Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 1

Capítulo 1: Blanco Y Negro

Parte 3

CHAT #1

El objetivo de la función de chat de Proyecto Crianza de Chicas Mágicas era permitir a los jugadores comunicarse a través de sus avatares. Así, los chats semanales también hacían uso de esta función. La sala de chat, modelada como una sala de conferencias, abrió sus puertas y, uno tras otro, los pequeños personajes se abrieron paso en su interior.

Cranberry ha entrado en el Reino Mágico. Magicaloid 44 ha entrado en el Reino Mágico. Swim Swim ha entrado en el Reino Mágico.

Top Speed ha entrado en el Reino Mágico.

Magicaloid 44: Buenas Top Speed: ¿Qué hay? Cranberry:

Snow White ha entrado en el Reino Mágico. Tama ha entrado en el Reino Mágico.

Nemurin ha entrado en el Reino Mágico.

Snow White: ¡Buenas noches! ¡Encantada de verlas a todas!

Natación: Ey

Tama: ¡Arf!

Ripple ha entrado en el Reino Mágico.

Top Speed: ¡Vaya, miren quién se ha decidido a por fin aparecer!

La Pucelle ha entrado en el Reino Mágico.

Nemurin: Hola

Magicaloid 44: Buenas, personaje raro

Ruler ha entrado en el Reino Mágico.

La Pucelle: Buenas noches, señoras

Calamity Mary ha entrado en el Reino Mágico.

Ruler: Buenas noches.

Sister Nana ha entrado en el Reino Mágico. Winterprison ha entrado en el Reino Mágico.

Sister Nana: Buenas noches a todos. Sean todos bendecidos.

Winterprison: Hey

Minael ha entrado en el Reino Mágico. Yunael ha entrado en el Reino Mágico.

Calamity Mary: Este mensaje no puede mostrarse debido a las malas palabras.

Yunael: ¡Hiya!

Minael: ¡Yay!

Fav ha entrado en el Reino Mágico.

La sala de chat estaba repleta de avatares.

Músico del Bosque, Cranberry se dejó caer de nuevo sobre la cama en la que había estado sentada, con el teléfono mágico en la mano, y se revolvió sobre las viejas sábanas hasta quedar boca abajo. Su cabello, fijado con una pinza en forma de flor, se levantó suavemente y le rozó la cintura.

Si la cima de un edificio alto era el lugar de descanso perfecto para las chicas mágicas, una cabaña abandonada en medio de las montañas era la residencia perfecta para ellas. Alguien como Cranberry, que no tenía vida en el mundo humano, sólo necesitaba soledad y un techo sobre su cabeza. El hotel turístico cerca de la cima del Monte Takanami, abandonado a mitad de su construcción, había satisfecho sus necesidades durante más de medio año. Nadie sabía que estaba allí.

Gracias a la insistencia de Fav en que habría un anuncio importante, nadie había intentado faltar a la charla de esa semana. Algunas, como Ripple, estaban claramente allí en contra de su voluntad y permanecían en un hosco silencio, sin ni siquiera un intento de saludo, pero aun así, todas las chicas mágicas activas en Ciudad N estaban presentes. Esto no había sucedido ni una sola vez desde que comenzaron los chats semanales, y la pequeña sala estaba llena como una lata de sardinas.

Top Speed: Hey, ¿no íbamos a tener una nueva chica?

Fav: Oh, eso es la próxima semana, pon

Fav: Aunque, esta conversación la involucra…

En total, había quince chicas mágicas activas en Ciudad N, lo que significaba que si se añadía una nueva la semana siguiente, el total sería de dieciséis. Eso era demasiado, incluso para una metrópolis como Ciudad N. El maná que alimentaba su magia dependía de la tierra y era, en consecuencia, un recurso limitado. La adición de otra drenaría el maná de la tierra aún más rápido y lo agotaría en poco tiempo.

Tras resumir la situación actual, Fav hizo su gran anuncio con entusiasmo.

Fav: Por ello, reduciremos el número de chicas mágicas, pon. La mitad —ocho— es nuestro objetivo, pon

La sala quedó en silencio mientras las chicas procesaban lo que Fav acababa de decir. Un momento después, se produjo una tormenta de críticas, una marea de quejas y un sinfín de preguntas e inquietudes. El tamaño de una roca es más comprensible por el chapoteo que produce. Las burbujas de discurso de los avatares cubrieron la pantalla, llenándola de todo, desde las mayúsculas hasta el texto en color, y se hizo casi imposible ver nada en la ya diminuta sala de chat. Fav se inclinó y se disculpó una y otra vez. Incluso parecía estar perdiendo menos escamas de lo normal.

¿Exactamente qué método utilizarían para reducir las cifras?

Fav: Este chat de chicas mágicas se celebra una vez a la semana, pon

Fav: Así que una vez a la semana anunciaremos quién dejara de ser una chica mágica

Fav: durante ocho semanas hasta que ocho de ustedes hayan sido dejadas ir, pon

Fav: La que tenga menos caramelos mágicos

Fav: será la que vaya, pon

Cranberry era muy consciente de que nadie iba a decir: “¿Quién te crees que eres para fingir que no pasa nada cuando estamos en esto gracias a tu incompetencia? Si es así, ¡renuncio!” Todas habían aceptado con alegría su nueva condición de chicas mágicas. Saborear un poder tan grande y luego perderlo, disgustaba a cualquiera. Cuanto más alto subían, más duro caían y más se desesperaban.

Fav: Repito—

Fav: Una vez a la semana, la chica mágica con menos caramelos mágicos dejara de serlo, pon

Fav: Así que, por favor, esfuércense en reunir muchos caramelos, pon

Fav: Fav siente mucho las molestias, pon

Fav: Oh, y

Fav: ha habido una actualización de sus teléfonos, así que por favor asegúrese de comprobarlo, pon

Fav: Eso es todo, pon

Fav: Nos vemos aquí en una semana

Cranberry se desconectó del chat, apagó su dispositivo y lo tiró a la almohada.

***

En la semana siguiente al chat, los avistamientos de chicas mágicas se extendieron como un reguero de pólvora. Internet estalló.

Una princesa ahuyentó a un perro temible.

Unos ángeles gemelos surcaron el cielo para recuperar un globo perdido.

Una chica con uniforme escolar blanco ayudó a empujar un automóvil para sacarlo de una zanja.

Cuanto más difundieran sus actividades, más posibilidades tendrían de ser vistas. Estaban desesperadas por reunir la mayor cantidad posible de caramelos mágicos para aumentar sus posibilidades de terminar entre los ocho finalistas, lo que impulsó una exposición imprudente, el tráfico de los sitios de noticias y la conciencia pública.

“¿Qué estás mirando, Ripple?”

Ripple, sentada en la azotea de un edificio de oficinas, escuchó una voz desde arriba. Siguió mirando su teléfono mágico, sin contestar ni volverse hacia el sonido.

“Oh, ¿son esas las noticias? Todo el mundo está trabajando tan duro ahora, ¿eh?”

Top Speed se posó junto a ella, y Ripple finalmente giró la cabeza.

“Snow White se está dejando la piel. Cielos, que guarde algo para el resto de nosotras, ¿no?”

Los avistamientos de la chica mágica blanca eran muy superiores a las de las demás. Ni siquiera hacía nada espectacular. Su ayuda consistía en pequeñas acciones cotidianas, como recoger el cambio, llevar los almuerzos olvidados y recordar a la gente que se subiera la cremallera. ¿Ayudar en dificultades mundanas era el verdadero propósito de una chica mágica? ¿O simplemente no era capaz de emprender cuestiones más importantes? Al menos, según Internet, parecía ser lo primero.

Snow White era la heroína pura y justa en la que soñaban convertirse las niñas, justo lo contrario que Ripple, que rechazaba los elogios por su trabajo diciendo que simplemente “estaba en esto por los dulces”. No es que Ripple no quisiera servir a la comunidad, pero le daba demasiada vergüenza decir lo contrario. Sin embargo, tal vez declarar audazmente “quiero ayudar a los demás” y hacerlo realmente era la forma correcta de ser una chica mágica, reflexionó.

“Ripple, estás muy centrada en Snow White, ¿no? ¿Es tu rival?”

Ripple chasqueó la lengua con fuerza. La voz le cayó como un jarro de agua fría que la sacó de su ensueño.

“Pensé que considerabas a Calamity Mary tu rival.”

Otro chasquido de desaprobación. ¿Y exactamente quién fue la responsable de ese lío en primer lugar?

Unos días después de que Ripple se transformara por primera vez, Calamity Mary había llamado a la azotea del edificio del Séptimo Sankou, el punto de encuentro de facto de Ripple y Top Speed. Ligera como una mariposa, había saltado hacia ellas desde un edificio vecino. Cuando aterrizó en el tejado, Ripple se dio cuenta de que tenía el mismo aspecto que decían los rumores: como una vaquera. No se parecía mucho a una chica mágica, pensó, aunque no tenía margen para juzgarla.

El negocio de Calamity Mary con ellas era bastante simple. “Tú, pequeña. Ripple, ¿no?”

Parecía estar en su segundo o tercer año de escuela secundaria, y estaba mucho más dotada que Ripple o Top Speed. Sus pechos y su trasero eran enormes. Ripple parecía estar en la escuela media, lo que hacía comprensible que la hubiese llamado “pequeña”, razonó. Así que, aunque le molestó un poco, mantuvo la calma y asintió un poco.

Calamity Mary agitó su sombrero de vaquero.

“Le dije a Fav que sería la mentora de la próxima novata.”

“Oh, verás, le hice prometer a Fav hace mucho tiempo que si una chica nueva era asignada a un barrio cercano a mí, yo sería su mentora. Buenos vecinos y todo eso, ¿verdad?”

A Ripple se le había asignado Nakayado, el centro de una zona antaño famosa como ciudad castillo, mientras que la zona de Top Speed era la sección norte de Kitayado. Naturalmente, estaban uno al lado del otro.

“Fue hace mucho tiempo, así que debe ser por eso que Fav vino a mí primero. No tenía ni idea de que tenían un acuerdo. Lo siento mucho, de verdad.”

“¿Oh?”

Calamity Mary siguió mirando fijamente a Ripple, sin preocuparse de que Top Speed se arrastrara con su sombrero en las manos. Ripple le devolvió la mirada. La mirada incivilizada ya era bastante molesta sin que Top Speed se doblegara ante alguien que la ignoraba por completo.

En un instante, la pistola de Calamity Mary salió de su funda y disparó contra Ripple, que sacó la espada de la funda que llevaba a la espalda y desvió la bala que entraba. No había pasado ni una décima de segundo antes de que terminara. Nerviosa, Top Speed levantó la cabeza.

“¿Qué están haciendo ustedes dos?” “¿No es obvio? ¿Eh, señorita?”

Ripple miró fijamente la pistola que tenía Calamity Mary en la mano derecha. El humo rojo salía del largo cañón negro. Estaba claro que no era una pistola normal. ¿Mágica, tal vez? Su mano con la espada seguía entumecida.

Top Speed se introdujo entre las dos y extendió sus manos a ambos lados.

“¡Por favor, hermana! ¡Paz! ¡Las novatas siempre necesitan que se les enseñe a respetar! La regañaré más tarde, así que, por favor, baja esa pistola. Te lo ruego.” Gritó en dirección a Mary, y luego le susurró a Ripple: “Y tú, guarda eso. Alguien podría salir herido.”

Calamity Mary hizo girar su pistola antes de dejarla caer en su funda, y Ripple volvió a guardar su espada en la espalda. Top Speed dio un suspiro de alivio.

“Paz, chicas.   Paz.   Todas   somos   chicas   mágicas,   ¿verdad?

¿Camaradas?”

Ripple no sabía en qué estaba pensando Calamity Mary, pero dudaba que hubiera enfundado su arma porque eran camaradas como había sugerido Top Speed. Ella no consideraba a Mary una camarada, y lo más probable es que el sentimiento fuera mutuo.

“Bueno, está bien. Le gritaré a Fav más tarde.” Y con eso, Calamity Mary se agarró a la barandilla y la saltó con facilidad. En ese momento, el corazón de Ripple volvió a latir con fuerza: en la mano de la otra chica había una pistola que la apuntaba. Había pasado completamente por alto el desenfundado.

Sonaron varios disparos. Una bala voló hacia Top Speed mientras que dos volaron hacia ella. Ripple agarró a su mentora por el cuello y la obligó a agacharse, al tiempo que desenfundaba de nuevo su espada y desviaba las balas desde una posición gacha. Volvió a levantarse dispuesta a contraatacar con los cuchillos arrojadizos ocultos en su funda, pero Calamity Mary ya había desaparecido.

“Ustedes dos, lo juro.”

Top Speed se levantó, frotándose la nariz y la frente como si se hubiera golpeado.

“¿Por qué eres tan rápida para apretar el gatillo? ¡Ten un poco de moderación! ¿Has oído hablar sobre lo que es eso?”

“Si alguien busca pelea… hay que tomar represalias…”

“¡Bueno, aprende a elegir tus batallas! Si haces esas tonterías cada vez que ella te ponga de los nervios, ¡no vivirás mucho tiempo!”

Ripple chasqueó la lengua. Estaba nerviosa y enfadada: primero, con Top Speed por no haber hecho nada en todo ese tiempo. En segundo lugar, con Calamity Mary y su extraña disposición a disparar a los demás sin dudarlo. Y en tercer lugar, con ella misma por su terror a enfrentarse a un arma, a pesar de su actuación dura. No podía mantenerse en pie, su corazón se aceleraba y su sudor corría como ríos, pero de alguna manera apenas logró no llorar.

La mano derecha le hormigueaba por el impacto de desviar las balas. Cuando se convirtió en una chica mágica y se dio cuenta de lo fuerte que se había vuelto, había estado muy segura de que no podrían matarla. Resultó que se había equivocado. Los humanos normales no podían matarla. Probablemente ni siquiera una enfermedad o un accidente de tráfico podrían hacerlo. Pero por muy robusta y resistente que fuera, otro como ella podría herirla. Todo esto la enfureció.

“Eres una espada sin vaina, como yo solía ser. Las cosas podrían ponerse mal si te dejara sola. Podrías correr un grave peligro.” Dijo Top Speed, exasperada. Esa mirada de sabelotodo, esos brazos cruzados, el sermón —Ripple volvió a chasquear la lengua con rabia—

.***

Todas las tardes, después de las cinco, los estudiantes se agolpaban en la hamburguesería situada frente a la estación de tren y la llenaban con mil conversaciones diferentes. El aire bullía de entusiasmo y risas, pero el caos cotidiano siempre se mantenía bajo control. Los empleados y los clientes estaban acostumbrados. En medio del ajetreo, tres chicas de escuela media que ocupaban los tres asientos de la ventanilla cercana a la puerta seguían conversando con normalidad. Una de ellas señala su teléfono inteligente y habla con entusiasmo.

“¡Los avistamientos están llegando como locos! ¿Ves? Las chicas mágicas tienen que existir.”

“Sumi… ¿todavía sigues con esto?”

“¡Ni siquiera tú puedes negarlo cuando hay tantos informes de testigos, Yocchan! ¡Existen totalmente! ¡Así que existen totalmente!”

“Por supuesto que lo negaré. Es malditamente imposible que existan.”

“H-Hey, Yocchan, ¿por qué no crees en ellas?”

“¡Díselo tú, Koyuki! ¡Hablas en nombre de todos los soñadores de ahí fuera!”

“No sé cómo explicarlo. Es simplemente vergonzoso.” “¿Por qué es vergonzoso?”

“Vaya, Koyuki, ¿por qué eres tan curiosa?” “¡Sólo lo soy!”

“Como, en el anime y esas cosas, cuando una chica se transforma hay un segundo en el que está completamente desnuda, ¿verdad? Es como, ¿eres un exhibicionista o algo así?”

“¡Eso no ocurre! ¡Los medios de comunicación te mienten!” “Vamos, cálmate. Sólo estamos hablando de anime, ¿verdad?”

“¿Por qué están hablando de anime? Estas cosas suceden en la vida real. Hay testigos oculares y todo.”

“No es posible que a la gente le crezcan alas y vuele o que sea atropellada por un camión de basura y se vaya de rositas.”

“Vamos, Yocchan, sueña un poco. Si algo puede ser real o no, es más divertido pensar que es real.”

“Sumi, tienes que volver a la Tierra. La realidad es importante.”

“No estoy delirando, ¿vale? Sólo creo que sería genial que existieran, aunque sé cómo funciona la realidad. Yocchan, te estás perdiendo con esa actitud. ¡Internet se está volviendo loco! ¡Hay información sobre chicas mágicas por todas partes! Mi favorita es esta, la de blanco. Parece tener los pies en la tierra. Estaría aliviada si viniera a rescatarme. Es como la sopa de pollo para el alma.”

“Koyuki, ¿por qué sonríes?”

“¡N-No lo hago! ¡No estoy sonriendo en absoluto!”

***

Una semana después—sólo siete días y, sin embargo, la anticipación le había hecho sentir a Cranberry que había pasado mucho más tiempo. Un vistazo a cualquier sitio agregado revelaba lo mucho que habían trabajado las otras chicas. Ninguna de ellas quería ser despedida. Cranberry se dirigió al chat de su teléfono mágico y se conectó.

La asistencia fue inusualmente alta, similar a la de la última vez. De inmediato, Nemurin fue nombrada sin miramientos como la que menos caramelos mágicos tenía. No parecía especialmente torturada o arrepentida por los resultados, sólo un poco avergonzada. Mientras que la gran mayoría de las chicas querían ejercer el gran poder que se les había otorgado, ella prefería escuchar sus historias de aventuras. Cranberry no recordaba una semana en la que Nemurin no hubiera estado allí, y siempre era fácil hablar con ella.

Pero gracias a su perfecta asistencia, sus relaciones con las demás eran profundas. A diferencia de Cranberry, que simplemente estaba allí por estar, ella nunca había perdido la oportunidad de charlar o escuchar. Todas la conocían. Snow White, Top Speed y Sister Nana eran las más afectadas por la despedida.

“Las estaré viendo por Internet. Siempre las estaré animando.”

A lo que Fav respondió: “Bueno, adiós, pon.” Y el avatar con pijama desapareció.

A continuación, también se anunció quien reunió la mayor cantidad de caramelos, que acabó siendo Snow White por goleada.

“Todas, traten de emular a Snow White, pon.” Dijo Fav, dando por terminada la charla. Una a una las chicas se fueron, hasta que sólo quedaron Fav y Cranberry. Ella tenía una pregunta que quería que le respondiesen.

Cranberry: Tengo una pregunta, si no te importa

Fav: ¿Qué es, pon?

Cranberry: ¿Exactamente qué ocurre cuándo se pierde el derecho a ser una chica mágica?

Fav: Las chicas que han sido despedidas mueren, pon

Cranberry: ¿Lo dices en sentido figurado? ¿Como que mueren como chicas mágicas?

Fav: Es una muerte biológica, pon

No había una respuesta más franca. Cranberry cerró la sesión sin responder y arrojó su teléfono mágico a la almohada, tal y como había hecho hace una semana. Los registros del chat estaban disponibles incluso para los que no estaban presentes, lo que significaba que pronto todas las chicas mágicas se enterarían de lo que ella y Fav habían discutido. Esto cambiaría fundamentalmente la implicación de conseguir caramelos, por no mencionar el significado del juego que estaban jugando. Cranberry cruzó las manos detrás de la cabeza y rodó sobre la cama, mirando al techo.