Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

ME DESPERTÉ POR MI CUENTA sin necesidad de que nadie me empujara, probablemente debido a que me había acostado temprano. Me froté los ojos y miré hacia la ventana débilmente iluminada y el sol naciente. Fina estaba despierta y bostezando, sentada en la cama con las piernas dobladas hacia un lado, sosteniendo a Kumayuru en sus brazos.

“Buenos días, Yuna”.

“Buenos días. Te levantaste temprano.”

“Acabo de despertarme. ¿No es así, Kumayuru?”

Kumayuru respondió con un pequeño cwoom cuando se le preguntó.

Sin embargo, Fina no parecía tener sueño, por lo que podría haber estado despierta incluso antes. En cuanto a la otra chica de la edad de Fina, Noa todavía dormitaba cómodamente mientras sostenía firmemente a Kumakyu, su largo cabello dorado cubría el rostro de Kumakyu. Probablemente Kumakyu estaba bien, pero, por si acaso, aparté el cabello dorado de Noa y miré la cara de mi oso. Los ojos de Kumakyu estaban cerrados y mi oso parecía estar durmiendo cómodamente. Le di unas palmaditas en la cabeza a Kumakyu, lo que hizo que el oso se despertara.

“Déjala dormir un poco más, ¿quieres?” Le dije a Kumakyu.

“Mgh, Kumakyu, Kumayuru…”, dijo Noa en sueños mientras abrazaba a Kumakyu con fuerza.

Palmeé la cabeza de Noa y salí de la cama. “Está bien, iré a preparar el desayuno”.

“Yo también ayudaré”, me dijo Fina.

“Estaré bien por mi cuenta. Te dejaré despertar a Noa en un momento”.

Me cambié a mi traje de oso negro y me dirigí al primer piso, pero…

¿Eh? Sentí que algunas personas estaban allí abajo esperando. Cuando bajé al primer piso, Cliff estaba sentado solo en una silla. No vi a los dos guardias.

“¿Yuna?”

“Te levantaste temprano.”

“No dormí mucho”.

“¿La cama era incómoda? Definitivamente saqué sábanas nuevas y las aireé. ¿Quizás las sábanas no eran lo suficientemente elegantes para ti?”

“Ni mucho menos. No, no he podido relajarme desde que sacaste una casa en medio de la carretera y nos dijiste que durmiéramos allí”.

De acuerdo, eso no parecía justo. “¿No fuiste tú quien me dijo que hiciera eso?”

“Cierto, pero tenía a mi hija en mente. Nunca imaginé que me sacudiría hasta este punto”.

Personalmente, estaría más nerviosa durmiendo afuera. Si Kumayuru y Kumakyu no estuvieran cerca, estaría demasiado asustada para siquiera intentarlo. “¿Tus guardias todavía están durmiendo?”

Cliff era el único en la habitación. ¿No tenían trabajo que hacer para Cliff?

“Están trabajando”.

“¿Trabajando?”

Así que se habían levantado y ya estaban en el trabajo.

“Gouges está cuidando de los caballos. Rabon está limpiando el baño”.

… no es que pudiera decir cuál era cuál basado en esos nombres. “¿Están cuidando los caballos y limpiando el baño?”

“Dijo que estaba haciendo eso para agradecerte por usarlo y por la comida de ayer”.

“¿No fue tu orden hacer eso, entonces?”

“Correcto. Me pidieron permiso, así que se lo concedí. No impusimos, ¿verdad?”

“Por supuesto que no. Eso será de gran ayuda”.

Mientras hablábamos, uno de los guardias entró en la habitación. Um, ¿cuál era él otra vez? Acaba de venir del baño así que…

“Lord Cliff, terminé de limpiar los baños”.

“Gracias por tu duro trabajo.”

“Gracias por lo de ayer, Maestra Yuna. El baño y la cama eran maravillosamente cómodas.”

Supongo que el guardia se las había arreglado para dormir un poco, a diferencia de Cliff.

“Está bien. A Cliff pareció no gustarle”.

“Nunca dije nada por el estilo. Simplemente no sentía que pudiera acomodarme”.

¿Cómo era eso diferente?

“Gracias por limpiar el baño”, le dije al guardia.

“Para nada, estoy agradecido de que nos dejes usarlo”. Se enderezó en toda su altura e hizo una reverencia.

“Hablando de instalarse”, dijo Cliff, “¿dónde está Noa? ¿No se quedó contigo?”

“Todavía está durmiendo. Estoy planeando levantarla una vez que tenga el desayuno listo”.

“En ese caso, ¿tal vez debería despertarla?”

“Le pedí a Fina que lo hiciera, así que está bien. Prepararé el desayuno, así que siéntate tranquilo, Cliff.”

“Lord Cliff”, dijo el guardia, “iré a ayudar a Gouges”. Con eso, el guardia de limpieza de baños se dirigió hacia el guardia que cuidaba de los caballos.

Fui a la cocina y preparé un desayuno sencillo. Justo cuando estaba poniendo el desayuno terminado en la mesa, Fina y Noa bajaron del segundo piso en el momento perfecto.

“Yuna, Padre. Buenos días”, nos saludó Noa, con Kumakyu en sus brazos.

“Sí, buenos días”, dijo Fina, sosteniendo a Kumayuru.

“Noa, buenos días. Fina, terminé el desayuno, ¿puedes salir y llamar a los guardias?”

“Sí”, dijo Fina, y salió mientras yo ponía el desayuno en la mesa. Cuando terminé de arreglar las cosas, Fina regresó con los guardias. Fina y Noa colocaron los ositos en el suelo y llegó la hora del desayuno.

“Cliff, ¿cuánto falta para que lleguemos?” Quiero decir, no tenía ni idea de lo lejos que estaba Sheelin. Mi mapa de osos solo mostraba lugares que ya había visitado. Cada vez que lo abría, el mapa estaba completamente negro en lugares desconocidos. Si iba a tomar demasiado tiempo, planeaba pasar el viaje durmiendo la siesta en una lujosa cama de piel.

“Cubrimos mucha distancia ayer”, me dijo Cliff. “¿Recuerdas ese bosque adelante? Eso significa que llegaremos antes de la tarde de hoy”.

Después del desayuno, nos dirigimos hacia Sheelin.

Nos aseguramos de dejar descansar a nuestros caballos en el camino. Aparte de las ocasionales miradas extrañas de algún transeúnte en Kumayuru y Kumakyu, no ocurrió gran cosa. Revisé nuestro entorno con mi habilidad de detección, pero no había ningún monstruo alrededor.

Un rato después del almuerzo, me sentía un poco hambrienta, así que comí unas papas fritas encima de Kumayuru como merienda. Noa y Fina parecían querer un poco también, así que compartí… si prometían tener cuidado y no derramar nada. Cuando miré hacia abajo, noté que derramé una tonelada de migas en la espalda de Kumayuru, así que las sacudí antes de que nadie pudiera notarlo.

Ante eso, Kumayuru se dio la vuelta y me miró con curiosidad, como preguntando, ¿qué pasa?

“Oh”, dije rápidamente, “nada”.

Sin embargo, todas esas papas fritas saladas me dieron sed. Saqué un poco de jugo de fruta, pero era difícil beber de una taza mientras me empujaban. Hmm, ¿tal vez era hora de comprar una cantimplora de agua?

Cliff tenía agua dentro de una bolsa de cuero y podía beberla mientras montaba a caballo. Cuando miré a Fina y Noa, también tenían sus propias bolsas de agua preparadas. Hombre, tengo que conseguirme uno de esos la próxima vez…

Mientras galopábamos hacia Sheelin, el guardia principal nos indicó que nos detuviéramos. Había un carruaje que se había detenido más adelante.

“Padre, ese carruaje…”

“Sí lo veo.”

“Me pregunto por qué está allí”.

“¿Quién sabe? Quizás esté roto. O tal vez hay otra razón”.

¿Otra razón?

“Lord Cliff”, dijo uno de los guardias, “lo revisaré. Por favor espere aqui.”

“Ten cuidado.”

El guardia se acercó en su caballo.

“Cliff, ¿qué está pasando?” pregunté.

“Es solo una precaución. Existe la posibilidad de que los bandidos instalaran el carruaje para que pareciera que se había averiado. Si es así, pueden saltar para atacarnos”.

Cierto… este era un mundo diferente, después de todo. Aún así, ni siquiera sabía que eso existia. Me aseguraría de estar atenta a ello ahora. Estaría bien incluso si los bandidos me tomaran por sorpresa, pero las cosas se complicarían si viajaba con otra persona. Nunca se puede ser demasiado cuidadosa.

Cuando el guardia se acercó al carruaje, alguien salió por detrás. También tenían un niño con ellos. Estaban hablando de algo.

Después de un rato, el guardia regresó. “Lord Cliff”.

“¿Tu informe?”

“Una de las ruedas del carruaje parece estar atascada en un bache y no se mueve”.

¿Sin bandidos, entonces?

“Si los ayudaras”, dijo Cliff, “¿crees que la rueda podría liberarse?”

“No lo sabremos hasta que lo intentemos”.

“En ese caso, hagamos un intento”.

Nos dirigimos hacia el carruaje. Un hombre y una mujer de unos veinte años esperaban allí. La mujer sostenía a un bebé, y una niña pequeña de la edad de la princesa Flora estaba con ellos. Parecía una familia bastante ordinaria.

Se sorprendieron cuando me vieron a mí y a mis osos, pero se sorprendieron aún más cuando vieron a Cliff.

“Oh Lord Cliff, mis más sinceras disculpas por bloquear el camino”.

El hombre inclinó la cabeza y la mujer siguió su ejemplo detrás de él. La niña se aferró a su madre mientras me miraba. La saludé con la mano, pero eso solo hizo que se escondiera detrás de su madre.

Dios, no muerdo…

“¿Me conocen?” preguntó Cliff.

“Oh sí. Vivimos en Crimonia. Lo hemos visto en muchas ocasiones, Lord Cliff”.

Lo que significaba que ellos también sabían de mí, ¿verdad?

“Me dijeron que la rueda del carruaje se atascó en un bache”, dijo.

“Ah, sí. Un golpe de mala suerte. Ahora estamos atascados. Nuestras disculpas por las molestias. No podemos salirnos del camino, pero sería de gran ayuda si pudieras pasar junto a nosotros desde el costado”.

“¡Rabón! ¡Gubias!” Cliff llamó a sus guardias.

Los dos se dirigieron a la rueda atascada.

“¿Lord Cliff?” dijo el marido.

“No estoy seguro de que podamos hacerlo, pero le daremos una mano, buen señor”, dijo uno de los guardias.

“Pero no podemos pedirle ayuda, Lord Cliff”.

“¿Puedes pensar en otra forma de salir de esto?” preguntó Cliff.

“No pero…”

“Si cuatro hombres trabajan juntos, deberíamos poder hacer esto”, dijo Cliff.

“Por favor espere, Lord Cliff. Probemos con nosotros tres primero”, dijo el guardia. Por supuesto, no podía imaginarse conseguir que un noble como Cliff hiciera trabajo manual. Nunca había visto a un noble tratando de levantar la rueda de un carruaje en ninguno de mis manga o novelas, eso es seguro.

“Um, muchas gracias”. El marido inclinó la cabeza, luego los tres hombres agarraron el volante. Pero incluso con su fuerza combinada, el carruaje permaneció firmemente plantado en el surco.

¿Tal vez era hora de que lo intentara? Pero si una chica débil como yo hiciera lo que tres hombres no podían, probablemente levantaría las cejas. Probablemente se burlarían de mí y lo llamarían fuerza bruta o algo así.

“Yo también ayudaré”, dijo Cliff.

“No, no podríamos pedirle ayuda, milord”, dijo el esposo.

Sí, supongo que no era sensato que un noble como Cliff ayudara con algo así.

“Por favor, no te preocupes por eso”, dijo Cliff. “Eres uno de los habitantes de mi pueblo; ayudarte es uno de mis deberes.”

“Lord Cliff…” Pero el hombre no podía seguir rechazando la oferta de Cliff.

Cliff no se dio cuenta de que su amabilidad iba a causar úlceras a la gente normal. Claro, sería súper divertido ver a Cliff intentar mover el carruaje, pero parecía que había llegado mi hora de brillar. No podía soportar dejar que la familia del hombre siguiera así.

“¿Qué tal si lo intento?” dije.

“¿Tú?”

“Sí.” Con un asentimiento, usé magia de tierra para nivelar el surco. La rueda del carruaje se elevó con él. Lleno el bache, saco el carruaje: dos pájaros de un tiro. Ahora cualquier futuro carruaje que veniera por aquí tendría un paso seguro.

¿Qué, pensaste que iba a levantar el carruaje a mano? ¿Cuando tengo magia? Vamos, no seas tonto. Además, eso realmente levantaría algunas cejas.

“¿En serio, Yuna?” dijo Cliff.  “Si podías hacer eso, ¿por qué no simplemente decirlo?”

“Ya que eres el señor de este lugar, pensé que serías suave y lo manejarías”.

“A diferencia de ti, solo soy una persona normal”.

¿Normal? No, ser un noble no era normal.

“Um, bueno, muchas gracias”, dijo el hombre.

“Gracias, oso”. La niña que se escondía detrás de la mujer imitó a su padre y también me agradeció. Ella siguió mirándome.

“No muerdo. Está bien.”

“Sí. Lo sé.”

“Mi hija es fan tuya”.

“¿Fan?”

“Ella siempre habla y habla sobre el oso cada vez que te ve. La anima de inmediato”.

¿En serio? Simplemente supuse que me tenía miedo, con lo de esconderse y mirar detrás de su madre. “Entonces… ¿por qué estás aquí? No parecen comerciantes”.

“Mi madre está en Sheelin. Hace poco tuvimos a nuestro hijo, así que queríamos presentárselo. Nos dirigíamos a casa cuando sucedió todo esto”. El hombre acarició la cabeza del bebé que llevaba la mujer.

“¿En realidad? Espero que crezca sano”, dijo Cliff. “La crianza de los hijos no es un camino fácil, así que mantente firme. Ahora, entonces, nos pondremos en camino. Tenga cuidado al regresar a casa”.

“De acuerdo. Gracias por todo. Realmente nos ayudaste.”

“No hice nada”, dijo, mirándome.

“No fue gran cosa, así que no te preocupes por eso. Oye, tienes un bebé y un niño pequeño, así que trata de tener cuidado en el camino a casa”.

“Lo haremos.”

Una vez que nos despedimos, nos aseguramos de que el carruaje estuviera en movimiento y nos dirigimos a Sheelin.