Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

LA CIUDAD DE SHEELIN apareció a la vista antes del anochecer. La puerta se parecía mucho a la de Crimonia.

“Cliff, espera un momento”, grité.

“¿Qué pasa?”

“Les daremos un susto si nos acercamos a ellos de esta manera. ¿Está bien si despido a mis osos primero?”

Pronto, podrían vernos desde la puerta. Como todavía estábamos lejos, no parecía que pudieran darse cuenta de que estábamos montando osos, aunque probablemente lo verían pronto. No quería causar una conmoción.

“Ah, supongo que eso es cierto. Estás montando osos”. Cliff miró a Kumayuru y Kumakyu y asintió. “Se han portado tan bien que lo había olvidado”.

“¿Qué? ¿Kumayuru se va?” Noa se aferró al cuello de Kumayuru en señal de protesta. Detrás de ella, Fina obedientemente desmontó de Kumayuru.

“Solo los estoy llamando. No queremos que los osos tengan que lidiar con ciudadanos asustados. Vamos, ¿quieres que Kumayuru o Kumakyu sean atacados con espadas o magia?”

No creía que eso fuera a ocurrir si niñas como Noa y Fina los montaban, pero aun así sería toda una escena.

“Ugh, bien”, se quejó Noa. “Kumayuru, Kumakyu, gracias por traernos hasta aquí”. Saltó de Kumayuru y palmeó la cabeza de cada uno de los osos en señal de agradecimiento. Después de que terminó de despedirse, despedí a mis osos.

A partir de ahí, caminamos hacia la ciudad. Cliff se ofreció a dejar que Noa montara su caballo, pero ella lo rechazó: “Caminaré con Yuna”, Cliff se veía un poco triste. Caminamos hasta que estuvimos lo suficientemente cerca como para distinguir a las personas paradas frente a la puerta.

Las personas a la entrada de la ciudad me miraban con curiosidad, algunos incluso susurraban la palabra “oso”. Me puse la capucha de oso sobre la cara para que no me vieran.

“Por favor, coloquen sus identificaciones en el panel de cristal”, dijo el guardia en la entrada de la puerta.

Cliff fue primero, luego los dos guardias, Noa, Fina y finalmente yo. Sostuve mi tarjeta del gremio en el panel de cristal y entré a la ciudad sin problemas.

El guardia de la puerta me miró con desdén, pero el panel de cristal no se había puesto rojo, así que me dejaron entrar al pueblo sin ningún problema. Si estuviera registrado como delincuente, el panel se hubiese puesto rojo y se quedaría por fuera.

Una vez que entramos con éxito, inmediatamente nos dirigimos a la residencia de Gran y…

“Mmm”.

“Están mirando”.

“Están.”

“Nos están mirando”.

“Todo el mundo nos está mirando”.

Cliff, los dos guardias, Noa y Fina murmuraron para sí mismos. Entonces, todos me miraron.

“Sí. Probablemente todos nos estén mirando porque Cliff y Noa son nobles”. Con dos guardias y dos personas vestidas como miembros de la aristocracia, por supuesto que tendríamos miradas. Si hubiera visto a los nobles caminando, habría tenido la misma curiosidad.

“¡No!” dijo Cliff, golpeándose la frente con la palma de la mano como si acabara de recordar. “Todo el mundo te está mirando. Estás vestida como un oso, después de todo”.

“¿Te estás dando cuenta de eso ahora?”

“No, solo olvidé lo absurdo que es tu atuendo. Has envenenado mi mente sin que me diera cuenta”.

“Tu atuendo no es raro, Yuna”, interrumpió Noa, sonando bastante seria. “Es lindo, así que está bien. La gente está mirando porque te ves tan adorable”.

En cualquier caso, era demasiado tarde para preocuparse por las miradas. No podría vivir cómodamente en este mundo sin mi equipo de oso.

“Si no quieren sobresalir tanto”, dije, “¿tal vez deberíamos separarnos?”

“Si nos separamos, me voy contigo”, declaró Noa.

“Yo también voy con Yuna”, dijo Fina.

Las dos se aferraron a mi ropa. Eran unas niñas tan lindas.

“No voy a permitir eso”, dijo Cliff, “ya ​​que estoy seguro de que ustedes tres se meterán en problemas. Avancemos rápido.”

A pesar de que dijo que nos apresuráramos, teníamos que caminar ya que no teníamos monturas, había un límite a la velocidad a la que podíamos ir. Seguíamos recibiendo miradas mientras caminábamos hasta que vimos una residencia, una del tamaño de la de Cliff. ¿Supongo que las casas enormes eran siempre de nobles?

Dos guardias se pararon frente a la residencia.

“Soy Cliff Fochrosé”.

“Le hemos estado esperando. ¿Tiene una invitación por escrito?”

Cliff le entregó una carta.

“Ah, sí: Lord Cliff y su hija, la joven Lady Noir. Llamaré a un guía de inmediato, así que espere un momento”. Uno de los hombres se dirigió a la residencia.

El otro se quedó atrás y me miró. “¿Son esas chicas asistentes de Lady Noir?”

Parecía menos sospechoso y más simplemente… confundido.

“Fueron invitadas a la fiesta de cumpleaños de Misana”, dijo Cliff. “Resulta que son amigas de mi hija, así que las traje”.

“Estás diciendo que son de Lady Misana… ah, si tienes una invitación, ¿me permitirías confirmar?”

Fina y yo las entregamos. El hombre revisó cada uno de ellos y su actitud cambió.

“Perdone mi rudeza”, dijo, enderezándose.

Como teníamos cartas, eso nos convertía en invitadas. Y las invitadas recibían una cálida bienvenida, ya fueran campesinas, aventureras u osos. Si hubieran molestado a un invitado por falta de decoro, correrían el riesgo de molestar a Gran, al jefe de la finca, o incluso a Misa.

Poco después, una sirvienta salió de la residencia.

“Lord Cliff, me disculpo por hacerlo esperar”. La doncella se inclinó ante Cliff a modo de saludo cortés. Tenía unos veinte años con un hermoso cabello castaño claro. Se parecía a Lala, en realidad, ¿eligían a las sirvientas en función de su apariencia? Muchas de ellas tendían a ser bonitas.

“Meishun, ha pasado demasiado tiempo”, dijo Cliff.

“Sí, pareces estar bien, Lord Cliff. Y has crecido tanto, Lady Noir”.

“Ajá, soy más alta”.

Entonces se conocían. Después de saludar a Cliff y Noa, Meishun me miró. “Deben ser la señorita Yuna y la señorita Fina. Me disculpo por hacerlas esperar”.

“¿Sabes de nosotras?” No pensé que ella sabría nuestros nombres de vista…

“Sí. Lady Misana y Lord Gran me informaron sobre ti”, dijo Meishun con una sonrisa. Me pregunto qué le dijeron. Quiero decir, no había conocido a Misa o Gran por mucho tiempo. No podría haber hecho nada extraño en ese tiempo, ¿verdad? “Bueno, entonces, les guiaré a sus habitaciones”.

“¿Podemos ver a Gran?” Cliff le preguntó a Meishun mientras caminábamos.

“Mis disculpas, Lord Cliff, pero en este momento está saludando a otro invitado”.

“Puede esperar hasta que tenga tiempo. Por favor, dígale que me gustaría verlo”.

“Sí, lo haré”. Meishun nos guió a las habitaciones donde nos alojaríamos. “Lord Cliff y Lady Noir, por favor hagan uso de esta habitación”.

“¿Qué? ¿Tengo que estar con mi padre?”

“Sí. La habitación de al lado ha sido preparada para las señoritas Yuna y Fina. Tus guardias se alojarán en habitaciones en un edificio separado”.

Noa se aferró al brazo de Fina y al mío. “Pero quiero estar en la misma habitación que Yuna y Fina…”

“Desafortunadamente, solo hay dos camas en esa habitación”, dijo Meishun.

“Está bien”, dijo Noa. “Fina y yo podemos compartir. Eso está bien para ti, Fina, ¿verdad?”

“Puedo dormir en el suelo…”

“¡No!” dijo Noa, hinchando ligeramente sus mejillas y agarrando la mano de Fina. “Vamos a dormir juntas.”

“Si eso es lo que le gustaría, Lady Noa”. Meishun miró a Cliff con preocupación.

“Lo siento por esto, Meishun”, dijo Cliff. “Deja que Noa haga lo que quiera”.

“Entendido. Entonces, por favor, haga uso de esta habitación, Lord Cliff. Señorita Yuna, señorita Fina y Lady Noa, por favor hagan uso de la habitación contigua”.

“Gracias.”

“Por favor, descansen en las habitaciones hasta la cena”.

Y así Fina, Noa y yo íbamos a compartir una habitación.

“Les mostraré a sus asistentes sus habitaciones”, dijo Meishun, y se volvió hacia los dos guardias. “Por favor, por aquí.”

“Yuna, Fina, por favor vigilen a mi hija”, dijo Cliff. “Si se queja demasiado, se las quitaré de las manos. Sólo házmelo saber.”

“P-Padre. Eres tan malo. ¡No me quejaré en absoluto, ya verás!”

Espera, ella literalmente se quejó de las asignaciones de habitaciones. ¿Ya lo había olvidado?

“Yuna, entremos en la habitación, rápido”, dijo Noa en voz baja, como si estuviera escapando audazmente de Cliff. Me agarró la mano, entró e inmediatamente se tiró en una cama. “Ahh, estoy tan cansada”. Cielos, ¿tenía alguna idea de cómo ser como una dama?

“Yuna. ¿Está realmente bien para mí estar aquí?” Fina se quedó en medio de la habitación, sin saber qué hacer consigo misma.

Me encogí de hombros. “Estoy en el mismo barco.” Ella era una plebeya y yo una aventurera. Ninguna de nosotras tenía el estatus social para participar en una fiesta de nobles. Al igual que Fina, ni siquiera habría asistido si hubiera podido evitarlo.

“Yuna, no estoy segura de esto”. Fina se frotó el estómago como si le doliera. Tuve la sensación.

“Al menos no vamos a ir a la fiesta de Gran. No deberías preocuparte demasiado”. Estábamos participando en la fiesta de Misa. Se suponía que solo eran parientes, por lo que probablemente no teníamos que preocuparnos demasiado.

“Pero eso es muy injusto”, dijo Noa. “Deberías venir a la fiesta de Gran también”.

“No recibimos una invitación de Gran. Y, a diferencia de la fiesta de Misa, ¿no habrá un montón de gente?” Podía imaginármelo. ¡No! No, gracias.

“Yo tampoco quiero ir”, agregó Fina.

“Uf, incluso tú, Fina…” Noa hinchó las mejillas y se puso de mal humor.