las que poseía cualquiera de su grupo, incluida Ruler, por un factor de dos.

“¿Recogió 2.000 caramelos por su cuenta?” “¿Cómo se consiguen tantos?” “Tan burgués.” “¡Esto es una revolución moderna!” “Herma, eres tan mágicamente genial.”

“Uhhh, ¿y qué hacemos con los caramelos?”

“Hemos tomado 2.088.” “Dividido entre cinco, son 417, y sobran tres. Es desigual.”

“¡Yuna-Minael, eres tan buena en matemáticas!” “No, no sobra nada.”

Sus cálculos habían sido correctos, pero habían utilizado la ecuación equivocada, así que Ruler las corrigió.

“Tomamos 2.088 caramelos que sumandos a los 826 que teníamos da 2.914 caramelos. Hasta aquí, tienes razón.”

“¿El resto está mal?” “¿Cómo?”

“¿Qué les hace pensar que los vamos a repartir equitativamente?

2.088 dividido por dos es 1.044, que va para mí, la líder. La otra mitad la volvemos a dividir por dos, que son 522. Esa es la parte de Swim Swim. 522 dividido entre tres es 174. Yunael, Minael, Tama, esa es su parte. ¿Ven? Los números cuadran a la perfección.”

El templo en ruinas quedó en silencio. La silenciosa quietud, que debería ser normal para el templo abandonado, era espeluznante. Ruler rompió inmediatamente el silencio que había creado.

“¿Alguien tiene algo que decir?” Ella miró fijamente. “Las tenemos a ustedes, idiotas incapaces, que ni siquiera pudieron hacer el trabajo que se les encomendó, a una idiota servicial que realmente consiguió cumplir su tarea, y a mí, la líder-creadora del plan y ejecutora de su función más importante. ¿Qué les hizo pensar que recibiríamos las mismas recompensas? ¿Son estúpidas? Oh, sí, lo son. Ya lo sabía. Son insensatas, incapaces, y no pueden ni siquiera detener a una persona superándola tres a uno. ¡Casi arruinan todo el plan! Pero por la bondad de mi corazón, olvidaré esto.”

Ruler señaló a cada una de ellas por turno y frunció el ceño. Los ángeles gemelos apartaron la mirada, las orejas de Tama se agacharon y Swim Swim se limitó a escuchar, arrodillada con una postura perfecta. Ruler resopló y clavó su cetro en el suelo del templo.

“Conozcan su lugar, idiotas. Agradezcan que no hayan sido castigadas.”

***

CHAT #2

Fav: Ahora es el momento del chat de esta semana~

Fav: pero parece que hoy nos faltan algunas personas, pon

Fav: Espero que no piensen que más tarde pueden revisar los registros, pon

Fav: Aquí tampoco parece que nadie hable mucho

Fav: así que vamos a tratar de hacer esto un poco más brillante y divertido, pon

Fav: Así son las chicas mágicas, pon

Fav: Ahora, volviendo al tema

Fav: Hablemos de algo más alegre, pon

Fav: Una nueva chica se unirá a nosotros esta semana~ Aplausos por favor~

Fav: Um… Ella no parece estar aquí

Fav: Probablemente sea tímida, pon

Fav: Aun así, intenta asistir la semana que viene, ¿vale?

Fav: Prométeselo a Fav, pon

Fav: A continuación, lo que más les interesa…

Fav: Es hora de anunciar quién tiene menos caramelos esta semana, pon

Fav: Esta semana, fue…

Fav: Ruler

Fav: Hmm, qué pena, pon

Fav: Parece que te esforzaste mucho, pero perdiste por poco, pon

Fav: Hey, hey. Di todo lo que quieras, Fav también está en un aprieto, pon

Fav: Ah, y la que más caramelos ganó esta semana ha sido Snow White, pon

Fav: ¡Felicidades por las dos semanas seguidas~!

Fav: Todo el mundo, reúnan muchos caramelos y apunten a la cima, pon

Fav: Bueno, nos vemos aquí la próxima semana, pon

Fav: ¡Adiosito~!

La charla terminó: sólo Tama, Swim Swim, los Peaky Angels, Ruler, Cranberry y Fav habían asistido. Probablemente todas estaban en alerta máxima y consideraban a las demás sus enemigas.

“¡Vaya, eso funcionó perfectamente!” “Tan mágicamente genial, ¿eh?”

La luz que se desvanecía iluminaba los deteriorados terrenos del templo de Ouketsuji en Nishizenmon. Los Peaky Angels ni siquiera intentaban ocultar su alegría mientras chocaban las manos, aplaudían y se abrazaban. No prestaron atención a Tama ni a Swim Swim: la expresión de la primera era lúgubre, mientras que la segunda no mostraba ninguna emoción. Esto provocó más de los ángeles.

“¡La chica desagradable se ha ido!” “¡Srta. Soy-mejor-que-tú!” “¡Srta. No-comparto-los-caramelos!” “¡Srta. No-son-más-que-idiotas- e-imbéciles!” “En serio, qué chica tan desagradable.”

Para los Peaky Angels, Ruler no había sido más que terrible. Era altiva, codiciosa, y siempre que abría la boca era para insultar o menospreciar. ¿Sabía ella cómo Minael y Yunael habían hablado a sus espaldas?

A los ojos de Tama, Ruler había sido una persona temible. Sus razones eran las mismas que las de los ángeles gemelos.

Pero Swim Swim había sabido que para las tres, en un nivel u otro, Ruler era un estorbo. Tanto es así que fácilmente estarían de acuerdo en deshacerse de ella.

“Entonces, ¿qué hacemos con esto?” “¿Llevarlo a las montañas y enterrarlo?” “Debería ser fácil con tu magia, Tama.” “Puedes hacer un agujero en poco tiempo.”

Minael, Yunael y Swim Swim discutían sobre el cuerpo de una joven perfectamente normal y corriente de unos veinte años. Llevaba una rebeca sobre el pijama y sandalias en los pies.

“¿De verdad tenemos que tomarnos todas esas molestias?” “Oh, buen punto.” “Dejémosla en algún lugar en medio de la noche. Alguien la encontrará por la mañana.” “Sí, hagamos eso.”

Ruler había gritado “¡¿Por qué?! ¿Cómo?” hasta su último aliento. Incluso tumbada en el suelo como una humana normal, sus manos estaban extendidas como si intentara desesperadamente agarrarse a algo.

Swim Swim se levantó y se acercó a Tama, que se abrazaba a sus rodillas, se tapaba las orejas y temblaba. Se agachó hasta la altura de sus ojos y la calmó con una palmadita en la cabeza. A Tama se le llenaron los ojos de lágrimas. Swim Swim relajó su rostro, levantó ligeramente la comisura de los labios y dijo simplemente: “Está bien.” Volvió a dar una palmadita en la cabeza a la otra chica. “Yo me encargaré del cuerpo.” Declaró, recogiéndolo y echándoselo al hombro.

“No tienes que hacer eso, Swim.” “Sí, sí. Eres nuestra nueva líder.” “Nos disolvemos. Son libres de hacer lo que quieran.”

Detrás de ella, los Peaky Angels seguían intentando discutir, pero Swim Swim las ignoró y empujó las puertas del templo. Como siempre, crujieron con fuerza. Recordó cómo, cuándo Ruler estaba viva, les había dicho que las aceitaran.

Swim Swim se metió en un callejón de Nishimonzen. No había luna. En comparación con otras zonas, Nishimonzen apenas tenía farolas, al punto de que algunos residentes se quejaban de ello. Pero el gobierno local nunca respondía a las quejas, así que el callejón estaba a oscuras. No podía percibir que nadie la siguiera. Ruler siempre había dicho: “Son libres de hacer lo que quieran” cuando se hartó de ellas, pero los ángeles y Tama parecían obedecer.

Había idolatrado a Ruler. Cuando de repente se convirtió en una chica mágica y no tenía ni idea de qué hacer, fue Ruler quien vino a enseñarle. Le había recordado a las princesas de sus sueños, y Swim Swim llevó a cabo lealmente sus enseñanzas.

“Su líder debe ser el objeto de su afecto. La organización es más eficaz cuando todos tratan de imitarla.”

Y así Swim Swim obedeció. Su mentora era una princesa, y las princesas siempre tenían razón. Era fuerte, inteligente, encantadora y desbordaba liderazgo. Swim Swim trató de ser como ella, pero la propia Ruler era lo que más se interponía en ese objetivo. Dos gobernantes significaba que ninguno estaba realmente al mando, porque un gobernante estaba por encima de todo. Swim Swim adoraba y reverenciaba a Ruler, pero para poder dar el paso final, su líder debía morir. La noche en que se dio cuenta de esto, Swim Swim vomitó todo lo que había comido ese día y le dio fiebre. Se saltó dos días de clase.

Pero había que hacerlo. Swim Swim quería ser como Ruler más que nada.

Pero la magia de Ruler era poderosa. Swim Swim tendría que trabajar duro para eliminarla. Sabía que los Peaky Angels y Tama estaban descontentas con Ruler, pero incluso con su ayuda, aún tendría que lidiar con las órdenes de la líder. Decidió esperar la oportunidad adecuada.

No tardó en presentarse esa oportunidad: el complot para robar los caramelos mágicos de Snow White. De los casi 50.000 caramelos de Snow White, tomó 37.000, agarró a la aturdida Tama debajo de la torre de acero y le dio 35.000, e informó a Ruler de que sólo había 2.000 piezas. Las 35.000 piezas que le había dado a Tama las repartió a partes iguales entre todas las chicas mágicas, excepto Ruler, Snow White y La Pucelle. Algunas desconfiaron, otras se pusieron en guardia, otras fueron abiertamente hostiles y otras dispararon antes de hacer preguntas. Nadie les dio la bienvenida, aunque estaban allí para compartir sus dulces, pero nadie las rechazó.

Había utilizado a Fav para contactar con las demás. Su conexión con todos le permitía ponerse en contacto con cualquier chica mágica, incluso si intentaban ocultar dónde estaban. Fav era de pocas palabras y tendía a no explicarse bien, pero intentaba ayudar todo lo que podía cuando se lo pedían. Swim Swim también había aprendido esto de Ruler.

Divididas entre once personas, las 35.000 piezas les daban 3.180 a cada una. Había dejado a Snow White con más de 10.000 piezas, lo que significaba que si se dividía en partes iguales con La Pucelle, cada chica mágica tendría 5.000. Y así, Ruler, convencida de que sus 1.044 caramelos significaba que era imposible que fuese la próxima en morir, terminó con la menor cantidad de caramelos.

Los Peaky Angels habían aceptado con entusiasmo el plan, y Tama, aunque claramente un poco culpable, también estaba de acuerdo. Aceptaron a Swim Swim como su líder.

Había conseguido eliminar a Ruler sin darle la oportunidad de usar su magia ni de darse cuenta de que la habían traicionado.

Dejó el cuerpo al final de la calle principal. Era ligero de llevar, incluso para alguien sin fuerza mágica, y hacía tiempo que se había enfriado.

“Adiós, y gracias por todo.”

Swim Swim hizo una profunda reverencia, dio la espalda al cadáver de Ruler y desapareció en la oscuridad del callejón. Ruler se había ido, pero había dejado atrás sus muchas enseñanzas. No importa lo que le deparase el futuro, se mantendrá fiel a ellas. Enjugando una lágrima con la yema del dedo, Swim Swim se alejó en la penumbra.